sábado, 20 de abril de 2013

El Pensamiento de Éxito

¿Cuántos de nosotros realmente comprendemos el significado de la frase “Tus Pensamientos Controlan Tus Acciones”?.
La respuesta, desafortunadamente, es: Muy pocos.

Escuchamos a la gente decirlo, los autores, escribimos sobre el tema, existen frases y citas célebres de personajes históricamente reconocidos que lo refuerzan y la ciencia lo comprueba una y otra vez y aun así, algunos todavía se dedican a pensar, que lo que les pasa en sus vidas, es pura casualidad, mala suerte, o coincidencia.

No es un secreto, la manera en que piensas impregna toda tu vida de actitudes. Dichas actitudes definen el empuje, la motivación y el deseo ardiente mediante el cual realizas tus actividades y tareas.

Y por supuesto, son dichas actitudes aplicadas a la acción, las que terminan produciendo nuestros resultados.

Pobreza
Problemas
Discusiones
Tristezas
Fracasos
Dificultades
 Enojo e Ira
Estrés
Y hasta Depresión

Es difícil llevar una buena vida con todas estas cosas formando parte de nuestra cotidianidad y más difícil aún es alcanzar el éxito.

Para fortuna de muchos y para perjuicio de otros, es nuestra mente la que rige nuestras vidas y la que finalmente crea y moldea nuestro destino. Lo queramos o no, somos los directores de la obra. Y claro, no todo el mundo está acostumbrado a liderar, a llevar la iniciativa y a tomar el control. Por eso tantas personas se dedican a lo que no les gusta, tienen relaciones por conveniencia y traen al mundo hijos no deseados.

La gente que más tiene problemas en su vida, es por lo regular, la gente que menos control ha decidido tomar sobre ella.

Así, nos encontramos con que una de las mejores maneras de resolver nuestros problemas, y pasar a tener un estilo de vida más satisfactorio y llenador, es cambiar nuestros pensamientos.

El Pensamiento De Éxito les permite a las personas liberarse de todo negativismo y enfocar su mente en aquellos sueños que más desean realizar, por lo tanto, les facilita el logro de los mismos.

Cómo Desarrollar Un Pensamiento De Éxito

Imagino que no tengo que convencerte que pensar positivo y ser optimista realmente funciona. Si eres de las personas que piensan “Mi situación no tiene remedio, tú no sabes por lo que estoy pasando e imaginarme un mundo de mariposas y arcoíris no me va a ayudar” entonces puedes dejar de leer ahora mismo.

“Date la oportunidad de entender de qué se trata el pensamiento positivo y optimista”.

Tener una mentalidad exitosa y un pensamiento de éxito, no es tarea fácil. Se requiere entrenamiento y de alguna manera, Capacitación. Aunque no formal, más bien informal, y donde tú mismo eres el profesor y el alumno.

Te comparto estos sencillos pasos  para comenzar:

Empieza Por Evaluarte

¿Cómo están tus pensamientos? ¿Son mayoritariamente positivos o negativos?

En caso de que sean negativos, debes idealmente anotar aquello que pasa por tu mente. ¿Qué es aquello que te hace sentir mal? ¿Qué te genera una “mala vibra”? ¿Será que no estás contento con tu vida como es ahora? ¿Qué creencias te hacen a sentirte así? Lo que sea ¡Escríbelo!.

Luego de tener todo escrito, empieza a analizar si hay cosas que se repiten, o algún tipo de patrón común entre todos tus pensamientos negativos. Por lo regular existe una o dos fuentes principales para todo el negativismo de las personas. Eliminar dichas fuentes, alivia la gran mayoría del peso que cargamos en nuestro interior.

Interrumpe Tus Pensamientos Negativos

Ahora que ya conoces la forma de tus pensamientos negativos, es importante estar alerta a esos pensamientos displacenteros, cuando lo pienses o sientas que estas enganchado en uno de esos, interrúmpalo  por completo.  A veces, hablar en voz alta funciona, pensar o fijar tu atención en algo más, distraerte y en ocasiones de crisis, simplemente cerrar los ojos y hacer respiración profunda controlada.

Tan simple como detenerte en la mitad de un proceso de pensamiento negativo o pesimista, sin importar qué tan realista, objetivo o sincero parezca.

Y Finalmente, Reemplaza Tus Pensamientos Por Otros Mejores

¿Cómo puedo saber que estoy creando nuevos pensamientos de éxito? Muy sencillo: Si tus ideas no incluyen palabras como: “Al menos”, “Nunca”, “No”, “No quiero”, “Evitar”, “No puedo” “Alejarme” etc.  Cambia Todo tipo de palabras negativas.

Y por el contrario, si tus ideas incluyen resultados, objetivos y metas que te hagan sentir bien. No vale querer cumplir con tu trabajo, si tu trabajo no te hace feliz. En ese caso, es imposible que tu vida mejore si sigues esclavizado en algo que disminuye tu felicidad y alegría.

Y por supuesto, dichos pensamientos deben ser optimistas. Así no veas una solución ahora, puedes decirte a ti mismo “Confío en que tengo la capacidad para crear una realidad mejor  y vivir con mayor tranquilidad”. “Me siento bien” “Me siento feliz” o algo por el estilo. El caso es que puedas cambiar pensamientos negativos por positivos.

