sábado, 3 de agosto de 2013

Del fetichismo: Post-freudiano

Es una parafilia que consiste en la excitación erótica o la facilitación y el logro del orgasmo a través de un talismán u objeto fetiche, sustancia o parte del cuerpo en particular. El fetichismo sexual se considera una práctica inofensiva, salvo en el caso de que provoque malestar clínicamente significativo o problemas a la persona que lo padece o a terceros, pudiendo en este caso llegar a considerarse un trastorno patológico propiamente dicho.

El padre del psicoanálisis Sigmund Freud introduce el término de fetichismo en el “Ensayo sobre las aberraciones sexuales”, enmarcado en la obra en su libro Tres ensayos para una teoría sexual, se refiere en diversos apartados al fetichismo como manifestación perversa. “aberración sexual”  “el objeto sexual normal es sustituido por otro relacionado con él, pero al mismo tiempo totalmente inapropiado para servir al fin sexual normal”

En el espectro del gusto sexual, una pareja de adultos que tienen relaciones sexuales más o menos normales no ameritan mención. En la sociabilidad no después de que personajes famosos confesaron públicamente sus predilecciones sexuales (como Quentin Tarantino y su fetiche por los pies, o Daphne Merkin y su preferencia por las nalgadas), o un policía de 35 años de edad apareció en el psicoanalista en un traje de Winnie-De-Pooh, oliendo a talco y explicando que le gustaba usar pañales y masturbarse muchas veces al día.

“El descubrimiento sexual es un proceso misterioso” Primero eres tú en la obscuridad, quizá con utilería o fotos y eventualmente con otros humanos, descubriendo con el tiempo qué te prende y qué no. ¿Pero cómo es que a ti, siendo tú, te gusta esto y no eso? ¿por qué cuero y no hule; por qué esposas y no látigos, por qué lengua pero no mucha?...

Ante la cuestión de por qué algunas personas son sexualmente más flexibles que otras, Freud hubiera dicho que lo que él llama perversiones tienen su origen en una obstrucción evolutiva: algo salió mal en las fases de la niñez en las cuales la gente aprende a mamar, a ir al baño y relacionarse con sus padres. 

Y al parecer la explicación du moment se encuentra en la psicología evolucionista. “Para empezar, las personas son animales pre-programados para tener sexo y producir más personas. Los químicos liberados en el cerebro durante el orgasmo (sobre todo la dopamina y la oxcitocina) generan un ciclo en el cual el sexo apasionado engendra más sexo apasionado” Donde Se sugiere que la clave para entender todos los fetichismos y desórdenes sexuales se encuentra en la diversidad.

“Estamos programados para necesitar diversidad” “Imagina que cada persona se excitara con la misma cosa, que cada mujer se prendiera con George Clooney o hombres con Mila Kunis. La diversidad de la especie humana requiere que nos excitemos con una variedad de cosas.”

Y quizá la variedad es un concepto que se queda corto: Los seres humanos tenemos una gama de deseos y atracciones sin igual dentro del reino animal. Es por eso que decir que cuando nos sentimos atraídos hacia otras personas sin beneficio reproductivo, seguimos estando dentro del plan natural, o al menos dentro de un epifenómeno del plan natural evolutivo.

“La evolución nuca ha requerido que todos nos reproduzcamos”, Según Lehne.

Citando a Freud: nos habla en estos casos de "una sustitución inapropiada del objeto sexual donde la meta normal está reemplazada por algo que guarda relación con ella. El sustituto es, en general, una parte del cuerpo habitualmente poco apropiada a un fin sexual (los cabellos, el pie) o un objeto que mantiene una relación demostrable con la persona, preferiblemente con la sexualidad de ésta (prenda de vestir)". "No sin acierto", nos sigue diciendo Freud, "se ha comparado este sustituto con el fetiche en que el salvaje ve encarnado a su dios". Lo que se podrán preguntar los lectores es por qué se elige cierto objeto y no otro, y el psicoanálisis lo remite a una impresión sexual de la primera infancia: "siempre se vuelve a los primeros amores", nos recuerda Freud. El objeto sería así un recuerdo encubridor que nos oculta el verdadero deseo del fetichista. Aquí el psicoanálisis nos refiere una cierta simbología, que se podrá o no compartir, cuando por ejemplo nos equipara el pie como símbolo sexual arcaico, fálico, cosa que se ve en los mitos y en las estatuas que representan a dioses unipedes (con un pie) relacionados con el culto de la fertilidad; a las pieles o cabellos que deberían su cualidad de fetiche por asociación con la formación pilosa del monte de Venus; los zapatos y pantuflas como símbolos de los genitales femeninos.

Para Freud por ejemplo la preferencia fetichista por un pie se deriva de la sexualidad infantil: el pie reemplazaría al pene que la mujer no posee, y nos agrega que en muchos casos podía demostrarse que la necesidad imperiosa de ver los genitales de la madre, mirados desde abajo, quedó detenida en su camino por un mecanismo represivo y por eso retiene como fetiches al pie o a un zapato y en este proceso los genitales femeninos se imaginaron, de acuerdo con las expectativas del niño, como iguales a los que él posee. Aquí Freud hace intervenir la angustia de castración del varón, temática bastante compleja dentro del psicoanálisis, pero que resumiéndola de una manera simple nos dice que el objeto elegido como fetiche es un sustituto del pene (falo) de la madre en el que el varoncito ha creído y no quiere renunciar puesto que si la mujer, su madre, está castrada, su propia posesión del pene corre peligro. De esta manera, recuperando una y otra vez el fetiche, niega su ansiedad de castración.

