lunes, 7 de mayo de 2012

Estar Viejo

Al hablar de viejos, ancianos, personas de la tercera edad o adultos mayores, se hace referencia a todos aquellos que tengan 60 años o más de edad. La sociedad de Geriatría y Gerontología de México A.C. ha denominado las etapas de la vejez como:
1.- De 45 a 59 años Pre vejez
2.- De 60 a 79 años Vejez
3.- De 80 y más años Ancianidad

¿VIEJO YO?

La vida trae consigo el inexorable paso del tiempo, crecer, sin embargo, parece que duele. Todos tememos la llegada de la vejez, demasiado asociada a enfermedad, deterioro, soledad. Me pregunto ¿estamos preparados para envejecer? Sé que nadie está pre-parado para nada, todos tenemos que aprender a tolerar el paso del tiempo, tiempo que viene asociado a la palabra muerte. Nadie nos educa para saber vivir sin huir del final. Si les dijera que tanto jóvenes como viejos estamos igual de cerca o lejos de la muerte. A todos, algún día, nos llegará la hora, mientras tanto hay que vivir con esa intensidad.

La vida de cada uno depende de sus propios pensamientos y deseos, nada de suerte o casualidad. Llegar a mayores para estar en un asilo, maltratados, o en casa de un familiar, como un inútil, dependen de lo que nosotros hayamos hecho para conseguirlo. Tal vez sea el momento de decirles que cada uno tiene que aprender a ocuparse de su vejez. ¿Queremos estar en manos de otros? ¿Queremos pedir una limosna de amor? ¿Queremos ser unos pobres viejos?

Es mejor que cada uno se ocupe de sus cosas y sabemos, una vejez sin dinero no puede ser buena. Con dinero podemos comprar servicios y calidad de vida, entre otras cosas, para no depender de nuestros hijos. Desde jóvenes tenemos que cuidar nuestros deseos para permitirnos una vida menos sufriente. Tener dinero no quiere decir estar por encima de los demás, quiere decir que uno es capaz de trabajar para lo que desea. Decir yo quiero tal cosa y no tener el dinero para ello, es lo mismo que decir yo no quiero.
No todos llegaremos a viejos, sin embargo, un joven puede sentirse más viejo que alguien que le doble en la edad. La vejez es lo de menos, tratar de ocultar el paso de los años es la única vejez. Es muy frecuente ver personas obsesionadas por su aspecto físico, por ocultar sus arrugas, por vestir de forma juvenil, con la intención de permanecer en un tiempo de su vida. Sin embargo, por mucho que queramos escapar de ello, no vamos a poder. Hay que conquistar los años con dignidad, lo que no quiere decir que no tengamos que cuidar el cuerpo que tenemos, sabiendo que cada arruga forma parte de nuestro ser.

Otras personas, parecen más resignadas y sólo nos hablan de sus dolores, padecimientos, pérdidas, como un deprimido cuando habla de sí mismo. Ya lo dice el poeta: Hubo un instante en mi vida que mis arrugas y mis dolores tenían más fuerza que mi pensamiento, en ese instante fue donde envejecí. El envejecimiento es, entonces, sentirse viejo, caduco, inservible. No tener deseos es lo que nos conduce irremediablemente a la muerte y ser mayor no significa “no desear”, significa tener deseos diferentes, nuevos.
Se recomienda a cualquier edad comenzar a aprender una nueva disciplina, ya sea aprender cosas nuevas o mantenerse ocupado en algo, tener medios distractores, comenzar algo, porque más allá de terminarla o no, lo que interesa es la dimensión que le da a una persona ser aprendiz en algo, la energía que se genera y los deseos.
No son las neuronas las que se deterioran, son las relaciones sociales.la vejez es el estado de una persona que, por razón de su crecimiento en edad sufre una decadencia biológica de su organismo y un receso de su participación social”. Justamente una vez que uno se jubila pierde un montón de relaciones, parece que el jubilado no es importante para nadie. Tristemente, la sociedad tal y como está planteada, nos trae una vejez marginal, donde se nos va apartando de los lugares, amores, amistades.
El periodo de envejecimiento se caracteriza psicológicamente por los esfuerzos que debe realizar el individuo para adaptarse a los cambios biológicos y limitaciones físicas y a las nuevas condiciones de vida que supone el envejecimiento.
Los momentos críticos más importantes por los que tiene que pasar todo anciano son: pérdidas de relaciones afectivas significativas, especialmente la pérdida de la pareja, la aparición de una o más enfermedades que constituyen una amenaza para la vida o una limitación de la capacidad de autonomía.
No cabe duda de que a pesar de que la vejez tiene elementos positivos y de que se puede vivir de forma satisfactoria, es una edad de pérdida. El anciano vive con la esperanza de perder lo menos posible, de conservar los logros obtenidos. Un buen aprendizaje en la frustración y en la aceptación de los impedimentos que se van a encontrar a lo largo de la vida supone, indudablemente, la mejor forma para prepararse para la tercera edad.
Los cambios psicológicos los podemos dividir en tres grandes áreas:

1.       Cognitivo, 2. Afectivo, 3. Sexual.


                     “La vejez despierta miedo. Se asocia a ella la idea del deterioro y la muerte”


¡Señores! para vivir hay que desear. Una persona con 50, 60, 70 , 80 años puede emprender un nuevo proyecto de vida, hacer lo que desee.

Ocurre que tendemos a comparar, a decir antes podía hacer esto y ahora no, antes, antes… Uno se olvida que ahora, cada instante, es distinto. No podemos pensar cada tiempo de la vida con las mismas ideas. Por ejemplo, la adolescencia con las ideas infantiles, la vejez con las ideas de cuando uno tenía 30 años. Si pensamos ese tiempo de nuestra vida con las mismas ideas de antes, nos va a ir mal. Lo nuevo hay que pensarlo con nuevas ideas, de esta forma no existe la vejez, es una etapa más de la vida, donde no se acaban los deseos, hay otros deseos. Hay que averiguar cuáles son.

 La vejez es una etapa de la vida y el envejecimiento es un proceso que ocurre a lo largo de la vida. Ambos objetos de conocimiento son multidisciplinares puesto que el ser humano es una realidad bio-psico-social. La psicología como disciplina científica que se ocupa del comportamiento humano a los niveles de complejidad necesarios es una disciplina básica de los cambios psicológicos que se producen en el transcurso de la vida.

