sábado, 2 de enero de 2016

Sugerencias a Padres y Maestros para el TDAH

Siempre hacemos referencia a la importancia de que exista una relación fluida y positiva entre los padres de afectados por TDAH y el centro escolar al que acuden. Debemos pararnos a pensar en qué puntos radica la importancia de estas relaciones, qué tipos se pueden establecer, cuáles son las necesidades o los tipos de participación que existen.
Es obvio que el objetivo principal es el desarrollo integral y armónico de los niños, y eso debe ser una labor compartida entre la familia y el centro escolar, siendo el objetivo común que ambos ambientes tengan presentes como final a alcanzar a través del trabajo cooperativo.

La educación es un camino que se anda durante toda la vida; al principio es en la familia donde recae toda la responsabilidad, y a medida que los alumnos empiezan a participar en el proceso de escolarización, es la escuela la que empieza a compartir esta labor. Es indiscutible que son necesarias ambas partes para conseguir un pleno desarrollo del alumno, por ello la escuela debe conocer y aceptar la importancia que tiene que las familias formen parte de la dinámica escolar, existiendo una relación cordial entre ellos.

¿Qué pueden hacer los padres para ayudar al niño o adolescente con TDAH?

Confirmar el diagnóstico de TDAH por medio de profesionales de la salud (pediatras, psicólogos clínicos, psiquiatras infantiles, neuropediatras, neuropsicólogos) con experiencia y capacitación en este trastorno.
  • Buscar una evaluación profesional y un tratamiento personalizado. • Iniciar el tratamiento con profesionales que tengan adecuada formación en el TDAH.
  • Buscar información adecuada sobre el trastorno, práctica, realista y que se fundamente en datos científi cos. Podrá obtenerla de los profesionales que le atiendan o de las asociaciones de TDAH.
  • Implicar a los familiares más cercanos en la educación del TDAH.
  • Aprender a manejar las propias emociones negativas (enfado, culpa, amargura) y mantener una actitud positiva.
  • Procurar dar a su hijo un refuerzo positivo inmediato y frecuente.
  • Emplear recompensas duraderas y eficaces.
  • Utilizar la recompensa antes que el castigo.
  • Mejorar la autoestima del niño o del adolescente, utilizar mensajes positivos.
  • Hacer tangibles los pensamientos y la solución de problemas.
  • Simplificar las reglas de la casa o lugar donde se encuentren.
  • Ayudar a su hijo a hacer las cosas paso a paso.
  • Asegurarse de que sus instrucciones son comprendidas.
  • Enseñarle a ser organizado y fomentar sus habilidades sociales.
  • Ser indulgente.
Centrarse en los aspectos positivos para educar sobre la disciplina también puede:
  • Motivar al niño, puesto que se le muestran las consecuencias claras de la mejora de la conducta.
  • Ayudar a los padres/cuidadores y profesores a afrontar más eficazmente las situaciones estresantes.
  • Marcar mejor los límites entre buen y mal comportamiento.
  • Reducir la tensión en casa o en el aula.
  • Apoyar el uso de los sistemas de recompensa que ya se aplican para el buen comportamiento.
De la disciplina:

Ya sea en el colegio o en casa donde se plantee la necesidad de disciplina, puede ser útil determinar los pasos que han dado lugar al conflicto, la gestión eficaz y las ventajas de un sistema de recompensas:

1. No actuar en los momentos de ira. Esperar a que las emociones estén controladas para aplicar la disciplina.
2. Mantener la serenidad. Al hablar con calma es más probable que el niño preste atención y la mantenga.
3. Ser conciso. Al hablar demasiado, es posible que el niño “desconecte” y deje de escuchar. Escoger detenidamente unas pocas palabras para explicarse.
4. Explicar con claridad que el comportamiento en cuestión es inaceptable. El niño tiene que comprender claramente lo que ha hecho y por qué su comportamiento es inaceptable.
5. Decir lo que se espera del niño. Mantener el contacto visual y hablar con claridad y firmeza.
6. Pedir al niño que repita las expectativas que se le acaban de explicar. Al pedir al niño que exprese verbalmente cómo debería comportarse se refuerza la acción.
7. Explicar las consecuencias de no responder a las expectativas. Procurar que las consecuencias resulten lógicas y asegurarse de que el niño entienda todo lo que implican. Las consecuencias pueden incluir imponer restricciones a la libertad de movimientos del niño o ponerle más deberes para casa.
8. Explicar las recompensas que lleva implícito el cumplimiento de las expectativas. Reforzar el tipo de recompensa que el niño podría recibir si la conducta no se repite y se porta bien.
9. Tiempo muerto. Después de explicar el motivo del conflicto o la necesidad de disciplina, concluir la conversación o la actividad y dejar algún “tiempo muerto”. De este modo se puede ayudar al niño a que reflexione sobre los sentimientos o creencias que pueden haber contribuido a la situación.
10. Aplicar un sistema de recompensas. Si el niño no repite el comportamiento que hizo necesaria la disciplina, aplicar de inmediato el sistema de recompensas y explicar las razones para ello. Es importante que el niño entienda el porqué de la recompensa.
11. Castigar sólo la mala conducta, no castigar la personalidad del niño
12. No imponer castigos desproporcionados. Después de pasar por alto varias veces la mala conducta, no castigar al niño por todo en conjunto, sino sólo por el último mal comportamiento, de lo contrario el niño puede pensar que se le está tratando injustamente y reaccionará contra un castigo excesivo.