"probablemente a ninguna persona del sexo masculino le es ahorrado el terror a la castración al ver los genitales femeninos". Según Freud.

“Procúrame un pañuelo de su seno, una liga para el amor que siento”


Goethe (Fausto)

martes, 30 de julio de 2013

La Adición Sexual no es una Enfermedad?

Existe controversia sobre lo que algunos expertos en salud mental llaman "hipersexualidad", o "adicción sexual". Pero, ¿se trata de un trastorno mental o algo más? La DSM-5 propuso el Trastorno Hipersexual (THS) como nuevo diagnóstico, caracterizado por aumento en la frecuencia, intensidad de fantasías, excitación, impulsos y conductas sexuales no parafílicas, asociadas con impulsividad, que provocan malestar significativo, deterioro social u ocupacional.

¿Este padecimiento no logró pasar en el DSM-5? En los estudios pertinentes no consideraron válida la impulsividad sexual porque los análisis carecían de evidencia fisiológica.

Ahora, por primera vez, investigadores de la UCLA han medido cómo el cerebro se comporta en las personas hipersexuales. El estudio encontró que la respuesta del cerebro de estas personas a las imágenes sexuales no estaba relacionada de ninguna manera con la gravedad de su hipersexualidad, sino que tiene relación sólo con su nivel de deseo sexual.

En otras palabras, la hipersexualidad no presenta diferencias cerebrales en la respuesta sexual; se trata simplemente de personas con la “libido alta”.

El estudio apareció en la edición digital de la revista Socioaffective Neuroscience and Psychology.

Un diagnóstico de la hipersexualidad o adicción sexual se asocia típicamente con las personas que tienen impulsos sexuales fuera de control, se involucran sexualmente con varias personas y han sufrido consecuencias por ello, con conciencia, más como un acto compulsivo y una actividad excesiva por auto-satisfacerse. Además tienen muy poca capacidad para reducir estos comportamientos.

En el estudio participaron 52 voluntarios: 39 hombres y 13 mujeres, con edades entre 18 y 39 años, que dijeron tener problemas para controlar su visualización de imágenes sexuales. Primero llenaron cuatro cuestionarios sobre diversos temas; incluyendo comportamientos sexuales, deseo sexual, compulsiones sexuales, etc. Los participantes tuvieron resultados comparables a individuos que ya han buscado ayuda profesional por este tipo de comportamientos.

Mientras veían las imágenes, los voluntarios fueron monitoreados mediante electroencefalografía, una técnica no invasiva que mide las ondas cerebrales y la actividad eléctrica generada por las neuronas cuando se comunican entre sí. En concreto, los investigadores estaban más interesados en la respuesta del cerebro 300 mili-segundos después de que apareciera cada imagen. Científicamente, a esta respuesta se le conoce comúnmente como respuesta "P300" y es la medida básica utilizada en cientos de estudios de neurociencia a nivel internacional; incluidos los estudios de la adicción y la impulsividad. La respuesta P300 es mayor cuando una persona se da cuenta de algo nuevo o cuando algo es de especial interés para ellos.

Los investigadores esperaban que las respuestas P300 aumentaran con el nivel de deseo sexual de una persona, como lo han comprobado estudios anteriores. Es decir, esperaban que aquellos con un problema de "adicción", tuvieran reacciones P300 de manera disparada.

Sin embargo, la respuesta P300 no se relacionó con las mediciones hipersexuales en absoluto y no había picos o disminuciones vinculadas a la gravedad de la hipersexualidad en ninguno de los participantes. Así que, aunque ha habido mucha especulación sobre el efecto de la adicción sexual o hipersexualidad en el cerebro, el estudio no proporcionó evidencia para apoyar cualquier diferencia.

Sin embargo, aún continúa el debate sobre si la adicción al sexo es, en realidad, una adicción. 

Para explicar la dinámica de aparición de la hipersexualidad investigadores del Instituto Kinsey han propuesto el llamado “modelo dual de control” de la sexualidad. Estas dos condiciones, la fisiológica nerviosa y la condición emocional, los llevaría a una práctica masturbatoria intensa o a una conducta sexual promiscua, especialmente cuando experimentan un estado de ánimo conocido como disforia: tristeza o ansiedad elevada.

Otra explicación de la hipersexualidad, también de carácter neurobiológico, es la llamada “hipótesis de las monoaminas”, sustancias químicas como la serotonina, dopamina y epinefrina, con efecto sobre los receptores cerebrales que determinan las reacciones conductuales y emocionales.

Aunque el ser dependiente al sexo podría considerarse como un trastorno, ya que es similar a otras dependencias como de sustancias o actividades si se determina que la adicción al sexo está acompañada de cambios en el cerebro, como pasa en los casos de tabaquismo, alcoholismo, drogodependencia o ludopatía. Mostrando un patrón recurrente de fantasías, impulsos y conductas sexuales que suelen producirse como respuesta a estados emocionales desagradables que independientemente de cómo, con quien o cuantas veces se tenga sexo, desde el momento en que ese comportamiento causa incomodidad, sufrimiento e impide el funcionamiento social, laboral, marital y demás ámbitos en la vida ya se considera anormal y adictivo, o la hipersexualidad tampoco es necesariamente sinónimo de adicción sexual, compulsividad sexual o desviación sexual propiamente dicha, aunque todos estos cuadros sirven como guia para identificar y clasificar.

