jueves, 1 de diciembre de 2016

Trastorno de Personalidad Antisocial

Es una afección de salud mental por la cual una persona tiene un patrón prolongado de manipulación, explotación o violación de los derechos de otros.

 DSM4-TR

A. Un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás que se presenta desde la edad de 15 años, como lo indican tres (o más) de los siguientes ítems:

1.- Fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal, como  lo indica el perpetrar repetidamente actos que son motivo de detención
2.- Deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros para  obtener un beneficio personal o por placer
3.- Impulsividad o incapacidad para planificar el futuro
4.- Irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones
5.- Despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás
6.- Irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un trabajo con constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas
7.- Falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación del haber dañado, maltratado o robado a otros.

B. El sujeto tiene al menos 18 años.
C. Existen pruebas de un trastorno disocial que comienza antes de la edad de 15 años.
D. El comportamiento antisocial no aparece exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia o un episodio maníaco.

DSM5

A. patrón dominante de inatención y vulneración de los derechos de los demás, que se produce desde los 15 años de edad, y que se manifiesta por tres (o más) de los hechos siguientes:

1. Incumplimiento de las normas  sociales respecto a los comportamientos legales, que se manifiestan por acusaciones repetidas que son motivo de detención.
2. Engaño, que se manifiesta por mentiras repetidas, utilización  de alias o estafas para provecho o placer personal.
3.  Impulsividad o fracaso para platear con antelación.
4.  Irritabilidad y agresividad, que se manifiesta por peleas o agresiones físicas repetidas.
5.  Desatención imprudente de la seguridad propia o de los demás.
6. Irresponsabilidad constante, que se manifiesta por la incapacidad repetida de mantener un comportamiento laboral coherente o cumplir con las obligaciones económicas.
7. Ausencia de remordimiento, que se manifiesta con indiferencia o racionalización del hecho de haber herido, maltratado o robado a alguien.

B. El individuo tiene como mínimo 18 años.
C.  Existen evidencias de la presencia de un trastorno de la conducta con inicio de los 15 años.
D. El comportamiento antisocial no se produce exclusivamente en el curso de la esquizofrenia o de un trastorno bipolar.

Si bien la sociopatía es más común entre los hombres que en las mujeres, no existen barreras de ninguna clase para padecerlo. Pero para ser diagnosticado, la persona debe tener al menos 18 años de edad, aunque por lo menos desde los 15 años ya puede presentar algunos síntomas para que el trastorno sea dictaminado con precisión.

Entre las características más comunes del TPA se encuentran la ausencia de empatía y remordimiento, también una visión de la autoestima distorsionada, una constante búsqueda de nuevas sensaciones (que pueden llegar a extremos insólitos), la deshumanización de la víctima o la falta de preocupación a las consecuencias. El egocentrismo, la megalomanía, la falta de responsabilidad, la extroversión, el exceso de hedonismo, altos niveles de impulsividad, o la motivación por experimentar sensaciones de control y poder también son muy comunes. Este tipo de trastorno no se relaciona con ataques de pánico o con esquizofrenia.3

Dentro de los síntomas comunes que pueden prevalecer en la conducta antisocial, se encuentra el síndrome de aislamiento. Este síndrome es también nombrado como huida o evitación, este síndrome es caracterizado por su peculiaridad de aislamiento, pero se manifiesta como una tendencia a evadir o evitar relaciones y/o contacto con las exigencias sociales; esta conducta consta de lo reservado y lo introvertido que puede ser un individuo dentro de la misma sociedad y quienes les rodean. Según los estudios realizados, estos individuos sufren la crítica, el rechazo, o desprecio de la sociedad, por tanto por medio de esa incomodidad utilizan un método de defensa para evitar esas dificultades, precisamente enfrentan problemas para las relaciones interpersonales. Como es descrito en estos estudios de la conducta, estos individuos enfrentan una lucha constante para salir de sí mismos y expandirse a las relaciones sociales. Esta conducta no solamente se caracteriza de una negación total a las relaciones interpersonales de los individuos, sino que por su constante lucha de salir de sí mismos, ellos realmente tienen un deseo de poder lograr dichas relaciones, estas relaciones solo se dan con personas con las que ellos sientan empatía. Esta lucha entre el deseo y el temor ocasionan en estos individuos una frustración hasta sentirse fracasados. Por tanto, esta frustración puede traer consigo el refugio en la fantasía como la introversión. 

Tratamiento

El trastorno de personalidad antisocial se considera uno de los más difíciles de tratar, ya que las personas con esta afección rara vez buscan tratamiento por su cuenta y existen pocos estudios controlados acerca de la eficacia de las intervenciones con estos pacientes. En general, se recomiendan las intervenciones cognitivo-conductuales, así como evitar el uso excesivo de fármacos, debido a los problemas de abuso de sustancias que habitualmente presentan estos pacientes.

Es imprescindible que exista un estímulo externo lo suficientemente fuerte o importante que les ayude a aceptar dicha condición. Esto puede venir de la propia familia o incluso de la justicia, que le ordene tomar tratamiento. 

En terapia, el manejo de estos casos exige que se le plantee al paciente no solo lo que se pretende conseguir y cómo hacerlo, sino especialmente hacerle consciente de la necesidad de cambio y las ventajas y desventajas que éste le supondría en su vida. Es frecuente la aplicación de terapia cognitiva (concretamente la terapia cognitiva breve con orientación dialéctica, basada en la terapia dialéctica de Linehan), en las que se emplean sesiones de entrenamiento en las cuales se tratan habilidades de consciencia, de efectividad interpersonal, de regulación emocional y de tolerancia a la frustración. Otros elementos útiles pasan por hacer narrar al paciente su historia vital, pues esto puede ayudar en gran medida a ayudarle a observar los sucesos que le han acontecido de forma distinta y a reflexionar sobre su vida. El trabajo en la capacidad de empatía, si bien complicado para este tipo de pacientes, puede ser incrementado mediante ejercicios como la inversión de roles. También resulta de ayuda la psicoeducación al entorno cercano del sujeto, de cara a ayudar a establecer límites en el comportamiento y de tener mayor capacidad de afrontamiento de la situación.

No es extraño que este trastorno se agrave debido al consumo de drogas, algo relativamente habitual en estos individuos. Por este motivo en muchas ocasiones la terapia debe abordar ambos problemas. La terapia grupal puede ser clave para hacer entender a la persona que puede interactuar con los demás sin necesidad de violencia o desprecio. La terapia de cognitivo-conductual ayuda a modificar los patrones disfuncionales de pensamiento y a estimular los comportamientos positivos en sociedad.

En psiquiatría se utilizan medicamentos para combatir síntomas específicos, como la agresividad y la irritabilidad. Los fármacos antidepresivos (ISRS) y “antipsicóticos” han demostrado tener éxito en el tratamiento de este trastorno. Si bien se presupone que el TPA es una enfermedad crónica, algunos síntomas -especialmente el comportamiento criminal- pueden ir disminuyendo poco a poco con el paso del tiempo y un tratamiento adecuado. Coordinación entre los diferentes agentes implicados en el tratamiento.

Expectativas (pronóstico)

Los síntomas tienden a alcanzar su punto máximo durante los últimos años de la adolescencia y comienzos de los 20. Algunas veces mejoran por sí solos cuando la persona llega a los 40 años.

