lunes, 21 de octubre de 2013

Decálogo para el Anti-bullying

Para el acosador

 1. Ante todo ponte siempre en el lugar del otro. No hagas a los demás lo que  no te gustaría que te hicieran a ti.

2. A nadie le gusta que le tiren las cosas, que le insulten, que se rían de él o que le llamen con apodos. Aunque creas que no, eso puede hacer mucho daño.

3. No juzgues a nadie por las apariencias, no te dejes llevar por la opinión de los demás acerca de un compañero. Acércate y trata de conocerle mejor. El hecho de que alguien no te caiga bien, no implica que utilices la violencia de ningún tipo.

4. No excluyas a nadie de tus actividades, de tus juegos, trata de entender cómo te sentirías tú si te excluyeran.

5. No digas mentiras sobre otros, no difundas rumores, no utilices Internet o el anonimato del móvil para hacer daño o amenazar.

6. Cuando tengas conflictos debes aprender a resolverlos sin violencia. Negocia, dialoga. Cuando creas que puede existir un problema, trata de buscar todas las soluciones pacíficas que se te ocurran. Acude a un adulto si crees que no puedes resolverlo.

7. El acoso no es solo un daño físico (pegar, empujar,) eres también acosador, cuando hieres con palabras, con insultos, tratando de aislar a alguien, mintiendo sobre el o ella, haciendo que se sienta solo, mal y triste. No lo olvides.

8. Aunque creas que eres el mejor, el líder, no tienes amigos que te quieran, quizás sólo te teman.

9. Si utilizas ahora la violencia, ella te acabará utilizando a ti.

10. La violencia no parará aquí. Si la utilizas hoy, nunca será suficiente, engendrará más y más violencia y puede arruinar tu vida y tu futuro.

Para el acosado

1. No eres culpable de nada. Tú no tienes la culpa de ser agredido. Recuerda que tú no eres el del problema. Es el agresor el que tiene el problema

2. Tú puedes ser diferente, todos tenemos derecho a ser distintos, a tener una forma de ser propia, un físico, unas ideas. Nadie puede imponerte nada que tú no quieras.

3. Tú no tienes que hacer frente a esta situación sólo.

4. No eres inferior, ni cobarde, por no responder a las agresiones, pero tienes que ser valiente para enfrentarte de una vez a la situación. Es hora de actuar.

5. Si alguien te está haciendo daño y estás sufriendo, acude siempre a un adulto. Los primeros tus padres, y también tu profesor.

6. Si sientes que no les puedes contar esto a tus padres o que crees que no te apoyan de la manera que necesitas, habla con otro adulto en quien confíes: un familiar, el maestro, el orientador, un psicólogo. Si no te atreves empieza por contárselo a alguien de tu edad, aunque no sea un gran amigo, alguien que veas que puede entenderte y ayudarte.

7. Habla con quien ha visto las agresiones, para que te apoye, para que vaya contigo. Trata sobre todo de mostrar lo que sufres, no sientas que es una humillación, porque no lo es. Hablar de ello puede salvar tu vida y tu futuro.

8. Haz que al adulto le quede claro que esa situación te afecta profundamente. Si el acoso es psicológico es más sutil, pero a veces más dañino. Explícalo claramente, intenta describir cómo te sientes, que piensas acerca de esto, como afecta a tu vida. Utiliza todas las palabras que puedas para describir tus sentimientos. Haz un esfuerzo para comunicarte, para que sean conscientes de lo que realmente estás sufriendo.

9. Si sientes que no puedes hablar, que no te atreves, escríbelo. Una carta, un email, dáselo o envíala a alguien en quien confíes.

10. Pero sobretodo tienes que saber que no estás solo, que siempre hay una salida, que eres tú quien merece tener toda una vida por delante, y que debes seguir luchando. No dejes que ganen, porque de esa forma, todos perdemos.

Para el espectador

1. Si estás viendo que un compañero o compañeros abusan de otro, tú debes actuar. Decir basta, no reírte, y ponerte del lado de la víctima, acudir a un adulto, es tu obligación. Tú puedes ayudar a que esto pare.

2. Aunque creas que el compañero que es objeto de burlas o acoso no sufre, eso no es cierto. Está sufriendo un daño que a veces es irreparable y tú puedes ser responsable aunque sólo sea como espectador, si ejerces o consientes el maltrato, quizás estás consiguiendo alguien sea para siempre una persona infeliz.

3. Decirle a los adultos lo que sucede no es ser acusica. Ni ser cobarde. Eres más cobarde si no actúas. Cobardes son quienes actúan en grupo para hacer daño a otro compañero que está solo.

4. No son bromas. En las bromas nos reímos todos con todos. No todos de uno. Esa es la diferencia.

5. Haz que la víctima se lo cuente a sus padres o a otro adulto, a su profesor. Ofrécete para ir con él si eso le hace sentirse más seguro.

6. Si no se atreve, di que tú puedes hacerlo, y acude a pedir ayuda en su nombre. Si el colegio tiene un programa de informe de agresiones, como una línea de teléfono especial o un buzón, o un email, úsalo. Si no sabes que hacer dirígete a alguna asociación, a algún teléfono de ayuda a menores.

7. No es “su problema”, no son peleas igualitarias, están abusando de una persona igual que tú, pero más débil o distinto…no te justifiques, no son “cosas entre nosotros”.