Motive su aprendizaje
  • Concéntrese en el esfuerzo, no en las calificaciones. Si el niño mejora, felicítele. Aunque no haya llegado al nivel exigido, está en el camino.
  • Cree en su hijo un hábito de estudio. Debe tener un lugar y un horario estable. Regule sus tiempos de trabajo con los de descanso. No disminuya sus exigencias de estudio o trabajo, adáptelas a las necesidades del niño.
  • Estimule sus habilidades naturales. Las actividades extraescolares deben adecuarse a sus habilidades para potenciar su autoestima.
  • Mantenga un contacto estrecho con el profesor de su hijo y fomente una relación positiva. Son un equipo con el mismo objetivo. Muéstrese comprensivo y colaborador con los profesores.
¿Cómo lograr que su hijo obedezca?
  • Simplifique las reglas de la casa o lugar donde se encuentre.
  • Ayude al niño a hacer las cosas paso a paso. Si le dice “recoge tu cuarto”, no sabrá a qué se refiere exactamente y se perderá en el camino. Mejor, dígale: “ve a tu habitación, coloca los juguetes en su caja, guarda la ropa en el armario y haz la cama”.
  • Asegúrese de que sus instrucciones son comprendidas. No le grite las cosas desde otra habitación. Mírele a los ojos a su altura, hable con voz clara y calmada, con oraciones cortas y simples. Pídale que lo repita en voz alta.
  • Utilice un sistema de puntos sencillo con las principales normas que quiere que cumpla y dele un punto o una ficha cada vez que lo realice. Pacte un premio con una cantidad de puntos y sea constante en esta técnica.
Enséñele a ser organizado
  • Utilice listas con normas que estén a la vista y sean llamativas.
  • Coloque horarios y calendarios en los lugares que frecuente su hijo.
  • Cree rutinas diarias. Un horario estable ayudará al niño a anticiparse a las actividades y podrá amoldarse a los cambios internamente.
  • Use alarmas y relojes grandes y sencillos por toda la casa.
  • Intente que haya un sitio fijo para cada cosa. Le ayudará si, en algunas cajas o lugares, coloca un cartel con la palabra o la imagen necesaria.
  • Regálele una agenda. Es una agenda para organizarse y recordar cosas positivas. Intente que, en esta agenda, no se reflejen aspectos negativos del niño.
  • Actuar como modelo de ejemplo es fundamental.
Fomente sus habilidades sociales
  • Observe a su hijo mientras juega con otros niños. Esto le ayudará a ver dónde falla y dónde tiene éxito.
  • Diseñe un sistema de señales para usar con su hijo en distintas situaciones sociales. A través de la señal le llamará la atención sobre un comportamiento inadecuado sin avergonzarle ante los demás.
  • Involucre a su hijo en actividades de grupo, siempre considerando sus intereses y habilidades. Las actividades fuera del colegio le ayudarán a no ser rechazado por una reputación negativa.
  • Implíquelo en una actividad deportiva de actuación individual (natación, baile, etc.)
  • Recuerde que usted es un ejemplo para su hijo. 
Lo que usted debe evitar  
  • No exponga a su hijo a situaciones demasiado competitivas.
  • No desanime al niño a establecer relaciones con amigos que sean un año o dos más pequeños.
  • No regañe ni reprima al niño cuando exprese dificultades para relacionarse con los demás. Si lo expresa de modo inadecuado, a través de palabras o gestos, escuche su frustración y dele alternativas de comunicación. Ayúdele a poner en palabras lo que siente.
El ocio compartido
  • Pase tiempo con su hijo entre semana y el fin de semana.
  • Trate de mantener un horario y acuérdelo con su hijo, aceptando sus sugerencias.
  • Planifique actividades culturales, educativas y en la naturaleza.
  • Deje que su hijo le ayude a cocinar. Involúcrele en la lista de la compra.
  • Tómese un “tiempo fuera”. Cuando su hijo esté muy inquieto y no pueda con él, lléveselo a dar un paseo.
  • Reserve un tiempo de calma para el final del día. Lean juntos o estén en la habitación con luz tenue, escuchando música tranquila y charlando.
¿Qué puede hacerse desde la escuela para ayudar al niño o adolescente con TDAH?
  • Lo primero que hay que recordar y tener muy en cuenta de los niños con TDAH: es muy distinto que no quieran a que no puedan.
  • Tiene que haber una relacion positiva entre el alumno y el profesor, sólo así será posible una notable mejoría académica y social del niño. El no tener la disposición para conseguir esto hace que automáticamente se vaya generando un círculo vicioso con continuos castigos, desmotivación, incomprensión, etc.
  • Necesitan más que ningún otro niño apoyos positivos, elogios y animos.
  • Las intervenciones que se lleven a cabo desde la escuela deben contemplar las siguientes estrategias:
  • Utilizar técnicas de modificación de conducta: reforzamiento positivo, sistemas de economía de fi chas, modelado, extinción, coste de respuesta, técnica del tiempo- fuera, sobrecorrección, etc.
  • Enseñar al niño o adolescente técnicas de entrenamiento en autocontrol, resolución de problemas, entrenamiento en habilidades sociales o técnicas de relajación.
  • Definir claramente y de forma conjunta con el niño o adolescente los objetivos a corto y largo plazo, tanto los que refieren a los contenidos curriculares como a su comportamiento en la escuela.
  • Adecuar el entorno y controlar el nivel de distractores en el aula, situando al niño o adolescente en un lugar donde pueda ser supervisado fácilmente y alejado de los estímulos que le puedan distraer.
  • Ajustar las tareas y expectativas a las características del niño o adolescente reduciendo o simplifi cando las instrucciones que se le dan para llevar a cabo las tareas, mediante instrucciones breves, simples y claras.
  • Adecuar las formas de evaluación, modificando la forma de administrar y evaluar las pruebas y exámenes.
  • Complementar, por parte del docente, las instrucciones orales con instrucciones y recordatorios visuales.
  • Ofrecer al niño o adolescente sistemas de ayuda para el control diario de sus tareas y el cumplimiento de trabajos a corto y largo plazo (control de la agenda, recordatorios, etc.).
  •  Procurar un adecuado nivel de motivación en el alumno ofreciendo retroalimentación frecuente sobre sus mejoras en el comportamiento y su esfuerzo.
Un ambiente adecuado para el aprendizaje
  • Siéntale en primera fila: Al estar más cerca de la pizarra y del profesor se distraerá menos y le será más fácil mantener la atención. Evita apartarle o aislarle en un rincón de la clase porque puede afectar negativamente a su autoestima y puede favorecer conflictos con sus compañeros.
  • Sentarlos entre niños con buen comportamiento.
  • Mejor que no trabaje solo. Mejor que trabaje en parejas porque en grupos suelen despistarse más.
  • Haganle participar en clase, sobre todo cuando levanta la mano. Para ellos es más importante que para los demás que alguien les preste atención, cuando levantan la mano sólo quieren que sepan que han trabajado, que han estudiado. Les gusta que se lo reconozcan. No se olviden de reforzar la conducta del niño porque se está portando como debe, es más, para llegar a portarse como se debe él está haciendo un mayor esfuerzo.
  • Evita ponerle en evidencia: Procura no hacer diferencias entre estudiantes con TDAH y sin él, puesto que esto podría causar rechazo por parte de los compañeros. Por supuesto, evita siempre usar el sarcasmo o la crítica.
  • Si se lo observa distraído atraer su atención en forma sutil evitando la exposición frente a sus compañeros.
  • Muestren interés cuando está trabajando correctamente en su mesa. Acérquense a su sitio, obsérvenle y anímenle a que siga trabajando.
  • El contacto visual es importante para captar su atención: para hablar con el niño/a, hay que acercarse a él/ella y mirarlo/a a los ojos.
  • Dar las instrucciones claras y sencillas  y pedirle que las repita.
  • Dividirle las tareas extensas y enumerarle los pasos a seguir para su realización.
  • Acostumbrarlo a que revise sus trabajos y exámenes para corregir los errores antes de entregarlos.
  • Establecer rutinas, horarios. Ayudarlo a planificar el tiempo, usando calendarios, agendas.
  • Si las instrucciones que damos siempre son verbales, se distraerán más fácilmente: combine con instrucciones visuales y auditivas ayudará a captar su atención. Utiliza materiales audiovisuales. El empleo de medios diferentes (vídeo, proyector, audio…) facilita que los alumnos en general, y especialmente los que tienen TDAH presten más atención. Puedes combinarlo con trabajos en grupo para incentivar el compañerismo.
  • Control de la agenda: Este control debes realizarlo a diario, para asegurarte de que han apuntado todas las tareas, y también que han metido en su mochila todos los materiales necesarios para realizarlas. En el caso de adolescentes, hay que realizar este control de una forma más sutil, para no dañar su autoestima.
  • Reforzar los comportamientos positivos en clase, decirles que lo están haciendo bien, repetírselo.  Si se dan premios hay que hacerlo al momento. Para que el refuerzo de una conducta sea efectivo, es importante que tanto premios como castigos sean justo después de las conductas que queremos cambiar. Reforzar o castigar una conducta al día siguiente, ¡no sirve de nada!
  • Reforzar positivamente aquellas conductas deseadas, más que castigar las no deseadas. Establecer contratos de comportamiento positivo incluyendo conductas que estén a su alcance.
  • Valorar sus logros.
  • Comprueba el rendimiento: Debes estar pendiente del comportamiento de los alumnos para detectar posibles muestras de frustración. Proporciona más explicaciones a estos alumnos para que comprendan el contenido de la lección y sean capaces de realizar las tareas y resolver los problemas.
  • Facilita que corrijan sus propios errores: Explica en cada tarea cómo identificar y corregir los errores, y proporciona un tiempo razonable para que puedan revisar su trabajo. Recuérdales elementos especialmente complicados o excepciones que deben tener en cuenta.
  • No retener en el mismo grado: Cuando se les retiene los niños se vuelven más agresivos y las niñas más depresivas.
  • Centrarse durante las 2 primeras semanas del curso en el comportamiento más que en la materia que se va a dar.
  • No limites el tiempo de los exámenes: Los exámenes con tiempo limitado pueden perjudicar notablemente a los niños con TDAH, debido a la presión del examen y del tiempo, es posible que no lo puedan completar satisfactoriamente. Puede ser de gran ayuda que permitas que los niños con TDAH dispongan de más tiempo o puedes facilitar para ellos otro formato de evaluación, a través del cual les resulte más sencillo demostrar su conocimiento.
  • Estar pendiente de los momentos brillantes, porque estos niños tienen mucho más talento y capacidad de lo que aparentan. Están llenos de creatividad, acción y espontaneidad.
  • Mayor libertad de movimientos, ejercicio físico, más descansos, clases más interactivas. Cuanto más se puedan mover, mejor aprenderán. Permitir cierta libertad de movimientos, con rupturas de ritmo, actividades dirigidas a un cierto cambio de postura, o mediante pequeñas tareas o responsabilidades, facilita una descarga física adaptativa y evita otros movimientos más disruptivos: ej. pedirle que vaya a por material, que borre la pizarra, etc.
  • Ordenar el pupitre: Reserva 5 minutos al día para que los alumnos organicen sus pupitres y mochilas, para que tengan los materiales necesarios a mano, y sea más fácil pasar de una asignatura a otra, evitando distracciones.
  • Planificar las asignaturas que necesitan más concentración hacia las primeras horas de la mañana, cuando la capacidad atencional es mejor y alternar asignaturas fáciles y difíciles
  • Involucrarlo activamente durante las exposiciones para evitar que se distraiga.
  • Más que modificaciones en el aula, lo que se pide a los profesores son segundos en cada una de sus asignaturas, el tiempo necesario para supervisar, repetir, recordar, prevenir, animar, incentivar, premiar, aprobar, alimentar.
  • "Mirar a los ojos, y estimular" Cualquier niño que esté motivado tiene ganas de aprender, y esto sirve para todos los niños, tengan o no DAH.
Hay que identificar y adelantarse a las situaciones que puedan ser un problema. Enseñar al niño a identificar sus síntomas.


