lunes, 24 de febrero de 2020

¿Qué hago si un Familiar tiene Depresión?

Convivir con una persona deprimida, es una situación muy estresante y que si no se gestiona de manera correcta, al final, acaba pasando factura a quien lo padece.

Normalmente la familia o entorno más cercano de una persona que tiene depresión, por distintos motivos, también sufre y muchas veces se acercan a nosotros para saber cómo abordar la situación y qué hacer. Te dejo algunos consejos para enfrentar la situación:

1. Dejar de creer que la depresión es sinónimo de tristeza
La tristeza es una emoción absolutamente normal que uno experimenta cuando pasa alguna cosa que le entristece: que pierda tu equipo de fútbol, que tengas problemas en el trabajo o que su hija tenga un novio que no te gusta. Tampoco es una depresión el hecho de tener problemas de adaptabilidad, es decir, que ocurran cosas en la vida que producen un estrés o ansiedad constantes que le hagan a uno ser más infeliz.

2. Desterrar el mito de que la depresión es una enfermedad exclusivamente de manifestación mental
En la depresión una dimensión es la del estado del ánimo, pero también se pueden dar otras manifestaciones o cuadros concomitantes, como el trastorno del sueño, fatiga, problemas de concentración, problemas en la alimentación, etc. Creer que la depresión es presentar un estado de ánimo deprimido (tristeza) provoca que se pasen por alto otras señales cognitivas o físicas que también llevan a diagnosticar esta grave condición. La depresión es multidimensional.

3. Evitar críticas y reproches por "no poner de su parte"
Cambiar el estado de ánimo de una persona que se siente triste puede ser una cuestión de actitud. Sin embargo, cuando se padece una depresión, la voluntad del paciente de mejorar o hacer otras cosas queda absolutamente anulada. Por tanto, hay que darse cuenta de que, al igual que existen problemas físicos que necesitan de tratamiento, también existen problemas psicológicos que deben ser tratados.

Si el familiar percibe que el paciente con depresión no desea mejorar, no debe reprochárselo o intentar ayudarle con expresiones como “anímate, que solo es un mal momento”, “debes poner algo de tu parte”, “sé positivo” no pienses tanto” o “no sé de qué te quejas si no te falta de nada…”. Hacer ese tipo de comentario, además de no tener respuesta, puede ser perjudicial, ya que el paciente se puede sentir culpable por no ser capaz de salir y sentirse mejor.

4. La importancia de estar en contacto continuo con el paciente y felicitar sus avances
Si de verdad queremos ayudar al paciente, es clave reservar tiempo para acompañarlo y, sobre todo, apostar por la empatía (intentar entender lo que siente la otra persona). Solo así tendremos más pistas sobre lo que quiere el enfermo: si necesita un hombro sobre el que llorar, si quiere distraerse, si necesita silencio o si necesita que le hablemos.

Respecto a la conversación con empatía, es importante que no caigamos en el error de darle más argumentos para verlo todo negro. Llegado el caso, los expertos proponen intentar desviar la conversación hacia otros temas, pero de forma sutil, con frases del estilo: “entiendo que ahora veas todo negativo pero, si te parece, podemos hablar de otros cosas, por ejemplo…”.

5. Promueve el tratamiento
Las personas con depresión pueden no reconocer o estar conscientes de su depresión. Quizás no reconozcan los signos y síntomas de la depresión, por lo que pueden pensar que lo que sienten es normal. Muy a menudo, las personas, producto de la presión social y familiar, sienten vergüenza de su depresión y creen erróneamente (por lo que se dice) que pueden superarla solo con la fuerza de voluntad. Pero la depresión rara vez mejora sin tratamiento, e incluso puede empeorar. Con el enfoque de tratamiento adecuado, la persona que quieres puede mejorar.

