El trastorno de déficit de atención/hiperactividad se caracteriza por lapsos de breve o escasa atención y/o actividad excesiva y una impulsividad inadecuada para la edad del niño que afecta su funcionamiento o su desarrollo.
El déficit de
atención/hiperactividad es un trastorno cerebral que está presente desde el
nacimiento o se desarrolla poco después de este.
Algunos niños presentan
sobre todo dificultades en la atención prolongada, la concentración y la
capacidad para completar las tareas; otros son hiperactivos e impulsivos; y
algunos niños pertenecen a ambos grupos.
Para establecer el
diagnóstico, los médicos utilizan cuestionarios que deben rellenar los padres y
los profesores, así como los datos de la observación del niño.
Frecuentemente es
necesario el empleo de fármacos psicoestimulantes u otros fármacos, además de
entornos estructurados, rutinas, planes de intervención escolar y la
modificación de las formas de actuación de los padres en relación con sus
hijos.
El trastorno de déficit
de atención/hiperactividad (TDAH) es un tipo de trastorno del neurodesarrollo.
Aunque existe una gran
controversia acerca del número de niños afectados, se estima que el trastorno
de déficit de atención/hiperactividad afecta entre el 5 y el 15% de los niños y
es dos veces más frecuente en los niños que en las niñas.
Muchas de las
características del trastorno de déficit de atención/hiperactividad, suelen
hacerse evidentes antes de los 4 años de edad e invariablemente se observan
antes de los 12 años, pero pueden no afectar significativamente el rendimiento
académico y la actividad social hasta los años de educación primaria (entre los
6 y los 12 años de edad).
Anteriormente, el déficit
de atención/hiperactividad se denominaba simplemente «trastorno por déficit de
atención». Sin embargo, la frecuente ocurrencia de hiperactividad en los niños
afectados (lo que realmente es una extensión física del déficit de atención e
impulsividad) llevó al cambio a la terminología actual.
El déficit de
atención/hiperactividad tiene tres formas:
- Distraído (falto de atención)
- Hiperactivo/impulsivo
- Combinado
Los síntomas del
trastorno de déficit de atención/hiperactividad van desde leves hasta graves y
pueden volverse exagerados o convertirse en un problema en ciertos ambientes,
como en el domicilio del niño o en la escuela. Las limitaciones ocasionadas por
la escuela y los estilos de vida organizados hacen que la gestión adecuada del
trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) sea aún más crucial.
Aunque algunos de los síntomas del trastorno de déficit de
atención/hiperactividad (TDAH) también se presentan en niños sin el trastorno,
son mucho más frecuentes y graves en los niños con TDAH.
Causas del déficit de
atención/hiperactividad (TDAH)
El déficit de
atención/hiperactividad no tiene una única causa específica conocida, pero los
factores genéticos (herencia genética) están a menudo presentes. Las
investigaciones recientes indican que el déficit de atención/hiperactividad
probablemente implica anomalías en los neurotransmisores (las sustancias que
transmiten los impulsos nerviosos dentro del cerebro). Otros factores de riesgo
son: bajo peso al nacer (menos de 1500 g), traumatismo craneal, infección
encefálica, carencia de hierro, apnea obstructiva del sueño y exposición al
plomo, así como la exposición prenatal al alcohol, el tabaco o posiblemente la
cocaína. El trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) también se
asocia a acontecimientos traumáticos ocurridos durante la infancia, por
ejemplo, violencia, maltrato o abandono.
Algunas personas han
expresado la posibilidad de que los aditivos alimentarios y el azúcar puedan
causar trastorno de déficit de atención/hiperactividad. Aunque algunos niños
parecen volverse hiperactivos o impulsivos después de ingerir alimentos que
contienen azúcar, los estudios han confirmado que las diferencias cerebrales
que conducen al TDAH están presentes desde el nacimiento y que los factores
alimentarios y ambientales no causan el trastorno.
Síntomas del déficit de
atención/hiperactividad
El trastorno de déficit
de atención/hiperactividad es principalmente un problema en la atención
prolongada, en la concentración y en la perseverancia en las tareas (capacidad
para terminar una tarea). Los niños afectados también pueden ser hiperactivos e
impulsivos. Los preescolares con trastorno déficit de atención/hiperactividad
pueden tener problemas de comunicación y parecen tener problemas de interacción
social. Cuando los niños llegan a la edad escolar, pueden parecer distraídos.