Compilador

domingo, 27 de diciembre de 2015

Perder a tu Bebé: Dar a Luz a un Niño sin Vida

Cuando pierdes a tu bebé, es un golpe muy fuerte no sólo para tu cuerpo sino también para tu mente. Tus sueños de ser madre y de tener pronto a tu bebé entre tus brazos se desmoronan de un momento a otro. ¿Cómo puedes superar este momento? Empieza por comprender los cambios emocionales que vas a enfrentar, eso te ayudará a sobrellevarlos mejor.
"Cuando un padre se presenta ante la muerte de un hijo, es un dolor inexplicable. Al principio no vemos salida y tampoco discernimos lo que ha sucedido, el camino del día a día es duro y es una lucha constante"

Querida amiga es normal que estés triste por haber perdido a tu bebé. Tu cuerpo y tu mente se estaban preparando para ser mamá, y te cuesta retomar tu vida como antes. Aunque no vayas a ser mamá en este momento, tú ya no eres la misma. Ese embarazo que no terminó con éxito te cambiará la visión de la vida.

Date tiempo para comprender lo que ha pasado y sanarte, tanto física como mentalmente. Después de esta pérdida de tu embarazo, tus sentimientos estarán confundidos por un tiempo.

Al principio empezarás por negarlo todo y te costará entenderlo. Es difícil hacerte a la idea de que ya no hay un bebé creciendo en tu vientre. Y mientras más avanzado haya sido el embarazo, más fuerte será el impacto para ti y más tiempo necesitarás para recuperarte. Pero poco a poco lo irás comprendiendo.

Cuando finalmente te das cuenta de la pérdida de tu embarazo, tu mente tendrá muchas maneras de enfrentarla. Puedes sentir rabia contigo, con tu pareja, con el doctor o institución, con todos, con Dios. Puedes hasta cuestionar tu fe y pensar que es una injusticia o un castigo. También puedes sentir culpa, pensando que no te cuidaste lo suficiente, que pudiste hacerle daño a tu bebé sin querer o que no estás tan sana como pensabas.