Para ayudar a esa persona, puedes hacer lo siguiente:
  • Habla con esa persona sobre lo que has notado y por qué estás preocupado.
  • Explícale que la depresión es una enfermedad, no un defecto ni una debilidad personal, y que generalmente mejora con el tratamiento.
  • Sugiérele que busque ayuda de un profesional: un médico o un psicólogo
  • Ofrécele tu ayuda para preparar una lista de preguntas con el fin de discutirlas en una primera cita con el profesional.
  • Exprésale tu disposición a ayudar organizando las citas médicas, acompañándolo a estas y asistiendo a las sesiones de terapia familiar.
Una vez, esta persona inicia una terapia psicológica, tú, como pareja o familiar, sería bueno, que siguieras las siguientes indicaciones, para facilitarte las cosas:
  1. Entender el problema: Debes informarte acerca de que es la depresión, como funciona y como la voluntad no lo es todo, existen muchos otros factores que influyen en el desarrollo y curso de este trastorno.
  2. Controlar los impulsos de ira y los enfados: Si estás enfadado, porque la otra persona ha hecho o no ha hecho tal o cual cosa, no le digas lo que estas deseando decirle. Ten autocontrol y quédate con tu frustración y tu rabia, ya que esa reacción tuya, no hará, sino empeorar la situación y hacer sentir peor a la persona que está deprimida.
  3. Observa que pensamientos te invaden: Estos son los generadores de rabia e impotencia, “No se esfuerza lo suficiente”, “No quiere superar la depresión”, “Lo que debe hacer es…”, etc. El control y la validez de estos pensamientos en ti, dependerá, del poder que tú les otorgues. Cuestiónate la veracidad y utilidad de los mismos.
  4. Retirada de atención: De manera contraria, no prestes excesiva atención a los comportamientos depresivos. No refuerces su llanto, ni le preguntes que le pasa a cada instante. No lo acuses, ni lo mires mal, simplemente actúa de manera natural y refuérzale cuando el ánimo esté mejor.
  5. Evita los sermones: No intentes hacerle razonar, ni exigirle un cambio de actitud, será inútil y te consumirá mucha energía. No se producirá una iluminación de repente en su cabeza, ni mejorará, por mucho que le digamos que su actitud no es constructiva.
  6. Propón actividades: Para participar en esta área, debes estar en contacto directo, con el psicólogo que dirige el tratamiento, de cara a elegir las actividades de manera correcta y paulatina.
  7. Trátalo con naturalidad: No lo trates como un enfermo o un loco, ni te obsesiones con como lo estará pasando, o que puedes hacer tú para ayudarle. Lo mejor, es que te vea de manera relajada y espontánea.
  8. Riesgo de suicidio: Si el profesional te indica que existe riesgo de suicidio, créetelo. No mires a otro lado, o no le des importancia. Se trata de “eliminar la posibilidad”. En algunos casos, bastará con controlar, que la persona realice sus pautas terapéuticas y tome su medicación, en otros más graves, esta persona no podrá quedarse sola. Puedes hacer turnos con otro familiar o persona de confianza o bien contratar a alguien especializado en cuidar personas enfermas. El caso, es no menospreciar esta información,  si así os lo hace saber el terapeuta.
Recuerda
  • Si bien es cierto, que el entorno donde el deprimido se desenvuelve, es importante, no lo es todo.
  • La persona deprimida, no es culpable de su depresión, pero si es responsable de recuperarse de ella.
  • No eres culpable, de que tú pareja o familiar no salga adelante. En última instancia, el trabajo de salir del pozo es solo suyo.
  • Es importante, que esta persona pida ayuda profesional cuanto antes, para poder comenzar a trabajar, todas aquellas cuestiones que están reforzando el trastorno depresivo.
Si la enfermedad que padece tu ser querido es grave o potencialmente mortal, ponte en contacto con un médico, un hospital o con los servicios médicos de urgencia… a veces, en casa, no se cuenta con las herramientas adecuadas para contener o atender una crisis potencialmente peligrosa.

Si tienes más consultas o dudas comunícate conmigo, con gusto te ayudare.



Compilador

martes, 18 de febrero de 2020

Dependencia Emocional

La dependencia emocional es un patrón psicológico que incluye, necesidad de que otros asuman la responsabilidad en las principales parcelas de su vida, temor a la separación de las personas, dificultades para tomar decisiones por sí mismos, dificultades para expresar el desacuerdo con los demás debido al temor a la pérdida de apoyo o aprobación, se siente incómodo o desamparado cuando está solo debido a sus temores exagerados a ser incapaz de cuidar de sí mismo y preocupación no realista por el miedo a que le abandonen y tenga que cuidar de sí mismo.
Las personas con dependencia emocional suelen tener o iniciar relaciones poco sanas y tienen sentimientos excesivos y poco adaptativos de temor a que la relación se acabe en algún momento. Es común que estas personas no piensen en sus necesidades, que se anulen a sí mismos a favor de su pareja, familia o amistades y tienden ser muy sensibles a la aprobación de sus actos por parte de estas personas.

Esta vinculación afectiva tan excesiva se correlaciona con trastornos de apego. En el fondo de una dependencia emocional elevada, se encuentra una baja autoestima y un alto grado de inseguridad. También hay un gran miedo a estar emocionalmente solo, lo que repercute en la calidad de la pareja ya que lo que mantiene el vínculo de pareja es un miedo persistente a que la relación se acabe.
Se puede identificar a las personas con dependencia emocional por conductas (síntomas) como:
  • Baja autoestima y autodesprecio.
  • Buscan relaciones de pareja teniendo poco criterio, les falta ser más asertivos.
  • Tienen tendencia a depresión o ansiedad.
  • No asuman responsabilidades.
  • Dificultad en la toma de decisiones.
  • Inseguridades
  • Pueden tener problemas para hacer cosas por si solas.
  • Dispuesto a obedecer y ser subordinados de forma desproporcionada.
  • Poco adaptativa a nuevos entornos o situaciones.
  • Temor al rechazo y dificultad para dar su opinión. (Necesidad de agradar)
  • Dificultad para iniciar proyectos por su cuenta.
  • Falta de confianza en su propio juicio y capacidades.
  • Dispuestos hacer tareas no deseables por mantener la relación de dependencia.
  • Posición inferior en las relaciones
  • Puede soportar maltrato físico o verbal que puede dar pie al maltrato de género, pensando que la persona con dependencia emocional consiente cosas incondicionalmente.
  • La soledad les hace sentir muy incómodos.
  • No tienen la capacidad de salir de una relación toxica.
  • Sensación de vacío, solo pueden llenar este vacío con otra persona.
  • Autoanulación, no suele pensar en sus necesidades.
Todo esto no significa que una persona dependiente no haga cosas por sí mismo, lo que ocurre es que necesita el apoyo o la aprobación de otra persona para reforzar su autoeficacia.