Complicaciones

Entre las complicaciones se pueden mencionar encarcelamiento, drogadicción, violencia y suicidio.

Solicite una cita con un profesional en salud mental si:
  • Tiene síntomas del trastorno de personalidad antisocial
  • Su hijo muestra comportamientos de este trastorno

jueves, 24 de noviembre de 2016

Tips para Superar un Divorcio

Superar el divorcio es difícil más no imposible. Conoce algunos consejos que te pueden servir para recuperarte después del divorcio e iniciar una nueva vida en la que obtengas el bienestar y la felicidad que tú deseas.
"Cuando se decide un divorcio, en la mayoría de los casos el rompimiento se dio dentro del matrimonio y desde tiempo atrás. Así que la vida te pone en una situación inmejorable para hacer nuevas cosas y mejorar como persona, como pareja, como madre o padre. Es una cuestión de decisión personal y no por el destino o la mala suerte".
  • El divorcio es un duelo. Como tal, debemos considerar que pasaremos por diferentes etapas que van desde la negación (shock) el enojo, la fantasía (ideacion/caos emocional), la aceptación del rompimiento y por ultimo la recuperacion, Si entendemos que se vivirá este proceso de duelo, podemos ser capaces de llegar en menor tiempo a la etapa final (la aceptación) de una manera más saludable. Recordemos que el duelo es una cuestión personal, e incluye el perdón de los errores cometidos por uno mismo y también los de la otra persona. Vive tu duelo. Toma conciencia de tus emociones (rabia, culpa, tristeza, soledad, etc.) y permítete sentirlas. La única manera de liberarlas es reconocerlas, aceptar que las estás sintiendo y dejarlas ir.
  • Reconocer que todo final tiene un sentido: Todo final, aún aquél que supone terminar con un estado de cosas insostenible, origina sentimientos de pérdida y muerte de algún aspecto de la propia identidad. Es importante hacerlos consciente para evitar la vulnerabilidad que la tristeza desencadena a la hora de enfrentar cambios. “Reconoce que, independientemente de si querías divorciarte o no, estás viviendo toda una serie de cambios y pérdidas, que te provocan diferentes emociones negativas y afectan toda tu vida”.
  • Aprende a perdonarte. Te permitirá encontrar tu propia paz. Perdónate a mismo y a tu pareja, debido a que existen muchas cosas que son y no consecuencias de tus actos. El perdón es un regalo para ti mismo.
  • Mantén una relación respetuosa. Nunca es tarde para mejorar la comunicación. Las recomendaciones prácticas son: comuniquen lo necesario, previo acuerdo del tema a tratar, mantengan una actitud asertiva, lleguen a pactos con fechas y lugares a cumplir, eviten sacar a la luz reclamos y acciones pasadas y, sobre todo, sean respetuosos el uno del otro. De no ser posible, intenten que una persona en la que confíen mutuamente los acompañe para que sirva de observador y moderador de la plática: debe ser neutro en la situación de divorcio y con la expectativa de mejorar la relación entre ambos.
  • Date el tiempo que necesites para recuperarte. El progreso puede ser lento, con avances y retrocesos, pero constante. No importa el tamaño de los pasos que des, sobre todo en un principio, siempre y cuando te mantengas en movimiento, pero hacia la meta adecuada: tú recuperación.
  • Inicia nuevos proyectos. Es común que, durante el proceso de divorcio, creamos que no somos capaces de continuar con nuestra vida, pero en realidad sucede lo contrario. Inicia nuevos proyectos, sigue con los que tenías, cambia tus rutinas para adecuarlas a la nueva situación y, lo más importante, evita voltear a ver qué está haciendo o dejando de hacer el otro. Esto incluye una nueva relación en su momento. Regálate nuevas oportunidades de éxito y de fracaso.
  • No hacerte la víctima. En vez de sentir odio y rencor y en vez de culpar a tu pareja por todo lo que te esté pasando, encuentra la manera de ser feliz y de mejorar todo lo que no te gusta de la vida. “Piensa en algo positivo que va a resultar de lo que está sucediendo. Todas las mañanas al despertar y por las noches, antes de dormir, reconoce en voz alta algo positivo de tu vida en estos momentos”.
  • Darle a la ex pareja la oportunidad de expresar sus sentimientos. No se puede dar al otro todo lo que el otro seguramente va a pedir, pero se puede estar ahí para actuar como una caja de resonancia que alivie su sensación de abandono.
  • Eliminar de nuestro vocabulario las palabras "nunca", "siempre", "todo" y "nada". Nuestro cerebro responde a todos nuestros pensamientos de la misma manera y si estos son exagerados o extremistas, nuestras emociones también lo son.
  • Busca nuevas actividades y relaciones que sean parte de tu nueva identidad. Para construir una nueva vida, en donde puede ser feliz.
  • Lo más importante de todo: los hijos. No son de tu propiedad, pero son un compromiso de por vida. Sigue cumpliendo con tus deberes y obligaciones, lo más sano es que lleguen a un acuerdo. Si éste no se cumple, un juez se encargará de definir las obligaciones de cada una de las partes. Recuerda que los menores no tienen ninguna culpa de los problemas de los adultos: tras una ruptura debes mejorar la calidad del tiempo que pasas con tus hijos y adaptarte a sus diferentes etapas de desarrollo. Evita hablar mal de tu ex, esto se llama 'alienación' y es un tipo de maltrato infantil. Habla con ellos de la situación y los términos que se acordaron. De acuerdo con su edad, ellos tienen derecho a saber qué pasa en su entorno.
  • No te involucres con una nueva pareja hasta que realmente estés recuperado, hayas sanado tus heridas y trabajado tus emociones. Puede ser muy tentador buscar una nueva relación que te haga sentir bien, querido, necesitado y respetado. No es recomendable, date tu tiempo porque si no hay una buena elaboración personal de todo lo que implica el divorcio y no aprendemos de lo que sucedió, pronto podemos tener los mismos problemas o similares.
  • Elegir siempre una salida exitosa. Si estas convencido que estás dando por finalizado algo que tiene que terminar, hazlo de la mejor forma posible. Déjalo ir, no te aferres, instálate en el mejor clima para trabajar sobre  estos posibles acuerdos dentro del desacuerdo.
  • Cerrar el círculo armoniosamente. Es posible y deseable negociar el final de una relación de pareja sin dejar una huella de destrucción. Se trata de escuchar y entender los sentimientos de pérdida de la otra persona y de facilitar un nuevo comienzo para ambos, una continuidad saludable de la propia historia familiar.
  • Divorcio por infidelidad. Es una de las causas que conducen más frecuente al divorcio, y es probablemente la circunstancia más dañina que pueda aparecer en un matrimonio y que pueden aumentar los síntomas y en algunos casos llevar más tiempo para la recuperación. Sigue por favor los mismos pasos ya mencionados. No hay que confundir perdonar con ignorar o evadir. La infidelidad es muy destructiva, porque los vínculos de confianza se han roto. Pero después de años de trabajar con parejas que han experimentado engaños, yo puedo sostener que es posible poner el matrimonio en marcha de nuevo y redescubrir la confianza, el cuidado, la amistad y la pasión. Depende de la elección de la persona dañada. “La traición está en el ojo de quien la ve”.
  • La vida no termina. Mantener una actitud positiva es fundamental para evolucionar a una mejor calidad de vida personal, familiar y social.
  • Re-encuéntrate a ti misma. Es muy importante que seas sincera contigo misma, como persona responsable de tus emociones y de tu propia felicidad. Si en algún momento sientes que no puedes lidiar con la situación, existen muchas alternativas con las cuales te puedes apoyar, desde la intervención en terapia psicológica. 
El final no es la firma ante el juez, es el momento en el que logras tu recuperación física y emocional. Superar la ruptura es cuestión de tiempo y amor propio