¿Joven? ¿Viejo? Lo importante es que no hay edad para comenzar y disfrutar de una nueva vida.

viernes, 4 de mayo de 2012

El síndrome de Diógenes

El síndrome de Diógenes es un trastorno del comportamiento que normalmente afecta a personas de avanzada edad que viven solas. Se caracteriza por el total abandono personal y social y por el aislamiento voluntario en el propio hogar, acompañados en la mayoría de los casos por la acumulación en él de grandes cantidades de basura o de desperdicios domésticos.
Aunque el síndrome de Diógenes “no está reconocido en los manuales diagnósticos internacionales como entidad diagnóstica y además puede aparecer en distintas enfermedades psiquiátricas y neurológicas”
En 1960 se realizó el primer estudio científico de dicho patrón de conducta, bautizándolo en 1975 como síndrome de Diógenes. Este epónimo es según erróneo, pues hace referencia a Diógenes de Sinope, filósofo griego que adoptó y promulgó hasta el extremo los ideales de privación e independencia de las necesidades materiales, otros dicen que fue famoso por preconizar un modo de vida austero y renunciar a todo tipo de comodidades. 

Diógenes era un filósofo griego de la época de Aristóteles y Alejandro Magno, considerado fundador de la escuela del cinismo. Desprendido de toda propiedad y toda norma, en absoluta libertad, siguiendo una vida austera (se cuenta que vivía en un tonel de vino). Vestía harapos y vivía de lo que encontraba tirado. Le tachaban de insolente y altanero.

Tales comportamientos se suelen encontrar en personas de avanzada edad pero también en jóvenes. Por lo general son personas que se sienten solas o no han superado la muerte de un cónyuge o familiar muy cercano o presentan cuadros depresivos. En algunos casos las penurias económicas pueden alentar este comportamiento pero no es un factor clave pues se conocen casos en personas de alto nivel socioeconómico y carreras profesionales brillantes que lo padecen. En definitiva, es la soledad el principal factor que desencadena este trastorno.
Una de las peculiaridades de este síndrome, es que cuando son dos las personas de edad avanzada que conviven juntas, uno de ellos puede arrastrar al otro a esta situación.

Este trastorno esconde importantes alteraciones psiquiátricas.
Mencionemos algunos:

  • Trastornos obsesivos compulsivos
  • Demencias}
  • Esquizofrenias y otros trastornos psicóticos
  • Drogodependencias, especialmente alcoholismo
  • Depresión
  • Trastornos de personalidad
Uno de los factores más importantes en el crecimiento  del número de casos que manifiestan este trastorno es el progresivo aumento del número  de ancianos que viven solos
¿Quiénes son esas personas?
Más mayores que jóvenes (promedio 75 años); más solitarias que acompañadas, casi igual proporción de hombres que mujeres (aunque algo más mujeres por supervivencia por edad); casi la mitad solteras y un tercio viudas. No se encuentra preferencia por estatus social ni por inteligencia.
¿Cómo son?
Suelen ser hurañas, obstinadas, desconfiadas, introvertidas, presentar cierta hostilidad, de temperamento independiente y dominante, no establecen vínculos con las personas (aunque sí con objetos y/o animales), paranoides (piensan que son los demás los que tienen el problema porque se quejan y que por eso le quieren hacer daño o quitarle las cosas), vitalmente inseguras y temerosas. Personas con ciertas vulnerabilidades.
Síntomas
Aislamiento social, reclusión en el propio hogar y abandono de la higiene son las principales pautas de conducta.
Las personas que lo sufren pueden llegar a acumular grandes cantidades de basura en sus domicilios y vivir voluntariamente en condiciones de pobreza extrema. El anciano suele mostrar una absoluta negligencia en su autocuidado y en la limpieza del hogar. Suelen reunir grandes cantidades de dinero en su casa o en el banco sin tener conciencia de lo que poseen. Por el contrario, piensan que su situación es de pobreza extrema, lo que les induce a ahorrar y guardar artículos sin ninguna utilidad. Es frecuente que almacenen cantidades grandísimas de basura y desperdicios sin ninguna utilidad. Incluso se han visto casos de personas que atesoraban billetes antiguos sin curso legal, bombonas de butano o latas de pintura, etc.
Un comportamiento huraño o un aislamiento voluntario son factores de riesgo que le pueden indicar a la familia la presencia de este desorden en uno de sus miembros. Como en muchas ocasiones estas personas rechazan la ayuda de su familia y amigos, se ha llegado a debatir si se trata realmente de una enfermedad o sólo un estilo de vida
Tratamiento
En primera instancia, el tratamiento para estas personas va dirigido a tratar las posibles complicaciones derivadas del mal estado nutricional e higiénico. Sin embargo, acto seguido es necesario instaurar medidas preventivas para que el cuadro no vuelva a repetirse. Para ello se necesita un apoyo social suficiente, a través de una institución geriátrica o de asistencia domiciliaria. El problema es que los propios afectados suelen rechazar la ayuda social. Si no están incapacitados por motivo de alguna patología psiquiátrica de base o una demencia, no pueden ser ingresados en una residencia sin su consentimiento, con lo que termina volviendo a su tipo de vida anterior.
El tratamiento sugiero debe empezar por la detección de los casos de riesgo, el ingreso en un Hospital General o Unidad de Geriatría y abordaje de los trastornos médicos. Es indispensable un diagnóstico para saber cuál es la patología de base que genera este comportamiento.
Se deben adoptar las medidas de protección social pertinentes, evitando el regreso del enfermo a sus condiciones previas de vida. En algunos casos es preciso tratar la patología psiquiátrica asociada (depresión, delirios crónicos). Si no es posible asegurar la convivencia o ubicar al paciente en una institución social, es preciso hacer un seguimiento crónico, visitas domiciliarias y trabajo coordinado de los servicios sanitarios (médico, enfermero) y sociales (trabajador social).
El mayor obstáculo para tratar a estos pacientes es que ellos no tienen plena conciencia de su problema y suelen rechazar la ayuda social. Si no están incapacitados por motivo de alguna enfermedad psiquiátrica de base o una demencia, no pueden ser ingresados en una residencia sin su consentimiento, con lo que termina volviendo a su tipo de vida anterior. Sin embargo, esfuerzos no deben ahorrarse para tratar con terapia a estos pacientes de modo que tomen conciencia de su trastorno y aprendan la importancia de tener no solo una higiene personal adecuada sino un entorno libre de basura y especímenes que les pueden causar muchas enfermedades a ellos mismos, a su familia y vecinos.
Otra principal complicación es la muerte en soledad en sus domicilios. Por otra parte, más del 40 % de los Síndromes de Diógenes sufren patología somática severa y mueren a pesar de ser ingresados en hospitales. Todos presentan grave abandono higiénico y estados carenciales, que implican la presencia de malnutrición, anemia, etc.
Otros datos
Suele darse en ancianos con cierta tendencia al aislamiento, aunque también intervienen otros factores estresantes de la edad tardía como las dificultades económicas o la muerte de un familiar y sobre todo, la soledad. La posición socioeconómica no protege de su aparición, ya que se conocen casos de personas que padecían el síndrome que poseían títulos universitarios, con un alto nivel económico y carreras profesionales brillantes.