Ten cuidado con las trampas del lenguaje y no detengas el proceso hasta que estés viviendo la vida de tus sueños.

El pensamiento positivo y tener una actitud positiva puede desempeñar un papel importante en su vida, que sin duda alguna te llevaran a tener éxito.

jueves, 18 de abril de 2013

El Síndrome de Tourette

El síndrome de Tourette, también llamado trastorno de Tourette, síndrome de Gilles de la Tourette, o simplemente Tourette, es un trastorno neuropsiquiátrico heredado con inicio en la infancia, caracterizado por múltiples tics físicos (motores) y vocales (fónicos). Estos tics característicamente aumentan y disminuyen, se pueden suprimir temporalmente y son precedidos por un impulso premonitorio.
Causas

Aunque la causa del síndrome de Tourette es desconocida. Es más común entre los varones que entre las mujeres. Los tics suelen comenzar en la infancia y puede empeorar al inicio de la adolescencia. Muchas personas los superan tarde o temprano.

Las investigaciones actuales revelan la existencia de anormalidades en ciertas regiones del cerebro (incluyendo los ganglios basales, los lóbulos frontales y la corteza cerebral), los circuitos que hacen interconexión entre esas regiones y los neurotransmisores (dopamina, serotonina y norepinefrina) que llevan a cabo la comunicación entre las células nerviosas. Dada la presentación frecuentemente compleja del síndrome de Tourette, la causa del trastorno seguramente es igualmente compleja.
Trastornos Asociados

Existe una estrecha relación entre los trastornos por tics (TTs) y el síndrome de Tourette. No todas las personas con síndrome de Tourette tienen otros trastornos además de los tics. Sin embargo, muchas personas experimentan problemas adicionales (comorbilidad) como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), en el cual la persona siente que algo tuviera que hacerse repetidamente; el trastorno de déficit de atención (TDAH), en el cual la persona tiene dificultades en concentrarse y se distrae fácilmente; diversos trastornos del desarrollo del aprendizaje, los cuales incluyen dificultades de lectura, escritura, aritmética y problemas perceptuales y trastornos del sueño, que incluyen despertarse frecuentemente o hablar dormido. También la Ansiedad y la Depresión.

La amplia variedad de síntomas que pueden acompañar los tics puede causar más limitaciones que los tics mismos. Pacientes, familias y médicos necesitan determinar qué síntomas causan más limitaciones para poder elegir los medicamentos y las terapias más apropiadas.

Diagnostico

Por lo general, el síndrome de Tourette se diagnostica observando los síntomas y evaluando el historial familiar. En la diagnosis del ST, los tics motores y fónicos deben estar presentes por lo menos 6 meses. Se pueden usar estudios de neuro imágenes, como imágenes de resonancia magnética (IRM), tomografía computarizada (TC) y escáner electroencefalograma (EEG), o distintas pruebas de sangre para excluir otras condiciones que se puedan confundir con ST. Sin embargo, la diagnosis del ST es clínica. No hay pruebas de sangre u otras pruebas de laboratorio que puedan diagnosticar el trastorno.

Muchos estudios muestran que la diagnosis correcta de este síndrome se demora con frecuencia aún después del comienzo de los síntomas, porque muchos médicos no están familiarizados con el trastorno. Los síntomas de conducta y los tics se interpretan mal fácilmente, lo que provoca que niños con síndrome de Tourette sean malentendidos en la escuela, en casa y aún en la consulta con el médico. Los padres de familia, los parientes y las amistades no familiarizados con la enfermedad pueden atribuir los tics u otros síntomas a un problema psicológico, aumentando así el aislamiento de quienes tienen el trastorno. El hecho de que los tics puedan aumentar y disminuir en severidad y también se puedan suprimir, provoca que algunas veces estén ausentes durante períodos de tranquilidad y relajamientos (ya sean por causas externas, como caricias, o por una vida intensiva de deportes anaeróbicos, etc.) y/o las visitas al médico, lo que complica su diagnosis.

En algunos casos, los padres, los parientes, las amistades y/o los pacientes mismos, conocen el trastorno a través de información que escucharon o leyeron en los medios de comunicación, pudiendo así ayudar a una mejora en la integración social. También se ha valorado la psicoterapia, que puede ayudar a la persona con síndrome de Tourette para que se auto ayude y fortalezca su autoestima, así como desarrolle estrategias de relajamiento, para otorgarle una vida más fácil.

¿Cómo se trata el síndrome de Tourette?

Debido a que los síntomas del tic no siempre producen discapacidad, la mayoría de las personas con el síndrome de Tourette no requiere de medicamentos para controlar los tics. Sin embargo, existen medicamentos efectivos para aquellas personas cuyos síntomas interfieren con su funcionamiento diario. Los medicamentos que han demostrado ser más útiles de manera consistente para controlar los tics son los neurolépticos. Existen varios pero algunos son más efectivos que otros (por ejemplo, el haloperidol y el pimozide). Desgraciadamente no existe un solo medicamento que sea efectivo para todas las personas con el síndrome de Tourette, ni tampoco uno que elimine completamente los síntomas. Además, todos los medicamentos producen efectos secundarios.

