domingo, 2 de abril de 2017

Errores que Destruyen al Amor

Es difícil renunciar a una ilusión, pero más difícil aún es desligarse de una relación peligrosa.

La vida y la experiencia nos enseñan que no se puede vivir de ilusiones y que hay que aprender a tomar decisiones más saludables. La ilusión (idealización) puede hacer que una persona se enamore sin tener en cuenta lo que le dice la razón y lamentablemente esto es lo mismo que arrojarse al vacío sin red.

Algunas mujeres de pronto se enamoran, creen que les gusta alguien desesperadamente y en esas condiciones se entregan a él sin querer verlo como realmente es. No les importa que tome demasiado alcohol, que consuma drogas, que no trabaje, que sea inestable, que no tengan nada en común, que tengan objetivos distintos y también actitudes violentas.

Cada persona es responsable de su destino, porque aunque es probable que sus circunstancias ayuden a forjarlo, el resto, que es mucho, dependerá de sus decisiones. Una vez que se comete un error, es difícil volver atrás y borrar todo lo que hicieron, porque se desencadena una serie de acontecimientos que no se pueden evitar pero que se podían haber previsto y que seguramente obligue a pagar un alto costo y haga sufrir a las personas que se aman.

Los costos de las ilusiones perdidas son altos y provocan sufrimiento, depresión, desesperanza y desconfianza en cualquier otra posible relación, que aunque sea diferente va a ser el vínculo que pagará injustamente por la desilusión anterior. Una relación compromete a una persona tal vez por mucho tiempo, porque si decide terminar con ella no será fácil si el otro no está de acuerdo y es imposible hacer borrón y cuenta nueva sin pensar en las consecuencias.

La baja autoestima hace creer a ciertas mujeres o hombres que no tienen opción, que tienen que aceptar al primero que se presenta sin demasiadas pretensiones, sin embargo, en esa elección puede estar en juego su propia vida. Parecen no darse cuenta que no siempre a un armonioso cuerpo físico le corresponde un alma noble y que precisamente esa condición puede predisponer a aprovecharse de esos atributos y jugar con las mujeres.

Por esta razón, saber elegir es un don muy preciado, porque garantiza mayor estabilidad y bienestar duradero y porque además, aleja la desilusión y el dolor y previene la desesperanza.

Muchas mujeres creen que pueden cambiar la forma de ser de un hombre y esa creencia es su mayor riesgo, o en el caso de los hombres querer que sea ella como uno es, porque nadie puede cambiar a otra persona, sólo se puede cambiar uno mismo; simplemente porque el cambio tiene que ser con convicción y nunca lo provoca algo externo, sino que tiene que venir desde adentro.

Lo primero que debes evitar es ser infiel, algo que todos sabemos que es el principal motivo por el que muchas relaciones se destruyen. Una infidelidad es el error más grande que se puede cometer dentro de una relación, ya que inclusos en la pareja más liberal, esto tiende a lastimar y crear la desilusión por la traición de la persona que amas.

Otro aspecto muy importante a cuidar en una relación es el de evitar ser indiferente, ya que esto conduce a que ese fuego se apague y la relación colapse definitivamente. También es importante que consideres no reprimir tus emociones, es decir si hay algo que te molesta sencillamente hazlo saber, no le ocultes nada, así sea por evitar alguna discrepancia, recuerda que hablando todo se entiende. No reprimas tus emociones, pues sencillamente harás una acumulación de ellas que tarde o temprano dejará que salgan, y muchas veces no es de la mejor manera.

Otro aspecto que trae muchos problemas en una relación y frecuentemente lo veo en mis consulta es cuando te vuelves extremadamente celoso (a), tanto así que no puedes tolerar que se junte o salga con sus amigos e incluso familiares. Recuerda que los celos matan, crean desconfianza y elaboran supuestas historias que solo tú ves y por las que sufres y haces sufrir a tu pareja.

Analiza si tu relación verdaderamente te hace feliz, de lo contrario reconsidera terminar la misma, ya que el fin de toda relación es ser feliz, mas no hacer una acto de caridad o estar con alguien por lastima. 

Nota: Para “las mujeres” evita ser rencorosa, pues generalmente guardan cierto resentimiento de las discusiones con la pareja, y les encanta recordar detalles de la misma, como si estuviera pasando en ese momento.

Apreciable lector, una relación de pareja pasa por diferentes etapas y con el paso del tiempo, se va conociendo a la otra persona, de esta forma decidimos si estamos dispuestos a compartir nuestra vida con ella o no. Si estás buscando cómo mejorar tu relación, hacerla más sólida y verdadera, procura no hacer cosas que puedan dañarla.

Qué NO hacer:

1. Olvidar que la pareja es una persona individual con sus propios sentimientos y necesidades y que no es de nuestra propiedad. Al paso del tiempo la relación se hace tan cotidiana que tendemos a confundirnos y pensar que el otro es prácticamente de nuestra propiedad. Un signo de ello son los celos excesivos, la violencia, las recriminaciones y exigencias.

2. Utilizar el chantaje emocional como forma de comunicación para conseguir lo que deseo del otro. Esta actitud es igual de común en hombres como en mujeres y, en general, es aprendido de un padre o madre muy manipulador. Frases como: "sin ti no soy nada", o "si tú no me amas nadie más me amará"; son un chantaje directo para mantener dominado al otro.

3. Criticar constantemente a tu pareja. Muchas veces estamos esperando que el otro cometa un error para "caerle encima" con una lluvia de críticas. Lo peor de esta actitud, es que jamás se soluciona algo. Al contrario, destruye la espontaneidad y creatividad en la pareja e impide que el que critica, exponga las cosas positivas que hace su pareja.

4. No pasar tiempo de calidad junto a tu pareja. Muchas veces nos quejamos de que  no nos queda tiempo para nada, pero probablemente te pasaste una o dos horas en internet o viendo televisión. Intenta aprovechar cada instante con tu pareja y ojo con no caer en la rutina. Disfruten del tiempo que pasen juntos.

