miércoles, 22 de abril de 2020

Qué decirle a Alguien que está Deprimido

Cuando alguien dice que está deprimido

No hay una manera perfecta de responder cuando alguien te habla de algo como la depresión. Con tan solo escuchar sin juzgar puedes ayudarlos a sentirse comprendidos y apoyados. También hay cosas simples que puedes decir para hacerles saber que te importan y quieres ayudarlos.

Encuentra qué decir

“No estás solo en esto. Quizá no comprendo con exactitud cómo te sientes, pero me preocupo por ti y quiero ayudarte”. Pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. ¿Has hablado con tu doctor sobre esto?” “Estoy aquí para lo que necesites. Cuando quieras conversar, te escucharé; llámame o envíame un texto”. “La depresión es un problema de salud real y tratable. ¿Qué necesitas para hablar con un doctor o un terapeuta sobre cómo te sientes?” “¿Qué puedo hacer para apoyarte?”

Cómo preguntar: ¿Estás bien?

Si piensas que alguien está deprimido, háblales sobre ello. Los latinos no estamos acostumbrados a hablar sobre la depresión, así que puede ser un poco incómodo al principio, pero puede marcar la diferencia; especialmente si la persona tiene miedo o vergüenza de pedir ayuda. Solo con acercarte y ofrecer tu apoyo puedes enviar un mensaje a esa persona de que no está sola.

Encuentra qué decir

“He observado que has estado _____. ¿Hay algo de lo que quisieras hablar?” “Últimamente he sentido que estás pasando momentos difíciles y estoy preocupado por ti. ¿Pasa algo?” “Parece que estás pasando un momento difícil. ¿Podemos conversar sobre lo que te está molestando? Quizás puedo ayudarte”. “Pareces estar con el ánimo bajo últimamente y me pregunto si podrías estar deprimido”. “Me preocupo por ti y parece que realmente estás pasando un mal momento. ¿Quisieras hablar con un doctor o un terapeuta sobre lo que te está sucediendo?”

Lo qué no debes decir

Hablar sobre la depresión puede ser difícil, aunque tengas las mejores intenciones. Ciertas cosas que suenan útiles en realidad no ayudan; de hecho, podrían hacerle sentir a la persona que no estás tomando sus problemas en serio.

Frases que debes evitar

“Dale tiempo. Ya pasará”.

¿Por qué? Porque eso no ayuda y no es cierto. Lo más probable es que se hayan estado sintiendo de esta manera por algún tiempo y no hayan mejorado; y es por eso que están pidiendo apoyo.

“No seas negativo. Piensa en cosas alegres”.

¿Por qué? Porque si fuera así de simple, la depresión no existiría. Esto implica que la depresión es una elección, lo cual es falso. No puedes simplemente desear que desaparezca.

“Sé exactamente cómo te sientes”.

¿Por qué? Porque nadie sabe exactamente cómo se siente otra persona. Esta no es una manera útil de hacer que alguien se sienta comprendido cuando su depresión se ha vuelto abrumadora.

“Todos nos deprimimos alguna vez”.

¿Por qué? Porque suena arrogante y no es verdad. Todo el mundo se entristece de vez en cuando o tiene un mal día. Pero no todos se deprimen.

“No tienes motivos para estar deprimido”.

¿Por qué? Porque puede hacer que la persona se sienta culpable, avergonzada o que se sienta como que sus sentimientos no importan. No tiene que haber una razón específica, así no funciona la depresión.


Red


lunes, 20 de abril de 2020

Cómo Detectar a un Manipulador Emocional

Los manipuladores emocionales suelen ser como lobos con piel de cordero. Utilizan estrategias de chantaje emocional con las que consiguen poner a los demás a su disposición.

Les caracteriza una baja tolerancia a  la frustración. Cada vez que  experimentan situaciones que consideran que les frustran o ponen en entredicho su posición o poder reaccionan con rabia, se ponen alerta y atacan desde la intolerancia, la crítica destructiva o incluso la agresividad física y verbal si se sienten amenazados.

Nunca tendrá suficiente: El manipulador siempre pide, y exprime sin límite.  El manipulador satisface su propio ego a través de la manipulación de su víctima, sentir que tiene al otro a su disposición o doblegarlo  le hace sentir poderoso. Utiliza a los demás para lograr sus fines cada vez que puede, a menos que la persona ponga fin a esa explotación. Un manipulador no suele dejar libre a sus presas, sino que intenta exprimirlas al máximo pidiendo sacrificios cada vez mayores.

Estrategias del Manipulador

Hay muchas formas de manipular a los demás, puede ser mediante una estrategia agresiva, bien sea activa o pasiva, o también de una forma más sutil. La manipulación más auténtica es aquella que se hace sin que se note, cuando se consigue motivar a la otra persona para que se comporte de la forma que al manipulador interesa, saliendo de ella misma. La agresividad entra más dentro del terreno del chantaje emocional.

