martes, 2 de julio de 2013

Técnicas de Estudio

Les comparto este artículo publicado por una página amiga: Actualidad Psicológica

“A continuación presentamos algunos puntos y técnicas de estudio a tomarse en cuenta si deseas obtener el mayor rendimiento académico consiguiendo mejores resultados con nuestro esfuerzo. Posiblemente encuentres que son consideraciones sencillas y ya escuchadas anteriormente, sin embargo ha sido comprobada su eficacia por lo que te invitamos a incluirlas al formar tus hábitos de estudio”

1.- El lugar de estudio

Siempre que te sea posible, debes realizar tus trabajos de estudio en un lugar fijo de tu casa. Es importante que este lugar de estudio reúna estas condiciones:

A.- Que te permita concentrarte en tus estudios. Es decir, alejado de ruidos, de distracciones (Tv, radio, vídeo juegos, etc.), de llamadas, etc.

B.- Que permita trabajar con comodidad. Debes tener una mesa de estudio, una silla adecuada, tus libros y materiales de estudio a mano, buena ventilación, temperatura e iluminación.

C.- Que permita pensar que "ese lugar es tuyo". Tu lugar de estudio es personal, tuyo, porque en él te esfuerzas y preparas para ser un profesional cada día.

2.- El ambiente en la universidad, en mi familia y mi actitud interior

El ambiente donde uno estudia tiene mucha importancia, pues muchas veces los resultados del estudio son buenos o malos según sea el ambiente. Debes tener en cuenta que a la hora de estudiar te rodean tres ambientes:

A. - El ambiente de la universidad. Acerca de tus compañeros de estudio:

Los hay quienes estudian bien y ayudan a los que lo necesitan.

Los hay quienes no estudian, quieren vivir a costa de los demás y cada día pierden la oportunidad de saber algo más.

También están los que dicen que no estudian (mintiendo) y luego se lo saben todo.

Tus profesores tienen como misión enseñarte y prepararte para el ejercicio profesional. Acude a ellos para que te guíen y comprobarás que quieren ayudarte.

Tus asignaturas son todas importantes para tu formación. Una más y otras menos, pero todas son importantes. Procura ver en ellas el lado positivo, pues todas lo tienen.

Las que te resulten más difíciles son las que más fuertemente debes atacar y trabajar. No las dejes a un lado porque te resulten difíciles. Una asignatura jamás debe vencerte.

B - El ambiente familiar.  Tu familia, tus padres, hermanos, etc. tienen mucho que ver con tu rendimiento en tus estudios. Es importante esforzarse por que en tu casa haya un clima de paz y de comprensión; pero a veces este clima no es así.

Debes tener en cuenta algo fundamental: tú no tienes la culpa de que en tu casa no vayan las cosas como a ti te gustaría. Haz lo que esté en tus manos por llevarte bien con todos, sin embargo, recuerda que no eres responsable de la conducta de los demás, sólo de la tuya. Estudia lo mejor que puedas. Piensa que si tú triunfas en tus estudios ayudarás a que todo vaya mejor para ti, para tu familia y para la sociedad.

C. - Mi actitud interior.  Este es el "ambiente" más importante, tu interior, lo que sientes, piensas y esperas de tus estudios. Si deseas que tu estudio te resulte agradable, más fácil y lograr mejores resultados, debes tener en cuenta esto:

Ponte a estudiar con firmeza, sin darle vueltas.

Convéncete de que estudiar es un trabajo, tan Importante como los demás, ya que el estudio te permitirá ser un buen profesional.

Piensa que el estudio, bien realizado, te va a dar la oportunidad de hacer grandes cosas: una carrera, una profesión, ayudar a los demás y la satisfacción de haber construido tu destino.

Recuerda que el Ser Humano es un todo y para lograr su mejor rendimiento debes hacer lo posible por tener una relación armoniosa con los demás y contigo mismo (a).

3.- El rendimiento en los estudios

Tus calificaciones o notas son  la retribución que recibes por tu esfuerzo de estudiar. Veamos algunos puntos:

- Si tú crees que podrías obtener mejores calificaciones de las que obtienes, estás produciendo por debajo de tus posibilidades, es como si te estuvieras robando a ti mismo, le estás negando una satisfacción a quienes te quieren de verdad y estas retrasando el desarrollo de la sociedad.

- Tienes que aspirar a lograr la máxima calificación. Esto no quiere decir que seas necesariamente el primero. Lo importante es que rindas lo más que te sea posible. Si no puedes más, no te preocupes, pues el que hace todo lo que puede ha cumplido y tiene un gran mérito.

- Procura llevar al día cada una de tus asignaturas. No dejes que se acumule el trabajo, pues después te cuesta mucho más, aprendes menos y rindes menos. Si te acostumbras a llevar al día tus asignaturas, verás cómo sube tu rendimiento.

- Cuando tengas que hacer una evaluación, un examen, un trabajo, etc, no te lances a escribir lo primero que se te ocurra: piensa primero que te han preguntado, ordena tus ideas y responde de la mejor manera. Calcula también el tiempo.

- Antes de entregar un examen o un estudio debes revisarlo, pues siempre hay algo que corregir.

-A veces rindes menos de lo que sabes porque te pones nervioso. Si cumples todo lo anterior, verás cómo desaparece gran parte de tu nerviosismo y te sientes más seguro

4.- El comportamiento

Toda empresa o institución tiene normas o reglas, algunas están impresas y forman parte de un reglamento; otras están sobre entendidas y forman parte de la tradición de la institución. Todas son muy importantes y debes tener cuidado de no romperlas pues de hacerlo puedes complicar tu situación.

Entre estas reglas, debes tener en cuenta:

Estar atento durante las explicaciones de los profesores. En primer lugar, por respeto, y en segundo lugar, porque así comprenderás mejor las cosas y después te costará menos estudiar.

Debes acostumbrarte a preguntar al profesor cuando no comprendas algo o cuando quieras que te informe o te ayude en algún trabajo. Repetimos, debes preguntar y para ello debes elegir el momento y el lugar más apropiado en clase o fuera de ella.