Checa la página oficial del DSM-5 http://www.psychiatry.org/dsm5


También puedes ver mi blog sobre Hipersexualidad (Ninfomanía y Satiriasis) publicado el 20 de abril del 2012.

miércoles, 24 de julio de 2013

Beneficios de la Soledad

“Carencia voluntaria o involuntaria de compañía”, así define la Real Academia de la Lengua el término soledad.


La soledad es un sentimiento difícil de sobrellevar, aunque muchos lo padezcan en la actualidad. No siempre resulta claro, para la persona el saber cómo enfrentarla. La soledad para algunos, la oportunidad de encontrar algo de calma y tranquilidad, pero para otros, quizás para la mayoría,  es el temor a enfrentarse consigo mismos y de correr el riesgo de que no les guste lo que encontrarán en su interior.

Lo que es importante marcar, es que la soledad en muchos casos es un estado necesario para poder establecer un nuevo orden, para elaborar duelos y para poder mirar dentro de nosotros y reconocernos como lo que realmente somos: seres humanos que necesitamos de conexión y sentido de pertenencia. La soledad está relacionada con la forma en que los individuos  han sido cuidados, acompañados y amados.

La soledad también es un espacio o estado de reflexión donde uno entra en contacto consigo mismo y puede recuperar sus fuerzas y su poder personal para  romper con un estado de “dependencia extrema” que puede resultar patológica. Debemos aprender a retirarnos para asimilar lo que hemos vivido a través de los demás.

En lugar de luchar contra la soledad, es más recomendable saber encontrar el placer y el sentido de ésta, aprender a disfrutar de uno mismo y a equilibrar las demandas en relación a la compañía o la presencia constante de otro.

El estar sólo con uno mismo también puede calmar la mente, ayuda a fortalecer el auto-control y ayuda a conocerse mejor y a identificar las propias sensaciones, sentimientos y necesidades personales.

La soledad es una necesidad y un tónico beneficioso para nuestra salud y relación con los demás, aunque hay que saber vivirla.

Recientes estudios invitan a revaluar la soledad, la cual puede ser una deliciosa acompañante o por el contrario, una herramienta para desquiciarte.

La soledad es uno de los fenómenos más interesantes al reflexionar sobre la naturaleza del ser humano. Por un lado somos innegablemente “animales sociales”, estamos diseñados para interactuar con nuestros semejantes, a través de esa actividad desarrollamos distintas habilidades y ejercemos uno de los dones más estimulantes que nos fueron dados, el de la colaboración.

Históricamente la soledad ha sido asociada con el desarrollo espiritual: recordemos que personajes como Cristo, Buda, y Mahoma, entre otros, obtuvieron revelaciones cruciales en estas circunstancias. También este estado parece ser particularmente fértil para hacer florecer la creatividad, incluso la genialidad. Quizá por esta razón es que filósofos, escritores, científicos y otros han elogiado vívidamente la soledad: Poe, Goethe, Einstein, Bacon, Beethoven, de Quincey, Schopenhauer, y Thoreau, entre muchos otros.

“existe tanta ansiedad cultural frente al aislamiento que continuamente no logramos percibir los beneficios de la soledad. Pero existe algo realmente liberador para las personas al estar solas. Logran establecer control sobre la forma en que utilizan su tiempo. Logran descomprimirse al final de un atareado día en la ciudad y experimentan un sentimiento de libertad” Eric Klinenberg..

Otra de las bondades detectadas alrededor del estar solo radica en el fortalecimiento de carácter e identidad

En la soledad reafirmamos diversas habilidades que enriquecerán nuestra habilidad para establecer lazos sociales saludables y fuertes.

¿Entonces?

Desde hace tiempo la ciencia ha advertido que la soledad excesiva puede sernos perjudicial. Pero en años recientes se han llevado a cabo investigaciones que aluden a los beneficios de este estado. El problema, al parecer, radica en la dosis (el veneno puede ser también el antídoto)

Algo curioso es que la mayoría coincide en que para disfrutar de las mieles de la soledad, esta debe ser voluntaria y no obligada. Lo anterior nos invita a replantear nuestra percepción frente a ella, a asumir su inevitable presencia en diferentes momentos de nuestro camino y por qué no, a procurarla de vez en cuando, incluso a "revolcarnos en ella en una especie de fantasmal y sutil cópula". Si le huyes lo más probable es que tarde o temprano te alcanzará y si el encuentro no fue originalmente deseado, entonces tal vez pueda tratarte con poco cariño.

La soledad, concebida como una etapa transitoria y voluntaria, es de lo más beneficiosa para nuestra autoestima y nuestra salud mental. Estar sola no significa para nada tener un carácter difícil o una personalidad intolerante. Tan solo es una forma de marcar una cierta independencia en relación a los demás. Una opción libre y que todavía muchos se hartan de criticar.

La soledad es una situación que puedes aspirar a convertir en transitoria y que conviene percibirla como no forzosamente traumática. Puedes verla como un momento de reflexión, de conocerte a fondo y de encontrarte sinceramente con tu propia identidad. En muchas ocasiones, es precisamente esto, lo que hace sentirte solo. Cuando no hablas contigo mismo, no te escuchas, no te prestas atención, cuando eres un desconocido para ti mismo, te asustas y no sabes cómo hacerlo. Es la oportunidad para reencontrarte a ti mismo. No estás solo, te tienes a ti.