  1. Agresión pasiva: chantaje emocional, victimismo. Suelen asumir un papel de víctima, y sus comportamientos van encaminados a generar culpa en la otra parte. Algunas de las formas más usuales de culpabilización son las siguientes:
  2. Culpar de forma directa: “Por tu culpa me siento así”.
  3. Culpar a terceras personas. Pero utilizan un mecanismo por el cual el receptor del mensaje analiza su comportamiento y “descubre” que en algún momento él también hizo algo parecido, así que acaba sintiéndose mal.
  4. Señalan a los demás como responsables de su infelicidad futura. Si no haces algo (que normalmente suele ir en contra de los propios deseos, principios, obligaciones o valores ) se va a incrementar el grado de sufrimiento en la vida del manipulador, y tú serás el único culpable. «Si no me ayudas con esto no conseguiré entregarlo a tiempo y me despedirán..», «Si me quisieras harías tal o cual cosa»
  5. Resaltan lo mucho que se sacrifican por el otro. Suelen tener una agenda escondida donde anotan todo lo que han hecho por ti y por los demás y en cuanto se plantea la ocasión te lo recuerdan. “Parece mentira que te quejes de que no te llamé por tu cumpleaños  cuando llevo toda la semana sacrificándome por ti «, «Es increíble que me pidas que te ayude con esto, cuando sabes que he estado cuidando a nuestro hijo enfermo todo el día «
  6. Ignorar. Es una forma muy cruel de maltrato psíquico a pesar de su carácter pasivo. Si no te dirige la palabra ni la mirada una persona a la que quieres, o con la que tienes un cierto tipo de relación suele sentirse un profundo malestar. Los seres humanos somos muy sensibles al rechazo y una expresión directa nos revuelve por dentro. Se repliegan en sí mismos por completo y ni siquiera te miran, mientras se muestran incluso más amables con el resto de las personas, te dicen lo imprescindible o menos aún que eso, y si intentas conversar con ellos y aclarar lo que ha sucedido o exponer tu punto de vista te responden, si tienen a bien hacerlo, «déjame en paz», si nos enfadamos paradójicamente adoptan el papel de víctimas ofendiéndose por nuestro enfado.
  7. Victimismo: Para estas personas, los demás siempre tienen la culpa, a ellos siempre les pasa lo peor y se aprovechan de ellos, se describen como pobres víctimas humilladas y maltratadas. Con este discurso, despiertan tu sentimiento de culpa y te manipulan.
  8. Agresión activa: maltrato, acoso moral. El arma fundamental de los agresores activos es la violencia física o verbal. Gritan, culpabilizan, culpan siempre a los demás, y amenazan, aunque en contadas ocasiones cumplen su aviso. Se sirven siempre de amenazas y  enfados. Cuando uno está con ellos siente miedo.
  9. La Crítica destructiva: Cuando alguien que nos importa realiza una crítica negativa, podemos tender a pensar que puede ser cierto, y que somos unos miserables, unos aprovechados, o unos incompetentes. De esta forma, también se induce culpa.
  10. Hacer juicios sobre tu valía de forma inespecífica. Es una crítica directa, en la que pueden emitir un mensaje del tipo «me has defraudado» pero sin decirte por qué.
  11. Atribuir una etiqueta negativa. Algunos ejemplos típicos son «estás loca y no hay quien te entienda»,  «eres un machista», «Eres un egoísta»

Tipos de Manipuladores

A veces un manipulador puede utilizar varios de estos estilos en diferentes momentos:

  1. La víctima. Se trata de un tipo de chantaje emocional bastante común en el que el manipulador asume el papel de víctima y te adjudica el rol del verdugo. Para estas personas los demás siempre tienen la culpa, ellos son pobres víctimas por ser demasiado buenos. Con este discurso despiertan la culpa en el otro.
  2. El dependiente. Este manipulador se coloca una máscara de persona débil que necesita ayuda y depende de los demás. Sin embargo, detrás de esa apariencia de cordero realmente se esconde un lobo que manipula  los sentimientos haciéndote sentir responsable. Como si su felicidad dependiese completamente de tí y de cómo te comportes con él.
  3. El agresivo.  En este caso la estrategia de manipulación es  la agresión activa: se encargan de demostrarte que son los más fuertes, de tal forma que tu personalidad se diluye pues consiguen que acabes cediendo para evitar las peleas.
  4. El interpretador. Son maquiavélicos y pasivo-agresivos. Al principio parece estar de tu parte, pero utilizará continuamente tus palabras contra ti. Son expertos en manipular la información y ponerla a su favor, suelen encontrar y atribuir intenciones ocultas en los mensajes y actos, así generan un sentimiento de culpa por algo que nunca has dicho o hecho.
  5. El sarcástico. Son agresivos pero de forma indirecta, con comentarios sarcásticos, las críticas veladas y las humillaciones. De esta forma demuestran su superioridad, te denigran y logran manipularte a su antojo.
  6. El proyector. Son orgullosos, sólo ellos son perfectos y los demás son ignorantes o llenos de defectos. Cada vez que tienen oportunidad te hacen notar que te has equivocado o que no has cumplido con sus «parámetros de calidad», generando así una gran inseguridad y falta de confianza. (Mientras ellos alimentan su ego.)

¿Cómo enfrentarse a un Manipulador emocional?

¿Sospechas que estás siendo víctima de manipulación emocional? Pregúntate:

  • ¿Me siento culpable y/o inferior?
  • ¿Me he dejado a un lado a mí mismo en esta relación?
  • ¿Me siento tratado con respeto?
  • ¿Siento que tienen en cuenta mis necesidades e intereses?
  • ¿Las expectativas y demandas de esta persona son razonables?
  • ¿Se trata de una relación equilibrada en la que los dos dan y reciben, o en la que sólo uno da y el otro no entrega nada o muy poco a cambio?
  • ¿Me siento bien conmigo mismo en esta relación?
  • Me siento «Yo mismo» en esta relación? ¿o estoy incómodo, pretendiendo hacer lo que se espera de mí?

* El cómo te sientas te dará pistas sobre el tipo de relación y su equilibrio.

El primer paso para hacerle frente a un manipulador es ser consciente de que tus derechos están siendo violados y re-equilibrar la balanza. Defender tus derechos de manera firme pero sin hacer daño a los demás.