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martes, 15 de noviembre de 2016

Perfil Psicológico del Psicópata

¿Alguna vez te has preguntado si conoces a algún psicópata? Probablemente que tu respuesta sea: “Sólo por la televisión.” Y lo más seguro además es que estés equivocado. Un psicópata no tiene por qué presentar siempre este tipo de imagen que nos proporciona el cine o la literatura, no necesariamente tiene que ser un asesino despiadado, ni tiene que presentar conductas violentas de manera continua. Por el contrario, puede mostrar una conducta seductora y encantadora si fuese útil para su objetivo. Y en un grado extremo son personas capaces de actos delictivos y graves agresiones sin que muestren un sentimiento de culpa.
Descubre cómo identificar a los afectados por esta patología y si existe un tratamiento efectivo
Estos podrían ser algunos síntomas y rasgos típicos del perfil de un psicópata:
  • Muestra impasividad, e incluso frialdad, y falta de empatía con los sentimientos de los otros.
  • Manipulador, con cierto encanto personal, capaz de conseguir lo que quiera de los demás.
  • En su grado extremo se muestra eminentemente transgresor de las normas sociales de convivencia, caracterizado por su conducta criminal y su crueldad.
  • Falta de culpa y de remordimiento en aquello que hace, a sabiendas del daño que pueda estar causando.
  • Tienen una capacidad de juicio claro, distinguiendo entre el bien y el mal, con una inteligencia normal e incluso a veces superior a la media.
  • Con incapacidad para formar relaciones personales o sociales sanas, estables y duraderas.
  • Ausencia de alucinaciones o delirios, o de estado de irritabilidad o ansiedad que puedan conducir su comportamiento.
  • Pensamiento y conducta guiados por el raciocinio y el pragmatismo, con un escaso papel otorgado a los sentimientos, imbuido de lo que algunos autores han denominado narcisismo social.
  • No suelen sentir miedo ni responden temor al castigo de sus actos.
  • No tienen en consideración la opinión de los demás, y no sufren tensión por la desaprobación social por sus actos.
  • Son personas aparentemente controladas, que tratan de llevar una vida normal, ocultando sus verdaderas tensiones e intenciones.
  • Son personas que no huyen de las situaciones de estrés y de riesgo, sino que lo buscan, por ejemplo practicando deportes extremos como forma de liberar sus tensiones internas.
  • En algunos casos pueden mostrarse irritables e irascibles, pudiendo desencadenarse una situación de violencia física o verbal sin que haya motivo aparente para ello.
  • Los psicópatas son personas que, además, suelen mostrar conductas adictivas, ya sea en el ámbito comportamental como en el caso de la cleptomanía o del consumo de sustancias ilegales.
  • Los psicópatas no tienen las emociones básicas tales como el amor, la calidez, cercanía genuina o incluso la responsabilidad
Nota: Es importante aclarar que, a diferencia de otros trastornos y características psicológicas, no existe un comportamiento único definido en una persona a partir del cual se pueda distinguir de forma inequívoca a un psicópata de una persona normal.  

El perfil psicológico de un psicópata se caracteriza por un déficit en el control de impulsos, ausencia de sentimientos de culpa o vergüenza y problemas de adaptación a las normas sociales y morales.

La característica principal de estas personas es que tienen anestesia afectiva y como rasgos básicos: un desorden de la personalidad, una condición crónica, persistente y ego-sintónica (no hay conciencia de enfermedad). Los individuos psicopáticos o psicópatas aceptan su modo de ser como natural y apropiado. El psicópata no es psicótico ni neurótico. Por ejemplo, sabemos poco, en términos de éxito terapéutico, de la importancia de trabajar con psicópatas «neuróticos» o secundarios, en lugar de los psicópatas «puros» o primarios.

Las personas con trastorno psicopático, o psicópatas, suelen estar caracterizadas por tener un marcado comportamiento antisocial, una empatía y remordimientos reducidos, y un carácter desinhibido. Este carácter psicopático puede hallarse en diferentes dimensiones de la personalidad, en diferentes combinaciones en el conjunto de la población. La definición exacta de la psicopatía ha ido variando sustancialmente a lo largo de los años y sigue siendo una materia bajo investigación. Algunas definiciones que continúan siendo usadas en la actualidad son parcialmente complementarias y a veces son contradictorias.

Los psicópatas tienden a crear códigos propios de comportamiento, por lo cual sólo sienten culpa al infringir sus propios reglamentos y no los códigos sociales comunes. Suelen tener un amplio repertorio de conductas, activando unas u otras, dependiendo del entorno en el que se encuentren, tienen conocimiento de los usos sociales, por lo que su comportamiento es adaptativo y pasa inadvertido para la mayoría de las personas. Afín a todo lo antedicho es la personalidad sádico narcisista.

Psicopatía no es sinónimo de criminalidad, pero sí aumenta las probabilidades de transgresión de reglas y leyes sociales, debido a sus características de insensibilidad, impulsividad, falta de inhibición comportamental, egocentrismo, irresponsabilidad y falta de culpa o remordimientos. Los psicópatas no son asesinos (algunos pueden ser perfectos asesinos), tienen otras formas más sutiles de hacer daño,  son personas que viven en el mundo, principalmente en las esferas de la política y los negocios. Lo más peligroso de los psicópatas es que no les importa hacer sufrir a los otros con tal de lograr sus objetivos,  son “depredadores sociales”, ya que son capaces de adoptar cualquier conducta o realizar cualquier cosa con tal de lograr sus objetivos.

No existe evidencia real sobre las posibles causas como el trastorno de personalidad antisocial o limite, episodio maníaco, trastorno narcisista, más allá de un Dx diferencial.  Sin embargo, se cree que factores genéticos y ambientales, como el maltrato infantil o el abuso infantil contribuyen a su desarrollo. Las personas de padres antisociales o alcohólicos corren mayor riesgo. Las personas que tienen por costumbre maltratar a los animales durante la infancia suelen estar ligadas al desarrollo de la personalidad antisocial.

Tratamiento

Algunas consideraciones…

Estas personas no suelen concurrir al tratamiento por voluntad propia, sí los familiares o personas del entorno que lo padecen y que son los que pueden lograr beneficiarse, solicitando ayuda terapéutica. Uno de sus rasgos característicos es que suele conocer bien cómo manipular a los demás, y conseguir de estos lo que quiera, por ello el psicópata requiere de entrenamiento en el ámbito afectivo, en donde aprenda a ponerse en la situación del otro, para que entienda lo que siente, desarrollando así habilidades emocionales y de empatía; igualmente se les entrena para establecer y mantener relaciones sociales sanas y duraderas.

