lunes, 7 de junio de 2021

Grados de Autismo Infantil

Los trastornos del espectro autista, también conocidos como trastornos generalizados del desarrollo, son un grupo de alteraciones de comienzo temprano en la infancia que se caracterizan por una perturbación marcada en varias esferas.

Dentro de este grupo son comunes las alteraciones en la interacción social, en las habilidades comunicativas y en la esfera de los intereses, la conducta y la actividad. De todos los trastornos, probablemente el más conocido es el autismo infantil, que afecta a alrededor de 2 y 5 casos por cada 10.000 niños. Sin embargo, las manifestaciones del autismo no son siempre las mismas, existen diferentes tipos o grados de autismo infantil.

En este sentido, es importante puntualizar que existen diversas clasificaciones sobre el autismo infantil, pero la primera y más conocida en el área científica es la desarrollada por Ángel Riviere, que se sustentó en los estudios de Lorna Wing. Para realizar esta clasificación los autores se basaron en la descripción clínica de 12 áreas del desarrollo e identificaron los distintos tipos de autismo infantil según las manifestaciones de los síntomas y su intensidad.

Grados de autismo infantil

Grado 1. Trastorno autista

Este es el grado más profundo de los trastornos del espectro autista y el más conocido por la mayoría de las personas. Fue descrito desde el año 1941 por Leo Kanner, quien le dio el nombre de Autismo Infantil Precoz, convirtiéndose en el primer trastorno en englobar a todos los niños con características del espectro autista, sin realizar distinción de síntomas o gravedad. Hoy se conoce simplemente como trastorno autista e incluye a los niños con las manifestaciones más profundas.

Para diagnosticar a un niño con un trastorno autista de grado 1 es necesario que no haya desarrollado su lenguaje y tienda a evitar la mirada y aislarse del mundo. También debe presentar movimientos estereotipados que resultan raros y no tienen un objetivo definido. Además, debe manifestar una gran incapacidad para expresar las emociones y mantener una esfera de intereses y actividades muy reducida.

Grado 2. Autismo regresivo

También conocido como trastorno desintegrativo infantil, el autismo regresivo es una alteración del espectro autista que tarda un poco más en aparecer. Esto se debe a que al menos los primeros dos años del niño transcurren de manera normal pero en cierto punto del desarrollo, comienza a perder de manera paulatina las habilidades adquiridas. Este trastorno se debe manifestar antes de los 10 años de edad.

A partir de esta regresión, el niño comienza a manifestar los mismos síntomas que se aprecian en el trastorno autista pero con una intensidad menor. De esta manera, es frecuente que el niño pierda el lenguaje adquirido y su capacidad para comunicarse de forma adecuada con los demás niños y adultos de su entorno. Además, suelen aparecer también conductas repetitivas que incluyen estereotipias motoras y manierismos, a la vez que se comienzan a aislar del mundo que los rodea.

Grado 3. Autismo de alto funcionamiento

Se trata del tipo de autismo más ligero porque no suele manifestar síntomas agudos o profundos, al menos al inicio del trastorno. A diferencia de los otros dos tipos de autismo, en este caso el niño desarrolla un lenguaje aparentemente normal, sus procesos cognitivos también se mantienen dentro de la norma y si cuenta con ayuda, incluso puede matricularse en un colegio normal.

Por lo general, los niños diagnosticados con un autismo de alto funcionamiento se distinguen porque tienen una gran capacidad de memoria; sin embargo, también presentan una rigidez mental acentuada con ideas que rondan la obsesividad y una aguda torpeza motora. Estos síntomas denotan claramente la presencia de un trastorno del espectro autista. Asimismo, suelen manifestar una reducida esfera de intereses y actividades que se caracterizan por la presencia de rituales que resultan muy difíciles de eliminar.

Pero, ¿sabías que el TEA no es una condición homogénea y se puede presentar con diferentes síntomas? Esto hace que, además de entender que tiene diferentes tipos o grados como aquí te comentamos, también es necesario saber la clasificación de funcionamiento que tiene dependiendo de los síntomas o el grado de afección que tenga el niño.

Autismo leve y severo

Cada vez son más los niños que reciben un diagnóstico del espectro autista. Según apuntan las estadísticas, entre el 7 y 8% de los niños en edad escolar padecen este trastorno. En sentido general, se trata de un conjunto de alteraciones que afectan la esfera de los intereses y actividades del niño, así como su capacidad para comunicarse. Sin embargo, al contrario de la creencia popular, todos los niños con autismo no tienen el mismo nivel de funcionamiento cognitivo, psicológico y social.

De hecho, la comunidad científica ha realizado diferentes clasificaciones de los trastornos del espectro autista, que van desde los trastornos de funcionamiento leve y moderado, hasta las alteraciones más severas.

Por lo general, a los niños que padecen un autismo severo se les dificulta lograr cierto grado de independencia, incluso en la vida adulta. Al contrario, los niños que padecen un autismo leve son capaces de desarrollar su vida de forma independiente. Sin embargo, esta no es la única diferencia entre el autismo leve y el severo, existen muchas más.

Funcionamiento cognitivo

Generalmente, los niños con autismo suelen desarrollar destrezas cognitivas en un área particular, como puede ser el arte, la música o las matemáticas. Además, los niños que sufren un autismo leve conservan una inteligencia normal o incluso superior a la media. Por eso, suelen obtener buenas calificaciones en las pruebas de inteligencia, a pesar de que a veces pueden presentar dificultades para enfrentar tareas de la vida cotidiana, sobre todo las que demandan tomar decisiones rápidas o implican un cambio en sus rutinas.

En el autismo severo también se evidencian problemas para adaptarse a los cambios pero, a diferencia del autismo leve, estos niños presentan niveles muy bajos del funcionamiento cognitivo, que a veces limitan o coexisten con una disfunción intelectual. De hecho, no es extraño que obtengan puntuaciones por debajo de los 70 puntos en las pruebas de inteligencia, lo que indica que su coeficiente intelectual es bajo.

Habilidades comunicativas

Uno de los problemas más frecuentes en el autismo son las dificultades en la comunicación. No obstante, quienes padecen un autismo leve son capaces de desarrollar diferentes habilidades verbales, a pesar de que pueden tener algunos problemas en la comunicación funcional. Es decir, estos niños dominan el vocabulario, las conjugaciones y las estructuras gramaticales pero en determinadas situaciones pueden tener dificultades para expresar lo que quieren decir.

Al contrario, en el autismo severo se aprecian serios problemas para aprender las palabras y comprender su significado, así como para usar correctamente las estructuras gramaticales. De hecho, según los informes de Autism Speaks, cerca del 25% de los niños que sufren un autismo severo no logran comunicarse de forma verbal.

Relaciones sociales

Otra de las peculiaridades del trastorno autista son las dificultades para relacionarse con los demás. Sin embargo, en el autismo leve este problema muchas veces pasa desapercibido porque, en realidad, estos niños logran comunicarse, su principal dificultad radica en que no siempre son capaces de captar las sutilezas de la interacción social (como el tono de la voz, el contacto visual, el lenguaje corporal y la empatía).

Los niños con autismo severo no son capaces de relacionarse con los demás porque están sumidos en su propio mundo. De hecho, la mayoría de las veces no son conscientes de lo que dicen o hacen las personas que se encuentran a su alrededor, y a menudo es necesario un gran esfuerzo para llamar su atención.