Recuerda que:

  • Tienes derecho a ser tratado con respeto y dignidad
  • Tienes derecho de expresar tus opiniones, sentimientos  y deseos.
  • Tienes derecho a establecer tus propias prioridades.
  • Tienes derecho a decir «no» sin sentirte culpable.
  • Tienes derecho a protegerte ante amenazas físicas, mentales o emocionales.

Frente a un manipulador, es inútil en estos casos intentar cambiar a la otra persona, o desgastarte para hacer que entre en razón: eres tú quien tendrás que cambiar forma de comunicarte con el manipulador, detectar sus trampas y no entrar en ellas. Es importante desarrollar tu asertividad y poner límites. Aprender a decir que no y a no anteponer las necesidades de otros a las tuyas.

Ante los intentos de manipulación puedes  intentar aclarar sus intenciones utilizando la técnica de la pregunta asertiva, Por ejemplo:

  • Según tú, ¿Qué tendría que responder?
  • ¿Me lo estás pidiendo o solo me lo estás comentando?
  • ¿Puedes aclararme un poco mejor por qué crees esto?

Puedes utilizar diferentes técnicas para afrontar discusiones con los manipuladores: en éste artículo puedes ampliar información al respecto.

Para enfrentarte al manipulador tus herramientas pueden ser:

  • Recordar tus derechos y fortalecer tu autoconfianza.
  • Técnicas de comunicación asertiva.
  • Poner límites y mantenerte firme.

Si los intentos de comunicación asertiva y poner límites no funcionan, es probable que incluso debas alejarte definitivamente de esa persona, y  ayudarle a que busque ayuda profesional.


Fuente: Psicología Estratégica


miércoles, 15 de abril de 2020

Diferencias entre un Psicópata y un Sociópata

Son términos psicológicos que se utilizan para denominar un tipo de Trastorno de la personalidad antisocial.
Existe una diferencia clave entre un psicópata y un sociópata, pero para otros no hay diferencia alguna entre ambos más allá de su nomenclatura. Los que apoyan esta distinción sostienen que la diferencia radica esencialmente en su origen.

Los psicópatas «nacen» y los sociópatas «se hacen». Mientras que una psicopatía parece ser un trastorno de la personalidad con origen genético o innato, la sociopatía se considera un rasgo adquirido resultado del entorno y la educación recibida por el individuo. En cualquier caso, ambos tipos de personalidad tienen un patrón general de desprecio por la seguridad y los derechos de los demás. El engaño y la manipulación son características centrales en ambos tipos de personalidad. Y, contrariamente a la creencia popular, tanto un psicópata como un sociópata, no son necesariamente violentos.

Las características comunes entre un psicópata y un sociópata, según la reciente versión del DSM-V, define la personalidad antisocial como alguien presenta 3 o más de los siguientes rasgos:
  • Regularmente transgrede la ley
  • Constantemente dice mentiras y engaña a los demás
  • Es impulsivo y no planifica el futuro
  • Puede ser propenso a la lucha y la agresividad
  • Tiene poca consideración por la seguridad de otros
  • Es irresponsable, no cumple con las obligaciones financieras
  • No siente remordimiento o culpa
Los síntomas suelen aparecer antes de los 15 años, de manera que cuando estos individuos llegan a la edad adulta, ya están en camino de convertirse en psicópatas o sociópatas.

Rasgos de un Psicópata

Los psicópatas tienden a nacer con esta característica, o lo que es lo mismo, que es una predisposición genética, mientras que los sociópatas se generan debido a su entorno. Por este motivo se cree que la Psicopatía podría estar relacionada con las diferencias cerebrales fisiológicas. Los estudios han demostrado que los psicópatas tienen menos activas ciertas áreas del cerebro, aquellas que se cree  que son responsables de la regulación emocional y el control de impulsos.

Los psicópatas, en general, tienen dificultades para generar vínculos emocionales reales con los demás. Por el contrario, sus relaciones suelen ser artificiales y superficiales, diseñadas para ser manipuladas en su propio beneficio. Ven a las personas como peones para ser utilizados con la intención de conseguir sus objetivos. Estas personas raramente sienten culpabilidad de sus comportamientos, no importa lo mucho que lastimen a otros. Curiosamente, los psicópatas a menudo pueden ser vistos por los demás como seres encantadores y dignos de confianza, suelen tener un trato muy educado, además se muestran muy estables, trabajan, etc. Algunos incluso tienen familia y relaciones amorosas aparentemente normales. Cuando un psicópata se involucra en conducta criminal, tiende a hacerlo de una forma muy cerebral,  minimizando en gran medida el riesgo hacia ellos mismos. Saben planificar cuidadosamente sus actos para asegurarse de que no los atrapan, y tienen planes de contingencia para todas las posibilidades.

Rasgos de un Sociópata

Por su lado la sociopatía es el resultado de factores ambientales, como el caso de un niño o  adolescente en un hogar muy negativa, con pautas de educación disfuncionales como el abuso físico, abuso emocional o trauma infantil severo. Los sociópatas, en general, tienden a ser más impulsivos y erráticos en su comportamiento que los psicópatas. Aunque también tienen dificultades para formar apegos con los demás, algunos sociópatas pueden ser capaces de formar apegos fuertes con un grupo o una persona de ideas afines. A diferencia de los psicópatas, sociópatas la mayoría no tienen puestos de trabajo a largo plazo y realizan gran parte de una vida familiar normal en el mundo exterior. Cuando un sociópata se involucra en comportamiento criminal, suele hacerlo de una manera tremendamente impulsiva y en gran medida no planificada, con poca consideración por los riesgos o consecuencias de sus acciones. Puede llegar a mostrarse enfadado y agresivo fácilmente, a menudo presenta estallidos de violencia. Este tipo de comportamiento aumenta las posibilidades de que un sociópata sea atrapado por las autoridades y encarcelado.

