La hipoglucemia, por sí
misma, entre la profesión médica se acepta sólo en condiciones diabéticas
cuando el diabético sufre una bajada de glucosa. Si, por el contrario, ésta
ocurre en una persona no diabética entonces se le llama hipoglucemia reactiva. Cuando
un paciente llega a la consulta médica y expone los anteriores síntomas, sin
ser diabético, en muchos casos no se hace el análisis bioquímico pertinente que
podría evitar un falso diagnóstico. Los errores más frecuentes son el de
diagnosticar de crisis de ansiedad o de trastorno de ansiedad generalizada. El
médico prescribe la toma de ansiolíticos/antidepresivos y, en ocasiones, acudir
a psicoterapia.
En algunos de estos casos,
puede haber un origen físico de los síntomas (hipoglucemia), o una causa
psicológica o bien puede ocurrir que ambas causas, físicas y psicológicas, se
estén retroalimentando.
Hay dos tipos de
hipoglucemia no diabética:
- Hipoglucemia reactiva, que ocurre pocas horas después de comer
- Hipoglucemia basal o en ayunas, que puede estar relacionada con una enfermedad
Los síntomas de la
hipoglucemia se pueden dividir en dos grupos sintomáticos, los relacionados con
el aporte insuficiente de glucosa al cerebro o neuroglucopenia y los síntomas
adrenérgicos que dependen de la activación del sistema nervioso vegetativo y de
la secreción de catecolaminas.
1. Síntomas
neuroglucopénicos. Semiología somática:
cefalea, diplopia, convulsiones, hemiplejía, arreflexia, afasia, acinesia.
Semiología psíquica:
amnesia, dificultad de concentración, excitación, ansiedad, alteraciones del
comportamiento, síntomas obsesivos-compulsivos, histrionismo, depresión,
psicosis con alucinaciones, ataques de violencia, intentos de suicidio,
delirium, estupor, coma y demencia. En general, los comportamientos agresivos
dominan en los casos de hipoglucemia ligera, mientras que la apatía es más
propia de la hipoglucemia severa.
2. Síntomas
adrenérgicos. Pueden aparecer por una caída rápida de la glucemia incluso con
valores normales o sólo levemente disminuidos: ansiedad, nerviosismo, temblor,
sudoración, sensación de hambre, palpitaciones, irritabilidad, palidez, náuseas
y debilidad.
Los síntomas
generalmente incluyen:
- Hambriento
- Tembloroso
- Somnoliento
- Ansioso
- Mareado
- Confundido o nervioso
- Sudoroso
- Irritable
- Algunas personas tienen dificultad para hablar y también se sienten débiles.
¿Cómo
se diagnostica la hipoglucemia no diabética?
Su
médico puede diagnosticar la hipoglucemia no diabética al examinar sus
síntomas, hacerle un examen físico, analizar su riesgo de diabetes y medirle el
nivel de glucosa en la sangre. Su médico también determinará si se siente mejor
después de comer o beber para elevarle la glucosa a un nivel normal.
Un
aspecto importante del diagnóstico es medir el nivel de glucosa en la sangre
para ver si está realmente bajo (de 55 mg/dL o menos) cuando usted tiene
síntomas. Su médico revisará su nivel de glucosa y posiblemente pida otras
pruebas. Un medidor personal de glucosa no es suficientemente exacto para el
diagnóstico.
Para
la hipoglucemia de ayuno, se le mide la glucosa cada ciertas horas mientras
ayuna durante varios días. Para la hipoglucemia reactiva, es posible que se le
haga una prueba llamada prueba de tolerancia a alimentos mixtos (mixed-meal
tolerance test o MMTT).
Para
la prueba MMTT, primero toma una bebida especial que contiene proteínas, grasas
y azúcar. La bebida eleva su nivel de glucosa en la sangre, lo que hace que el
cuerpo produzca más insulina. Luego se le mide el nivel de glucosa varias veces
durante las siguientes cinco horas.