Al dolor familiar se suma el desconocimiento de las causas en muchos casos: La relación de pareja puede verse afectada porque se ha dañado la ilusión y el proyecto vital familiar. Muchas parejas lamentan la falta de atención especializada en los hospitales. Trámites burocráticos como la autopsia o el registro civil agravan el dolor. "Perder a un hijo te obliga a tomar decisiones muy duras en muy poco tiempo".

Tal vez te sirva saber que perder un bebé es muy común. Según datos casi el 50% de los embarazos se interrumpen antes de tiempo. Lo que pasa es que muchas mujeres ni siquiera sabían que estaban embarazadas. Y después de saberlo, todavía el 15% de las mujeres pierde a su bebé antes de las 20 semanas. Como ves, no eres la primera y tampoco serás la última.

La Organización Mundial de la Salud calcula que se producen más de 3,2 millones de nacimientos de bebés sin vida en todo el mundo, el 98% de ellos en países en desarrollo. A pesar de que existen diferentes definiciones, este organismo los define como el alumbramiento de bebés muertos por encima de los 500 gramos de peso o superada la semana 22 de gestación.

Sin embargo, aunque le pase a muchas mujeres, tus sentimientos e ilusiones también cuentan y es normal que sientas dolor y pena y que hasta llegues a sentirte deprimida por haber perdido a tu bebé. Para eso, busca maneras de dejar salir tu tristeza.

La recuperación física de la madre no es muy diferente de la de cualquier alumbramiento "les duele tanto el alma que se quejan poco de los dolores del cuerpo". Por eso, algunos padres recurren a los grupos de duelo o a psicólogos especializados "aunque lo normal es que pasado el duelo, durante un año aproximadamente, se recuperen y no desarrollen ninguna patología que requiera tratamiento".

Los tiempos a solas pueden servir para hacer el duelo, o puedes buscar la compañía de tu pareja, tu familia o tus amigos. Ellos quieren ayudarte, especialmente tu pareja quien también se está reponiendo (finalmente él también iba a ser padre), pero probablemente no saben qué hacer. Diles qué necesitas, así sea una compañía silenciosa, una conversación de desahogo o un abrazo. No temas pedirlo, son caricias milagrosas para el alma.

Así, poco a poco, llegarás a la aceptación, un paso importante para continuar con tu vida. Pero ten en cuenta que aceptar no significa necesariamente olvidar. Probablemente el recuerdo de tu bebé esperado volverá de vez en cuando a tu mente. Es normal que suceda, siempre y cuando esos pensamientos no te estanquen.

El duelo, no se cura, se asimila la pérdida. Nunca vas a poder olvidar a ese hijo que ha fallecido, pero si aprender a convivir con la tristeza. Es un mito quien dice que “mientras más joven el bebé, menos intenso es el dolor que debes sentir”. No hay mejor tiempo, ni menos dolor. Perder un hijo es una tragedia terrible cuando ésta pase. Se trata fundamentalmente de que los padres conecten con la vida y se pregunten ¿qué es lo que tengo que hacer? Si se contestan esas preguntas, están conectando con el verbo acción. Pero si esta sintomatología persiste con el tiempo, y sobre todo por su intensidad y magnitud impiden a estas personas llevar una vida con normalidad, cuando aparecen los casos de irritabilidad, enfado, culpa, los problemas en las relaciones de pareja, en el trabajo, la adopción de conductas de riesgo o se presentan síntomas depresivos, de ansiedad etc. Cuando aparecen manifestaciones que llaman la atención. Por ejemplo: “parece como si no le afectara”, “lo elaboró demasiado rápido”, “ni lo/a nombra”, etc. Si no puedes llevar tu vida cotidiana con normalidad, lo mejor sería pedir ayuda a un profesional que te ayude a elaborar el duelo y a seguir con tu vida.

El dolor nunca se va por completo. Sin embargo, eventualmente, aprendemos las habilidades necesarias que nos ayudan a sobrellevar la pérdida y el dolor. El luto y el dolor implican mucho trabajo. Es físicamente extenuante y mentalmente agotante. Pero hay que comparar el dolor con un préstamo. Debemos pagar el préstamo algún día. Entre más tardemos en hacerlo, más altos serán los intereses y las multas. Acepta y abraza la profundidad de tu dolor como la reacción normal de la experiencia más difícil que una persona puede vivir.

Para ayudar a quien está atravesando un proceso de duelo, la idea sería poder ponerse a disposición de quien lo protagoniza y acompañarlo según sus necesidades y condiciones.

Algunas personas necesitan conversar acerca de lo sucedido, otras no pueden hacerlo hasta que no haya avanzado en las etapas del duelo. Hay quienes necesitan compañía permanente y quienes lo viven como un camino solitario. Es necesario respetar la singularidad de cada uno para poder acompañar y ayudar de verdad. “a veces la muerte de un hijo es el evento más solitario y más aislante en la vida de una persona”.

La mayoría de las mujeres que pierden a su bebé, después logran tener embarazos exitosos. Habla con tu médico sobre tus posibilidades. Puede que éste no sea el momento, pero es muy probable que puedas ser madre en el futuro.

Lo ideal sería recibir la ayuda psicológica 'in situ', inmediatamente después de conocer la noticia "el momento más duro de todo el proceso". Darles la noticia con tacto, dejarles despedirse del cadáver en el paritorio, acelerar los trámites de la autopsia o entregarles los resultados en mano, son algunas de las cuestiones de la burocracia hospitalaria que podrían aliviar el dolor en estas ocasiones. "No recibir una buena atención te hace más daño".

Cuando la ecografía confirma que no existe latido fetal, es necesario provocar el parto sin esperar mucho tiempo para evitar complicaciones a la madre "el feto muerto puede liberar sustancias inflamatorias y existe riesgo de infección o de alteraciones en la coagulación"Así que, aunque inducido en el 98% de los casos, suele tratarse de un parto vaginal normal, con epidural, contracciones y dolor físico y psicológico.

Recuerda tú derecho de padre a ver a tu hijo y tener unos minutos de soledad para despedirte de él, muchas familias arrastran la pena de no haber podido despedirse del bebé.

Es verdad que el segundo embarazo ayuda a todas las mujeres que han pasado por esto a seguir adelante, al pensar en la ilusión de un nuevo bebé, te ayudará a salir adelante después de ésta pérdida de tu embarazo y sanará tu cuerpo y tu mente hasta que llegue el momento nuevamente. Solo se cautelosa al aventurarte en un embarazo para el que no estés preparada demasiado pronto después de la muerte de tu amado hijo.