Recomendación a las familias: Los familiares deberían vigilar a sus mayores que viven solos especialmente si han observado algún factor de riesgo, como un comportamiento huraño o un aislamiento voluntario. No obstante, con frecuencia resulta difícil ayudarlos ya que son ellos los que evitan todo tipo de atención. Esto hace que a veces llegue incluso a debatirse si se trata realmente de una enfermedad o sólo un estilo de vida.

jueves, 3 de mayo de 2012

La Autoestima

¿Que es la autoestima?
La autoestima es el amor que nos asignamos como personas. Implica nuestros pensamientos, sentimientos y sensaciones o experiencias que vamos introyectando durante nuestra vida, aceptando nuestras virtudes y defectos  Es el amor que nos tenemos a nosotros mismos sin ser egocentristas o narcisistas.Por otro lado, de acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española, la autoestima es la valoración generalmente positiva de sí mismo.


Con base en lo anterior, las personas que han desarrollado una alta valoración, aceptación y respeto a sí mismas tienen una autoestima más alta que aquellas que no han logrado esta meta. 

Es el concepto que tenemos de nuestra valía y se basa en todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre nosotros mismos hemos ido recogiendo durante nuestra vida; creemos que somos listos o tontos, nos gustamos o no. Los millares de impresiones, evaluaciones y experiencias así reunidos se conjuntan en un sentimiento positivo hacia nosotros mismos o por el contrario, en un incómodo sentimiento de no ser lo que esperábamos.

 ¿Por qué es tan importante?
El auto concepto y la autoestima juegan un importante papel en la vida de las personas. Los éxitos y los fracasos, la satisfacción de uno mismo, el bienestar psíquico y el conjunto de relaciones sociales llevan su sello. Tener un auto concepto y una autoestima positivos es de la mayor importancia para la vida personal, profesional y social. El auto concepto favorece el sentido de la propia identidad, constituye un marco de referencia desde el que interpretar la realidad externa y las propias experiencias, influye en el rendimiento, condiciona las expectativas y la motivación y contribuye a la salud y al equilibrio psíquicos.
¿Cómo pensar de forma positiva sobre usted?
  • Haga lo posible por ser su mejor amigo.
  • Aceptación: Identifique y acepte sus cualidades y defectos.
  • Ayuda: Planee objetivos realistas.
  • Tiempo: Saque tiempo regularmente para estar solo/a con sus pensamientos y sentimientos. Aprenda a didfrutar de su propia compañía.
  • Credibilidad: Preste atención a sus pensamientos y sentimientos. Haga aquello que le hace sentir feliz y satisfecho/a.
  • Animo: Tome una actitud "puedo hacerlo".
  • Respeto: No trate de ser alguien más. Este orgulloso de ser quien es.
  • Aprecio: Prémiese por sus logros, los pequeños y los grandes. Recuerde que sus experiencias son únicamente suyas. Disfrútelas.
  • Amor: Aprenda a querer a la persona tan única que es Ud. Acepte sus éxitos y fallos.
¿Cómo se desarrolla la autoestima?
  • El concepto del Yo y de la autoestima se desarrollan gradualmente durante toda la vida, empezando en la infancia y pasando por diversas etapas de progresiva complejidad. Cada etapa aporta impresiones, sentimientos e incluso, complicados razonamientos sobre el Yo. El resultado es un sentimiento generalizado de valía o de incapacidad.
  • En general, las experiencias positivas y relaciones plenas ayudan a aumentar la autoestima. Las experiencias negativas y las relaciones problemáticas hacen que disminuya la autoestima.
  • La importancia de una autoestima elevada
Sentirse bien con uno mismo facilita:
  • Enriquecer su vida: Tener gente feliz a su alrededor es una cosa apreciada. Siendo feliz podrá encontrar más amigos. Sintiéndose mejor consigo mismo y siendo más abierto, establecerá relaciones más estrechas.
  • Aceptar los retos: Cuando usted tiene una autoestima alta no tendrá miedo de desarrollar sus habilidades. Querrá arriesgarse y probar cosas nuevas. Si no prueba, no podrá madurar.
Algunos efectos comunes de una baja autoestima:
  • Falta de confianza en sí mismo
  • Bajo rendimiento
  • Visión distorsionada de uno mismo y de los demás
  • Una vida personal infeliz
Con una autoestima elevada Ud. podrá:
  • Ser la persona que quiere ser
  • Disfrutar más de los demás
  • Ofrecer más de sí mismo
  • Mantener la confianza en sí mismo
  • Permanecer tolerante
¿Es fácil cambiar la autoestima ?
No. Porque significa darse un vistazo profundo a uno mismo y entonces cambiar las cosas que no le gustan. Esto lleva su tiempo, pero los resultados valen el esfuerzo. Si  usted lo ha intentado pero no ha hecho ningún progreso, considere la posibilidad de pedir ayuda a un profesional.
 ¿Garantiza la autoestima elevada el éxito?
No. Pero garantiza el que usted se sentirá bien consigo mismo y con los demás. No importa lo que pase.
¿Puedo ayudar a otros a sentirse mejor consigo mismos?
Si. Haga que sus actitudes positivas lleguen a los demás ofreciéndoles coraje y animándoles. Ayúdeles a abrirse. No los infravalore. Sea paciente con sus fallos y debilidades (todo el mundo las tiene).
¿La autoestima elevada significa egoísmo?
No, no es egoísmo o esnobismo. Estos son sentimientos falsos de inseguridad y baja autoestima. Tener una autoestima alta es apreciar su individualidad de manera que pueda responder a los demás de una manera positiva y productiva.
Técnicas para cambiar nuestros pensamientos
A continuación se describen algunas formas sencillas para modificar nuestros pensamientos, sentimientos y conductas con el fin de orientarlas hacia acciones positivas:
  • Auto escucha: Escúchate más a ti mismo más que escuchar lo que los demás te dicen sobre la forma como te debes de comportar.
  • Analiza con cuidado las opiniones de los demás sobre ti, tú y solo tú eres quien debe tomar la última decisión acerca de tus planes y proyectos, aunque te equivoques.
  • Transformar lo negativo a lo positivo: Consiste en forzarse a cambiar nuestros propios mensajes fatalistas en alternativas de crecimiento positivas.
  • Arco iris: Si piensas que la vida es de todo o nada, necesitas suponer que vas  más allá de los colores; blanco o es negro. Pensar solo en dos tonalidades te crea ansiedad y frustración si no logras tus metas. Existen muchos más colores. Nadie es perfecto o tonto, para algunas cosas seremos expertos, pero para otras no y eso no nos hace ser inferiores o valer menos.
  • Evitar las comparaciones: Quién constantemente se compara, está destinado al fracaso. Tú eres único e irrepetible y eso te hace ser único en el mundo.
  • Nadie es perfecto: Si crees que nunca te equivocas ya de entradas estas equivocado. Los seres humanos somos imperfectos, pero somos perfectibles sobre todo cuando nos equivocamos podemos aprender de los errores, por eso cuando sientas que te equivoques necesitas pensar; ¿qué debo hacer para lograr los resultados deseados la siguiente vez que lo intente? es convertir la equivocación en aprendizaje.
  • Valora tus triunfos: Cada día por la noche al momento de ir a la cama necesitas reconocerte las cosas que hiciste bien durante el día. Y felicítate por los avances del día aunque hayan sido menores.
  • Levantarse: Es levantarse cada vez que nos caemos en cualquier terreno: amoroso, económico, espiritual, social, etc. y transformarlo como hábito de vida. Significa dejar de ser víctima y ser arquitecto de tu propio destino.
    Algunas sugerencias más para el cambio:
1.- Piense positivamente sobre usted mismo.
2.- Tenga aprecio a si individualidad
3.- Ayúdese a desarrollar su talento y sus habilidades
4.- Dese ánimos cada vez que los necesite
5.- Crea en sus propios juicios
6.- Quiérase a sí mismo
7.- Acéptate tal como eres (con virtudes y defectos)
8.- ¿Quién te metió en la cabeza que eras un …?. Tú eres lo que piensas de ti mismo y actúas inconscientemente en consecuencia.
9.- Pule tu lente de la percepción para verte desde otro ángulo y cambiar tus creencias.
10.- Aprender a reinterpretar el pasado, el cual no se puede cambiar, pero si enfrentarlo de manera más positiva.
11.- Deja de compararte con los demás. ¡Tú eres un ser único e irrepetible.
12.- Conócete a ti mismo es el principio de la verdadera sabiduría.
13.- Empezar a hacerse responsable de la vida propia.
14.- Reconócete a ti mismo cuando has tenido algún logro, iniciando con metas pequeñas.
15.- Haz un inventario de tus virtudes y defectos con el fin de desechar las conductas que no funcionan, mantener las que son funcionales e inventa las que sean necesarias para poder relacionarse contigo mismo y con los demás sanamente.
16.- Reduce el nivel de autocrítica, pensando más en alternativas que en los obstáculos presentes en tu vida.
17.- Analiza tu historia de vida personal y tu origen: ¿quién soy?, ¿a dónde voy? y ¿con quién voy?.
18.- Aprende a expresar tus emociones y sentimiento.
19.- Deja el pasado a donde corresponde: "atrás", por muy doloroso que haya sido.
20.- En el peor de los pronósticos, si no se puede lograr solo, acudir con el especialista.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Divorcio Psicologico

