viernes, 5 de diciembre de 2014

Disforia de Género

Antes llamada trastorno de identidad de género o transexualidad. Esta condición supone la falta de concordancia entre el sexo biológico y el género psicológico de la persona. Afección en la cual se presenta un conflicto entre el sexo físico de la persona y el sexo con el que ésta se identifica. 
                              
Breve Historia

La Asociación Psiquiátrica Americana (APA) el diagnóstico “Trastorno de la Identidad de Género” paso a llamarse “Disforia de género” Este cambio de nomenclatura no se puede analizar sin tener en cuenta las críticas al diagnóstico desde algunos grupos trans y en número creciente, que comienzan a defender que la transexualidad no es un trastorno mental y que este diagnóstico es estigmatizante, por lo que reclaman su salida de las clasificaciones psiquiátricas. En respuesta a estas reclamaciones y a pesar de que lo que se demandaba era la salida del diagnóstico de las clasificaciones, lo que planteó la APA en un primer momento fue cambiar el diagnóstico a “incongruencia de género” por considerar que al eliminar la noción “trastorno” sería menos estigmatizante, pero algunas personas señalaron la posibilidad de que eso patologizara a quienes sus comportamientos atípicos de género no les producían sufrimiento. Finalmente, se ha propuesto el término “disforia de género”, que parece que será el nuevo diagnóstico. Que pone en evidencia una gran desconexión entre el uso del término en la psicopatología general y la noción aplicada a la transexualidad.

Los motivos aducidos para utilizar la noción de disforia son principalmente cuatro: que es más apropiado semánticamente que otros, que expresa un componente emocional aversivo, que tiene una larga historia en sexología clínica, y que es un término familiar para nosotros los especialistas.

Las personas con disforia de género pueden actuar como miembros del sexo opuesto. El trastorno puede afectar:
  • La elección de los compañeros sexuales
  • Amaneramientos, comportamiento y vestuario
  • La autoestima
Algunos pacientes también pueden experimentar depresión o sentimientos suicidas. La depresión puede provenir de aislamiento social y ser víctimas de prejuicios sociales y el abuso sexual.

Causas
  • Determinados desarreglos de hormonación durante el embarazo o en alteraciones de la conducta durante la infancia.
  • Las personas que nacen con genitales ambiguos, lo cual puede generar inquietudes acerca de su sexo, pueden presentar disforia de género.
  • Las hormonas en el útero, los genes y los factores sociales y ambientales (como la crianza) pueden intervenir.
Criterios Diagnósticos DSM-5

Disforia de género en los niños

     A. Una marcada incongruencia entre el sexo que uno siente o expresa y el que se le asigna, de una duración mínima de 6 meses, manifestada por un mínimo de 6 de las características siguientes (una de las cuales debe de ser el criterio A1)

1.- Un poderoso deseo de ser del otro o una insistencia de él o ella es del sexo opuesto (o de un sexo alternativo distinto al que se le asigna)
2.- En los chicos (sexo asignado) una fuerte preferencia por el travestismo o por simular el atuendo femenino, en las chicas (sexo asignado) una fuerte preferencia por vestir solamente ropa típicamente masculinas y una fuerte resistencia a vestir ropa típicamente femeninas.
3.- Preferencia marcada o resistente por el papel del otro sexo o fantasías referentes a pertenecer al otro sexo.
4.- Una marcada preferencia por los juguetes, juegos o actividades habitualmente utilizados o practicados por el sexo opuesto.
5.- Una marcada preferencia por compañeros de juego del sexo opuesto.
6.- En los chicos (sexo asignado) un fuerte rechazo a los juguetes, juegos y actividades típicamente masculinos, así como una marcada evitación de los juegos bruscos, en las chicas (sexo asignado) un fuerte rechazo a los juguetes, juegos ya actividades típicamente femeninos.
7.- Un marcado disgusto con la propia anatomía sexual.
8.- Un fuerte deseo por poseer los caracteres sexuales tanto primarios como secundarios, correspondientes al sexo que se siente.

   B. El problema va asociado a un malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, escolar u otras áreas importantes del funcionamiento.

Especificar si:

Con un trastorno del desarrollo sexual: (ej. Trastorno adrenogenital congénito como: hiperplasia adrenal congénita o síndrome de insensibilidad androgénica)

Disforia de Género en Adolescentes y Adultos

      A. Una marcada incongruencia entre el sexo que uno siente o expresa y el que se le asigna, de una duración mínima de seis meses, manifestada por un mínimo de 2 de las características siguientes:

1.- Una marcada incongruencia ente el sexo que uno siente o expresa y sus caracteres sexuales primarios o secundarios (en los adolescentes jóvenes, los caracteres sexuales previstos)
2.- Un fuerte deseo por desprenderse de los caracteres sexuales, tanto primarios como secundarios, a causa de una marcada incongruencia con el sexo que se siente o se expresa(o en los adolescentes jóvenes, un deseo de impedir el desarrollo que los caracteres sexuales secundarios previsto)
3.- Un fuerte deseo por poseer los caracteres sexuales, tanto primarios como secundarios, correspondientes al sexo opuesto.
4.- Un fuerte deseo de ser del otro sexo (o de un sexo alternativo distinto al que se le asigna).
5.- Un fuerte deseo de ser tratado como del otro sexo (o de un sexo alternativo distinto al que se le asigna).
6.- Una fuerte convicción de que uno tiene los sentimientos y reacciones típicos del otro sexo (o de un sexo alternativo distinto al que se le asigna).

