El autismo se
caracteriza por dificultades en la interacción y en la comunicación social,
conductas repetitivas y estereotipadas e intereses limitados. La falta de
diagnóstico en los adultos conduce a tratamientos inadecuados y derivaciones
repetidas.
El autismo es una
afección de por vida, que padece el 1,1% de la población adulta y se
caracteriza por dificultad en la interacción social y en la comunicación, con
conductas rígidas y repetitivas. Aunque en algunas personas el autismo se
diagnostica en la infancia, por cada tres casos conocidos hay otros dos sin
diagnóstico. En 4 de cada 5 adultos con autismo, el diagnóstico es difícil y
hasta imposible aunque puedan presentar todos los síntomas característicos.
Estas personas no
habrán recibido la atención, las prestaciones, la ayuda ni el asesoramiento que
se ofrece a las personas a las que sí se ha diagnosticado. Por el contrario, es
muy posible que los juicios acerca de su comportamiento les hayan causado
marginación, ansiedad, inseguridad y dudas respecto a quiénes son y cómo
encajan en la sociedad.
Dificultades que se
presentan con el autismo en la edad adulta
Es una persona que no
entiende los tonos sarcásticos, que puede tomar una broma al pie de la letra y
que puede entender tu risa respecto a la broma como una burla. Por eso hay que
ser especialmente sensibles con la utilización de expresiones sarcásticas e
intentar utilizar un lenguaje más literal.
Además es socialmente
torpe, teniendo momentos incómodos con otras personas: muchas veces no son
hábiles interpretando la intención que hay detrás de la comunicación de los
demás, lo que puede dar lugar a muchos malos entendidos. Además pueden
malinterpretar la falta de contacto visual.
Muestran sus obsesiones
en momentos inadecuados. Muchos de los sujetos muestran un interés exagerado y
fuera de lo común por algo y son incapaces, en ocasiones, de reprimir las ganas
de hablar sobre el tema en cuestión, incluso en momentos en los que no es adecuado.
Muestran poco interés
por asuntos que no les conciernan directamente y que no estén relacionados con
algunos de sus intereses.
Un estudio encuentra
que tienden a juzgar los errores de otras personas de forma estricta. Las
personas que tienen de Autismo de Alto Funcionamiento tienen dificultades para
comprender las intenciones de los demás, según muestra una investigación
reciente.
Esta falta de
comprensión tiende a hacer que los adultos con autismo, incluso los que tienen
cociente intelectual (CI) altos, juzguen a los demás con dureza, lo que podría
plantear problemas para formar y mantener las relaciones.
Nota: Es esencial
destacar que el perfil varía de una persona a otra, por lo que esto solo es un
esbozo de las características principales de este trastorno. Dependerá de la
gravedad de la enfermedad del autismo en la edad adulta la necesidad de ayuda o
la dependencia de cada uno. En los casos más leves
pueden llegar a trabajar y llevar una vida relativamente normal, mientras que
en los casos más graves son totalmente dependientes e incluso carecen de la
capacidad del lenguaje o de la de relacionarse.
El diagnóstico ya de
adulto: Es probable que algunas de las personas que reciben el diagnóstico en
la edad adulta hayan encontrado ya formas de soportar y afrontar la discriminación
y los estereotipos. Pero no siempre es así. Algunos adultos con autismo siguen
luchando a diario por encajar en su vida cotidiana. Y quizá también les resulte
verdaderamente difícil encontrar trabajo, conocer personas nuevas y establecer
relaciones personales.
Para algunos adultos
ser diagnosticado con autismo cambia su vida. Asi lo narra una paciente: “No es
una tragedia, no es un desastre. Somos diferentes pero no somos menos que
nadie”. El diagnóstico cambió su vida. “Todo tuvo sentido”, dijo. “¿Has visto
el final de esa película Sexto Sentido con Bruce Willis, en la que al final,
cuando se da cuenta que está muerto, recuerda todas esas escenas en su mente y
todo se vuelve obvio? Pues, bueno: pienso que el tener un diagnóstico tardío es
como algo así. De repente piensas “por eso fue que hice esto” o “por eso pasó
esto”. Me sentía diferente y no sabía la razón. Ahora sé el por qué y es muy
tranquilizador”.
Las personas con
autismo, en especial los más discapacitados, a menudo caen por las brechas
entre la atención médica y la social, especialmente si no tienen
manifestaciones de un trastorno mental o de dificultad de aprendizaje. Es un
desafío crear servicios integrados de salud y asistencia social para las
personas con autismo. El acceso al tratamiento para adultos con autismo también
es limitado y comprende no sólo la atención en salud mental, sino también el
cuidado de la salud física.
Los adultos que lo
descubren cuando son más mayores seguramente tendrán dificultades para acceder
a la ayuda que realmente necesitan.
La creación de grupos
locales de estrategias terapéuticas para el autismo y de equipos
multiprofesionales podría contribuir a resolver el problema de acceso al
tratamiento. Las familias de los adultos con autismo son las que proporcionan
gran parte de los cuidados y el apoyo necesarios. Las recomendaciones señalan
que ellos también deben recibir apoyo, ya que sin ellos muchas intervenciones
tendrán beneficios limitados.
En lugar de verlo como
una carencia o algo “que no es normal”, debemos verlo como una forma de
reflexionar acerca de lo diferentes que somos las personas.
Compilador/investigación