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martes, 16 de octubre de 2018

Tipos de Padres Tóxicos

Son aquellos que, por diferentes razones, causan sufrimiento a sus hijos a través de la manipulación, el maltrato, las demandas, desde la infancia hasta la adultez.
No todos los niños encuentran la comprensión, el cariño y la calidez necesaria del seno familiar para crecer sanos y felices. Los niños de padres tóxicos, serán adultos con baja autoestima, inseguros, sumisos y emocionalmente inestables.

Los padres tóxicos pueden causar mucho daño emocional y mental de sus hijos, y los niños a menudo se convierten en adultos dañados que luchan para establecer relaciones normales y saludables sin lograrlo, y esto es debido principalmente a que continúan aceptando el comportamiento tóxico de sus padres.

Señales para saber que tienes unos padres tóxicos
  • Priorizan sus sentimientos sobre los de sus hijos.
  • Necesitan que cuiden de ellos.
  • No quieren que su hijo crezca y sea independiente.
  • Son pasivo-agresivos.
  • Ignoran los límites.
  • Con frecuencia se señalan los defectos de sus hijos.
  • Cuentan sus problemas y piden que guarden sus secretos a los hijos.
  • Hablan a sus hijos con desprecio.
Características de un padre tóxico
Algunos de los rasgos más característicos que definen la conducta de un padre tóxico son personas:
  • Manipuladores
  • Tiranos y autoritarios
  • Muy exigentes
  • Intransigentes
  • Maltratadores física o verbalmente
  • Critican todo: los amigos de sus hijos, el tipo de familia que son, sus logros
  • Egocéntricos y egoístas, siempre anteponen sus necesidades a las de los niños
  • Culpabiliza y responsabiliza a sus hijos de su propios fracasos o frustraciones
  • Proyectan en sus propios hijos sus sueños, sus anhelos, sus fantasías...
  • Excesivamente protectores y planificadores al milímetro la vida profesional y personal de sus hijos
  • Celosos de cualquier persona que les haga felices  
Tipos de madres y padres tóxicos, éstos los principales:

Padres autoritarios y descalificadores que actúan desde el “yo exijo”
Crean hijos sumisos y excesivamente complacientes. Los hijos repiten este patrón de vínculo y lo trasladan a otras figuras de autoridad (profesores, jefes, sus maridos) con los que repetirán la misma forma de relacionarse, es decir, desde la sumisión. Como adultas, serán mujeres en extremo complacientes incluso obviando sus propias necesidades.

Padres culpabilizadoras que actúan no desde el "yo exijo" sino desde el "yo te suplico"
Es decir, que actúan desde el chantaje sentimental, para que sus hijos tomen determinadas decisiones y continúen respondiendo a sus requerimientos. En el futuro sus hijos tendrán conflictos con sus parejas debido a la intromisión periódica de estas madres en sus vidas, y les será muy difícil crear vínculos afectivos estables.

Absorbentes
El niño debe poco a poco ir haciendo su vida y descubriendo el mundo, pero esto los padres tóxicos no lo entienden. Los quieren muy cerca y para ello impiden cualquier atisbo de independencia haciéndoles sentir culpables simplemente por querer convivir con otras personas. En la adolescencia esta situación se agrava cuando aparecen amigos, novios, actividades en grupo fuera de casa…

Perfectos
“Nadie te va a querer como yo” es la frase que puede resumir este punto que esconde una autoestima inexistente en el padre o la madre, que pretende llenar su propia vida siendo el eje principal de la vida del hijo. Nadie te amará, cocinará, cuidará, vestirá como yo. Nadie te conoce igual ni te entiende ni sabe lo que necesitas. Y si no hay una persona cerca que neutralice esto, ese niño o niña crecerá aislado de la gente porque, según su progenitor, el resto del mundo en su totalidad no le querrá bien.

Competitivos
Sí, porque es posible competir con tus hijos aunque nos parezca una aberración. Hay madres que ven en sus hijas rivales y hay padres que ridiculizan a sus hijos para sobresalir. Si has tenido hijos sin ser muy consciente de lo que estabas haciendo, es posible que descargues tu frustración en ellos y que te niegues a darles cariño y comprensión, a la vez que les culpas de todo lo malo que te pasa.

Indiferentes
Hay veces que no es el control excesivo lo que hace mal, sino la falta absoluta de él. Por desgana o desinterés, se acaba dejando que el niño haga y decida su vida sin estar capacitado del todo para ello, lo que da como resultado niños con poca o ninguna tolerancia a la frustración, caprichosos y egoístas.

Manipuladores
Cambian la realidad a su antojo, se inventan lo que ha pasado. Estos padres son realmente dañinos pues les “venden” a sus hijos una realidad que no existe más que en su cabeza. La que a ellos les viene mejor. Y claro, son tus padres y eres pequeño: ¿a quién vas a creer?

Distantes
No brindan afecto ni valoran el que reciben de sus hijos. Probablemente así crecieron y repiten este triste comportamiento con sus pequeños. Éstos crecen sin recibir amor y acaban por no darlo tampoco, ya que son rechazados. Cualquier muestra de atención que tengan hacia sus padres puede ser recibida con un “es lo que debes hacer, es tu obligación”. Este vacío emocional es muy perjudicial para el niño pues en la etapa adulta desembocará en dificultades para relacionarse y en una sensación de culpa en los momentos que se sienta feliz, ya que lo han criado haciéndole creer que no tiene derecho a serlo.

Limitadores
Perpetúan los roles de género hasta el extremo, educando niñas sumisas, delicadas, femeninas e híper responsables, así como varones que no deben mostrar sus sentimientos y sí ser agresivos y despreocupados. Lo malo no es ser así por tu propia naturaleza, lo nefasto es que tu sexo defina tu forma de ser desde que naces limitando tu vida y tus deseos. Estamos en el 2018, por favor, dejemos que cada niño sea persona ante todo y desarrolle su personalidad de forma natural.

Víctimas
Su afán por llamar la atención no tiene límite: llegan incluso a “enfermarse” si se les lleva la contraria. Para conseguir que los niños hagan lo que ellos quieren aún cuando no sea sano, usan el chantaje emocional de forma deliberada, siendo peligrosísimo, pues la culpa que les hacen sentir anula el carácter y la voluntad del niño, convirtiéndose en una marioneta sin decisión.

Hay muchos más tipos de padres tóxicos, por desgracia. Ojalá entendiéramos todos que es una responsabilidad muy grande tener hijos y educarlos. Que nuestra influencia es brutal en su desarrollo como personas y que si no podemos con ello o nos desborda, debemos pedir ayuda familiar o profesional.

Todavía no existe una guía parental definitiva, puesto que cada familia tiene sus propias circunstancias, limitaciones y formas de actuar. Todo padre y madre intentan buscar lo mejor para sus hijos pero en esta búsqueda es probable que cometan errores, lo importante es darse cuenta e intentar aprender de ellos para poder ofrecer la mejor versión de sí mismo. Y si los progenitores están de acuerdo en la mayoría de límites y actitudes que deben promover hacia sus hijos, y realizan el acompañamiento del menor de un modo afectuoso y cercano, es mucho más probable que los conflictos (si hay) tarden en aparecer, y que cuando lo hagan sean de menor intensidad

¿Te identificas con alguno de estos perfiles de padre tóxico? Lo primero es reconocerlo para poder cambiarlo.


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