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martes, 8 de octubre de 2013

Necrofilia

La necrofilia es una parafilia caracterizada por una atracción sexual hacia los cadáveres.
Aunque no está penado por las leyes ¿? sí hay delitos relacionados, como la profanación de tumbas, la profanación de cadáveres o la mutilación de los mismos. Dado que se trata de una parafilia, no existe un rubro legal que lo castigue. Pese a ello, es socialmente rechazado. Alrededor de todo el mundo, diversas leyes prohíben esta práctica sin que se tenga una ley específica para castigar las relaciones sexuales con cadáveres.

Se encuentra que la necrofilia consiste en hallar el máximo placer, cuando no el placer exclusivo, por medio de tocamientos y fogosidades con personas ya fallecidas. O sea, la necrofilia es la excitación sexual provocada por la contemplación, el contacto, la mutilación o la evocación mental de un cadáver.

De lo anterior se deriva que la necrofilia es "ocasional" cuando alguien con tendencias necrófilas coincide con un cadáver que le atrae y hace lo que puede con él. Es “sádico" cuando primero mata a la víctima para copular post-mortem con el cadáver. Si la víctima primero es asesinada y posteriormente violada, el acto en sí constituye un sadismo extremo, siendo el objeto sexual un fetiche. Si el cadáver es violado directamente eso implica que la patología es un trastorno profundo de la personalidad y frecuentemente de la percepción del mundo de parte del agresor, en quien es común que se aloje una psicosis o algún otro tipo de trastorno mental grave.

Los sujetos necrofílicos padecen una patología de la identificación de la imagen de la pareja sexual, que a menudo se acompaña de otros trastornos del comportamiento.
La necrofilia se ha manejado como una desviación sexual, perversión o parafilia y es en general un impulso compulsivo en el carácter y puede pasar desapercibido por la gente que rodea al individuo que padece este trastorno.

El primer caso de necrofilia del que se tiene conocimiento sucedió en 1801, cuando la policía francesa de la comunidad de Var, arrestó a Víctor Ardisson, posteriormente conocido como "El Vampiro de Muy". El joven de 29 años  violó varios cadáveres, en su mayoría mujeres, mientras trabajaba como sepulturero y empresario encargado de funerales.

Ardisson mutiló y decapitó los cuerpos de sus 'víctimas', incluso momificó y conservó la cabeza de una joven de 13 años, a quien llamaba 'su novia'. Tras su detención fue internado en un psiquiátrico donde permaneció el resto de su vida. Gracias a este caso se originó el término que parece ser del caso 24 de la obra escrita en 1886 por el psiquiatra y medico forense Richard von Krafft-Ebing Psychopathia Sexualis (Psicopatía del sexo). La Psychopathia sexualis es un tratado sexológico que marcó la percepción de la sexualidad en el mundo occidental desde su primera edición en 1886. Los casos constituyen un panorama de las manifestaciones sexuales consideradas anormales en aquella época, desde las relaciones homosexuales hasta la necrofilia, pasando por el masoquismo y el fetichismo.


La necrofilia proviene del griego 'nekros', cadáver o muerto, y de 'filia', amor o atracción, por lo que su significado se define como un comportamiento sexual que se caracteriza por la atracción sexual hacia los cadáveres.

Significado:
  • Atracción que siente una persona hacia la muerte y hacia todos los aspectos relacionados con ella, afición desmesurada a los muertos o cosas macabras.
  • Conducta sexual de la persona que tiene relaciones sexuales con cadáveres humanos o siente atracción hacia ellos; se considera una perversión o una desviación sexual.
  • Desviación sexual que impulsa a la elección de cadáveres como objeto sexual.
La necrofilia también ha sido motivo de algunos asesinos en serie como: Edward Theodore Gein, John Reginald G. Christie, Jeffrey Dhamer, Theodore Bundy. Richard Chase, Luis Alfredo Garavito, Winston Moseley. James Edward Glover y Jeannine Lynn “Charlie” Clark. Muchos otros asesinos han descrito una excitación sexual durante el asesinato.

La mayoría de los casos conocidos de necrofilia están relacionados con el culto a los vampiros y su relación con la muerte.


Existe en estas personas una tendencia a buscar empleos en los necrosomios o funerarias que les den una posición en que puedan practicar su parafilia sin demasiado riesgo a la exposición frente a la sociedad. Aunque presentan escaso interés en las personas vivas, existen aquellos que pueden llegar a tener relaciones con una si ésta permanece quieta, como si estuviera muerta, aunque esto es sólo una imitación de lo que realmente les proporciona una gratificación erótica.

Consideraciones de Erich Fromm

En la psicología social analítica de Erich Fromm, se explica el gusto por la violencia y la destrucción, el deseo de matar y la atracción por el suicidio y el sadismo. En un sentido no sexual, Fromm entendía la necrofilia no como la expresión de un instinto sexual derivado de la muerte, sino como la consecuencia de llevar una vida sin estar realmente vivo. Para Erich Fromm la necrofilia es lo opuesto a la biofilia, y es junto con la fijación simbiótica y el narcisismo, uno de los tres mayores males de la humanidad. Según Fromm, la carencia de amor en la sociedad occidental conduce a la necrofilia. El necrófilo vive mecánicamente, convierte los sentimientos, procesos y pensamientos en cosas. Tiende a querer controlar la vida, a hacerla de cierto modo predecible. Erich Fromm afirma que, puesto que la única seguridad de la vida es la muerte para el necrófilo, éste anhela la muerte, la adora. Para Fromm, la necrofilia se observa en el actual mundo occidental en las fachadas hechas de hormigón y acero, en el armamento moderno y la carrera nuclear, en la idolatría hacia la tecnología de las grandes máquinas (tecnofilia), la pérdida de recursos con el consumismo y el trato hacia las personas como cosas.

Para Fromm el ambiente familiar muy mortecino y necrófilo suele ser un factor que contribuye a la formación de la necrofilia por lo que presenta una hipótesis acerca de lo que pueden ser las raíces más tempranas de la necrofilia: el fenómeno del incesto, conocido por el concepto freudiano del complejo de Edipo. La intensidad particular de la atracción sexual que se advierte en algunos casos puede considerarse defensa contra una dependencia pasiva más infantil. En aquellas situaciones en que el lazo incestuoso con la madre no se resuelve aproximadamente por la época de la pubertad y dura toda la vida nos hallamos ante un fenómeno neurótico; el varón seguirá dependiente de la madre o de sus sustitutas, temeroso de las mujeres y más niño de lo que es bueno para cualquier adulto.

Este vínculo de tinte erótico y con frecuencia sexual, con la madre es lo que según tenía presente Freud cuando describió el complejo de Edipo. Este tipo de fijación incestuosa es muy frecuente, pero hay otro, mucho menos frecuente, que tiene aspectos muy diferentes y podría llamarse maligno. En la hipótesis de Fromm, es este tipo de fijación incestuosa el que está relacionado con la necrofilia, y de hecho puede considerársele una de sus raíces más tempranas. La persona que tiene esa tendencia incestuosa maligna intentará relacionarse con la gente mediante vínculos menos destructivos, como el dominio sádico sobre los demás o la satisfacción del narcisismo conquistando una admiración ilimitada. 

La superación de la necrofilia es el tercer rasgo de la salud mental. Consiste en liberarse del impulso morboso hacia la muerte, la destrucción, la decadencia o la ruina. En mi punto de vista muy particular la teoría de Fromm tiene muchos puntos débiles, refiero revisar el concepto de instinto de muerte de Freud.

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