5. No escuchar a tu pareja. Todos sabemos lo fundamental de una buena comunicación en las relaciones. Una buena comunicación se inicia dando importancia a lo que te dice el otro. Escucha a tu pareja con total atención y no cambies el tema o lo interrumpas. Esta es la mejor forma de demostrar al otro cuánto lo amamos.

6. Tener una mala relación con los padres de tu pareja. En general nuestras relaciones son el reflejo de las relaciones de nuestros padres. El no tener una buena relación con los padres refleja nuestra incapacidad de aceptarlos como personas, con defectos y virtudes. Cuando criticamos a los padres, es porque esperamos que sean perfectos y sabemos que eso no es posible, y esto es algo que debemos superar porque si no, será muy difícil que puedas aceptar y valorar tu propia relación de pareja.

7. No saber reconocer cuándo nos equivocamos y, en consecuencia, no saber pedir perdón. El orgullo y el temor a sentirse cuestionados son uno de los principales motivos por los cuales no reconocemos nuestros errores. Pedir disculpas o perdón requiere de una gran fortaleza. Tu pareja te agradecerá una disculpa sincera.

8. Estar de mal humor todo el tiempo. Una de las cosas que más fortalecen una relación de pareja es tener la capacidad de reír, bromear y de disfrutar la compañía del otro. El buen humor es sinónimo de inteligencia. El mal humor puede terminar con tu relación.

9. Decir mentiras. Las mentiras son la contracara de los celos. Si uno descubre que el otro miente, se instala y corroe el vínculo de tal manera que lo puede destruir irremediablemente. "La mentira aparece cuando faltan otros recursos en la pareja. Uno debería preguntarse qué quiero obtener o qué no me animo a perder y, además, saber que cuando uno de los dos miente, la situación se vuelve en contra, como un búmeran".

10. Perder la comunicación. Cuando una pareja pierde la capacidad del diálogo o de, simplemente, intercambiar miradas cómplices, denota serios problemas en la relación. Aristóteles dijo: "Debemos expresar lo que sentimos a la persona adecuada, en el momento adecuado, con el propósito justo y de la forma correcta".  La incomunicación es “el origen de todos los errores” porque cuando una pareja pierde la capacidad del diálogo o de simplemente intercambiar miradas cómplices. Por su parte, atribuye la incomunicación al querer evitar peleas, algo que puede devenir en la infidelidad. El antídoto infalible es el diálogo constante y fluido.

11. La rutina podría ser un veneno mortal: los horarios, el cuidado de los hijos, los compromisos laborales y familiares, todo contribuye a mecanizar el día a día. Por eso, el antídoto para ese veneno es encontrar un espacio propio de la pareja, “divertirse de a dos”.

12. La saturación es el veneno que hace a las personas “esquivas a la dedicación indispensable para solidificar una relación de amor”, El mejor antídoto es buscar los  momentos de intimidad entre la pareja, sin trabajo ni familia de por medio, para “tener comprensión frente a las necesidades o dificultades del otro”.

13. Bloqueos Psicológicos: Cargamos con barreras mentales y emocionales que nos impiden completar el desarrollo humano y alcanzar una verdadera madurez. Banalizamos el nexo existente entre las experiencias de la infancia y el comportamiento del adulto, producto de heridas muy concretas que vulneraron la dignidad e integridad en los momentos clave de la estructuración psíquica. Una profunda empatía con nuestra historia y con nosotros mismos puede devolvernos la vitalidad perdida y estabilidad emocional.

14. Otras consideraciones: 
  • Sentimiento de pertenencia: Creer que tu pareja es de tu propiedad sin importarte sus sentimientos y necesidades.
  • Idealizar a la pareja.
  • Exigir más de lo que se da.
  • Dramatismo, capacidad de maximizar los problemas.
  • Diferencias: generan fuertes conflictos en la pareja, que se van sumando uno a uno y que van desgastando la relación.
  • Insatisfacción sexual, el sexo tiene gran peso en una relación amorosa, se aconseja una vida sexual activa, placentera y cómoda, para garantizar en gran proporción, fuerte unión en la pareja.
  • El descuido personal y apatía.
  • Hacerles reproches: Porque no te entiende, porque consideras que se equivoca o no es lo bastante cariñoso según tu criterio.
  • Ignorar a tu pareja: Dejarle fuera de las decisiones importantes en tu vida e incluso de las que les atañen a ambos.
  • Agresiones físicas y verbales.
  • Etc…
En el amor sano no cabe el tener que resignarse a vivir el martirio de la insatisfacción.

viernes, 31 de marzo de 2017

Abordaje Psicológico de Pacientes con VIH-SIDA

Aunque la problemática sanitaria del VIH-Sida es considerada en nuestro país como una cuestión relevante y grave.
Pese a la antigüedad del problema (el Virus de Inmunodeficiencia Humana o VIH, fue identificado y caracterizado en 1983) sigue siendo al día de hoy una cuestión opaca para la mayoría de los profesionales de la salud.

Estrategias de intervención psicológica frente al VIH

En mi experiencia y considerando las peculiaridades de nuestro sistema de salud y su grado de desarrollo, las actividades más importantes y necesarias a desarrollar por los psicólogos frente a esta problemática son: la prevención, el potenciamiento (mediante diversas estrategias informativas, de consejería y de educación) del desarrollo de diagnósticos precoces y el fortalecimiento de las adherencias a los tratamientos médicos específicos, en especial los que incluyen medicación antirretroviral. Asimismo, a grandes rasgos, podemos caracterizar las estrategias de intervención como de inicio (en la primer etapa de confirmación de la seropositividad), de educación, información, de evaluación psicológica y social de la situación y la problemática, de seguimiento de los procesos de tratamiento, de emergencia frente a crisis y de rehabilitación cuando la patología ha afectado sensiblemente la vida familiar y social de la PVVS.

Por otra parte, al realizar una intervención directa con PVVS el psicólogo debería trascender la mera oferta de contención emocional (necesaria sin lugar a dudas)  para brindar además y fundamentalmente,  posibilidades de esclarecimiento y comprensión de la dimensiones psicológicas y sociales del problema, propiciando nuevas perspectivas de elaboración  simbólica de los conflictos inmanentes y de gestión empírica de las dificultades.