Es un gran momento para romper dependencias emocionales, para aumentar tu autoestima, para conocer qué es lo que te hace sentir bien. Aprovéchalo.

“La soledad es el hecho más profundo de la condición humana. El hombre es el único ser que sabe que está solo.” Octavio Paz

sábado, 20 de julio de 2013

Las 4 estaciones

Reflexión

Había una vez un hombre que tenía cuatro hijos.

El hombre buscaba que ellos aprendieran a no juzgar las cosas tan rápidamente; entonces los envió a cada uno por turnos a visitar un peral que estaba a una gran distancia.

El primer hijo fue en el invierno, el segundo en la primavera, el tercero en el verano y el hijo más joven en el otoño.

Cuando todos ellos habían ido y regresado; su padre los llamó y juntos les pidió que describieran lo que habían visto.

El primer hijo mencionó que el árbol era horrible, doblado y retorcido.

El segundo dijo que no, que estaba cubierto con brotes verdes y lleno de promesas.

El tercer hijo no estuvo de acuerdo, dijo que estaba cargado de flores, que tenía aroma muy dulce y se veía muy hermoso, era la cosa más llena de gracia que jamás había visto.

El último de los hijos no estuvo de acuerdo con ninguno de ellos y dijo que el peral estaba maduro y marchitándose de tanto fruto, lleno de vida y satisfacción.

Entonces el hombre les explicó a sus hijos que todos tenían razón, porque ellos solo habían visto una de las estaciones de la vida del árbol.

Les dijo a todos que no deben de juzgar a un árbol, o a una persona, solo por ver una de sus temporadas y que la esencia de lo que son, el placer, regocijo y amor que viene con la vida puede ser solo medida al final, cuando todas las estaciones ya han pasado.

Si tú te das por vencido en el invierno, habrás perdido la promesa de la primavera, la belleza del verano y la satisfacción del otoño.

No dejes que el dolor de una estación destruya la dicha del resto.

No juzgues la vida solo por una estación difícil.

Aguanta con valor las dificultades y las malas rachas, porque luego disfrutarás de los buenos tiempos.


Sólo el que persevera encuentra un mañana mejor.

lunes, 15 de julio de 2013

Trastorno Narcisista de la Personalidad

Un trastorno de la personalidad es un patrón permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto, tiene su inicio en la adolescencia o principio de la edad adulta, es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o perjuicios para el sujeto.

Características diagnósticas. La característica esencial del trastorno narcisista de la personalidad es un patrón general de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía que empieza al comienzo de la edad adulta y que se da en diversos contextos.

Los sujetos con este trastorno tienen un sentido grandioso de auto-importancia. Es habitual en ellos el sobrevalorar sus capacidades y exagerar sus conocimientos y cualidades, con lo que frecuentemente dan la impresión de ser jactanciosos y presuntuosos. Pueden asumir alegremente el que otros otorguen un valor exagerado a sus actos y sorprenderse cuando no reciben las alabanzas que esperan y que creen merecer. Es frecuente que de forma implícita en la exageración de sus logros se dé una infravaloración (devaluación) de la contribución de los demás. A menudo están preocupados por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginarios. Pueden entregarse a rumiaciones sobre la admiración y los privilegios que «hace tiempo que les deben» y compararse favorablemente con gente famosa o privilegiada.

Los sujetos con trastorno narcisista de la personalidad creen que son superiores, especiales o únicos y esperan que los demás les reconozcan como tales. Piensan que sólo les pueden comprender o sólo pueden relacionarse con otras personas que son especiales o de alto status y atribuyen a aquellos con quienes tienen relación las cualidades de ser "únicos", "perfectos" o de tener "talento". Los sujetos con este trastorno creen que sus necesidades son especiales y fuera del alcance de la gente corriente. Su propia autoestima está aumentada (por reflejo) por el valor idealizado que asignan a aquellos con quienes se relacionan. Es probable que insistan en que sólo quieren a la persona «más importante» (médico, abogado, peluquero, profesor) o pertenecer a las «mejores» instituciones, pero pueden devaluar las credenciales de quienes les contrarían.

Generalmente, los sujetos con este trastorno demandan una admiración excesiva. Su autoestima es casi siempre muy frágil. Pueden estar preocupados por si están haciendo las cosas suficientemente bien y por cómo son vistos por los demás. Esto suele manifestarse por una necesidad constante de atención y admiración. Esperan que su llegada sea recibida con un toque de fanfarrias y se sorprenden si los demás no envidian lo que ellos poseen. Intentan recibir halagos constantemente, desplegando un gran encanto.

Las pretensiones de estos sujetos se demuestran en las expectativas irrazonables de recibir un trato de favor especial. Esperan ser atendidos y están confundidos o furiosos si esto no sucede. Esta pretenciosidad, combinada con la falta de sensibilidad para los deseos y necesidades de los demás, puede acarrear la explotación consciente o inconsciente del prójimo. Esperan que se les dé todo lo que deseen o crean necesitar, sin importarles lo que les pueda representar a los demás. Por ejemplo, estos sujetos pueden esperar una gran dedicación por parte de los demás y pueden hacerles trabajar en exceso sin tener en cuenta el impacto que esto pueda tener en sus vidas. Tienden a hacer amistades o a tener relaciones románticas sólo si la otra persona parece dispuesta a plegarse a sus designios o a hacerle mejorar de alguna forma su autoestima. Con frecuencia usurpan privilegios especiales y recursos extras que piensan que merecen por ser tan especiales.