Causantes del divorcio: La disolución de un matrimonio, no se da en el momento de la firma del acta administrativa, sino se gesta, desde las etapas más tempranas del compromiso de la pareja.

Las cosas no se descomponen de la noche a la mañana, sufren un deterioro paulatino e inconsciente que va desgastando la relación, inclusive antes de iniciar. A este desgaste inicial sin soluciones le denomino “divorcio psicológico”.
Algunos indicadores de “divorcio psicológico” y que deberíamos tomar en consideración son: indicios de infidelidad o hechos consumados anteriores a la relación actual, las diferencias en el terreno de los sexual (disfunción, frecuencia incompatibles, el nivel del grado de satisfacción con la pareja, etc.),enfrentarse a los problemas económicos cotidianos relacionados con la distribución del ingreso, la percepción o ilusión de escapar de la vida actual o la posibilidad de rehacer una nueva vida, sin haber solucionado problemas personales anteriores, la diferencia entre los valores sociales de la pareja, tales como; la educación, los ideales o proyectos de vida, etc.
Algunas causas del Divorcio. Estas se pueden dar tanto en el hombre como en la mujer.
    1. Falta de conocimiento de nosotros mismos.
    2. Expectativas personales, no cumplidas.
    3. Intolerancia ante las diferencias de la pareja.
    4. Inmadurez.
    5. Desinterés en mejorar la relación.
    6. Insatisfacción personal.
    7. Celos injustificados.
    8. Baja autoestima.
    9. Una idea equivocada del amor.
    10. Falta de reconocimiento y aceptación de las crisis normales de la pareja.
    11. Dejamos de amar a nuestra pareja.
    12. Falta de compromiso emocional.
    13. Por aprendizaje de experiencias previas, sobre todo durante la niñez.
    14. Situaciones críticas o problemáticas del matrimonio y de la vida.
    15. Problemas importantes de comunicación.
    16. Rutina y aburrimiento.
    17. Violencia intrafamiliar de parte de cualquiera de las dos personas, hacia la pareja o hacia los hijos.
    18. Alcoholismo o drogadicción.
    19. Situaciones críticas. Por ejemplo
    • Un embarazo no deseado.
    • Enfermedades importantes en un miembro de la familia.
    • Problemas sexuales.
    • Infidelidad.
    • Problemas económicos.
    • Intervención constante de la familia de cualquiera de los dos.
    La intensidad de las emociones, el dolor, las ofensas, el rencor y otros sentimientos provocan un daño profundo en la pareja difícil de recuperar. Por otro lado, la victimización de los hijos atrapados en la "batalla conyugal", produce deterioros psicológicos irreparables en la psiquis de los menores. La mayoría de los divorcios están precedidos por meses o años de disputas, ofensas, desamor, peleas, desilusiones y frustraciones.

    En un primer lugar, las parejas comienzan con provocaciones mutuas, con trato y vocabulario hostil y episodios de gritos y de abuso físico verbal.

    Si la pareja no logra manejar los conflictos y comienzan un proceso de divorcio, inician un período de enfrentamiento por distintas razones, sean por rencor, rabia o por la división del patrimonio conyugal. En esta fase se intensifica la hostilidad, el deseo de daño de uno al otro. Surge el odio, la amargura y a veces hasta el deseo de venganza.