Comportamiento y movimientos estereotipados

En el imaginario popular se ha extendido la creencia de que los niños con autismo se distinguen por sus conductas repetitivas. Sin embargo, la realidad es diferente ya que, aunque es cierto que en algunos casos aparecen manierismos y movimientos estereotipados muy marcados, en otras ocasiones apenas se notan. De hecho, en el autismo leve no suele haber una conducta repetitiva evidente.

Al contrario, en el autismo severo a los niños les resulta difícil controlar los movimientos estereotipados, aunque estos afecten sus actividades cotidianas o a las personas que lo rodean. De hecho, cuando se sienten frustrados ante un cambio de rutina o se sienten agobiados, pueden ser incapaces de regular su comportamiento e incluso pueden llegar a hacerse daño.

El diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado pueden mejorar el pronóstico

El trastorno autista tiene una fuerte determinación genética que influye en el desarrollo de los síntomas y la gravedad de los mismos. No obstante, se ha demostrado que el nivel de funcionamiento del espectro autista puede variar cuando se aplica el tratamiento adecuado y si se implementa de forma temprana. De hecho, un estudio publicado en la revista Pediatrics afirma que una intervención temprana puede mejorar el coeficiente intelectual de las personas con autismo en un promedio de 17,6 puntos. Asimismo, es posible atenuar los problemas de adaptación, las dificultades sociales y los problemas del lenguaje.

Cuándo consultar al médico

Si te preocupa el desarrollo de tu hijo o sospechas que puede tener trastornos del espectro autista, coméntale tus inquietudes al médico. Los síntomas de estos trastornos también pueden estar vinculados con otros trastornos del desarrollo.


Red



lunes, 24 de mayo de 2021

¿Qué Significa Soñar con tu Ex?

El significado de los sueños en la psicología siempre ha sido objeto de estudio por esta misma disciplina. El mundo onírico está lleno de misterios y es que, cuando nos vamos a dormir, es difícil controlar todo lo que nuestra mente ha intentado bloquear a lo largo del día. Es por ello que muchas veces podemos llegar a soñar cosas verdaderamente impensables y que nos dejan con muchas dudas en la cabeza.

Uno de los sueños que más desconcertadas y desconcertados nos deja es soñar con nuestra ex pareja. Puede ser que te preguntes ¿Por qué sueño con mi ex? y ¿Qué significa soñar con mi ex?

No te preocupes si te has despertado agobiado, aturdido o con ganas de verle. Seguramente habrás pasado grandes momentos junto a esa persona. Aparte el terminar una relación es habitual que genere tristeza durante un tiempo, recordarle con algo de nostalgia e incluso soñar que le vuelves a ver o que todavía están juntos, es natural y humano, ya que estas atravesando un proceso de aceptar los cambios que tiene lugar en tu vida.  

Significado de soñar con tu ex

Si en tu sueño aparecía tu ex pareja, puede ser que te preguntes ¿por qué sueño con mi ex? Al terminar una relación, es posible que queden algunos temas o conflictos que te gustaría solucionar puesto que es una experiencia vital en nuestra vida y esa persona ha significado mucho para nosotras o nosotros. Por lo tanto, soñar con nuestro ex no resulta algo extraño.

¿Qué significa soñar con un ex? Podemos interpretarlo de la siguiente manera:

Soñar con tu ex puede tener varios significados, estos pueden estar relacionados con la nostalgia, el proceso de duelo, el conflicto e incluso la inseguridad. Para analizar nuestro sueño, vamos a tener que observar qué factores aparecían en él.

Soñar que estas besando con tu ex

En el caso que hayas conocido a alguien y sueñas que besas a tu ex, representa con ya no estas recibiendo lo que tenias con el/ella. Por otra parte en caso de que no estés con nadie significa que le extrañas, que te gustaría verle o sentirla, aunque el sueño del beso en si tiene otras connotaciones màs de fondo. 

Soñar con tu ex haciendo el amor

Soñar con tu ex marido o tu ex mujer puede tener diferentes significados según la temática del sueño. Si lo que has soñado guarda relación con tener contacto sexual, puede significar que echas de menos tener intimidad con esa persona y una parte de ti busca consumar este deseo. Es normal experimentar sueños eróticos con tu ex puesto que es una persona con la que hemos compartido muchas relaciones sexuales y nuestra mente está acostumbrada a recibir estímulos sensuales que, después de la ruptura, han desaparecido.

Si actualmente tienes pareja y has soñado con tu ex haciendo el amor, es posible que sientas que en tu actual relación te falte algo y por ello tu mente inconscientemente busca satisfacer aquello que siente que te falta.

Qué significa soñar que tu ex está con otra persona

Por otra parte, si en tu sueño tu ex pareja está con otra persona, es posible que tenga un significado algo más complejo: a pesar de que esa persona ya no está con nosotros/as, seguimos manteniendo un lazo inconsciente de pertinencia, lo que hace que sintamos miedo y celos en una situación soñada como es el hecho de que tu ex esté con otra persona. Es importante también valorar los sentimientos que nos produce el sueño al despertar para entender mejor lo que quieren decirnos.

Un consejo terapéutico si estos sueños te atormentan es que aprendas a manejar tus sentimientos en el plano consciente, trabajo con tu psicoterapeuta.

Qué significa soñar que discutes con tu ex

Es un reflejo de las duras vivencias que acabaron con la relación y que de vez en cuando vuelven esos pensamientos. 

Qué significa soñar que vuelves con tu ex

Soñar que tu ex vuelve a ti es una de las imágenes más recurrentes cuando soñamos con nuestra expareja. Este tipo de sueños puede significar muchas cosas dependiendo de la sensación que tengamos al despertar. Puede ser placentera o todo lo contrario; soñar que vuelves con tu ex puede convertirse en una verdadera pesadilla.

Soñar que nuestro ex quiere volver suele ser señal de un deseo oculto que tenemos de volver con él o con ella, pero como eso no ocurre en el mundo real, nuestra mente crea escenarios para que se lleve a cabo aquello que anhelamos. En cualquier caso, debemos prestar atención a nuestras emociones. Según la teoría del psicoanálisis y el significado de los sueños según Sigmund Freud, nuestros sueños tienen como objetivo cumplir y satisfacer los instintos que no han sido logrados durante el día.

Por lo tanto, si nuestro ex aparece de manera recurrente mientras soñamos, es posible que debamos hablar con él o con ella para poder cerrar una herida que nuestra mente mantiene abierta. Intenta hacer las paces y solucionar todo aquello que creas conveniente, practicando la comunicación asertiva y evitando cualquier tipo de conflicto.

Comúnmente no es una señal que quieras volver, simplemente estas en proceso de aceptar que esa fase de tu vida ha terminado y que es momento de pensar en tu futuro.  

Es importante pasar por un proceso de duelo adecuado y superar una ruptura de una manera sana, de lo contrario, es posible que sigamos soñando con nuestra expareja.

Hay que tener en cuenta que soñar con un ex puede tener varias connotaciones dentro del significado de los sueños. Puede indicar nostalgia, un proceso de duelo por la ruptura o el conflicto interno de inseguridad después de haber roto la relación.

Este artículo es meramente informativo, es importante trabajarlo bajo análisis en terapia.

Nota: es importante recordar que la interpretación de los sueños no posee las suficientes bases empíricas como para considerarse una ciencia, todo lo que leerás a continuación son conjeturas basadas en el psicoanálisis y en el significado de los sueños según otras disciplinas.