Generalmente, los sujetos con trastorno narcisista de la personalidad carecen de empatía y tienen dificultades para reconocer los deseos, las experiencias subjetivas y los sentimientos de los demás. Pueden asumir que los otros están totalmente interesados en su bienestar. Tienden a hablar de sus propios intereses con una extensión y un detalle inadecuados, en tanto que no consiguen darse cuenta de que los demás tienen sentimientos y necesidades. A menudo son desdeñosos e impacientes con los demás cuando éstos se refieren a sus propios problemas y preocupaciones. Estos individuos pueden ser ajenos al daño que pueden hacer sus comentarios (por ejemplo, explicar con gran alegría a un antiguo amante que «ahora tengo una relación para toda la vida» o presumir de salud delante de alguien que se encuentra enfermo). Cuando se reconocen las necesidades, los deseos o los sentimientos de los demás, es probable que sean vistos con menosprecio como signos de debilidad o vulnerabilidad.

Estos sujetos suelen envidiar a los demás o creen que los demás les envidian a ellos. Pueden envidiar los éxitos y las propiedades ajenas, creyendo que ellos son más merecedores de aquellos logros, admiración o privilegios. Pueden devaluar con acritud las aportaciones de los demás, en especial cuando aquellos sujetos han recibido el reconocimiento o las alabanzas por sus méritos. Los comportamientos arrogantes y soberbios caracterizan a estas personas.

Los narcisos adultos se sienten capacitados para todo, por ello no sienten la necesidad de llevar a cabo un entrenamiento previo, con lo que aumentan las posibilidades de errar. Como esta situación es muy dolorosa, se refugian en fantasías de éxito de tal manera que pueden llegar perder el contacto con la realidad y aislarse.

Las personas con este tipo de personalidad se suelen resistir a recibir un tratamiento terapéutico, excepto cuando las sesiones adoptan un cariz de reconocimiento. En este caso sólo se perpetuaría su patrón narcisista, ya que acudirían a terapia sólo por el reconocimiento obtenido. Las interpretaciones de sus conductas les llevan a padecer una fuerte tensión por los sentimientos negativos que les generan: tienen miedo a ser descubiertos en sus debilidades y no lo pueden soportar, razón por lo que suelen abandonar el tratamiento. Se puede ayudar con varias estrategias de intervención.

"El trastorno de personalidad narcisista se diagnostica sobre la base de una evaluación psicológica/psiquiátrica que valora los antecedentes y la gravedad de los síntomas".

Conclusión

Tiene un grandioso sentido de auto-importancia, está preocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginados, deterioro de sus relaciones sociales, tienen sentimientos excesivos de egocentrismo, persiguen principalmente metas egoístas, son personas que toleran muy mal la insatisfacción y los errores, se dejan llevar por una florida capacidad para la fantasía, donde exageran sus capacidades y minimizan sus defectos, la racionalización es su mecanismo de defensa frente al dolor de no triunfar o en caso de haber cometido una acción inaceptable, cree que es "especial" y único y que sólo puede ser comprendido por aquellas personas con las que se relacionan las cualidades de ser "únicos", "perfectos" o tener "talento" que confirmen su sentido de superioridad, paradójicamente, su autoestima es voluble y precisan de la valoración y el reconocimiento y siempre escogen a rendidos admiradores, exige una admiración excesiva, son manipuladores, se aprovechan de otros para lograr sus propias metas es muy pretencioso, es explotador, se caracterizan porque siempre piden y no sienten que deban hacer o dar algo a cambio, carece de empatía, frecuentemente envidia a los demás o cree que los demás le envidian a él, no pueden soportar a aquellos que han triunfado o que despiertan la admiración de los demás y que les quitan “injustamente” protagonismo, el patrón de conducta más habitual es comportamientos o actitudes arrogantes o soberbios, esconden sus sentimientos, incapacidad para arriesgar nada por la posibilidad de frustración que ello con lleva, tendencia a expresar rabia a las críticas, pueden llegar a obsesionarles y hacer que se sientan hundidos y vacíos, pasan por episodios depresivos leves.


jueves, 11 de julio de 2013

Ser Feliz con lo que tienes

¿Te sientes insatisfecho y tiendes a buscar la felicidad en lo que aún te falta? Nos han educado con la idea de que para ser felices debemos “poseer”, por lo que siempre nos hace falta dinero. Sin embargo, es interesante y revitalizante aprender a ser feliz con lo que está a tu alcance.
"Vivimos llenos de promesas de futuro. Nos dejamos arrastrar por esperanzas que jamás se cumplen".

Nuestra vida es un cambio de ilusiones, expectativas, sueños y utopías, que casi nunca se plasmas en la realidad. Y no lo hacen porque esperamos que ocurran por azar o por la ayuda de algún ser bondadoso.

Solo se cumplen los sueños que se trabajan. Los sueños  son gratuitos, pero convertirlos en realidad es algo muy cato, en tiempo, esfuerzo, dedicación, sacrificio...nada es gratis.

La felicidad no está en el futuro, no en lo que podrás conseguir. La felicidad consiste es disfrutar de lo que ya tienes, no de lo que podrías tener.

¿Tienes pareja? ¿Por qué no disfrutas de esa relación? ¿No tienes pareja? ¿Por qué no disfrutas de estar solo? ¿Tienes hijos? ¿Comes todos los días? ¿Hay gente que te quiere y respeta? ¿ Hoy has visto el amanecer?