¿Quién es más peligroso?

Evidentemente ambos, psicópatas y sociópatas, presentan riesgos para la sociedad, ya que a menudo a tratan de vivir una vida normal, mientras que hacen frente a su enfermedad. Pero la psicopatía es probable la enfermedad más peligrosa, porque experimentan mucho menos culpa con sus acciones.
Un psicópata también tiene una mayor capacidad de disociarse de sus acciones. Sin la implicación emocional, cualquier dolor que sufren los demás, no tiene sentido para un psicópata. Muchos asesinos en serie famosos han sido psicópatas. Pero cuidado, no todas las personas psicópatas o sociópatas tienen por qué ser violentas. La violencia no es un ingrediente necesario (ni es para un diagnóstico de trastorno de personalidad antisocial), aunque a menudo está presente.

Indicios de un psicópata o sociópata en la infancia

Los primeros indicios de psicopatía y sociopatía suelen estar presentes en la infancia. La mayoría de las personas que más tarde pueden ser diagnosticados de sociópatas o psicópatas, han tenido un patrón inicial de comportamiento antisocial, en el que violan los derechos básicos de los demás de forma recurrente. A menudo rompen las reglas (o incluso leyes) y normas de la sociedad, aunque sean menores de edad.

Estos trastornos de conducta antisocial en la infancia y la adolescencia incluyen cuatro categorías de comportamiento problemático:
  • Agresión a personas y animales
  • Destrucción de la propiedad
  • Engaño o robo
  • Violaciones graves de las normas
Conclusión

La psicopatía y la sociopatía son diferentes etiquetas culturales aplicadas al diagnóstico de trastorno de la personalidad antisocial. Hasta el 3% de la población se considera que puede padecer un trastorno de la personalidad antisocial.

Este trastorno es más común entre los varones y en su mayoría se ve en personas con antecedentes de abuso de alcohol o drogas, y, lógicamente, en entornos como prisiones. Los psicópatas tienden a ser más manipuladores, por lo que pueden ser vistos por los demás incluso como personas encantadoras, llevando una vida casi normal, además saben minimizar los riesgos de sus actividades delictivas.

Los sociópatas tienden a mantener conductas mucho menos calculadas y más erráticas, son propensos a ataques de rabia e incapaces de llevar una vida normal. Cuando los sociópatas se involucran en actividades delictivas, suelen hacerlo de una manera imprudente sin tener en cuenta las consecuencias.


Referencias
American Psychiatric Association. (2000). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (4a ed., text rev.). Washington, DC: American Psychiatric Association.
Hare, R. D. (1980). A research scale for the assessment of psychopathy in criminal populations. Personality and Individual Differences, 1(2), 111-119.
Hare, R. D. (1991). Manual for the Revised Psychopathy Checklist (1a ed.). Toronto, Ontario, Canada: Multi-Health Systems.
López M., & Núñez M. C. (2009). Psicopatía versus trastorno antisocial de la personalidad. Revista Española de Investigación Criminológica, 7, 1-17.
Patrick, C. J. (2000). Emociones y psicopatía. In A. Raine & J. Sanmartín (Orgs.), Violencia y psicopatía (pp. 89-118). Barcelona: Ariel.
Pozueco, J. M. (2010). Psicópatas integrados: Perfil psicológico y personalidad. Madrid: EOS Psicología Jurídica.
Hare, RD (1993). Sin conciencia: el inquietante mundo de los psicópatas. Nueva York: libros de bolsillo.
Stout, M. (2005). El sociópata de al lado: el despiadado contra el resto de nosotros. Nueva York: libros de Broadway.
Walsh, A., y Wu, HH (2008). Diferenciar el trastorno antisocial de la personalidad, la psicopatía y la sociopatía: consideraciones evolutivas, genéticas, neurológicas y sociológicas. Criminal Justice Studies, 2, 135-152.
https://www.victoria-andrea-munoz-serra.com/COACHING_INTEGRAL/EL_PERFIL_DEL_PSICOPATA.pdf
https://masterforense.com/pdf/2014/2014art7.pdf
https://aidepsicologia.com/wp-content/uploads/2016/11/3-psicopatia.pdf
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-76062011000300004
http://dehesa.unex.es/bitstream/handle/10662/5820/0100-8692_67_2_105.pdf?sequence=1&isAllowed=y

sábado, 4 de abril de 2020

¿Por qué Atraigo a Personas Narcisistas?

Una persona narcisista necesita una presa para vivir, para alimentarse del otro, drenando a su víctima de toda su energía... pero ¿Qué tipo de personalidad atrae a los narcisistas?

¿Por qué atraigo a personas narcisistas?

Involucrarse con un narcisista es confuso. La persona narcisista ha carecido de amor, de estructura, de autoestima, de una base sólida para construir su autoestima. Es importante saber que los defectos de todos encajan, así que si atraes o has atraído a gente narcisista a tu vida, sé consciente de que sólo son un reflejo de una parte de ti. Los narcisistas tienen el don de infiltrarse exactamente donde hay una carencia, una necesidad. Están ahí para decirte exactamente lo que quieres oír después de entender tus defectos. Pero no te equivoques, atraer a los narcisistas no significa que seas uno, no, sino que tienes los mismos defectos.

¿Qué atrae a los narcisistas?