    En esta etapa, la mayoría de las parejas piensa que quitándole los hijos el uno al otro ganan la pelea, sin darse cuenta que le están haciendo un gran mal a la psiquis de los muchachos. De manera que, cuando la pareja se plantea un divorcio y no hay más remedio, hay que tomar en cuenta todo lo expresado y procurar el mayor esfuerzo en que no se generen tantos problemas. Aunque parezca difícil, el divorcio o la separación debe ser acordada hasta donde se pueda y negociada.

    ¿Seguimos juntos o nos separamos?.


     El compromiso inicial (Algunos componentes del compromiso)

    Todo buen principio, tiene la probabilidad de tener un buen fin.  Sin embargo, cuando se convierte en el factor más importante, los preparativos para la boda, que el conocimiento personal, un poco del otro y de las familias de origen, la cosa podría ser muy diferente. Lo accesorio se convierte en lo importante, aunque el análisis de los miembros de la pareja podría evitar muchos conflictos seguros hacia delante.

    En ocasiones un simple o intrascendente desacuerdo con el otro, hace pensar en la posibilidad de disolver el vínculo.  De hecho existen parejas psicológicamente divorciadas y que aún no lo saben.  Este es uno de los más fuertes indicadores.  Difícilmente, la pareja analiza los motivos inconscientes que podrían fortalecer o debilitar el compromiso de crecer y vivir juntos.
    Existen diferentes formas de presión personal o social para establecer un compromiso
    El haber invertido una cierta cantidad de tiempo en la relación, el hecho de que ambas familias conocen y en ocasiones aceptan socialmente al otro, certificándolo como un buen candidato a incorporarse a la familia, otro puede ser la presión ejercida veladamente por la familia para que los futuros consortes formalicen su situación, otro más es el sentimiento de agrado que los futuros cónyuges podrían tener para comprometerse en la relación . En este último punto, resulta  frecuente en las parejas desavenidas y que solicitan apoyo terapéutico el encontrar que desde el inicio era más fuerte el deseo de alguno de los dos el casarse, estableciendo una relación desigual o desbalanceada de compromiso desde el principio, con las consecuencias que ello con lleva.

    ¿Por qué y para qué seguimos juntos?

    Generalmente cuando una pareja está en la disyuntiva de saber sí vale la pena seguir juntos, dentro de la terapia es importante conocer ¿por qué? y ¿para qué? continuar con una relación de pareja.  Si la pareja ha llegado a este punto es probable que la esencia del convivir se haya desviado o simplemente nunca la hayan considerado.


    Crecer, junto con  el ser amado, respetar las diferencias, continuar con una relación de compromiso, evolucionar hacia el mismo objetivo, simplemente no existe.  Ello por supuesto no niega ni elimina la presencia del conflicto en la relación, el cuál es inevitable.  Sin embargo, estos son parte de los obstáculos por los que vale la pena “penar” o luchar por la relación de pareja.
    Por otro lado, en ocasiones, la convivencia con el otro, mete a la pareja en un círculo vicioso en donde convivir, se vuelve costumbre o dependencia.
    El convivir juntos en la habitación y separados en lo emocional es otro indicador del divorcio psicológico, en donde lo intrascendente de lo cotidiano, se vuelve el tema de conversación.  En los casos más graves, vivir bajo el mismo techo separados en diferentes habitaciones, pero juntos aún en lo emocional, deja más abierta la posibilidad de buscar fuera de la relación una tercera persona.
    La codependencia, la costumbre o la separación física o emocional con el otro, puede durar toda la vida.
    ¿Nos separamos?
    En las parejas desavenidas, los sentimientos hacia el otro van en proporción a los motivos que les llevaron a separarse.  Cuando el evento ha sido de mucho desgaste, la separación puede ser un elemento liberador.  Sin embargo, cuando ambos miembros suponen estar más o menos bien y se presenta algún evento desencadenante de la separación, el hecho resulta más traumático y doloroso, por lo inesperado del acontecimiento El apoyo terapéutico en estos casos puede ser de gran ayuda, pues implica entre la revisión de la historia personal del paciente y el análisis de los motivos de separación, hacer conscientes aquellos elementos disparadores del divorcio.
    La firma del acta administrativa, es de hecho una fase más del divorcio. Sin embargo, el hecho empezó con el divorcio psicológico, manifiesto a través de los indicadores antes mencionados.
    Durante la fase posterior al hecho legal-administrativo, el estado psicológico del paciente, pasa por varias etapas, reunidas en una sola, a la cual se le denomina “duelo”.
    En el duelo la primera fase es la “negación”, la cual consiste en no creer la consumación del evento (divorcio), sobretodo, porque no se encuentran razones que expliquen cómo la inversión positiva emocional con la pareja haya finalizado.   En ocasiones se confunde con un mal sueño o una pesadilla, con la ilusión de que las cosas son temporales y van a mejorar.
    Posteriormente, se presenta un estado de “frustración” acompañado de sentimientos o acciones agresivas hacia el otro, o hacia uno mismo, o hacia quién perceptualmente propicio la disolución del vínculo.  Este estado sentimental, en ocasiones va acompañado de la pérdida del sentido espiritual o la “fe”, del propio sistema de creencias.
    En seguida, el paciente pasa por la “sustitución”, en esta etapa es capaz de ir adquiriendo nuevas habilidades sociales y ello le prepara para la fase de “aceptación o resolución del conflicto”, en esta última etapa, el paciente es capaz de re-interpretar el pasado y puede adaptarse a vivir una nueva realidad de su situación de pareja.  En ocasiones se plantea de una forma más sana el darse la posibilidad de establecer una nueva relación.
    Todas las rupturas precisan pasar por el proceso antes citado. Y éste tiene una duración que oscila entre los 6 meses y los 2 años, aproximadamente, dependiendo de varios factores:
    • De la personalidad. El rasgo de personalidad (tendencia a comportarse de una manera particular a lo largo de una serie de situaciones) influye enormemente.
    • Sensibilidad. En el aspecto emocional hay personas que sienten las cosas, tanto las alegrías como las tristezas de forma muy profunda, mientras que otras tienen vivencias más superficiales.
    • En el aspecto cognitivo, hay personalidades que entran en una espiral de pensamientos catastróficos que les inmovilizan y no pueden ver con claridad, mientras que otros con más conocimiento de sí mismos y del proceso por el que están pasando saben darse tiempo.
    • Recursos propios. El nivel alto de autoestima o confianza en sí mismo ayudará a no tener pensamientos autodestructivos ni de acontecimientos catastróficos.
    La visión hacia el futuro
    Cuando un paciente has superado la etapa del duelo, es capaz de aceptar la propia responsabilidad en el conflicto de forma sana, pues como en todo compuesto químico, es un elemento de la fórmula con el otro, y es capaz de entenderlo. 
    Lo más importante, es el considerar el acontecimiento como una conducta que trajo sus consecuencias y aprendizajes.  A pesar de todo, brinda la posibilidad de evolucionar y crecer.  De revertir y aprovechar las consecuencias para crecer y adaptarse al cambio de vida.
    Aprender del pasado, es la estrategia para construir nuevas redes sociales (hacer nuevos amigos), o recuperar las más cercanas (amigos anteriores), o plantear la posibilidad de re-organizar nuevamente el entorno familiar. 
    El proceso de recuperación incluye; plantearse nuevos proyectos de vida. A manera de estrategias para el cambio, vale la pena tomar en cuenta lo siguiente:
    • Para reconstruir nuevamente una relación de pareja, “el borrón y cuenta nueva, nunca funciona”, es cómo esperar un arreglo mágico de las cosas, sin haber hecho nada.
    • Mejorar y entender las diferentes formas de comunicación: brinda la posibilidad de ser más concretos y específicos para transmitir una idea y crecer en pareja a pesar de las diferencias.
    • Analizar la forma cómo se originó una pareja, da cuenta de la probabilidad de su posible futuro.  “El origen influye fuertemente en el destino”.
    • Tomar en serio el compromiso inicial de la pareja, puede fortalecer los lazos de unión entre los futuros consortes.
    • Nunca, nunca, pero nunca, suponer que la relación de pareja está bien, solo por el hecho de que “yo me siento bien en la relación".
    • Resolver los problemas cotidianos, es una gran tabla de salvación,  pues cuando se acumulan, de montoncito en montoncito, se crea una enorme montaña de conflictos
    • Analiza cuáles pudieron ser las causas de tu divorcio.Recuerda que generalmente son más de una.
    • Enfócate en ti. En lo que crees que está relacionado con tu actitud de vida, pensamientos, sentimientos y conducta.
    • No busques culpables.
      Responsabilízate por lo que tiene que ver contigo.
    • Recuerda que un matrimonio es de dos y un divorcio también es de dos. Lo importante no es que te sientas culpable o enojado contigo mismo por lo que hiciste o dejaste de hacer, sino que aprendas de tus errores.
    • Aunque en estos momentos no lo veas así, la vida sigue y tienes por delante muchas oportunidades de ser feliz.
    • Pero para ello tenemos que aprender de nuestros errores, corregirlos cuando es posible o evitar volverlos a cometer.
    En lo inevitable.
    El en el peor de los casos, cuando la disolución del vínculo está decidida y es inevitable, más vale llegar a un buen arreglo que a un mal pleito.  Es conveniente pensar con la cabeza y no dejar que las resuelva el corazón o una conducta visceral.
    Cuando los pleitos se alargan, además de perder los consortes, los hijos son los más perjudicados y los abogados los únicos beneficiados.
    Recuerda que tu hijo aprende lo que ve.  Una máxima de los abogados es: “hijos de padres divorciados, divorciados serán en la edad adulta”.

