Las víctimas de una relación “mega tóxica” se culpan a sí mismas de los problemas de pareja; se sienten confundidas, exhaustas y deprimidas por el daño psicológico que les han causado los psicópatas integrados.
¿Estaré
loco/a? ¿Será que no valgo nada? Son ideas que rondan en la cabeza de las
personas que conviven con un psicópata integrado, un personaje que, contrario a
lo que algunos piensan, no es el protagonista de una película de terror sino
una persona que “vive entre nosotros”.
Así lo explica Iñaki Piñuel, psicólogo especializado en el tratamiento de víctimas de acoso psicológico y autor de varios libros sobre acoso escolar y laboral.
Su último libro, “Amor Zero”, pretende servir como “manual de autoayuda” para que las víctimas puedan entender y superar el paso de ese huracán emocional por su vida con una técnica por excelencia: el contacto cero.
Antes de entrar a explicar cómo actúan, Piñuel considera que es importante identificar si, en efecto, se trata de una pareja psicopática, porque “no se debe generalizar” a partir de actitudes comunes como el egoísmo.
Los psicópatas integrados o “domésticos” (hombres y mujeres en igual proporción) son personas que tienen “una sofisticadísima capacidad para el mal, son incapaces de ponerse en el lugar de sus parejas, sentir pena, lástima o compasión por ellas”. Sin embargo, distinguirlos no es nada fácil, ya que al inicio tienden a mostrarse como seres “encantadores, adorables, magníficos e intachables”, y cuando por fin se cae su máscara, dejan ver “el personaje siniestro que está ahí detrás”, afirma el psicólogo.
“Es como si te empujaran, te cayeras y después te acusaran de ser torpe”, expone Piñuel.
¿Cómo
logran atraer a sus parejas?
Los
psicópatas integrados atraen y seducen a sus víctimas a toda velocidad por
medio de un “bombardeo amoroso”, haciéndolas sentir únicas y bridándoles
seguridad, afirma Piñuel.
Utilizan la seducción sexual como arma, “generando una potentísima adicción” y se van vivir rápidamente con ellas, “se meten en sus vidas, en sus redes y en sus familias”, explica el psicólogo.
Esto lo logran mediante “un sistema de detección de aquello que hace a las personas bajar la guardia”, es decir, que el psicópata analiza sus anhelos, debilidades y fortalezas para luego simular afinidad y hacerlas sentir “como en casa”.
¿Cómo eligen a sus víctimas?
“Cualquiera
puede convertirse en víctima de un psicópata”, plantea Piñuel, y desmiente que
algunas personas “tengan un factor de personalidad que atrae a los psicópatas”.
Aun así, Piñuel resalta que “sí hay un factor” que puede incrementar la probabilidad de ser elegido por un psicópata integrado: “una vulnerabilidad personal que tiene que ver con la procedencia de la familia de la víctima, sobre todo de adultos que provienen de familias disfuncionales, donde ha habido violencia, alcoholismo y/o maltrato psicológico”.
Es decir, que los niños víctimas de maltrato, o que no han tenido a alguno de sus padres, “llegan a la edad adulta siendo más vulnerables porque quieren creer que han encontrado el amor de sus vidas, aquel que les va a cuidar y curar sus heridas”.
¿Cómo pueden defenderse las víctimas?
“Todo
aquel que juega con un psicópata pierde, asegura el psicólogo y, por eso,
recomienda a las víctimas que “cuando se den cuenta de que tienen un psicópata
en sus vidas, ¡no se detengan: corran!”.
Piñuel, quien lleva 25 años asesorando a pacientes con estrés postraumático en su recuperación, asegura que una vez se ha identificado el problema, “empieza un tiempo prolongado” de recuperación psicológica, emocional, etc...
El psicólogo asegura que “cualquier persona, así haya vivido 20 o 30 años con un psicópata, puede liberarse perfectamente, la edad no es un impedimento para lograrlo”. Y la clave, subraya Piñuel, es “no volver a tener ningún contacto telefónico por WhatsApp, ni Facebook, ni email”, porque cualquier acercamiento expone a la víctima al peligro de “volver a engancharse”.
Cuando hay hijos en común, “lo mejor es hacer todo por medio de intermediarios y, si no, al menos mantener cero contacto visual”. Por eso, Piñuel insiste en que con una sola mirada, un psicópata integrado “es capaz de volver a engatusar a su víctima”.
Siete señales que tu pareja es un psicópata integrado:
1.
“Almagemelización”: Te dice rápidamente que eres su alma gemela. “En las
primeras citas te escucha atentamente”. Es difícil creer que hayas encontrado a
alguien tan perfecto.
2. Sexo instrumental: “Utiliza el sexo como instrumento de control”. Después de haberte incitado a caer en sus brazos, de repente “se vuelve frío” y desinteresado.
3. Te deja colgado/a: “Te sientes tirado/a o abandonado/a emocionalmente, como en una constante competición con otros por su atención y compañía”, explica Piñuel en “Amor Zero”.
4. El ex fantasma: “Terminas frecuentemente hablando de su ex pareja”. Según Piñuel, siempre acusa a sus ex de estar “locos” y ser “psicóticos y/o celosos”.
5. Solo tú pareces ver su verdadero “yo”: Te preguntas cómo es que nadie se da cuenta de su crueldad. Los demás lo consideran “una persona encantadora”, porque es “un experto en mantener relaciones superficiales”.
6. Especialista en tu vulnerabilidad: “Se ha convertido en experto en tus puntos débiles”. Todo lo que le contaste al inicio de la relación, ahora es su arma en tu contra.
7. Daños psicológicos: Te sientes desequilibrado, depresivo y hasta tienes ideas suicidas. “Te sientes violado en lo más profundo de tu alma”. Ya no disfrutas de la vida como antes de conocer al psicópata integrado.
Cinco pasos para lograr el “Amor Zero”:
El psicólogo Iñaki Piñuel considera que antes de desarrollar las estrategias para recuperarte, es indispensable comprender que no tienes la culpa de lo que te pasó. Además, aunque sea “confuso y doloroso”, debes ser consciente de que esa persona de la que te enamoraste: “no existe”.
- Es necesario cerrar todas las vías de comunicación, eludir encuentros con amistades y lugares comunes.
- En caso de trabajar juntos, debes eludir su mirada.
- Libérate de todo lo que pueda recordarte al psicópata integrado (regalos, fotos, prendas). Se debe recordar que “todo aquello no fue amor, sino una manipulación”. De lo contrario, estos objetos pueden reactivar el trauma.
- No permitas que recupere el poder sobre ti con palabras y promesas. Tampoco intentes hacerle saber que estás bien sin él. Hazte cargo sólo de tu propia vida.
- Busca a un psicólogo especializado. Además, vuelve a conectar con familiares y amigos que pueden ayudarte a salir adelante. Lleva un diario.
En
el caso de ser económicamente dependiente, solicita ayuda a tus amigos. Múdate
una temporada con un familiar, mientras recuperas el control de tu vida. “Sí se
puede salir de esa relación. Si otras víctimas lo han logrado, tú también
puedes”, concluye Piñuel.
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