1. Eres un salvavidas:

Algunas personas se convierten en salvadoras porque crecieron en situaciones en las que otra persona era el personaje principal de la familia y los únicos otros papeles disponibles eran los de apoyo. Pasas la mayor parte del tiempo cuidando de los demás. Algunas personas se han convertido en salvadores porque han sido traumatizadas, y parece ser una característica de los vertebrados el acobardarse ante figuras espantosas. Algunas personas se convierten en salvadores porque son buenos en la diplomacia. De hecho, es una de las principales rutas para convertirse en terapeuta. Los llamados salvadores pasan su tiempo haciendo preguntas sobre la otra persona con simpatía y admiración. ¿Quién está buscando eso? los narcisistas.

2. No tienes una relación fuerte con una figura paterna internalizada:

A veces los adultos están tan bien emparejados como pareja que ignoran los mensajes de sus propios hijos. Uno de los padres puede estar tan impresionado con el otro que insiste en continuar la relación, sin importar lo que le haga al niño. De hecho, es común que un padre insista en que el niño se lleve bien con el hijo de su pareja.

Cuando conoces a alguien, es importante tener un padre interno que te pregunte cómo te sientes. ¿Te estás divirtiendo? ¿Te están tratando bien? ¿Estás llegando a ser quien quieres ser en esa reunión, o estás siendo tratado como la realeza, o un sirviente, o un competidor en un concurso donde el premio es la otra persona? Si tus padres no te han hecho estas preguntas, es difícil saber cómo hacértelas tú mismo. Si fuiste criado por un narcisista, puedes ignorar el narcisismo de tu pareja diciéndote a ti mismo: "he visto cosas peores".

3. Quieres ser salvado:

Cuanto más consideras tu situación, más necesitas un superhéroe para hacer las cosas bien. Algunos padres solteros son buenos ejemplos de esto, pero también lo son aquellos que están enfermos o infelices por muchas razones. Reconocer que el amor está ausente de tu vida es una buena motivación para salir, pero soñar que el amor te salvará de tu vida es un asesino del amor para aquellos que no creen que ya son superhéroes.

4. No confías:

Si has sufrido en un romance, ahora puedes ser aún más tímido. Esto es más pronunciado con la gente que dice no estar interesada en las citas. La mayoría de los buscadores de pareja irán en busca de alguien que esté interesado en una relación; un narcisista ve a una persona desinteresada como un desafío. Aunque estés buscando activamente un romance, la desconfianza puede hacer que construyas una serie de pruebas que sólo un narcisista intentaría pasar. La gente común no busca un concurso donde tú eres el premio: los narcisistas viven para los concursos.

5. Uno de tus padres es una persona narcisista:

Cuando uno ha sido criado por una persona narcisista, es entonces muy fácil reproducir el mismo patrón que siempre hemos visto. Un entorno devaluado y violento, donde el amor tiene poco lugar. Probablemente pensaste, o aún piensas, que este patrón es común a todas las familias... Bueno no, una relación puede ser sana y equilibrada, sin tener que aceptar lo inaceptable del otro. Es importante aprender a amarse, establecer límites y respetarse mutuamente.

6. Eres una persona empática:

Te preocupas mucho por la gente, y a menudo reconfortas a tus seres queridos. Tiendes a ver lo bueno en la gente, y muestras tolerancia y compasión por los demás. Tenga en cuenta que las personas con problemas sociales (psicópatas, narcisistas, sociópatas...) carecen de empatía. No se preocupan por nadie más que por ellos mismos. Por lo tanto, es difícil sentir amor por ellos.

El principio de "mutualidad"

Lo que todas estas formas de atraer a los narcisistas tienen en común es que te hacen reaccionar a abordar los conflictos o insatisfacciones a través de conversaciones para resolver problemas. Si no se puede acordar un lugar para ir a una segunda cita sin que esa persona domine o someta a la otra, la segunda cita puede ser una mala idea.

Es difícil saber si tu cita es un narcisista porque todo el mundo intenta parecer impresionante en una cita. Planteando un conflicto menor ("¿Llegando demasiado tarde? ¿Comiendo del plato de la otra persona? ¿No me presentas a tu amigo? El término "¿Qué es lo que quiere la otra persona en una relación?") Te da la oportunidad de ver si la persona con la que te reúnes quiere discutirlo para encontrar un compromiso que funcione para ambas partes, o si quiere culparte por ser demasiado sensible o disculparse rápidamente para que el conflicto desaparezca.

Las estrategias que buscan una reciprocidad negociada atraen a las personas que quieren construir una relación que funcione y al mismo tiempo desalienta a los narcisistas.

¿Cómo salgo de este patrón?

Lo primero es tomar conciencia de qué es lo que te ha hecho atractivo para una persona narcisista. Sé consciente de tus propios defectos, en lugar de buscar los de la otra persona. Tómese el tiempo necesario para leer y aprender sobre el tema, para que pueda reconocer mejor a las personas narcisistas en el futuro y no se sienta abrumado por la persona / situación.

Puedes pedirle ayuda a un psicólogo clínico. Necesitas ayuda porque te falta autoestima y necesitas aprender a respetarte a ti mismo. Aprender a quererte a ti mismo no tiene precio, y la ayuda de una persona neutral y profesional puede cambiar tu vida. El terapeuta le permitirá comprenderse mejor a sí mismo, que ha sufrido, que es hora de reconstruir y avanzar.

 

PSICO.mx Articulado inspirado en el portal psychologue.net


lunes, 30 de marzo de 2020

¿Qué es EMDR? Descubre los Ocho Pasos de su Técnica

El trauma, según la técnica EMDR, tiene mucho que aportarnos, por eso vamos a mencionar la terapia EMDR y sus fases principales.
¿En qué se basa la terapia EMDR?