Este entrenamiento consiste en que la persona realice diversos ejercicios de role-play, donde va adoptando distintos papeles sociales, para que vaya teniendo experiencias positivas sobre otras formas de relacionarse, lo que le ayudará en un futuro a tener más opciones para conseguir un comportamiento adaptado a los estándares sociales. Igualmente las técnicas de relajación y visualización positiva les ayudan a controlar la tensión interna que les guía hacia la búsqueda de la satisfacción de sus impulsos más inmediatos.

Con respecto a la conducta inadecuada, lo más difícil es que dejen de vulnerar las leyes, ya que los psicópatas son plenamente conscientes de cuándo transgreden las normas sociales, y a pesar de ello lo hacen, tratando eso sí, de que no les cojan, dando la mayor apariencia de normalidad para disimular el delito; es por ello que es tan difícil detectarlo, y los beneficios que le proporciona hacen que sea casi imposible cambiarle.

En realidad, ha habido poco interés en desarrollar programas de tratamiento para las personas diagnosticadas de psicopatías o de Trastorno Antisocial de la Personalidad, en parte por la creencia compartida de que se trata de personas “incurables” o no tratables.

A nivel farmacológico, a pesar de los intentos por descubrir un tratamiento adecuado para la psicopatía, no existe un medicamento específico para ello, ya que no padece delirios, alucinaciones, ni estados de ansiedad o agresividad que lo motiven, por lo que no se pueden combatir síntomas, ó si existen algunos que pueden tratar los síntomas asociados. Por ejemplo, es posible que los antidepresivos, los antipsicóticos y los estabilizadores del ánimo puedan ayudar a manejar la irritabilidad, la agresión y la impulsividad asociada con el trastorno. Mientras más se conoce del sustrato neurológico de la psicopatía, los prospectos para una farmacoterapia eficaz mejoran. Suele pasar que la privación de libertad la forma en que la sociedad ha resuelto este problema social en los casos más graves; es decir, al sacar al psicópata de las calles, evita que haga daño a nadie más, aunque la realidad nos dice que casi nunca se produce su reinserción. Ver el tratamiento penitenciario actual.

Una de las mayores dificultades para conseguir alcanzar unas metas satisfactorias en este tratamiento es la falta de implicación de la persona psicópata, ya que se trata de un comportamiento voluntario y consciente, y que le suele reportar beneficios, ya sea de autocomplacencia o sociales, por lo que difícilmente querrá cambiar y seguir el tratamiento para la psicopatía, siendo éste más eficaz si se empieza a edades tempranas.

Los psicoterapeutas deberíamos de ajustar las estrategias de intervención de acuerdo con el nivel de preparación (disposición) del delincuente. Un adecuado entrenamiento de nosotros los profesionales, la supervisión y apoyo facilitará que sepamos lidiar con aquellos comportamientos disruptivos de los psicópatas que interfieren con el tratamiento. Su resocialización es algo difícil, aunque se están empezando a poner en práctica ciertos programas que muestran algo de eficacia en la reducción de la reincidencia. Estos programas se aplican en centros específicos, con un entorno muy estructurado y especializado. Un progreso real en el desarrollo de la personalidad, una maduración significativa en la esfera afectiva, cognitiva y conductual del sujeto. La mera instrucción no es educación, y con los psicópatas esto puede constituir un error de consecuencias fatales.

Fuentes:
Antisocial Personality Disorder: A Practicioner´s Guide to Comparative Treatment.
WedConsultas.
Diagnostic Statistic Manual of Mental Disorders – V
Treatment of psychopathy: A review of empirical fidings.
http://www.psicothema.com/PDF/3489.pdf tratamiento del psicópata

sábado, 5 de noviembre de 2016

Los Limites del Silencio: Abusos en el Diván

Se entiende que la relación médico-paciente es, por definición, una relación fiduciaria. Esto significa que el paciente, en estado de necesidad y para ser ayudado, entrega su confianza al profesional. Este tiene entonces la obligación de responder a tal donación con corrección técnica y ética, evitando abusar del poder que en él ha sido delegado.
En los últimos años, en el ámbito de la psicología clínica se está produciendo un notable aumento de la conciencia pública respecto a los derechos de los usuarios, exigiéndose cada vez más una práctica profesional de calidad en la que confluya un comportamiento ético y una actuación eficiente. Sin embargo, no se ha producido un desarrollo paralelo de normas y directrices que orienten a los psicólogos en su práctica profesional y tampoco en los actuales planes de estudio de la licenciatura de Psicología se han abordado estos temas con la suficiente profundidad.

Ante el psiquiatra/psicólogo clínico, la paciente solo debería desnudar su mente... Pero las recientes denuncias han desvelado casos de abusos de poder y mala praxis.

“la transgresión es fugaz: tan pronto como se realiza, expira y nos enfrenta con una frontera vedada y destruida”

Freud decía que los psicoterapeutas son como químicos que trabajan con sustancias altamente inflamables Ese material explosivo es la psique de la persona con fragilidad emocional que llega pidiendo ayuda a una consulta. "El paciente convierte a su terapeuta en una figura de autoridad y conocimiento -dice mi colega Mariela Michelena y se coloca a sí mismo en una posición infantil y regresiva. Por ello, cualquier abuso por parte del terapeuta se puede considerar al nivel de la pederastia, ya que no es una relación entre adultos, sino jerárquica. Constituye un auténtico abuso de poder".

La comparación entre pederastia y violación de los límites en la relación entre terapeuta y paciente no es exagerada.

Algunos psiquiatras dicen que "los casos de transgresión relacionados con conductas eróticas suceden, pero no son abundantes".  Asegura que el que un paciente acuse a su psicoterapeuta ocurre en todas las sociedades psicoanalíticas del mundo.

Los límites en psicoterapia incluyen varias áreas críticas, que el profesional debe constantemente vigilar: Roles, horarios, lugar del tratamiento, honorarios, recepción de regalos y solicitud de servicios, vestuario, lenguaje verbal y no verbal, revelaciones personales del terapeuta y contacto físico.

Breves ejemplos de transgresión en terapia:
  • Erosión gradual de la neutralidad terapéutica.
  • Violación de límites "entre la silla y la puerta".
  • Socialización de la terapia.
  • El paciente es tratado como "especial".
  • Revelación de información confidencial acerca de otros pacientes.
  • Contacto físico (tocar, abrazar, besar).
  • El terapeuta asume control sobre el paciente.
  • Contactos extra terapéuticos.
  • Sesiones terapéuticas prolongadas.
  • Sesiones terapéuticas programadas al final del día.
  • El terapeuta libera al paciente del pago de honorarios.
  • Citas.
  • Relación sexual.
Las estadísticas actuales (según una encuesta que realiza la revista Medscape sobre ética (Medscape Ethics Survey) nos dice que: La mayoría de los médicos, el 68%, se posicionaron totalmente en contra de mantener una relación con un paciente actual, catalogándolo como una práctica sin ética, y muchos se opusieron a las relaciones íntimas de un médico con su ex-paciente sin importar cuánto tiempo haya pasado, una postura que refleja la opinión de un servidor y de la mayoría de las sociedades de especialidades. Y sin embargo, la encuesta revela que el número de médicos que piensa lo contrario está en aumento, ya que en la misma encuesta, realizada en 2010, el número de médicos en contra ascendía a 83%. Mientras que sólo el 1% de los médicos, en ambas encuestas, cree que mantener relaciones sexuales con un paciente es algo permisible, sólo el 12% de los participantes en la encuesta de 2010 le parecía correcto salir con un paciente actual; en la encuesta más reciente, hasta un 22% de los participantes cree que este tema ya no es tabú.

