La Ansiedad de
separación es un proceso habitual del desarrollo evolutivo “normal” del niño.
Tiene carácter universal ya que se ha observado su presencia en las diferentes
culturas humanas a partir de los 6 a 8 meses de edad. Hoy
en día, esta ansiedad sigue acompañando a muchos niños en edad infantil de
forma natural pero, en algunos casos, se manifiesta de forma muy intensa,
persiste en el tiempo y supera lo que cabría esperarse por su período
evolutivo. Es entonces cuando podemos sospechar la presencia del denominado
TAS. Y es cuando el trastorno de
ansiedad por separación no es una etapa normal del desarrollo, sino un problema
emocional grave caracterizado por una angustia extrema cuando un niño está
lejos de sus padres.
Características
del trastorno
El aspecto
esencial del TAS es la ansiedad excesiva relacionada con la separación de las
personas a las que está vinculado el niño (normalmente los padres y
especialmente la madre) o con la separación del hogar o de otros familiares
próximos.
La ansiedad de
separación se caracteriza por los siguientes síntomas:
- Signos de estrés al ser separado del sujeto motivo del apego (tal como un otro significativo, madre u hogar).
- Preocupación persistente y excesiva acerca de perder al sujeto motivo del apego
- Preocupación persistente y excesiva acerca de que algún evento implique la separación de un sujeto motivo de un apego importante
- Temor excesivo a estar solo sin el sujeto motivo del apego
- Renuencia o rechazo a dormir sin que esté cerca un sujeto motivo del apego
- Pesadilla recurrente acerca de la separación
A menudo el
trastorno por ansiedad de separación es un síntoma de una condición comórbida.
Existen estudios que muestran que los niños y niñas que sufren del TAS tienen
mayores probabilidades de tener Tdah, trastorno afectivo bipolar, trastorno de
pánico y otros desórdenes luego en la vida.
El TAS suele
darse asociado a la presencia de una fobia o rechazo escolar y en
consecuencia, de un notable deterioro académico y social.
Se cuestiona la
entidad nosológica de la fobia escolar y la interpretan como un síntoma más del
TAS o de otras formas de ansiedad (ansiedad social) o de determinadas fobias
específicas relacionadas con el contexto escolar. También hay que establecer
una distinción con el Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG). En este último,
la ansiedad suele ser general y estar vinculada a cualquier situación,
ocurriendo independientemente de la separación de las figuras afectivas.
Aunque
posiblemente los principales problemas asociados al TAS sean las de tipo
escolar, este trastorno suele interferir también en su desarrollo normal y en
las relaciones con sus iguales ya que estos niños suelen tener dificultades
para participar en juegos, actividades, deportes, etc. cuando están fuera del
hogar o sin el acompañamiento de los padres. El TAS suele cursar con un elevado
malestar y perturbación en el niño que lo padece, siendo frecuentes los
síntomas fóbicos, de ansiedad, quejas somáticas e incluso sintomatología
depresiva.
La edad de
comienzo más frecuente del TAS se ha situado en la niñez media, entre los 7 y 9
años de edad. Suele también aparecer, no obstante, durante la edad preescolar.
Es más frecuente
durante la pre-adolescencia que en la adolescencia pero si aparece en esta
última etapa su pronóstico es peor.
Criterios diagnósticos para el TAS
1-
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Malestar excesivo recurrente cuando
ocurre o se anticipa una separación respecto del hogar o de las principales
figuras de apego.
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2-
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Preocupación excesiva y persistente por la posible
pérdida de las figuras de apego o a que éstas sufran un posible daño.
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3-
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Preocupación excesiva o persistente por la
posibilidad de que un acontecimiento adverso dé lugar a la separación de una
figura de apego importante (por ejemplo, extraviarse o ser secuestrado).
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4-
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Resistencia o negativa persistente a ir a la escuela
o a cualquier otro sitio por miedo a la separación.
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5-
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Resistencia o miedo persistente y excesivo a estar
en casa solo o sin las principales figuras de apego, o sin adultos
significativos en otros lugares.
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6-
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Negativa o resistencia persistente a ir a dormir sin
tener cerca una figura de apego importante o ir a dormir fuera de casa.
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7-
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Pesadillas recurrentes con temática de separación.
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8-
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Quejas continuas de síntomas físicos (cefaleas,
dolores de estómago, vómitos) cuando ocurre o se anticipa la separación
respecto a figuras importantes de apego.
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-La duración del
problema es por lo menos de 4 semanas
-El inicio tiene
lugar antes de los 18 años.
-Debe
especificarse si es de inicio temprano (antes de los 6 años).