Con frecuencia hay que tomar apuntes durante las explicaciones. Debes hacerlo escribiendo sólo las ideas fundamentales, sin atrasarte.

5.- Los horarios

Tú, como todo estudiante, debes tener tu horario. Para que las horas que dedicas a estudiar fuera de la universidad te sean más provechosas, veamos unas sugerencias:

El horario de estudios particular es algo muy personal que tú mismo debes confeccionar y tenerlo a la vista en el lugar donde estudias.

Este horario debes confeccionarlo teniendo en cuenta que debes cumplirlo. Por tanto, antes de hacerlo mira bien cuantas horas necesitas para cumplir con las exigencias de tus cursos.

Es importante considerar todas las asignaturas que llevas y colocarlas todas dentro de ese horario, de manera que no dejes alguna olvidada. También debes tener muy en cuenta que cada asignatura tiene una importancia mayor o menor. Según esa importancia, debes dedicarle mayor o menor número de horas.

No es necesario que todos los días estudies todas las asignaturas. Da buen resultado el preparar cada día las asignaturas del día siguiente.

Cuando te pongas a estudiar no estés demasiado tiempo seguido sentado estudiando. Es mucho mejor que tras una hora de estudio hagas un descanso de 15 minutos y luego sigas estudiando. Así rendirás más.

Lo más importante del horario es que lo cumplas. Debes estudiar en firme de lunes a viernes (los sábados a veces) y descansar los fines de semana.

6.- Sobre el material de estudio

Debes guardar el material de estudio (libros, apuntes, cuadernos, lápices, etc.) ordenados en su sitio, para poder  ubicarlos rápidamente cuando los necesites.

Cuando te sientes a estudiar debes hacerlo con todo preparado y al alcance de tu mano, para no tener que levantarte a cada momento, perdiendo el tiempo.

7.- Una lectura provechosa

Uno de los principales medios que dispones para estudiar y aprender es la lectura. Es importante que leas bien, porque de ello depende muchas veces tu éxito o fracaso en los estudios.

No leas palabra a palabra, sino por frases. Aunque al principio te cueste, pronto te acostumbrarás y todo irá mejor.

Cuando leas, debes saber distinguir los párrafos importantes, pues no todo lo que lees tiene la misma importancia. En esos puntos importantes es donde debes poner mayor atención.

Si estás leyendo y llegas a un párrafo que no comprendes, no sigas: vuelve atrás a releer hasta que lo comprendas.

Debes tratar de aumentar tu velocidad leyendo, comprendiendo lo que lees.

A veces habrás sentido cansancio cuando llevabas mucho tiempo estudiando. En estos casos, procura variar tu forma de leer: hazlo durante un rato en voz alta, levantándote, etc. De esta forma, tu estudio resultará menos aburrido.

8.- Como hacer resúmenes y fichas

1. El resumir una lección o una pregunta es una gran ayuda, pues te vas acostumbrando a decir lo que deseas con las palabras justas, sin "enrollarte". Además, los esquemas, resúmenes y fichas te ayudarán a repasar tus lecciones más fácilmente, de esta forma las aprenderás mejor de memoria, comprendiéndolas.

2. Para hacer un esquema de una lección o pregunta, debes leer previamente y subrayar los puntos importantes.

3. Una vez leído y subrayado, harás por escrito tu esquema siguiendo los puntos subrayados.

4. Una vez confeccionado tu esquema escrito y sabiendo que lo comprendes, confeccionaras el resumen. Consiste en que amplíes un poco más el esquema de forma que quede la lección aprendida.

5. Si estás seguro de que eres capaz de repetir oralmente y por escrito este esquema y resumen, la lección está ya bien aprendida.

6. Pasa este resumen a una ficha o a un cuaderno Y te será de gran ayuda en las evaluaciones y exámenes.

9.- Como usar los libros

1. Tus libros y apuntes son tus instrumentos de trabajo. Debes manejarlos de forma que les saques el mejor provecho.

2. Los diccionarios debes tenerlos a mano siempre que leas y encuentres una palabra sobre la que tengas dudas. Cada palabra nueva que aprendes es un medio más que tienes que defenderte en tus estudios y en la vida.

3. Acostúmbrate a leer y revisar de vez en cuando los índices de tus libros. Así te darás una idea general de toda la asignatura y sabrás qué significa la lección que estás estudiando.

4. Aparte de los libros, necesitas otros materiales para estudiar: apuntes, dibujos, libros de consulta, etc. Cuando no dispongas de estos materiales debes acudir a donde se encuentren: biblioteca, amigos y profesores.

5. Debes aprender a buscar en las bibliotecas: saber buscar autores, materias, etc.

10.- Usar bien la memoria

Quizás tú pienses que no tienes una buena memoria porque no recuerdas bien lo que has estudiado. Recordarás todo mucho mejor si sigues las  siguientes normas:

Debes tener confianza en tu propia memoria.

No intentes aprender de memoria lo que no comprendes, pues sólo recuerda uno bien lo que aprendió comprendiéndolo. Es preferible que preguntes y lo entiendas.

Existe un buen método para aprender bien de memoria una lección o una cuestión. Este método tiene seis pasos:

1. Una lectura rápida de la lección o pregunta que quieres aprender, para darte una idea general de conjunto.

2. Una lectura reposada de lo anterior, deteniéndote ya en aquellos párrafos que tú sabes son importantes.

3. Subrayado de esos párrafos importantes.

4. Hacer un esquema, con ayuda del subrayado.

5. Hacer un resumen, completando el esquema anterior.

6. Aprender de memoria ese resumen. (es recomendable que utilices la Asociación)

No te preocupes si al principio te resulta algo pesado este método, pues pronto comprobarás que da buen resultado, ya que aprenderás más y recordarás mejor.

11.- El estudio en equipo y el estudio individual

Tan importante como estudiar es hacerlo correctamente y así alcanzar nuestras metas (conseguir una beca, obtener el título).

