miércoles, 7 de diciembre de 2011

Crisis de Ansiedad

En torno a un 10% de la población ha experimentado en alguna ocasión una crisis de ansiedad y de todos ellos, para más de la mitad esto se ha convertido en un grave problema o trastorno.
¿Qué es una crisis de ansiedad?
Es la aparición aislada y temporal de miedo y malestar intenso, peligro anticipado y vulnerabilidad extrema. Se puede clasificar sus características en 3 tipos: Inesperadas, situacionales y pre-dispuesta por una situación determinada.

Se identifican al menos 4 de los siguientes síntomas somáticos o cognocitivos:


  • Fuertes palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca
  • Sudoración excesiva
  • Temblores o sacudidas
  • Sensación de ahogo o falta de respiración
  • Sensación de atragantar
  •  Dolor en el pecho
  • Nauseas o molestias abdominal
  •  Mareos, desmayos y vértigo
  •  Desrealizacion (Sensaciones de irrealidad) o despersonalizacion (separación de uno mismo ) 
  •  Miedo
  • Parestesias (Sensaciones de hormigueo)
  •  Escalofríos o sofocaciones

Estos ataques suelen ser repentinos y bruscos, la persona puede ser incapaz de identificar la causa o lo que ha causado tal crisis y experimenta ésta con un intenso temor. Por lo general la duración de un episodio de crisis no suele exceder los 10 minutos aunque su intensidad es tal que hace pensar a la persona en la muerte.
El modelo cognocitivo vincula el origen del trastorno a un mecanismos de supervivencia fisiológico-conductal-cognocitivo que evolucionaron para ayudar a los organismo a evitar amenazas y peligro sin embargo en los pacientes con trastorno de ansiedad estímulos no amenazantes disparan estos mecanismos, cognocitivamente tienden a sobre estimar la probabilidad o gravedad del suceso temido y subestimar su capacidad para enfrentarse a este ya sea de manera independiente o con asistencia.
"En una crisis de ansiedad la angustia tiene una tendencia relativamente constante a considerar que las sensaciones físicas ,son signo reales que se están muriendo o que pierden el control. En el trastorno de ansiedad se tiende a mal interpretar de manera constante las sensaciones corporales o mentales como signos de una catástrofe inminente. Los pacientes con crisis sobre vigilan estas sensaciones y se enfocan en su interior buscando sensaciones ansiogenas y a la larga desarrollan un circulo vicioso en la cual estas malas interpretaciones catastróficas de estímulos físicos producen un incremento en la ansiedad". (Bellack).
Cuando una persona experimenta crisis de ansiedad con cierta frecuencia, el problema no suele desaparecer con el paso del tiempo de forma espontánea sino que suele hacerse crónico. Es por ello, fundamental que la persona solicite ayuda profesional y se realice un tratamiento psicológico adecuado.

Debido a las características de las crisis de ansiedad y el predominio de síntomas físicos, lo más frecuente es que las personas con este problema acudan a los servicios médicos convencidos de presentar una enfermedad médica. Sin embargo, la terapia psicológica ha sido lo que ha mostrado una mayor eficacia en el tratamiento de esta patología.

sábado, 3 de diciembre de 2011

El Proceso del Duelo


Este es mi primer blog, esperando tener millones de oportunidades para tocar más temas.
Cualquier pérdida produce dolor. Eso es lo más natural del mundo. La pérdida de un trabajo, la pérdida de la relación de pareja, la pérdida de una amistad. Pero el mayor dolor es cuando perdemos a un ser querido. Cuando muere un ser querido se produce una respuesta automática de sufrimiento que sólo el tiempo sabe resolver. Todas las personas pasamos por distintas etapas hasta llegar a la aceptación, que consiste en volverse a conectar con el ser querido, vivo todavía en nuestro interior.

La mayor parte de las personas pasamos por varias etapas:
  1. Primero negamos el hecho de la muerte, negamos la posibilidad de que no tengamos nunca más la opción de estar con el ser querido, negamos que en algún momento podamos recuperarnos de esta pérdida.
  2. En una segunda etapa nos enojamos con nosotros mismos por no haber sabido cuidar bien al ser querido o por no habernos dado tiempo a demostrarle que lo queríamos. También puede haber enojo contra los médicos que no supieron salvarle la vida, contra la propia persona fallecida por abandonarnos o incluso contra Dios por permitir tanto sufrimiento.
  3. La tercera etapa es de compromiso. Llegamos a un compromiso con nosotros mismos y con el mundo.
  4. La cuarta etapa es de aceptación. Aceptamos que la persona fallecida sigue estando “viva” dentro de nosotros, que nos ha dejado su cariño, que somos parte de ella, a través de todo lo que hemos sentido, vivido y amado a través de ella cuando estaba viva.
Esa es la clave. Una vez que aceptamos la muerte, la persona querida vuelve a estar viva para nosotros, la sentimos en nuestro interior, oímos sus consejos, sus experiencias, sus vivencias. Ya no nos viene a la mente el momento de la muerte, la enfermedad, el velatorio, el funeral, el entierro, sino que recordamos situaciones en las que la persona amada estaba viva y nos transmitía sus sentimientos hacia nosotros. Recordamos escenas que nos producen paz, bienestar, salud. ¨el que perdona siempre tiene paz en su corazón y es una muestra de amor hacia nuestro ser querido y a nosotros mismo¨.