    Palabras Finales
    “El matrimonio es como un pequeño jardín que tienes que cuidar constantemente". Es la única forma de crecer, evolucionar y seguir juntos.


    Trastorno Bipolar

    El trastorno afectivo bipolar (TAB), también conocido como trastorno bipolar y antiguamente como psicosis maníaco-depresiva (PMD), es el diagnóstico psiquiátrico que describe un trastorno del estado de ánimo caracterizado por la presencia de uno o más episodios con niveles a normalmente elevados de energía, cognición y del estado de ánimo.
    Clínicamente se refleja en estados de manía o en casos más leves, hipomanía junto con episodios concomitantes o alternantes de depresión, de tal manera que el afectado suele oscilar entre la alegría y la tristeza de una manera mucho más marcada que las personas que no padecen esta patología.

    Los estados de ánimo y las emociones están en constante evolución y cambio. Para la mayoría de las personas estos cambios y oscilaciones emocionales se enmarcan dentro de unos límites predecibles y ante situaciones más o menos conocidas, lo que les permite ejercer cierto grado de control sobre las mismas. Sin embargo otras personas se muestran aparentemente ‘incapaces’ de ejercer cierto control y gobierno sobre sus propias emociones. Bien por su duración, por su intensidad, por su frecuencia o por su aparente  autonomía, estos sentimientos  escapan a su control, interfiriendo de forma significativa en todos los ámbitos de su vida, alcanzando la categoría de patológicos, con consecuencias potencialmente letales para el sujeto

    Trastorno bipolar (psicosis maníaco-depresivo)

    “Se trata de un trastorno caracterizado por la presencia de episodios reiterados (es decir, al menos dos) en los que el estado de ánimo y los niveles de actividad del enfermo están profundamente alterados, de forma que en ocasiones la alteración consiste en una exaltación del estado de ánimo y un aumento de la vitalidad y del nivel de actividad (manía o hipomanía) y en otras, en una disminución del estado de ánimo y un descenso de la vitalidad y de la actividad (depresión).

    Trastorno bipolar tipo I

    El trastorno bipolar tipo I se da en aquellos individuos que han experimentado un episodio maniaco añadido a un episodio depresivo. Es frecuente que los sujetos también hayan presentado uno o más episodios depresivos mayores. Para el diagnóstico de esta modalidad son necesarios uno o más episodios maníacos o mixtos. No es necesario que exista un episodio depresivo como requisito para el diagnóstico, aunque frecuentemente aparezca.

    Trastorno bipolar tipo II

    El trastorno bipolar tipo II se caracteriza por episodios de depresión mayor así como al menos un episodio hipomaniaco. Los episodios hipomaníacos no llegan a los extremos de la manía (es decir, que no provocan alteraciones sociales u ocupacionales y carecen de rasgos psicóticos). El trastorno bipolar tipo II es mucho más difícil de diagnosticar, puesto que los episodios de hipomanía pueden aparecer simplemente como un periodo de éxito con alta productividad y suele relatarse esto con menos frecuencia que cuando se sufre una depresión. Puede darse psicosis en episodios de depresión mayor y en manía, pero no en hipomanía. Para ambos trastornos existe un cierto número de especificadores que indican la presentación y el curso del trastorno, entre otros el de "crónico", "ciclado rápido", "catatónico" y "melancólico".