Y es que en el ámbito del diván se puede colar el deseo sexual en ambos sentidos. Según los estudios de López Gómez, no es raro que el paciente manifieste deseos o fantasías eróticas durante una terapia. La película de David Cronenberg 'Un método peligroso' tiene como protagonista a Carl Jung, discípulo de Freud. El psicoanalista practica su primera terapia a una mujer, Sabina Spielrein, internada en su hospital por desequilibrios psíquicos, en 1904. Spielrein, que se acaba convirtiendo, a su vez, en psicoanalista, no es solo su paciente sino también su amante.

La observación de estas incursiones eróticas, de hecho, llevó a Freud a describir los conceptos de transferencia y contratransferencia [la transferencia es el traslado a la situación presente de afectos u hostilidades que corresponden a vivencias del pasado, con lo que la persona revive, en sus vínculos nuevos, sus antiguos sentimientos o deseos infantiles reprimidos. Mientras la contratransferencia es el conjunto de las reacciones inconscientes del analista frente a su paciente].

No hay duda es de que la psicosexualidad está presente en cualquier consulta porque suele ser una de las mayores fuentes de angustia para los pacientes. No obstante, como advierte López Gómez esta atención es siempre desde la palabra y "no pone en peligro los límites de la relación terapeuta-paciente". Como decía el sonado Psiquiatra sevillano acusado de veintiséis mujeres y 2 hombres que denuncian agresiones y abusos sexuales “¿El sexo es más fuente de placer, estrés o de melancolía? “Permite vivir, sobrevivir y pervivir. La humanidad existe gracias al sexo. De no ser por el sexo esta entrevista no se habría celebrado”. A continuación, negó que hubiera recetado sexo como medicina.

En un tratamiento todo pasa por la palabra,  no existe ninguna psicoterapia que permita tocar a los pacientes. Eso sería un aprovechamiento perverso de la situación de poder. Y lo mismo sucede en otros enfoques. La mayoría de los psiquiatras o colegas míos crean una distancia física necesaria para la profesionalidad y la escucha. Como también no se niegan la existencia de esos oscuros pseudo-profesionista aplicando mala praxis.

En efecto, todo profesional de la salud mental sabe o supone que una vez que haya un "amor" contacto más allá entre un médico/psicoterapeuta y una paciente, a partir de ese momento, tiene que dejar de ser su psiquiatra o psicólogo. Sera esta una relación afectivamente saludable y consiente? Más allá de los riesgos psíquicos y legales que con lleva si se continua con el tratamiento.

Se debe entender y llevar acabo que la relación es terapéutica y esta es una relación profesional, no una relación de amistad. Dicho de otra manera, es la relación entre un profesional de la Salud Mental y una persona que, en un momento dado de su vida, busca ayuda, para solucionar un problema en concreto, un conflicto familiar o, únicamente, aumentar su bienestar emocional.

Por tanto, delimitar correctamente el rol del terapeuta y el del paciente a lo largo de la relación terapéutica, permitirá eliminar futuros problemas y malentendidos. Por tanto, y en todo momento, aun habiendo finalizado la terapia, nuestro rol siempre será el mismo, el de profesional centrado en el trabajo y la cooperación, nunca el de amigo, amante, pareja ni familiar. Como psicólogos profesionales debemos actuar de forma que seamos percibidos por los pacientes como fiables, de confianza y consistentes. 

La actividad sexual con un paciente actual o con un ex paciente es antiética. También se considera antiético el establecimiento de relaciones románticas y sexuales entre el médico y los familiares de sus pacientes, habitualmente con sus padres o cónyuges. Estas relaciones interfieren o interrumpen el tratamiento, traicionan y hacen perder la confianza del paciente, crean problemas con el respeto a la confidencialidad y han mostrado traer muy negativas consecuencias para el profesional, el paciente y la familia.

El rol del terapeuta incluye los aspectos estructurales de la terapia además del contenido, y es responsabilidad del psiquiatra/psicólogo clínico mantener la distancia profesional en la relación. Es inevitable que el paciente resienta los límites impuestos y precisamente, las conductas y emociones que revelan esa protesta son un contenido de análisis importante en las terapias dinámicas. Pero la transgresión es sólo responsabilidad culpable del terapeuta.

Se sugiere revisar la guía ética profesional del psicólogo clínico.

Nuestra finalidad es “curar cuando se puede, aliviar casi siempre, un campo complejo, una ética común”.

sábado, 22 de octubre de 2016

Programas de Intervencion Psicologica en Pacientes con VIH/SIDA

En los últimos años se han producido grandes avances en el campo de la terapia antirretroviral. La consecuencia ha sido una reducción en la progresión de la enfermedad, una mejoría en la calidad de vida de los pacientes y una disminución del número de infecciones oportunistas, así como de internaciones de los pacientes con VIH. Es fundamental e imprescindible para el abordaje integral de esta patología que el psicólogo esté dispuesto a revisar el posicionamiento clásico y ortodoxo en la atención clínica.
La ayuda psicológica es esencial para que una persona afectada por el VIH/SIDA y su familia pueda afrontar la enfermedad. La consulta y las sesiones con un terapeuta profesional se revelan como una herramienta fundamental en el tratamiento de la enfermedad.

De igual manera que ocurre con otras enfermedades crónicas y/o mortales, en las personas afectadas por el virus del VIH-SIDA se da una serie de factores de diversa índole que toda intervención psicológica debe atender de manera inexcusable. Pero, además de los efectos psicológicos inherentes a una enfermedad caracterizada por su fuerte componente amenazante para la vida del individuo, nos encontramos también con los efectos negativos propios del estigma social y del rechazo que, lamentablemente, aún siguen persistiendo en nuestra sociedad frente a esta dolencia. Por tanto, la intervención psicológica debe contemplar y atender a un conjunto amplio y diverso de problemáticas, relacionadas directa o indirectamente con el virus del VIH-SIDA.

Los problemas objeto de intervención abarcan tanto la atención de trastornos de la ansiedad y/o del estado del ánimo, que se pudieran dar tras el diagnóstico de la enfermedad, pasando por el acompañamiento a lo largo de todo el desarrollo de la enfermedad, o fallecimiento de la persona, si el pronóstico y evolución resultan negativos; así como el afrontamiento e integración en el mundo sociolaboral, si la enfermedad así lo permite.

Diagnóstico de la enfermedad

Tras el diagnóstico de la enfermedad, el individuo y la familia comienzan un proceso de asimilación y afrontamiento psicológico que, dependiendo de los recursos personales y sociales, pueden derivar en problemas y/o trastornos más o menos agudos y graves: trastornos depresivos o de ansiedad, con ideas o no de suicidio, trastornos adaptativos, trastornos de identidad, síntomas de auto rechazo, culpabilidad, disminución de la autoestima, alteraciones en las relaciones sexo-afectivas, etc. También se pueden producir dificultades socio-laborales, debidas a los problemas de salud, tales como discriminación en el ámbito del trabajo, tendencia al aislamiento social (reduciendo así los contactos con la red social y familiar), etc.