El estudio en grupo tiene muchas ventajas sobre el estudio individual:

Facilita revisar una mayor cantidad de bibliografía en menos tiempo y con menor costo por persona.

Permite obtener fotocopias de los resúmenes de nuestros compañeros de grupo.

Nos ayuda a conocer el punto de vista de otras personas respecto al mismo tema y así apreciar otras perspectivas.

Permite contrastar nuestras conclusiones con las de los demás y hacer correcciones de ser necesario (antes del examen).

Nos proporciona una mejor perspectiva de lo que sabemos y de aquellas áreas que necesitan refuerzo.

Nos prepara para sostener nuestro punto de vista y para debatir en público.

Nos posibilita desarrollar nuestras habilidades sociales, muy útiles en nuestra época de estudiante, imprescindibles para el ejercicio profesional.

Nos brinda un nuevo grupo de relaciones que no sólo nos apoyarán académicamente, sino que eventualmente se convertirán en amigos y colegas con quien contar.

Nos da la oportunidad de conocer mejor las habilidades de nuestros compañeros y ubicar posibles asociados para el ejercicio profesional.

El trabajar en grupo requiere algo de organización para aprovechar el tiempo y obtener mejores resultados por nuestro esfuerzo, así tenemos que:

Es recomendable escoger un moderador que coordine el repartir los temas, hacer el rol de expositores, confirmar los lugares de reunión, registrar la bibliografía, etc.

Agruparse con estudiantes que tengan claro que el primer objetivo del grupo es estudiar y mejorar el promedio de notas.

Establecer un horario de reuniones (3 veces por semana o más) de manera que no interfiera con las clases y otras responsabilidades.

Hacer una agenda general que contenga direcciones, e-mail, teléfonos, fechas de exámenes, cumpleaños, eventos, lugares, etc. que serán uso frecuente por el Grupo de Estudio. Esto facilita el mantenerse en contacto, conocerse mejor y obtener permisos cuando sea necesario.

Organizar el tiempo de cada reunión de manera que haya un plazo para:
                                                                                                 
Reunirse, preparar el material de estudio, asignar los temas, conversar un poco y disponerse para el estudio (de 15 a 20 minutos).

Estudiar y desarrollar el tema asignado de manera individual, pero cerca del grupo por si es necesaria alguna consulta (de 45 a 90 minutos).

Exposición del tema preparado ante el grupo (20 a 30 minutos), absolución de preguntas, aclaraciones, intervenciones, etc. (20 minutos). Dos expositores por cada reunión.

Escribes un resumen de la presentación realizada con las correcciones y aclaraciones correspondientes y luego repartir fotocopias al grupo.

Las exposiciones deben ser a completa satisfacción de las necesidades de estudio del grupo, si una presentación es insuficiente, deberá complementarse hasta cumplir los objetivos.

Si tienes alguna duda o problema, la puedes plantear en el equipo y entre todos la resuelven.

Para facilitar todo trabajo académico es conveniente tener en cuenta algunas consideraciones básicas que nos ayudarán a ahorrar tiempo y esfuerzo:

Tener todo el material de estudio guardado y ordenado en un solo lugar.

Asegurarse que el lugar de estudio esté convenientemente iluminado.

Si usamos anteojos la medida de los lentes debe ser reciente (menor de 2 años).

Evitar el uso sin supervisión médica de ansiolíticos (calmantes), barbitúricos (control de peso) u otros medicamentos pues está comprobado que afectan la memoria y pueden producir adicción.

Tan importante como el auténtico esfuerzo por mejorar el rendimiento académico es el esparcimiento, por ello es importante que el grupo una vez que halla concluido sus reuniones de estudio semanales también tenga una salida para divertirse, pasarla bien en grupo ya sea paseando, reuniéndose en la casa de algún amigo, yendo a bailar a alguna disco, al cine o de paseo al campo. Lo importante es pasarla bien, sanamente, sin mayor compromiso o gasto y de paso hacer algo de ejercicio.

Pero no basta con el estudio en equipo: (no se dependiente de lo demás)

Es igualmente importante el estudio individual que tú realizas en cada una de las asignaturas.

Cuida de la limpieza en tus trabajos, de la presentación, etc.

No te conformes en estudiar para salir del paso, sino que debes procura hacerlo bien, que tus trabajos y deberes sean siempre de primera calidad.



Autores: Ricardo Carmen Manrique y Ninel lópez Arana

lunes, 24 de junio de 2013

Heridas que Impiden ser uno Mismo

Reflexión 

Nuestra alma elige los padres y las circunstancias de nacimiento por razones muy precisas. Venimos a experimentar una serie de vivencias para sanar una serie de heridas, y así integrar la personalidad con el alma. Venimos a aprender a aceptar y amar incondicionalmente partes de nosotros que hasta ahora han vivido ignoradas y con miedo. Somos atraídos hacia padres con heridas como las nuestras para recordarnos qué hemos venido a amar.

Aprender a aceptar nuestras heridas es aprender a ser responsables y a amarnos incondicionalmente y esa es la llave para la transformación y la sanación del alma.

¿Te has dado cuenta que cuando acusas a alguien de algo, esa persona te acusa a ti de lo mismo? 

Verifícalo con la otra persona y aparte de sorprenderte, verás cómo te liberas de juicios.

No aceptar nuestra herida, sentirnos culpables, con vergüenza o juzgarnos, es atraer circunstancias y personas que nos harán sentir esa herida no aceptada. Aceptar la herida no significa que sea nuestra preferencia tenerla; significa que, como seres espirituales que elegimos vivir la experiencia humana para espiritualizar la materia, nos permitimos experimentar esa herida sin juzgarnos y aprender de la experiencia. Mientras haya miedo, hay herida y hay un juicio o creencia que bloquea su sanación. Cuando aprendemos a aceptar nuestras heridas estamos desarrollando el amor y estamos espiritualizando la materia.