Entonces, ¿Dónde crees que se puede encontrar la felicidad? ¿Encontraras la felicidad dentro de 5 años, cuando hayas  podido casarte o comprar un automóvil mejor?

Buscamos la felicidad en lo que no tenemos y no valoramos lo que tenemos. Hay personas que nos quieren y personas a las que queremos. La rutina nos hace olvidarnos de eso.

Tenemos una preciosa casa, pero no somos felices pensando en que queremos una mejor.

No quiero decir que te conformes con lo que ya tienes. Claro que tienes que seguir luchando por conseguir cosas mejores pero no dejes de disfrutar con lo que ya tienes.

Comienza siendo feliz con lo que tienes, mientras consigues lo que quieres.

Si con todo lo que tienes no eres FELIZ con todo lo que te falta tampoco.

domingo, 7 de julio de 2013

Bogifobia

La bogifobia es una fobia que se define como un persistente e irracional miedo a lo sobrenatural y las leyendas urbanas como los asustadores de niños, el coco, fantasmas, duendes, brujas y monstruos imaginarios, típicos de los miedos infantiles.
Los afectados a menudo adquieren este miedo en la etapa infantil por culpa de las amenazas de los adultos para controlar el comportamiento de los niños que les lleva a intimidarles con seres como el Coco o el hombre del saco. El ver películas de terror puede atemorizar a un infante ante la dificultad de separar lo real de la ficción, al pensar que el monstruo o asesino del film vaya a ir por él. También es un miedo que se puede obtener tras algún susto ocasional o repetido en la infancia que le quedó gravado en el subconsciente, como puede ser un familiar saliendo de algún lugar oscuro de la casa para asustar al infante, hasta un trauma infantil real que el subconsciente oculta tras la imagen de un monstruo. Que un niño sea víctima de un secuestro, o de abusos físicos o que haya sido testigo de algún otro acto violento puede crear a un bogifóbico.

Este temor tiene más fuerza generalmente cuando el afectado de la fobia se encuentra a solas o a oscuras, por lo que a veces está estrechamente ligado a la nictofobia (temor a la oscuridad) o escotofobia ( miedo a la oscuridad) y en casos más graves a ligofobia (terror a la oscuridad): “la oscuridad les provoca inseguridad ya que no ven lo que hay a su alrededor y una imaginación desbordante puede jugar con las sombras de los objetos y los sonidos del viento convirtiendo la habitación de un bogifóbicos en un sinfín de amenazas para él”.

Suelen encontrar seguridad con la compañía en una persona que les transmita tranquilidad y les reconforte, como en el caso de los niños pequeños lo es un adulto. Esta persona debe mostrar una actitud comprensible y que les recuerde que no hay nada que vaya a atacarlos. A veces es bueno revisar la zona que les produce miedo como el armario o mirar debajo de la cama para asegurarles que no hay nada. "Asustar al bogifóbico o burlarse de sus miedos sólo conseguirá que su fobia aumente y que además se sienta incómodo y avergonzado, impidiéndole acudir por ayuda cuando tenga miedo para no recibir una postura negativa".

Es de las fobias más comunes en niños pequeños, sobre todo en los infantes con mucha imaginación y suele superarse en la adolescencia. Si la bogifobia perdura después de la pre-adolescencia, seguramente esté arraigado a un fuerte trauma infantil que será necesario superar con un tratamiento psicoterapéutico. ¿Trauma infantil? ya sea como una reacción al trauma o no relacionado, el temor o miedo comienza a ser perjudicial para el afectado cuando le limita en su vida. Algunos niños expresarán su miedo presentando: ansiedad, pánico, somatizaciones, latido cardíaco rápido, dificultad para respirar, enuresis, comúnmente se  sienten confundidos,  se distraen fácilmente, reaccionan ante olores, se sienten enfermos. Los problemas sociales de los niños traumatizados se pueden manifestar en los embarazos a una temprana edad, abuso de drogas, fracaso escolar, delirium y un comportamiento antisocial. 

Las víctimas de traumas infantiles pueden sufrir de condiciones neuropsiquiatrías, así como trastorno de estrés post traumático, trastornos disociativos y trastornos de la conducta. 

Por mencionar algunos de los traumas infantiles más comunes: (si no se elaborada adecuadamente) Muerte de un progenitor o hermano (a), padres infelizmente casado, enfermedad grave, ruptura del núcleo familiar,  alcoholismo o drogadicción, problemas de tipo emocional, abuso infantil o abandono, o haber estado expuesto a condiciones traumatizantes, etc. 

miércoles, 3 de julio de 2013

Vaginismo

El vaginismo se produce cuando los músculos que rodean la vagina (esfínter vaginal) se contraen involuntariamente, produciendo un espasmo que mantiene la vagina cerrada, impidiendo la penetración.
Esta contracción es parte de la respuesta del estrés, una reacción destinada a proteger al cuerpo de una aproximación no deseada.

"Normalmente, estos músculos mantienen la vagina cerrada hasta el momento en que es necesaria su dilatación. En ese momento, los músculos se relajan y la vagina puede dilatarse. Esta relajación del esfínter vaginal permite que se produzca la penetración sexual, el parto, exploraciones médicas, inserción de tapones, etc".

