martes, 4 de septiembre de 2018

Ética del Psicólogo: Reflexiones

El psicólogo desde cualesquiera esferas de acción, penetra como ningún otro profesional en la intimidad de las personas, en el conocimiento de sus personalidades, conflictos, sentimientos e insatisfacciones con su consecuente influencia sobre los demás. 
Entonces el psicólogo no solo debe ser competente y tener una sólida formación ética y humanística, sino además adquirir plena conciencia de su rol profesional, que le permita evaluar en cada momento la actuación justa y correcta frente al que solicita ayuda, especialmente en el campo de la salud humana y a la vez convertirse en paradigma de conductas ajustadas para la sociedad. El psicólogo además de conocer los campos en los que puede aplicar sus conocimientos teóricos, también debe estar consciente de sus recursos y limitaciones. En ocasiones queremos ayudar de más y caemos en un error, pues nuestro papel tiene sus límites y el saber identificarlos es determinante, pues de la actitud que asuma el psicólogo frente a su responsabilidad social dependerá su eficiencia profesional y realización personal.

Pretendo con este blog precisar los aspectos éticos que debe incorporar el psicólogo a su conducta personal y a su práctica profesional. Expongo diferentes aspectos de interés, algunas normas de comportamiento que debe interiorizar y asumir el psicólogo que ame y respete su profesión.

El psicólogo como profesional competente:
  • Cuidar la comunicación escrita que se emite a otros profesionales.
  • Abstenerse de cometer intrusismo profesional.
  • Reconocer la incompetencia ante ciertos casos y acudir a fuentes autorizadas.
  • No emitir diagnósticos de forma apresurada.
  • Perfeccionar sus conocimientos en el perfil ocupacional en que se desarrolle.
  • Actualizarse constantemente en teorías y técnicas psicológicas.
El psicólogo como investigador:
  • Cuidar la absoluta privacidad en las intervenciones.
  • Utilizar los resultados únicamente con fines investigativos.
  • Ceñirse a los resultados obtenidos y no falsearlos.
  • No apropiarse de los resultados de otros investigadores.
  • Aplicar siempre el consentimiento informado.
  • Contar con la autorización de los Comités de Ética.
El psicólogo como figura pública:
  • Mantener una conducta moral y social ajustada.
  • Actuar en consecuencia con el modelo de conducta que representa.
  • Mostrar carácter afable y habilidades comunicativas.
  • No criticar a los colegas en público.
  • Mantener buenas relaciones interpersonales.
  • Tener presencia física agradable.
El psicólogo como guardián del secreto profesional:
  • Violar el secreto solo ante inminentes daños para el paciente u otras personas.
  • Solicitar autorización del paciente para divulgar sus datos a otros profesionales con fines justificados desde el punto de vista científico.
  • Limitar el acceso a la historia clínica y otros documentos legales del paciente.
  • Utilizar los resultados de la evaluación psicológica solamente con el paciente y para su terapéutica.
  • No comentar las confidencias del paciente con la pareja, con familiares o amigos.
  • Ganarse la confianza del paciente dándole seguridad en su discreción.
El psicólogo frente al paciente como ser autónomo:
  • Acatar las decisiones del paciente con el conocimiento de las causas y consecuencias de su conducta.
  • Tener en cuenta la edad y la integridad física del paciente para solicitar su consentimiento informado.
  • Respetar el derecho del paciente a recibir explicación sobre procederes diagnósticos o terapéuticos a emplear.
  • Permitir que el paciente escoja a su terapeuta y se mantenga con el hasta que lo decida.
  • Respetar el derecho del paciente a decidir su participación en las investigaciones.
  • Solicitar la aprobación del paciente para introducir en la consulta a otros profesionales o estudiantes.
El psicólogo frente a dilemas éticos en situaciones límites:
  • Pensar siempre en hacer el bien al paciente y a su familia.
  • Servir de apoyo moral y psicológico al paciente y a su familia.
  • Prepararse para aconsejar la mejor solución y con el lenguaje más discreto y preciso.
  • Precisar el momento justo y la persona indicada para ofrecer una información difícil de aceptar.
  • Analizar con cuidado las figuras implicadas, adecuando según el rol que asumirá cada una, la información que necesita.
  • Respetar el derecho al conocimiento de la verdad pero ajustándose a la edad, personalidad y estado emocional del paciente o familiar.
Conclusiones

El psicólogo debe conocer los principios de ética que gobiernan el ejercicio de su profesión así como de la necesidad de una continua capacitación u asesoramiento incluso de otras disciplinas, tales como una asesoría legal. Creo que la participación de un psicólogo clínico en la actualidad es de mayor relevancia en la asistencia para soluciones de diversos problemas; esta demanda del psicólogo una actitud de honestidad y respeto consigo mismo y con los demás. 

Reflexionando acerca de las diferentes actividades del psicólogo dentro del área de salud, se pueden precisar determinadas normas éticas necesarias para mantener el prestigio de nuestra profesión.



lunes, 3 de septiembre de 2018

Estrés: Sintomatología

Los síntomas del estrés pueden estar afectando tu salud, aunque no te des cuenta de ello.
Saber identificar los síntomas comunes del estrés ya es un gran paso para poder manejarlos. Si no se controla, el estrés puede desencadenar muchos problemas de salud, como presión arterial alta, enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes. Los síntomas del estrés pueden afectar el cuerpo, los pensamientos, las emociones y el comportamiento.

Efectos comunes del estrés en el cuerpo:
  • Dolor de cabeza
  • Tensión o dolor muscular
  • Dolor en el pecho
  • Fatiga
  • Cambios en el deseo sexual
  • Malestar estomacal
  • Problemas de sueño
Efectos comunes del estrés en el estado de ánimo:
  • Ansiedad
  • Agitación
  • Falta de motivación o de concentración
  • Agobio
  • Irritabilidad o ira
  • Tristeza o depresión
Efectos comunes del estrés en el comportamiento:
  • Comer en exceso o comer poco
  • Arranques de ira
  • Abuso de alcohol o de drogas
  • Consumo de tabaco
  • Retraimiento social
  • Hacer menos ejercicio
Actúa para controlar el estrés:

Si tienes síntomas de estrés, tomar medidas para controlarlo puede traer muchos beneficios para tu salud. Explora diversas estrategias de manejo del estrés, como las siguientes:
  • Actividad física regular
  • Técnicas de relajación, como respiración profunda, meditación, yoga, taichí o sesiones de masajes
  • Mantener el sentido del humor
  • Socializar con familiares y amigos
  • Hacerse tiempo para los pasatiempos, como leer o escuchar música
  • Busca maneras activas de controlar el estrés. Las formas pasivas, como mirar televisión, navegar por internet o jugar videojuegos, parecen relajantes, pero pueden aumentar tu nivel de estrés con el tiempo.
  • Asegúrate de dormir bien y de mantener una alimentación equilibrada y saludable. Evita consumir tabaco, el exceso de cafeína y de bebidas alcohólicas, y el uso de sustancias ilegales.
Aprender a reaccionar al estrés de manera saludable

Los sucesos estresantes son parte de la vida. Además, es posible que no puedas cambiar tus circunstancias actuales. Pero sí puedes tomar medidas para reducir la repercusión que estos sucesos tienen en ti. Puedes aprender a identificar qué te provoca estrés y cómo cuidarte física y emocionalmente ante situaciones estresantes.

Algunas estrategias para el manejo del estrés son las siguientes:
  • Adoptar una alimentación saludable, hacer ejercicio de forma regular y dormir bien
  • Practicar técnicas de relajación, como yoga, respiración profunda, recibir un masaje o aprender a meditar
  • Hacerse tiempo para los pasatiempos, como leer un libro o escuchar música
  • Fomentar amistades sanas
  • Tener sentido del humor
  • Trabajar como voluntario en tu comunidad
  • Buscar asesoramiento profesional si lo necesitas
Aprender a controlar el estrés tiene su recompensa: la tranquilidad y quizás, una vida más larga y saludable

Cuándo se debe buscar ayuda

Si no estás seguro de que la causa sea el estrés o si has tomado medidas para controlar el estrés pero los síntomas continúan, consulta con el médico. Es posible que el médico quiera verificar si existen otras causas posibles. O bien, puedes considerar ver a un colega profesional, que puede ayudarte a identificar las causas de tu estrés y conocer nuevos medios para afrontar situaciones difíciles.

Consideraciones: Vivimos en un mundo de gente estresada, principalmente en las grandes ciudades. Y el estrés se contagia. Así que no cuentan solo las preocupaciones individuales, sino que a ellas debemos sumar el malestar de quienes nos rodean. No es nada fácil manejar estas situaciones. Pero, para lograrlo, lo primero es saber identificar las fases del estrés y determinar si estamos en alguna de ellas. Es aconsejable es acudir a una psicoterapia. Es probable que resulte imposible clarificar la mente y las emociones por uno mismo. Se requiere ayuda. No debemos esperar mucho tiempo para solicitar ese apoyo psicológico, ya que el estrés puede tener consecuencias tan importantes como negativas.


Fuente: Red

jueves, 30 de agosto de 2018

Cómo Superar el Estigma de las Enfermedades Mentales

Aprende qué puedes hacer con los estigmas.
Las creencias falsas sobre las enfermedades mentales pueden provocar problemas importantes. Un estigma sucede cuando alguien te ve de manera negativa por alguna característica distintiva o por un rasgo personal que se considera, o de verdad es, una desventaja (un estereotipo negativo). Lamentablemente, las creencias y las actitudes negativas hacia las personas que tienen alguna afección de la salud mental son frecuentes.

El estigma puede dar lugar a la discriminación. La discriminación puede ser evidente y directa, por ejemplo, si alguien hace un comentario negativo sobre la enfermedad mental o sobre el tratamiento. O también puede ser no intencional o sutil, como cuando alguien te evita porque asume que podrías ser inestable, violento o peligroso a causa de tu enfermedad mental. Es posible que hasta te juzgues a ti mismo.

Algunos de los efectos nocivos del estigma comprenden:
  • Resistencia a buscar ayuda o tratamiento
  • Falta de comprensión por parte de familiares, amigos, compañeros de trabajo u otras personas
  • Menos oportunidades laborales, o para participar en actividades escolares o sociales, o problemas para encontrar una vivienda
  • Hostigamiento, violencia física o acoso
  • Un seguro médico que no cubre adecuadamente el tratamiento de la enfermedad mental
  • La creencia de que nunca superarás ciertos desafíos o de que tu situación no mejorará
Medidas para sobrellevar un estigma
  1. Busca tratamiento. Es posible que te muestres reacio a reconocer que necesitas tratamiento. No dejes que el miedo a que te etiqueten como enfermo mental te impida buscar ayuda. El tratamiento puede brindar alivio mediante la identificación del problema y la reducción de los síntomas que interfieren en tu vida laboral y personal.
  2. No permitas que el estigma te avergüence y te haga dudar de ti mismo. Los estigmas no provienen de los demás. Tal vez creas erróneamente que tu afección es un signo de debilidad personal o que deberías poder controlarla sin ayuda. Buscar asesoramiento, investigar la afección y conectarte con otras personas que tienen una enfermedad mental puede ayudarte a aumentar tu autoestima y a sobrellevar la autocrítica destructiva.
  3. No te aísles. Si tienes una enfermedad mental, tal vez dudes en contárselo a los demás. Tus familiares y amigos, un miembro del clero o los miembros de tu comunidad pueden ofrecer apoyo si saben de tu enfermedad mental. Acude a personas de confianza en busca de compasión, apoyo y comprensión de lo que necesitas.
  4. No te equipares con tu enfermedad. No eres una enfermedad. Por lo tanto, en lugar de decir «Soy bipolar», di: «Tengo trastorno bipolar». En lugar de autodenominarse «esquizofrénico», di: «Tengo esquizofrenia».
  5. Únete a un grupo de apoyo. Algunos grupos locales y nacionales, como la National Alliance on Mental Illness (Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales), ofrecen programas locales y recursos de Internet que pueden ayudar a reducir el estigma mediante la educación de las personas que tienen enfermedades mentales, sus familias y el público general. Algunas agencias y algunos programas estatales y federales, como los que se centran en la rehabilitación vocacional y el Departamento de Asuntos de los Veteranos, ofrecen apoyo para personas con enfermedades mentales.
  6. Busca ayuda en la escuela. Si tú o tu hijo tienen una enfermedad mental que afecta el aprendizaje, averigua qué planes y programas pueden ser de ayuda. La discriminación contra los estudiantes a raíz de una enfermedad mental constituye un incumplimiento de las leyes, y los educadores de los niveles primario, secundario y universitario deben hacer todos los arreglos que estén a su alcance para los estudiantes que los necesiten. Habla con los maestros, los profesores o los administradores sobre el mejor enfoque y los mejores recursos. Si un maestro no está al tanto de la discapacidad de un estudiante, esto puede generar discriminación, obstáculos en el aprendizaje y calificaciones bajas.
  7. Habla en contra del estigma. Considera la posibilidad de expresar tus opiniones en acontecimientos, en cartas al editor o en Internet. Puede ayudar a infundir coraje en otras personas con desafíos similares y a educar al público sobre las enfermedades mentales.
Las valoraciones de los demás casi siempre provienen de la falta de compresión, y no de información basada en hechos. Aprender a aceptar tu afección y reconocer lo que debes hacer para tratarla, buscar apoyo y ayudar a educar a los demás puede marcar una gran diferencia.