8. Recuerda que tú, con el silencio y la pasividad estás alentando a los agresores, ellos piensan que pueden ganar, y no es cierto.

9. La unión hace la fuerza. Involucra a todos los que puedas, amigos, profesores, a los padres. Pero cuéntalo, haz que los demás entiendan lo que está pasando, trata de que tus amigos te apoyen.

10. Ayuda al que lo necesite, y cuando tú necesites ayuda, alguien te ayudará.

lunes, 14 de octubre de 2013

Factores de Riesgo en la Depresión

En la antigüedad la depresión era tratada por brujos, magos, por sacerdotes, por medio de conjuros, brebajes, pócimas, limpias y cambios de ambientes, ya que se consideraba que las personas que padecían de la “locura melancólica” (entre sus tantos nombres) era provocada por algún hechizo de alguien que le tenía odio al afectado. Se le llamó de muchas formas, pero Galeno atinó ponerle el nombre de melancolía, atribuyéndole este término apoyándose en la filosofía e inclinándose por los tipos de fluidos que expedía cada persona de acuerdo a su personalidad, como si fuera una condición natural estar deprimido todo el tiempo o la mayor parte de él.
Un factor de riesgo es aquello que incrementa su probabilidad de contraer una enfermedad o condición.

Es posible desarrollar depresión con o sin los factores de riesgo, sin embargo, mientras más factores de riesgo tengan, será mayor su probabilidad de desarrollar depresión. Si usted tiene numerosos factores de riesgo, pregunte a su profesional en el cuidado de la salud lo que puede hacer para reducir su riesgo. Su riesgo de depresión podría estar relacionado con una combinación de factores genéticos, físicos, psicológicos y del entorno. Éstos incluyen:

Historial Familiar de Enfermedad Mental: Las personas con un historial familiar de trastornos depresivos tienden a estar en mayor riesgo de desarrollar depresión. A veces la depresión es hereditaria, lo que significa que se transmite de padres a hijos. Si uno de sus padres o un hermano tienen depresión, es posible que usted tenga mayor riesgo de tener depresión.

Trastornos Físicos o Mentales Crónicos: Antecedentes  psiquiátricos en la familia, sobre todo  depresiones y alcoholismo, constituye un factor de  vulnerabilidad para  padecer depresiones. En años recientes, investigadores han encontrado que los cambios físicos en el cuerpo pueden estar acompañados por cambios mentales. Enfermedades médicas como apoplejía, ataque cardíaco  cáncer, VIH/SIDA, mal de parkinson, y trastornos hormonales pueden incrementar el riesgo de depresión. Se sabe que el dolor crónico está asociado con la depresión.

Un historial de uno o más episodios previos de depresión incrementa considerablemente el riesgo de un episodio posterior.

Cambios Mayores en la Vida y Estrés: Un cambio estresante en la vida puede desencadenar un episodio depresivo. Tales eventos estresantes pueden incluir una pérdida grave, una relación difícil, trauma, o problemas financieros. Personas rodeadas de unas condiciones ambientales desfavorables y situaciones estresantes.

Poco o Nulo Apoyo Social: La familia y los amigos juegan un papel importante en el desarrollo del niño y adolescente. El colegio les supone un tercer mundo social diferente, que puede influir de manera positiva o negativa en los problemas emocionales y conductuales.

Tener pocas relaciones o que éstas no sean de apoyo puede incrementar el riesgo de depresión tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, se ha encontrado que los índices de depresión son más altos en mujeres que están en casa con niños pequeños, y aquellas personas que se describen a sí mismas como aisladas, en comparación con mujeres que trabajan o que tienen una red social de apoyo. En muchos casos, se ha descubierto que las redes sociales restringidas preceden el inicio de la depresión. Comúnmente son personas con escasos recursos para relacionarse con los demás, especialmente con su pareja (mal pronóstico).

Factores PsicológicosDiferentes factores psicológicos, entre ellos atributos personales, neurosis y distorsiones cognitivas, han sido propuestos como posibles causas o contribuyentes de un estado depresivo. 

Una amplia variedad de factores de estrés social colaboran con el desarrollo de trastornos depresivos. Entre ellos, eventos de estrés a lo largo de la vida, duelo por perdida de un familiar, estrés crónico y bajo estatus  socioeconómico. El estado marital se encuentra íntimamente asociado al inicio y prevalencia de la depresión, aunque no influye en el éxito del tratamiento de la misma. Individuos casados o solteros presentan un riesgo de depresión disminuido en comparación de divorciados, separados o viudos. La separación y el divorcio incrementan la probabilidad de aparición del primer episodio depresivo. La existencia de un trauma temprano también predice un mayor riesgo de trastornos depresivos en la adultez. Varios estudios demostraron que niños abusados física o sexualmente presentan mayor probabilidad de aparición de aflicciones psiquiátricas, entre ellas depresión. Eventos adversos ocurridos en la niñez se asocian, además, con depresión de inicio temprano.

Las personas con baja auto-estima, quienes constantemente se ven a sí mismas y al mundo con pesimismo, o que se agobian fácilmente por el estrés, podrían ser propensas a la depresión.