No obstante, hay también otras tareas eminentemente técnicas a desarrollar en algunos momentos de la evolución de la enfermedad tales como la evaluación de las funciones cognoscitivas afectadas por la infección y la eventual instrumentación de estrategias re-habilitadoras y/o compensatorias frente al déficit.

No olvidemos que se trata de un virus neurotrópico, es decir que puede afectar al sistema nervioso central provocando cuadros neurológicos (encefalopatías, demencias y delirium) en aproximadamente el 30% de los casos (Ballester, 1999; Ballester, 2005)

Aspectos psicológicos 

Comienza antes de su verificación mediante pruebas de laboratorio. Salvo aquellas personas que lo contrajeron de forma accidental sin haber incurrido regularmente en prácticas de riesgo, las demás -en su mayoría- han desarrollado un proceso previo de significación de esta condición y de otorgamiento de sentido a la situación. En los entornos sociales más vulnerables al VIH son de los consumos altamente problemáticos de drogas y comportamientos peligrosos como: imprudencias diversas, violencia, etc.

Expuestos, apenados, lastimados y débiles, los pacientes diagnosticados con VIH, se enfrentan a su vida. Se presentan diversas situaciones que exigen del individuo una reinterpretación de su vida y lo obligan (obligación que se cumple o no, pero que existe), al desarrollo de estrategias nuevas que le ayuden a reintegrarse socialmente. Le imponen la resolución de conflictos, lo enfrenta a su realidad cruda y sus pertenencias reales, sus recursos y sus redes sociales. Le fuerzan a asumir otra actitud y conducta consigo mismo y con el mundo. La presunta cercanía de la muerte, obliga a la honestidad. El VIH ancla al sujeto a la vida, o lo mata. La persona se adapta o se destruye con una muerte lenta o rápida, pero siempre inminente, con actualizaciones periódicas de su amenaza. Sin embargo, aceptar la idea de finitud, no solo aplaca la angustia, sino que puede volver la existencia más intensa y vital.
Muy frecuentemente los pacientes suelen referirse al estado de shock inicial generado por el diagnóstico como situaciones de terror, pánico, espanto y horror. En tales momentos, una correcta consejería y contención psicológica se tornan de capital importancia para una adecuada elaboración de esa situación, procurando evitar que el miedo de lugar al pánico, es decir a esa respuesta espontánea y desorganizada que se puede traducir en reacciones poco meditadas en relación con su vida familiar y social. Asimismo, mientras se tramita ese shock inicial no sólo importan los riesgos derivados de actitudes y comportamientos poco meditados sino también de los derivados de la crisis emocional.

Sin embargo, frente a estas respuestas emocionales comprensibles y esperables hay una dimensión que no siempre se tiene en cuenta y a la cual se debería prestar particular atención. Me refiero a esa conjunción de factores iatrogénicos y efectos secundarios propios de algunos antirretrovirales (o bien de otros fármacos utilizados frente a diversas enfermedades oportunistas co-mórbidas del sistema nervioso central) que pueden generar a menudo alteraciones significativas en los estados anímicos. Por ejemplo, el famoso AZT (o Zidovudina, llamada anteriormente azidotimidina) uno de los antirretrovirales más usados desde fines de los años ´80, presenta una gran variedad de efectos secundarios tales como nauseas, dolor de cabeza, fatiga, cambios en la coloración de algunas partes del cuerpo así como la inducción de estados psicológicos muy diversos que varían de persona a persona: manía, depresión, astenia, confusión y ansiedad. (Ballester, 2005) Por esta razón, es deseable desde el comienzo un abordaje multi o interdisciplinario que incluya atención psiquiátrica y algún profesional con experiencia que pueda discernir eventuales efectos iatrogénicos y secundarios del tratamiento farmacológico.

El miedo al deterioro físico, la preocupación por la continuidad de su trabajo, la incertidumbre sobre el futuro de las personas con las que convive y ama, las exigencias materiales de un tratamiento que se imagina prolongado y complejo, así como la amenaza que comienza a cernirse sobre la continuidad de sus propósitos y objetivos en la vida (pareja, hijos, proyectos, etc) aparecen conformando en esta primera etapa una suerte de aplanadora existencial de una masividad inmanejable. Asimismo esos temores suelen aparecer amalgamados con los temores e incertidumbres de su entorno micro social de inserción y pertenencia. La función del psicólogo en esta etapa que adquiere un rol crucial de sostén, interlocución reflexiva y orientación.

En algunos casos la crisis emocional desencadenada por el diagnóstico de seropositividad adquiere un carácter más agresivo y violento, en otros más apático y resignado o bien de confusión y desorganización general.

Los temores más ansiógenos y frecuentes son a la:
  • Discapacidad, deficiencia física o minusvalía que pueda sobrevenir como consecuencia de la evolución de la enfermedad
  • A la desfiguración corporal (Sarcoma de Kaposi; etc.)
  • Al rechazo y abandono social debido a la estigmatización del VIH como puede ser el abandono por parte de familiares, parejas o amigos debido al diagnóstico
  • A infectar a otras personas o a sufrir una reinfección
  • Los motivos de enojo y frustración más comunes suelen estar referidos a las:
  • Incertidumbres inherentes a la evolución de la infección
  • Déficits informativos, de asesoramiento y de atención social
  • Incierta eficacia de los tratamientos
  • Complejidad de los tratamientos (cantidad de pastillas; tiempo que se invierte en el mismo; etc.)
  • Calidad de los tratamientos y fármacos (según se le esté suministrando originales, genéricos o copias) 
  • Por el juicio social acerca del modo en que contrajo el virus
Estas reacciones suelen estar amalgamadas con un sentimiento variable de culpa debido a la relación que eventualmente pudo existir entre su comportamiento sexual o de consumo de drogas y el VIH. Sentimiento especialmente incrementado si la persona considera que propició el contagio o si teme haber puesto en riesgo o haber dañado a otra.

Se debe tener presente que el desarrollo del VIH tanto en su dimensión biológica como en la simbólica, produce un desarreglo general psicológico, emocional y fisiológico y es procesado en forma sui generis de acuerdo a los recursos afectivos, materiales y sociales de cada PVVS.