La mayoría de los efectos secundarios de los neurolépticos pueden manejarse iniciando el tratamiento gradualmente y reduciendo las dosis cuando se producen efectos secundarios. Los efectos secundarios más comunes de los neurolépticos incluyen la somnolencia, el aumento de peso y el embotamiento cognitivo. Algunos efectos secundarios neurológicos tales como estremecimientos, reacciones distónicas (movimientos o posturas retorcidas), síntomas parecidos a la enfermedad de Parkinson y otros movimientos disquinéticos (involuntarios) son menos comunes y se manejan fácilmente reduciendo las dosis. Después de usar los neurolépticos durante largo tiempo, al suprimirlos se debe hacerlo lentamente para evitar aumentos de rebote en los tics y disquinesia por disminución de la dosis. Una forma de disquinesia, producida por la disminución de la dosis de la medicina, llamada disquinesia tardía, es un trastorno de movimiento distinto al síndrome de Tourette y que puede ser consecuencia del uso crónico de neurolépticos.

 Es posible reducir el riesgo de este efecto secundario usando dosis más bajas de neurolépticos durante períodos más cortos.

Existen otros medicamentos que también podrían ser útiles para reducir la severidad de los tics pero la mayoría no ha sido estudiada en forma tan extensa ni ha demostrado tener una eficacia tan consistente como los neurolépticos. Otros medicamentos con demostrada eficacia incluyen los agonistas alfa-adrenérgicos tales como la clonidina y la guanfacina. Estos medicamentos se utilizan principalmente para la hipertensión pero también se usan en el tratamiento de los tics. El efecto secundario más común de estos medicamentos y que impide su uso es su acción sedante.

También existen medicamentos efectivos para tratar algunos de los trastornos de neuro-comportamiento que pueden producirse en pacientes con el síndrome de Tourette. Investigaciones recientes demuestran que medicamentos estimulantes tales como el metilfenidate y la dextroamfetamina pueden disminuir los síntomas de déficit de atención con hiperactividad en personas que padecen de tics relacionados con el síndrome de Tourette, sin que estos tics se tornen más severos. Sin embargo, las etiquetas de producto de los estimulantes actualmente contraindican su uso en niños con tics relacionados con el síndrome de Tourette y en personas con el síndrome o con historia familiar de tics. Los científicos abrigan la esperanza de que investigaciones futuras incluyan un debate exhaustivo sobre los riesgos y beneficios de los estimulantes en personas con historia familiar del síndrome de Tourette para lograr que el asunto se esclarezca. Para tratar síntomas obsesivo-compulsivos que alteran el funcionamiento normal diario de las personas, los inhibidores de la recaptación de la serotonina, la clomipramina, fluoxetina, fluvoxamina, paroxetina y sertralina, han demostrado ser efectivos en algunos pacientes.

La psicoterapia también puede ser útil. A pesar de que el síndrome de Tourette no es causado por problemas psicológicos, la enfermedad sí puede producirlos. La psicoterapia puede ayudar a las personas con el síndrome de Tourette a adaptarse mejor a su trastorno y a manejar los problemas sociales y emocionales secundarios que a veces ocurren. Recientemente, tratamientos específicos para modificar el comportamiento, incluyendo la capacitación para ayudar al paciente a tomar conciencia del problema y capacitación en la cual se le presenta al paciente otras alternativas, como por ejemplo enseñar al paciente a moverse en forma voluntaria respondiendo a un impulso premonitorio, han dado buenos resultados en pequeños estudios controlados. Los Institutos Nacionales de la Salud actualmente financian investigaciones a mayor escala con la esperanza de que se puedan obtener resultados más concretos.

Pronostico

Aunque no existe una manera de curar el síndrome de Tourette, la enfermedad mejora en muchas personas en la etapa más tardía de la adolescencia y después de los 20 años. Por lo tanto, algunos individuos pueden llegar a estar libres de síntomas y poder prescindir de medicamentos para atenuar los tics. Aunque el trastorno generalmente dura toda la vida y es crónico, no es una enfermedad degenerativa. Las personas con el síndrome de Tourette tienen expectativas normales de vida. El síndrome de Tourette no disminuye la inteligencia. A pesar de que los síntomas del tic tienden a disminuir con la edad, existe la posibilidad de que otros trastornos de neuro-comportamiento, como la depresión, ataques de pánico, fluctuaciones del estado de ánimo y comportamiento anti-social, puedan persistir y causar problemas en la vida adulta.

sábado, 13 de abril de 2013

¿Tener Pareja como Objetivo?

En la vida, los objetivos son metas que funcionan de orientación o de guía en el camino vital. Sin embargo, existen objetivos que se ponen como tales y en realidad, no lo son. Nadie debería hacer un plan previo sobre su vida sentimental, sencillamente, porque es imprevisible, incierta y además, porque no depende de la voluntad sino también de factores externos, como la suerte, el azar, el entorno y la correspondencia.
¿Cuál es la naturaleza de nuestro objetivo? Puede ser una fuente de sufrimiento si está orientado a querer tener una pareja, a cubrir nuestro sentimiento de soledad, o a la necesidad urgente de dinero.

Compartir el camino con otra persona, el abrirse a la relación con otros, y que el dinero sea el medio que el que exploramos la vida y nuestra realización, son procesos naturales que pierden su sentido y se convierten en objeto de deseo, casi en una cuestión de supervivencia, cuando dejamos de indagar en la verdadera naturaleza de nuestro objetivo.

