Quizás nunca hayas oído hablar de la depresión de alto funcionamiento. Este tipo de depresión está muy presente entre nosotros. Y es que de entre todos los tipos de depresión, es justo esta la que se sale de los estándares esperados de dicha enfermedad mental.
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Se puede tener una vida
perfecta en apariencia, pero no plena. Porque se puede disfrutar de muchas
actividades y aficiones, pero que no te acaben de llenar. A pesar de esa
apariencia externa, hay algo dentro de ti que no te permite ilusionarte,
motivarte y, en definitiva, ser feliz.
Es por ello que me
gustaría explicarte qué es la depresión de alto funcionamiento para que, si te
sientes identificado con sus síntomas, ofrecerte la mejor ayuda posible para
poder superarla.
¿Qué es y qué síntomas presenta la depresión de alto funcionamiento? ¿Crees que padeces depresión de alto funcionamiento? Permite que te ayude:
¿Qué es y qué síntomas
presenta la depresión de alto funcionamiento?
También conocida como depresión de alta funcionalidad o distimia, te permite vivir tus rutinas diarias, tu trabajo, eventos familiares y aficiones con total normalidad, pero en el fondo te sientes desmotivado, desilusionado y cada vez te cuesta más disfrutar de los placeres de la vida.
Pero a diferencia de otro
tipo de depresiones, no te deja postrado en la cama entre tristeza y lágrimas,
sino que eres capaz de levantarte de ella cada mañana y cumplir tus
obligaciones. Es decir, sigues con normalidad tu vida cuando tienes depresión
de alto funcionamiento.
Ahora bien, pese a ser
bastante difícil de diagnosticar, hay algunos síntomas que ayudan a tratar de
comprender los procesos mentales en cada persona y saber si es posible que esté
sufriendo dicho trastorno. Conoce algunos de ellos:
Dificultad para
experimentar alegría, ilusión y motivación
Porque lo que antes te
llenaba, ya no lo hace. Las aficiones que durante tanto tiempo te han aportado
felicidad se sienten grises y aburridas. Te da igual que gane tu equipo
favorito, y celebras con indiferencia cualquier éxito personal o de personas
cercanas.
Las personas que padecen
esta depresión tampoco están muy abiertas a nuevas experiencias, cerrándose en
su zona de confort y en ese circuito diario que les aporta seguridad y rutina.
Y quizás sí les interese
probar cosas nuevas en el fondo, pero también hay algo dentro de ellas que les
retiene a lanzarse.
Lo que podría ser un
bajón emocional temporal se convierte en algo a largo plazo que puede durar
semanas, meses e incluso años. Esta incapacidad por sentir plenitud no solo
afectará a la propia persona, sino a sus relaciones sociales e incluso a los
vínculos familiares.
Autocrítica implacable
De cualquier error se
forma una montaña, eres capaz de fustigarte durante varios días por esa
estupidez que cometiste y te arrepientes de que esa falta de energía no te haya
permitido hacer las cosas de manera diferente. Pero aun así, no encuentras
fuerzas para ponerle remedio.
La autocrítica se acentúa con la depresión de alto funcionamiento. Y es que pese a poder hacer las cosas perfectas, como siempre, hay pequeños detalles que te rechinan; e incluso puedes creer que tu esfuerzo ha sido insuficiente, pese a que los demás te feliciten por tu trabajo.
Creerás que eres
insuficiente, que no eres válido y poco a poco esos pensamientos saboteadores
minarán tu autoestima. Dejarás de ser objetivo ante tus propios éxitos y logros
para permitir que el sentimiento de frustración siempre esté presente, aunque
no hayas cometido ni siquiera un error.
Las cosas pequeñas se
magnifican
Esas situaciones
cotidianas que antes pasabas por alto, ahora se convierten en otro granito de
arena en tu zapato. Gestos, palabras, ruidos e incluso actitudes que podrían
ser inofensivas ahora te hacen sentir irritado y molesto.
La depresión de alto
funcionamiento reduce el límite de tolerancia ante estas situaciones,
haciéndote más sensible a que te generen malestar y, en definitiva, que se te
vaya acumulando negatividad en tu interior que estallará tarde o temprano.
Utilización de
estrategias propias de afrontamiento
Los síntomas a veces
persisten tanto que el propio afectado por la depresión trata de buscar una
solución. Es por ello que de forma inconsciente acude a las estrategias de
afrontamiento, centrándose primero en el problema, luego en las emociones y por
último, la evitación.
Centrarse en el problema
suelen utilizarse cuando la situación aún es controlable y se puede remediar, modificando
el origen del problema para que este no afecte a la persona. Pero si se vuelve
incontrolable y no se puede solucionar, emergen las emociones y se debe lidiar
con ellas, por ejemplo, cuando las cosas pequeñas se magnifican.
Por último, las estrategias
de evitación se utilizan para evadirse del problema, para darle una patada a la
pelota y esperar que en el futuro se solucione. La distracción en otras tareas
ayuda a tomar distancia, evitar el estrés de afrontar la situación de frente y
crea un hábito que no facilitará la resolución de los problemas.
¿Crees que padeces
depresión de alto funcionamiento?
Muchas personas que
sufren este tipo de depresión necesitan ayuda y nunca acaban por conseguirla,
ya sea porque creen que sus síntomas no son tan graves o porque ni siquiera
saben que padecen esta enfermedad.
No es fácil superar sus
síntomas, sobre todo cuando han arraigado durante mucho tiempo sin tratarlos.
Es por ello que muchas personas que necesitan ayuda para vencer a la depresión
de alto funcionamiento se resisten a cambios que rompen su normalidad creada a
través de años de rutina.
Si crees que sufres
depresión con alta funcionalidad, no te quedes con la duda: acude a un
profesional que te ayude a despejar cualquier incógnita, diagnosticarte de
forma adecuada y comenzar a trabajar para vivir con más ilusión, motivación y
felicidad.
Iratxe López, Doctora en
Psicología y Psicóloga Clínica.
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