B. El problema va asociado a un malestar clínicamente significativo o a deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

Especificar si:

Con un trastorno del desarrollo sexual: (ej. Trastorno adrenogenital congénito como: hiperplasia adrenal congénita o síndrome de insensibilidad androgénica).

Especificar si:

Postransicion: El individuo ha hecho la transición a una vida de tiempo completo con el sexo deseado (con o sin legalización del cambio del sexo) y se ha sometido (o se está preparando para someterse) por lo menos una intervención o tratamiento médico de cambio de sexo, por ejemplo: Un tratamiento continuo de hormonas del sexo opuesto o una intervención quirúrgica de cambio de sexo para confirmar el sexo deseado (ej. Penectomia, vaginoplastia en un individuo nacido hombre, mastectomía o faloplastia en una paciente nacida mujer).

Otra disforia de género especificada

Esta categoría se aplica a presentaciones en las que predominan síntomas característicos de disforia de género que causan un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento, pero que no cumplen todos los criterios de disforia de género. La categoría de otra disforia de género especificada se utiliza en situaciones en la que el clínico opta por comunicar el motivo específico por el que la presentación no cumple los criterios de disfunción sexual. Esto se hace registrando “otra disforia de género especificada” seguido de un motivo especifico (ej. Disforia de género breve)

Disforia de género no especifica

Esta categoría se aplica a presentaciones en las que predominan síntomas característicos de disforia de género que causan un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento, pero que no cumplen todos los criterios de disforia de género. La categoría disforia de género no especificada se utiliza en situaciones en las que el clínico opta por no especificar el motivo del incumplimiento de los criterios de una disforia de género, e incluye las presentaciones en las que no existe suficiente información para hacer un diagnóstico más específico. (Publicado en la guía de consulta de los criterios diagnósticos del dsm-5).

Pruebas y Exámenes

La sensación de estar en el cuerpo del género "equivocado" debe durar al menos dos años para hacer el diagnóstico. La historia clínica y una evaluación psiquiátrica pueden confirmar el deseo constante de la persona de pertenecer al sexo opuesto.

Tratamiento

Se requiere un diagnóstico psiquiátrico/psicológico de “disforia de género”. Seguir protocolos, recomendaciones clínicas y guías. 

La intervención médica se justifica como la atención a un hecho patológico, generador de dolor y susceptible de alivio mediante acciones endocrinológicas o quirúrgicas. 

Llevar a cabo una evaluación y un seguimiento del menor y de su familia para ver si aparecen problemas que estén asociados o de otra índole.

Se recomienda terapia individual y familiar para los niños con el fin de crear un ambiente de apoyo en casa y en el colegio. Igualmente se recomienda terapia individual y de ser apropiado, terapia de pareja para los adultos.

Terapia de remplazo hormonal. El cambio de sexo mediante la cirugía y la hormonoterapia son una opción, pero los problemas de identidad pueden continuar después de este tratamiento.

Expectativas (pronóstico)

En la gran mayoría de los casos, con el desarrollo y la pubertad, estos trastornos de identidad desaparecen. El diagnóstico y tratamiento oportunos de este trastorno pueden reducir las probabilidades de depresión, angustia emocional y suicidio.

Problema Legislativo

Las leyes prohíben tratar a los menores ni a nivel médico ni mucho menos quirúrgico sin autorización y una valoración integral adecuada. Ver el derecho a la identidad personal y requisitos para una intervención quirúrgica. 

Recomendación

Considero urgentes las intervenciones desde todos los ámbitos, desde el educativo, el legislativo, el de la salud mental para erradicar las violencias y acosos que pueden recibir estas personas especialmente durante la infancia y adolescencia, de forma que sus entornos se conviertan en espacios habitables en los que explorar con seguridad su identidad y expresión de género sin miedo a la violencia y represión. Los personas trans abogan por el derecho a su libre elección de identidad de género, para que puedan ser efectivo el libre desarrollo de su personalidad y el derecho a su dignidad.


martes, 2 de diciembre de 2014

Abraham Lincoln: Glorificado en el Racismo

Fue político estadounidense, decimosexto presidente de los Estados Unidos y primero por el partido republicano, es una especie de héroe, mártir e incluso (a últimas fechas) un cazador de vampiros, él es el presidente que todos los otros presidentes quieren llegar a ser una vez que son electos.
En un único mandato, este hombre liberó a los esclavos, mantuvo la Unión americana y le mostró al mundo cómo manejar un país como un gran jefe. Aunque todo eso termina por ser opacado, ya que él realizaba todas estas acciones al mismo tiempo que se comportaba como un ser despreciable, torpe y autoritario.