Otros factores psicológicos, como el perfeccionismo y la sensibilidad a la pérdida o rechazo, podrían incrementar el riesgo de una persona para depresión. La depresión también es más común en personas con trastornos de ansiedad crónica y trastornos de personalidad limítrofe y evitante. Ej. Desordenes de personalidad, neocriticismo, distorsiones cognitivas, abuso físico o sexual en la niñez.

Rasgos de la personalidad: mala capacidad de adaptación, baja tolerancia a la frustración, el pesimismo, la falta de confianza (autoestima baja), la actitud  hipercrítica y la pasividad. Los rasgos neuróticos de la personalidad se asocian con una mayor incidencia de casos y recaídas de depresión mayor.

Los medicamentos, las drogas o el alcohol. Tomar determinados medicamentos, abusar de las drogas o del alcohol, o tener otras enfermedades también pueden provocar depresión.

Bajo Estatus Socioeconómico: Estar en un grupo socioeconómico bajo es un factor de riesgo para depresión. Esto puede ser a causa de factores como bajo estatus social percibido, factores culturales, problemas financieros, entornos estresantes, aislamiento social, y mayor estrés diario.

Sexo Femenino: Por cada  hombre deprimido hay 3 mujeres con depresión. Las mujeres experimentan depresión con una frecuencia aproximadamente dos veces mayor a la de los hombres. Los factores hormonales podrían contribuir al índice incrementado de depresión en mujeres, particularmente factores como cambios premenstruales, embarazo, aborto espontáneo, periodo postparto, premenopausia, y menopausia. Muchas mujeres se enfrentan a estresantes adicionales, como responsabilidades en el trabajo y en el hogar, maternidad sola, y cuidar hijos y padres que envejecen.  El posparto y el periodo premenstrual son épocas de más alto riesgos.

Edad: Cualquier edad. Desde bebés de meses a la denominada 4º edad (muy ancianos). El riesgo de padecer depresión aumenta con la edad, hay dos periodos críticos: entre 35 y los 45 años, y a partir de los 60. Los ancianos tienen riesgo particularmente más alto de depresión. Además, a ellos notablemente no se les trata adecuadamente para la depresión. La depresión es un trastorno a cualquier edad y merece tratamiento serio.

Nutrición: deficitaria y  abuso de alimentos  procesados.

Conclusión

Ahora cualquier momento de tristeza se considera estar en depresión, cuántas veces hemos escuchado a nuestros amigos, familiares o hasta a personas desconocidas comentar que están deprimidos o que se encuentran en “la depre”, siendo los adolescentes los que utilizan más esta frase, sin considerar que para diagnosticar una depresión se necesita que el individuo cumpla con varios puntos, la tristeza es una emoción que no es de gran intensidad como la depresión y no cumple con todas estas las características, sin embargo, de no ser tratada sí puede pasar al siguiente nivel.

Así que sabemos que a lo largo de la vida existen situaciones donde parece que el cielo se cierra con nubes oscuras y no permiten ver más allá, la tristeza recurrente que llena la sociedad se está viendo como algo natural, “déjalo está deprimido… ya se le pasará”, sin tomar en consideración que las personas que están en esta situación están en un proceso donde su calidad de vida se va deteriorando, al principio solo se aíslan de vez en cuando, comen menos o pueden comer más, la diferencia en su peso es evidente, la pérdida de interés en cosas que antes no podía dejar de hacer es visible, la tristeza profunda, el pesimismo, aumento de cansancio, dormir menos o más, ahora la situación va más en decaída de cómo estaba en un principio, no sale, no se baña, no contesta, pensamientos suicidas pueden aquejar su mente, darse cuenta que no solo es un momento de tristeza sino una depresión profunda y pedir ayuda va más allá de sus posibilidades y de sus fuerzas que ha ido perdiendo a lo largo de varios meses.

Además de tener unos efectos devastadores sobre nuestra vida emocional, sobre nuestros pensamientos y sobre la capacidad para disfrutar la vida, la depresión puede afectar numerosas funciones de nuestro organismo. La depresión no es meramente un estado de ánimo sino que en las personas deprimidas se producen cambios hormonales e inmunológicos que pueden resultar sumamente dañinos. En realidad podemos decir que la depresión es una enfermedad que afecta a la totalidad de nuestro ser.

La mujer deprimida percibe a menudo fuertes sentimientos de aversión hacia sí misma; se siente inútil y culpable de sus insuficiencias. Pueden comenzar a producirse ataques de llanto, pérdida de peso e insomnio. La comida no sabe bien, el sexo no resulta excitante y se pierde todo el interés por la gente afectivamente ligada a ella. Esta mujer deprimida puede empezar a tener deseos suicidas. A medida que sus intenciones se hacen más serias, las ideas esporádicas se convierten en deseos; preparará incluso un plan y lo pondrá en práctica. Hay pocos trastornos psicológicos que sean tan debilitadores y ninguno que produzca tanto sufrimiento como la depresión grave.

Los adolescentes que sufren depresión leve tienen un alto riesgo de desarrollar problemas mentales más tarde en su vida, la ansiedad, la depresión severa y los trastornos alimenticios eran mucho más comunes entre los adultos que habían tenido una depresión leve durante la adolescencia.