Al vivir un suceso traumático o situaciones desagradables e intensas, el procesamiento del trauma puede no hacerse correctamente y quedar bloqueado. Al no archivar correctamente la información de este suceso en la red de recuerdos que corresponde, la información se fragmenta en el sistema nervioso de forma que se puede activar automáticamente llegando a condicionar la conducta y afectar a la vida de la persona.

Con la estimulación del mecanismo se logra que el hecho enredado se integre en los recuerdos saludablemente, como ya hemos dicho.

¿Qué es y para qué se usa terapia EMDR?

La técnica EMDR se usa para ayudar a los pacientes a procesar sucesos traumáticos que han sucedido en su vida, pero también para superar fobias o mejorar el rendimiento en ciertos aspectos de su vida. Hay muchos traumas que se podrían superar con la terapia, por lo que es bueno ponerse en manos de un profesional que decida que esta es la mejor técnica en cada caso concreto.

El concepto es complejo, pero se basa en la estimulación bilateral, mediante la cual se estimulan los dos hemisferios del cerebro con movimientos oculares, sonidos o golpecitos para que le vengan a la memoria del paciente otras partes del evento traumático o recuerdo. Lo que se busca con el proceso EMDR es que los hemisferios se hablen entre sí y procesar la información para reducir el problema emocional. Hace algo similar como la fase REM del suelo en que se afrontan estados de estrés de forma adaptativa creando conexiones entre experiencias pasadas para resolver problemas.

Ahora que sabemos que es EMDR, es importante descubrir cuáles son las principales técnicas y conocer más en profundidad las ocho fases por las que va a pasar todo paciente en la técnica EMDR.

¿Cuáles son las técnicas que usa EMDR?

Hay tres tipos de técnicas o tres tipos de estimulación bilateral que se usan en EMDR Y que se aplicarán según cada paciente, y son:
  1. Movimientos oculares sacádicos horizontales. Son un conjunto de movimientos que el terapeuta hace con los dedos en el campo visual del paciente. Este último tiene que seguir los dedos del terapeuta con la mirada sin mover la cabeza y haciendo un total de hasta 40 movimientos en cada realización. Es la técnica que mejor funciona en EMDR.
  2. Estimulación auditiva bilateral. En esta se usan tonos o música bilateralizada que se escucha con auriculares. El terapeuta cuenta con un dispositivo que le permite controlar los sonidos, velocidad e intensidad.
  3. Tapping. El terapeuta golpea con suavidad las rodillas del paciente alternando derecha e izquierda y con alternaciones las manos de la persona que se encuentran apoyadas en su rodilla.
Es el terapeuta EMDR el que debe averiguar cuál es la mejor técnica en cada caso, y aunque la primera suele ser más exitosa, puede que en otros casos se requiera de otra.

Es de destacar que esta terapia se puede combinar con otras terapias y técnicas, por lo que le dota todavía de mayor eficacia y se adapta a las necesidades de los pacientes. Por tanto, se puede valorar la posibilidad de utilizar la terapia sola o con otras técnicas.

¿Cómo es una sesión EMDR?

Hay varios pasos por los que se pasan en una sesión de esta terapia que debemos mencionar porque es interesante que la persona sepa a qué se va a exponer en ella.

Una sesión EMDR se desenvolvería así:
  • En primer lugar, se pide a la persona que se concentre en el recuerdo que le está creando mayor malestar.
  • Posteriormente, se provoca el movimiento del paciente de uno al otro lado con la estimulación visual, táctil o auditiva.
  • Posteriormente, se le pide al paciente que indique lo que le viene la mente: sonidos, imágenes, sensaciones y demás.
  • Se repite el proceso hasta que desaparecen las sensaciones, emociones o pensamientos negativos.
  • El recuerdo traumático del pasado se conecta y procesa con recursos más adaptativos de la actualidad. Así, el paciente puede procesar de nuevo el suceso con una lectura emocional más sana que permite que la conducta complicada se vaya.
Los 8 pasos de la técnica EMDR

La terapia se basa en 8 fases bien estructuradas que debemos saber identificar correctamente, y que son la base principal de una técnica que está teniendo mucho éxito desde sus inicios y se han tratado a muchas personas con ella. Las mencionamos a continuación.

1.- Diseño del plan

Es una fase inicial en que se registra el historial clínico de cada paciente, se recogen recuerdos para procesar con la terapia correspondiente y sensaciones físicas. Puede ser una creencia, olor o sensación, el detalle que se considere. También se va a establecer un acuerdo sobre los objetivos terapéuticos que se trabajen en las sesiones.

2.- Preparación del paciente

El terapeuta se dedica a explicar al paciente en qué consiste el método indicando la teoría y fundamento en que se basa. También despeja dudas, cuenta las expectativas de éxito y todo cuanto sea necesario para que este se familiarice con el método que se va a utilizar con él. La clave es descubrir que el paciente es el idóneo para esta terapia y tiene confianza con el terapeuta.

Se hace el consentimiento informado que es donde se explica el proceso, además de conocer las condiciones médicas actuales de la persona y si toma algunos medicamentos.

3.- La evaluación

Mediante este punto se identifica el recuerdo que se quiere procesar. Una vez que se sabe cuál es, se pedirá al paciente una imagen que represente este recuerdo para empezar a trabajar en él. Se inicia verbalizando emociones y sentimientos negativos y después se hace una declaración positiva que se usará en la fase de instalación.

Para medir el recuerdo se debe acceder con una estructura y hacer una medición de los principales elementos del recuerdo. Se debe medir cada línea base de este recuerdo con las emociones, cogniciones y sensaciones físicas al examinarlo.