Es sabido y está aceptado científicamente que: los estresores psicológicos -como los casos de duelo, divorcio, las situaciones traumáticas y los estados depresivos- alteran el funcionamiento del sistema inmunológico. Entre otras pruebas que existen al respecto, vale subrayar que se han encontrado disminuciones en las cantidades de linfocitos en las personas infectadas por el VIH y que padecen depresión. Las implicaciones de la depresión en los pacientes infectados por el VIH/Sida son importantes. Se ha demostrado que los pacientes VIH positivos con síntomas depresivos tienen mayores probabilidades de no cumplir las pautas del tratamiento con fármacos antirretrovirales y de no seguir los consejos médicos.

La atención psicológica en los servicios de salud acoge a las PVVS proporcionando consejería y apoyo psicológico en el proceso de notificación de la enfermedad y de la aceptación de la condición de portador. De este modo, mediante la escucha, la comprensión e intervención se procura potenciar la calidad de vida de la PVVS minimizando consecuentemente sus riesgos físicos y emocionales propiciando además una actitud responsable en el manejo de la infección, de sus actos y decisiones. Quizás esta habilitación de un espacio de re-elaboración simbólica de la historia de vida desde una actitud comprensiva del drama existencial del otro.

Otro objetivo de vital importancia es el ayudar a sostener la adherencia al tratamiento médico-farmacológico en todas sus variantes, incluyendo el monitoreo regular de enfermedades oportunistas y el respeto por las recomendaciones terapéuticas. No olvidemos que la gestión de los antiretrovirales, sumado a las indicaciones de dieta y  demás cuidados de sí,  exige constancia y disciplina. Para el psicólogo se vuelve necesario la instrumentación de coordinaciones con los médicos tratantes (infectólogo, neurólogo, psiquiatra, dermatólogo, etc. el grupo como unidad de tratamiento) propendiendo o instrumentando de ser posible un trabajo en equipo. Cada etapa exige encuadres y aproximaciones diferentes y requiere conocimientos específicos del psicólogo sobre esta patología y las variaciones periódicas en el modo científico de entenderla y tratarla. Es decir que a diferencia de otros ámbitos de intervención clínica requiere de una actualización permanente y del desarrollo coordinado y complementario de trabajo en todos los niveles de atención.

Otros dos  niveles importantes de intervención son la evaluación cognitiva del paciente y un monitoreo constante tendiente a determinar si hay algún nivel de deterioro intelectual ocasionado por la infección y consecuentemente cuando se observa este hecho diseñar alguna estrategia compensatoria de tratamiento y rehabilitación.

Muy frecuentemente en algún momento del proceso suele aparecer en forma latente o manifiesta la demanda de una intervención familiar que contemple a los miembros más significativos de la familia nuclear o extensa del paciente. Pasando a  intervenir sobre la textura vincular del grupo familiar, sus dinámicas, sus procesos de comunicación y aprendizaje, sus emergentes y los ínter-juegos de asignación y asunción de roles.


Bibliografía:
www.itinerario.psico.edu.uy/revista
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lunes, 27 de marzo de 2017

Depresión: Descripción General

En medicina y en psicología hablamos de depresión cuando hay un trastorno mental, cuando  ya la tristeza no es normal si no  patológica. La tristeza pasa a ser depresión cuando se experimentan cambios cognitivos,  somáticos, conductuales, afectivos y sociales que duran varias semanas, meses o años.
  1. Cambios cognitivos: pensamientos persistentemente  negativos (pesimismo, muerte, minusvalía, hipocondriasis) hipomnesia,  hipoprosexia y dificultad para orientarse en el tiempo. Indeciso. Ideas suicidas.
  2. Cambios somáticos u orgánicos: hiporexia (falta de apetito),  insomnio, disminución del deseo sexual, dolores musculares (cuello, cabeza, espalda, miembros, etc.), molestias digestivas (epigastralgia, estreñimiento, dolor abdominal),  opresión torácica, manos frías, palidez, ojeras (coloración oscura del párpado inferior), pérdida de peso, etc.
  3. Cambios conductuales: adinamia, hipobulia, falta de iniciativa, cansancio, lentitud. Puede llegar a la inacción.
  4. Cambios afectivos: bajo estado de ánimo, tristeza,  anhedonia,  sentimientos  de soledad, de vacío,  de incapacidad, de infelicidad, de sufrimiento. También es frecuente la ansiedad y la irritabilidad.
  5. Cambios sociales: pierde interés en las reuniones sociales, se  aísla, no desea comunicarse,  lo notan callado, ensimismado.
Síntomas y Signos
  • Sentimiento prolongado de tristeza, desesperanza, aburrimiento, inutilidad, y/o irritabilidad
  • Sentimientos de infravaloración. El paciente se siente con menor valor del real.
  • Anhedonia: no siente placer  por  las cosas que que antes disfrutaba
  • Generalmente hiporexia  o anorexia. En algunos casos puede haber polifagia.
  • Pérdida de peso.
  • Disminución o abolición del deseo sexual o libido.
  • Frecuente ansiedad  y/o irritabilidad
  • Piensa que su vida no tiene sentido y muchas veces desea desaparecer o tiene ideas suicidas.
  • Hipocondriasis: cree que tiene enfermedades físicas graves.
  • No tiene planes para el futuro, está pesimista. Cree que nadie puede ayudarlo.
  • Aislamiento social.
  • Está muy sensible y siente deseos de llorar con frecuencia.
  • Insomnio.
  • Hipoprosexia, hipobulia, hipomnesia: tiene que hacer esfuerzos para realizar sus tareas rutinarias.
  • Ideas de minusvalía. En cuadros psicóticos delirio nihilista.
  • Sensación de cansancio y falta de fuerzas.
  • Dolores musculares y/o articulares en espalda, nuca y/o cabeza.
  • Molestias digestivas: epigastralgia, estreñimiento, dolor abdominal, meteorismos.
  • Los síntomas, frecuentemente,  siguen un ritmo circadiano. Empeoran por la mañana o por la noche.
 Clasificación

Según la gravedad, una depresión puede ser: Leve, moderada o grave. 