Existen diferentes tipos de depresiones pero concuerdan en las características principales, no todas las depresiones son iguales, puede diferir en tiempos, presentaciones y combinaciones con otros trastornos. Se presenta tanto en niños caracterizado con una irritabilidad evidente, en adolescentes, hombres, mujeres en un mayor porcentaje, en los adultos mayores, en fin, cualquiera que sea la presentación, ésta representa un foco rojo en la vida de la persona, que no dimensiona en ocasiones la decaída, las que se encuentran alrededor son las que pueden colaborar en la recuperación o simplemente  ayudarlo a pedir ayuda a un profesional.

Si tenemos la sospecha de que alguno de los nuestros familiares, amigos, personas  cercanas a nosotros está pasando por un momento difícil, mantener los ojos abiertos y la escucha activa puede salvar vidas. Nadie ve desde el problema la magnitud de él, por lo tanto, nosotros como sociedad tenemos, más que la obligación,  y como profesionista el deber ético-moral de velar por la salud mental de los pacientes.

sábado, 12 de octubre de 2013

Cerebro Sano

Existen tres claves para mantener el cerebro activo: Cambio, Desafío y Aprendizaje constante
Cuidados vitales

Mantenga su cerebro en funcionamiento para evitar el envejecimiento prematuro. El cerebro es el órgano que diferencia al ser humano de otras especies animales, consume una quinta parte de nuestra energía y funciona como sistema de control que permite la comunicación entre las partes del cuerpo y el mundo exterior. Su mal funcionamiento genera serios problemas.

Para un cerebro sano

1.- Dormir suficiente: Dormir menos de siete horas puede tener consecuencias más allá del cansancio. Mientras dormimos, el cerebro mantiene una actividad cíclica dentro de la cual ocurren las etapas de sueño profundo, en estas etapas se sintetiza lo que se ha aprendido y se almacena. Por ello dedicar suficiente tiempo a dormir permitirá tener mejor aprendizaje y memoria.

2.- Alimentación: Se recomienda comer alimentos ricos en ácidos grasos omega 3, como atún, salmón, almendras o semilla de chía, y además es importante el consumo de alimentos ricos en antioxidantes como frutas, en especial las rojas, verduras, especialmente los vegetales de hojas verdes como la espinaca, legumbres, las hierbas y especias, el café o té verde, huevo, palta y frutos secos.

También está comprobado que el consumo moderado de vino protege contra la pérdida de memoria y enfermedad de Alzheimer.

3.- Ejercicio: Hacer deporte mejora el ritmo cardiaco y, por tanto, la circulación de la sangre. Un cerebro bien irrigado mantiene en buen estado las conexiones entre las neuronas, y se ha demostrado que el ejercicio aeróbico aumenta la generación de nuevas células en las zonas del cerebro correspondientes a la memoria.

4.- Mente activa: Un buen método para ejercitar su mente es hacer puzzles, sudokus y similares juegos de lógica. También es útil aprender un idioma, ya que implica ejercitar la memoria, entender nuevas estructuras y sintetizar reglas gramaticales. Leer y escribir es una excelente gimnasia mental, al igual que aprender a tocar algún instrumento musical.

5.- Relajarse: Vivir bajo constante estrés afecta negativamente a la memoria, por lo tanto, es importante realizar actividades que liberen tensiones.

Conclusión

Para prevenir el deterioro del cerebro es necesario desarrollarlo mediante la estimulación, los nuevos desafíos y el aprendizaje, además, controlar la hipertensión, la diabetes, la obesidad y otras enfermedades relacionadas principalmente con el sistema cardiovascular.

El deterioro del paso del tiempo se puede contrarrestar con el aprendizaje permanente, porque hace que el cerebro desarrolle nuevas conexiones nerviosas.

El estrés crónico produce un efecto tóxico en las neuronas, a través de sustancias como el cortisol que afecta la atención, la concentración y la memoria; pero normalmente, lo que se va perdiendo es la memoria y la velocidad de procesamiento de la información.

Se puede intentar reducir el estrés aprendiendo a manejar mejor las situaciones cotidianas que no se pueden evitar y es la sabiduría de los años la que ayuda a ser más eficiente frente a las mismas situaciones.

Hacer cambios en la rutina ayuda a estimular el cerebro, ver una película y luego contarla detalladamente, hacer las cuentas de los gastos en el supermercado, mentalmente; tratar de usar la mano izquierda si uno es diestro; al finalizar el día tratar de recordar las actividades que desarrollamos e intentar ser más observador en cada experiencia.

Actualmente se observa un aumento del volumen cerebral en las personas activas físicamente, también tiene un efecto positivo ingerir pocas calorías y descansar bien; y es más estimulante la actividad social que leer, porque comunicarse con otra persona potencia el intelecto.

El cerebro sano requiere la búsqueda constante de lo nuevo, del desafío y del estímulo porque la mente siempre tiene lugar para aprender.

Existen trabajos que demuestran que realizar una caminata diaria de treinta minutos reduce el daño mental e incluso aumenta el volumen cerebral.

La dieta variada, saludable y con bajo valor calórico, con abundante ingesta de frutas y verduras, pocas grasas, lácteos descremados, cereales, legumbres y pescado; ayuda a mantener la agilidad y el peso equilibrado.

Dormir bien es una necesidad fisiológica que influye en la cognición; y los trastornos del sueño pueden aumentar el deterioro cognitivo.

Ser sociable es el mejor estímulo para un ser humano; ningún otro ser vivo depende tanto de este vínculo para su normal desarrollo, como nosotros.