Dependencia emocional en la pareja

En la relación de pareja es necesario cierto nivel de dependencia. Si hay una independencia total, no tenemos una relación equilibrada y nos puede llevar a la falta de objetivos comunes.

Para que una pareja funcione adecuadamente, es importante un cierto grado de dependencia emocional sana, pues si se funciona de forma completamente independiente la relación puede terminar siendo disfuncional. Sin embargo, si uno de los dos cónyuges tiene un alto grado de dependencia, se convierte en una relación desequilibrada, pues la persona dependiente puede sentirse inferior a su pareja sentimental y está dispuesta a obedecer a todo. Incluso podemos citar que, las personas con alto grado de dependencia emocional, eligen parejas explotadoras, narcisistas, manipuladoras, poco empáticas y poco afectuosas, que creen poseer habilidades fuera de lo común y que parecen muy seguros de sí mismos.

Estas relaciones desequilibradas se pueden tornar poco saludables con el paso del tiempo, ya que puede pasar que la persona dominante incremente su autoridad hasta tal punto que anule o maltrate al dependiente. Cuando la relación llega a un punto de maltrato físico o psicológico, el dependiente soporta desprecios, humillaciones y está dispuesto a obedecer a todo lo que propone su pareja por el miedo a ser abandonado. La persona afectada es capaz de reconocer el maltrato, pero no tiene la capacidad de terminar la relación por estar “enganchada” emocionalmente a su pareja. La dependencia puede conducir a una situación extrema de círculo vicioso, es decir, en un momento dado la relación termina rompiéndose pero al poco tiempo el dependiente intentará a recuperar su expareja incondicionalmente. Si la expareja genera expectativas de reconciliación, el dependiente emocional reinicia la relación como si no hubiera pasado nada. Para el dependiente esta situación afecta de forma negativa a su autoestima, y a su salud física y/o mental, pasando por síntomas de ansiedad, depresión o pensamientos obsesivos. Pese al malestar y al sufrimiento que la relación les cause se sienten incapaces de dejarla.

¿Cómo se puede identificar a un dependiente emocional?

Todas las personas tienen cierto nivel de dependencia afectiva y no hay que olvidar que para relacionarse hay que tener un cierto grado de dependencia sana, si no, la relación termina siendo disfuncional y terminamos funcionando de forma individualista. El problema existe cuando una persona se deja controlar por esta necesidad de aprobación.

¿Cómo identificar si tengo un rasgo elevado de dependencia emocional?

Hay algunas características en las que podemos fijarnos para evaluar si somos propensos a establecer relaciones de dependencia, por ejemplo:
  • Tendencia a anular nuestros propios deseos al favor de la otra persona.
  • Necesidad de involucrar a la otra persona en todas nuestras actividades o pedir su opinión ante cualquier decisión.
  • Si nuestra felicidad se centra en nuestra pareja.
  • Si nos resulta complicado defender una opinión opuesta a la opinión de la otra persona.
  • Tener un miedo constante a perder a esta persona.
  • Sensación de malestar y sentimientos de culpabilidad cuando vamos a la contra de la otra persona.
  • Dejarnos manipular con facilidad por esta persona.
  • Tendencia hacia el aislamiento social.
  • Sensación que las relaciones se convierten en una ‘montaña rusa’ de emociones.
  • Los dependientes emocionales, muchas veces, no son capaces de darse cuenta de los efectos que su dependencia tiene en su vida diaria. Estas personas tienen la tendencia a buscar una pareja con unas características muy concretas, como:
  • Una autoestima elevada, ya que compensa la falta de autoestima de la persona dependiente.
  • Un rasgo de manipulador, dominante o posesivo. Exigen cosas a su pareja, pero no aplican estas mismas normas a ellos mismos.
  • Un rasgo narcisista de personalidad.
  • Personas frías y distantes.
  • Hacia el exterior tienen encanto y sentido del humor.
  • Algunas consecuencias de la dependencia emocional;
  • La identidad se ve afectada caracterizándose por un yo débil.
  • Puede ser la causa de depresión, ansiedad, agorafobia, fobia social, etc.
  • Falta de autosuficiencia emocional.
  • Falta de opinión propia e inseguridad.
  • Vulnerable por ser manipulado.
  • Sensación de inferioridad.
  • Dificultades en el entorno laboral, etc.
Cómo combatir la dependencia emocional

El primer paso es conocer y aceptar nuestros rasgos de personalidad y hacernos conscientes que esta situación emocional no es sana a largo plazo. Si reconoces que puedes ser una persona emocionalmente dependiente, te aconsejamos redactar una lista de aquellas cosas que haces por amor o cariño y que no te perjudican como persona y otro listado de aquellas cosas que haces o aguantas por el rasgo de dependencia emocional y si influyen muy negativamente en tu salud y bienestar. Valora si has dejado de lado otras relaciones o amistades importantes, si has cambiado tus actividades de forma drástica al favor de la otra persona, etc. También debes pensar si estas siendo tratado correctamente en esta relación o has experimentado sufrimiento.