Molestan y están inquietos. Son impulsivos y responden a destiempo. Durante las
últimas etapas de la infancia, estos niños suelen mover las piernas
constantemente, mueven las manos y se las refriegan nerviosamente, hablan de
forma impulsiva, olvidan las cosas con facilidad y son desorganizados.
Generalmente no son agresivos.
Alrededor del 20 al 60%
de los niños con TDAH presentan problemas de aprendizaje que afectan a la
lectura, las matemáticas o el lenguaje escrito, y la mayoría tienen problemas
académicos, como malas calificaciones debidas a la desorganización o a las
tareas incompletas (habilidades ejecutivas). El trabajo puede ser desordenado,
con errores por descuido y ausencia de pensamiento razonado. Los niños
afectados suelen comportarse como si su mente estuviera en otra parte y no
escuchan. No suelen seguir las instrucciones ni terminan las tareas escolares,
las labores domésticas u otros deberes. Cambian constantemente de tarea,
dejándolas incompletas.
Los niños afectados
pueden tener problemas de autoestima, depresión, ansiedad u oposición a la
autoridad cuando llegan a la adolescencia. Cerca del 60% de los niños pequeños
manifiestan estos problemas en forma de rabietas y la mayoría de los niños
mayores tienen una baja tolerancia a la frustración.
Signos del déficit de
atención/hiperactividad (TDAH)
Para el establecimiento
de un diagnóstico de déficit de atención/hiperactividad no es necesario que
todos los signos se manifiesten. Sin embargo, siempre deben estar presentes 6 o
más signos de falta de atención o de hiperactividad e impulsividad (o 6 de cada
grupo para diagnosticar el tipo combinado de TDAH). Los signos deben
presentarse en dos o más situaciones (por ejemplo, en el hogar y en la escuela)
y deben afectar el funcionamiento social o académico.
Signos de falta de
atención:
- Suele dejar de prestar atención a los detalles
- Tiene dificultad para mantener la atención en el trabajo y en el juego
- Parece no escuchar cuando se le habla directamente
- A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas
- A menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades
- A menudo evita, le disgusta o es renuente a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental prolongado
- Suele perder cosas
- Se distrae fácilmente con estímulos externos
- Se olvida de cosas con facilidad
- Signos de hiperactividad e impulsividad:
- Mueve continuamente las manos o los pies, o se retuerce
- Suele levantarse de su asiento en el aula y en otros lugares
- Corre o trepa en exceso
- Tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio
- No para nunca y actúa como si le moviera un motor
- Habla en exceso
- Tiende a responder de forma precipitada, incluso antes de que haya acabado la pregunta
- Suele tener dificultades para esperar su turno
- Interrumpe a los demás o se entromete en sus actividades
Alrededor del 20 al 60%
de los niños con TDAH presentan problemas de aprendizaje que afectan a la
lectura, las matemáticas o el lenguaje escrito, y la mayoría tienen problemas
académicos, como malas calificaciones debidas a la desorganización o a las
tareas incompletas (habilidades ejecutivas). El trabajo puede ser desordenado,
con errores por descuido y ausencia de pensamiento razonado. Los niños
afectados suelen comportarse como si su mente estuviera en otra parte y no
escuchan. No suelen seguir las instrucciones ni terminan las tareas escolares,
las labores domésticas u otros deberes. Cambian constantemente de tarea,
dejándolas incompletas.
Los niños afectados
pueden tener problemas de autoestima, depresión, ansiedad u oposición a la
autoridad cuando llegan a la adolescencia. Cerca del 60% de los niños pequeños
manifiestan estos problemas en forma de rabietas y la mayoría de los niños
mayores tienen una baja tolerancia a la frustración.
Tratamiento del trastorno
por déficit de atención/hiperactividad
- Fármacos psicoestimulantes
- Modificación conductual
Las recomendaciones de
tratamiento para los niños con trastorno por déficit de atención/hiperactividad
(TDAH) varían según la edad:
- Niños en edad preescolar: el tratamiento inicial consiste en terapia conductual. Se puede considerar el uso de medicamentos si la respuesta a las intervenciones conductuales es insuficiente o si los síntomas son entre moderados y graves.