¿Hay en nosotros la disposición a compartir con otra persona? Y compartir se aleja de la expectativa de que alguien aparezca para cubrir la inseguridad; que nos resuelva las carencias afectivas o que garantice una supervivencia que no manejamos.

Se produce un efecto que llamada “seudoamor”. El convencimiento profundo de que se ama con la esperanza de que se convierta en el salvador, que esa persona calme nuestra insatisfacción y la incapacidad para sentirnos felices con nosotros mismos.

Las relaciones de “seudoamor” son cómodas o torturantes y se basan en la supuesta garantía de permanencia. Un contrato fijo para estar juntos que aporte la seguridad, que permita cierta estabilidad en la compensación y el automatismo de hábitos que no se cuestionan.

Sin embargo, compartir con otra persona en ningún momento da por cerrada la pertenencia del otro. Es un acuerdo que se renueva día a día. Estoy contigo porque hoy no te necesito y estoy feliz de vivir, de aprender, de ser quien soy. Caminamos juntos cuando libremente nos encontramos, para compartir la vida que cada uno tiene, y que se construye momento a momento. Algo que tiene mucho más valor y vigencia si estamos casados, o hemos firmado una acuerdo de convivencia.

Para romper o evitar la codependencia es bueno desde el principio decir: "Te amo pero no te pertenezco".

Sin embargo, la verdadera naturaleza de nuestro objetivo es la de cubrir algo que nos falta. Tengamos o no esa persona a nuestro lado. A qui hay una gama de respuestas en el porque necesitamos una pareja.

Cuando queremos realmente compartir ocurre en el instante que nos sintonizamos para ello. Sea que acabemos de conocer a una persona, o llevemos toda la vida con ella. Se dará en el momento que así lo deseemos, con el nivel de compromiso y de entrega que estemos dispuestos a dar.

Un propósito compartido revitaliza el amor cuando dos personas se reconocen completas y felices con ellas mismas. Cuando dejan de buscar que el otro resuelva algún nivel de insatisfacción. Convierte cada momento en un nuevo comienzo.

No te irás de la relación porque el otro no te satisface. Tendrás la consciencia para saber cuándo el aprendizaje te pide descubrir nuevos caminos, o conocer otras personas.

El desconocimiento de la verdadera naturaleza del objetivo convierte el deseo de pareja en un empeño que debilita a quien lo busca infructuosamente, o el irse decepcionando paso a paso, hasta convertir en precaria cualquier relación. Vivir de esta forma, sólo produce frustración.

Conocer la naturaleza de nuestros objetivos nos evita el sufrimiento que provoca querer que otros nos resuelvan el desamor o la infelicidad en la que vivimos. Y sobre todo, evita que caigamos en la obsesión como estrategia inconsciente para distraer el aprendizaje.

Tener una pareja no resuelve el que nos amemos y nos aceptemos plenamente. Tan sólo lo potencia, o confirma nuestra infelicidad. Tener pareja no es un objetivo, en tener objetivos alcanzables en común en pareja sí.

Relájate, disfruta y sigue con tu camino aceptando aquello que tenga que ser, y abriéndote a la prosperidad de vivir de una forma tranquila y serena. A nivel interno, claro que puedes desear tener pareja y hacer todo lo posible por encontrarla, sin embargo, si tu objetivo vital es tener a alguien al lado, entonces, esa carga puede volverse muy difícil de soportar porque no sabes cuándo va a aparecer esa persona y ni siquiera sabes, si va a aparecer. Los términos del enamoramiento dicen “No se busca, se encuentra”.

miércoles, 10 de abril de 2013

Deja que los Niños se Aburran

"A los niños se les debe permitir que se aburran para que puedan desarrollar su capacidad innata de ser creativos”
Las expectativas culturales de que los niños deben estar siempre activos podrían obstaculizar el desarrollo de su imaginación. El aburrimiento puede ser una "sensación incómoda" y que por ello la sociedad ha "desarrollado la expectativa de estar constantemente ocupado y estimulado".

Advierto que ser creativo "implica ser capaz de desarrollar un estímulo interno”. La naturaleza aborrece el vacío y nosotros lo tratamos de llenar.

"Ahora, cuando los niños no tienen nada que hacer, de inmediato encienden el televisor, la computadora, el teléfono o algún tipo de pantalla. El tiempo que pasan frente a estas cosas se ha incrementado".  Pero los niños necesitan tener tiempo para 'no hacer nada', tiempo para imaginar y perseguir sus propios procesos de pensamiento o asimilar sus experiencias a través del juego o simplemente observar el mundo que les rodea. Ese es el tipo de cosa que estimula la imaginación, agrega, mientras que la pantalla "tiende a hacer un cortocircuito en ese proceso y el desarrollo de la capacidad creativa".

Cuando no tenemos nada que hacer es cuando más fácilmente hemos echado mano de nuestra creatividad para imaginar y para buscarnos un entretenimiento digno de nuestras inquietudes.

Los padres tienen que saber que la mente de su hijo no le dejara aburrirse, “los vacíos” no existen en la mente de los pequeños, siempre consiguen llenarlos de pensamientos, ocurrencias, juegos e invenciones. Así que en cualquier época del año (pero especialmente en verano) no deben  agobiarse por programar y ocupar todas las horas del día de su hijo con múltiples actividades, sino dejarles esa parcela íntima para el aburrimiento en el que ellos puedan cultivar y recoger los frutos de su imaginación.