El VIH arrebata al enfermo su autonomía psicológica, el control de sus decisiones; debilita su vida mental, su identidad y su autoestima. El VIH afecta al sistema nervioso en diversas formas y desde el inicio, manifestándose en alteraciones de atención, memoria, función ejecutiva y en casos de fases avanzadas de SIDA, cuadros complejos de demencia.

Existen varios tipos de terapia. La elección de asesoramiento está basada en las necesidades individuales, historial y síntomas. Las intervenciones psicológicas en relación al VIH tienen diversas metas, procedimientos, enfoques, tiempos y espacios. Las hay de inicio, de emergencia, de seguimiento, de educación e información, de evaluación y de rehabilitación, con enfoque cognitivo, humanista o psicoanalítico.

Los momentos claves de la consulta psicológica son cuando el paciente se le notifica el diagnóstico, el inicio de los tratamientos antirretroviral, un cambio de medicación, la resistencia de la medicación, el inicio de una infección oportunista, problemas de adherencia, en los que es necesario intervenir. Se pueden agregar a ello cuestiones tales como la discriminación, la vulnerabilidad, el uso del preservativo, a quién y cómo comunicar su diagnóstico, entre otras.

La eficacia de la terapia varía. Algunas personas responden estupendamente. Otras apenas encuentran consuelo. La intervención y asesoramiento psicológico puede ayudar a tratar efectivamente a las personas con VIH que también desarrollan problemas relacionados con la depresión.

El hecho de que los pacientes con infección por VIH experimenten con frecuencia problemas psicológicos no sólo lleva a mermar de manera muy importante su calidad de vida a través del incremento de su malestar emocional. Los problemas emocionales también tienen su efecto sobre el estado físico de los pacientes y su propia supervivencia. Esta repercusión negativa sobre el estado físico de los enfermos se expresa fundamentalmente de tres modos. En primer lugar, a través de la relación entre los factores cognitivos y emocionales y la función inmune. En segundo lugar, a través de su influencia sobre la adhesión al tratamiento antirretroviral (hasta qué punto los pacientes toman los fármacos prescritos). Y en tercer lugar, por su relación con los hábitos de salud de los enfermos, hábitos que resultan fundamentales en la progresión de la enfermedad y que incluyen, desde el consumo de sustancias tóxicas hasta la nutrición o la prevención de reinfecciones. Cómo tanto los aspectos comportamentales (estilos de vida) como los psicológicos (control del estrés y estrategias de afrontamiento) y sociales (apoyo social) pueden influir de manera importante en la progresión de la infección. Aparte de todas estas necesidades generadas por la aparición de una enfermedad crónica o terminal en el individuo y su familia, existen otros efectos psicológicos, provocados por el estigma social que la infección por VIH todavía entraña en nuestra sociedad (debido a la falta de información de los ciudadanos, etc.). Todas estas connotaciones negativas, a su vez, influyen de manera directa en la capacidad de la persona para aceptar y asimilar esta dolencia. A nivel psicológico esto supone un gran obstáculo y una importante fuente de trastornos mentales, ya que la persona en estos momentos necesita expresar y ventilar emocionalmente para poder superar y asimilar el diagnóstico de la enfermedad. En este sentido, la aceptación y normalización a nivel psicológico de estos individuos es prácticamente imposible, si no se les da el lugar y el espacio dónde puedan realizar esta descarga emocional.

Revisión de los componentes terapéuticos de algunos programas de intervención para pacientes con infección por VIH/SIDA
  • Programa grupal de entrenamiento en técnicas de manejo del estrés.
  • Terapia de grupo (ocho sesiones de dos horas de duración cada una) en las que se enfatizaba el entrenamiento en relajación, el cambio de hábitos de salud como la reducción del consumo de tabaco y alcohol y el incremento del descanso y del ejercicio físico, así como otras habilidades para el manejo del estrés.
  • Técnicas para el manejo del estrés, entrenamiento en relajación, habilidades de afrontamiento de estresores ambientales, valoración del estrés, afrontamiento activo, incremento de la autoeficacia y aumento de las relaciones sociales.
  • Terapia grupal cognitivo-conductual que incluía estrategias para reducir la ansiedad y la depresión como la reestructuración cognitiva, la relajación muscular, la autorrevelación sobre la enfermedad, la adopción de medidas de sexo seguro y el establecimiento de una red social de apoyo, y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
  • Aplicación individual de la relajación muscular y la imaginación guiada a través de grabaciones.
  • Técnicas de consejo breve dirigidas específicamente a la mejora de la adherencia al tratamiento antirretroviral.
  • Programa grupal dirigido a parejas heterosexuales serodiscordantes que incluye un componente educativo en el que se da información acerca de la enfermedad; un segundo componente de apoyo que incluye estrategias cognitivas y de solución de problemas; y un tercer componente que incluye el desarrollo de estrategias de afrontamiento, animar a los pacientes para la realización de actividades gratificantes y el incremento de actividades sociales.
  • Programa de automanejo para mejorar la adhesión terapéutica que incluye el desarrollo de habilidades implicadas en la toma de medicación, tres visitas semanales para consultas relacionadas con la misma y el feedback mensual de la toma de medicación utilizando monitores electrónicos en los botes de fármacos.
  • Programa de tratamiento grupal que incluyen un componente educativo de información al paciente, estrategias cognitivas, entrenamiento en autoestima, relajación, solución de problemas, estrategias para el autocuidado y prevención de recaídas.
  • Finalmente, en el programa de tratamiento individual o grupal, se sugiere que conste de 8  a 10 sesiones que incluyen un componente educativo de información al paciente, estrategias cognitivas, entrenamiento en autoestima, relajación, solución de problemas, estrategias para el autocuidado (adhesión al tratamiento, hábitos de salud y prevención de reinfecciones) y un último módulo de prevención de recaídas. En sus resultados preliminares, se han observado cambios significativos tras el tratamiento en el grado de adhesión de los pacientes, variables clínicas relevantes como la ansiedad, depresión o la autoestima y en otros aspectos como el grado de hipocondría de los pacientes, su perturbación afectiva, irritabilidad, grado de interferencia de la enfermedad, apoyo social percibido y locus de control sobre la salud.
Otras dificultades psicológicas y sociales asociadas a la enfermedad del VIH-SIDA se podrían concretar en las siguientes:
  • Disminución de la autoestima: con sentimientos de culpabilidad, autorrechazo, automarginación, etc.
  • Rechazo familiar y social: pérdida de redes personales necesarias para el afectado en este momento de gran estrés.
  • Dificultades para mantener relaciones personales: lo que provoca un sentimiento de aislamiento, iniciando, como antes indicábamos, un proceso de automarginación que perjudica enormemente a la persona y carga a la unidad familiar que convive con la persona.
  • Problemas de pareja: adaptación a las nuevas relaciones sexuales, sentimientos de culpabilidad, miedo de la pareja al contagio, aparición de nuevos datos de la pareja ocultos hasta este momento (consumo de drogas, relaciones extra-matrimoniales, relaciones homosexuales, etc.), que favorecen la desestabilización familiar.
  • No utilización de los recursos públicos a los que tiene derecho de forma normalizada, por minusvalía o situación de necesidad, para no verse obligados a explicar su situación, por miedo al rechazo social o a la no confidencialidad.
  • Dificultades en la inserción laboral: evitación de la búsqueda de empleo por el miedo que puede suscitar el rechazo o el estigma social. Junto a la existencia de prejuicios y tópicos sociales en torno a esta enfermedad por parte de la sociedad en general, que de por sí perjudica seriamente la inserción laboral de estas personas, en ocasiones se le tiene que unir a este hecho la baja capacitación profesional de una parte de la población infectada de VIH-SIDA, por lo que las alternativas laborales se reducen considerablemente. La oferta laboral en estos casos de menor capacitación se suele concentrar mayoritariamente en labores manuales, donde el esfuerzo físico es fundamental. Por lo que nos encontramos con otra dificultad añadida para poder alargar la vida profesional de estos pacientes.
  • Las revisiones médicas periódicas, las bajas laborales repetidas, etc., suponen una gran fuente de angustia, ya que social y laboralmente no es adecuado o no está permitido por las empresas, lo que a la larga repercute negativamente en el puesto de trabajo y en las relaciones laborales.
Fase terminal