Fuente: Mayo Clinic.

viernes, 17 de agosto de 2018

Fobia Escolar

¿Rechazo a ir al cole u otros problemas?
Es importante llevar a cabo una adecuado diagnóstico diferencial de la fobia escolar con el fin de no confundirla con otros problemas emocionales y conductuales con los que puede compartir algunas manifestaciones en común:
  • Problemas para ir al colegio, que supone ausencias prolongadas del medio escolar (el niño se queda en casa). Estas ausencias son consentidas por los padres.
  • Intenso malestar emocional: temor intenso, irritabilidad o un exceso de quejas físicas (vómitos, dolor de cabeza, dolor de tripa) ante la situación de tener que ir al colegio.
Como podemos observar a la vista de estos criterios, la fobia escolar dista mucho de la mera pereza o conducta negativa del niño a la hora de ir a la escuela, si bien, como veremos a continuación existen otros trastornos de los que es importante diferenciarla:
  1. Trastorno por ansiedad de separación: el miedo aparece no sólo ante la situación de ir al colegio, sino ante cualquier circunstancia que implique separarse de las figuras de apego. Suele aparecer antes que la fobia escolar.
  2. Absentismo escolar: el niño con absentismo escolar no se queda en casa con el consentimiento de los padres. Este problema conductual suele asociarse con otras conductas disóciales como robar, mentir, etcétera.
  3. Fobia social: puede encontrarse en la base de la ansiedad o el miedo de ir a la escuela, pero el malestar de la fobia social va más allá que el mero hecho de ir al cole, puesto que el niño lo pasa mal en cualquier circunstancia social fuera y dentro del colegio.
  4. Depresión infantil: el niño deprimido no sólo pierde el interés por la escuela, sino también por actividades fuera de ésta (actividades familiares, jugar con amigos, etcétera).
  5. Otros trastornos psiquiátricos graves: a diferencia de en la fobia escolar, los niños con trastornos mentales graves presentan alucinaciones o delirios.
* La actitud de los padres es fundamental a la hora de detectar y abordar un problema de fobia social. Por un lado no se debe permitir que el niño no vaya a la escuela. Sin embargo, una actitud rígida e impositiva al respecto puede sensibilizar aún más al menor. Es por ello que los padres deben mostrar una actitud comprensiva y de aceptación de lo que al niño le ocurre, pero de “no aprobación” de su comportamiento resultante: no ir a clase.

Volver al cole es la terapia más eficaz pues, como en el resto de las fobias, es muy importante ayudar al niño a enfrentarse a su miedo. A la exposición se pueden añadir otras técnicas como la relajación previa en casa para que el niño vaya menos activado, o la visualización emotiva de imágenes agradable. Un colega especializado es quien entrena a los padres en la aplicación de estas técnicas.
El papel que juega el colegio, sus profesores, en la fobia escolar es también fundamental a la hora de detectarla, pero mucho más aún a la hora de eliminarla. La actitud de los docentes debe ser tolerante y comprensiva a la vez que firme respecto a la importancia de acudir al cole todos los días.

* La escuela no debe sobreproteger al alumno con fobia escolar, pero sí facilitarle las cosas en la medida de lo posible, colaborando con los padres y un psicólogo especialista. Especialmente si el problema del niño radica en algún aspecto que provenga del colegio, éste deberá hacerse cargo de abordarlo de forma inmediata con el fin de poder facilitar el bienestar del alumno en su aula.  Por otro lado, es importante que los profesores empleen el refuerzo positivo ante la conducta del niño a venir a clase; esto es, nunca hay que ridiculizarle, sino animarle por haber venido, elogiando sus logros y avances en este terreno de una forma sutil, para que no se sienta distinto a sus compañeros.

* El tratamiento depende de las causas, las cuales pueden ser difíciles de determinar. Muchos niños pueden haber comenzado a evitar la escuela por una razón es específica. Antes de cualquier tratamiento psicológico, es recomendable acudir al pediatra para que descarte que dichos síntomas no estén relacionados con algún problema fisiológico. Cuando se ha descartado la existencia de problemas de salud, será el psicólogo el encargado de diagnosticar y tratar la fobia escolar.

Es importante para superar la fobia ponerse en manos de un profesional en psicología clínica y o psicopedagogo lo más rápido posible una vez que sean detectados algunos de los síntomas, ya que cuanto antes se traten, antes desaparecen.

lunes, 6 de agosto de 2018

Psicología Clinica en AP de la Salud

La Atención Primaria es la puerta de entrada de la gran mayoría de estas personas al sistema de salud, una “primera línea” de la que depende el que se puedan diagnosticar los problemas de salud mental lo antes posible. Y en estos casos, la detección temprana es fundamental.
Ya la primera Estrategia del Sistema Nacional de Salud de 2007 indicaba que el principal punto de contacto con la salud mental para la mayoría de los pacientes es el médico o médica de familia, y que el 80% de los y las pacientes psiquiátricos atendidos en salud mental proceden del ámbito de la atención primaria. En este documento se afirmaba también que a pesar de que los trastornos mentales comunes constituyen un volumen sustancial de la consulta de los médicos y médicas de familia, no siempre reciben la formación adecuada para diagnosticarlos y tratarlos, ni disponen de tiempo para ello, lo que condiciona que muchos de los y de las pacientes reciban únicamente tratamiento farmacológico cuando en muchas ocasiones podrían beneficiarse de abordajes multidisciplinares con estrategias y técnicas de apoyo y consejo psicológico breve.