Cuando un niño se acostumbra a tener todas las horas de su vida programadas y a los padres pendientes de sus más mínimos deseos, no sabe qué hacer con el poco tiempo que le queda libre y desconoce los mecanismos y formas de entretenerse solo, por lo que llama constantemente la atención de sus padres o de otros adultos para que jueguen con él.

 Aburrirse es sinónimo de cansancio, fastidio y tedio. Son momentos en los que el tiempo pasa lento y nada consigue distraerlos, entretenerles o divertirles. Es una sensación que han sufrido niños de todas las épocas, pero quizá en esta es más frecuente. Pero contrariamente a lo que pueda parecer, el aburrimiento puede ser bueno y muy positivo para los menores.

A pesar de todo, la mayoría de familias no deja a los niños tiempo libre, no se les ofrecen horas para no hacer nada, o al menos nada que no esté planificado por un adulto. Nos preocupa que no hagan nada y buscamos rápidamente actividades para llenar todo su tiempo. Antes bastaba la calle y un amigo para pasar toda la tarde y una tarde en el circo o ir al cine era todo un acontecimiento. Los niños podían jugar horas y horas con un simple palo o un balón.

Hoy en día los juegos son tan completos que sólo les falta jugar solos y dejan poco espacio para la imaginación. En muchas ocasiones el menor es un simple espectador del juego, lo que provoca que, pasada la novedad, se olvide del juguete, ya que no le divierte.

Además, acostumbrados a que les ofrezcan un sinfín de actividades, ahora la mayoría de niños se levanta y preguntan a los padres ¿Qué hacemos hoy? ¿y yo qué hago ahora? Y se molestan cuando se les contesta que nada o se les dice que sean ellos los que imaginen cómo distraerse.

Pero no es culpa suya, simplemente no están acostumbrados a entretenerse solos. Además, la estructura familiar de hoy en día potencia que los niños se aburran, ya que se tienen pocos hermanos o primos con los que jugar.

Para contrarrestar esta situación, es necesario dejar que ellos mismos ideen sus propios juegos. Dejarles que se aburran un poco es una fórmula muy efectiva para ayudarles a aprenden a buscar sus propias diversiones.

El aburrimiento es creativo y puede servir de estímulo, les proporciona la ocasión para improvisar, buscar, explorar, ensayar y finalmente idear sus propios juegos. El vacío les obliga a innovar y eso será muy importante y útil en su vida adulta.

Si el niño está acostumbrado a que todo se lo den hecho y no experimenta la necesidad de actuar, no aprenderá a gestionar su tiempo, a buscar en su interior, en lugar de estar siempre pendiente de estímulos externos o bajo la dirección de los adultos.

Pero si le damos espacio y tiempo para desarrollar su imaginación nos daremos cuenta que son más creativos de lo que pensamos y al poco tiempo toman iniciativas.

Por eso, es tan importante potenciar la creatividad de los más pequeños desde que son bebés y seguirla estimulando cuando van creciendo.

 Por eso, la solución cuando los niños se quejan por esta causa es dejar que ellos mismos busquen una alternativa. Y es que sólo si se aburren son capaces de encontrar con sus propios recursos algo con lo que motivarse. Aburrirse es una ocasión perfecta para que los pequeños...
  • Piensen por sí mismos, en lugar de esperar a que lo hagamos por ellos.
  • Abran su mente a nuevas ideas.
  • Desarrollen su creatividad y su imaginación
  • Se hagan más autónomos e independientes.
No hay duda de que un niño aburrido es un niño con muchas posibilidades de descubrir un entretenimiento nuevo o una faceta de su propia personalidad que hasta ahora desconocía, algo que le distraerá, le satisfará y mejorará su autoestima notablemente.

"La soledad forzada acompañada de una página en blanco es un estímulo maravilloso".

sábado, 6 de abril de 2013

Muerte y Duelo suspendido en la Desaparicion Forzada

La reacción emocional consecuencia de la desaparición forzada, tiene elementos de una reacción de duelo pero a la vez esta experiencia se convierte en traumática y lleva a los familiares a experimentar distintos eventos de re-traumatizarían que hacen cada vez más complejo el panorama de la sintomatología emocional.
Se trata de un duelo en tanto se elabora por qué un miembro de la familia ya no está y además hay elementos traumatizantes, puesto que la forma como sucede la desaparición forzada y el proceso de búsqueda, son experiencias que producen afectos masivos francamente desbordantes.

La experiencia de la desaparición forzada se caracteriza en un primer momento por la sucesión de hechos que encadenan un evento sin explicación alguna: Lo primero que deben enfrentar los familiares de los desaparecidos, es que les ha sucedido lo que nunca sucede, lo que es imposible que suceda, aunque por desgracia ahora puede ser algo posible para ciertas persona aquí en el país, esto los lleva a experimentar esta situación con un dejo mágico, que enseguida remite a los más primitivo del funcionamiento emocional.

Es por esto que esta situación se convierte en un estímulo desbordante, que impacta el aparato psíquico, produciendo una suerte de emociones, desestructurantes, pues lo imposible ha sucedido y entonces las herramientas emocionales que se han construido a lo largo de la vida no resulta funcionales, para la comprensión y afrontamiento de este evento, configurándose un trauma.