 

Bibliografía. Frígola, V. B. (2000). Ortega, Freud, el psicoanálisis y la interpretación de los sueños. Revista de Historia de la Psicología, 21(2), 631-658.

lunes, 17 de mayo de 2021

Trastorno Mixto Ansioso Depresivo

El trastorno mixto ansioso depresivo, es uno de los padecimientos mentales que más ha sido debatido en cuanto tomarlo en cuenta o no dentro de la clasificación de los trastornos mentales. Finalmente no ha sido aceptado dentro de esta clasificación y no precisamente porque una persona no pueda presentarlo, sino que es más bien diagnosticado por separado como un trastorno depresivo con rasgos de ansiedad o viceversa. 

El trastorno mixto ansioso depresivo se refiere a aquellos casos en donde las personas no pueden ser diagnosticadas con ansiedad o depresión ya que no cumplen con todos los síntomas, sin embargo muestran tener algunos síntomas de ambas patologías de manera simultánea.

Trastorno mixto ansioso depresivo: síntomas

Es necesario tomar en cuenta que, para que una persona pueda ser diagnosticada con este tipo de trastorno, es necesario que los síntomas que presente, tanto de ansiedad como de depresión sean leves. Otra cuestión a tomar en cuenta es que todos los síntomas que presente la persona le estén repercutiendo en una o más áreas de su vida.

Criterios diagnósticos según el DSM-V

Para que una persona pueda ser diagnosticada con un trastorno ansioso-depresivo, debe de cumplir con algunos de los siguientes síntomas, tomando en cuenta que de tiene que haber estado experimentándolos por al menos 1 mes seguido y un estado de ánimo depresivo. Los síntomas principales son los siguientes:

  1. Encontrarse bastante irritable y molesto la mayor parte del día
  2. Tener una preocupación constante e intensa aún sin tener motivos reales para estar preocupado
  3. Dificultad para concentrarse en cualquier tipo de actividad y para aprender alguna habilidad nueva
  4. Tener problemas de sueño
  5. Experimentar cansancio y fatiga
  6. Tener pensamientos obsesivos negativos casi todo el día
  7. Encontrarse sumamente sensible y con ganas de llorar
  8. Sentimientos de inutilidad y baja autoestima
  9. Preocupación excesiva por lo que va a ocurrir en el futuro y sentir la necesidad de protegerse

Todos estos síntomas provocan en la persona que los padecen un elevado grado de insatisfacción e infelicidad en una o más áreas de su vida.

Causas del trastorno mixto ansioso depresivo

Se ha encontrado que existen diferentes causas que pueden llevar a una persona a padecer un trastorno mixto ansioso depresivo. Este tipo de desequilibrio psicológico puede aparecer en combinación con diversos factores como los ambientes, psicológicos y biológicos. A continuación, explicaremos en que consiste cada uno de ellos.

  1. Factores biológicos. Existen algunos factores biológicos que pueden influir para que una persona pueda padecer de este tipo de trastorno como por ejemplo que exista un desequilibrio en la química del cerebro debido a la deficiencia de algunos neurotransmisores como la serotonina y/o la dopamina. Esto también puede ser hereditario y transmitirse de una generación a otra.
  2. Factores psicológicos. Entre estos factores se encuentra todo lo relacionado a la personalidad del individuo, hay ciertos rasgos o características de la personalidad que son más vulnerables a padecer este tipo de trastorno. Aquí también influye lo que son las propias creencias de la persona, sus pensamientos, ideas y la percepción en general que tiene de la vida.
  3. Factores ambientales. Entre los principales factores ambientales se encuentra el que se haya crecido dentro de una familia disfuncional, haber recibido un tipo de apego inseguro y el haber tenido a lo largo de la vida bastantes dificultades y problemas principalmente de tipo familiar y económico.

¿El trastorno mixto ansioso depresivo se cura?

Las personas que padecen este tipo de trastorno es necesario que se sometan a un tratamiento psicológico. El tratamiento psicológico que ha obtenido los mejores resultados para la cura de este padecimiento es la Terapia Cognitivo Conductual. El objetivo de esta terapia es reducir de manera gradual los síntomas que presenta la persona de ansiedad y de depresión. Para lograrlo, primero que nada se le explica al paciente por medio de la psicoeducación cuál es su diagnóstico y todos los aspectos relacionados con el, como por ejemplo que conozca en que consiste el trastorno que padece, sus causas, síntomas, consecuencias, entre otras cosas. Después se trabaja en disminuir su nivel de activación fisiológica relacionada con la ansiedad, para ello se emplean técnicas de relajación y de respiración. Por otro lado, también se trabaja por medio de la reestructuración cognitiva con aquellos pensamientos negativos que le incitan a actuar o a sentirse de una determinada manera por lo que se modifican para cambiar la percepción de la persona y que éstos se vuelvan más positivos. Otro de los objetivos es que el paciente mejore su estado de ánimo y para ello se trabaja con la activación conductual haciendo que el paciente retome nuevamente aquellas actividades que le resultaban placenteras.

Red

lunes, 3 de mayo de 2021

Las Hermanas Papin: mirada desde el Psicoanálisis y Psicosis, Lacan

El caso de las hermanas Papin ha sido estudiado desde diferentes puntos de vista. Se considera un caso de psicosis paranoica, con algunos rasgos similares al caso Aymee. También es una muestra dramática del retorno de lo reprimido en personas que han sido segregadas sistemáticamente.

El caso de las hermanas Papin impactó profundamente a la sociedad de su tiempo. Ellas fueron dos empleadas del servicio doméstico que asesinaron a las personas para quienes trabajaban. Al comienzo, fue un gran escándalo, la cobertura mediática fue total, pronunciándose aquí y allí frases de indignación y adjetivos de horror y desprecio por las mujeres. También desde el comienzo fueron muchos los criminólogos, psicoanalistas, psicólogos y psiquiatras que fijaron su atención en el caso de las hermanas Papin. Lo sucedido llamaba la atención por los detalles dramáticos. Una vez fueron juzgadas y condenadas, la prensa se olvidó de ellas, pero los estudiosos de la conducta criminal no.

El propio Jacques Lacan, Sartre y Simone de Beauvoir hicieron muchas reflexiones en torno a este caso de psicosis, igual que varios criminólogos y juristas. El escritor Jean Genet creó una obra de teatro para consignar lo sucedido con el escueto nombre de Las criadas. Se considera una de las grandes obras dramáticas del siglo XX. Veamos cómo fue la historia de las hermanas Papin.

Pese a los detalles escabrosos del caso, la historia de las hermanas Papin es una historia, sobre todo, de sufrimiento. Eran tres: Emilia, Christine y Léa. De la mayor, Emilia, se sabe muy poco: solo que fue abandonada en un orfanato. Christine y Léa fueron las protagonistas del crimen. Su padre, Gustave Papin, era alcohólico y agresivo. Su madre, Clèmence Derèe, una mujer que no tenía vocación para la maternidad. Clèmence le entregó a Christine a una cuñada para que ella la criara. Siete años después la saca de allí y la interna en el mismo orfanato en donde estaba la hermana mayor, Emilia. Luego tiene a Lèa, con quien repite el mismo patrón. Cuando Christine cumplió 15 años, su madre la saca de la institución y la pone a trabajar como sirvienta en casas de burgueses. Lo mismo hizo cuando Lèa cumplió 13 años. Las dos hermanas, Christine y Lèa fueron contratadas por los Lancelin, una familia adinerada compuesta por el padre, la madre y una hija única. Las dos chicas se comportaron de manera ejemplar durante los años siguientes. Eran sumisas, atentas y muy trabajadoras. Tanto era así que recibieron el apodo de “Las perlas de los Lancelin” por parte de los vecinos.