La sanación se produce totalmente cuando nos aceptamos a nosotros. El perdón hacia uno mismo es lo que finalmente nos sana, y para eso hay que aceptar que uno mismo es responsable de todo lo que le ocurre, y aceptar que ha acusado a otros de hacer lo que uno mismo hace a los demás. En el fondo, todos somos humanos, y aceptar nuestras limitaciones es lo que nos hace humildes y nos permite descubrir nuestra herencia divina.

Las cinco heridas del alma más comunes son:

- El rechazo
- El abandono
- La humillación
- La traición
- La injusticia


No necesariamente tenemos las cinco heridas. Con humildad y sinceridad cada cual puede reconocer sus heridas. Reconocer nuestra limitación humana es el primer paso en el proceso de sanación. Si nos cuesta identificar nuestras heridas es porque nos ocultamos tras una máscara, que se construyó para no ver ni sentir esa herida.

domingo, 23 de junio de 2013

Trastorno de Identidad de la Integridad Corporal

¿Qué pensarías si alguien te comenta que le molesta un miembro de su cuerpo, por ejemplo un brazo o pierna y siente deseos de amputárselo?
El trastorno de identidad de la integridad corporal o BIID (Body Integrity Identity Disorder) es una enfermedad psiquiátrica que provoca en el individuo afectado un irresistible deseo por amputarse una o más extremidades sanas del cuerpo.

En el individuo afectado hay un irresistible deseo por amputarse una o más extremidades sanas del cuerpo la principal motivación de estos pacientes es tener alguna discapacidad, este trastorno podría considerarse como una forma del síndrome de Munchausen, este trastorno se conoce también como "Apotemnophilia" o el trastorno de identidad Amputado. El BIID es una enfermedad poco común y muchas personas que lo padecen tienden a mantenerlo en secreto por miedo a ser estigmatizados.

Se caracteriza por la sensación que tiene un individuo de percibir una parte de su cuerpo como si no formara parte de él, se manifiesta desde su niñez y lo acompaña toda la vida. Una persona que sufre de BIID desea tener amputadas una o más de sus extremidades.

Las causas exactas del desorden de identidad de la integridad corporal son desconocidas. Una teoría plantea que un niño, luego de ver a un amputado, puede quedar con su psique marcada y adopta aquella imagen corporal como un «ideal». Otra popular teoría sugiere que un infante que no se siente querido puede creer que convirtiéndose en un amputado atraerá la simpatía y el cariño que necesita. La teoría biológica propone que el desorden es una condición neuropsicológica, la cual presenta una anomalía en la corteza cerebral relacionada con las extremidades. Si esta condición fuera neurológica, podría ser conceptualizada como una clase congénita de somatoparafrenia, una condición que a menudo se origina luego de una apoplejía en el lóbulo parietal superior contralateral a la extremidad no deseada no recoge información de dicho miembro. Es como si el cerebro no reconociera un miembro debido a un problema congénito.

Los enfermos con BIID se sienten incompletos con sus cuatro extremidades y se alivian después de la amputación. Saben exactamente qué parte de qué miembro debe ser cercenada para calmar su sufrimiento. Las personas con este trastorno sienten que un trozo de alguna de sus extremidades no es suyo, no forma parte de su imagen interna. Los pacientes narran que sienten envidia cuando ven una persona amputada, incluso se han documentado casos de individuos que se han dejado atropellar por un tren, se disparan con un arma de fuego o utilizan sierras eléctricas para amputarse brazos y piernas totalmente sanos, se han auto lesionado provocándose heridas tan graves en sus extremidades que los médicos han tenido que amputarlas. El pedido más común es la amputación sobre la rodilla de la pierna izquierda o una de las manos del brazo.

Estas personas sienten una profunda envidia hacia la gente amputada y perciben los síntomas antes mencionados como extraños y anormales. Se sienten solos con estos pensamientos y creen que nadie podría entender sus impulsos. Por lo general sienten vergüenza de sus ideas e intentan ocultarse del resto, incluso de los terapeutas y profesionales de la salud. Desde el psicoanálisis, una compulsión a dañarse el cuerpo o cercenarse una parte remite necesariamente a lo que se denomina como «castración», una operación fundamental por la que atraviesa todo sujeto y que se efectúa a nivel simbólico. La denegación de la castración simbólica es lo que marca el salto a lo real del cuerpo, por eso se trata en general de estructuras ligadas a la psicosis, en ocasiones a la perversión.

Cuando logran su objetivo, no se sienten inválidos, como habitualmente se sentiría la gran mayoría de la gente en esas circunstancias; sino satisfechos y con la sensación de haberse liberado de una pesada carga. Así tras la amputación de miembro la sensación de ansiedad que sienten desaparece repentinamente, se sienten felices y por sobre todo se comienzan a ver como personas completamente normales.

Estudios recientes confirman que el BIID está asociado al estado psicológico o psicofísico comparado al de las personas transgénero, ambos trastornos producen un problema de identidad, porque se perciben partes del cuerpo como si no fueran propias.

A pesar de que la gente con BIID es comúnmente considerada psicópata, un diagnóstico de psicosis excluye un diagnóstico de trastorno de identidad de la integridad corporal.

Ética e implicaciones legales

Las siguientes declaraciones representan las opiniones de ambos lados de la cuestión:

SÍ: El deseo de amputación viene desde hace mucho tiempo. El paciente no es un psicótico y él es muy consciente de los riesgos y las consecuencias, la cirugía es éticamente permisible, ya que evitará que muchos pacientes BIID se hieran o mueran en el intento de obtener la amputación.

NO: La amputación de las extremidades saludables es una violación del juramento hipocrático, que indica a los médicos a hacer ningún daño. Desde el punto de vista psiquiátrico, el deseo de un paciente BIID de amputar una extremidad es tan delirante como el deseo de una anoréxica a seguir perdiendo peso. En tales casos, la persona debe ser protegida por el médico de su o sus propios deseos irracionales. Los costos significativos para la sociedad podrían producirse si, por ejemplo, la persona que reclama el derecho a la rehabilitación médica y la jubilación anticipada.