¿Piensas que necesitas ayuda profesional para romper un enganche emocional o realizar un cambio vital en tu vida?

Nosotros  los psicólogos utilizamos varios enfoques para ayudar a personas que se encuentran en una relación de dependencia. Es muy importante, reconocer y trabajar el rasgo dependiente, afirmando nuestra autoestima y reduciendo nuestra dependencia de los demás, por ejemplo teniendo siempre presente nuestros logros y éxitos, responsabilizarnos de nuestros actos, trabajar el sentirse bien solo/a y aprender a tener una dependencia equilibrada en nuestras relaciones en general.

Te ofrezco tratar el rasgo de dependencia emocional y mejorar los problemas derivados de una relación con dependencia y enganches emocionales de forma más breve y eficaz.





Psicología y Psiquiatría

miércoles, 12 de febrero de 2020

Un Matrimonio Feliz y Duradero

Desde que comenzamos a crecer y desarrollarnos, una de nuestras metas es la de llegar a tener una pareja. Tener a esa persona que nos acompañara por gran parte de nuestras vidas. Pero es ahí donde nos damos cuenta que no es tan fácil mantener la armonía entre dos. La convivencia es compleja y llena de altibajos. La lucha por un matrimonio feliz se debe dar entre los dos.

Si pones atención a estos 10 tips que no son tan complicados, podrás garantizarte una vida en pareja totalmente exitosa:

1. Pedir perdón
Ninguno de los dos son perfectos, por lo tanto muchas veces ambos se equivocaran. Es ahí donde deberemos de aprender a pedir las disculpas o perdón a nuestra pareja. Si te equivocas y te das cuenta se sincero y dilo a tu pareja, pídele perdón y trata de remediar la situación para no repetirla.

2. Lo pasado, pisado
Cuando las relaciones llevan ya un tiempo, seguramente habrán muchas cosas que no te han gustado y los han llevado a pasar feos momentos, pero… hoy estas viviendo otras situaciones con esa misma persona, por lo que te ha dolido, lo que te ha hecho mal, déjalo atrás, es cosa del pasado. No tengas rencores.

3. La pareja es de a dos
Nunca decidas algo que influya en la pareja tu solo. La pareja es de a dos, y cualquier decisión deberá ser tomada por ambos. Entre los dos deberán construir el futuro, y también es aconsejable, buscar momentos de esparcimiento conjunto. Desde escuchar una linda canción, compartir un libro o una salida tomados de la mano por algún lugar que les traiga recuerdos juntos.

4. Sorprende con detalles
La rutina nos hace autómatas, por lo que ponerle un condimento extra es perfecto para generar más amor. Una flor, una entrada a un cine, una cena romántica suelen ayudar mucho a cualquier relación.

5. La comprensión y el positivismo
Tienes que aprender a escuchar, tienes que atender sus problemas. Escucha sus quejas si tienen que ver con la pareja y si las comprendes trata de corregirlas. En una pareja los dos tienen igual importancia, se hace lo que entre ambos se decida.

6. La creatividad y el sexo
En cualquier pareja el sexo forma una parte importante de la misma. Pero también en él tiene que haber cosas diferentes, para no transformarlo en algo rutinario. Trata de improvisar, de buscar ideas nuevas.

7. Los amigos son muy importantes
Tú vienes con una vida anterior al igual que tu pareja, y en ella ambos han cosechado muchos amigos. Ellos siguen siendo tan importantes como antes de comenzar tu relación, por lo que siempre encuentra un rato para compartir con ellos. Al igual que deja ese mismo espacio a tu pareja.

8. Mucha comunicación
Nunca debes callarte, sobre todo si hay algo que te molesta de su accionar. Así como si hay algo que realmente te gusta. Tienes que hablar y compartir tus sentimientos, para entre los dos remediarlos.

9. Arréglate
Cuando convivimos, es muy común que nos vayamos relajando y de a poco, nos vamos dedicando cada vez menos en nuestro arreglo. Esa es una gran equivocación. Debes mantenerte bien vestido, perfumado, peinado, etc. Para seguir siendo atractiva/o para el otro, así como debes pretender lo mismo de tu pareja.

10. El dinero
Los problemas surgen y con ellos el pago de cuentas, de gastos, etc. Tienen que mantener las cuentas al día. Planificar los gastos de la pareja en conjunto y separar los gastos mensuales, pero nunca dejar de guardar algo individualmente para los gastos personales.