El crimen

Las hermanas Papin no salían a divertirse y prácticamente no tenían vida social. Christine protegía a Lèa y esta la seguía siempre. En un momento dado, ambas comienzan a llamar “madre” a la señora Lancelin. Léa era aún menor de edad y por eso fueron a la alcaldía para pedir su emancipación plena de la verdadera madre, Clèmence. Sin embargo, de manera sorprendente, al hacer el trámite no pudieron recordar el nombre de esa madre. El 2 de febrero de 1933 las hermanas Papin mataron a la señora Lancelin y a su hija. Les sacaron los ojos a ambas, estando aún vivas. Luego las golpearon con todo lo que encontraron: martillos, floreros, etc. Después dejaron los cadáveres tirados, limpiaron todos los instrumentos y ellas mismas se bañaron. Enseguida subieron a la habitación, se acostaron y se abrazaron. Así las encontró la policía. Dijeron haber provocado un apagón por una plancha en mal estado. Aparentemente, la señora Lancelin se enfureció, quiso abalanzarse sobre Christine y esto desató el crimen. A juicio de Lacan, cuando ellas mataron a la señora Lancelin, en realidad estaban asesinando a su madre, que siempre las había visto como objetos.

El desenlace

Durante el juicio que se les siguió, las hermanas Papin refirieron maltratos y golpes por parte de la señora Lancelin. Christine fue condenada a muerte; pena que más tarde se cambiaría por la reclusión en un manicomio. Lèa fue condenada a 10 años de cárcel. Clèmence, la madre, fue a visitarlas en la prisión, pero ellas no la reconocían y la llamaban “señora”. El momento de la separación fue muy dramático. Ambas se aferraron a su madre y tuvieron que utilizar la fuerza para separarlas. Christine se negó a comer y murió de inanición un tiempo después. Lèa salió de la cárcel en 1943 y luego fue a vivir con su madre. Murió a los 70 años. Muchos creen que la exclusión social, moral y psicológica a la que fueron sometidas las hermanas Papin retornó en forma del terrible crimen que, para Lacan, era un caso de psicosis paranoica. En la Francia de aquel entonces, donde tuvieron lugar los hechos, se descubrió que las empleadas domésticas era el colectivo con mayor tasa de ingreso en establecimientos psiquiátricos. Una vez internadas, las cifras seguían siendo alarmantes: representaban el 80 % de los casos de suicidio.

"Mi crimen es lo bastante grande para que yo diga lo que es" Christine Papin

Texto: Desde el Psicoanálisis, Lacan.

El psicoanalista francés Jacques Lacan se interesó en el crimen casi desde sus primeras incursiones en el psicoanálisis, aunque sólo lo hizo abiertamente en los años cincuenta, en particular con en su texto “Introducción teórica de las funciones del psicoanálisis en criminología”, que forma parte de lo que se conoce como Escritos 1.

En este trabajo, Lacan nos permite ubicar el valor del crimen y la criminología en el contexto del psicoanálisis, y, esencialmente, posibilita pensar la función del crimen en la clínica. En su texto sobre criminología, pone en evidencia su pregunta sobre la relación del psicoanálisis y la criminología; quizá no podía ser de otro modo, en tanto que como hombre de su época está atento a ciertos crímenes y a ciertos saberes que se discuten, sobre todo, desde el discurso psiquiátrico y jurídico, básicamente. Su interés lo lleva a mantenerse interrogando los fenómenos y las explicaciones que circulan acerca de los mismos. De hecho, podría haber dado algún tipo de interpretación psicoanalítica sobre los crímenes que se mencionaban en la época; sin embargo, su interés va más a fondo, reflexionando sobre el lugar que puede tener el psicoanálisis frente al delito, lo que lo conduce —insisto— mucho más allá de buscar o hacer una interpretación de los crímenes y los discursos que en torno a ellos se generaban. Por el contrario, en tanto que instalado como psicoanalista, hace de los fenómenos una pregunta y avanza, para, de esta manera, en algún sentido, hacer hablar al crimen.

El año en que Lacan se interroga y escribe sobre el crimen es 1950. Se trata de una década en la que el crimen es abordado principalmente por la psiquiatría y el discurso jurídico. Se trata de un momento en que la psiquiatría en Francia contaba con forenses de prestigio que impulsaban la psicopatología del crimen (en su libro Los anormales, Foucault señala que los años cincuenta se encontraban caracterizados por las pericias psiquiátricas y jurídicas en torno al crimen) como explicación determinante. Lacan, en cambio, desde el psicoanálisis, retoma las explicaciones de sus colegas y vuelve a formular las cosas. En particular, hay que destacar que su abordaje permite básicamente pensar al sujeto y su modo de relación con el Otro. Se trata esencialmente de leer el conflicto del sujeto con la ley, haciendo del criminal y del crimen significantes más que cuadros psicopatológicos. Es cierto que Lacan no se convirtió nunca en un criminólogo, pero sí se apasionó en establecer el sentido del crimen para el sujeto y la cultura. Si bien es cierto que es en 1950 cuando Lacan escribe “formalmente” sobre el crimen, su interés data de mucho antes.

Ya en su tesis doctoral De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad, de 1932, se ocupa de analizar el caso Aimee, quien es internada en el hospital de Sainte-Anne en París, después de que en la noche del 18 de abril espera a la actriz Huguette Duflos, quien es ubicada en el delirio de Aimee como su perseguidora, para atacarla con un cuchillo. En ese trabajo, Lacan va a introducir algunas nociones para trabajar con el concepto de “paranoia de autopunición” (autocastigo). También dará cabida a expresiones como la de “complejo fraterno”, en tanto que —enseña—, al golpear a la actriz, ha atacado a un doble en la cadena de perseguidores cuyo prototipo es su hermana Elise, quien tiempo atrás se fue a vivir a la casa que Aimee compartía con su esposo y paulatinamente la fue suplantando.

En ese mismo trabajo doctoral, Lacan también desarrolla la noción de “complejo de intrusión” como elementos presentes en el crimen paranoico. En 1933, a la tesis doctoral de Lacan va agregar algunas reflexiones sobre otro sonado crimen, el de las hermanas Cristine y Lea Papin, bajo el título de “Motivos del crimen paranoico”. Se trata del crimen cometido por dos hermanas que llevaban mucho tiempo trabajando como sirvientas en una casa burguesa compuesta por un abogado, su mujer y su hija. Entre los “bandos”, las patronas y las sirvientas, reina un casi total silencio, una nula y oscura empatía humana. La noche del 2 de febrero una torpeza de las hermanas provoca un apagón, las patronas (la madre y la hija) reclaman de manera elevada la torpeza y las hermanas responden con un ataque repentino, simultáneo y llevado a cabo con furor. Lacan en su tesis nos narra el crimen:

“Cada una se apodera de una adversaria, una le saca vivos los ojos de las órbitas (hecho inaudito, según se ha dicho, en los anales del crimen) y luego la remata. Después, con ayuda de cuanto encuentran a su alcance, un martillo, un jarrón de estaño, un cuchillo de cocina, se ensañan con los cadáveres de sus víctimas, les aplastan la cara y, denudándoles el sexo, acuchillan profundamente los muslos y las nalgas de una para embadurnar con esa misma sangre los muslos y las nalgas de la otra. Lavan en seguida los instrumentos de esos ritos atroces, se purifican ellas mismas, y se acuestan en la misma cama.”

