Fue político estadounidense, decimosexto
presidente de los Estados Unidos y primero por el partido republicano, es una
especie de héroe, mártir e incluso (a últimas fechas) un cazador de vampiros,
él es el presidente que todos los otros presidentes quieren llegar a ser una
vez que son electos.
En un único mandato,
este hombre liberó a los esclavos, mantuvo la Unión americana y le mostró al
mundo cómo manejar un país como un gran jefe. Aunque todo eso termina por ser
opacado, ya que él realizaba todas estas acciones al mismo tiempo que se
comportaba como un ser despreciable, torpe y autoritario.
La biografía de Lincoln
es bien conocida, desde su humildísimo nacimiento a su asesinato en un teatro. Fruto
de su entrenamiento como abogado, Lincoln ha pasado a la historia como un gran
orador. Era famoso por contar historias, utilizar metáforas y saber llamar la
atención de los oyentes. Pero hay algunos aspectos del presidente no tan
conocidos que deben ser resaltados. En realidad, Lincoln era sobre todo un
pragmático y este pragmatismo a veces lo
llevó a apoyar algunas leyes verdaderamente repugnantes.
Sobre todo en el
racismo de Lincoln. "No estoy ni he estado nunca a favor de la igualdad
social y política de blancos y negros, ni de otorgar el voto a los negros, ni
permitirles ocupar cargos públicos o casarse con blancos." Esta frase,
tomada de un discurso de Lincoln, pinta sus ideas racistas. Así es, el hombre
que, eventualmente, “liberó a los esclavos” casi los condena a una eternidad de
servidumbre en su lugar.
La propuesta inicial de
Lincoln consistía en liberar a los esclavos, pero como parte de un plan que los
deportaría al África, "de donde vinieron". De este modo, ciertos
estados de la Unión Americana se convertirían en un santuario "para los
blancos libres del mundo entero". No lo llegó a poner en práctica porque
fue asesinado antes.
Lincoln siempre
consideró que la esclavitud era deplorable llegando a declarar que “si la
esclavitud no es errónea, entonces nada es erróneo”. Sin embargo, Lincoln era
un moderado, consideraba que los nuevos territorios no debían permitir esa
institución deplorable y que algún día la esclavitud desaparecería del país. Lo
que es verdad que Lincoln ni era partidario de la “igualdad racial“, ni era el
“abolicionista radical” como nos lo quieren presentar. Algo así como un
personaje dispuesto a imponer por la fuerza la emancipación de los esclavos del
Sur de América
Durante su presidencia
(1861-1865) firmó la Ley de Emancipación de Esclavos, ciertamente, pero
primero, lo hizo por conveniencia política y estrategia de combate durante la
Guerra de Secesión (el Norte estaba al borde de la derrota) y no por razones
estrictamente humanitarias, segundo, se trata de una libertad erizada de
condiciones y limitaciones, y tercero, actúa bajo la presión de Wendell
Phillips, Thaddeus Stevens, Frederick Douglass y otros liberales, que llevaban
años preconizando la igualdad de blancos y negros y promoviendo leyes
antiesclavistas. Si buscan próceres de la causa, son estos personajes, no
Lincoln. Todo ha confluido, sin embargo, para convertirlo en un santo civil: su
ascenso de la pobreza a la Presidencia, sus virtudes de estadista en otros
órdenes, su asesinato.
La realidad es que
aquella decisión proclamó la emancipación de los esclavos con la adopción de
las enmiendas 13ª y 14ª de la Constitución de los Estados Unidos fue sólo
“oportunismo político” ya que con esta medida se ganaba a la opinión pública
americana y a otras naciones de Europa y Sudamérica, ya que él nunca había
creído en “la igualdad de las razas”.
Lincoln nunca pensó que
con su “emancipación” los negros tuvieran “los mismos derechos que los blancos”
y en 1865, poco antes de finalizar aquella guerra dijo estas palabras: “Creo
que sería mejor deportarlos a todos a algunas tierras fértiles con buen clima
donde pudieran vivir sin mezclarse“. Sobre el racismo lincolniano se conocían
unos cuantos ensayos, que quedaron aplastados bajo el mito histórico.