También se observa que se configura un funcionamiento emocional con una fuerte tendencia a la cronicidad, en la medida en los que los familiares de los desaparecidos, experimentan un cuadro de congelamiento de su proceso vital, para esperar al que no se sabe en dónde está.

Las personas que estructuran un cuadro de duelo suspendido o ambivalente, presenta una estructura de personalidad prodrómica que se caracteriza por dificultades vinculares, que los llevan a establecer un vinculo mantenido con un objeto ausente.

Se considera que la afectación emocional consecuencia de la desaparición forzada está compuesta por el interjuego complejo de los tres elementos: duelo, trauma y modalidad vincular.

Este artículo plantea la comprensión del duelo suspendido, como un fenómeno emocional, que es el resultado de interjuego complejo de estos tres ejes, para ofrecer herramientas al lector en el manejo de pacientes que estructuran este funcionamiento emocional.

En la práctica de intervención terapéutica se ha encontrado que el primer reto para el paciente es aceptar y entender que la desaparición, es posible y le sucedió a él o a un ser querido.

Dado que los hechos abren el espectro de posibilidades ampliamente, entonces los familiares comienzan a pensar que todo es posible y plantean la hipótesis de lo sucedido, en las que el campo del pensamiento mágico se valida y además las experiencias de horror también, lo que nuevamente se convierte en traumático en sí mismo.

La distorsión del criterio de realidad es muy importante, por lo que se abre el espectro y se considera natural la psicosis, o la estructuración de un delirio, que se encapsula, bajo la afirmación: “nadie me va a entender” y “es que a uno, cuando se habla de familiares de desaparecidos cualquier cosa le abre los caminos de la esperanza”.

La afección emocional, llega al punto de la Psicosis alucinatoria de deseo (Freud, 1915), por lo que los familiares comparten estas experiencias y las convierten en “soluciones” a su profundo dolor emocional, validándose de manera explícita la difusión del criterio de realidad; cuando se trata de un mecanismo primitivo, que refleja el carácter regresivo y masivo de la afectación, que incluye la des-estructuración del aparato psíquico y no un hecho parte de la cotidianidad.

El trauma, entonces se observa con síntomas como miedo, hiperactividad  y desbordamiento emocional, esto produce un bloqueo en las funciones superiores, que se evidencia en la rumiación de ideas, dudas obsesivas y en la imposibilidad de responder asertivamente a los eventos, todo esto como resultado de un mecanismo obsesivo de emergencia, al que acude el aparato psíquico, para controlar el desbordamiento emocional, que no resulta efectivo y que va agudizando la sintomatología.

Al aceptar, la persona logra contener el dolor y el miedo, abandonando las respuestas primitivas de tono psicótico, que debilitan su criterio de realidad y además se armoniza, frente a los afectos producidos por el evento traumático, dejando de lado los mecanismos de afrontamiento obsesivos.

En los familiares de desaparición forzada, dar este primer paso y aceptar, puede tomar años, dependiendo de la estructura emocional de base y de la forma como se dieron los hechos. Es difícil aceptar la desaparición forzada, está ligada a una remota fantasía de muerte o de secuestro.

Es importante aclarar que aceptar que la desaparición sucedió, no quiere decir que el familiar esté muerto, es así como surge otro gran reto, que es elaborar el duelo por la ausencia, no por la muerte, porque no hay elementos de realidad que permitan hacer esta elaboración, pero si hacer el duelo porque el otro no está.

"La característica central de este duelo es la ambivalencia, se refiere al tono afectivo propio de una relación objetal en la que se experimenta amor y odio a la vez, como opuestos, de tal manera que en la relación coexisten el amor y el deseo de destruir al objeto a la vez; la necesidad de alejarse del mismo y el deseo de retenerlo al tiempo" (Fenichel, 1984).

"Esta configuración vincular regresiva es característica del duelo suspendido, de los casos de depresión y de las adicciones, la ambivalencia surge y persiste porque se está tramitando una decepción primitiva, con respecto a uno de los objetos internos, por lo que la persona a través de la represión o de una formación reactiva está conteniendo la agresividad y el deseo de venganza contra el objeto idealizado que ha producido esto" (Fenichel, 1984).

Entonces se observa un congelamiento espacio–temporal que permite a los familiares, mantener vigente el vínculo con el objeto desaparecido y esperar.

Las personas para mantener vigente este vínculo, hacen un reencuentro en la fantasía, por medio de la construcción de hábitos como ver y hablar con fotos, oír grabaciones, mantener intactos los objetos personales, como si el familiar estuviera ahí, etc. Todo esto para evitar el olvido del familiar desaparecido y alimentar la permanencia del objeto interno.

En conclusión se considera necesario hacer una valoración inicial, en los casos de Desaparición Forzada, en la que no solo se exploren los hechos en torno al delito, sino que además permita hacer un bosquejo general de la modalidad vincular del paciente, anterior a la desaparición forzada, de origen primitivo.

Esta valoración inicial tendría el objetivo de plantear una impresión diagnóstica alrededor del duelo, del trauma y además alrededor de la estructura de personalidad de quien lo experimenta, haciendo énfasis en su modalidad vincular. Esto para diseñar un tratamiento potente, que entrada contemple la salida de la situación ambivalente.