Después del crimen, ya acostadas, intercambian una lacónica fórmula: “buena la hemos hecho”. Lacan se va a interrogar en este trabajo justamente por los motivos del crimen paranoico a partir de este caso. Las hermanas son condenadas por el jurado el 30 de septiembre. Christine recibe de rodillas la noticia de que le van a cortar la cabeza en la plaza principal. Después de retomar el diagnóstico que les es dado a las hermanas sobre su presunta anomalía mental, Lacan psiquiatra propondrá su tesis reconociendo, tanto los fenómenos elementales en el conjunto del delirio y en sus reacciones, como la influencia de las tensiones sociales. De esta manera, señala el Lacan de los años treinta, al hablar de la pulsión agresiva:

“Esta pulsión está teñida a su vez de relatividad social: tiene siempre la intencionalidad de un crimen, casi constantemente la de una venganza, a menudo el sentido de un castigo, es decir, de una sanción emanada de los ideales sociales, y a veces, finalmente, se identifica con el acto acabado de la moralidad, tiene el alcance de una expiación (autocastigo).”

A la distancia en el tiempo de estas afirmaciones del joven Lacan, podemos apreciar que la sociedad con los ideales que la comandan podría bien constituir lo Otro del crimen. Otro que segrega, en particular, a aquellos que no califican para formar parte del discurso del Otro imperante, quedan fuera, excluidos. Como excluidas, en “tensión social”, se encontraban las hermanas Papin. Ante esta exclusión, que es estructural, al quedar parte de la sociedad sin poder ser representado por los significantes de estos tiempos, se genera un retorno feroz de aquellos ubicados en el margen —el criminal es una de las pocas inscripciones posibles—, el retorno entonces aparece desde lo real, por ejemplo, el crimen, pero también el robo, el delito, en una palabra. Podemos ubicar la existencia efectiva de cierta tensión ligada al delito; furor, le llama Lacan en el crimen de las hermanas Papin. Esta tensión resulta con frecuencia explicada por la responsabilidad individual, consignada por peritajes de expertos en delitos (en los campos jurídicos, psicológicos, psiquiátricos y otros), sin tener en cuenta una demanda social de éxito inmediato. Cambian las cosas si pensamos que el delito se vincula a las exigencias del Otro social a pensarlo como un desajuste originado en un individuo patológico.


Red

lunes, 26 de abril de 2021

Niños de Alta Demanda

¿Cómo son y cómo se gestiona su crianza? Son críos muy intensos, movidos y sensibles, con una personalidad arrolladora que a menudo agota y desconcierta a los padres.

Los bebés de alta demanda crecen y sus características cambian. Aquí puedes consultar las más representativas para los niños de alta demanda

«Un término poco conocido que describe a niños de temperamento fuerte, intensos, muy sensibles y también movidos. No tienen ningún problema psicológico, ni tampoco son malos ni consentidos. Son personitas maravillosas, pero con una personalidad agotadora que suele complicar mucho su crianza»

No se trata de etiquetar a los niños con el fin de colgarles un sambenito. Se trata simplemente de conocer por qué se comportan de una determinada manera para que nosotros sepamos cómo actuar. Y también para que nos liberemos de la culpa y entendamos que el comportamiento de nuestro hijo no se debe a que no sepamos educarle. 'Hijos de alta demanda' (Ed. Toromítico).

Los padres de niños muy demandantes suelen sentirse a menudo «cansados, estresados y agobiados». Lo que les funciona un día ya no vale al siguiente. Sus hijos les absorben. No les dan tregua y «encima todo el mundo les da consejos que no piden porque la realidad es que ya lo han probado absolutamente todo sin éxito». Cuando son bebés son muy llorones, solo quieren estar en brazos, sobre todo en los de su madre, reclaman pecho continuamente y apenas duermen. «Es una crianza muy dura, desesperante en muchos aspectos. Son niños absolutamente normales, pero con ellos todo es muchísimo más intenso. No pueden estar solos, no se entretienen con nada, protestan en la cuna, en la hamaca, en la trona, en el coche... Los padres no viven, sobreviven como pueden», coinciden los expertos.

La pelea es continua. Pasa de la risa al llanto en dos segundos. Vive todo con muchísima intensidad, tanto lo bueno como lo malo.

¿Cómo es un niño de alta demanda? ¿Qué lo distingue de otros de su misma edad? «Su comportamiento es muy característico y lo dejan bien claro desde las primeras semanas de vida».

Perona identifica en su libro al menos una docena de rasgos representativos de esta manera de ser, que tanto exaspera a las personas que los rodean.

  1. Tienen problemas de sueño. No necesitan dormir demasiado, por eso les cuesta mucho conciliar el sueño, sobre todo si no está presente un adulto. Tardarán meses, incluso años, en hacerlo del tirón. «Leyre se plantó en el año y medio sin dormir más de media hora seguida. Ni ella, ni nosotros, claro. Parecía que la cuna tuviese pinchos. Solo se dormía a ratos en el pecho o en brazos»,
  2. Dependencia del adulto. Su ansiedad por separación es intensa. «Necesitan mucho contacto físico. Estar cerca de sus padres, que les cojan la mano, que los sujeten en brazos, pecho a todas horas... Agotan a cualquiera. Cuando algunos padres se quejan de que su hijo es muy 'inquieto' y tú lo ves todo tranquilo en su carrito, te dan ganas de decirles 'vosotros no sabéis lo que es un bebé movido de verdad'. Ahora mismo estaría berreando sin consuelo solo por estar metido en la silla»
  3. Poseen un temperamento muy fuerte. «Quieren salirse con la suya a cualquier precio, lo que les lleva a tener grandes berrinches cuando se les niega lo que piden. Suelen ser considerados por su entorno como unos malcriados y caprichosos».
  4. Son impredecibles. «Puede que durante un tiempo te sirva una determinada estrategia para que coma o duerma, pero al día siguiente deja de ser efectiva. Resulta muy estresante».
  5. Son hipersensibles. «Experimentan las emociones con mucha intensidad. Son vulnerables, intuitivos y perspicaces. Les afecta cualquier minucia y no le gustan las malas caras o cualquier pequeña riña» «una actriz de comedia romántica. Es muy melodramática y me preocupa que si no aprende a gestionar la emociones de otra manera, lo va a pasar muy mal».
  6. No saben calmarse solos. Suelen necesitar a un adulto para tranquilizarse porque «les cuesta contenerse y autorregularse».
  7. Se alimentan con frecuencia, sobre todo durante la lactancia. «No lo hacen únicamente por hambre sino porque necesitan el contacto y sentirse protegidos», señalan los expertos en crianza.
  8. Tampoco saben jugar solos. Necesitan un adulto continuamente a su lado para entretenerse. Además, se aburren con facilidad.
  9. Tienen muchísima energía. Son movidos e inquietos. «Parece que no conocen el cansancio y siempre tienen ganas de más. Nada los agota».
  10. Son inteligentes, despiertos y curiosos. «Esta característica es muy evidente desde los primeros meses». Son niños que no pierden detalle de lo que pasa a su alrededor, aprenden deprisa y preguntan mucho.
  11. Son ansiosos y preocupadizos. «En el niño de alta demanda a menudo se dan dos condiciones que le predisponen a la ansiedad: la inteligencia y la sensibilidad. Esto tiene que ver con la agudeza de su sistema sensorial y con su capacidad de análisis, lo que les suele llevar a preocuparse y darle muchas vueltas a las cosas».
  12. Son obstinados, testarudos y repetitivos. La perseverancia es una cualidad muy presente en la mayoría de los niños, pero en el caso de los de alta demanda la llevan «a otro nivel».