Hay sobrecarga en las consultas. Las estadísticas hablan de que casi un 40% de los pacientes que acuden a su médico de cabecera, lo hacen por un problema de salud mental. El médico de Atención Primaria dispone de unos 15 minutos de media por paciente. Además, las listas de espera para derivar al paciente a Salud Mental son de dos o tres meses y si llega allí, es probable que no le trate un psicólogo, sino un psiquiatra con un tratamiento farmacológico similar al que ya le ha prescrito su médico de Atención Primaria De ahí la importancia de la figura del psicólogo en Atención Primaria, que pueda dar salida a esta demanda.

Nota: Ningún médico se limita a recetar sólo medicación. Lo más importante es la intervención bio-psico-social aunque el paciente tiende a pensar que la medicación arregla casi todo.

La intervención psicológica ha sido tres veces más eficaz en trastornos de ansiedad y cuatro veces más en depresión que las de los tratamientos habituales, con el tratamiento psicológico, la tasa de recuperación de pacientes con trastornos de ansiedad y depresión ronda el 70%, mientras que con el tratamiento habitual de Atención Primaria está en torno al 25%.  Además la atención psicológica de estos problemas emocionales en Atención Primaria reduciría costes me refiero a la cronicidad, comorbilidad, discapacidad que genere. “los tratamientos psicológicos han demostrado ser más eficaces y sobre todo eficientes (más económicos para el Estado que la medicación) en un gran número de trastornos mentales”.

La inclusión de la Psicología de la Salud en Atención Primaria evidencia una serie de beneficios que van más allá de la propia efectividad de la terapia psicológica: reduce gastos por incapacidad atribuidas a causas psicosociales, reduce el gasto farmacéutico, tiene en cuenta un enfoque biopsicosocial de la salud, mejora la accesibilidad por ubicarse en centros de salud, minimiza el impacto asociado al etiquetado como enfermedad mental cuando se trata de malestares relacionados con problemas vitales, y mejora el control y seguimiento de enfermedades crónicas con componentes psicológicos importantes.

El dispositivo de Psicología clínica de Atención Primaria es una unidad intermedia entre los médicos de Atención Primaria y las unidades especializadas por lo que se atiende sintomatología menos grave y menos definida que en las Unidades de Salud Mental y que supone un apoyo y una descarga importante para estos. Para los pacientes supone una intervención temprana que evita la cronificación de sus síntomas así como un menor consumo de psicofármacos, a un año vista. Pese a la moderada concordancia entre los diagnósticos de los médicos y del dispositivo, se ha establecido una vía de comunicación y trabajo interdisciplinar directo e inmediato, que será necesario implementar y que supone un ahorro de recursos y sufrimiento. Además, el tratamiento psicológico ha conseguido la disminución del consumo de psicofármacos y la hiperfrecuentación a las consultas de Atención Primaria. ¿Sería necesario implementar este tratamiento en el primer escalón de acceso al sistema sanitario público, para hacerlo realmente accesible a la población?

La inserción de psicólogos y psicólogas en el sistema de salud primaria implica formar profesionales que puedan ser capaces de trabajar interdisciplinariamente. Pero por sobre todo, profesionales que valoren la prevención y promoción como acciones centrales en la salud mental de una comunidad y un país, con la profunda convicción que una acción de promoción y prevención efectiva es un aporte para el bienestar general y que involucra un cambio fundamental en la vida de las personas y abre ventanas de oportunidades a las mismas. La inclusión del psicólogo clínico en Atención Primaria acerca la psicoterapia a la población, la hace más accesible. Siguiendo la lógica que usamos en consulta… “si algo funciona, hágalo más”.

Se considera que es necesario un mayor compromiso para el desarrollo de políticas enfocadas a un mejor y mayor impulso de recursos que aseguren una atención en salud mental de calidad, siempre con la próxima Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud como eje vertebrador para la toma de decisiones y asegurando el cumplimiento de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas.

Aunque se ha avanzado mucho en los últimos años, todavía queda un largo camino para lograr que la atención esté enfocada a la recuperación y para que las intervenciones tengan un enfoque verdaderamente comunitario. Un camino que pasa necesariamente por “promover la salud mental, procurar la detección temprana de problemas de salud mental y garantizar el acceso a servicios de calidad que tengan continuidad en el tiempo y estén adaptados a las necesidades de cada persona.

Compilador Red

miércoles, 1 de agosto de 2018

Consideraciones para Cuidadores de Pacientes con Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia entre las personas mayores. La demencia es un trastorno cerebral que afecta gravemente la capacidad de una persona de llevar a cabo sus actividades diarias, que es progresiva y afecta a la memoria y otras importantes funciones mentales.
Si bien el tratamiento puede ayudar, esta enfermedad no tiene cura. Ningún tratamiento puede detener la enfermedad. Sin embargo, algunos fármacos pueden ayudar a impedir por un tiempo limitado que los síntomas empeoren. Los síntomas principales son la pérdida de la memoria y la confusión.

Las personas pueden sufrir:
  1. Cognitivos: deterioro mental, dificultad para pensar y comprender, confusión, confusión en las horas de la tarde, delirio, desorientación, dificultad para concentrarse, incapacidad para crear nuevos recuerdos, incapacidad para hacer operaciones matemáticas sencillas, incapacidad para reconocer cosas comunes, invención o olvido
  2. Comportamiento: agitación, agresión, cambios de personalidad, deambular y perderse, dificultad con el cuidado personal, falta de autocontrol, irritabilidad o repetición sin sentido de palabras propias
  3. Estado de ánimo: altibajos emocionales, apatía, descontento general, enfado o soledad
  4. Psicológicos: alucinación, depresión o paranoia
  5. También comunes: habla confusa, incapacidad para combinar movimientos musculares o pérdida de apetito
Atención 

Medicación: Potenciadores cognitivos. Mejoran la función mental, disminuyen la presión arterial y pueden equilibrar el estado de ánimo.

El tratamiento farmacológico va dirigido a 2 grandes áreas:

1) Manejo del déficit cognitivo
2) Manejo de las alteraciones conductuales

Cuidado personal: Ejercicio físico. Realizar una actividad aeróbica durante veinte a treinta minutos cinco días a la semana mejora la salud cardiovascular. En caso de una lesión, es preferible realizar actividades que no requieran el uso del grupo muscular o la articulación lesionados con el fin de preservar la función física y permitir la recuperación.
Especialistas: Terapeuta ocupacional, Geriatra, Neurólogo, Psiquiatra y Médico de atención primaria, psicólogo clinico.