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lunes, 10 de febrero de 2020

La Salud Mental de tu Mascota

Los animales son sensibles a diversos trastornos emocionales que suelen mostrarse por cambios de conducta y carácter. Cuidar la salud mental de tu mascota es esencial para una vida feliz y saludable.
Los 5 trastornos emocionales más frecuentes:

1.- Depresión

La depresión en los animales suele ser consecuencia de malos tratos, abusos o cambios bruscos en su rutina. Los síntomas más frecuentes de la depresión son:
  • Inactividad.
  • Aislamiento.
  • Falta de interés y energía.
  • Cambios de comportamiento
  • Pérdida de apetito.
  • Cansancio y letargia.
2.- Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)

Las mascotas que sufren de TOC presentan conductas repetitivas o acciones descontroladas. El animal pierde momentáneamente la capacidad de controlar sus emociones y lo expresa por actos obsesivos. Muchas mascotas suelen lamerse la cola frenéticamente o dan vueltas en torno a sí mismo sin parar. Normalmente este trastorno se desarrolla en consecuencia de abusos físicos o emociones, ansiedad excesiva y encarcelamiento (por ejemplo por vivir atado).

3.- Síndrome de ansiedad por separación

Los animales domésticos que presentan demasiada dependencia emocional de sus dueños suelen desarrollar conductas hiperactivas cuando se quedan solos. Es común que traten de escapar, se lastimen, rompan o muerdan objetos y muebles, lloren o ladren excesivamente.

4.- Fobias

Las fobias consisten en miedos muy intensos que suelen provocar reacciones exageradas. La mayoría de las mascotas muestra cierto pánico hacia algunos ruidos  como la aspiradora, el secador de pelo, los cohetes, etc. Las respuestas más habituales a este desequilibrio emocional son las siguientes: adoptar una postura defensiva o de ataque, temblores, tentativa de huir, esconderse o evitar a las personas.

5.- Estrés postraumático

Esta conducta deriva de experiencias negativas como violencia, abuso y abandono. Algunas mascotas presentan dificultad o bien extrema de sociabilización con humanos y otros animales, o bien conductas agresivas u obsesivas. En estos casos, es indispensable recurrir a ayuda especializada y reforzar la paciencia.

Consejos cara a la salud mental de tu mascota

Conservar el equilibrio de la salud mental de tu mascota es una cuestión de hábitos, y es que una rutina sana y positiva puede aumentar su longevidad y mejorar su calidad de vida. 6 aspectos fundamentales para cuidar el cuerpo y espíritu de tu mejor amigo:

Alimentación balanceada

Una alimentación desequilibrada puede provocar muchas enfermedades físicas y emocionales: desnutrición, sobrepeso, trastornos digestivos, cansancio, letargia, depresión, etc. Una dieta balanceada debe ser elegida de acuerdo a la edad y al tamaño del animal. También hay opciones específicas para mejorar algunas condiciones patológicas como alergias, obesidad, problemas urinarios, renales o hepáticos. Es importante respetar las cantidades apropiadas para cada animal. El exceso de alimento no significa una buena nutrición, como tampoco podría serlo el hecho de ofrecer comida humana a los animales, pues algunos alimentos cabría la posibilidad de que fueran venenosos para ellos.

Actividad física regular

La actividad física es el complemento ideal para una alimentación balanceada. Los ejercicios ayudan a controlar el peso, fortalecer el sistema inmunológico y equilibrar el metabolismo. De esta manera, es posible evitar diversas enfermedades y preservar la salud mental de tu mascota. Además, influye positivamente en el comportamiento del animal el evitar la acumulación de energía. Resulta que disminuyen el riesgo de conductas agresivas y proporcionan momentos de esparcimiento y relajación.

Sociabilización

Sociabilizar es tratar de ejercer las habilidades de convivencia y fortalecer las emociones. Ello permite mejorar la salud mental de tu mascota y también rebaja el riesgo de conductas agresivas. Lo ideal es empezar la sociabilización durante las primeras semanas de vida del animal. Preferentemente es conveniente iniciarla entre la cuarta y vigésima semana, cuando establece sus nociones de convivencia.

Medicina preventiva

Muchas enfermedades pueden llevar a desequilibrios emocionales y cambios de comportamiento. Por ello, la medicina preventiva es fundamental para la salud mental de tu mascota. Así las cosas, es indispensable respetar la vacunación, las desparasitaciones internas y externas, la higiene bucodental, la limpieza de ojos, orejas y pelaje.  Tampoco se pueden olvidar las visitas periódicas al veterinario para el monitoreo de su estado de salud.

Cuidados estéticos y caricias

Cada animal acepta determinado nivel de acicalamiento y mimos, pero todos merecen y necesitan la atención de sus amos. Por ello, siempre hay que elegir la mascota que mejor se adapta a tu disponibilidad de tiempo. Hay que recalcar que estos momentos de cuidados estéticos y caricias son excelentes oportunidades de mejorar el estado de ánimo del animal. Además, mejoran la convivencia y estrechan los lazos de amistad entre amo y mascota.

Terapias de relajamiento

Cada vez son más comunes las terapias de relajación específicas para mascotas, pero lo ideal es aprovechar este momento en conjunto. Las técnicas como la aromaterapia, la musicoterapia, el feng shui y la meditación crean un ambiente más positivo. Ello es fundamental para la salud mental de tu mascota y de tu familia.