La pérdida de entusiasmo por la vida es común en las personas mayores que han sufrido la pérdida de personas significativas.

Las personas que más sufren las pérdidas son las que eligen depender de alguien en particular, considerándolo la única razón para existir.

Tener vida propia y propósitos personales aumenta la autoestima, le da sentido a la vida y brinda la oportunidad de relacionarse y hacer amistades nuevas.

La consulta médica se hace necesaria cuando se registra un cambio que interfiere en el normal desenvolvimiento de la vida de la persona.

martes, 8 de octubre de 2013

Necrofilia

La necrofilia es una parafilia caracterizada por una atracción sexual hacia los cadáveres.
Aunque no está penado por las leyes ¿? sí hay delitos relacionados, como la profanación de tumbas, la profanación de cadáveres o la mutilación de los mismos. Dado que se trata de una parafilia, no existe un rubro legal que lo castigue. Pese a ello, es socialmente rechazado. Alrededor de todo el mundo, diversas leyes prohíben esta práctica sin que se tenga una ley específica para castigar las relaciones sexuales con cadáveres.

Se encuentra que la necrofilia consiste en hallar el máximo placer, cuando no el placer exclusivo, por medio de tocamientos y fogosidades con personas ya fallecidas. O sea, la necrofilia es la excitación sexual provocada por la contemplación, el contacto, la mutilación o la evocación mental de un cadáver.

De lo anterior se deriva que la necrofilia es "ocasional" cuando alguien con tendencias necrófilas coincide con un cadáver que le atrae y hace lo que puede con él. Es “sádico" cuando primero mata a la víctima para copular post-mortem con el cadáver. Si la víctima primero es asesinada y posteriormente violada, el acto en sí constituye un sadismo extremo, siendo el objeto sexual un fetiche. Si el cadáver es violado directamente eso implica que la patología es un trastorno profundo de la personalidad y frecuentemente de la percepción del mundo de parte del agresor, en quien es común que se aloje una psicosis o algún otro tipo de trastorno mental grave.

Los sujetos necrofílicos padecen una patología de la identificación de la imagen de la pareja sexual, que a menudo se acompaña de otros trastornos del comportamiento.
La necrofilia se ha manejado como una desviación sexual, perversión o parafilia y es en general un impulso compulsivo en el carácter y puede pasar desapercibido por la gente que rodea al individuo que padece este trastorno.

El primer caso de necrofilia del que se tiene conocimiento sucedió en 1801, cuando la policía francesa de la comunidad de Var, arrestó a Víctor Ardisson, posteriormente conocido como "El Vampiro de Muy". El joven de 29 años  violó varios cadáveres, en su mayoría mujeres, mientras trabajaba como sepulturero y empresario encargado de funerales.

Ardisson mutiló y decapitó los cuerpos de sus 'víctimas', incluso momificó y conservó la cabeza de una joven de 13 años, a quien llamaba 'su novia'. Tras su detención fue internado en un psiquiátrico donde permaneció el resto de su vida. Gracias a este caso se originó el término que parece ser del caso 24 de la obra escrita en 1886 por el psiquiatra y medico forense Richard von Krafft-Ebing Psychopathia Sexualis (Psicopatía del sexo). La Psychopathia sexualis es un tratado sexológico que marcó la percepción de la sexualidad en el mundo occidental desde su primera edición en 1886. Los casos constituyen un panorama de las manifestaciones sexuales consideradas anormales en aquella época, desde las relaciones homosexuales hasta la necrofilia, pasando por el masoquismo y el fetichismo.


La necrofilia proviene del griego 'nekros', cadáver o muerto, y de 'filia', amor o atracción, por lo que su significado se define como un comportamiento sexual que se caracteriza por la atracción sexual hacia los cadáveres.

Significado:
  • Atracción que siente una persona hacia la muerte y hacia todos los aspectos relacionados con ella, afición desmesurada a los muertos o cosas macabras.
  • Conducta sexual de la persona que tiene relaciones sexuales con cadáveres humanos o siente atracción hacia ellos; se considera una perversión o una desviación sexual.
  • Desviación sexual que impulsa a la elección de cadáveres como objeto sexual.
La necrofilia también ha sido motivo de algunos asesinos en serie como: Edward Theodore Gein, John Reginald G. Christie, Jeffrey Dhamer, Theodore Bundy. Richard Chase, Luis Alfredo Garavito, Winston Moseley. James Edward Glover y Jeannine Lynn “Charlie” Clark. Muchos otros asesinos han descrito una excitación sexual durante el asesinato.

La mayoría de los casos conocidos de necrofilia están relacionados con el culto a los vampiros y su relación con la muerte.


Existe en estas personas una tendencia a buscar empleos en los necrosomios o funerarias que les den una posición en que puedan practicar su parafilia sin demasiado riesgo a la exposición frente a la sociedad. Aunque presentan escaso interés en las personas vivas, existen aquellos que pueden llegar a tener relaciones con una si ésta permanece quieta, como si estuviera muerta, aunque esto es sólo una imitación de lo que realmente les proporciona una gratificación erótica.