Una distinción fundamental es la establecida entre la depresión en personas con y sin antecedentes de episodios maníacos. Ambos tipos de depresión pueden ser crónicos y recidivantes, especialmente cuando no se tratan.

A. Leve: grosso modo,  un trastorno depresivo es leve cuando los síntomas no son tan intensos y la persona puede realizar sus labores habituales sin mucha dificultad.
B. Moderado: los síntomas y signos son más intensos, de manera que él o la  paciente debe hacer un esfuerzo mental  para realizar sus labores habituales y siente  que ya no le son tan gratas como antes, además tiene menos interés por sus entretenimientos. Pero no está totalmente inactivo.
C. Grave: los síntomas son tan intensos que no le permiten realizar casi ninguna labor, no obtiene placer alguno por nada, no tiene voluntad ni energía para arreglarse, asearse, comer. Tiene deseos  de muerte permanente o delirios nihilistas y/o alucinaciones auditivas  (en este caso se dice que tiene una depresión psicótica). En ocasiones puede llegar a un estado catatónico con riesgo de muerte.

1.- Trastorno depresivo mayor: La edad promedio de inicio es la tercera década de la vida, se instaura en días o semanas y termina también en días o semanas.
2.- Trastorno afectivo bipolar: este tipo de depresión consiste característicamente en episodios maníacos y depresivos separados por intervalos con un estado de ánimo normal. Los episodios maníacos cursan con estado de ánimo elevado o irritable, hiperactividad, logorrea, autoestima excesiva y disminución de la necesidad de dormir.
3.- Trastorno distímico: Se caracteriza por un estado de ánimo depresivo de muy larga evolución (2 años o más) con intervalos libres de síntomas de pocos días o semanas, con muchas de las características de un trastornos depresivo mayor pero menos intensos, más duradero  y con menos síntomas somáticos. Tiene un inicio insidioso lento, progresivo
4.- Trastorno depresivo debido a enfermedad médica:Muchas enfermedades médicas pueden causar alteraciones del humor  como:
  • Enfermedades  neurológicas degenerativas: Parkinson, Demencia y Corea de Huntington.
  • Enfermedades vásculo-cerebrales
  • Enfermedades metabólicas:
  • Enfermedades carenciales
  • Enfermedades endocrinas: hipotiroidismo, hipoparatiroidismo, Cushin
  • Infecciones víricas: heptitis, VIH,  mononucleosis, etc
  • Tumores malignos
5.- Trastorno depresivo debido a uso de sustancias:
Los trastornos depresivos pueden asociarse a consumo de sustancias, entre ellas: opiáceos, sedantes hipnóticos, reserpina y asteroides. También la abstinencia de ciertas sustancias como: alcohol, cocaína, benzodiazepinas, anfetaminas, morfina y similares.

Tratamiento

Una vez diagnosticada la depresión, el paciente debe iniciar el tratamiento, siendo en casi todos los casos una acción combinada de terapia farmacológica con apoyo psicológico. 

Nota: Antes de iniciar un tratamiento, farmacológico y/o psicoterapia, es importante averiguar si existen acontecimientos vitales estresantes (situación de pérdida real o  mal interpretada por el paciente)  y evaluar si estamos ante una respuesta  normal (tristeza normal) o si se trata un trastorno depresivo, consumo de sustancias, fármacos o enfermedad médica.

A los  pacientes con trastorno bipolar, depresión u otra enfermedad psiquiátrica previas de larga evolución, se tratan como casos crónicos.

Si no existe historia psiquiátrica previa se evalúa el grado de interferencia con su funcionamiento social, laboral o académico y si la intensidad del cuadro es leve no se prescriben fármacos, se hace un seguimiento frecuente para observar si el cuadro cede espontáneamente.

En los cuadros con síntomas persistentes o severos se indica psicoterapia,  fármacos, Terapia Electroconvulsiva (TEC) y Estimulación Magnética Transcraneal (EMTr). En estos casos la detección temprana y tratamiento precoz, disminuye la gravedad y las complicaciones.

Los profesionales sanitarios deben tener presentes los posibles efectos adversos de los antidepresivos, las posibilidades de llevar a cabo uno u otro tipo de intervención (por disponibilidad de conocimientos técnicos o del tratamiento en cuestión) y las preferencias individuales.

Las técnicas psicoterapéuticas más efectivas son:

1.- Terapia cognitivo-conductual: relajación muscular, entrenamiento respiratorio, ejercicio físico diario progresivo. 
Los fármacos más efectivos son:
  • I S R S: Paroxetina, Sertralina, Fluoxetina, escitaloprán.
  • Tricíclicos: Imipramina, Clorimipramina.
  • Benzodiazepinas: Alprazolán, Clonazepán, Lorazepán.
En pacientes con Trastorno Bipolar se deben usar con cautela los medicamentos antidepresivos, ya que pueden precipitar un episodio maníaco, en cuyo caso se recomienda usar  un estabilizador del humor.

2.- Estabilizadores del humor: la  lamotrigina es el estabilizador del humor más recomendado cuando existe un episodio depresivo en un paciente con trastorno bipolar. 
Si hay síntomas psicóticos como ideas delirantes o alucinaciones,  se debe usar antipsicóticos (haloperidol, olanzapina, risperidona o clozapina).

3.- TEC: La terapia electro-convulsiva está indicada cuando hay:
  • Serio riesgo suicida
  • Cuadro catatónico
  • Síntomas psicóticos
  • Depresión en una embarazada.
  • Episodio mixto (síntomas maníacos sobrepuestos a los síntomas depresivos)
  • Depresión grave que no cede con fármacos.
Respuesta favorable previa al TEC. Es decir, si un  paciente ha sido tratado previamente con  TEC y su respuesta fue favorable, se prefiere este tratamiento.

4.- EMTr: La estimulación magnética transcraneal  es un tratamiento reciente que ha mostrado efectividad  en las depresiones moderadas,  en las embarazadas (para evitar el uso de fármacos) y en las personas que no desean recibir medicamentos, por los efectos indeseables de estos. 