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Hechos sobre la historia Negra de Lincoln
- Imposición de la censura
- Deportó a sus críticos
- Suspendió el Hábeas Corpus
- El nombramiento de Ambrose Burnside
- Suspensión de la Proclamación de Emancipación dada por el general Hunter
- Nombramiento del General Hooker
- Condescendiente con los dueños de esclavos
- Se ensañó con los nativos americanos
- Supervisó un campo de concentración
- Defendió la limpieza étnica
Jan Morris es un
biógrafo que ha escrito mucho sobre este personaje y nos dice de él que:
“Abraham Lincoln, decimosexto presidente de los Estados Unidos de América, fue
un presidente de la miseria” añadiendo que en los 175 discursos pronunciado por
aquel presidente entre 1854 y 1860 “siempre insistió en que sería
anticonstitucional abolir la esclavitud”. En 1858 en su campaña para el Senado
lo dejó meridianamente claro: “Ni soy ni he sido nunca partidario de la
igualdad entre blancos y negros. Hay diferencias que impiden que vivan juntos
en situación de igualdad social y política; pero si llegaran a vivir juntos
será en una posición de superior a inferior y, como casi todo el mundo, estoy a
favor de que la posición superior la asuma la raza blanca“. Y aún más. En 1862
siendo ya presidente, recibió en la Casa Blanca a un grupo de líderes negros y
tuvo el cuajo de decirles estas palabras: “Incluso cuando dejéis de ser
esclavos, estaréis lejos de ser iguales a los blancos. Es mejor para vosotros
vivir separados“. Alguna vez le llamaron un “racista en recuperación” que
utilizaba la palabra racista y le gustaban los espectáculos de teatro musical
donde actores blancos se pintaban las caras de negro.
Algunos historiadores
dicen que Lincoln esperaba terminar lentamente con la esclavitud sin dividir a
la nación. Públicamente habló sobre detener la expansión de la esclavitud. “Era
un gradualista” “Intentaba prevenir una revolución sangrienta. No podía”. En
cuanto a los verdaderos sentimientos de Lincoln sobre los negros, ese tema
podría estar siempre sujeto a discusión.
Hay unanimidad entre
los historiadores al considerar que Lincoln sufrió de depresión.
“Soy actualmente el más
miserable de los hombres vivos. Si lo que siento se distribuyera por igual a
toda la familia humana, no existiría un solo rostro alegre sobre la tierra. No
sé si alguna vez estaré mejor, tengo el horrible presentimiento de que jamás lo
estaré. No puedo seguir viviendo así, creo que debo morir o mejorar”.
En su juventud llegó a
ser vigilado por sus vecinos que temían que pudiese llegar a suicidarse tras el
fallecimiento de su primera novia. Se afirma que la muerte de la madre de
Lincoln fue la causa y el comienzo de la batalla de por vida de Lincoln con
melancolía. Un niño pequeño, el futuro presidente tuvo que soportar el dolor y
la tristeza de perder un hermano recién nacido, una hermana, un tío y una tía.
Estas muertes se convirtió en incrustado en la psique de Lincoln de la joven,
resultando en una serie de profunda tristeza. La tendencia melancólica de su personalidad le
acompañó toda la vida, incluidos sus años en la Casa Blanca, cuando a nivel
personal tuvo que afrontar la muerte de su hijo William (previamente había
fallecido el primogénito Edward con sólo tres años). Además de las enfermedades
conocidas, como la viruela y el estreñimiento, y cáncer.