DSM-V se conoce ya como Body Integrity Identity Disorder (BIID)

lunes, 17 de junio de 2013

Suicidio por Inmolación.

La palabra inmolación se refería originalmente a un sacrificio ritual (animal o humano) en honor a una divinidad. El acto de prenderse fuego se conoce como inmolación y las razones son generalmente religiosas y los inmolados eran llamados mártires, si las razones son decepciones o angustias, son llamados suicidas…
Algunos lo consideran que se trata de "una forma de protesta". "Es un llamamiento a los políticos y una acusación hacia la sociedad" que con esta forma de matarse, los suicidas, que evidentemente se sienten abandonados e ignorados por la sociedad, buscan hacerse visibles a través del fuego, símbolo de energía y de triunfo, sobre la oscuridad y la monotonía de la vida cotidiana. Relacionándolo a los casos actuales en Bulgaria o como ya caso sonado  de la auto inmolación de Thich Quàng Dúc que desencadenó una masiva protesta, que resultó en el derrocamiento del régimen de Ngô Dình Diem en Vietnam del Sur. Quemarse a lo bonzo es una forma de inmolación y suicidio por el cual un individuo acaba con su vida rociándose con algún tipo de líquido inflamable y prendiéndose fuego en público como forma de protesta, desobediencia civil o acción solidaria por algún motivo. La expresión tiene su origen en la ola de suicidios de monjes budistas.

Algunas religiones incluyen entre sus prácticas la inmolación como método para llegar de forma rápida y sin pecados al reino de los cielos. El simple hecho de su predicación por parte de algunos líderes espirituales, normalmente extremistas, hace que cientos de seguidores estén dispuestos a dar su vida. El Islam y la predicación del yihad contra el infiel (inicialmente desencadenado por la rivalidad entre palestinos e israelíes) ha sido tenida como el referente de las organizaciones consideradas en Occidente como terroristas, entre ellas Al-Qaeda. En los últimos años se ha extendido también la práctica de la inmolación como forma de protesta política en el Tíbet, en el mundo árabe y en Europa, como en los años 60 con motivo de la Guerra de Vietnam o la invasión de Checoslovaquia.

La autoinmolación según algunos escritores dicen que tiene poco que ver con el suicidio porque “Las tendencias suicidas casi nunca conducen a la autoinmolación” ¿sería por el dolor inmenso al hacerlo? La autoinmolación, por todos es un acto extremo y tienda ahora a convertirse en una forma rutinaria de acción política, es un hecho muy peligroso. Lo que hace a una muerte por autoinmolación, políticamente trascendental, es su capacidad para convertirse en centro de la vida social de una comunidad o como decía en la clasificación clásica del sociólogo francés Émile Durkheim, el suicida altruista se mata por su “sensación de pertenencia a la sociedad. Se mata por ella”. Y pone como ejemplo el de los kamikazes japoneses. Esta relación es patológica porque la persona pierde el sentido de individualismo. Este tipo de suicidio consiste en ofrecer su vida por algún ideal. El individuo sacrifica su vida en honor a quien el cree que se beneficiara de ello.

Desde el punto de vista del psicoanálisis 'social' se ha intentado comprender el suicidio y la inmolación en el contexto de una relación perversa del ser humano con su cuerpo. El fenómeno psicopatológico de la perversión sádico-masoquista, se sitúa más allá de los simples juegos eróticos sexuales. Muchos autores han seguido las propuestas del psicólogo francés Foucault que según la doctrina de éste «Quien muere por la revolución accede inmediatamente a una especie de inmortalidad, como si esa muerte heroica le llevara a los confines del cielo y la tierra (…) en una historia soñada que es tanto religiosa como política». De hecho, según el brillante ensayista James Miller, Foucault había hecho varios intentos de suicidio en la adolescencia y en su estancia en San Francisco se había expuesto a todos los riesgos de los excesos sexuales que le produjeron el sida del que falleció. La perversión y el sadismo que le están vinculados pueden llevar al asesinato pero también al suicidio. Describieron el suicidio como una fusión con el sol en el momento de la muerte. Los rayos son la gloria. Es en ese contexto como pueden comprenderse mejor las recientes inmolaciones que, sin embargo, no habrían desencadenado las amenazantes convulsiones que presenciamos de no existir en esos países las lamentables circunstancias socio-políticas que padecen.

Ángel Garma “Sobre el suicidio” en La fascinación de la muerte.  Subrayó que el suicida produce en sí una vivencia de liberación de la presión de un medio al que siente opresor, triunfando con su acto sobre él. Paraliza la eventual agresión de ese medio y logra transformarla en un reproche acusatorio continuo para ese contexto humano. "La muerte suicida-sacrificial es una muerte que intenta no marcar una ruptura, sino una continuación".

Es necesaria diferenciar entre el concepto de suicidio y martirio. La palabra suicidio por inmolación trae otras manifestaciones más allá de una postura o reclamo político o por dilemas religiosos, comúnmente son casos clínicos, personas que deberían estar bajo control psiquiátrico, personas seriamente perturbadas, delirantes, con cuadros psicóticos y trastorno depresivos como depresión mayor y bipolar, ansiosos, disociativos,  trastornos de personalidad como antisocial, esquizoide, paranoide, esquizofrenia en este caso con alucinaciones y delirios, trastornos afectivos, de alimentación, síndromes mentales orgánicos como la demencia y el párkinson, adicción por alcohol o drogas, suelen ser personas aisladas y encerradas en sí mismo, con pérdidas de apoyo y déficit en sus relaciones sociales,  suelen ser retraídos o ingeniosos,  con conductas agresivas, con presencia de conductas suicidas (fantasías, ideación, amenazas, intentos y/o equivalentes), Dificultades familiares serias (abandono, rechazo, etc.), presentan desesperanza, culpabilidad, frustración, angustia, rasgos obsesivos-compulsivos, por enfermedad o por cuestión de edad, todo por diversas causas.