Se debe referir a psiquiatría y/o al psicólogo clínico cuando:
  • Existe riesgo suicida
  • Tiene síntomas psicóticos
  • Existe una discapacidad importante
  • Depresión moderada o grave
  • Se sospecha de un trastorno bipolar
  • Requiere de psicoterapia específica
  • Existe un trastorno de personalidad
  • El médico no está capacitado para tratarlo
  • Paciente embarazada con cuadro depresivo.

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lunes, 20 de marzo de 2017

Ansiedad Infantil

Los trastornos de ansiedad no son exclusivos de los adultos. También están presentes en los niños y de hecho, son uno de los diagnósticos más comunes en la infancia y la adolescencia.
En la infancia un estado ansioso puede ser un mecanismo de defensa para afrontar problemas que el niño no sabe solucionar. Lo importante es prevenir que este trastorno se apodere, y al ser reconocido con tiempo, es posible evitar su evolución y empeoramiento.

Los niños que padecen TA experimentan importantes problemas relacionados con el fracaso escolar, la baja autoestima, la soledad y también, la salud física. Además, la ansiedad se asocia a un mayor riesgo de padecer trastornos en etapas posteriores de la vida, ya sean otros trastornos de ansiedad o bien depresión mayor o abuso de sustancias, entre los más comunes. Los niños no tratados tienen un mayor riesgo.

El TA a menudo se presentan con otros trastornos como la depresión, trastornos de la alimentación y el trastorno de atención con hiperactividad. Con el tratamiento y apoyo suficientes, su hijo aprenderá a gestionar con éxito los síntomas de un trastorno de ansiedad y vivir una infancia normal.

Clasificación y prevalencia

La tasa general de prevalencia de los trastornos de ansiedad durante la infancia es de un 18%, sin que se presente un mayor predominio en las niñas que en los niños. No es hasta la adolescencia, que las chicas alcanzan índices más altos que los chicos en este tipo de problemática, distribuyendo así los porcentajes de forma más semejante a los observados en la población adulta. Dentro del porcentaje citado, además, observamos que la ansiedad infantil se presenta de muy distintas formas. Se distingue entre los siguientes trastornos de ansiedad en la infancia:
  • Trastorno de ansiedad generalizada
  • Trastorno de ansiedad por separación
  • Trastornos fóbicos (Social. Escolar. Familiar)
  • Trastorno de pánico
  • Mutismo Selectivo
  • Trastorno obsesivo-compulsivo
  • Trastorno de estrés postraumático
  • Trastorno mixto de ansiedad y depresión
Tratamiento

Especificar que lo más importante de cualquier tratamiento, es su grado de adecuación a las particularidades de la persona a la que va destinado. En este caso, por tanto, es fundamental adaptar los procedimientos a la edad y características del niño. Se deben de tomar en cuenta los estresores ambientales, los factores de riesgos, la severidad, la disfunción que le ocasiona y la comorbilidad.

Para la intervención comúnmente se requiere de un equipo multidisciplinario conformado por el personal de salud: médicos generales o de otras especialidades, psicólogo clínico y psiquiatra. Entran en la detección del padecimiento los maestros, enfermeras y trabajo social. Se hace intervenciones psicosociales, psicoeducativas y psicoterapéuticas. La intervención farmacológica se hará dependiendo el cuadro y severidad por el psiquiatra.

Cualquier tratamiento tiene mayores y mejores resultados en los niños, cuando los padres y/o profesores colaboran para lograr los objetivos propuestos. Quizás los padres requieran terapia individual y ó familiar, y para el manejo conductual y afectivo del niño. La detección e intervención precoces pueden reducir la gravedad de los síntomas, estimular el crecimiento y el desarrollo normal y mejorar la calidad de vida de los niños con TA.

Las técnicas utilizadas para el abordaje de los trastornos de ansiedad en la infancia, son muy parecidas a las que se aplican en la población adulta.

Técnicas psicológicas sugeridas que se utilizan más frecuentemente y que han probado su efectividad (total o parcial) en los estudios experimentales llevados a cabo hasta la fecha:
  • Técnicas de exposición
  • Exposición en imaginación
  • Exposición in vivo con prevención de respuesta
  • Relajación
  • Práctica reforzada
  • Escenificaciones emotivas
  • Técnicas cognitivas
  • Auto-instrucciones
  • Terapia racional emotiva
  • Tratamientos psicofarmacológicos
Los trastornos de ansiedad pueden ser tratados eficazmente mediante una evaluación integral del niño y la familia. Los padres que advierten síntomas de ansiedad en sus hijos pueden ayudar procurando una evaluación y un tratamiento precoz. Generalmente, el tratamiento puede prevenir problemas futuros.

Curso o pronóstico

Depende del momento en que se le detecta, del tratamiento y de las condiciones ambientales del niño. Es muy frecuente que conforme transcurre el tiempo, el trastorno no tratado tiende a complicarse en severidad y comorbilidad. Factores que parecen predecir un peor diagnóstico son la edad de inicio más temprana, la larga duración de la enfermedad, la historia de hospitalizaciones previas, la presencia de rasgos de personalidad muy acentuados que son desadaptativos, la comorbilidad entre diferentes trastornos psiquiátricos, así como la severidad de los síntomas y la historia familiar positiva de TA.

Para nosotros los profesionales de la salud mental que tratamos TAI y otros trastornos infantiles se requiere seguir los aspectos, principios y pautas éticas, y de las consideraciones éticas en la relación del paciente y familia y el respeto de los derechos humanos del niño. 

jueves, 16 de marzo de 2017

Conócete a ti mismo

Es uno de los más famosos aforismos de la antigüedad griega de todos los tiempos. Significa que la principal necesidad de una persona para acceder a la sabiduría filosófica es el autoconocimiento.
Se encontraba inscrito, según diversos testimonios, en el templo de Apolo, sitio en la ciudad griega de Delfos, lugar de enorme valor mitológico: fue allí donde Apolo mató al monstruo Pitón, donde Zeus colocó el ónfalo, ombligo del mundo, y donde se encuentra el famoso oráculo de Delfos. En griego, la frase se escribe originalmente γνῶθι σαυτόν (gnóthi sautón), que traduce ‘conócete a ti mismo’. Por testimonio de un célebre viajero griego Pausanias, sabemos que la frase estaba inscrita en el pronaos del templo de Apolo.