Misanimales

martes, 21 de enero de 2020

Decálogo para Psicoterapeutas

1.- Ama y apasiónate por tu trabajo.

2.- Comprende que la infancia y la relación con los padres mucho en la vida adulta, tanto en tus consultantes como en ti mismo.

3.- No endioses teorías ni autores: que la prioridad sea siempre el encuentro humano y auténtico con el otro en su singularidad irrepetible.

4.- Asúmete frente al otro  como persona, como otro ser humano vivo y sintiente.

5.- Escucha de manera empática y habla de manera acogedora.

6.- Valora el sentido común y la simpleza como los tesoros  más profundos.

7.- Asimila que ninguna técnica puede reemplazar tu naturalidad y autenticidad como terapeuta.

8.- Contempla las situaciones difíciles o angustiantes desde una perspectiva optimista y esperanzadora, sin por ello negar el dolor.

9.- Aceptas que tienes derecho a estar mal, a enojarte y a salirte de lo políticamente correcto.

10.- Descubre que no hay mejor escuela que la propia terapia personal.

jueves, 16 de enero de 2020

Matrimonio Tóxico: Más Doloroso para tus Hijos que el Divorcio

El divorcio es un momento difícil, pero muchas veces e s mejor tomar esa decisión que vivir en un matrimonio donde los problemas son pan de cada día, sobre todo cuando hay niños de por medio. La separación de los padres, si se maneja de buena manera puede conllevar un futuro más feliz para los hijos, pero continuar con algo que hace infeliz a una pareja, también puede ser doloroso para los hijos.
"Vivir dentro de un matrimonio tóxico es más doloroso que el divorcio para los hijos"

Aquí te dejo 6 razones para explicarte porque mantener un matrimonio tóxico es peor para tus hijos que resolver divorciarte de tu pareja.

1.- En ellos se reflejará lo insano del matrimonio infeliz de sus padres

Los niños absorben lo malo de la relación de sus padres como si fueran esponjas. Sis sus padres discuten, ellos también lo hacen porque consideran que no es justo vivir al amparo de un matrimonio infeliz y comienzan a tener dudas en relación a si ellos serán capaces de tener una relación amorosa sana. Los celos, los enojos, el ignorar al otro y criticar son parte de lo que un niño vive cuando sus padres tienen un matrimonio tóxico.

2.- Los hijos nunca se acostumbrarán a ver a sus padres enfadados

Los niños son  muy sensibles a los conflictos familiares destructivos y un matrimonio donde no hay respeto no asegura el bienestar de sus hijos. La constante tensión de los mayores amenaza la seguridad de los más pequeños del hogar y ellos se sienten culpables y rechazados, por lo que tienden a convertirse en adultos con una autoestima baja, con sentimiento de indignidad y falta de confianza.

3.- Los hijos son vulnerables al estrés

Cuando los niños no se sienten seguros, es fácil que los ataque el estrés e interpreten situaciones normales como amenazas. De esto puede derivar que tengan pesadillas y sentimientos de aprensión.
Cuando se crece en ambientes tóxicos, es fácil que los hijos no puedan aceptar que una relación de dos pueden haber malos entendidos, mostrando altos niveles de autocrítica, sufriendo su”auto condena”.

4.- Pueden tener dificultades para construir relaciones con otros
Los niños que crecen en matrimonio tóxicos, suelen tener relaciones sentimentales donde reina el sufrimiento y ellos pueden ver afectadas sus conexiones con otras personas. Estas personas no construyen relaciones equilibradas y las relaciones con sus hermanos son de sobreprotección o muy distantes. En sus familias ellos saben que no tienen poder para detener el sufrimiento y al convertirse en adultos puede ser difícil que toquen temas como el expresar lo que no les gusta de su pareja.

5.- Intentarán frenar sus emociones y adquirirán malos hábitos
Estos niños querrán evitar las emociones negativas y desarrollar hábitos poco saludables como comer excesivamente, ser adictos a los videojuegos y así escapar de la realidad que los rodea. También pueden tener sentimientos desagradables indirectamente y perder el interés por estudiar, pelear con sus amigos y no querer que otros jueguen con sus juguetes.

6.- Pueden temerle a sus emociones

Si bien estos niños pueden tener relaciones normales, lo que han visto en sus padres como la agresión verbal o irse sin terminar una discusión mientras el otro queda hablando solo, pueden generar en los niños que expresar sus sentimientos no sea algo bueno. Ellos pueden comenzar a creer que el enojo y las críticas son un peligro y repetirán el comportamiento de sus padres en sus relaciones.

Conclusión

Los niños son más felices fuera de la toxicidad, incluso cuando sus padres ya no viven juntos. Los que viven en torno a un matrimonio malo pueden desarrollar depresión o ansiedad, mientras que quienes sufren el divorcio de sus padres, con el tiempo logran adaptarse a la situación de sus progenitores.

Lo importante es que sus padres pueden mantener una relación amistosa y respetuosa, donde sus hijos sean lo más importante.