Ambas
pruebas determinan si el nivel de glucosa en la sangre baja demasiado. Es
posible que su médico también le haga un análisis de sangre para determinar el
nivel de insulina u otras sustancias.
Si
se lleva a cabo el test (Test de Tolerancia de la Glucosa) es importante
también tener en cuenta la dieta del paciente; los horarios de comida; historia
familiar de migrañas, alergias, diabetes, epilepsia, depresión, desequilibrios
sufridos en el pasado como hepatitis, problemas de vesícula, náuseas durante el
embarazo y posibles deficiencias nutricionales.
Los
síntomas de hipoglucemia reactiva en niños son también los mismos que
anteriormente. La hipoglucemia severa puede afectar el funcionamiento cognitivo
de niños pequeños. Comer procesados y refinados resultado alimentos en el
hambre retrasada y puede llevar a deficiencias nutricionales, y cause
hipoglucemia en los niños. Los síntomas de la hipoglucemia en los niños deben
ser tomadas en serio y trata a tiempo.
Tratamiento:
1.
Alimentación: Una dieta equilibrada es fundamental para prevenir, controlar y
combatir la hipoglucemia reactiva. Es importante que consultes con un
nutricionista.
Tu
dieta ha de ser baja en carbohidratos de rápida absorción y refinados, moderada
en grasas y que contenga proteínas, frutas y vegetales.
Consejos
importantes:
- Médicos recomiendan una dieta con mucha proteína y pocos carbohidratos, pero no se ha demostrado que este tipo de alimentación sea beneficiosa para la hipoglucemia.
- Haz de cinco a seis comidas al día, dejando tres horas entre ellas. Las comidas más fuertes han de ser el desayuno y la comida.
- No te saltes las comidas.
- Evita el azúcar y los alimentos que contienen azúcar (especialmente con el estómago vacío). Una alternativa muy saludable es sustituir el azúcar por la estevia, un edulcorante natural sin calorías con propiedades muy interesantes (antioxidante, reforzador del sistema inmunitario, antialérgico, etc.
- Sustituir el pan blanco, por el pan de centeno. Tiene muy buen sabor, es mucho más digestivo y aporta más nutrientes que las harinas refinadas.
- Evita en lo posible el alcohol, fumar, la cafeína, la teína y las bebidas gaseosas.
- Bebe zumos de fruta sin azúcar añadida. Cuidado con los zumos envasados.
2.
Ejercicio: El ejercicio es fundamental para nuestra salud. Sin embargo, el
exceso de ejercicio puede disminuir el nivel de glucosa. Así pues, se
recomienda seguir una rutina de ejercicio suave. Se sabe que éste ayuda a
mantener unos niveles óptimos hormonales, además de ayudar a que la glucosa
entre mejor en las células aumentando la energía, sin requerir insulina. Buenas
opciones de ejercicio son: caminar, nadar, ir en bicicleta, yoga, taichí. Es
importante hacer algo de ejercicio suave diariamente con sesiones de media hora
de duración.
3.
Psicoterapia: En ocasiones, el problema no es sólo debido a factores
fisiológicos, sino que también hay aspectos psicológicos que pueden haber
iniciado, agravado o mantenido la situación. Por ejemplo, personalidad ansiosa,
situaciones de estrés continuado, asuntos por resolver, trastornos de ansiedad,
duelo, etc. La psicoterapia puede ayudarte de forma paralela para solucionar
tus problemas.
4.
Suplementos vitamínicos.
En
conclusión, es importante tener en cuenta que no todos los casos de ansiedad y
ataques de pánico son debidos a desequilibrios emocionales. En algunos casos el
problema puede radicar en un desequilibrio de la glucosa. Muchos casos de
ataques de pánico han sido exitosamente resueltos de forma muy sencilla:
equilibrando los niveles de glucosa de la sangre con una buena alimentación,
nutrientes y ejercicio.