Páginas

miércoles, 16 de mayo de 2012

Trastorno de Identidad Disociativa

Los trastornos disociativo ( TID ) se definen como todas aquellas condiciones patológicas que con llevan disrupciones o fallos en la memoria, conciencia, identidad y/o percepción.
El trastorno de identidad disociativo fue llamado en un comienzo trastorno de personalidad múltiple, como referencia a esto, el nombre se mantiene en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud. Aunque el trastorno lleva por nombre trastorno de identidad disociativo, este no esta relacionado de ninguna manera con la esquizofrenia. Aunque el término de "personalidad dividida", es un término ampliamente asociado con la esquizofrenia, este no es un término aceptado por profesionales en relación con la identidad disociativa. En este trastorno se observa que el paciente alterna dos o más personalidades distintas, existiendo una amnesia para una cantidad importante de información relativa a las otras identidades.
La persona que padece este trastorno puede adoptar hasta cien identidades distintas, en ciertos casos cada una de estas identidades son completas, con gestos propios, tono de voz y respuestas fisiológicas, independientes la una de otra, en otros casos sólo se diferencian las identidades por algunas características concretas.
Causas

El trastorno de identidad disociativo  es el resultado de una falla en la integración de varios aspectos de la identidad, la memoria y la conciencia, en donde, cada personalidad que posee el individuo se vive con un nombre, imagen, historia personal e identidad distintos. Hay una personalidad primaria que corresponde a la identidad verdadera del sujeto, la que se caracteriza por ser pasiva, dependiente, culpable y depresiva, en cambio, las demás personalidades en general poseen nombres y rasgos que contrastan con la personalidad real del individuo.
El trastorno de identidad disociativo parece estar causado por la interacción de varios factores:
  • El estrés insoportable, como el haber sufrido abusos físicos o psicológicos durante la niñez.
  • Una habilidad para separar los propios recuerdos, percepciones o identidades del conocimiento consciente (capacidad disociativa)
  • Antes de tener una visión unificada del yo y de los otros se puede consolidar sólidamente un desarrollo anormal
  • Una insuficiente protección y atención durante la niñez.
 hechos traumáticos para una persona, que en este caso utiliza una tendencia natural a “disociarse” como fuga de escape, a la creación de distintas identidades que hagan frente a dichas situaciones. Una forma de liberar la tensión reprimida. También se relaciona con una falta de apoyo social durante o después del abuso. La amnesia disociativa y los estados de fuga también son reacciones claras a fuertes tensiones vitales.
 El desarrollo humano requiere que los niños sean capaces de integrar complicados y diferentes tipos de información y experiencias. A medida que los niños aprenden a forjarse una identidad cohesionada y compleja, pasan por fases en las cuales se mantienen separadas diferentes percepciones y emociones. Pueden usar estas diferentes percepciones para generar diferentes yo, pero no todos los niños que sufren abusos, pérdidas o traumas importantes, resultan desarrollando múltiples personalidades. Los que sí tienen esta capacidad también tienen formas normales de resolver sus problemas, y en general, estos niños vulnerables están lo suficientemente protegidos y tranquilizados por los adultos como para que no se desarrolle un trastorno de identidad disociativo.
Síntomas