Consideraciones de Erich Fromm

En la psicología social analítica de Erich Fromm, se explica el gusto por la violencia y la destrucción, el deseo de matar y la atracción por el suicidio y el sadismo. En un sentido no sexual, Fromm entendía la necrofilia no como la expresión de un instinto sexual derivado de la muerte, sino como la consecuencia de llevar una vida sin estar realmente vivo. Para Erich Fromm la necrofilia es lo opuesto a la biofilia, y es junto con la fijación simbiótica y el narcisismo, uno de los tres mayores males de la humanidad. Según Fromm, la carencia de amor en la sociedad occidental conduce a la necrofilia. El necrófilo vive mecánicamente, convierte los sentimientos, procesos y pensamientos en cosas. Tiende a querer controlar la vida, a hacerla de cierto modo predecible. Erich Fromm afirma que, puesto que la única seguridad de la vida es la muerte para el necrófilo, éste anhela la muerte, la adora. Para Fromm, la necrofilia se observa en el actual mundo occidental en las fachadas hechas de hormigón y acero, en el armamento moderno y la carrera nuclear, en la idolatría hacia la tecnología de las grandes máquinas (tecnofilia), la pérdida de recursos con el consumismo y el trato hacia las personas como cosas.

Para Fromm el ambiente familiar muy mortecino y necrófilo suele ser un factor que contribuye a la formación de la necrofilia por lo que presenta una hipótesis acerca de lo que pueden ser las raíces más tempranas de la necrofilia: el fenómeno del incesto, conocido por el concepto freudiano del complejo de Edipo. La intensidad particular de la atracción sexual que se advierte en algunos casos puede considerarse defensa contra una dependencia pasiva más infantil. En aquellas situaciones en que el lazo incestuoso con la madre no se resuelve aproximadamente por la época de la pubertad y dura toda la vida nos hallamos ante un fenómeno neurótico; el varón seguirá dependiente de la madre o de sus sustitutas, temeroso de las mujeres y más niño de lo que es bueno para cualquier adulto.

Este vínculo de tinte erótico y con frecuencia sexual, con la madre es lo que según tenía presente Freud cuando describió el complejo de Edipo. Este tipo de fijación incestuosa es muy frecuente, pero hay otro, mucho menos frecuente, que tiene aspectos muy diferentes y podría llamarse maligno. En la hipótesis de Fromm, es este tipo de fijación incestuosa el que está relacionado con la necrofilia, y de hecho puede considerársele una de sus raíces más tempranas. La persona que tiene esa tendencia incestuosa maligna intentará relacionarse con la gente mediante vínculos menos destructivos, como el dominio sádico sobre los demás o la satisfacción del narcisismo conquistando una admiración ilimitada. 

La superación de la necrofilia es el tercer rasgo de la salud mental. Consiste en liberarse del impulso morboso hacia la muerte, la destrucción, la decadencia o la ruina. En mi punto de vista muy particular la teoría de Fromm tiene muchos puntos débiles, refiero revisar el concepto de instinto de muerte de Freud.

lunes, 7 de octubre de 2013

Trastorno por Ansiedad de Separación

La Ansiedad de separación es un proceso habitual del desarrollo evolutivo “normal” del niño. Tiene carácter universal ya que se ha observado su presencia en las diferentes culturas humanas a partir de los 6 a 8 meses de edad. Hoy en día, esta ansiedad sigue acompañando a muchos niños en edad infantil de forma natural pero, en algunos casos, se manifiesta de forma muy intensa, persiste en el tiempo y supera lo que cabría esperarse por su período evolutivo. Es entonces cuando podemos sospechar la presencia del denominado TAS. Y es cuando  el trastorno de ansiedad por separación no es una etapa normal del desarrollo, sino un problema emocional grave caracterizado por una angustia extrema cuando un niño está lejos de sus padres.
Características del trastorno

El aspecto esencial del TAS es la ansiedad excesiva relacionada con la separación de las personas a las que está vinculado el niño (normalmente los padres y especialmente la madre) o con la separación del hogar o de otros familiares próximos.

La ansiedad de separación se caracteriza por los siguientes síntomas:
  • Signos de estrés al ser separado del sujeto motivo del apego (tal como un otro significativo, madre u hogar).
  • Preocupación persistente y excesiva acerca de perder al sujeto motivo del apego
  • Preocupación persistente y excesiva acerca de que algún evento implique la separación de un sujeto motivo de un apego importante
  • Temor excesivo a estar solo sin el sujeto motivo del apego
  • Renuencia o rechazo a dormir sin que esté cerca un sujeto motivo del apego
  • Pesadilla recurrente acerca de la separación
A menudo el trastorno por ansiedad de separación es un síntoma de una condición comórbida. Existen estudios que muestran que los niños y niñas que sufren del TAS tienen mayores probabilidades de tener Tdah, trastorno afectivo bipolar, trastorno de pánico y otros desórdenes luego en la vida.

El TAS suele darse asociado a la presencia de una fobia o rechazo escolar y en consecuencia, de un notable deterioro académico y social.

Se cuestiona la entidad nosológica de la fobia escolar y la interpretan como un síntoma más del TAS o de otras formas de ansiedad (ansiedad social) o de determinadas fobias específicas relacionadas con el contexto escolar. También hay que establecer una distinción con el Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG). En este último, la ansiedad suele ser general y estar vinculada a cualquier situación, ocurriendo independientemente de la separación de las figuras afectivas.