El vaginismo está clasificado en:

Vaginismo primario: Ocurre cuando una mujer nunca ha sido capaz de tener relaciones sexuales o lograr cualquier tipo de penetración. Es comúnmente descubierta en las adolescentes y mujeres en su veintena, pues es cuando la mujer intenta el uso de tampones, tener relaciones sexuales o cuando va al médico para practicarse una prueba de Papanicolaou. Una mujer puede tener vaginismo y no darse cuenta de que lo tiene hasta el momento en que intenta tener una penetración vaginal. Probablemente puede pensar que la penetración debe de ser naturalmente sencilla o puede que lo ignore debido a su condición.

Vaginismo secundario: Ocurre cuando una mujer que previamente ha sido capaz de lograr la penetración vaginal normalmente, de repente se siente incapaz de ello. Esto puede ser por causas físicas -infecciones vaginales, trauma durante el parto, secuelas tras cirugía ginecológica, etc.- o por causas psicológicas. El tratamiento para este tipo es el mismo que para el primario, sin embargo, en estos casos, el hecho de que previamente se haya podido lograr una penetración de forma satisfactoria es un factor que predispone a que la afección se pueda solucionar con mayor rapidez.

Síntomas

La severidad del vaginismo puede variar de una mujer a otra, de modo que los síntomas pueden ser diferentes, de modo que cada mujer puede presentar todos los síntomas siguientes o sólo algunos de ellos:
  • Penetración vaginal difícil, dolorosa o imposible durante la relación sexual.
  • Dolor vaginal durante la relación sexual o un examen pélvico.
  • No poder insertar tampones en la vagina.
  • No poder realizarse un examen médico pélvico.
  • No poder insertar el propio dedo en la vagina.
  • Dolor cuando se intenta la penetración debido a la contracción muscular.
  • Pérdida del deseo sexual cuando se intenta la penetración.

Las mujeres con vaginismo suelen tornarse ansiosas ante las relaciones sexuales. Sin embargo, esto no quiere decir que no puedan excitarse sexualmente. Muchas mujeres con esta afección pueden tener orgasmos cuando se estimula el clítoris.

A nivel emocional, puede aparecer desde una serie de síntomas que van desde una leve aprensión en el momento de la penetración, que puede desaparecer con palabras de comprensión y apoyo, hasta un gran ansiedad, con palpitaciones, que lleva a la mujer a cerrar fuertemente las piernas y empujar a la persona que intenta la aproximación, huyendo de la situación.

El vaginismo suele producir frustración, pues la mujer desea poder mantener una relación con penetración y se siente frustrada por no lograrlo. No obstante, también hay que tener presente que la sexualidad, los gustos y los comportamientos sexuales son muy variados, y una mujer puede no sentirse atraída por la penetración, prefiriendo otros tipos de actos sexuales diferentes (sexo oral, masturbación por parte de la pareja, etc.). Por desgracia, la presión social hacia la penetración es muy fuerte, y se considera que a toda mujer heterosexual debe gustarle la penetración, cuando eso no tiene por qué ser necesariamente cierto. Del mismo modo que a algunas personas les atrae el sexo oral y otras lo rechazan, o a algunas personas les gusta el sexo anal y otras lo rechazan, a algunas mujeres no les atrae la penetración.

Si este es el caso, puede darse un problema en la pareja por desear cosas diferentes, y pueden necesitar asesoramiento psicológico, pero no se trataría de un problema de vaginismo. Antes de realizar el diagnóstico de vaginismo, hay que asegurarse de que la mujer realmente desea la penetración y le supone un problema no poder llevarla a cabo.

Causas

La existencia de vaginismo no implica que exista ausencia de deseo sexual. Muchas mujeres están excitadas y desean realizar el acto sexual, y disfrutan sin problemas con otros tipos de relaciones sexuales que no incluyan la penetración. Las causas de vaginismo son las siguientes:

- Inhibiciones sexuales debido a creencias religiosas que hacen percibir el acto sexual como sucio, pecaminoso, etc. En estos casos, una parte de la mujer puede desear mantener relaciones, mientras que otra parte las rechaza debido a la educación recibida, de modo que aparecen impulsos contradictorios que crean ansiedad.La educación familiar y / o religiosa muy rigurosa, estricta, que impide ver al sexo como productor de placer”.

- Miedo. Algunas mujeres tienen miedos en relación al sexo, como miedo al dolor, miedo al embarazo u otros tipos de miedos que producen ansiedad, la cual hace que la vagina permanezca seca y contraída, impidiendo la penetración.

- La mala información respecto al sexo o la falta de educación sexual pueden promover diversos miedos. La falta de información puede dar lugar a incertidumbre y miedo a lo desconocido. Otros miedos como a no gustar a la pareja, a no saber hacerlo, a no responder a las expectativas de la pareja, a ser rechazada, a ser controlada por un hombre, etc., pueden producir ansiedad. En algunos casos, una primera experiencia sexual dolorosa puede producir miedo; por ejemplo, la mujer puede pensar que su vagina es demasiado pequeña. “A veces se le ha hablado cuando niña, y quizás por la persona menos indicada del dolor que sufriría “su primera vez” de modo que el temor que siente a la experiencia sexual hace que se produzca el vaginismo, y luego se transforma en una disfunción difícil de superar”.

- En algunos casos, el vaginismo puede aparecer tras una historia de relaciones sexuales con penetración sin problemas debido a los efectos físicos de después del parto, cansancio o algún otro motivo que hace que la mujer no esté preparada para el acto sexual.