Las personas con un trastorno de identidad disociativo pueden experimentar a menudo un cuadro de síntomas que pueden parecerse a los de otros trastornos psiquiátricos. Los síntomas pueden ser similares a los de la ansiedad, de las alteraciones de la personalidad, de la esquizofrenia y de los trastornos afectivos o de la epilepsia. La mayoría de las personas sufre síntomas de depresión, ansiedad (dificultad para respirar, pulso acelerado, palpitaciones), fobias, ataques de pánico, alteraciones del apetito, estrés postraumático y síntomas que simulan los de las enfermedades físicas. Pueden estar preocupadas por el suicidio y son frecuentes los intentos, así como los episodios de automutilación. Muchas personas con trastorno de identidad disociativo abusan del alcohol o de las drogas en algún momento de su vida.
El cambio de personalidades y la ausencia de consciencia del propio comportamiento en las otras personalidades hacen a menudo caótica la vida de una persona con este trastorno. Como las personalidades con frecuencia interactúan entre ellas, la persona dice oír conversaciones internas y las voces de otras personalidades. Esto es un tipo de alucinaciones.
Hay varios signos característicos del trastorno de la personalidad disociativo:
  1. Síntomas diferentes que ocurren en distintos momentos.
  2. Una capacidad fluctuante para asumir sus funciones, desde la eficacia en el trabajo y en la casa hasta la inhabilidad.
  3. Intensos dolores de cabeza y otros síntomas físicos.
  4. Distorsiones y errores en el tiempo y amnesia.Despersonalización y desrealización (sentimiento de estar separado de uno mismo y experimentar su medio como irreal).
Diagnostico
 Las personas con un trastorno de identidad disociativo tienen típicamente una historia de tres o más diagnósticos psiquiátricos previos diferentes y que no han respondido al tratamiento. Estas personas están muy preocupadas por temas de control, tanto el autocontrol como el control de los demás. Para realizar el diagnóstico de trastorno de identidad disociativo, el médico debe proceder a realizar una entrevista médica y psiquiátrica, incidiendo especialmente acerca de experiencias disociativas. Se han ideado entrevistas especiales para ayudar al médico a identificar el trastorno. El médico también puede entrevistar al paciente durante períodos largos, pedirle que lo visite regularmente y utilizar la hipnosis o entrevistas con facilitación farmacológica para tener acceso a sus personalidades. Estas medidas aumentan la posibilidad de que la persona cambie de una personalidad a otra durante la evaluación. De forma creciente, los médicos consiguen hacer manifestarse las diferentes personalidades pidiendo que hable la parte de la mente que estuvo implicada en un comportamiento concreto. Puede que el paciente no recuerde este comportamiento o que lo haya experimentado más como un observador que como un sujeto activo (como si la experiencia fuera como un sueño o irreal).Pueden hacer cosas y no reconocerlas, porque ellos no eran los que lo hacían o simplemente no saben porque lo hacen.
Tratamiento y pronostico
El trastorno de identidad disociativo requiere psicoterapia, con frecuencia facilitada por la hipnosis. Los síntomas pueden ir y venir de modo espontáneo, pero el trastorno no desaparece por sí mismo.
El tratamiento puede aliviar algunos síntomas específicos pero no tiene efectos sobre el trastorno en sí mismo.
El tratamiento es a menudo arduo y emocionalmente doloroso. La persona puede experimentar muchas crisis emocionales debido a acciones de las personalidades y por la desesperación que pueden acarrear los recuerdos traumáticos durante la terapia. A menudo son necesarios varios períodos de hospitalización psiquiátrica para ayudar a la persona en períodos difíciles y para operar de un modo directo sobre los recuerdos dolorosos. Frecuentemente el médico utiliza la hipnosis para que se manifiesten (para tener acceso a) las personalidades, facilitar la comunicación entre ellas, estabilizarlas e integrarlas. La hipnosis también se usa para reducir el impacto doloroso de los recuerdos traumáticos.
Generalmente, son necesarias una o dos sesiones de psicoterapia a la semana durante al menos 3 a 6 años. Las sesiones tienen como objetivo integrar las personalidades en una personalidad única o alcanzar una interacción armoniosa entre ellas que permita una vida normal sin síntomas. La integración de las personalidades es lo ideal pero no siempre se consigue. Las visitas al terapeuta son reducidas gradualmente pero es raro que se terminen. Los pacientes pueden confiarse al terapeuta para que les ayude, de vez en cuando, a afrontar los problemas psicológicos, del mismo modo que pueden hacerlo periódicamente con su propio médico.
El pronóstico de las personas con un trastorno de identidad disociativo depende de los síntomas y de las características del trastorno. Algunas tienen principalmente síntomas disociativos y características postraumáticas; esto significa que, además de sus problemas de memoria e identidad, experimentan ansiedad acerca de acontecimientos traumáticos y el hecho de revivirlos y recordarlos. Generalmente, se recuperan por completo con el tratamiento.
Otras personas tienen adicionalmente trastornos psiquiátricos graves, como trastornos de la personalidad, afectivos, alimentarios y de abuso de drogas. Sus problemas mejoran más despacio y el tratamiento puede tener menos éxito o bien debe ser más largo y pueden aparecer más crisis. Por último, algunas personas no solamente tienen otros problemas psicológicos graves sino que también están gravemente comprometidas con otras personas que las acusan de haber abusado de ellas.
 El tratamiento a menudo es largo y caótico y trata de reducir y de aliviar los síntomas más que de conseguir la integración. A veces, incluso un paciente con un mal pronóstico mejora lo suficiente con la terapia para sobrellevar el trastorno y comenzar a dar pasos rápidos hacia la recuperación. Criterios para el diagnóstico de
Criterios para el Trastorno de identidad disociativo (CIE 10  y DSM 4)
  • A. Presencia de dos o más identidades o estados de personalidad (cada una con un patrón propio y relativamente persistente de percepción, interacción y concepción del entorno y de sí mismo).
  • B. Al menos dos de estas identidades o estados de personalidad controlan de forma recurrente el comportamiento del individuo.
  • C. Incapacidad para recordar información personal importante, que es demasiado amplia para ser explicada por el olvido ordinario.
  • D. El trastorno no es debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., comportamiento automático o caótico por intoxicación alcohólica) o a una enfermedad médica (p. ej., crisis parciales complejas).
Nota: En los niños los síntomas no deben confundirse con juego fantasiosos o compañeros de juego imaginarios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario