Una pequeña guía para padres. En este artículo tratare las posibles causas a este problema tan común en niños, así como soluciones prácticas y efectivas para ellos.
Desarrollar las
habilidades y los conocimientos de cada niño es una tarea fundamental que debe
aplicarse tanto en casa como en la escuela, pero en muchas ocasiones puede
ocurrir que el niño se distraiga o se despiste con facilidad. Esto puede
acarrear problemas de atención y concentración, y eso puede verse reflejado en
sus notas escolares aun siendo un niño muy inteligente.
Si su hijo es despistado, existen factores que llevan a que la distracción sea una tendencia muy frecuente en su hijo. Quienes tienen niños más activos sabrán a ciencia muy cierta que educar a estos niños suele ser una tarea titánica. Los niños activos y que no pueden estar quietos por un momento son los más propensos a tener más distracción, son más despistados y eso le acarrea dificultades a la hora del aprendizaje.
Causas por las que un
niño puede ser despistado o distraído
Los niños que suelen
tener un nivel alto de actividad, no pueden estar quietos en ningún instante y
mucho menos prestar atención durante los 45 minutos o una 1 hora que suele
durar cada clase y/o cada explicación del profesor en la misma. Estos niños son
más propensos a distraerse con facilidad y desconectar su mente por completo de
la clase, dificultándose así, gravemente, su aprendizaje diario.
Las causas más comunes
suelen ser:
Un trastorno por
déficit de atención (TDA). Puede estar unido a la hiperactividad (TDAH).
El cansancio o el
estrés: Si el niño tiene problemas de sueño o tiene cada día demasiadas
actividades o clases extraescolares, esto puede influir negativamente en su
concentración y/o atención. Descansar es una parte fundamental para que nuestro
cerebro este siempre al 100%. Bien por dormir poco o por un exceso de
actividades, disminuye la capacidad de concentración y se dificulta la memoria.
Problemas de visión o
de audición: En muchas ocasiones puede ocurrir que nuestro hijo tenga algún
problema visual o auditivo, impidiéndole concentrarse en las explicaciones del
profesor. Cada año suelen hacerse revisiones en los colegios, pero si no es el
caso, siempre podemos llevarle a un especialista por si el problema de su falta
de atención radica ahí. Un defecto visual o auditivo no diagnosticado ni
tratado puede hacer pensar en una falsa falta de atención.
El nerviosismo: Cualquier
situación que nos produzca estrés o nerviosismo, influye en nuestra memoria y
en la capacidad de almacenar nueva información. Cuando estamos nerviosos
segregamos corticotesona una hormona que interfiere en el recuerdo.
Una mala alimentación: Una
buena alimentación es fundamental para rendir bien, tanto mental como
físicamente. En la actualidad existen multitud de suplementos para suplir estas
deficiencias, pero lo mejor siempre es hacer una dieta variada y saludable. La
falta de algunos nutrientes esenciales en su dieta puede interferir en la
calidad de la memoria.
La buena noticia
es que la distracción de los niños tiene solución. Existen algunas técnicas que
pueden ayudar a los niños a superar sus problemas atencionales y desarrollar
una mayor concentración.
Como mejorar la
atención de los niños despistados
Cuando no exista
evidencia de que su falta de atención se deba a algo patológico, puedes ayudar
a tu hijo siguiendo los siguientes consejos:
Utiliza la motivación: Es
muy importante el encontrar las actividades que le gustan al niño y motivar sus
ganas de avanzar para que adquiera interés por superarse a sí mismo cada día.
Una vez logrado este paso, será importante aplicar la misma táctica con el
resto de actividades diarias. Hay que buscar aquello que le gusta mucho hacer y
fomentarlo, a la par que lo utilizamos como forma de motivación para otras
actividades.
Refuerzo positivo: Refuerza
las actividades bien hechas y la dedicación con constantes felicitaciones y, de
vez en cuando, con premios como jugar quince minutos más con la Tablet o
regalarle un cuento, jugando con él, llevándole el fin de semana a ver una
película o comprándole un libro.
Juegos de atención y
concentración: Existen numerosos juegos para trabajar la atención y la
concentración, como las secuencias temporales, emparejar figuras iguales,
colorear dibujos con sumas y restas, láminas de trazos donde se deben seguir
los números, etc. memorias de parejas, buscar un dibujo en una lámina, colorear
mandalas o dibujos abstractos complejos, elegir una respuesta correcta entre
varias, hacer una silueta siguiendo los puntos numerados, colorear según un
código de color señalado por números, ordenar tarjetas según una secuencia
temporal o buscar un objeto escondido siguiendo instrucciones o interpretando
pistas.
No agobiar con varias
cosas a la vez: Siempre es más fácil realizar las tareas de una en una. Así, no
se distraerá al recibir varias órdenes al mismo tiempo.
Memoria visual: Utilizar
con dibujos o fichas para que el niño/a recuerde sus obligaciones y tareas,
como recoger el cuarto, lavarse los dientes, etc., o incluso temarios de
asignaturas utilizando varios colores.
Métodos de relajación: Si
el niño sufre de ansiedad y/o de nerviosismo.
Extra
Ayuda a los niños
distraídos o despistados
Asegúrate de que tu
hijo duerme y descansa lo suficiente: La falta de sueño y el agotamiento físico
son unas de las causas más comunes de la falta de atención y las constantes
distracciones en el niño. Si tu hijo no descansa lo suficiente o duerme mal por
la noche es normal que al día siguiente se sienta cansado y que no logre
concentrarse al 100%.
Instaura rutinas en su
vida cotidiana: Las rutinas son una herramienta excelente para que tu hijo se
implique más en las tareas cotidianas y no olvide lo que tiene que hacer. De
hecho, cuando las rutinas se conviertan en hábitos, el niño realizará
determinadas tareas de forma prácticamente automática, lo cual te evitará tener
que recordárselas constantemente.
Explícale
detalladamente cada orden o instrucción: Los niños con déficit de atención
suelen ser despistados y olvidadizos, por lo que es importante que le expliques
detalladamente qué deseas de él. Cuando le vayas a pedir algo, asegúrate de que
te esté prestando atención y, al terminar, puedes pedirle que te repita las
instrucciones, para asegurarte de que las ha comprendido y memorizado.
Evita las distracciones
en su entorno: Si tu hijo se distrae con facilidad, evita exponerlo a distracciones
adicionales: mantén su habitación lo más organizada posible, guarda los
juguetes en un sitio donde no se puedan ver a simple vista, no enciendas el
televisor mientras hace los deberes y mantén los dispositivos electrónicos
fuera de su alcance, al menos hasta que llegue el momento del juego.
Comienza siempre por
las tareas más complejas: A medida que el día avanza, es normal que el niño se
sienta más agotado, que pierda más rápido el interés y que se distraiga con
mayor facilidad. Por eso, es conveniente que comience por las tareas más
complicadas ya que así podrá prestarles mayor atención. Asegúrate de que tu
hijo lo comprenda y que comience siempre los deberes escolares por las materias
más complejas.
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