En esta fase 3 se van a registrar las puntuaciones iniciales de VoC (validez de la cognición positiva) y SUD (grado de perturbación que está sintiendo cuando piensa en esa imagen).

4.- La desensibilización

Es en la que surgen nuevas emociones perturbadoras, síntomas físicos o recuerdos. Hay que centrarse y atender. Se trabaja la estimulación bilateral. Si el proceso se bloquea aquí, se puede recurrir a otras estrategias y procedimientos más avanzados.

En esta fase es cuando se accede al momento del trauma en que está la peor parte del recuerdo y se ha de valorar el nivel de perturbación. El paciente ha de hacer una libre asociación con el set de estimulación bilateral. Tiene que agotar las asociaciones y situaciones que se conectan con el recuerdo. Debe hacerse hasta que no se sienta perturbación al recordar la escena correspondiente.

5.- Instalación de la cognición positiva

En esta fase se busca reforzar la declaración positiva, no la negativa. Lo que se pretende es que el paciente asuma y refuerce el hecho de tener control de la situación que lo estaba bloqueando. Se sigue usando la estimulación bilateral hasta que el paciente crea que se puede manejar la situación. La creencia positiva debe verse como verdad absoluta.

Se van a hacer sets cortos de estimulación comprobando por medio de una escala del 1 al 7 cómo se siente. Y debe seguir pensando en la situación y repitiendo la cognición positiva. Se busca llegar a una puntuación mínima de 6.

6.- Examen corporal

En esta fase se busca liberar la tensión residual física. Se debe recordar el suceso traumático con la cognición positiva. Hay que buscar en el cuerpo posibles dolores o sensaciones desagradables que se procesan para eliminar la tensión. Suele resolverse fácilmente y con eficacia, pero puede que haya nueva información y otras experiencias complicadas que podrían llevar a nuevos caminos.

Si aparece una sensación de pinchazo, malestar o molestia en el cuerpo en esta fase se debe volver a la fase de desensibilización. Si está bien se hace un set de movimientos oculares para reforzar la buena sensación.

7.- Cierre de la sesión

En esta se busca que paciente recupere un estado de equilibrio, incluso si no se ha completado el reprocesamiento. El paciente recogerá en un diario situaciones, recuerdos, pensamientos, y más que puedan darse en un futuro para procesarlos de la misma forma que se hace. El paciente aprenderá a relajarse y contener las emociones.

Se cierra la sesión y se valora hasta la siguiente sesión. Lo que se busca con esta fase es asegurar la estabilidad del paciente y orientarlo al finalizar cada sesión de reprocesamiento.

8.- La re-evaluación

Al principio de la siguiente sesión se vuelve a acceder al target de la sesión anterior para valorar si tiene todavía perturbaciones residuales y si se mantienen los resultados. Lo que se valora es la eficacia de la terapia en anteriores sesiones.

En esta fase es importante ver que se abordan todos los aspectos del plan de tratamiento.

Consideraciones finales

La terapia no se sabe nunca cuánto va a durar con precisión, ya que los traumas no son iguales ni lo son los pacientes, lo que hace que dependa de muchas variables. Suele ser más corta que otras terapias que se usan para lo mismo. Los pasos no suelen ser estancos, por lo que algunos efectos de cada uno de ellos pueden aparecer en las diferentes partes de la sesión. Cada persona tiene sus tiempos.

Hay muchos estudios recientes que han sido publicados en revistas científicas especializadas que consideran que EMDR es un tratamiento eficaz para las víctimas de trastorno de estrés postraumático.

El tratamiento EMDR se usa no solo en eventos traumáticos y traumas sino también en ansiedad, pánico, trastornos de estrés post traumáticos, adicciones, problemas psicosomáticos, control de impulsos, duelos patológicos y más. Por eso, hay muchos casos en que se debe considerar como una buena solución.

De cualquier manera, es bueno valorar si es la más indicada esta técnica psicoterapéutica basada en movimientos oculares, estimulación auditiva y táctil para solventar problemas emocionales. Sobre todo los sucedidos por experiencias traumáticas del pasado.

Los traumas son heridas psicológicas que vienen de acontecimientos con cierta gravedad o cambios que se perciben como amenazas cuya intensidad y calidad de daño no dependen de la gravedad, sino en sí de la persona que los padece, el apoyo emocional y circunstancias con que cuenta.

El terapeuta EMDR es el encargado de orientar al paciente para que pueda solucionar sus problemas emocionales con esta terapia de la forma más satisfactoria posible, por eso aconsejamos contar con verdaderos profesionales en terapia EMDR que ayuden a la persona en la situación concreta buscando la mejor forma de llegar las 8 fases de la terapia.



Fuente: Hernández Psicólogos. publicado por Alejandra Hernández


jueves, 19 de marzo de 2020

Decálogo para la Gestión Psicológica del Covid-19

Es normal sentirse triste, estresado, confundido, asustado o enfadado ante una situación de emergencia. De modo que es muy lógico, e incluso saludable, que muchas personas sientan en algún momento miedo debido a la expansión del brote de Covid-19, que nos enfrenta a una situación desconocida y amenazadora. 
Otra cosa es que ese miedo se instale en el estado de ánimo, nos angustie y acabe por convertirse en un fenómeno que interfiera en nuestra capacidad de gestionar la situación con eficacia o, peor aún, que se contagie y se extienda hasta suponer un problema añadido en la ya compleja situación sanitaria.

Gestión del miedo y la ansiedad al contagio del Covid-19

Estar bien informado

Siempre hay que buscar la información de fuentes válidas y contrastadas, siendo necesario acudir a fuentes fiables.