Y la pregunta del millón que se hacen los padres ¿Cómo se gestiona la crianza de un niño tan absorbente? «El primer paso es asumirlo. Debemos interiorizar la idea de que no lo estamos haciendo mal y que al niño no le pasa nada malo. Sencillamente y debido a su naturaleza, necesita más atención y cariño. A partir de ahí, el camino es más fácil. Porque no todo es malo. El niño de alta demanda será un adulto muy interesante. Todas esas características que en sus primeros años de vida nos desbordan harán que se convierta en una persona apasionada, inteligente, curiosa, perseverante, sociable y muy cariñosa». 

martes, 13 de abril de 2021

Estrategias de Intervención Frente al Estrés Postraumatico

A continuación se presenta una breve revisión de algunas de las modalidades terapéuticas comúnmente utilizadas en la actualidad.

Enfoque psicoeducativo

El enfoque psicoeducativo implica promocionar al paciente/familia información básica sobre su enfermedad, síntomas básicos y diversas estrategias de afrontamiento.

Esta primera categoría de tratamientos incluye compartir información básica con el sujeto, a través de libros, artículos y otros documentos de interés que permita adquirir al paciente nociones esenciales de conceptos relacionados con el trastorno como conocimientos de psicofisiológica, introducción al concepto de respuesta de estrés, conocimientos jurídicos básicos relacionados con el problema (como por ejemplo en casos de violación, delincuencia, etc).

A nivel familiar incluye la enseñanza de estrategias de afrontamiento y habilidades de solución de problemas para facilitar la relación con la persona afectada por el trastorno.

El enfoque psicoeducativo, a nivel familiar, parece reducir considerablemente las sensaciones de estrés, confusión y ansiedad, que suelen producirse dentro de la estructura familiar y que pueden llegar a desestructurarla, ayudando de manera significativa en la recuperación del paciente.

En todo caso, es importante destacar la necesidad de un enfoque colaborativo donde, tanto paciente como terapeuta, compartan información relevante, en una y otra dirección, facilitando de esta manera el proceso terapéutico.

Terapia cognitivo-conductual

Surgida a partir de la Segunda Guerra Mundial, originariamente bajo el concepto de codificación de la conducta, se fundamentaba en sus primeros orígenes en técnicas de naturaleza básicamente conductista, basados en los trabajos de Pavlov y Skinner.

Posteriormente, con la incorporación de los trabajos de autores como Bandura y más recientemente Ellis, Beck, Meichenbaum o Cautela, la codificación de la conducta ha ido “asimilando” a su repertorio de técnicas de intervención las estrategias y procedimientos de la Psicología cognitiva, basada en la modificación de patrones de pensamiento distorsionado y el entrenamiento en habilidades de solución de problemas, manejo de ansiedad e inoculación de estrés.

Tanto por el número de estrategias eficaces de intervención disponibles como por la propia naturaleza multi-dimensional del trastorno, el enfoque cognitivo-conductual parece especialmente adecuado en el abordaje psicoterapéutico de este tipo de trastornos.

A continuación se presenta, de forma esquemática, las técnicas de intervención potenciales, desde una perspectiva cognitivo-conductual:

Técnicas de relajación/control de la activación emocional

  • La relajación progresiva de Jacobson
  • El entrenamiento autógeno
  • La meditación
  • Técnicas de respiración
  • Técnicas de Biofeedback

Desensibilización sistemática, Técnicas de exposición e inundación y Técnicas operantes

Procedimientos operantes básicos:

  • Reforzamiento positivo
  • Reforzamiento negativo
  • Castigo positivo
  • Castigo negativo
  • Extinción

Técnicas operantes para desarrollar y mantener conductas:

  • Moldeamiento
  • Desvanecimiento
  • Encadenamiento

Técnicas para reducir y eliminar conductas:

  • Reforzamiento diferencial
  • Coste de respuesta
  • Tiempo fuera
  • Saciación
  • Sobrecorrección

Sistemas de Organización de Contingencias:

  • Economía de fichas
  • Contratos de contingencias

Técnicas de condicionamiento encubierto y Técnicas de autocontrol

Técnicas de Planificación ambiental:

  • Control de estímulos
  • Contratos de contingencias
  • Entrenamiento empleo respuestas alternativas

Técnicas de programación conductual:

  • Autorrefuerzo
  • Autocastigo

Técnicas para facilitar cambio de conducta:

  • Auto-observación
  • Autoregistro
  • Tareas terapéuticas entre sesiones

Técnicas de reestructuración cognitiva

  • Terapia Racional-Emotiva de Ellis
  • Terapia Cognitiva de Beck
  • Entrenamiento en Autoinstrucciones de Meichenbaum
  • Reestructuración racional sistemática de Goldfried y Goldfried

Técnicas de habilidades de enfrentamiento

  • Inoculación de Estrés de Meichenbaum
  • Entrenamiento manejo de ansiedad de Suinn y Richardson
  • Desensibilización de autocontrol de Goldfried
  • Modelado encubierto de Cautela

Técnicas de resolución de problemas

  • Terapia de Resolución de problemas de D’Zurilla y Goldfried
  • Técnica de resolución de problemas interpersonales de Spivack y Shure

Hipnosis Clínica

Dejando aparte posibles recelos que entre ciertos sectores de la comunidad científica levanta el concepto de hipnosis (acrecentada por la imagen pública que de ella se tiene), lo cierto es que las estrategias hipnóticas, aplicadas por un profesional con la debida cualificación y en conjunción con otras técnicas de intervención, han mostrado un potencial terapéutico relevante en el tratamiento del trastorno por estrés postraumático.

En la fase inicial de la intervención, la hipnosis puede ser especialmente eficaz para estabilizar al paciente, proporcionándole estrategias de autocontrol emocional y manejo del estrés/control de activación, ayudándole a través del aprendizaje de sencillas técnicas de auto-hipnosis a generalizar las habilidades adquiridas en la consulta a su vida cotidiana.

El estado hipnótico es un momento especialmente adecuado para proporcionar sugestiones hipnóticas y posthipnóticas que incrementen su autoestima y su sensación de seguridad/control, facilite el afrontamiento de los recuerdos mas dolorosos y permita combatir síntomas comunes asociados con el PTSD, como el insomnio, agresividad, ira, la excesiva activación emocional o la ansiedad generalizada.

Este incremento del autocontrol emocional por parte del paciente, a través de la hipnosis como estrategia de control del estrés, le permitirá beneficiarse de otras estrategias de intervención posteriores.

En una segunda fase, varias técnicas pueden ser utilizadas para la integración y resolución de los recuerdos traumáticos. En este contexto, el paciente puede aprender a modular la distancia cognitiva y emocional hacia el evento traumático y los recuerdos asociados.

Por otro lado, la hipnosis puede servir como estrategia para poder acceder a recuerdos dolorosos y traumáticos que pueden estar influyendo en el estado presente del sujeto y de los que, en ocasiones, no es consciente, han sido reprimidos.

Técnicas imaginativas, proyectivas y de reestructuración cognitiva pueden ser especialmente útiles en este proceso.

Finalmente, los objetivos terapéuticos se dirigirían a la consecución de una integración funcional y adaptativa de las experiencias traumáticas en la vida del paciente y la adquisición de nuevas técnicas de afrontamiento.

Estrategias como los ensayos encubiertos o la potenciación del propio autoconcepto irían encaminados en esta dirección.

La hipnosis clínica, en mi opinión, constituye una estrategia terapéutica potencialmente eficaz, fácilmente compatible con otras técnicas de intervención y que no debería ser excluida a priori por desconocimiento, prejuicios o falta de formación especializada.