El otro propósito de este nivel diagnóstico, es permitirle al consultante visualizar, en la medida que la afectación emocional por el duelo se lo permita, el duelo en el contexto de su vida, y así iniciar el proceso de estructuración de la consciencia de enfermedad, de tal manera que se apuntaría a reducir el tiempo del tratamiento.

Por otro lado se puede concluir que el duelo suspendido, al interior del proceso terapéutico, pasa por varias etapas de elaboración así:

1. Experiencia traumática: La forma como se da la desaparición forzada, lleva a los familiares a experimentar lo que nunca sucede, la situación en si misma se convierte en un estímulo desbordante, que impacta el aparato psíquico, produciendo emociones desestructurantes, porque las herramientas emocionales que se han construido a lo largo de la vida no resultan funcionales, para la comprensión y afrontamiento de la desaparición forzada.

La experiencia traumática, que ha sido vivida como de muerte, se convierte en un recuerdo profundamente enraizado, de características siniestras, que lleva a experimentar la sensación simbólica de estar atrapados y sin salida, de tal manera que el sentido de la vida se va diluyendo hasta llevar a la persona a un empobrecimiento marcado, que se convierte en la experiencia de no vivir: sin tiempo, ni espacio: “en el tiempo de dios”, porque la experiencia de vida produce terror.

2. Aceptar: Es entender que la desaparición, con ese tono mágico, es posible, y le sucedió a él. Esto quiere decir que la persona logra contener el dolor y el miedo y poco a poco, al ir elaborando, pasa a aceptar. Hasta este momento la búsqueda es intensa, pero al aceptar que hay una desaparición forzada, los familiares comienzan a esperar.

3. Idealizar para Esperar: Aceptar que la desaparición sucedió, y que la persona no está, no quiere decir que el familiar esté muerto, porque no hay elementos de realidad que permitan hacer esta elaboración, pero si hacer el duelo porque el otro no está.

Inmediatamente el aparato psíquico, busca ofrecer una salida intermedia al dolor, para modularlo y así manejar la pérdida, por lo que intenta recobrar el objeto, activando las identificaciones, favoreciendo la idealización, para fantasear que aún está presente.

Esta dinámica descrita, se vuelve circular, dándose periódicamente un reencuentro fantasmático, que reedita la relación y mantiene vigente al objeto desparecido.

Se da una adaptación individual y familiar a la ausencia, no reemplazando al desparecido, sino creando un orden en el día a día que permite guardarle el espacio. Y se condiciona la solución a su dificultad emocional a la aparición del desaparecido.

4. Duelo Suspendido: se da un congelamiento espacio temporal que le permite a los familiares, mantener vigente el vínculo con el objeto desaparecido.

La ambivalencia encubierta por la idealización es exuberante, evidenciándose un bloqueo en todas las esferas de la vida y apareciendo gran variedad de síntomas somáticos, que expresan simbólicamente la rigidez del síntoma. "Esta etapa puede durar todo lo que le queda de vida al familiar del desaparecido".

5. Caída de la Idealización: El sobreviviente comienza a reconocer a la persona perdida, como alguien humano con aspectos buenos y aspectos malos, experimentando desilusión, del mismo monto que la idealización, lo que hace que nuevamente se vivencie una relación objetal fraccionada, en la que la espera pierde vigencia, dado que no vale la pena tanto esfuerzo, por un objeto denigrado.

6. Consciencia de Enfermedad: Se pone en duda la adaptación emocional creada en la que el deseo se suspende en espera del regreso, y aparece la consciencia de enfermedad, el darse cuenta de lo bizarro del proceso de adaptación creado, frente a la desaparición forzada.

"La persona se da cuenta de que su eje de vida gira alrededor del desaparecido". Por primera vez aparece la necesidad de resolver el problema emocional que se enfrenta, de no sufrir más por el duelo.

7. Trabajo de Duelo: Aparece un fuerte dolor emocional, ocasionado por el vacío interior que se experimenta, como consecuencia de “la muerte” del objeto idealizado, pues es en este momento en que el sobreviviente experimenta que realmente comienza la despedida.

Esta despedida implica la consciencia de que así aparezca el desaparecido, la vida no va a volver a ser igual.

Es quizá este el momento más doloroso del proceso, dado que el vacío se experimenta como la pérdida de un órgano vital, al punto que las personas sienten que no van a sobrevivir a tal dolor.

8. Re-edición de la Modalidad Vincular de Base: Al pasar un periodo de desidentificación con el objeto perdido, se libera energía psíquica que hace posible, hacer consciencia de la dinámica emocional propia que sirvió de soporte para la construcción de un duelo suspendido, activándose entonces uno de los aspectos fundamentales del duelo que es la re-elaboración de la modalidad de apego, de la capacidad vincular y de la herida primitiva que llevó a favorecer esta espera en el vacío.

Es por esto que este objeto adquiere una gran carga libidinal en el sentido de que para convertirse en un objeto interno, requirió ser cargado transferencialmente y esto lo llevó a suplir el vacío constitutivo con que el sujeto contaba de manera estructural antes de conocerlo.

Esto quiere decir que este objeto, pasó a ser muy importante libidinalmente, porque le permitía o le permitió al desaparecer, a la persona suplir sus vacíos o dolores emocionales provenientes de sus vínculos primitivos.

9. Volver a Empezar: Se recupera el interés por el mundo externo, por construir la vida y la situación de estar suspendido cesa.