Cuando la manifestación externa se ve bloqueada de alguna forma, estos impulsos destructivos se vuelven contra sí mismo. Aunque no manifieste ideas suicidas, se comporta como si buscase la muerte (conductas innecesariamente arriesgadas).

En muchos casos el acto suicida se lleva a cabo luego de una engañosa mejoría de los síntomas ya que algunos se tranquilizan cuando ya tienen tomada la decisión.

La idea de muerte puede surgir por muchos motivos diferentes. Los padecimientos psíquicos se encuentran presentes en 9 de cada 10 casos de suicidio.

El suicida nunca es improvisado, aunque la realización a veces sea impulsiva. El suicida lo venía pensando desde tiempo antes y en la mayoría de los casos se lo había comunicado a alguien con anterioridad. La idea de que alguien que habla de suicidarse no lo hará es falsa, toda amenaza debe ser tomada seriamente.

El Suicida siente un dolor emocional que le parece insoportable, piensa que nada cambiará en el futuro, que no puede contar con nadie, su estado mental le impide hallar soluciones; centra su atención en todos los aspectos negativos de su vida y no es capaz de tener en cuenta los positivos. La idea de ser una carga o una mala compañía lo empuja a la soledad, al sufrimiento en solitario.

No existe un único factor desencadenante de un suicidio, sino que éste es una acción multideterminada por diversos factores intervinientes que al conjugarse se potencian. No puede definirse una personalidad suicida como tal, sino una tendencia al suicidio, un perfil. Dado que puede producirse cuando un individuo sufre un cambio en su conducta que llega a ser insoportable para él o para los que le rodean. Estos cambios pueden reflejarse en lo que piensa, en lo que dice o en lo que hace.

Para su prevención es importante evaluar los indicadores de riesgo y su tendencia suicida, por que la persona ante de realizar un acto suicida evidencia una serie de síntomas que constituyen el síndrome presuicidal, que consiste en un retraimiento de los sentimientos y el intelecto, inhibición de la agresividad, la cual ya no es dirigida hacia otras personas sino hacía sí y la existencia de fantasías suicidas.

El suicidio por inmolación, nos habla de personas, de sus miedos, sus fracasos, sus necesidades y sus carencias, su forma de ver y sentir la vida como el síntoma de algo mucho más profundo.




viernes, 14 de junio de 2013

Consideraciones sobre el Apego o Vinculo Afectivo

La especie humana tiene una larga historia. Ello nos ha hecho evolucionar de una determinada manera, configurando aspectos de nuestras necesidades básicas como seres humanos. El niño nace programado para sobrevivir en determinadas condiciones pero también bajo la necesidad de que sus necesidades básicas sean cubiertas.
Los vínculos afectivos son una necesidad que forma parte del proyecto de desarrollo de un niño recién nacido. Si esta necesidad no es satisfecha, el niño, adolescente, joven o adulto sufrirá de "aislamiento o carencia emocional".

El Apego o vínculo afectivo es una relación especial que el niño establece con un número reducido de personas. Es un lazo afectivo que se forma entre él mismo y cada una de estas personas, un lazo que le impulsa a buscar la proximidad y el contacto con ellas a lo largo del tiempo. Es, sin duda, un mecanismo innato por el que el niño busca seguridad. Las conductas de apego se hacen más relevantes en aquellas situaciones que el niño percibe como más amenazantes (enfermedades, caídas, separaciones, peleas con otros niños).

Los vínculos de apego no sólo van establecerse con los padres o familiares directos sino que pueden producirse con otras personas próximas al niño (educadores, maestros, etc...).

Si bien tradicionalmente la figura con la que se establece el vínculo de apego más fuerte ha sido con la madre, hoy en día asistimos a una acentuación de la implicación del padre en los cuidados de la primera infancia. La importancia del buen establecimiento del vínculo de apego, ya en las primeras etapas, va tener unas consecuencias concretas en el desarrollo evolutivo del niño.

El vínculo de apego no debe entenderse como una relación demasiado proteccionista por parte de la madre hacia el bebé, sino como la construcción de una relación afectiva en la que la atención y los cuidados de la madre en las primeras etapas (el niño se siente atendido en sus necesidades), va a propiciar la paulatina adquisición, desde una plataforma emocional adecuada, de los diferentes aprendizajes y por tanto, de los primeras conductas autónomas.

Sabemos que vínculos de apego no establecidos debidamente a su tiempo pueden repercutir en la posterior relación social y con los padres. La confianza, la seguridad en uno mismo, el respeto al otro, empiezan a construirse antes de lo que creemos. Hoy en día, por desgracia, es habitual encontrar en la conducta problemática de muchos adolescentes, vínculos de apego no establecidos desde las primeras etapas. No se puede construir la relación de los hijos sólo a base de proporcionarles necesidades materiales. El escucharles, el intentar conectar con lo que les preocupa en el día a día , el establecer espacios de tiempo y de calidad de juego con ellos, son vitales para construir una sólida relación padres-hijos.

Curso del apego

Fase 1 (desde el nacimiento a los 2 meses)

En inicio, los bebés no centran su atención exclusivamente en sus madres y suelen responder positivamente delante cualquier persona. Sin embargo, los neonatos, ya vienen al mundo con un cierto número de respuestas innatas diseñadas para atraer a la madre cerca (llanto) y mantenerla próxima (mostrándose sonriente o tranquilo). Y aunque, en esta etapa, no esté todavía maduro el vínculo de apego con la madre o cuidador, sí se ha comprobado que los recién nacidos prefieren mirar a sus madres que a un desconocido.

Fase 2 (desde los 2 a los 7 meses)

Durante esta segunda etapa los bebés van consolidando los vínculos afectivos con la madre, padre o cuidador y dirigen hacia ellos sus respuestas sociales. Aunque todavía aceptan extraños, les otorgan menor atención.