- Infecciones vaginales. Las infecciones y otros problemas médicos pueden hacer que la penetración sea dolorosa, de modo que aparece ansiedad. Incluso una vez superada la infección puede seguir existiendo ese miedo al dolor. El dolor debido a la irritación vaginal causada por el uso de espermicidas o el látex del preservativo puede provocar vaginismo.

- Búsqueda del acto sexual por motivos equivocados. A veces, aunque una mujer desee realizar el acto sexual, el motivo por el que quiere hacerlo no es el deseo sexual, sino otro diferente. Por ejemplo, algunas adolescentes pueden querer perder la virginidad por considerar que tienen una edad a la que ya deberían haber probado el sexo, cuando en realidad todavía no están preparadas o no lo desean libremente. En otras ocasiones, una mujer puede estar buscando principalmente amor y contacto físico, sin desear realmente el sexo, pero se ve empujad a dar sexo a cambio de esa cercanía emocional. Esto supone una traición a sí misma hacia la que el cuerpo se rebela, produciéndose la contracción de la vagina que impide la penetración. A veces luego de varios embarazos y ante el deseo de no volver a tener otro hijo, el miedo a quedar embarazada produce el vaginismo o en ocasiones luego de una ruptura amorosa que le produjo mucho dolor, ante la nueva pareja, descubre que no puede realizar el acto, toda vez que su vagina se contrae, el dolor es severo y le impide disfrutar de su nueva experiencia sexual”.

- Traumas. Por ejemplo, enfermedades que llevaron a que el cuerpo fuese repetidamente expuesto a tratamientos médicos, graves complicaciones durante el parto, abuso sexual o violación, maltrato.

En algunas ocasiones, no se puede encontrar ninguna causa.

Pruebas y exámenes

Un examen pélvico puede confirmar el diagnóstico de vaginismo. Igualmente, es importante realizar una historia clínica y un examen físico completo para buscar otras causas de dolor con la relación sexual (dispareunia)

Tratamiento y autoayuda

El tratamiento consiste en una combinación de educación, asesoría y ejercicios tales como contracción y relajación de los músculos del piso pélvico (ejercicios de Kegel).

Se recomiendan ejercicios de dilatación vaginal mediante dilatadores plásticos, lo cual debe hacerse bajo la dirección de un sexólogo u otro médico. Esta terapia debe involucrar a la pareja y gradualmente se puede incluir contacto más íntimo, que en definitiva lleva a la relación sexual.

El médico debe darle información acerca de la anatomía sexual, el ciclo de la respuesta sexual y los mitos comunes sobre el sexo. Se recomienda atención psicológica.

El tratamiento dependerá de las causas por las que se está produciendo el vaginismo en cada mujer. Es posible que sea necesaria una educación sexual para librar a la mujer de ideas erróneas respecto al sexo. Las falsas creencias que están manteniendo el problema pueden corregirse con facilidad. Tener una información apropiada acerca del sexo es importante para tener una sexualidad sana.

En casos de traumas, como violaciones, será necesario tratar el trauma y ayudar a la mujer a superar lo ocurrido en vez de centrarse en el vaginismo, que no es el verdadero problema, sino un síntoma más.

Cuando la causa del vaginismo es el miedo a la penetración (por miedo al dolor, por ejemplo), pueden usarse dilatadores vaginales. Se trata de dilatadores con forma de pene de diversos tamaños. Se empieza utilizando el más pequeño y cuando pueda usarse sin problemas se pasa a un tamaño mayor.

Los dilatadores suele usarlos la mujer estando a solas, aunque si así lo prefiere puede usarlos con su pareja, como forma del juego sexual.

Cuando puedas utilizar el dilatador de mayor tamaño sin sentirte ansiosa y sin sentir ningún dolor, entonces puedes intentar la penetración por parte de tu pareja.

Si consideras que el uso de dilatadores no es el método más apropiado para ti, trata de conocer tu propio cuerpo. Puedes ir poco a poco. Por ejemplo, puedes empezar simplemente tocando tu zona vaginal. Si esto hace que te sientas ansiosa, detente, relájate unos minutos y luego continúa de nuevo. Hazlo durante unos días hasta que te sientas cómoda.

"Una vez que te sientas cómoda al tocarte, puedes pasar a la siguiente fase: trata de introducir tu dedo en tu vagina. Hazlo durante varios días hasta que te sientas cómoda y puedas hacer esto sin problema. Después pasa a utilizar un objeto del tamaño de un tapón para la penetración (por ejemplo, un dilatador o algún juguete sexual de pequeño tamaño)".

Todas estas fases puedes hacerlas a solas o con tu pareja, o bien puedes hacerlo primero a solas y luego con tu pareja, empezando desde el principio: primero sólo tocar la zona vaginal, sin ningún tipo de penetración, etc.

La fase en la que puedes empezar depende del nivel de ansiedad que sientas. Por ejemplo, si el hecho de que tu pareja (o tu misma) toque tu pubis o zona vaginal te crea demasiada ansiedad, puedes empezar por caricias en los muslos y caderas, hasta que te sientas cómoda haciendo esto y no sientas ningún malestar.

Durante la terapia se intenta reducir y eliminar la ansiedad producida por la incapacidad de mantener una relación sexual.

Las técnicas de relajación muscular son muy utilizadas.

En algunos casos, los especialistas prescriben determinados medicamentos que, si bien no curan el vaginismo ya que los medicamentos que se utilizan tienen efecto antifóbico, como los antidepresivos, pero no se recetan para toda la vida, sino hasta que la paciente logra conocer su cuerpo y perder el temor.