- Niños en edad escolar: el tratamiento inicial es la terapia conductual combinada con medicamentos.
Los fármacos
psicoestimulantes representan el tratamiento farmacológico más eficaz. El metilfenidato
y otros fármacos similares a las anfetaminas son los psicoestimulantes más
prescritos. Tienen la misma eficacia y unos efectos adversos parecidos. Se
dispone de una serie de preparaciones de liberación lenta (acción prolongada),
además de las formas regulares, que permiten la administración de una dosis
diaria y pueden ayudar a prevenir el uso inadecuado.
Los efectos secundarios
de los fármacos psicoestimulantes pueden consistir en:
- Alteraciones del sueño (como el insomnio)
- Reducción del apetito
- Dolor de cabeza (cefalea)
- Dolor de estómago
- Frecuencia cardíaca y presión arterial elevadas
- Depresión, tristeza o ansiedad
La mayoría de los niños
no presentan efectos adversos, a excepción de una posible disminución del
apetito. Todos los efectos secundarios desaparecen cuando se suspende el
medicamento. Sin embargo, cuando se toman en grandes dosis durante mucho
tiempo, los estimulantes pueden retrasar el crecimiento del niño, y este
crecimiento lento puede continuar hasta la edad adulta, por lo que los médicos
controlan el peso y la estatura Si el niño crece lentamente o presenta otros
efectos secundarios significativos, los médicos pueden aconsejar unas
vacaciones del tratamiento farmacológico. Unas vacaciones de fármacos consisten
en detener la administración del fármaco estimulante en épocas en las que el
niño no necesita estar tan atento y concentrado, por ejemplo, durante los fines
de semana o durante las vacaciones de la escuela. Sin embargo, algunos niños
tienen grandes dificultades para funcionar incluso fuera de la escuela y no
pueden tolerar vacaciones de los medicamentos.
Se pueden utilizar otros
fármacos para tratar la falta de atención y los síntomas de comportamiento. Estos
medicamentos son:
- La atomoxetina (un medicamento para el trastorno de déficit de atención/hiperactividad no estimulante)
- Ciertos medicamentos que se suelen administrar para el tratamiento de la hipertensión, como la clonidina y la guanfacina.
- Antidepresivos
- Medicamentos contra la ansiedad
- A veces se usan combinaciones de fármacos.
Control del
comportamiento
Para minimizar los
efectos del trastorno de déficit de atención/hiperactividad (TDAH) a menudo se
necesitan estructuras, rutinas, un plan de intervención escolar y técnicas de
intervención parental modificadas. Los niños sin problemas significativos de
comportamiento pueden recibir únicamente tratamiento farmacológico. Sin
embargo, los fármacos estimulantes no funcionan durante todo el día, por lo que
puede ser necesario realizar adaptaciones para favorecer la capacidad de
organización y otras habilidades. El tratamiento con fármacos suele combinarse
con terapia del comportamiento realizada por un psicólogo infantil.
Pronóstico del déficit de
atención/hiperactividad
Es importante destacar
que la gran mayoría de niños con trastorno de déficit de
atención/hiperactividad (TDAH) se convierten en adultos creativos y
productivos, y que las personas con este trastorno pueden adaptarse mejor al
trabajo que a las situaciones académicas. Sin embargo, si el trastorno no se
trata durante la infancia, el riesgo de alcoholismo, drogadicción o suicidio
aumenta.
Los niños con trastorno
de déficit de atención/hiperactividad (TDAH) generalmente no superan su falta
de atención, aunque los niños con hiperactividad tienden a ser menos impulsivos
e hiperactivos con la edad. Sin embargo, la mayoría de los adolescentes y
adultos aprenden a adaptarse a su falta de atención. Alrededor de un tercio de
las personas encuentran que el tratamiento con fármacos estimulantes les sigue
resultando beneficioso.
Otros problemas que
pueden aparecer o persistir durante la adolescencia o la vida adulta incluyen
bajo rendimiento académico, desempleo, abuso de sustancias, accidentes de
tráfico, relaciones inestables, desorganización (que se refleja en una
deficiente competencia ejecutiva), baja autoestima, ansiedad, depresión y
dificultad en el aprendizaje de conductas sociales apropiadas.
Manual MSD versión para publico en general
Texto Revisado 28/05/25
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