Evitar la sobreinformación

Es suficiente con la información recogida de las fuentes oficiales, no siendo conveniente estar continuamente buscando y leyendo información al respecto. Esto en vez de provocar una respuesta positiva en la persona va a generar un aumento de la sensación de riesgo. Hay que evitar por ello tanto la sobreinformación como el alarmismo o sensacionalismo que puedan trasmitirse en algunos medios. NO te infoxiques.

Informa bien a los demás

Es fundamental no hablar permanentemente del tema y evitar difundir rumores o informaciones falsas. Para ello, lo mejor es compartir información que realmente sea relevante. Así mismo debemos de tener cuidado con las noticias que pueden circular en las redes que no están contrastadas, y evitar ser también nosotros propagadores de las mismas.

Informar adecuadamente a los más pequeños

Hay que informar a los niños de manera veraz, adecuando la información a su desarrollo evolutivo y capacidad de comprensión .Es fundamental estar atento a sus dudas y preocupaciones e ir respondiendo a sus preguntas a medida que aparecen, con explicaciones claras, sin mentirles pero sin abrumarles tampoco con mucha información.

Confía en los sanitarios  (ciencia)

A medida que se vaya aportando información contrastada desde el ámbito sanitario se seguirán las pautas que se vayan aconsejando, de manera que iremos adecuando nuestras conductas a lo que científicamente se valore conveniente para nuestra prevención. No deben de tomarse precauciones innecesarias que conlleva el crecimiento del miedo y la angustia por parte de quien se excede en medidas innecesarias.

Es importante seguir las recomendaciones y medidas de prevención que determinen las autoridades sanitarias para protegerse de un posible contagio. Pero sólo esas. Tomar más precauciones de las que los médicos consideran justificadas por la evidencia científica no nos dará mayor protección frente al virus y, en cambio, alimenta el miedo y la angustia, “tanto en uno mismo como en las personas del entorno”.

Cuídate. Estar atento a los posibles síntomas

Si se tiene fiebre, tos y dificultad para respirar o dudas sobre la posibilidad de haberse contagiado, es importante contactar con las autoridades sanitarias y seguir sus instrucciones para recibir atención médica. Pero cuidarse no significa sobreprotegerse y hacer consultas médicas superfluas a los servicios de atención médica, que ya van bastante colapsados. Por otra parte, como ocurre ante cualquier otra enfermedad infecciosa, una buena manera de protegerse es extremar los hábitos de vida saludables para mantener lo mejor posible nuestro sistema inmunitario y nuestra salud en general. Mantener estos hábitos es especialmente importante si uno ha de quedarse en casa por haber estado en contacto con algún infectado. “Si debes permanecer recluido en casa, debes cuidar la dieta y las horas de sueño, pero también practicar ejercicio y mantener el contacto por teléfono o mensajes con amigos y familiares, porque la vida social es importante”.

Un poco de humor viene bien

Cierto grado de humor ayuda a que el miedo se mantenga a raya. Todos hemos compartido en estos días algunos de los mensajes que han aparecido en la red y que ayudan a tener una visión más distendida de la situación. En este sentido, las redes sociales sí que pueden resultar de gran ayuda.

Acepta tus sentimientos

La Psicología explica que el miedo es una respuesta adaptativa que nos ayuda a mantenernos alerta y a tomar las medidas necesarias para minimizar riesgos, ya sea por la vía de evitar el peligro o de buscar la manera de afrontarlo. Por eso instan a no rechazarlo ni taparlo. “Reconoce tus sentimientos y acéptalos; y si hace falta, compártelos con las personas más próximas”. Reconocer los sentimientos de angustia y miedo que provoca, pero trabajar para que no resulte invalidante para la persona.

Adaptar tus hábitos

Aunque tengas que permanecer en cuarentena, es importante que sigas manteniendo las rutinas y hábitos lo más posible, por ejemplo, mantener unos horarios de sueño, cuidar la alimentación, hacer ejercicio, mantenerse en contacto con las personas del entorno social y familiar a través del teléfono, ya que la continuidad de las relaciones sociales va a facilitar el tiempo que tenemos que estar recluidos. Seguir las recomendaciones con respecto a las distancias personales, y evitar reuniones en el número de asistentes que se vaya señalando por las autoridades sanitarias. Y en todo lo que sea posible mantener al máximo las rutinas y vida normalizada, siempre compatibles con las recomendaciones sanitarias.

Nosotros los psicólogos explicamos que el miedo es una respuesta adaptativa que nos ayuda a mantenernos alerta y a tomar las medidas necesarias para minimizar riesgos, ya sea por la vía de evitar el peligro o de buscar la manera de afrontarlo. Por eso instamos a no rechazarlo ni taparlo.

Echa mano de tus capacidades de afrontamiento y tu experiencia

Todos contamos con experiencias previas en las que nos hemos tenido que enfrentar a situaciones de ansiedad o miedo, y hemos contado con recursos para superarlas, por lo que hay que poner en marcha esas capacidades para poder afrontar de manera positiva esta nueva situación. Tira de experiencia “Repasa las habilidades que ya has aplicado en el pasado para afrontar y manejar otras circunstancias adversas que se te han presentado en la vida; utilizar esas habilidades te ayudará a controlar también tus emociones ante este desafío”.

Compartir nuestros sentimientos y acudir a un profesional de la psicología clínica cuando sea necesario Es bueno compartir y hacer visibles nuestros sentimientos, hablarlo con el entorno y en caso de que la angustia sea elevada o no encontremos las capacidades de afrontamiento adecuadas, sería conveniente abordarlo con un profesional de la psicología, a fin de poder encauzar esa angustia, así como evitar “el contagio” a nuestro entorno.



Fuente: Red