Hable con el médico. Entérese de qué tratamientos pueden ayudarle a controlar los síntomas o tratar problemas de comportamiento. Busque un grupo de apoyo. Es probable que otras personas que han estado en su situación puedan ayudarlo y comprenderlo.

Si hay momentos del día en los que la persona está menos confundida o coopera más, aprovéchelos en la rutina diaria. Piense en la posibilidad de aprovechar los centros de atención diurna para adultos o servicios paliativos. Eso permite hacer una pausa con la tranquilidad de saber que el paciente está siendo bien atendido. Empiece por hacer planes para el futuro. Estos pueden incluir:
  • Poner en orden los documentos financieros y legales
  • Buscar centros de vida asistida o cuidados especializados
  • Conocer la cobertura de su seguro médico y de Medicare
  • Los síntomas del deterioro cognitivo leve abarcan:
  • Dificultad para realizar más de una tarea a la vez
  • Dificultad para resolver problemas y tomar decisiones
  • Olvidar hechos o conversaciones recientes
  • Tardar más tiempo para llevar a cabo actividades mentales más difíciles
  • Los síntomas tempranos de demencia pueden abarcar:
  • Dificultad para realizar tareas que exigen pensar un poco, pero que solían ser fáciles, tales como llevar el saldo de la chequera, participar en juegos  y aprender nueva información o rutinas.
  • Perderse en rutas familiares.
  • Problemas del lenguaje, como tener dificultad para encontrar el nombre de objetos familiares.
  • Perder interés en cosas que previamente disfrutaba: estado anímico indiferente.
  • Extraviar artículos.
  • Cambios de personalidad y pérdida de habilidades sociales, lo cual puede llevar a comportamientos inapropiados.
  • A medida que la demencia empeora, los síntomas son más obvios e interfieren con la capacidad para cuidarse. Los síntomas pueden abarcar:
  • Cambio en los patrones de sueño, despertarse con frecuencia por la noche
  • Dificultad para realizar tareas básicas, como preparar las comidas, escoger la ropa apropiada o conducir
  • Olvidar detalles acerca de hechos corrientes
  • Olvidar acontecimientos de la historia de su propia vida, perder la noción de quién es
  • Tener alucinaciones, discusiones, comportamiento violento y dar golpes
  • Tener delirios, depresión, agitación
  • Mayor dificultad para leer o escribir
  • Capacidad deficiente de discernimiento y pérdida de la capacidad para reconocer el peligro
  • Uso de palabras erróneas, no pronunciar las palabras correctamente, hablar con frases confusas
  • Retraerse del contacto social
  • Las personas con demencia grave ya no pueden:
  • Llevar a cabo actividades básicas de la vida diaria, como comer, vestirse y bañarse
  • Reconocer a los miembros de la familia
  • Entender el lenguaje
  • Incontinencia
  • Problemas para deglutir
Consideraciones

A la vez que estos pacientes pierden habilidades, los cuidadores enfrentan pruebas de estámina, solución de problemas y resistencia. Durante este largo camino, la comunicación disminuye y las recompensas son menos. Así que mantenerse en forma física y emocional es crucial para el cuidador. El cansancio, la soledad y muchas veces problemas financieros, por requerimientos de la enfermedad o por problemas en el trabajo, pueden ser dañinos para el cuidador.
Cambios necesarios

Muy pronto, después del diagnóstico de Alzheimer, es necesario empezar a hacer cambios para poder proveer sentido de bienestar y seguridad física al paciente. Elementos que se daban antes por sentados, tales como seguridad en el hogar y socializar, ahora necesitan cierta planificación.

Y mientras la enfermedad progresa, el paciente se convierte en uno cada vez más vulnerable física y emocionalmente. Para crear un ambiente más seguro y de menos confusión para ese ser amado debes:
  1. Estar preparado para repetir las instrucciones más de una vez. Utiliza una voz amorosa, pero de adulto y ten paciente.
  2. Desarrollar una actitud positiva. Los pacientes de demencia pueden leer el lenguaje del cuerpo y responder a actitudes positivas de sus cuidadores.
  3. Aprender a comunicarte con el paciente. No trates de cambiar la mente del paciente, aunque pienses que lo que quiere es irracional. No crees un patrón de sólo prestar atención cuando despliegue comportamiento problemático. Rompe este patrón dando apoyo todo el tiempo.
  4. Manejar comportamientos problemáticos. Debes ser bondadoso, flexible y calmado. No tomes estos comportamientos personalmente.
  5. Crear una rutina durante el día. Planifica las visitas en cierto horario para evitar sorpresas y el paciente tenga algo agradable en su día por el cual esperar; igualmente con su baño, sus comidas, etc. Es importante crear una rutina alrededor de ir al baño para evitar accidentes.
  6. Mantener una rutina de actividades divertidas y planificarlas alrededor de las habilidades del paciente. Motívalo a a completar tareas en el hogar. Pasen tiempo en el exterior caminando, observando la naturaleza y hasta haciendo ejercicios. Ayuda que mantenga contacto con amigos y familiares. Utiliza el humor. Busca actividades organizadas para grupos.
  7. Estar cerca. Los pacientes de Alzheimer, igual que los infantes, necesitan contacto físico y saber que estás ahí para ellos.
  8. Mantener las cosas en los mismos sitios y, si acaso, pegarlas a la pared para que tenga más espacio. Compra protectores de niños para las esquinas de los muebles, escaleras, gavetas y enchufes. Y mantener el área libre de alfombras y cables.
Reconoce necesidades

Reconocerás que tu ser querido está ya en una etapa en la que no puede estar solo ni un momento cuando:
  • Se olvida de apagar la estufa.
  • Se olvida de cerrar la puerta de la casa.
  • Ya no puede utilizar el teléfono por sí solo y llamar al 911.
  • No reconoce situaciones peligrosas como el fuego o un piso mojado.
  • Se vuelve impredecible o confuso bajo condiciones de estrés.
  • No está contento cuando se queda solo.
  • Se ve desorientado.
Ayuda para el cuidador

Los cuidadores pueden experimentar depresión, estrés excesivo, sentimientos de enojo y culpabilidad, aislamiento social, baja inmunidad a enfermedades y utilización de alcohol y drogas. Para evitar caer en la fatiga extrema del cuidador, recomendamos que:

Hagas ejercicios
  • Practica algún juego, incluso con el ser amado si todavía lo puede hacer.
  • Aprendas algo nuevo, como un deporte o idioma.
  • Te rías; utiliza el humor.
  • Pidas ayuda.
  • Medites
Mantengan un diario de tus experiencias
  • Cuenta tus bendiciones diarias y agradécelas.
  • Utiliza la experiencia como para crecer y aumentar tu inteligencia emocional, manteniéndote calmado.
La clave está en detectar la aparición del síndrome del cuidador y prevenirlo. Asumir la tarea de cuidar a otro, implica prepararse para ello. Desde adquirir capacidades para sus cuidados médicos como organizarse y repartir tareas con otras personas para evitar el sobrecargo de funciones y, por tanto, la ansiedad. Otro aspecto fundamental, es que hay que evitar por todos los medios anular la vida social. Es importante seguir disfrutando de unas horas de ocio y tiempo libre para desconectar de esta dura tarea.  Esto repercute positivamente en el estado de ánimo del cuidador y, por tanto, le será más fácil asumir este rol.

Una vez conocidos los posibles síntomas de alarma, actuaras para prevenir esta sobrecarga. No olvides que para poder cuidar, lo principal es CUIDARSE.


Red

jueves, 26 de julio de 2018

Síndrome de Desgaste por Empatía

"No le pregunto a la persona herida cómo se siente. Yo mismo me convierto en la persona herida", escribió Walt Whitman.
Sin duda, la empatía es una cualidad imprescindible para poder relacionarse asertivamente con quienes nos rodean. Ser capaces de ponernos en el lugar del otro y experimentar sus sentimientos nos permite comprender su situación y ayudarle de la mejor manera posible. Sin embargo, ser excesivamente empático también es un arma de doble filo y podemos terminar pagándolo muy caro, sufriendo lo que se conoce como Síndrome de Desgaste por Empatía.

¿Qué es el desgaste por empatía?

No basta con comprender qué es la empatía, es necesario diseccionarla. De hecho, existen diferentes tipos de empatía. La empatía cognitiva es aquella en la que nos limitamos a adoptar la perspectiva del otro y comprender sus puntos de vista de manera meramente intelectual. También existe la preocupación empática, que implica la habilidad para comprender y experimentar los estados emocionales de los demás, mostrar una preocupación auténtica y ser capaces de ayudarlos sin poner en peligro nuestro equilibrio psicológico. Por último, existe una empatía que puede calificarse como un simple contagio emocional y que genera una gran dosis de distrés personal. En este caso, nos contagiamos con las emociones de los demás pero no somos capaces de protegernos, por lo que terminamos sufriendo con ellos, arrasados por esas emociones.

Preocuparse excesivamente por el dolor emocional de los demás sin tener las herramientas psicológicas para gestionar esa situación, termina generando el desgaste por empatía, también conocido como fatiga por compasión.

Este término fue propuesto por el psicólogo Charles Figley para referirse a quienes experimentan una profunda fatiga como resultado de haber estado ayudando a personas que han pasado por situaciones difíciles o traumáticas. En práctica, se debe a un intenso deseo de calmar el dolor o resolver el problema de la persona que sufre, sin poder gestionar el dolor propio que eso ocasiona.

La fatiga por empatía difiere del conocido Síndrome de Burnout ya que este se desarrolla de manera gradual, generalmente como resultado de un agotamiento emocional. Al contrario, el desgaste por empatía surge de modo repentino, puede aparecer después de un solo encuentro con la persona que sufre. Además, el Síndrome de Burnout suele romper las aspiraciones, los sueños y deseos de quien lo padece, generando sentimientos de desilusión y frustración, afectando el sentimiento de realización personal.

¿Quiénes son más propensos a padecer el Síndrome de Desgaste por Empatía?

Como es lógico, el Síndrome de Desgaste por Empatía es más común en los profesionales que están en contacto directo con personas que necesitan ayuda, como los psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales y personal médico o de salvamento. Sin embargo, cualquier persona puede ser víctima del desgaste por compasión.

Un estudio realizado en la Universidad Adventista del Plata desveló que el desgaste por empatía está vinculado con la atención emocional y la reparación emocional. La atención emocional se refiere a la habilidad para prestar atención a las emociones y estados de ánimo de los demás. En práctica, las personas que padecen el Síndrome de Desgaste por Empatía le prestarían demasiada atención a las emociones, quedándose atrapadas en sus redes. De hecho, el desgaste por empatía también se ha relacionado con una pobre reparación emocional, que se refiere a la capacidad para poner en práctica planes de acción que nos permita regular nuestros estados de ánimo, como el simple hecho de asumir una distancia psicológica para proteger nuestro equilibrio afectivo.

Las personas que prestan mayor atención a sus emociones reportan niveles de ansiedad más elevados como respuesta a la mayoría de las situaciones de la vida cotidiana y suelen usar estrategias de afrontamiento desadaptativas centradas en la evitación, rumiación, supresión de pensamiento y auto-culpabilidad. Por tanto, si eres una persona hipersensible emocionalmente pero no logras poner en marcha estrategias que te permitan reparar esas heridas, es más probable que termines sufriendo el Síndrome de Desgaste por Empatía.

Los síntomas del desgaste por empatía

1. Reexperimentación. La persona vuelve a experimentar las experiencias traumáticas que han vivido los demás, ya sea a través de flashbacks, durante sus sueños o simplemente rumiándola durante el día. El primer signo de alarma es que no logras sacarte esa situación de la cabeza y descubres que piensas en ello más de lo habitual, lo cual significa que se ha quedado como un foco activo en tu cerebro.

2. Embotamiento afectivo y evitación. El distrés acumulado que no se gestiona adecuadamente puede terminar haciendo que te desconectes por completo de la situación. En práctica, cuando tu mente se satura y llega al punto en el que no puede seguir asimilando tanto dolor y sufrimiento, se distancia emocionalmente de la realidad. Como resultado, se experimenta irritabilidad, frustración y la sensación de desconexión emocional, como si todo fuera ajeno, lo cual termina afectando la capacidad de disfrute y para relacionarse con las personas.