Vía Ritmo

miércoles, 15 de enero de 2020

Ansiedad

Descripción general

Sentir ansiedad de modo ocasional es una parte normal de la vida. Sin embargo, las personas con trastornos de ansiedad con frecuencia tienen preocupaciones y miedos intensos, excesivos y persistentes sobre situaciones diarias. Con frecuencia, en los trastornos de ansiedad se dan episodios repetidos de sentimientos repentinos de ansiedad intensa y miedo o terror que alcanzan un máximo en una cuestión de minutos (ataques de pánico).
Estos sentimientos de ansiedad y pánico interfieren con las actividades diarias, son difíciles de controlar, son desproporcionados en comparación con el peligro real y pueden durar un largo tiempo. Con el propósito de prevenir estos sentimientos, puede suceder que evites ciertos lugares o situaciones. Los síntomas pueden empezar en la infancia o la adolescencia y continuar hasta la edad adulta.

Algunos ejemplos del trastorno de ansiedad son: trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de ansiedad social (fobia social), fobias específicas y trastorno de ansiedad por separación. Puedes tener más de un trastorno de ansiedad. A veces, la ansiedad surge de una enfermedad que requiere tratamiento.

Cualquiera sea el tipo de ansiedad que padezcas, un tratamiento puede ayudar.

Síntomas

Los signos y síntomas de la ansiedad más comunes incluyen los siguientes:
  • Sensación de nerviosismo, agitación o tensión
  • Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe
  • Aumento del ritmo cardíaco
  • Respiración acelerada (hiperventilación)
  • Sudoración
  • Temblores
  • Sensación de debilidad o cansancio
  • Problemas para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual
  • Tener problemas para conciliar el sueño
  • Padecer problemas gastrointestinales (GI)
  • Tener dificultades para controlar las preocupaciones
  • Tener la necesidad de evitar las situaciones que generan ansiedad
Existen varios tipos de trastornos de ansiedad:
  1. La agorafobia es un tipo de trastorno de ansiedad en el que temes a lugares y situaciones que pueden causarte pánico o hacerte sentir atrapado, indefenso o avergonzado y a menudo intentas evitarlos.
  2. El trastorno de ansiedad debido a una enfermedad incluye síntomas de ansiedad o pánico intensos que son directamente causados por un problema de salud físico.
  3. El trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por una ansiedad y una preocupación persistentes y excesivas por actividades o eventos, incluso asuntos comunes de rutina. La preocupación es desproporcionada con respecto a la situación actual, es difícil de controlar y afecta la forma en que te sientes físicamente. A menudo sucede junto con otros trastornos de ansiedad o con la depresión.
  4. El trastorno de pánico implica episodios repetidos de sensaciones repentinas de ansiedad y miedo o terror intensos que alcanzan un nivel máximo en minutos (ataques de pánico). Puedes tener sensaciones de una catástrofe inminente, dificultad para respirar, dolor en el pecho o latidos rápidos, fuertes o como aleteos (palpitaciones cardíacas). Estos ataques de pánico pueden provocar que a la persona le preocupe que sucedan de nuevo o que evite situaciones en las que han sucedido.
  5. El mutismo selectivo es una incapacidad constante que tienen los niños para hablar en ciertas situaciones, como en la escuela, incluso cuando pueden hablar en otras situaciones, como en el hogar con miembros cercanos de la familia. Esto puede afectar el desempeño en la escuela, el trabajo o en la sociedad.
  6. El trastorno de ansiedad por separación es un trastorno de la niñez que se caracteriza por una ansiedad que es excesiva para el nivel de desarrollo del niño y que se relaciona con la separación de los padres u otras personas que cumplen una función paternal.
  7. El trastorno de ansiedad social (fobia social) implica altos niveles de ansiedad, miedo o rechazo a situaciones sociales debido a sentimientos de vergüenza, inseguridad y preocupación por ser juzgado o percibido de manera negativa por otras personas.
  8. Las fobias específicas se caracterizan por una notable ansiedad cuando la persona se ve expuesta a un objeto o situación específicos, y un deseo por evitarlos. En algunas personas, las fobias provocan ataques de pánico.
  9. El trastorno de ansiedad inducido por sustancias se caracteriza por síntomas de ansiedad o pánico intensos que son el resultado directo del uso indebido de drogas, como tomar medicamentos, estar expuesto a una sustancia tóxica o tener abstinencia a causa de las drogas.
  10. Otro trastorno de ansiedad específico y no específico es un término para la ansiedad y las fobias que no cumplen con los criterios exactos para algún otro trastorno de ansiedad pero que son lo suficientemente relevantes para ser alarmantes y perturbadores.
Cuándo consultar al médico

Consulta con el médico en los siguientes casos:
  • Sientes que te estás preocupando demasiado y que esto interfiere en tu trabajo, tus relaciones y otros aspectos de tu vida
  • Tu miedo, tu preocupación o tu ansiedad te causan malestar y te resulta difícil controlarlos
  • Te sientes deprimido, tienes problemas con el consumo de alcohol o drogas, o tienes otros problemas de salud mental junto con ansiedad
  • Piensas que tu ansiedad podría estar vinculada a un problema de salud física
  • Tienes pensamientos o conductas suicidas (de ser así, procura tratamiento de urgencia inmediatamente)
Es posible que tus preocupaciones no se vayan por sí solas y que empeoren con el paso del tiempo si no procuras ayuda. Visita a tu médico o a un profesional de salud mental antes de que tu ansiedad empeore. Es más fácil tratarla si obtienes ayuda pronto.