Permite que los momentos de tranquilidad te acerquen más al amor a tu hijo y la aceptación, descubre los regalos de su paso por tu vida que te ha dejado.

Algunas sugerencias de ayuda:
  • NO cronificar el sufrimiento
  • Atención a la pareja inmediata
  • No descuidar a los otros hijos (En el caso de tener más hijos). Es importante el trato del caso a los hermanos según su edad.
  • La pareja y los hermanos también lloran (familia).
  • Ver al niño después del parto les da la oportunidad de despedirse de él y suele ser un motivo de alivio para las familias.
  • Algunas parejas encuentran ayuda en la posibilidad de ponerle nombre a su hijo, aunque legalmente sólo podrán inscribirlo en el registro civil si el bebé ha sobrevivido 24 horas al parto. Muchas de ellas tienen que hacer frente a la dolorosa terminología legal en el certificado de defunción que menciona al bebé como 'feto de...' si no ha transcurrido ese tiempo.
  • Es necesario expresar lo que se siente. El dolor es normal y no hay nada malo en ello, aunque a veces la presión familiar les lleva a callar.
  • Cada persona vive su propio proceso de duelo y encuentra formas diferentes para expresarlo; si siente que lo necesita, busque ayuda psicológica especializada. El tiempo de recuperación también varía en cada caso.
  • También en estos partos la madre tiene derecho a la baja por maternidad que, según recoge la Seguridad Social, pueden disfrutar "todos los alumbramientos que tengan lugar tras más de 180 días de vida fetal, con independencia de que el feto nazca vivo o muerto".
  • Hacerle la autopsia al niño puede determinar las causas de la muerte (aunque no en todos los casos) y mejorar el control de futuros embarazos. Después de la necropsia, la familia tiene derecho a disponer del cuerpo y enterrarlo o incinerarlo como desee (en algunos centros también existe la posibilidad de que lo donen para investigación). Aunque, algunos centros les dan a escoger entre la autopsia o llevarse el cuerpo.

martes, 8 de diciembre de 2015

Perfil Psicológico del Secuestrador

Tratar de comprender el perfil psicológico de un secuestrador supone hacer abstracción momentánea de las razones y justificaciones que el plagiario tiene para explicar su conducta. Los secuestradores dan cuenta de su comportamiento aduciendo razones políticas, venganzas y por una situación económica precaria. Razones que independiente de su validez esconden también un modo de ser con ciertas características.
Los factores que determinan la personalidad del secuestrador se forman y consolidan a través de la vida. Se trata de experiencias primarias internalizadas, propias e intransferibles que determinan el comportamiento general del secuestrador y explicarían, en parte, su tendencia a la trasgresión de las normas sociales que regulan la comunidad donde habitan. Estas experiencias primarias son de carácter inconsciente, lo cual indica que el plagiario no puede recordarlas. Posiblemente las sienten como una compulsión a obrar y las justifiquen con razones válidas para sí mismos que si hace conscientes.

Por extraño que parezca, no son muy diferentes al ciudadano promedio del país. Su edad oscila entre los 22 y los 35 años pero en general los secuestradores no rebasan los 31 años, son personas que están casadas y además tiene alrededor de tres hijos. Con antecedentes delictivos principalmente en los delitos patrimoniales. Proviene de una familia disfuncional, muchas veces es adicto a las drogas. Su ocupación más frecuente es la de comerciante informal o chofer y sueña con integrarse a un sector socioeconómico superior al que pertenece. Es el "genoma" del secuestrador.

Llama la atención en énfasis que hacen en calificar siempre a los secuestradores como inmaduros y limitados en su capacidad de discernimiento y toma de decisiones y en considerar que tienen una pobre preparación intelectual.  También hay delincuentes comunes por ausencia de rasgos definidos, más se caracterizan por la indisciplina, en consumo de drogas, las discusiones permanentes y por la violencia física y psicológica que ejercen contra los secuestrados, originada en el mero placer sádico de hacerlo. El secuestrador se caracteriza por su capacidad calculadora, no son tan agresivos como los homicidas, pueden estallar, pero no perder el control. Por su parte, las mujeres homicidas son más emocionales, pero también más explosivas. “Agreden de manera exagerada porque tienen ese potencial, pueden ser más verbales, pero también muy impulsivas. Tienen alteraciones cognitivas intensas, de reacción extrema, después de que aguantaron muchos años de agresiones”.

El secuestrador tiene rasgos sociopáticos, son impersonales, no se conectan fácilmente con los otros y siempre buscan su beneficio.  Además de recibir dinero o de explotar de alguna manera a sus víctimas, estos delincuentes suelen elegir dicha forma de extorsión porque les hace sentir poder: controlar a otras personas es algo que casi siempre anhelan. En la mayoría de los casos, los captores disfrutan de la influencia física y psicológica que ejercen sobre el retenido o su círculo cercano, dándoles una sensación de dominio sobre el entorno.

La personalidad de los secuestradores se asocia con la falta de empatía, es decir la incapacidad de ponerse en el lugar del otro. En general son delincuentes que han sufrido cierto tipo de abuso en algún momento de su vida, buscando con este comportamiento recuperar el control alguna vez perdido.

Los secuestradores intelectuales presentan rasgos narcisistas predominantes. Los que se encuentran limitados para formarse juicios objetivos sobre la realidad de su entorno, viven una vida de fantasías exaltadas,  sienten un deseo intenso de ser admirados y universalmente amados, sueñan con ser el centro de adoración de los demás y ver al mundo entero rendido a sus pies por hazañas grandiosas que construyen en sus ensueños. Creen que la comunidad se va a poner en pie de guerra para respaldarlos en sus demandas y, necesariamente, sufren una desilusión cuando sus perentorios llamados no producen la respuesta esperada. Estas fantasías grandilocuentes hacen que en la vida cotidiana sean torpes y estén orientados más bien hacia el fracaso.