Las necesidades en esta etapa se circunscriben principalmente al acompañamiento en la muerte del enfermo y al apoyo a sus familiares. Se pretende así conseguir controlar posibles alteraciones emocionales, implicar adecuadamente a familiares y allegados en el proceso, facilitar la despedida, ayudar a afrontar la pérdida, preparar las últimas voluntades, etc. La muerte siempre será un tema que debe abordarse en consulta psicológica: los miedos que genera, las expectativas, las ideas asociadas, etc. Pero el objetivo es, transformar el miedo y parálisis que suscita la idea de la muerte, en una experiencia de despertar.

Fase de duelo de la familia

En este momento, las necesidades principales son facilitar la descarga emocional y la elaboración de conflictos que no hayan quedado resueltos, supervisar que no se produzca un duelo patológico, conseguir una despedida emocional y centrar al familiar en el futuro. No debemos olvidar que, en muchas ocasiones, todos estos síntomas o fases se ven agravados por aparecer más de un caso de VIH en la familia (pareja y/o alguno de los hijos), con lo que la desestabilización del núcleo familiar es aún mayor. También  dependerá de la etapa de la infección en la cual la persona ha sido notificada. Generalmente, en casos de enfermedad más avanzada en el paciente, la aceptación de la familia es mayor, por la percepción de proximidad no evitable de la muerte.

Las técnicas psicoterapéuticas pueden ayudar al paciente a enfrentar los desafíos por los que atraviesa a causa de la seropositividad y/o la enfermedad.  Lo importante es que al solicitar ayuda profesional acuda con una persona debidamente entrenada para el trabajo psicoterapéutico. Este entrenamiento incluye el respaldo de alguna institución acreditada y el manejo adecuado de la teoría y la técnica propias de la corriente psicológica con que se trabaje.

El psicólogo Clínico “deberá o debería” conocer sobre aspectos médicos, indicaciones y contraindicaciones de los antirretrovirales, frecuencia en la realización de carga viral y CD4, etc. En este blog se definen instancias de intervención en la adherencia como: 
  1. Preparación para inicio de tratamiento antirretroviral (TARV)
  2. Asesoramiento y Orientación para sostenimiento de la adherencia 
  3. Asesoramiento y Orientación para reinicio de TARV. 
Se concluye que es imprescindible que el psicólogo intervenga ofertando al paciente el siguiente dispositivo asistencial: Psicoterapia individual, grupo de apoyo en adherencia, grupo de apoyo para familiares y allegados, Grupo de apoyo para miembros negativos de parejas serodiscordantes. Selecciona un terapeuta reconocido, certificado y con experiencia en el tratamiento de personas infectadas por el VIH. Consulta en tu plan de salud si cuentas con cobertura.

Fuentes:
https://revistas.unc.edu.ar/index.php/tesis/article/download/2874/2741

lunes, 17 de octubre de 2016

Deficiencia de los Neurotransmisores

Las neuronas son células especializadas que llevan mensajes por todo tu cuerpo a través de un proceso electromagnético. Los neurotransmisores son químicos creados en el cuerpo a través de la síntesis de aminoácidos, vitaminas y minerales. Tienes cientos de transmisores en tu cuerpo. Estos químicos regulan muchos procesos, incluyendo el rendimiento mental, el bienestar emocional y la respuesta al dolor
Constantemente  en psicología clínica o psiquiatría vemos la palabra neurotransmisor, pero ¿sabemos a qué se refiere?

Un  neurotransmisor (también llamado neuromediador) es una sustancia química que transmite información de una neurona a otra atravesando el espacio que separa dos neuronas consecutivas (eso se conoce como sinapsis). Esa sustancia (neurotransmisor) se libera en la extremidad de una neurona durante la propagación del influjo nervioso y actúa en la neurona siguiente fijándose en puntos precisos de la membrana de esa otra neurona. El déficit en los neurotransmisores suelen relacionar con una dieta baja en aminoácidos, un horario de sueño irregular, estrés prolongado, predisposición genética, entorno poco saludable, y exposición a largo plazo a pesticidas, anfetaminas y algunas drogas de prescripción. Todos los neurotransmisores en tu cuerpo funcionan de forma independiente. Por tanto, una disminución en uno afecta a la producción de otros.

Entre los neurotransmisores más importantes tenemos:
  • Serotonina: sintetizada por ciertas neuronas a partir de un aminoácido, el triptófano, se encuentra en la composición de las proteínas alimenticias. Juega un papel importante en la coagulación de la sangre, la aparición del sueño y la sensibilidad a las migrañas. El cerebro la utiliza para fabricar la hormona melatonina.
  • Noradrenalina: se encarga de crear un terreno favorable a la atención, el aprendizaje, la sociabilidad, la sensibilidad frente a las señales emocionales y el deseo sexual. Al contrario, cuando la síntesis o la liberación de noradrenalina se ven perturbada aparece la desmotivación, la depresión, la pérdida de libido y la reclusión en uno mismo.
  • Acetilcolina: esta sustancia regula la capacidad para retener información, almacenarla y recuperarla en el momento necesario. Cuando el sistema que utiliza la acetilcolina se ve perturbado aparecen problemas de memoria e incluso, demencia senil.
  • Adrenalina: es un neurotransmisor que permite reaccionar en las situaciones de estrés. Las tasas elevadas de adrenalina en sangre conducen a la fatiga, a la falta de atención, al insomnio, a la ansiedad y, en algunos casos, a la depresión.
  • Dopamina: crea un "terreno favorable" a la búsqueda del placer y de las emociones así como al estado de alerta. Potencia también el deseo sexual. Al contrario, cuando su síntesis o liberación se dificulta puede aparecer desmotivación e, incluso, depresión.
  • Ácido gamma-aminobutírico o GABA: se sintetiza a partir del ácido glutámico y es el neurotransmisor más extendido en el cerebro. Está implicado en ciertas etapas de la memorización siendo un neurotransmisor inhibidor, es decir, que frena la transmisión de las señales nerviosas. Sin él las neuronas podrían -literalmente- "embalarse" transmitiéndonos las señales cada vez más deprisa hasta agotar el sistema. El GABA permite mantener los sistemas bajo control. Su presencia favorece la relajación. Cuando los niveles de este neurotransmisor son bajos hay dificultad para conciliar el sueño y aparece la ansiedad
Efectos de los neurotransmisores