A lo largo de este período el bebé y su cuidador desarrollan pautas de interacción que les permiten comunicarse y establecer una relación especial entre ellos.

Fase 3 (desde los 7 a los 24 meses)

El Apego se hace más evidente siendo muy fuerte alrededor de los 2 años. Ahora las conductas de apego van a configurarse alrededor del desarrollo evolutivo en 2 áreas concretas: la emocional y la del desarrollo físico. Con el mayor nivel de capacidades cognitivas asumidas en esta etapa, los bebés empiezan a distinguir lo extraño de lo habitual y ahora suelen reaccionar negativamente ante situaciones o personas desconocidas. Apartarse de la figura de apego supone producir protestas por la separación que implican llantos y la búsqueda de la madre. Por su parte el desarrollo físico (el niño empieza primero a gatear para luego pasar a la posición erguida y a dar sus primeros pasos), supone adquirir un control respecto al lugar donde se encuentra. Ahora, si desea no separarse de su madre, podrá dirigirse hacia ella en lugar de reclamar su presencia mediante el llanto. El niño gana independencia gracias a sus nuevas capacidades de locomoción, verbales e intelectuales. Este proceso es siempre conflictivo porque exige readaptaciones continuas con ganancias y pérdidas de ciertos privilegios. Por ello suele ir acompañado de deseos ambivalentes de avanzar y retroceder.

El apego en etapas posteriores

Los vínculos de apego van a seguir su curso durante todo el ciclo evolutivo con las transformaciones y adecuaciones que cada edad requiere. A lo largo de todo el período escolar se suelen mantener como figuras de apego los padres (la madre, casi siempre en primer lugar y con carácter secundario los hermanos y otros familiares). Paulatinamente el niño va tolerando mejor las separaciones cada vez más largas, el contacto físico no es tan estrecho y las conductas exploratorias no precisan de la presencia física de las figuras de apego. Sin embargo, en momentos de aflicción, pueden activarse en gran manera las conductas de apego con reacciones similares a la de los primeros años.

Durante la adolescencia las figuras de apego suelen ser, por este orden, la madre (que sigue en primer lugar), padre, hermano, hermana, amigo y pareja sexual. La madre sigue siendo la figura central de apego. A diferencia de épocas anteriores, ahora puede ocurrir que se incorpore como figura de apego, alguna persona ajena a la familia (amigos).

Progresivamente los adolescentes se van distanciando más de las figuras de apego y aparece un cierto rechazo como forma de buscar su propia identidad. El deseo ya no es estar con las figuras de apego sino que éstas estén disponibles para casos de necesidad. Es un proceso natural por el que no hay que temer si se han hecho bien las cosas. El adolescente ha iniciado ya el camino de las relaciones sociales y los vínculos de amistad que marcan el inicio del camino hacia el encuentro de la etapa adulta.

Si la relación de apego se estableció de forma adecuada en los períodos críticos, el lazo afectivo que vincula a padres e hijos trascenderá a la época adolescente y es probable que se prolongue toda la vida.

Determinantes

Se cree que las madres que son más sensibles ante las necesidades de los bebés y que ajustan su conducta a los de estos, tienen mayores probabilidades de establecer una relación de apego segura. Estas madres reaccionan rápidamente a las señales que emiten sus hijos como el reclamo de comida, identificando cuando están satisfechos y respetando sus ritmos de vigilia-sueño. Ante el reclamo mediante el llanto son más eficaces en acunar o confortar en sus brazos al bebé. Son madres cariñosas, alegres y tiernas siendo así percibido por el niño. Evidentemente no sólo cómo se comporta la madre resulta vital para el vínculo. La forma en que reacciona el niño, su temperamento, es también importante en el tipo de relación que se va a establecer. No hay dos bebés iguales. En el caso de que estos sean de temperamento difícil o irritable puede favorecer en la madre o cuidador una respuesta menos adecuada y, por tanto, aumentar las probabilidades de un apego menos seguro.

Con frecuencia se ha planteado desde la psicología por qué algunas madres responden de forma más sensible a sus bebés. Una respuesta bastante válida hace referencia a los recuerdos de las madres de sus propias experiencias infantiles. Una investigación efectuada al respecto (Main y Goldwyn, 98) clasificaba a las madres en 3 grandes grupos:

El grupo primero lo formaban las madres denominadas autónomas. Estas madres se caracterizaban por presentar una imagen objetiva y equilibrada de su infancia, siendo conscientes de las experiencias positivas y de las negativas.

El segundo grupo se denominó madres preocupadas. Se caracterizaban por su tendencia a explicar de forma extensa sus primeras experiencias vitales con un tono muy emocional y, en ocasiones, confuso.

 El grupo tercero lo formaban madres a las que se llamó indecisas. Estas últimas constituían un grupo que había experimentado algún trauma con la relación de apego y que aún no han resuelto. Es el caso de los niños maltratados o que han perdido alguno de los padres.

Algunas sugerencias para mejorar la vinculación

Primero debemos tener en cuenta que crear unos lazos afectivos saludables con los hijos no sólo es cuestión de dedicar más tiempo sino buscar la calidad en esas relaciones. Es decir, no basta con que estemos cerca de ellos físicamente durante cierto tiempo sino que haya una relación dual adecuada, de comunicación y expresión de sentimientos.

La hipótesis que subyace en este estudio es que los recuerdos y sentimientos de las madres sobre su propia seguridad de apego se expresarán en sus atenciones hacia su hijo y así influirá en su relación. Diversos estudios han verificado que estas clasificaciones son bastante productoras de las pautas de apego que formarán con sus hijos.

a) Saber escuchar a nuestros hijos es la clave

Los adultos procesamos los problemas de forma diferente a los niños y nuestras claves de interpretación son sustancialmente diferentes a las que ellos utilizan. Por tanto ante cualquier demanda del niño debemos tener tiempo para escucharle. No es tanto solucionar el “problema puntual” de nuestro hijo sino lanzarle un mensaje muy potente que transciende al propio problema “Tus padres están ahí para escucharte y ayudarte en lo que necesites”.