    Nota: El trastorno bipolar es comúnmente encuadrado como Trastorno Bipolar Tipo I, en donde el individuo experimenta experiencias extremas de manía o Trastorno Bipolar Tipo II, en donde los «altos» de la hipomanía no llegan hasta el extremo de la manía. Este último es mucho más difícil de diagnosticar, ya que los episodios de hipomanía pueden simplemente parecer como períodos de una alta productividad del individuo y se han reportado mucho menores que la depresión ansiosa. Puede ocurrir la psicosis, particularmente en los períodos de manía. También nos encontramos con subtipos de «ciclos acelerados». Debido a que en los problemas relacionados con los cambios de humor hay tantas variaciones en cuanto a su severidad y a su naturaleza, el concepto de espectro bipolar es usualmente utilizado, incluyendo en él la ciclotimia. No hay consenso en cuanto a la cantidad de «tipos» existentes de trastorno bipolar.

    Muchas personas con trastorno bipolar experimentan de una severa ansiedad y son muy irascibles cuando se encuentran en un período maniaco (hasta el punto de la furia), mientras que otros se vuelven eufóricos y grandilocuentes. Período depresivo.

    Depresión

    Una disminución del interés en las actividades diarias y/o placer producido por las actividades cotidianas pueden ser signos de la fase depresiva del paciente bipolar.

    Las señales y los síntomas del período depresivo en el trastorno bipolar incluyen (pero en ningún sentido se limitan solo a ellos): sentimientos constantes de tristeza, ansiedad, culpa, ira y soledad y/o desesperanza, desórdenes de sueño, apetito, fatiga, pérdida de interés por actividades de las que la persona antes disfrutaba, problemas de concentración, odio hacia uno mismo, apatía o indiferencia, despersonalización, perdida de interés en la actividad sexual, timidez o ansiedad social, irritabilidad, dolor crónico (con o sin causa conocida), falta de motivación, e incluso ideas suicidas.

    Durante la fase depresiva el paciente puede presentar:
    • Pérdida de la autoestima
    • Desánimos continuos
    • Ensimismamiento
    • Sentimientos de desesperanza o minusvalía
    • Sentimientos de culpabilidad excesivos o inapropiados
    • Fatiga (cansancio o aburrimiento) que dura semanas o meses
    • Lentitud exagerada (inercia)
    • Somnolencia diurna persistente
    • Insomnio
    • Problemas de concentración, fácil distracción por sucesos sin trascendencia.
    • Dificultad para tomar decisiones y confusión general enfermiza, ejemplos: deciden un cambio repentino de empleo, una mudanza, o abandonar a las personas que más aman como puede ser una pareja o un familiar (cuando el paciente es tratado a tiempo deja de lado las situaciones "alocadas" y regresa a la vida real, para recuperar sus afectos y su vida).
    • Pérdida del apetito
    • Pérdida involuntaria de peso
    • Pensamientos anormales sobre la muerte
    • Pensamientos sobre el suicidio, planificación de suicidio o intentos de suicidio.
    Período maníaco

    Las personas que se encuentran en un episodio maníaco pueden estar eufóricas, irritables y/o suspicaces, con un incremento en sus actividades y cualidades tanto físicas como mentales. El incremento en la energía y en las actividades es muy común; suele tener verborrea. La necesidad de dormir se encuentra disminuida. La persona suele distraerse rápidamente y puede manifestar e incluso llevar a la práctica ideas irreales, grandilocuentes y sobre optimistas. Las facultades sociales se ven disminuidas, y las ideas poco prácticas suelen llevar a indiscreciones tanto financieras como amorosas.

    En la fase maníaca se pueden presentar: Exaltación del estado de ánimo

    Aumento de las actividades orientadas hacia metas, delirios de grandeza, creencias falsas en habilidades especiales. Si los contradicen suelen enfadarse y pensar que el mundo está en su contra.
    • Ideas fugaces o pensamiento acelerado (taquipsiquia)
    • Enfadarse por cualquier cosa
    • Autoestima alta
    • Menor necesidad de dormir
    • Agitación
    • Verborrea (hablar más de lo usual o tener la necesidad de continuar hablando)
    • Incremento en la actividad involuntaria (es decir, caminar de un lado a otro, torcer las manos)
    • Inquietud excesiva
    • Aumento involuntario del peso
    • Bajo control del temperamento
    • Patrón de comportamiento irresponsable
    • Hostilidad
    • Aumento en la actividad dirigida al plano social o sexual
    • Compromiso excesivo y dañino en actividades placenteras que tienen un gran potencial de producir consecuencias dolorosas (andar en juergas, tener múltiples compañeros sexuales, consumir alcohol y otras drogas)
    • Creencias falsas (delirios místicos y otros)
    • Alucinaciones.
    Período mixto

    En el contexto del trastorno bipolar los períodos mixtos son aquellos en los cuales la manía y la depresión clínica ocurren simultáneamente (por ejemplo, la agitación, ansiedad, agresividad, confusión, fatiga, impulsividad, las ideas suicidas, el pánico y la paranoia, ideas de persecución, verborrea, pensamiento veloz y furia).

    Los episodios mixtos suelen ser los más volátiles dentro del estado bipolar, debido a que los estados pueden ser activados o desencadenados de forma rápida y simple. Los intentos suicidas, el abuso de substancias psicotrópicas y dañarse a sí mismo suele ocurrir en este estado.

    Recaídas

    Algunas personas, incluso estando medicadas, pueden experimentar episodios del trastorno en un nivel menor, o, incluso llegando a experimentar episodios completos de manía o depresión. De hecho, algunos estudios recientes han descubierto que el trastorno bipolar está "caracterizado por un bajo porcentaje de recuperación, un alto porcentaje de recaída, y un funcionamiento regular entre los distintos episodios." El estudio además confirmó la seriedad del trastorno en cuanto a que las personas con un "trastorno bipolar estándar han duplicado las posibilidades de muerte."

    Riesgo de suicidio

    Las personas que padecen de trastorno bipolar tienen una posibilidad incrementada tres veces más de poder llegar a cometer suicidio que la de aquellos que padecen de depresiones mayores (12% a 30%). Aunque muchas de las personas que sufren del trastorno realmente nunca logran cometer el suicidio, el promedio anual de suicidio en hombres y mujeres diagnosticadas con la enfermedad (0.4%) es de 10 hasta 20 veces mayor que en la población general.36 Individuos que padecen del trastorno tienden a tener tendencias suicidas, especialmente durante los estados mixtos de hipomanía y depresión agresiva. Actualmente no existe cura para el trastorno bipolar, pero puede ser controlado. El objetivo del tratamiento consiste en un control eficaz del curso de la enfermedad a largo plazo, lo cual puede suponer el tratamiento de los síntomas emergentes. Para lograrlo se emplean técnicas farmacológicas y psicológicas.