Terapias Psicodinámicas

La escuela dinámica, que subraya la importancia de los pensamientos, los sentimientos y la historia pasada del cliente, así como la necesidad de descubrir nuestro propio interior para cambiar la personalidad, ha surgido de la teoría psicoanalítica de Freud.

Aunque relativamente pocos los partidarios del análisis clásico hoy en día, la filosofía freudiana sigue siendo compartida, en mayor o menor media, por toda una serie de escuelas terapéuticas englobadas bajo el concepto de terapias psicodinámicas.

Las terapias psicodinámicas se centran en los conflictos emocionales causados por el evento traumático, particularmente los relacionados con experiencias tempranas.

A través de la expresión de las diversas emociones y pensamientos asociados al evento, en un ambiente empático y seguro, el paciente adquiere una mayor sensación de seguridad y autoestima, desarrolla maneras efectivas de pensar y de afrontar la experiencia traumática y las intensas emociones asociadas que emergen durante el proceso terapéutico.

El objetivo es incrementar la conciencia (insight) de los conflictos intrapersonales y su resolución. El paciente es guiado hacia el desarrollo de una autoestima reforzada, mayor autocontrol y una nueva visión de su integridad personal y autoconfianza.

El psicoanálisis más tradicional implica diversas sesiones semanales, de entre 45 y 50 minutos, durante períodos de entre 2 y 7 años.

Es precisamente esta larga duración lo que ha provocado que a la luz de la formulación original se hayan originado diversas variaciones del método original, de duración más limitada.

La psicoterapia psicodinámica breve, por ejemplo, comprende entre una y dos sesiones semanales durante un promedio de 12 a 20 sesiones.

En definitiva, el terapeuta psicodinámico pretende un cambio de largo alcance. Busca reestructurarla personalidad básica cambiando la forma en que una persona contempla la vida y reacciona ante ella, ayudando a las personas a desarrollar una visión adecuada de sí mismas y a tomar conciencia de las poderosas fuerzas psicológicas enterradas profundamente en su inconsciente.

Terapias grupo, Grupos autoayuda y Apoyo social

La terapia de grupo es considerada una opción terapéutica efectiva, en la medida que permite al paciente compartir sus recuerdos traumáticos en un ambiente de seguridad, cohesión y empatía proporcionada por los otros pacientes y el propio terapeuta.

Compartir la propia experiencia y afrontar directamente la ira, ansiedad y culpa, a menudo asociadas a los recuerdos traumáticos, permite a muchos pacientes afrontar de forma eficaz sus recuerdos, sus emociones e integrarlos de forma adaptativa en su vida cotidiana.

A pesar de que existen una gran variedad de aproximaciones grupales al tratamiento del trauma, en general, la terapia de grupo pretende alcanzar los siguientes objetivos terapéuticos:

  • Estabilizar las reacciones, tanto a nivel físico como psíquico, frente a la experiencia traumática.
  •  Explorar, compartir y afrontar emociones y percepciones
  •  Aprender estrategias efectivas de afrontamiento ante el estrés

En cuanto a los grupos de autoayuda y apoyo para los pacientes y las familias con enfermedades mentales, afortunadamente van haciéndose progresivamente más comunes.

Aun en el caso de que no se encuentren dirigidos por profesionales de la salud mental, su valor terapéutico es indudable, en la medida que proporcionan a los miembros del mismo un apoyo emocional considerable.

Compartir experiencias, éxitos, fracasos, información y recursos son algunas de las posibilidades que ofrecen estos grupos.

El hecho de unirse permite, además, una mayor efectividad en la lucha por erradicar los estigmas que aún permanecen en la sociedad sobre las personas con problemas psicológicos

Tratamiento farmacológico

Probablemente la siguiente cita del Dr. Friedman extraída de un artículo sobre la aproximación psicofarmacológica al tratamiento del trastorno por estrés postraumático resume bastante bien algunos de los desafíos a los que es preciso enfrentarse en este momento:

“Existen muchos retos para escribir un artículo sobre la farmacoterapia del trastorno por estrés postraumático (PTSD). El problema más obvio es que la literatura publicada sobre ensayos clínicos es demasiado escasa e inconsistente para que cualquiera pueda hacer recomendaciones de fiar. Segundo, lo que nosotros entendemos actualmente sobre la psicobiología del PTSD es tan complicado que es difícil predecir que clases de fármacos pueden tener la expectativa de mejorar y qué grupo de síntomas. Tercero seleccionar el mejor fármaco implica tener en cuenta la realidad clínica que el paciente con PTSD usualmente exhibe con un espectro de diagnóstico comorbido (por ejemplo depresión, ansiedad, trastornos de ansiedad, y dependencia o abuso de agentes químicos). A pesar de estas muchas consideraciones, los psiquiatras deben sumergirse en el mar de las incertezas actuales y tomar las decisiones más inteligentes que puedan sobre qué drogas o qué fármacos prescribir a sus pacientes con PTSD” (Friedman, 1990).

La terapia farmacológica actual puede reducir la ansiedad, depresión e insomnio a menudo asociados al propio trastorno por estrés postraumático, y en algunos casos puede ayudar a aliviar el estrés y el bloqueo emocional asociado a los recuerdos de la experiencia traumática.

Diversos tipos de drogas antidepresivas han demostrado su eficacia en algunos ensayos clínicos y otros tipos de sustancias han mostrado resultados prometedores.

Ahora bien, hasta este momento, ninguna droga en particular ha emergido como el tratamiento definitivo y suficiente por sí mismo para tratar eficazmente el amplio espectro de sintomatología asociada al trastorno por estrés postraumático.

El tratamiento farmacológico del estrés postraumático indica que diferentes medicaciones pueden afectar a los múltiples síntomas presentes en el PTSD. Por ejemplo:

  1. Clonidine ha demostrado reducir los síntomas de hiperactivación.
  2. Propranolol, Clonazepam, y Alprazolam parecen regular la ansiedad y los ataques de pánico.
  3. Fluoxetine puede reducir las conductas de evitación y la depresión puede ser tratada a través de antidepresivos tricíclicos y SSRI. (Vargas & Davidson, 1993).

Como concluye el propio Dr.Friedman:

“Sin embargo los pacientes necesitan el tratamiento hoy mismo. No pueden esperar a que toda la investigación esté completa. Para resumir, lo que recomiendo es comenzar con un agente antiadrenérgico. Si los síntomas persisten, como suele ocurrir, después de una valoración ópitma, el fármaco siguiente a recetar es un SSRI. Si en los pacientes aparece insomnio y/o agitación, como suele ocurrir, la elección siguiente es añadir trazadona a la hora de acostarse. Si todavía siguen dándose síntomas clínicos significativos, después de una prueba de 8-10 semanas de duración del SSRI en su dosis ópitma, es el momento de recomenzar” (Friedman, 1990).

Es importante destacar que la farmacoterapia por sí misma como única estrategia de intervención es raramente suficiente para provocar una remisión completa de los problemas asociados al trastorno del estrés postraumático (Vargas & Davidson, 1993).

Si bien la medicación, por sí sola, no parece probable que se constituya como herramienta única, si aparece como claramente útil para el alivio sintomático del trastorno, de forma que posibilite al paciente beneficiarse de otras estrategias de intervención posteriores, como la psicoterapia.

Terapia familiar

La terapia familiar es similar a la terapia de grupo, en el medida en que su foco de interés fundamental es la interacción entre las personas; sin embargo, difiere en algunos aspectos importantes.