“Conócete a ti mismo” es una frase que se refiere a la importancia del autoconocimiento para el ser humano.

Debido a que se encontraba inscrita en la entrada del tempo del dios Apolo, en Delfos, es interpretada como el saludo que el dios dirigía a los visitantes de su templo, deseándoles sabiduría. En esta frase se encuentran encerradas o sugeridas algunas de las preguntas más antiguas del pensamiento filosófico: quién soy, de dónde vengo, adónde voy, preguntas por medio de las cuales trata de comprenderse y definirse cada quien. Platón pone esta frase en boca de Sócrates en su diálogo con Alcibíades, un joven ignorante que aspira a la política. Con ella, trata de recordarle que, antes de ser gobernante y mandar sobre el pueblo, su primera tarea como hombre es gobernarse a sí mismo, y no lo conseguirá si antes no se conoce a sí mismo.

Conocerse a sí mismo supone el camino del perfeccionamiento, de hacerse mejor y adquirir conocimiento sobre la propia naturaleza y limitaciones, pues no podemos desarrollar nuestra naturaleza si no sabemos cuál es. De este modo, el autoconocimiento es un paso previo para la asunción de cualquier tarea o labor de importancia que conduzca a la gloria o a la sabiduría.

“Conócete a ti mismo”, entonces, es la obligación de cada individuo: comprenderse, aceptarse, estudiar la propia alma, que es el verdadero objeto de conocimiento de una persona, pues solo así el individuo podrá orientar su propia vida y sus acciones de acuerdo con sus propósitos e intereses.

Otra forma de leer esta frase es considerando el autoconocimiento como un paso fundamental para acceder al conocimiento, a la verdad de las cosas, para alcanzar en la sabiduría el nivel de lo divino, lo profético y lo oracular. La frase, entonces, previene al hombre en relación con el camino cierto de la sabiduría: primero deberás conocerte a ti mismo, para a continuación acceder a grados mayores, más complejos y oscuros, de conocimiento.

Otra interpretación posible de esta frase es la que se hace desde la psicología y la literatura de autoayuda, que entiende que es fundamental que, como personas, seamos capaces de comprendernos, de conocer nuestros sentimientos y entender las razones que nos mueven para no dejarnos arrastrar por otros deseos o pretensiones. En este sentido, es una frase fundamental en la inteligencia emocional.

El aforismo ha sido atribuido a varios sabios griegos antiguos: Heraclito, Quilón de Esparta, Tales de Mileto, Sócrates, Pitágoras, Solón de Atenas. Otras fuentes lo atribuyen a Femonoe, una poetisa griega mítica. En una discusión acerca de la moderación y el autoconocimiento, el poeta romano Juvenal, cita la frase en griego y declara que el precepto desciende "de cælo" (del cielo).

Parece que el origen del adagio se remonta a escritos antiguos de Heraclio, Esquilo, Herodoto y Píndaro; y surge como una invitación a reconocerse mortal y no dios. Sócrates lo eleva a un nivel filosófico como un examen moral de uno mismo ante Dios. Platón lo orienta hacia la verdadera sabiduría en un fantástico sistema de pensamiento.

La sabiduría del conocerse a sí mismo la evoca San Agustín quien le expresa a Dios que el fin de la vida es “conocerte y conocerme”. El hombre se conoce cuando va al fondo de sí mismo y ahí encuentra la imagen de Dios. Por esta senda marcharán muchos medievales en este espíritu humanista de pensar…

En la actualidad cotidiana, en nuestra hiperactiva cultura, poco dada a la reflexión y a la tranquilidad de espíritu,  la máxima griega inspira los numerosos libros de autoayuda que buscan la autoconciencia o en la aceptación de la identidad de sí mismo.


Red

domingo, 12 de marzo de 2017

Joseph Metheny "El Hamburguesero"

Advierto de la extrema dureza de algunas de las declaraciones que pueden leerse en este artículo, Si no está seguro, pulse el botón de atrás de su navegador, ya que  puede "herir susceptibilidades".

Nombre: Joe Roy Metheny
Sobrenombre: "El Hamburguesero", "El Asesino Canibal"
Fecha de nacimiento: 1955
Lugar de los asesinatos: Baltimore, Maryland
País: Estados Unidos
Fecha de los asesinatos: 1976-1995
No. de Víctimas: 4-+10 asesinatos
Tipo de víctimas: Mujeres y 3 Hombres.
Tipo de Asesino: Carnicero, Caníbal, descuartizador.
Modus Operandi: Se acercaba a sus víctimas en bares o debajo de puentes, la mayoría mujeres alcohólicas, prostitutas. Luego las estrangulaba, mutilaba y en ocasiones utilizó la carne para mezclarla con carne de cerdo y preparar hamburguesas que comercializaba.
Captura y condena: Arrestado el 15 de diciembre de 1996.
Informe final: Sentenciado a muerte el 13 de noviembre de 1998, revocada el 24 de julio de 2000. Esta en cadena perpetua. 

“An invitation to die and all the faces, mopeds can’t collide. It’s fascination and it will eat you alive”

Joe Metheny, hombre con obesidad mórbida, una sonrisa degenerada y ojos vacíos que parecían no tener culpa. Le dieron el apodo de “Asesino Caníbalporque durante sus asesinatos en serie, abrió un puesto de hamburguesas a cielo abierto y en ese lugar el vendería carne humana mezclada con puerco. Según se encontraron cabellos, uñas, incluso dientes. Enviaron agentes a revisar el lugar y encontraron una carnicería, cuerpos destazados, cortados, molidos. Dijo que veía a sus víctimas como una fuente carne más que como personas reales.