El enojo, la ira, la alegría y otros estados de ánimo pasan por el bajo o alto nivel de los neurotransmisores. Así, entre los efectos más comunes tenemos que:
  • Alto nivel de serotonina: causa calma, paciencia, control de uno mismo, sociabilidad, adaptabilidad y humor estable. Los niveles bajos, en cambio, hiperactividad, agresividad, impulsividad, fluctuaciones del humor, irritabilidad, ansiedad, insomnio, depresión, migraña, dependencia (drogas, alcohol) y trastornos alimenticios.
  • Alto nivel de dopamina: se relaciona con el buen humor, espíritu de iniciativa, motivación y deseo sexual. Los niveles bajos con depresión, hiperactividad, desmotivación, indecisión y descenso de la libido.
  • Alto nivel de adrenalina: provocan claro estado de alerta. Un nivel bajo al decaimiento y la depresión.
  • Alto nivel de noradrenalina: dan facilidad emocional de la memoria, vigilancia y deseo sexual. Un nivel bajo provoca falta de atención, escasa capacidad de concentración y memorización, depresión y descenso de la libido.
  • Alto nivel de GABA: potencian la relajación, el estado sedado, el sueño y una buena memorización. Y un nivel bajo, ansiedad, manías y ataques de pánico.
  • Altos niveles de acetilcolina: potencian la memoria, la concentración y la capacidad de aprendizaje. Un bajo nivel provoca, por el contrario, la pérdida de memoria, de concentración y de aprendizaje.
¿Qué causa la disfunción neurotransmisor?
  • Períodos prolongados de estrés pueden agotar los niveles de neurotransmisores. Nuestro rápido ritmo, sociedad de comida rápida contribuye enormemente a estos desequilibrios.
  • Mala alimentación. Neurotransmisores se hacen en el cuerpo de proteínas. También requiere son ciertas vitaminas y minerales, llamados "cofactores" si su nutrición es pobre y no tienen suficientes proteínas, vitaminas o minerales para construir los neurotransmisores, desarrolla un desequilibrio de neurotransmisor. Que realmente pensamos y sentimos lo que comemos.
  • Factores genéticos, metabolismo defectuoso y los problemas digestivos pueden perjudicar absorción y desglose de nuestros alimentos que reduce son capacidad de construir neurotransmisores.
  • Utilizan sustancias tóxicas como metales pesados, pesticidas, drogas, y algunos medicamentos pueden causar daño permanente a los nervios que hacen neurotransmisores.
  • Ciertos medicamentos y sustancias como la cafeína, el alcohol, nicotina, NutraSweet, antidepresivos y algunos colesterol disminuye medicamentos agotan los niveles del neurotransmisor a desequilibrios de neurotransmisor.
  • Cambios hormonales causan desequilibrios neurotransmisor pruebas ya están disponible para detectar desequilibrios neurotransmisor.
Efectos de un desequilibrio en los neurotransmisores
  • Cambios de humor: Todos los neurotransmisores afectan al humor y al comportamiento. Un desequilibrio en la serotonina es una de las contribuciones más comunes a los cambios de humor. La serotonina puede causar excitación, felicidad y entusiasmo. Los bajos niveles de serotonina se asocian con sentimientos de tristeza, depresión, ansiedad, comportamientos obsesivos o compulsivos y ansiedad.
  • Disminución de la motivación y la energía: Los desequilibrios en los niveles de dopamina en el cerebro son la causa principal de problemas con la motivación y la energía. Las células en tu cuerpo necesitan tiempo para recuperarse después de un periodo de estrés. Los neurotransmisores ayudan a las neuronas a recuperarse después del estrés. Si tus neurotransmisores disminuyen, tu cuerpo puede ser lento para recuperarse del estrés diario, causando una reducción de la energía.
  • Problemas de sueño: El ácido gamma-aminobutírico es el neurotransmisor que ayuda a inducir la relajación y el sueño. Crea equilibrio en el cerebro inhibiendo la excitación. La secreción de GABA (siglas en inglés) también ayuda a producir el crecimiento hormonal humano, que afecta al crecimiento y a la creación de células de grasa. La disminución de HGH (siglas en inglés) es prevalente en adultos mayores de 40 y puede estar conectada con problemas del sueño. La disminución de noradrenalina también ha demostrado afectar al nivel de alerta y al ciclo de sueño y vigilia.
  • Desequilibrios en la atención, la memoria y el aprendizaje: Los neurotransmisores noradrenalina y adrenalina regulan la atención, la concentración mental, la memoria, el aprendizaje y la cognición. Los niveles bajos pueden resultar en una falta de concentración, y los altos niveles se han asociado al desorden de déficit de atención e hiperactividad. Un desequilibrio de dopamina también puede afectar al modo en el que el cerebro reacciona a los sonidos, a los olores y a la visión. Ésta puede producir la llamada "niebla cerebral" e incrementar la dificultad para concentrarse.
  • Sensibilidad al dolor: Los neurotransmisores modulan el dolor en el cerebro y transmiten mensajes de dolor. Por ejemplo, cuando hay tejido dañado en tu cuerpo, los neurotransmisores se liberan continuamente para prolongar la experiencia del dolor. Los neurotransmisores actúan de este modo como el sistema de comunicación interno de tu cuerpo, diciéndote que frenes cuando estás herido o enfermo. La enfermedad crónica, el estrés o un daño continuo pueden causar una disminución de neurotransmisores. Éstos liberan menos mensajes de dolor a tu cuerpo, llevando a que las células sean más sensibles al dolor con el tiempo.
  • Actividad sexual disminuida: Los neurotransmisores están implicados en los tres niveles de actividad sexual; deseo, excitación y orgasmo. Los niveles de neurotransmisores tienen un efecto directo en la habilidad para segregar testosterona y estrógeno, la hormona necesaria para una actividad sexual saludable. La dopamina juega un papel de excitación en la actividad sexual. Promueve el ansia de actividad sexual continua una vez que la estimulación ha comenzado. La dopamina también respalda la secreción de oxitocina, el químico en las mujeres que es responsable del orgasmo. Debido a que los neurotransmisores son claves en la regulación del interés y la respuesta sexual, los niveles disminuidos pueden llevar a un desinterés en la actividad sexual o disfunción.
  • Disminución y aumento del apetito: Se ha demostrado que hay cinco neurotransmisores que afectan al apetito. El 90% de la serotonina en el cuerpo se encuentra en el sistema digestivo. Los niveles bajos mantenidos de serotonina pueden causar ansia incrementada de carbohidratos y dulces y desórdenes de alimentación. La dopamina, la noradrenalina y la adrenalina funcionan juntos para regular el metabolismo. Los bajos niveles de estos neurotransmisores pueden causar ansia y adicciones como anorexia y bulimia.
  • Enfermedad mental: Con el tiempo, los neurotransmisores desequilibrados pueden llevar a muchas enfermedades mentales, incluyendo la ansiedad, la depresión, el desorden bipolar y los desórdenes psicóticos como la esquizofrenia. A menudo, las personas con una enfermedad mental nacen con un funcionamiento alterado de los neurotransmisores. Una dieta pobre, el estrés y el uso de drogas son factores que pueden llevar a incrementar síntomas severos
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