Otro motivo que puede llevar a este acto criminal es el placer de engañar al mundo exterior: los secuestradores son personas que suelen aparentar llevar una vida normal, siendo agradables con su entorno. Este peligroso disfraz les permite salirse con la suya, sin recibir ningún tipo de sospechas.
Los secuestradores se caracterizan por su frialdad, alta peligrosidad, insensibilidad, agresividad, egocentrismo, indiferencia afectiva y la manifestación de conductas antisociales. Al disponer totalmente de la libertad, la integridad y la vida misma de la víctima, el delincuente exhibe violencia, con objeto de demostrar su fuerza y su decisión de destruir, frente a la desprotección de la víctima. Son personas capaces de ejecutar a sus víctimas sin ningún -o muy pocos- reatos de conciencia. Con su actitud buscan deshumanizar psicológicamente a los secuestrados, y distanciarse de los afectos y penalidades inherentes a la situación de cautiverio. Pero lo anterior no implica que desdeñen las necesidades del secuestrado. Por el contrario, este tipo de secuestrador es un maestro de la introspección psicológica, captan intuitivamente todas aquellas debilidades del secuestrado que pueden utilizar a su favor, y que les garantiza su control y la obtención del beneficio del rescate. Los afectos del secuestrado, su angustia, sus súplicas, los ruegos de los familiares, son contemplados por estos secuestradores, pero de un modo alejado e impreciso, sus propias emociones están ligadas al cálculo racional que hace para garantizar el éxito del plagio. Después que el secuestrado ha concluido,  el plagiado deja de existir en su memoria, no queda perturbado por la acción que llevó a cabo, ni por la posible secuela que la experiencia haya dejado en la persona liberada. El secuestrador deliberado presenta bastantes elementos de psicopatología, particularmente la falta de afecto y un desconocimiento de que la reciprocidad es necesaria en las relaciones con los demás.

Son manipuladores (tienden a dar vuelta la situación), mentirosos, promiscuos, impulsivos. Necesitan ser activos, tendencia a la hiperagresividad, ausencia de remordimiento, no aprenden de las experiencias pasadas, son refractarios al castigo (no escarmientan), no hay afectos, tienen incapacidad de amar, tienen poco poder de atención y concentración. La mayoría de los secuestradores tenían hiperconservada la esfera intelectual: “Memoria, Percepción y Juicio de la realidad”.

Comúnmente eran individuos orientados en tiempo y espacio, con un excelente funcionamiento de las facultades mentales. Por lo general desde los quince años en adelante presentaban antecedentes de características antisociales (robos, huidas, deserción escolar, etc.).

La característica principal del secuestrador es su amoralidad. La personalidad es anómala porque posee una desarmonía intrapsíquicacongénita, posee un inestable equilibrio psíquico sin perder el contacto con la realidad, posee episódicamente reacciones desequilibradas, afectivas, caracterológicas y temperamentales; esto lleva ineludiblemente a un desajuste social. Su conducta violenta no procede de una crisis sino que sus planes tienen un arreglo perfecto y no duda en usar los medios más brutales.

Generalmente acude a la mentira y él mismo las cree. Es teatral, falso y carente de una auténtica afectividad. Muchos secuestradores se caracterizaba por el contraste entre sus súbitos arranques de ira y sus restantes comportamientos, más bien tranquilo y lento.

Los secuestradores que están relacionados con la delincuencia organizada prefieren a los comerciantes y estudiantes como víctimas.

Existen en el país tres tipos de secuestros: los de alto impacto, los vinculados a la delincuencia organizada y los coyunturales o exprés.

Los de alto impacto son ejecutados por grupos armados de corte radical, para obtener recursos económicos y financiar proyectos político-ideológicos y de desestabilización. Estos plagios se ejecutan con un alto grado de sofisticación tanto en la planeación como en los procesos de cautiverio y negociación. Los montos cobrados por rescate son millonarios y exigidos siempre en dólares. Hace ya casi un lustro que no se sabe de un secuestro de este tipo en el país.

Los secuestros vinculados con la delincuencia organizada son perpetrados por bandas de delincuentes para obtener recursos económicos. Las bandas están integradas por ex convictos y delincuentes, que han evolucionado a secuestradores partiendo de delitos menores. Así como por policías y ex policías de corporaciones federales, estatales y municipales.

Los exprés y coyunturales son aquellos que están relacionados con el robo y la extorsión, así como con venganzas personales y de tipo pasional.

En su evolución criminal, el primer nivel que escalan en la pirámide de la delincuencia es el del robo a transeúntes. El siguiente paso hacia arriba es el robo a casa habitación. Después se dedican al robo de vehículos y de carga para más adelante dedicarse al robo de transportes de valores y bancos.

Después de esta última actividad se asocian con secuestradores, ex convictos, policías o ex policías y forman parte de alguna banda de plagiarios. Algunos de ellos terminan por formar y dirigir sus propias organizaciones.

En cada uno de los niveles de su evolución criminal, los delincuentes van adquiriendo la necesidad de ejercer mayores niveles de violencia y de utilizar armas más poderosas, por lo que su nivel de peligrosidad va creciendo. Muchas veces esta carrera delincuencial es impulsada por el consumo de drogas.

La conducta delictiva “no es por generación espontánea”, sino que surge por diversos factores asociados a la situación sociodemográfica, lo mismo que los motivos de incidencia y reincidencia.

Al cruzar variables como edad, sexo y escolaridad, determinaron que existe una tendencia mayor a delinquir en la etapa productiva, es decir, entre los 18 y 40 años de edad, y si un preso se adapta al medio penitenciario y adopta conductas para sobrevivir, entonces está lejos de la readaptación social.


domingo, 6 de diciembre de 2015

TDA-H Abordaje Psicológico

El tratamiento psicológico tiene como objetivo ayudar a pacientes y familia a manejar los síntomas del trastorno y el impacto que éstos puedan tener en su vida diaria.

En niños y adolescentes con TDAH con repercusión moderada o grave en su vida diaria, se recomienda el tratamiento combinado, que incluye tratamiento psicológico conductual, farmacológico e intervención psicopedagógica.

La combinación de tratamientos farmacológicos y psicológicos tiene la potencialidad de que ejerce efectos inmediatos en los síntomas del TDAH mediante la utilización de la medicación, así como efectos de larga duración gracias al desarrollo de estrategias y habilidades cognitivas y de comportamiento proporcionadas por el tratamiento psicológico.

La intervención psicológica se debe realizar en el paciente y su entorno familiar. En función de las necesidades del paciente y las condiciones individuales se creará un plan de tratamiento personalizado. Es una terapia para ayudar a los niños y adolescentes a desarrollar sus capacidades cognitivas.

La terapia psicológica, resulta imprescindible de cara a aportar las estrategias conductuales y cognitivas necesarias para su correcto abordaje por parte de la familia, del entorno escolar y del propio niño.