Causas

No está del todo claro cuáles son las causas de los trastornos de ansiedad. Ciertas experiencias de vida, como acontecimientos traumáticos, parecen provocar los trastornos de ansiedad en personas que ya son propensas a la ansiedad. Los rasgos heredados también pueden ser un factor.

Causas médicas

Para algunas personas, la ansiedad puede estar relacionada con un problema de salud oculto. En algunos casos, los signos y síntomas de ansiedad son los primeros indicadores de una enfermedad. Si el médico sospecha que la ansiedad que tienes puede tener una causa médica, quizás te indique análisis para buscar los signos del problema.

Algunos ejemplos de problemas médicos que pueden estar relacionados con la ansiedad incluyen los siguientes:
  • Enfermedad cardíaca
  • Diabetes
  • Problemas de tiroides, como el hipertiroidismo
  • Trastornos respiratorios, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o el asma
  • Uso inadecuado de sustancias o abstinencia
  • Abstinencia del alcohol, de medicamentos contra la ansiedad (benzodiazepinas) o de otros medicamentos
  • Dolor crónico o síndrome de intestino irritable
  • Tumores poco frecuentes que producen hormonas de reacción de “luchar o huir”
  • En ocasiones, la ansiedad puede ser un efecto secundario de algunos medicamentos.
Es posible que la ansiedad que te aqueja esté causada por una enfermedad oculta en los siguientes casos:
  • Si no tienes parientes consanguíneos (como padres o hermanos) que tengan trastornos de ansiedad
  • Si no tuviste un trastorno de ansiedad en la infancia
  • Si no evitas ciertas cosas o situaciones a causa de la ansiedad
  • Si la ansiedad se presenta de forma repentina sin estar relacionada con los eventos de la vida o si no tienes antecedentes de ansiedad
Factores de riesgo

Los siguientes factores pueden incrementar el riesgo de padecer un trastorno de ansiedad:
  1. Trauma. Los niños que soportaron maltratos o traumas o que presenciaron eventos traumáticos tienen mayor riesgo de manifestar un trastorno de ansiedad en algún momento de sus vidas. Los adultos que atraviesan un evento traumático también pueden manifestar trastornos de ansiedad.
  2. Estrés debido a una enfermedad. Tener un problema de salud o una enfermedad grave puede causar gran preocupación acerca de cuestiones como el tratamiento y el futuro.
  3. Acumulación de estrés. Un evento importante o una acumulación de situaciones estresantes más pequeñas de la vida pueden provocar ansiedad excesiva, por ejemplo, la muerte de algún familiar, estrés en el trabajo o preocupaciones continuas por la situación financiera.
  4. Personalidad. Las personas con determinados tipos de personalidad son más propensas a sufrir trastornos de ansiedad que otras personas.
  5. Otros trastornos mentales. Las personas que padecen otros trastornos mentales, como depresión, a menudo también padecen un trastorno de ansiedad.
  6. Tener familiares consanguíneos que padecen un trastorno de ansiedad. Los trastornos de ansiedad pueden ser hereditarios.
  7. Drogas o alcohol. El consumo o el uso indebido o la abstinencia de drogas o alcohol pueden provocar o empeorar la ansiedad.
Complicaciones

El trastorno de ansiedad no implica solamente estar preocupado. También puede ocasionar, o empeorar, otros trastornos mentales y físicos, como los siguientes:
  • Depresión (que a menudo se produce junto con un trastorno de ansiedad) u otros trastornos de salud mental
  • Abuso de sustancias
  • Problemas para dormir (insomnio)
  • Problemas digestivos o intestinales
  • Dolor de cabeza y dolor crónico
  • Aislamiento social
  • Problemas en la escuela o el trabajo
  • Mala calidad de vida
  • Suicidio
Prevención

No es posible prever con certeza qué causa que una persona presente un trastorno de ansiedad, pero puedes tomar medidas para reducir el impacto de los síntomas si te sientes ansioso:
  • Pide ayuda enseguida. La ansiedad, como muchos otros trastornos mentales, puede ser más difícil de tratar si te demoras.
  • Mantente activo. Participa en actividades que disfrutes y que te hagan sentir bien contigo mismo. Disfruta la interacción social y tus afectos, que pueden aliviar tus preocupaciones.
  • Evita el consumo de alcohol o drogas. El consumo de alcohol y drogas puede provocar ansiedad o empeorarla. Si eres adicto a cualquiera de estas sustancias, la idea de dejar de consumir puede hacerte sentir ansioso. Si no puedes dejar de consumir por tu cuenta, consulta con tu médico o acude a terapia psicológica, y busca un grupo de apoyo.


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