“Abrí un pequeño puesto de carne. Tenía carne asada y sandwiches de puerco. Eran muy buenos. El cuerpo humano sabe muy parecido al cerdo. Si lo mezclas, nadie puede notar la diferencia”

La mente del asesino era claramente inestable y al momento de su arresto confesó que había matado a otras cinco personas. ¿A qué se debía su furia imparable? Según el hombre rosado “redneck” con barba y acento rural, todo fue porque su mujer se fue de la casa con su hijo de 2 años a otra ciudad. Luego de 6 meses, un amigo de la ex pareja le comentó que su esposa se encontraba sin hogar, trabajando con unos vagabundos preparando crack de un puente al sur de la ciudad. Lleno de ira, Joseph viajó a la ciudad y se dirigió al lugar exacto, no encontró a su esposa pero sí a unos vagabundos que pensó que eran los que trabajaban con ella, y los asesinó a hachazos. Desesperado por conseguir información de su esposa, asesinó a 3 personas más, pronto fue arrestado pero fue liberado por falta de pruebas. 

“No estaban ahí. Pero los dos vagabundos hijos de perra se drogaron cuando estaban ahí. Estaban desmayados en un colchón apestoso y fue cuando me fui, pero ya estaban hechos pedazos”

Al ser liberado trajo a su remolque a 2 prostitutas, a las cuales asesino y corto sus cuerpos por diversión. Las prostitutas Cathy Ann Magaziner y Kimberly Spicer a su tráiler para luego apuñalarlas y estrangularlas hasta morir. Desmembró los cuerpos de las mujeres y guardó la carne para comerlas después. Su declaración no mostró ningún atisbo de culpa. Según Metheny, abrió un pequeño puesto de carne y comenzó a vender la comida humana junto con la de los animales.

Una noche de diciembre en 1996, cuando decidió invitar a una prostituta llamada Rita Kemper al sucio tráiler en el que vivía. No era la primera que entraba al lugar, pero sí la que pudo escapar. Gracias a su llamada la policía arrestó al presunto asesino y descubrió que él era el responsable de distintos asesinatos que se remontan a 1976, 20 años antes de su arresto.

Los detectives no sabían si Metheny estaba delirante o si de verdad había matado a su esposa con su amante o a otras tres personas. Su siguiente víctima, según él, fue otra prostituta a la que le pidió información sobre su esposa. “Actuó como si no supiera nada, así que la golpeé como un demonio y violé su culo, después la maté”. Acto seguido, bajó el puente y mató a otra mujer. Después se dio cuenta de que un hombre que pescaba lo miró; decidió tomar un tubo de metal y abrir su cabeza a golpes. La declaración de Metheny resaltaba el hecho de que le ató piedras a los cuerpos para aventarlos al río Patapsco.

Metheny tiene una mente enferma que lo llevó a asesinar a 3 mujeres y posiblemente a otras que no fueron descubiertas, pero más allá de eso, su desequilibrio es notable a través de sus declaraciones y de sus falsas confesiones que muestran un enojo y violencia atemorizante. Nadie comprendía si el asesino mentía por gusto o si su mente estaba tan desequilibrada que confesaba crímenes pasados.

“Mi ataque de asesinatos comenzó como venganza pero terminó como una pasión por la sangre y el sentido abrumador de poder que uno tiene al tomar la vida de otro”

Metheny se encuentra encerrado de por vida en la prisión luego de que le revocaran su sentencia a pena de muerte en el año 2000. Fue luego de su primer arresto que confesó haber asesinado al menos a 10 personas, pero solo se le pueden atribuir sin lugar a dudas las muertes de Kimberly Spicer, Toni Lynn Ingrassia, y Catherine Magaziner.

Los asesinatos fueron descritos por la policía como “brutales ataques sexuales que parecen indicar una agresión psicótica ante un determinado tipo de mujer”

Metheny hasta el día de hoy no ha tenido remordimientos por sus crímenes pero sí lamenta el hecho de no haber matado a su esposa cuando tuvo la oportunidad. 

martes, 7 de marzo de 2017

Agresión del Paciente: ¿Qué hacer?

Uno siempre escucha de agresiones de pacientes a otros, uno siempre supone qué paciente podría a uno agredir, uno siempre cree estar resguardado, precavido, dueño de la situación porque uno sabe intervención en crisis, tiene experiencia. Pero el día llega, y el golpe cae o la tentativa de que pase.
Bajo ninguna condición el paciente debe agredir a su médico, como tan penado es que el médico transgreda al paciente.

Deseo agregar que las agresiones de los pacientes son en extremo raras, se dan en muy contadas ocasiones, mayormente por gente vil, de bajos modales, que forma una reducidisima minoría de nuestros pacientes. Si el paciente ya viene con un historial médico psiquiátrico es necesario pedir que al acudir a su cita el px esté tomando la medicación y que no la haya suspendido, si toca px de primera vez y en tu entrevista /evaluación clínica, te das cuenta que el px debe estar tomando medicamentos para regular su conducta amablemente se le pide reinicie su tratamiento o tome otra re-valoración médica y ajuste de medicamento para consiguiente uno puede trabajar con él. Preferentemente a px con un dx de enfermedad mental (psicóticos) o explosivos se requiere la posibilidad de que asistan acompañados por un familiar si es posible.

También se puede demorar, o reagendar la sesión hasta que hagan efecto los antipsicóticos, sedantes, lo que requiera. Si estas laborando en un hospital, se debe proceder a inmovilizarlo, un colega que te ayude a evaluar la situación, y un par de enfermeros que logren reducir al agresor, de la manera más cuidadosa posible, claro está. Ver su posible ingreso, tenerlo en observación, enviarlo al psiquiátrico o sea ambulatorio…

La agresión, aunque suene paradójico, es un tema delicado y que requiere una consideración amplia y ponderada.

El escenario que se plantea es sin duda complejo, escuchar opiniones o consenso sobre la actuación del psicologo/psiquiatra ayudaría sobre todos a los psicólogos/psiquiatras en el área privada que es la más vulnerables de riesgos. Sin embargo, el consenso actual aceptado es que un paciente fuera del entorno clínico debe ser tratado como “una persona más”. Esto significa que una agresión del paciente debe responderse como si se tratara de un civil cualquiera: Por supuesto hay que abogar en: evitar el conflicto, apelar a la moral y apuntalarse en la autoridad pertinente.

La relación terapéutica no puede sostenerse si ésta pone en peligro la integridad física o moral de cualquiera de los involucrados.