En primer lugar, un grupo no tiene un pasado, una historia o un futuro común; en cambio, la familia si los tiene y es en buena medida el factor determinante del éxito en la terapia.

En segundo lugar, el rol del terapeuta familiar, en la mayoría de los casos, es más directivo. El terapeuta de grupo suele actuar más como un facilitador de procesos y dinamizador del grupo.

Pero, quizá la diferencia más importante sea que el objetivo final del terapeuta familiar sea la de fortalecer al grupo en sí mismo, a la vez que a sus miembros individuales, mientras que la meta de la terapia de grupo es que el propio grupo se autodisuelva cuando sus miembros individuales hayan resuelto sus conflictos.

Generalmente, este tipo de terapia es utilizada como complemento necesario a otras estrategias terapéuticas más directamente asociadas con la sintomatología del trastorno por estrés postraumático, no siendo considerada como una estrategia suficiente, por sí misma, para un tratamiento eficaz del trastorno.

Las estrategias terapéuticas abarcan una variedad de objetivos, desde los más ambiciosos que tratan de intervenir sobre la familia en su conjunto, desde una perspectiva sistémica y global, hasta los más centrados en ofrecer estrategias, información y pautas de actuación concretas a los miembros de la familia de paciente para que lo apoyen durante el proceso terapéutico, potenciando la comunicación entre las familias y reduciendo posibles focos de tensión.

Terapias alternativas, holísticas y naturales

Bajo este concepto, por definición amplio y global y que despierta no pocos recelos entre algunos sectores, se esconden todo un conjunto de métodos, técnicas, filosofías y procedimientos con mayor o menor apoyo científico que pueden ser utilizados, en solitario o en conjunción con otros, para el tratamiento de los problemas asociados al trastorno por estrés postraumático.

A continuación se presenta una breve definición de algunas de las más comunes:

  1. Acupuntura: Método terapéutico milenario, y parte integrante de la medicina tradicional china basado en el uso de agujas para prevenir y tratar las enfermedades, estimulando los “canales energéticos” del cuerpo.
  2. Aromaterapia: Sistema amplio de masajes a través de aceites naturales adaptados a fines específicos. Los aceites esenciales utilizados son destilados aromáticos extraídos de plantas medicinales que concentran sus principales virtudes.
  3. Ejercicio físico: El uso de la actividad física para mantenerse en forma, liberar tensión y mejorar el estado de ánimo.
  4. EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing): Es, relativamente, un nuevo enfoque psicoterapéutico desarrollado por la psicóloga norteamericana Francine Shapiro que combina elementos de la terapia de exposición, terapia cognitivo-conductual y determinados patrones de movimiento ocular y sonidos que generan una alteración del foco de atención, lo que facilitara, en teoría, el acceso y procesamiento de los recuerdos traumáticos.
  5. Herboterapia: Uso de plantas y extractos vegetales para el tratamiento de trastornos específicos a partir de sus propiedades medicinales y/o nutritivas.
  6. Homeopatía: Término derivado de los vocablos griegos homeo (similar) y pathos (sufrimiento). Usa remedios preparados a partir de sustancias que se presentan en la naturaleza para tratar a toda la persona, estimulando la tendencia del cuerpo a curarse por sí mismo. Utiliza dosis muy concretas de sustancias que en masivas dosis producen efectos similares a aquellos producidos por la enfermedad a tratar.
  7. Masaje: Técnica manual dirigida fundamentalmente a la liberación de la tensión en los músculos.
  8. Medicina holística: El objetivo es tratar a la persona en su “globalidad”. Se parte de la premisa de que mente, cuerpo y espíritu están íntimamente unidos y deben ser tratados “conjuntamente”. Se utilizan diversas estrategias de tratamiento alternativas/naturales como la meditación, yoga, plegarias, ciertas combinaciones dietéticas, vitaminas, minerales hierbas y otros suplementos dietéticos/naturales, evitando aproximaciones tradicionales basadas en el uso de fármacos.
  9. Naturopatía: Enfatiza la “curación natural” y emplea tratamientos naturales tales como dietas, masajes, hidroterapia, ejercicios y asesoramiento.
  10. Programación Neurolinguistica: Modelo psicoterapéutico desarrollado en la década de los 70 a partir de los trabajos de Richard Bandler y John Grinder y fundamentado en el estudio de la estructura de la experiencia subjetiva. Ha desarrollado numerosos procedimientos específicos para el trabajo con los traumas basados en técnicas de carácter imaginativo/encubierto.
  11. Reflexología: Un tipo de masaje, focalizado en “desbloquear” las 7.200 terminaciones nerviosas concentradas en los pies, con el objetivo de estimular los propios procesos curativos del cuerpo, y alcanzar un “estado equilibrado”. Usado para el tratamiento de afecciones específicas y sentimientos generales de malestar.
  12. Remedios florales de Bach: Se preparan con flores de hierbas silvestres, arbustos y árboles. Suelen utilizarse para dosificar al humor del individuo y su estado mental, puesto que se sabe que el miedo, la aprehensión y la preocupación suelen interferir con los procesos curativos del cuerpo.
  13. Shiatsu: Un enfoque basado en el masaje, dirigido a corregir el flujo de la energía del cuerpo, a través de un tratamiento de contacto corporal. En japonés, shiatsu significa “presión con los dedos”, una presión que sustituye a las agujas de acupuntura en la estimulación de los canales energéticos.
  14. Tai chi: Sistema tradicional chino basado en un movimiento físico suave, que permite al individuo canalizar su energía, su fuerza y su poder de modo más positivo.
  15. Tratamiento nutricional – Dietética: Se centra en mejorar el estado de ánimo a través de unos buenos hábitos dietéticos y una suplementación específica de determinados nutrientes (vitaminas, minerales, sustancias naturales, etc.).
  16. Yoga: Antiguo sistema de posturas corporales, control de respiración y prácticas de meditación que fomentan el bienestar general y el equilibrio interior.

Conclusiones

Se ha afirmado que el estrés postraumático puede representar “una de las más severas e incapacitantes formas de estrés humano conocido” (Everly, 1995, p. 7).

Afortunadamente, el estrés traumático y sus consecuencias continúan ganando reconocimiento y la investigaciones recientes son abundantes en este campo, aunque debe realizarse un mayor volumen de trabajo de investigación de calidad para alcanzar los resultados de efectividad deseados.

Tratamientos potencialmente útiles para el tratamiento del trastorno por estrés postraumático están disponibles, tanto a nivel psicoterapéutico como farmacológico.

Los psicofármacos pueden ser utilizados como complemento necesario a la psicoterapia, especialmente en el tratamiento de los síntomas asociados al PTSD como la ansiedad generalizada, el incremento de la activación, los episodios depresivos o el insomnio.

La psicoterapia individual ayuda a restablecer el equilibrio emocional del paciente, incrementando su sensación de seguridad y control y afrontando de forma efectiva el impacto de los sucesos traumáticos del pasado sobre el funcionamiento diario del sujeto.

El apoyo social y familiar, en la mayoría de las ocasiones, se constituye en un factor esencial para el total restablecimiento del paciente, por lo que la terapia familiar y el apoyo social son ingredientes necesarios en el proceso terapéutico.

La detección y reconocimiento del estrés asociado a situaciones traumáticas es el primer paso para el individuo en su camino para su total recuperación e integración social.

El tratamiento a través de profesionales con la debida cualificación y experiencia se constituye como el factor crucial, junto a la propia actitud y predisposición del paciente, para ayudar a las víctimas a afrontar la tragedia y continuar con su vida de forma satisfactoria.

 

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