Focos de intervención:
  • Cambiar los precedentes y las consecuencias de los comportamientos inapropiados para modificar éstos.
  • Establecer reglas claras y consistentes, lo que brinda la oportunidad de predicción de consecuentes, dando lugar a la corrección oportuna.
  • Incrementar las oportunidades de éxito en sus actividades y disminuir las situaciones de fracaso.
  • Darle valor y utilidad a las recompensas extrínsecas e intrínsecas.
  • Desarrollar el autoconocimiento: Conocer más sobre el propio desarrollo y los aspectos de la persona.
  • Abordar los aspectos problemáticos y que generan malestar en la persona.
  • Descubrir las potencialidades y posibilidades de la persona.
  • Desarrollar competencias a través de métodos de entrenamiento.
  • Identificar aquellos factores (internos y externos) que me generan malestar y aprender a evitarlos y/o afrontarlos.
TERAPIA CONDUCTUAL

Analiza la conducta e identifica los factores que hacen que la conducta sea inadecuada, se determinan las conductas que se desea cambiar y se establecen unos objetivos. A partir de ahí se organiza un plan para ir modificando el comportamiento que se quiere eliminar.

La terapia de modificación de conducta, se basa en los condicionamientos operantes, el uso de reforzadores y castigos y favorece la extinción de conductas disruptivas y la implantación y aparición de conductas positivas. Aspectos que trabaja:
  • Normas y limites
  • Entrenamientos en hábitos positivos
  • Modificación de conductas disruptivas y problemas de conducta
  • Entrenamiento en conductas positiva
Técnicas para incrementar las conductas:

Reforzamiento positivo: consiste en presentar inmediatamente después de la conducta adecuada un estímulo (alabanza, premio) que hace que aumente la probabilidad que se repita dicha conducta. El estímulo que se presenta después de la conducta es el refuerzo positivo.
Reforzamiento negativo: una conducta ha sido reforzada negativamente si se incrementa o mantiene porque elimina un estímulo aversivo. Ejemplo, “Mientras no acabes la tarea (conducta deseada) no saldremos al parque (estímulo aversivo)”.

Técnicas para reducir/eliminar las conductas:

Extinción: consiste en ignorar (no mirar, no escuchar, no hablar) el comportamiento inadecuado para evitar que este incremente por la atención (negativa, pero atención) que le ofrecemos al niño. Se han de explicar las condiciones de la extinción al niño antes de aplicarla y mantener el procedimiento el tiempo suficiente (al inicio suele aumentar el comportamiento inadecuado). La extinción no puede utilizarse si la conducta perturbadora es peligrosa.
Tiempo fuera: consiste en aislar al niño inmediatamente después de realizar la conducta perturbadora a un lugar aburrido (no lúdico) durante un periodopreestablecido de tiempo (aproximadamente un minuto por año del niño). La técnica puede aplicarse hasta los 6-8 años de edad del niño.
Coste de respuesta: consiste en retirar una cantidad específica de reforzadores (privilegios, premios) obtenidos previamente. Ejemplo: reducir tiempo de actividades lúdicas (televisión, video-juegos, ordenador) por el comportamiento inadecuado.

Castigo: técnicamente consiste en proporcionar un estímulo aversivo (realizar trabajos molestos o monótonos) después de la conducta inadecuada con el objetivo de eliminarla. El castigo físico no debe utilizarse ya que no enseña la conducta adecuada, crea tolerancia (mayor castigo para obtener el mismo resultado), pérdida de la autoestima del niño y agresividad contra la persona que lo aplica. La recompensa es mucho más eficaz que el castigo.
Extinción: Es el modelo más utilizado para reducir una conducta. Se trata de disminuir la respuesta reforzada a un comportamiento indeseado, para lo cual es fundamental determinar qué es lo que está reforzando ese comportamiento, para dejar de reforzarlo.
Sobrecorrección: Se aplica cuando hay un comportamiento negativo y se le pide que rectifique lo que ha hecho mal y restaurar el daño que ha hecho. En el caso de la sobrecorreción de práctica positiva, la persona que ha hecho algo mal, debe repetir una conducta positiva que se le indique.

TERAPIA COGNITIVA

La cognición está compuesta de procesos como el aprendizaje, la atención, la memoria, la toma de decisiones… Y la terapia cognitiva lo que pretende es identificar cuáles de estos procesos están creando problemas, y trabaja para cambiarlos por otros más adecuados.

El enfoque terapéutico cognitivo-conductual ha demostrado ser la herramienta más eficaz de que disponemos para reducir los comportamientos perturbadores de los/as niños/as con Trastorno por déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y aumentar los comportamientos auto controlados. Para su aplicación, es imprescindible la implicación de las personas responsables de la educación del niño/a, pues son ellos/as quienes aplican las pautas en casa. Aspectos que trabaja:
  • Desarrollo y orientación personal
  • Resolución de conflictos
  • Entrenamiento en auto-instrucciones
  • Organización y planificación de la conducta en función de objetivos y metas.
  • Autorregulación emocional
  • Entrenamiento en habilidades y estrategias internas
  • Autoinstrucciones
Es una técnica de cambio de comportamiento en el que se modifican los pensamientos, sustituyéndolos por otros que pueden ser más útiles y efectivos para alcanzar los objetivos o metas que se proponga el paciente. Estas autoinstrucciones se las da el paciente a sí mismo, para dirigir de esta forma su forma de actuar: “Voy a escuchar al profesor”, “Tengo que cruzar la calle con cuidado”…

Técnicas de autocontrol:

Gran parte de los problemas de autocontrol se pueden corregir aprendiendo a moderarse para reducir comportamientos impulsivos que son inmediatamente gratificantes, pero que a medio plazo no son beneficiosos.

Para realizar un programa de autocontrol, se pueden seguir los siguientes pasos:
  • Detectar cual es el problema y establecer los objetivos que se quieren conseguir.
  • Comprometerse a modificar su propia conducta.
  • Registrar los datos e identificar las causas del problema.
  • Diseñar y aplicar un programa de tratamiento del problema.
  • Prevenir la recaída y lograr que la mejora perdure.
Técnicas de inhibición de respuesta:

Básicamente este entrenamiento consiste en “párate y piensa”, que consiste en realizar un entrenamiento ante una señal visual de stop para inhibir una respuesta y tomar decisiones.

Pararse: De esta forma se inhibe la respuesta que inicialmente íbamos a tener. En ese momento hay que analizar qué es lo que ha ocurrido y tomar consciencia de la situación.
No actuar: Entrenar así la capacidad de demora, controlando el impulso y recapacitando sobre la respuesta adecuada que se debe dar.
Pensar: Pensar en cómo se puede solucionar el problema y las alternativas posibles, y las consecuencias que pueden tener cada una de ellas.
Planificar: Decidir cuál de las alternativas es la mejor y decidir cómo se debe actuar.
Actuar: Es importante mantener la atención frente a la distracción o la tentación de hacer algo.
Autoevaluación: Esta etapa es fundamental para seguir aprendiendo y también para valorar cómo hemos gestionado la situación.