Aunque posiblemente los principales problemas asociados al TAS sean las de tipo escolar, este trastorno suele interferir también en su desarrollo normal y en las relaciones con sus iguales ya que estos niños suelen tener dificultades para participar en juegos, actividades, deportes, etc. cuando están fuera del hogar o sin el acompañamiento de los padres. El TAS suele cursar con un elevado malestar y perturbación en el niño que lo padece, siendo frecuentes los síntomas fóbicos, de ansiedad, quejas somáticas e incluso sintomatología depresiva.

La edad de comienzo más frecuente del TAS se ha situado en la niñez media, entre los 7 y 9 años de edad. Suele también aparecer, no obstante, durante la edad preescolar.
Es más frecuente durante la pre-adolescencia que en la adolescencia pero si aparece en esta última etapa su pronóstico es peor.
Criterios diagnósticos para el TAS 
1-
Malestar excesivo recurrente cuando ocurre o se anticipa una separación respecto del hogar o de las principales figuras de apego.
2-
Preocupación excesiva y persistente por la posible pérdida de las figuras de apego o a que éstas sufran un posible daño.
3-
Preocupación excesiva o persistente por la posibilidad de que un acontecimiento adverso dé lugar a la separación de una figura de apego importante (por ejemplo, extraviarse o ser secuestrado).
4-
Resistencia o negativa persistente a ir a la escuela o a cualquier otro sitio por miedo a la separación.
5-
Resistencia o miedo persistente y excesivo a estar en casa solo o sin las principales figuras de apego, o sin adultos significativos en otros lugares.
6-
Negativa o resistencia persistente a ir a dormir sin tener cerca una figura de apego importante o ir a dormir fuera de casa.
7-
Pesadillas recurrentes con temática de separación.
8-
Quejas continuas de síntomas físicos (cefaleas, dolores de estómago, vómitos) cuando ocurre o se anticipa la separación respecto a figuras importantes de apego.

-La duración del problema es por lo menos de 4 semanas
-El inicio tiene lugar antes de los 18 años.
-Debe especificarse si es de inicio temprano (antes de los 6 años).

Intervención y tratamiento

El tratamiento cognitivo-conductual de la ansiedad por separación se basa en enseñar al niño algunas habilidades fundamentales. Se enseña al niño a reconocer sentimientos ansiosos relativos a la separación, así como  a identificar sus reacciones físicas ante ellos. A reconocer sus pensamientos ante las situaciones de separación  y a desarrollar un plan para afrontar la situación. También se instruye al niño sobre cómo evaluar y valorar el éxito de sus estrategias positivas de afrontamiento. Además, se utilizan estrategias de comportamiento como: modelos, juegos de rol, técnicas de relajación y prácticas de refuerzo. Se le pide que hagan una lista de situaciones que puedan resultar un reto para ellos como pueden ser: asistir a una fiesta de cumpleaños sin sus padres o permanecer en casa con una “canguro” y se les enseña a aplicar sus habilidades gradualmente, siendo sus éxitos bien valorados por los terapeutas y por sus padres.

Recientes investigaciones han demostrado que la incorporación de los padres de una forma más activa en el tratamiento de los niños con trastornos de ansiedad puede ser muy útil en la reducción del comportamiento ansioso del niño y el mantenimiento y mejora de la efectividad del tratamiento. Constantemente se enseñan nuevas formas de interactuar con el niño, lo que da como resultado que los miedos no se refuerzan inadvertidamente. También se instruye a los padres sobre formas de valorar y dar refuerzo positivo a lo conseguido.

Estos tratamientos para el TAS normalmente incluyen programas conductuales dirigidos a incrementar la conducta independiente del niño, promoviendo actividades graduadas que suponen la separación de los padres (por ejemplo, asistencia al colegio, estar en casa de amigos, salir de excursión con sus compañeros, pasar la noche en casa de familiares, etc.). Para trazar adecuadamente el tratamiento deberemos analizar minuciosamente las circunstancias que preceden y siguen (consecuencias) a la ocurrencia de la ansiedad de separación. Sucede, en algunos casos, que estos episodios quedan reforzados por una actuación inadecuada de los padres u otras personas cercanas al niño. Es el caso del niño que tras manifestar ansiedad de separación recibe inmediatamente mucha atención especialmente por parte de la madre (sobreprotección). Si esta atención se da sólo en estas circunstancias puede reforzar secundariamente estos episodios.

El procedimiento de extinción se puede aplicar para eliminar ciertas consecuencias que refuerzan negativamente (evitación del colegio) o positivamente como es el caso anteriormente descrito donde el niño recibe mucha atención tras el episodio y puede conseguir ciertos privilegios (juguetes, jugar en horas de colegio, etc.). No obstante, la línea de intervención central debe ser, como se ha comentado, la exposición.

En niños, la mejor opción es la que contempla la exposición gradual (Desensibilización Sistemática), paso a paso, a partir del establecimiento de una jerarquía previa de situaciones generadoras de ansiedad. El niño se irá aproximando de forma progresiva de menor a mayor grado de ansiedad, no pasando a la etapa inmediatamente superior si no ha alcanzado adecuadamente la anterior. Igualmente se aconseja utilizar la exposición en vivo respecto a la imaginada.

Finalmente las orientaciones a los padres resultan fundamentales. Especialmente hay que ayudarles para que sepan reforzar los pequeños avances positivos. También puede ayudarles establecer pequeñas actividades de juego o relajación donde el niño puede ensayar técnicas sencillas para aprender a reducir su nivel de ansiedad.