3. Hiperactivación. A la larga, el Síndrome de Desgaste por Empatía no solo genera fatiga sino también ansiedad. Si te sucede, es probable que entres en un estado de hiperactivación nerviosa, el cual provoca dificultades para dormir, problemas para concentrarte y una exaltación extrema ante estímulos pequeños, e incluso ataques de pánico.

¿Cómo evitar el desgaste?
  • Desconecta, dedicar tiempo a actividades de ocio te ayudará a proteger tu equilibrio emocional ya que así no acumularás estrés, frustración y preocupaciones innecesarias.
  • Practica la meditación mindfulness o técnicas de relajación que te permitan “recargar” tu batería emocional y estimulen un estado de paz interior. Recuerda que cuando hay calma dentro, las tormentas externas no hacen mella.
  • Aprende a desarrollar una distancia psicológica de los problemas, tanto de los propios como de los ajenos, lo cual no significa ser frío y egoísta sino asumir una actitud que te permita lidiar con las situaciones de la mejor manera posible.
  • Desarrolla más tu Inteligencia Emocional, aprende a detectar las situaciones que generan estrés y  malestar y aplica estrategias de afrontamiento que te ayuden a dejar ir las emociones que pueden dañarte.
Recomendaciones para gestionar esta crisis emocional (para profesionales

El síndrome puede ir apareciendo progresivamente o puede ser súbito, como una bomba que sólo depende de que el tiempo se acabe para estallar. Por lo cual es importante aprender a reconocer los signos y síntomas para poder saber cuándo tomar la decisión de darse un break e implementar pautas de autocuidado. Es sumamente importante, para dar terapia o tratar con pacientes, que los intervinientes tengan buena salud mental.

Algunas recomendaciones para el autocuidado de los intervinientes son:
  • Formación psicoeducativa para el desarrollo de resiliencia y herramientas para lidiar con el estrés agregado al cotidiano de estar expuestos a factores de riesgo.
  • Tener técnicas de relajación o de meditación.
  • Realizar actividades de ocio completamente desconectados del trabajo.
  • Saber pedir apoyo en cuanto note sintomatología fuera de lo normal.
  • Conocer las situaciones que son detonantes de altos niveles de estrés y que llevan a la vulnerabilidad.
  • No sobrecargarse de trabajo ni con casos que saben que no podrán manejar efectivamente.
Como profesionales de la salud es fundamental reconocer y aceptar que también se necesita de vez en cuando apoyo psicológico y un descanso de las actividades diarias. El problema es que muchas veces se lleva una “doble agenda”, sin problema se identifica la sintomatología anormal en cualquier paciente pero no es así cuando se trata de uno mismo. Es por esto que hay que fomentar el autoconocimiento y la implementación de medidas preventivas de autocuidado.

Fuentes:
  • Alecsiuk, B. (2015) Inteligencia Emocional y Desgaste Por Empatía En Terapeutas. Revista Argentina de Clínica Psicológica; 24: 43-56.
  • Mestre-Escrivá, V., Frías Navarro, M.D. y Samper-García, P. (2004) La medida de la empatía: análisis del Interpersonal Reactivity Index. Psicothema; 16(2): 255-260.
  • Figley, C.R. (1995) Compassion Fatigue: Coping with secondary traumatic stress disorder in those who treat the traumatized. Nueva York: Brunner/Mazel Publishers.


jueves, 12 de julio de 2018

Efectos que causa el Alcohol en el Organismo

Los efectos dañinos que causa el alcohol en el cuerpo son innumerables, principalmente el etanol en cualquiera de sus fases: consumo, abuso o dependencia. Que es una droga psicoactiva que provoca muchos efectos secundarios alterando gravemente el organismo.
En este caso juegan un papel muy importante la cantidad de alcohol ingerido, como también las circunstancias. Si se consume licor con el estómago lleno son menores los efectos de este en el organismo. En cambio si se toma con el estómago vacío los efectos son mucho mayores.

¿Cómo actúa el alcohol en  el organismo?

El alcohol puede tener un doble efecto en el organismo, ya que en su comienzo produce una gran sensación de satisfacción y alegría, pero más adelante se comienza a presentar visión borrosa y graves problemas de coordinación. Las membranas de las células no pueden detener el paso del alcohol, y ya estando en la sangre se riega por la mayor parte de tejidos que componen el cuerpo.

Con el consumo excesivo se pierde fácilmente la consciencia, pero si el consumo es extremadamente alto puede provocar envenenamiento por alcohol y hasta producir la muerte, ya que un alto porcentaje de alcohol en la sangre provoca paro cardiorrespiratorio, o se puede producir la muerte por asfixia ocasionada por el vómito, ya que cuando una persona está totalmente enajenada por causa del alcohol puede ahogarse con su propio vomito al no poder responder a esta necesidad.

El alcohol después de ser ingerido puede tardar unos treinta o noventa minutos en llegar a la sangre, en ese momento se reducen los azúcares que se encuentran en la sangre, provocando una absoluta debilidad y agotamiento, esto sucede porque el alcohol acelera la transformación de glucógeno en glucosa y esta se elimina más rápido.

Las Fases de Intoxicación Etílica

Luego de haber bebido alcohol aparecen los efectos, estos dependen de la cantidad que se haya ingerido.
  1. La primera es euforia, excitación, desinhibición y se adquiere una conducta impulsiva.
  2. La segunda es la intoxicación, cuando el organismo no esta acostumbrado al alcohol se afecta el sistema nervioso, se pierde la capacidad de coordinar los movimientos y se pierde el equilibrio provocando algunas caídas, el alcohol provoca depresión y perdida de calor del organismo.
  3. La tercera es la fase hipnótica, de mucha confusión, se produce irritabilidad, agitación, sueño, náuseas,  vómitos y cefalea.
  4. La cuarta fase es anestésica y de estupor, se dicen palabras incoherentes, disminuye notablemente la consciencia, se pierde la fuerza muscular, no se controlan los deseos de orinar, se dificulta la respiración.
  5. La quinta fase es la bulbar o de muerte, se entra en shock cardiovascular, se produce paro respiratorio y llega la muerte.
Los Efectos del Consumo de Alcohol en el Cuerpo

Los efectos del alcohol en el cuerpo muchos a mediano y largo plazo, afectando muchos órganos.