“La melancolía de
Lincoln: cómo la depresión desafió a un presidente y le impulsó hacia la grandeza”
En el siglo XIX, el concepto de melancolía (depresión) no tenía las mismas
implicaciones que hoy en día. En la actualidad Lincoln no sería apto para el
puesto y probablemente estaría de baja. Los fármacos de la época fueron sus
compañeros habituales. Tendría un diagnostico actual de Depresión mayor, el consumía
opiáceos y extracto de zarzaparrilla, entre otras muchas sustancias. No
obstante, Lincoln estaba convencido de que su melancolía era consecuencia
inexorable de su constitución y que, por eso, sufría más que los demás. Trataba
de mantenerse ocupado para distraerse, de manera que el trabajo se convirtió en
su refugio. Y para liberar su melancolía leía, recitaba y componía poesía. En
esos días, no hubo psiquiatras, antidepresivos, psicoterapia y terapia de grupo
disponibles como hoy en día.
Pero a medida que iba
avanzando la vida, este republicano, contrario a la esclavitud y defensor de la
unión federal, fue domando la enfermedad. Sus esfuerzos para mantenerse vivo le
obligaron a desarrollar ciertas aptitudes. Trabajó para mejorar y para llegar a
un exhaustivo autoconocimiento, cultivó su disciplina y otras estrategias que,
en definitiva, conformaron su personalidad.
Aunque este presidente
tenía muchas razones para estar triste, se dice que padecía alguna variación
del Síndrome de Marfán, de origen genético conocido bajo el nombre de “MEN 2B”
(Multiple Endocrine Neoplasia 2B o Neoplasia Endocrina Múltiple 2B). Una
condición que podría ser responsable de su alta estatura y quizás también de
sus enfermedades y comportamientos extraordinarios. Aun que las personas con
síndrome de Marfan presentan subluxación o luxación de cristalino, condición
que precise frecuentemente correcciones ópticas que nunca fueron necesarias en
Lincoln. Además, fue golpeado en su juventud en la frente por un caballo,
trauma que le generó inconciencia, pero que nunca se asoció con lesiones
oculares aparentes.
Abraham era un
hombre más bien “de gustos diferentes“, «la debilidad de las violetas de mayo»
porque tuvo bastantes relaciones con mujeres en su juventud y de hecho él mismo le confesó a su amigo el
abogado William Herndon que había contraído la sífilis a los veintiséis años
con una prostituta. Las “tendencias homosexuales de Lincoln” añadiendo que las
continuas depresiones del presidente se debían seguramente a su pulsión por
“salir del armario”. Se sabe también que con su joven y atlético amigo Joshua
Speed compartió cama durante cuatro años y que cuando él marchó para contraer
matrimonio Lincoln quedó tan destrozado que cayó en una depresión muy profunda
que hizo que sus amigos le tuvieran que retirar todos los objetos cortantes de
su habitación. Luego continuó mandando cartas a su amigo Speed durante mucho
tiempo que siempre terminaban con un: “Siempre Tuyo“. Después, siendo ya
presidente, se encaprichó de otro hombre llamado Elmer Ellsworth, que era un
gallardo militar al que mataron prematuramente Lincoln decidió consolarse
durmiendo con uno de sus guardaespaldas, llamado David Derickson en un refugio
presidencial situado a las afueras de Washington y que fuera su compañero
íntimo con quien compartía lecho durante las frecuentes ausencias de su esposa.
Aunque se casó en 1842 con Mary Todd y con ella tuvo cuatro hijos, de los que
solamente quedó uno vivo.
Algunos señalan que es
posible pero altamente improbable que Lincoln fuera "predominantemente
homosexual" o aunque los libros no proporcionan una imagen conclusiva,
muchos aspectos de su vida, como su tristeza, soledad y naturaleza reservada
ganan claridad en el supuesto de un Lincoln homosexual.
La realidad es que a
Lincoln podría aplicársele aquella frase que citó Cicerón en sus “Filípicas”
que decía: “Cualquiera puede errar, pero sólo el necio persevera en su falta”. Está
bien que se lo elogie como defensor de la libertad política y la tolerancia.
Pero que no nos lo sigan vendiendo como héroe de la igualdad racial. No hay
duda de que hizo algunas cosas asombrosas en su único mandato como presidente,
pero es una pena que tuviera que contrarrestarlos con algunos errores
verdaderamente atroces. Lincoln era abolicionista, pero racista, quien le tocó
contradecir, como guerrero y político pragmático, sus execrables convicciones.
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