    Tratamiento

    El tratamiento farmacológico se basa en el uso de estabilizadores del estado de ánimo y de las técnicas psicológicas la única que ha demostrado ser eficaz es la Psicoeducacion. Se calcula que la respuesta a los fármacos puede estar condicionada hasta en un 85% por factores genéticos, por lo que ya existen en el mercado test que recogen la información farmacogenética del paciente para que el médico pueda valorar qué tratamiento va a funcionar mejor en el paciente con trastorno bipolar, en función de sus características genéticas.

    La meta del tratamiento es evitar las crisis y minimizar o eliminar los síntomas sub-sindromáticos. En realidad el tratamiento del trastorno bipolar es simple si consideramos los siguientes aspectos:
    1. El pilar del tratamiento son los estabilizadores del estado de ánimo (litio, valproato, carbamazepina, oxcarbazepina, lamotrigina, topiramato).
    2. Los antipsicóticos atípicos no son estabilizadores del estado de ánimo y su uso debe limitarse a los periodos de crisis, y siempre en combinación con un estabilizador del estado de ánimo. Su uso en monoterapia posee un impacto neurocognitivo deteriorante para el paciente.
    3. Los antidepresivos tampoco son estabilizadores del estado de ánimo y deben evitarse en pacientes bipolares porque aumentan la frecuencia del ciclado, favorecen la aparición de episodios mixtos y pueden producir viraje a manía. Cuando su uso es imprescindible deben usarse solo durante las crisis y asociados a un estabilizador del ánimo.
     1.- Los estabilizantes del estado de ánimo

    Los estabilizantes del estado de ánimo sirven para hacer que el estado de ánimo permanezca estable sin altibajos y así mismo prevenir o mitigar episodios de manía o depresivos. Entre los medicamentos de este tipo que han demostrado su eficacia está el litio que viene usándose desde hace mucho tiempo.

    2.- Los anticonvulsivantes o anticonvulsivos

    Los anticonvulsivos o anticonvulsivantes son unos fármacos que originalmente se usaban con enfermos de epilepsia pero no se tardó en descubrir su eficacia en el tratamiento de los trastornos del humor. Entre los anticonvulsivantes más efectivos para la estabilización del humor figuran el ácido valproico, la carbamazepina o Tegretol y la lamotrigina o Lamictal. 

    El Lamictal forma parte de un grupo de anticonvulsivos más recientes que incluyen la oxcarbazepina (Trileptal) y el topiramato (Topamax).

    3.- Los antipsicóticos

    Dentro de los antipsicóticos cabe incluir dos tipos: los tradicionales y un grupo de antipsicóticos nuevos o antipsicóticos de nueva generación llamados antipsicóticos atípicos por tener características químicas diferentes de los antipsicóticos tradicionales.

    Dentro del grupo de los antipsicóticos tradicionales cabe incluir los siguientes fármacos:

    clorpromazina clorhidrato, flufenazina decanoato,  haloperidol,  perfenazina,  tiotixeno, trifluoperazina diclorhidrato.

    El conjunto de antipsicóticos atípicos está creciendo enormemente en los últimos tiempos y entre ellos cabe incluir los siguientes:

    Risperidona, Atornil, olanzapina, quetiapina, aripiprazol,  ziprasidona, clozapina.

    Todos los antipsicóticos atípicos están aprobados por la FDA para el tratamiento de estados agudos de manía.

    4.- Los antidepresivos

    Los antidepresivos como su propio nombre indica son medicamentos que se usan para combatir la depresión o estados depresivos más o menos profundos.

    Existen tres tipos básicos de antidepresivo: los antidepresivos tricíclicos que son los más antiguos, los inhibidores de la recaptación de la serotonina y los Inhibidores de la monoaminooxidasa.

    * Antidepresivos Tricíclico

     La lista de antidepresivos tricíclicos, que son los más antiguos, es relativamente larga, pero se citará algunos ejemplos solamente:

    amitriptilina clorhidrato, clomipramina, doxepina , imipramina, maprotilina clorhidrato, nortriptilina

    * Antidepresivos inhibidores de la reabsorción selectiva de la serotonina

    Fluoxetina, moclobemida, paroxetina,  citalopram, bupropión hidrocloruro, venlafaxina clorhidrat,  sertralina clorhidrato, Cipralex.

    * Antidepresivos inhibidores de la Monoaminooxidasa

    Fenelzina, Benzodiazepinas.

    Se usan fundamentalmente para tratar los estados de ansiedad asociados a los diferentes estados del trastorno bipolar. Entre las benzodiazepinas cabe incluir las siguientes:

    Alprazolam, clordiazepóxido, clonazepam, clorazepato dipotásico, diazepam, lorazepam, bromazepam.

    En términos generales, los estabilizadores del estado de ánimo son más eficaces en el tratamiento y la prevención de episodios maníacos asociados al trastorno bipolar. Sin embargo, otras medicaciones (p.ej. lamotrigina, fluoxetina, quetiapina) también han demostrado eficacia para el tratamiento de la depresión bipolar. Para una mejor respuesta terapéutica se pueden combinar estabilizadores del estado de ánimo con antipsicóticos cuando en cuadro maníaco presenta síntomas positivos de la esquizofrenia (alucinaciones e ideas delirantes) o bien se pueden combinar con algún antidepresivo cuando hay predominancia de ciclados a la depresión.

    Se desaconseja su uso en embarazadas, sobre todo en el primer trimestre y durante la lactancia. Si es absolutamente necesario su uso en el resto del embarazo (de 4 a meses en adelante) se puede utilizar dosis muy bajas, junto con ácido fólico, y se debe retirar gradualmente al menos una semana antes de la fecha calculada de parto.

    Como último recurso en caso de trastornos refractarios graves se puede utilizar terapia electro convulsiva.

    Nuevos tratamientos

    El modafinilo (Provigil) y el pramipexol (Mirapex) parecen opciones prometedoras en el tratamiento del deterioro cognitivo relacionado con el trastorno bipolar. Además, también se ha visto que puede ser eficaz el riluzol, un tratamiento para la esclerosis lateral amiotrófica. Se han encontraron evidencias tentativas de mejoras de estados de ánimo, durante un tratamiento de resonancia magnética nuclear (EP-MRSI), y se han realizado diversos intentos para poder aplicar dicho método y evaluar como un posible tratamiento. El Omega 3 a ser útil en Depresión Bipolar. Terapia génica y nanotecnología son dos áreas que están en desarrollo.