La persona dispone de energía psíquica para crear nuevos vínculos con otras personas y actividades.
Es así que al darse este giro y re-composición en la estructura de base, se abre el espacio para la última etapa del duelo que es volver a empezar.

Volver a empezar implica que hay una transformación en el funcionamiento emocional de base y la persona inicia con una sensación de un comenzar de cero, frágil y desorientado, por lo que se corre el riesgo de que se presente una identificación con la victimización y la persona continúe deprimida permanentemente.Sin embargo en general el proceso terapéutico en este punto se descentra y el volver a empezar fluye.

Para terminar es importante entonces entender que la elaboración de la desaparición forzada de un familiar, se convierte en una oportunidad de morir, para nacer, pues al morir se gana conciencia y se nace nuevamente a una vida con mayor claridad, amor, compasión y conciencia.

Alrededor de la muerte se puede integrar la triada de mente, emoción y cuerpo, a favor de la integración que lleva a una conciencia mayor, que nos hace responsables desde lo que elegimos como humanos del devenir de todos nosotros hoy y mañana y además capaces de aportar conciencia y voluntad a favor de la armonía.

jueves, 4 de abril de 2013

La trampa del Odio y el Rencor

En consulta a menudo llegan personas que dicen odiar o sentir rencor hacia su ex pareja, el hijo o a el padre que le abandonó, los políticos, los curas, los extranjeros… En fin, la lista de personas que se pueden odiar es prácticamente infinita.
Muchas veces estas personas tienen una razón de base, de una u otra forma, se han sentido abandonados o engañados y esto ha despertado ese sentimiento negativo tan fuerte. Lo curioso es que todos ellos piensan que al odiar, le están haciendo daño al otro. No se dan cuenta de que se están haciendo daño a sí mismos.

“Cada vez que se sienta invadido por el resentimiento, estará cediendo el control de su vida emocional a la manipulación por parte de otras personas."

El rencor y el odio son dos sentimientos muy profundos que se arraigan y terminan desequilibrando nuestra mente y cuerpo. Porque cualquier sentimiento negativo que experimentemos, sobre todo si está presente durante años, termina pasándonos la cuenta y volviéndose contra nosotros.

La capacidad de odiar es una característica humana; un sentimiento de raíces profundas que se define, desde la perspectiva psicológica, como una emoción intensa de ira y hostilidad hacia una persona, grupo u objeto.

El odio es una emoción de profunda antipatía, rencor, disgusto, aversión, enemistad o repulsión hacia una persona, cosa, o fenómeno, así como el deseo de evitar, limitar o destruir el objeto odiado. "El odio se describe con frecuencia como lo contrario del amor o la amistad".

El rencor es un enojo profundo y persistente; un resentimiento arraigado que desequilibra y enferma el cuerpo y la mente. El rencor, esa emoción tan destructiva tiene la potencialidad de colarse en nuestro ser por todas las rendijas, activando la imaginación de terribles escenas de venganza y amargando la vida a quien lo experimenta, sobre todo si  dura un largo tiempo.

El odio es un sentimiento bajo de rencor y repulsión a lo extraño, a lo que no nos gusta, a lo que puede agredirnos en una situación de indefensión. "El rencor y el odio son sentimientos que destruyen y estancan".

El odio y el rencor, a la larga, es un profundo resentimiento y se basan en la necesidad de decir algo que jamás se ha podido expresar (o al menos no con la intensidad que la persona desearía). La persona, de cierta forma, se siente defraudada y comienza a generar dentro de su mente una serie de ideas negativas contra ese enemigo. Con el paso del tiempo, estas ideas aumentan su intensidad y pueden provocar numerosos problemas, desde la ansiedad hasta enfermedades psicosomáticas (de hecho, incluso hay escuelas de pensamiento que afirman que el odio profundo es una de las causas del cáncer, pero esto aún no se ha demostrado científicamente).

De una forma u otra, lo cierto es que ir por la vida cargado de odio y rencor es como tener que llevar siempre un pesado fardo a nuestra espalda que no nos deja ser del todo felices. Entonces, además de albergar sentimientos negativos, te estás negando la oportunidad de ser feliz. En resumen, lo veas por donde lo veas, estos sentimientos no generan nada positivo. Por eso lo mejor es trabajar para canalizarlos y eliminarlos de una vez y por todas.

Depende de nosotros no engancharnos a todo aquello que nos haga caer en la trampa. Recuerden que el odio es una forma de matar la nobleza del corazón.

La máxima herramienta que te brindo es la de “Olvida y Perdona”.

Olvidar y perdonar nos permite, en primer lugar, controlar nuestras emociones y reacciones. Eleva la autoestima, nos da mayor seguridad y confianza. Facilita la recuperación de la habilidad para aprender, discriminar y seleccionar nuestras respuestas ante situaciones futuras. Aprenderemos, además, a actuar con madurez y sabiduría frente a la adversidad.

Olvidar, perdonar y perdonarnos, aunque doloroso, es deshacernos de la pesada carga de la culpabilidad, la amargura, la ira que nos embarga cuando nos sentimos heridos. Es abrir caminos hacia la esperanza de nuevas oportunidades. Es crecer y desarrollarnos como personas positivas, libres para vivir en paz y armonía con nosotros mismos y con los demás.