La TCC  también se recomienda como tratamiento inicial cuando se den las  situaciones siguientes:
  • TDAH leve
  • Impacto mínimo del TDAH en la vida del niño
  • Los padres y los profesores discrepan mucho sobre la frecuencia de los síntomas.
  • Los padres rechazan el tratamiento con medicación.
  • En los niños que sean menores de 5 años.
La intervención psicológica en los niños y adolescentes TDAH debe incluir dominios en los que el afectado manifiesta algún problema como cognitivo, emocional, comportamental:

Abordaje psicoeducacional:

La Psicoeducación consiste en un abordaje que enseña al afectado y su familia en qué consiste el trastorno de TDAH, qué características tiene y qué se puede hacer para mejorarlo.

Aspectos que trabaja:
  • Explicación del TDAH al afectado
  • Posibles problemas o riesgos asociados al trastorno
  • Las diferentes vías de intervención y tratamiento que existen
  • Aceptación activa del diagnóstico por parte del afectado
  • Acuerdos de compromiso y cumplimiento terapéutico
ENTRENAMIENTO EN HABILIDADES SOCIALES:

El área social es una de las áreas donde mayores dificultades tienen los niños y adolescentes con TDAH. La adquisición de pautas, estrategias y habilidades para relacionarse de manera adecuada mediante un proceso de entrenamiento favorecerá la interacción social de los afectados con TDAH con sus iguales y evitará problemas de rechazo social, asilamiento y baja autoestima. Aspectos que trabaja:
  • Autoestima, comunicación emocional
  • Entrenamiento asertivo
  • Reglas de sociabilización
  • Entrenamiento en conductas prosociales
  • Habilidades de competencia social
¿Qué son habilidades sociales?

Sonreír – Saludar – Hacer favores – Cortesía – Ayudar – Cooperar – Compartir – Unirse al juego – Iniciar, mantener y terminar conversaciones – Expresar y recibir emociones – Saber defender derechos y opiniones asertivamente – Identificar y solucionar problemas.

TÉCNICAS DE RELAJACIÓN Y CONTROL DEL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD:

Las técnicas de relajación y trabajo corporal ayudan a controlar y canalizar el exceso de actividad, los estados de agitación, nerviosismo y ansiedad y favorecen las emociones positivas y  mejoran la comunicación y el ambiente familiar.

También favorecer la práctica de actividades físicas o culturales, o de tipo social, ayudan a mejorar la autoestima de estos niños y a desarrollar y potenciar otras capacidades y habilidades que presentan. Aspectos que trabaja:
  • Relajación y respiración
  • Expresión corporal
  • Realización de actividades externas como actividades deportivas, hobbies, actividades socio-culturales
  • Psicomotricidad
El lenguaje interno o las autoinstrucciones son las que facilitan esta interiorización de las reglas e instrucciones, ya que fomentan el pensamiento organizado y reflexivo. Los procedimientos autoinstruccionales y las técnicas de resolución de problemas tienen como objetivo que el sujeto interiorice pautas de actuación generalizables a distintas situaciones con el fin de alcanzar los objetivos propuestos.

ENTRENAMIENTO PARA PADRES

El entrenamiento para padres y las intervenciones a nivel familiar han demostrado ser efectivas en muchas ocasiones. Las sugerencias que se hacen a continuación sólo pretenden establecer un marco de trabajo que sirva de guía para trabajar la relación paternofilial mediante una mejor comunicación y atención al desarrollo del niño con TDAH.

 En el entrenamiento para padres se trabaja sobre los siguientes puntos:

Identificar las situaciones que generan problemas específicos y los problemas de comportamiento que generan. Así como los elementos que precipitan las conductas disruptivas. Es importante registrar la evolución constantemente.
  • Analizar las consecuencias positivas y negativas de los comportamientos apropiados y no apropiados con los padres.
  • En el caso de que en la relación padre-hijo se produzcan muchos roces y pocas interacciones positivas, se trabaja para reforzar las habilidades de los padres durante las sesiones para el mejor manejo de las situaciones.
  • Enseñar a los padres métodos de comunicación efectiva para establecer normas y llevar el mando (establecer contacto visual, dando órdenes de una en una, dando órdenes en un contexto positivo…).
  • Establecer consecuencias negativas apropiadas para cada problema de comportamiento específico. Las consecuencias deben estar estrechamente relacionadas con el problema en sí.
  • Utilizar sistemas de economía de fichas para los problemas de conducta constantes. Los padres pueden así aprender a penalizar y recompensar conductas negativas y positivas.
  • En el caso de problemas de conducta más graves, se enseña a emplear técnicas de tiempo fuera. Es importante comprender bien cómo funciona y cómo debe emplearse para que no se convierta en un castigo sin aprendizaje.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DEL TDAH

Se trata comúnmente con fármacos estimulantes, tales como:
  • El metilfenidato (Ritalin, Metadate, Concerta, Daytrana)
  • La anfetamina (Adderall)
  • La dextroanfetamina (Dexedrine, Dextrostat)
¿Cómo se inicia el tratamiento farmacológico?

Una vez elegido el fármaco, se empieza con dosis bajas y se incrementará la dosis cada 1 o 3 semanas en función de la respuesta del paciente y de la aparición de efectos secundarios. El médico será el responsable de evaluar la eficacia y la tolerabilidad del fármaco mediante visitas periódicas, mucho más frecuentes al inicio del tratamiento y más distanciadas en el tiempo (cada 3-6 meses) tras ajustar la dosis del fármaco de forma adecuada.

Aunque el tratamiento es individualizado, las pautas generales para cada fármaco son:
  • Metilfenidato de liberación inmediata, en 2-3 dosis al día.
  • Metilfenidato de liberación prolongada, una dosis por la mañana.
  • Atomoxetina, se recomienda administrar en dosis única por la mañana. Si existen problemas de tolerancia, administrar por la noche o repartir la dosis entre la mañana y la noche.
En algunas ocasiones, si la mejoría no es sufi ciente o existen otros trastornos asociados, será necesario aumentar la dosis hasta la máxima recomendada o combinar distintos tipos de fármacos.

Bibliográfia 

Orjales, I. y Polaino-Lorente, A. (2001), Programas de Intervención Cognitivo-conductual para
niños con Déficit de Atención con Hiperactividad. CEPE.
Polaino, A.; Avila, C.; Cabanyes, J.; García Villamisar, D.; Orjales, I. y Moreno, C . (1997).
Mental Health Medications
tdahytu.es/tratamiento-psicologico