Intervención y tratamiento
El tratamiento
cognitivo-conductual de la ansiedad por separación se basa en enseñar al niño
algunas habilidades fundamentales. Se enseña al niño a reconocer sentimientos
ansiosos relativos a la separación, así como
a identificar sus reacciones físicas ante ellos. A reconocer sus
pensamientos ante las situaciones de separación
y a desarrollar un plan para afrontar la situación. También se instruye
al niño sobre cómo evaluar y valorar el éxito de sus estrategias positivas de
afrontamiento. Además, se utilizan estrategias de comportamiento como: modelos,
juegos de rol, técnicas de relajación y prácticas de refuerzo. Se le pide que
hagan una lista de situaciones que puedan resultar un reto para ellos como
pueden ser: asistir a una fiesta de cumpleaños sin sus padres o permanecer en
casa con una “canguro” y se les enseña a aplicar sus habilidades gradualmente,
siendo sus éxitos bien valorados por los terapeutas y por sus padres.
Recientes
investigaciones han demostrado que la incorporación de los padres de una forma
más activa en el tratamiento de los niños con trastornos de ansiedad puede ser
muy útil en la reducción del comportamiento ansioso del niño y el mantenimiento
y mejora de la efectividad del tratamiento. Constantemente se enseñan nuevas
formas de interactuar con el niño, lo que da como resultado que los miedos no
se refuerzan inadvertidamente. También se instruye a los padres sobre formas de
valorar y dar refuerzo positivo a lo conseguido.
Estos
tratamientos para el TAS normalmente incluyen programas conductuales dirigidos
a incrementar la conducta independiente del niño, promoviendo actividades
graduadas que suponen la separación de los padres (por ejemplo, asistencia al
colegio, estar en casa de amigos, salir de excursión con sus compañeros, pasar la
noche en casa de familiares, etc.). Para trazar
adecuadamente el tratamiento deberemos analizar minuciosamente las
circunstancias que preceden y siguen (consecuencias) a la ocurrencia de la
ansiedad de separación. Sucede, en
algunos casos, que estos episodios quedan reforzados por una actuación
inadecuada de los padres u otras personas cercanas al niño. Es el caso del niño
que tras manifestar ansiedad de separación recibe inmediatamente mucha atención
especialmente por parte de la madre (sobreprotección). Si esta atención se da
sólo en estas circunstancias puede reforzar secundariamente estos episodios.
El procedimiento
de extinción se puede aplicar para eliminar ciertas consecuencias que refuerzan
negativamente (evitación del colegio) o positivamente como es el caso
anteriormente descrito donde el niño recibe mucha atención tras el episodio y
puede conseguir ciertos privilegios (juguetes, jugar en horas de colegio,
etc.). No obstante, la
línea de intervención central debe ser, como se ha comentado, la exposición.
En niños, la
mejor opción es la que contempla la exposición gradual (Desensibilización
Sistemática), paso a paso, a partir del establecimiento de una jerarquía previa
de situaciones generadoras de ansiedad. El niño se irá aproximando de forma progresiva
de menor a mayor grado de ansiedad, no pasando a la etapa inmediatamente
superior si no ha alcanzado adecuadamente la anterior. Igualmente se aconseja
utilizar la exposición en vivo respecto a la imaginada.
Finalmente las
orientaciones a los padres resultan fundamentales. Especialmente hay que
ayudarles para que sepan reforzar los pequeños avances positivos. También puede
ayudarles establecer pequeñas actividades de juego o relajación donde el niño
puede ensayar técnicas sencillas para aprender a reducir su nivel de ansiedad.
Plus de Sugerencias:
Plus de Sugerencias:
- Informarse sobre el trastorno de ansiedad por separación
- Escuchar y respetar los sentimientos del hijo
- Hablar sobre el tema con el niño
- Anticipar la dificultad de la separación
Para
fomentar la separación sana y la independencia en los niños:
- Mantener la calma durante la separación
- Apoyar la participación del niño en las actividades
- Ayudar a un niño que ha estado ausente de la escuela a regresar lo más rápidamente posible
- Alabar los esfuerzos del niño.
Para
que se sientan seguros y protegidos:
- Proporcionar un patrón consistente para el día a día.
- Establecer límites
- Ofrecer opciones: Si el niño tiene otra opción o algún elemento de control sobre una actividad o interacción con un adulto, puede sentirse más seguro y cómodo.
Psiquiatras y psicólogos clinico infantiles podemos diagnosticar y tratar el
trastorno de ansiedad por separación. Estos especialistas pueden tratar los
síntomas físicos, identificar los pensamientos de ansiedad y ayudar al niño a
desarrollar estrategias de afrontamiento y resolución de problemas.
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