El cerebro y el sistema nervioso
  • El frecuente consumo de alcohol afecta gravemente las funciones cerebrales, en primer lugar a las emociones, provocando cambios súbitos de humor, se altera el control de la motricidad, provocando mala pronunciación, reacciones muy lentas y pérdida del equilibrio.
  • Puede alterar la acción de los neurotransmisores, modificando su estructura y función. Lo cual produce una serie de efectos, como la capacidad de reacción, los reflejos son retardados, se pierde la capacidad de coordinar movimientos, se producen temblores y alucinaciones, se pierde el autocontrol, la memoria, la capacidad de concentración y las funciones motoras se alteran gravemente.
  • Todos estos efectos juntos son los causantes de una gran cantidad de accidentes laborales y de tránsito los cuales han terminado con la vida de un considerable número de personas en todo el mundo.
  • El alcohol causa graves daños en las células cerebrales, como también a los nervios periféricos, estos daños pueden ser permanentes
  • El alcohol también ocasiona la disminución de la vitamina B1, lo cual causa la enfermedad de Wernicke-Korsakoff, la cual provoca la alteración de los sentimientos, pensamientos y la memoria.
  • Produce trastornos del sueño en la gran mayoría de las personas que consumen alcohol con mucha frecuencia.
  • Además estas personas con frecuencia se aíslan de su entorno social laboral y familiar, lo cual provoca  el abandono de las familias, divorcios y la pérdida del empleo lo que puede provocar  una profunda depresión y en la mayoría de los casos termina en suicidios.
  • La mayor parte de estos efectos se producen dependiendo de la cantidad y de la frecuencia con la que se consume el alcohol.
  • En dosis muy altas se puede llegar al estado de coma, en casos muy avanzados provoca alteraciones mentales muy serias y daños cerebrales permanentes.
  • Se presentan periodos de anemia, con alteraciones en la memoria condición que puede durar algunos minutos, horas o incluso algunos días.
En el corazón y el Aparato Respiratorio
  • Aumenta la actividad cardíaca.
  • El consumo de dosis muy elevadas puede aumentar la presión sanguínea o presión arterial, ocasionando daños en el musculo cardíaco debido al efecto tóxico del alcohol.
  • Se debilita el músculo cardíaco y por lo tanto la capacidad para bombear se ve disminuida.
  • Produce vasodilatación periférica, lo que ocasiona enrojecimiento de la piel y aumento de la temperatura superficial de la piel.
En el Aparato Digestivo: estómago, páncreas, hígado y esófago
  • Todas las molestias gástricas se debn a que el etanol erosiona e irrita la mucosa gástrica, provocando ardor estomacal, el cual se puede ver incrementado si se toman diferentes clases de licores a la vez.
  • El alcohol aumenta la producción de ácido gástrico, provocando irritación e inflamación en las paredes del estómago, lo que puede provocar úlceras y hemorragias internas que pueden ser fatales.
  • El alto consumo de alcohol puede ocasionar cáncer de estómago, de laringe, de esófago y de páncreas.
  • Puede provocar esofagitis, o sea la inflamación del esófago, además varices esofágicas sangrantes.
  • Se produce pancreatitis aguda, que es la inflamación severa del páncreas, lo cual puede llevar a la muerte.
  • La pancreatitis también puede ser crónica provocando un intenso dolor permanente.
  • El consumo de alcohol puede llevar a la persona a sufrir de diabetes tipo ll. con las graves consecuencias que esta enfermedad provoca en las personas que la padecen.
  • El órgano que se encarga de metabolizar el alcohol es el hígado, las enzimas del hígado transforman el alcohol primero en acetaldehído y luego en acetato y otros compuestos. El proceso es muy lento,  por lo tanto  produce daños en los tejidos del hígado.
  • Por la irritación y la inflamación celular hepática es probable que se desarrolle una hepatitis alcohólica, de esta manera el hígado se puede afectar transformándose primero en hígado graso, luego puede llegar a la hepatitis y  luego a la cirrosis, terminando por desarrollar cáncer de hígado produciendo la muerte.
  • Otras alteraciones de este órgano pueden ser la ictericia, o sea el color amarillo de la piel, la esclerótica y la acumulación de líquidos en las extremidades.
  • La función renal se ve alterada ya que la hormona antidiurética reduce sus niveles, lo cual provoca deshidratación.
  • El alcohol aporta una gran cantidad de calorías con muy poco valor nutritivo, impide la absorción de algunos minerales y vitaminas, elimina el apetito, provocando desnutrición.
En la sangre
  • Impide la producción de glóbulos blancos y rojos.
  • Cuando no hay suficiente cantidad de glóbulos rojos para transportar el oxígeno se produce la anemia magaloblástica
En el Sistema Inmunitario y Reproductor
  • La falta de los glóbulos blancos produce la falla del sistema inmunológico, lo cual aumenta el riesgo de adquirir infecciones bacterianas y virales.
  • Disminuye el deseo sexual.
  • Puede ser causante de infertilidad y disfunción eréctil.
En el Embarazo y en el Feto
  • El consumo de alcohol durante el embarazo puede provocar en el feto el síndrome alcohólico fetal, los síntomas de esta condición se manifiestan en el retardo de crecimiento, alteración en los rasgos cráneo-faciales, malformaciones cardíacas, hepáticas, renales y oculares.
  • El daño más grave se produce en el sistema nervioso central del feto, en el cual se puede producir un marcado retraso mental.
Síndrome de Dependencia Alcohólica o Alcoholismo

Este es uno de los problemas más graves que conlleva el consumo desaforado e incontrolable de alcohol debido a la gran cantidad de síntomas y patologías que se asocian al alcoholismo.

Esperamos que esta ilustración sobre todos los graves problemas y quebrantos de salud  que el alcohol puede ocasionar a quienes no controlan los impulsos de beber sea de una verdadera ayuda para que tomen conciencia, y por lo menos traten de buscar ayuda profesional, ya que el alcoholismo más que un “vicio” como es nombrado por muchos, es más bien un grave problema de salud al que se le debe prestar atención inmediata tan pronto se empiecen a sentir los deseos de estar bebiendo con frecuencia.

Si tienes un amigo, familiar o conocido que presente este problema trata de lograr que se deje ayudar y acuda a un centro de rehabilitación para personas alcohólicas, te aseguro que más adelante te lo va a agradecer, porque de esta manera se le ahorraran innumerables cantidades de problemas, tanto familiares como personales y  lo más importante evitara graves problemas de salud que conllevan consecuencias muchas veces fatales.

Fuente: Mejor con Salud