Esta es la mejor base para que los niños crezcan emocionalmente fuertes y reduzcamos los miedos y conductas desadaptadas a partir del reforzamiento de su propia seguridad afectiva.

b) La empatía parental

La capacidad de percibir los signos emocionales del niño por las que manifiesta sus necesidades de atención afectiva y saberles dar la respuesta adecuada por parte de los padres es lo que denominamos empatía parental.

Uno de los principales obstáculos para que los padres escuchen a sus hijos es que dedican buena parte de su comunicación a reprenderles o a recordarles las normas de conducta que se esperan de ellos. Es muy fácil marcar conductas y diferenciar entre lo aceptable y lo inaceptable. Pero, si no sabemos interpretarlos, si no somos capaces de leer en clave emocional muchas de estas manifestaciones, es probable que no se sientan respetados ni comprendidos y por tanto, no solucionemos el problema. Ello es especialmente importante durante la adolescencia.

c) El concepto de Resilencia parental

La Resilencia es un concepto que hace referencia a la capacidad de ciertas personas, también en los niños, para hacer frente a los factores y circunstancias adversas que nos depara la vida.

Los sujetos con resilencia son capaces de seguir construyendo su futuro de forma equilibrada y sana pese a las experiencias difíciles, los traumas vividos y las carencias afectivas tempranas. Podríamos decir que hay un cierto aprendizaje de las malas experiencias y un deseo que impulsa a estas personas a construir estrategias alternativas para llegar a funcionar mejor en todos los ámbitos, incluido el familiar, pese a las circunstancias adversas.

La resilencia es, por tanto, una de las habilidades básicas fundamentales deseables y esperables en los padres. No obstante, el desarrollo de esta capacidad es posible tanto para los padres como para los hijos y de su establecimiento en los más pequeños va a depender de la existencia de una parentalidad sana, competente y que sirva de modelo adecuado.

Los padres resilientes tienen la capacidad de establecer un vínculo afectivo (apego) en definitiva, tienen la capacidad de tomar el timón de sus vidas, saben identificar y analizar las situaciones problemáticas que afectan a la familia y tomar las decisiones oportunas con solicitud de ayuda si lo consideran necesario. Esto no lo hacen tanto desde el desánimo sino como de la voluntad e iniciativa de cambiar las cosas por el bien de toda la familia.

d) Aprender a hablar de nuestros sentimientos y emociones

En los espacios comunes, cuando escuchemos y hablemos con nuestros hijos, debemos ser capaces de introducir el factor emocional. Debemos enseñarles a identificar sus emociones para que así puedan encauzarlas debidamente. Para ello debemos atender a lo que hace cada día (ir al colegio, de excursión, etc.), pero fundamentalmente a cómo se ha sentido en las diversas situaciones (triste, alegre, enfadado, rabioso, etc.).

Enseñarles a hablar acerca de sus sentimientos supone un buen recurso para construir una personalidad sana.

Un buen momento también para hablar de las emociones es cuando nuestro hijo ha tenido algún berrinche o mala conducta en casa. En estos casos es mejor dejar los “razonamientos” para más tarde cuando las cosas han vuelto a la normalidad. Un buen momento puede ser por la noche justo antes de acostarse. Entonces podemos analizar lo ocurrido y sacar las emociones de unos y otros. Los padres pueden manifestar su tristeza y decepción por la conducta de su hijo y éste explicará cómo se ha sentido antes y después de lo ocurrido. Todo ello independientemente de la sanción o castigo que hayan determinado los padres.

e) Ser coherentes y predecibles

Los padres son los referentes y los modelos principales hasta, al menos, la adolescencia.

Construir lazos afectivos significa también crear un entorno coherente y predecible. Si exigimos a nuestros hijos comportamientos o actitudes que son contrarias a nuestra propia forma de actuar, crearemos dudas y desorientación.

Es aconsejable que incluso cuando se dan conflictos serios entre la pareja, seamos capaces de consensuar unas líneas educativas comunes de actuación con ellos independientemente de nuestras diferencias como adultos.

En caso de separaciones sabemos que uno de los peores peligros que tienen nuestros hijos es el trato diferencial y la manipulación en contra del otro por parte de algunas personas irresponsables o egoístas dado que anteponen sus propios intereses a los del hijo en común.

f) Fomentar los estilos democráticos

Este estilo educativo denominado "democrático" y considerado como el óptimo, según algunos estudios, se caracteriza por que el niño se siente amado y aceptado, pero también comprende la necesidad de las reglas de conducta y las opiniones o creencias que sus padres consideran que han de seguirse. Como padres debemos saber ser generosos pero, a la vez, es imprescindible establecer límites claros a las conductas y demandas de nuestros hijos. Si así no se hace, las demandas aumentarán y la percepción del niño será de que tiene el control sobre nosotros y que sus solicitudes son derechos reales a los que no tiene por qué renunciar.

Reforzar la vinculación y proporcionales afecto no significa ceder a todas sus demandas.

g) Incrementar los tiempos de ocio juntos

Dedicar más tiempo con los hijos es siempre una buena elección pero deberemos también buscar una mejora en la calidad del mismo. De nada nos servirá estar todo el día con nuestros hijos si ello no nos proporciona espacios comunes de juego y comunicación. Los juegos familiares, la lectura de cuentos a los más pequeños, el poder hablar de temas de su interés a los adolescentes, etc. son actividades esenciales para potenciar los lazos afectivos.

Es también muy importante hablar sobre lo que sucede y nos preocupa en el día a día. Actualmente la televisión, las nuevas tecnologías, etc, nos roban espacios comunes y se hace más difícil el intercambio de experiencias entre padres e hijos. Hay que buscar o crear los espacios necesarios si no existen.


"El éxito de nuestros hijos en un futuro no dependerá de lo que les hemos podido dar materialmente, sino de la intensidad y calidad de las relaciones afectivas que hemos sido capaces de construir con ellos desde la infancia.”