Plus de Sugerencias: 
  • Informarse sobre el trastorno de ansiedad por separación
  • Escuchar y respetar los sentimientos del hijo
  • Hablar sobre el tema con el niño
  • Anticipar la dificultad de la separación
Para fomentar la separación sana y la independencia en los niños:
  • Mantener la calma durante la separación
  • Apoyar la participación del niño en las actividades
  • Ayudar a un niño que ha estado ausente de la escuela a regresar lo más rápidamente posible
  • Alabar los esfuerzos del niño.
Para que se sientan seguros y protegidos:
  • Proporcionar un patrón consistente para el día a día.
  • Establecer límites
  • Ofrecer opciones: Si el niño tiene otra opción o algún elemento de control sobre una actividad o interacción con un adulto, puede sentirse más seguro y cómodo.
Psiquiatras y psicólogos clinico infantiles podemos diagnosticar y tratar el trastorno de ansiedad por separación. Estos especialistas pueden tratar los síntomas físicos, identificar los pensamientos de ansiedad y ayudar al niño a desarrollar estrategias de afrontamiento y resolución de problemas.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Trastorno Bipolar y Sexualidad

La sexualidad es una fuente de placer y bienestar y permite una comunicación de sentimientos y sensaciones con la otra persona. Muchas personas con trastorno bipolar se quejan en la consulta de problemas en sus relaciones sexuales.
La bipolaridad una enfermedad mental con dos fases características: la maniática y la depresiva. En la primera se experimenta euforia e hiperactividad, que influyen en el aumento del deseo sexual; en la segunda, el deseo sexual disminuye. Por ello la vida sexual de quienes padecen este desorden puede ser complicada; además de afectar la libido puede provocar impotencia, anorgasmia y retraso en la eyaculación.

El deseo sexual va fluctuando en función de la fase de la enfermedad. Por un lado, durante la fase depresiva se produce una disminución del deseo sexual.

En las fases hipomaníacas y maníacas se produce un aumento del apetito sexual (hipersexualidad) que puede llevar a la persona a conductas que no le son propias como cometer infidelidades o cambiar sus gustos sexuales. En esta fase se pueden producir conductas sexuales de riesgo que pueden tener como consecuencias infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados. Las relaciones sexuales pueden disminuir de forma completa durante el último episodio o disminuir sucesivamente tras múltiples episodios.

En la fase de eutimia, la enfermedad no tiene por qué afectar a la sexualidad.

“Durante las fases maníacas se produce un aumento de la producción de una sustancia cerebral denominada dopamina que es el neurotransmisor de la motivación, el que nos impulsa a hacer cosas nuevas, y es también fundamental en la excitación sexual. La fase maníaca por tanto, aumenta la excitabilidad sexual, mientras que la depresión la disminuye”.

La promiscuidad e hipersexualidad que ocurren en las fases maníacas de un bipolar, afectan la vida social de éste; complican las relaciones de pareja, incluso las amistosas y familiares. Por otra parte, la disminución del impulso sexual durante las fases depresivas provoca baja autoestima y reducen la calidad de vida. "por mucho que se explique a los pacientes que se trata de un problema transitorio asociado a la fase depresiva o al tratamiento"

Por tanto, los problemas principales que una persona con trastorno bipolar puede tener son los cambios del deseo sexual en un sentido u otro, pero también "pueden darse retraso en la eyaculación, impotencia y anorgasmia. Por otro lado, y mirando hacia la esfera más psicológica y social de esta enfermedad, éstas también se ven claramente afectadas. "Muchas personas con trastorno bipolar tienen dificultades para mantener una pareja estable, a veces la falta de habilidades sociales o el aislamiento complica la posibilidad de tener una pareja estable y esto hace que tengan menos posibilidades de tener relaciones sexuales".

El aumento libido suele conllevar conductas promiscuas, y existe riesgo de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.

Existe un alto riesgo de suicidio con el trastorno bipolar y tanto en la fase maníaca como en la fase depresiva el paciente puede abusar del alcohol u otras sustancias, lo cual puede empeorar sus síntomas.

Los fármacos son un capítulo aparte, que también puede influir en las relaciones sexuales de pacientes con trastorno bipolar y otras enfermedades mentales. "En ocasiones, consumen psicofármacos que producen alteraciones en su actividad sexual, el problema puede ser que abandonen la medicación, con el consiguiente riesgo de recaídas"

Los fármacos son necesarios para controlar la bipolaridad y en ocasiones también afectan la vida sexual debido a sus efectos secundarios, como impotencia, anorgasmia, o retraso de la eyaculación; pero es posible evitar estas molestias cambiando el tratamiento que se dan sólo en ocasiones.

El trastorno bipolar es una patología común cuyos efectos deben ser tratados. La Psiquiatría ha avanzado mucho los últimos años para combatirla y es tratada desde una perspectiva multidisciplinaria, involucrando a psiquiatras, psicólogos, enfermeros, médicos de familia. Todos aquellos que lo sufren, deben saber que si han percibido cambios indeseados en su capacidad de disfrute de una vida sexual sana y plena, existen soluciones; el primer paso es comunicarlo a los responsables de su tratamiento.

La psicoeducación y la rehabilitación cognitiva son clave para tratar el transcurso de la enfermedad.