La biografía de Lincoln es bien conocida, desde su humildísimo nacimiento a su asesinato en un teatro. Fruto de su entrenamiento como abogado, Lincoln ha pasado a la historia como un gran orador. Era famoso por contar historias, utilizar metáforas y saber llamar la atención de los oyentes. Pero hay algunos aspectos del presidente no tan conocidos que deben ser resaltados. En realidad, Lincoln era sobre todo un pragmático  y este pragmatismo a veces lo llevó a apoyar algunas leyes verdaderamente repugnantes.

Sobre todo en el racismo de Lincoln. "No estoy ni he estado nunca a favor de la igualdad social y política de blancos y negros, ni de otorgar el voto a los negros, ni permitirles ocupar cargos públicos o casarse con blancos." Esta frase, tomada de un discurso de Lincoln, pinta sus ideas racistas. Así es, el hombre que, eventualmente, “liberó a los esclavos” casi los condena a una eternidad de servidumbre en su lugar.

La propuesta inicial de Lincoln consistía en liberar a los esclavos, pero como parte de un plan que los deportaría al África, "de donde vinieron". De este modo, ciertos estados de la Unión Americana se convertirían en un santuario "para los blancos libres del mundo entero". No lo llegó a poner en práctica porque fue asesinado antes.

Lincoln siempre consideró que la esclavitud era deplorable llegando a declarar que “si la esclavitud no es errónea, entonces nada es erróneo”. Sin embargo, Lincoln era un moderado, consideraba que los nuevos territorios no debían permitir esa institución deplorable y que algún día la esclavitud desaparecería del país. Lo que es verdad que Lincoln ni era partidario de la “igualdad racial“, ni era el “abolicionista radical” como nos lo quieren presentar. Algo así como un personaje dispuesto a imponer por la fuerza la emancipación de los esclavos del Sur de América

Durante su presidencia (1861-1865) firmó la Ley de Emancipación de Esclavos, ciertamente, pero primero, lo hizo por conveniencia política y estrategia de combate durante la Guerra de Secesión (el Norte estaba al borde de la derrota) y no por razones estrictamente humanitarias, segundo, se trata de una libertad erizada de condiciones y limitaciones, y tercero, actúa bajo la presión de Wendell Phillips, Thaddeus Stevens, Frederick Douglass y otros liberales, que llevaban años preconizando la igualdad de blancos y negros y promoviendo leyes antiesclavistas. Si buscan próceres de la causa, son estos personajes, no Lincoln. Todo ha confluido, sin embargo, para convertirlo en un santo civil: su ascenso de la pobreza a la Presidencia, sus virtudes de estadista en otros órdenes, su asesinato.

La realidad es que aquella decisión proclamó la emancipación de los esclavos con la adopción de las enmiendas 13ª y 14ª de la Constitución de los Estados Unidos fue sólo “oportunismo político” ya que con esta medida se ganaba a la opinión pública americana y a otras naciones de Europa y Sudamérica, ya que él nunca había creído en “la igualdad de las razas”.

Lincoln nunca pensó que con su “emancipación” los negros tuvieran “los mismos derechos que los blancos” y en 1865, poco antes de finalizar aquella guerra dijo estas palabras: “Creo que sería mejor deportarlos a todos a algunas tierras fértiles con buen clima donde pudieran vivir sin mezclarse“. Sobre el racismo lincolniano se conocían unos cuantos ensayos, que quedaron aplastados bajo el mito histórico.

10 Hechos sobre la historia Negra de Lincoln
  1. Imposición de la censura
  2. Deportó a sus críticos
  3. Suspendió el Hábeas Corpus
  4. El nombramiento de Ambrose Burnside
  5. Suspensión de la Proclamación de Emancipación dada por el general Hunter
  6. Nombramiento del General Hooker
  7. Condescendiente con los dueños de esclavos
  8. Se ensañó con los nativos americanos
  9. Supervisó un campo de concentración
  10. Defendió la limpieza étnica
Jan Morris es un biógrafo que ha escrito mucho sobre este personaje y nos dice de él que: “Abraham Lincoln, decimosexto presidente de los Estados Unidos de América, fue un presidente de la miseria” añadiendo que en los 175 discursos pronunciado por aquel presidente entre 1854 y 1860 “siempre insistió en que sería anticonstitucional abolir la esclavitud”. En 1858 en su campaña para el Senado lo dejó meridianamente claro: “Ni soy ni he sido nunca partidario de la igualdad entre blancos y negros. Hay diferencias que impiden que vivan juntos en situación de igualdad social y política; pero si llegaran a vivir juntos será en una posición de superior a inferior y, como casi todo el mundo, estoy a favor de que la posición superior la asuma la raza blanca“. Y aún más. En 1862 siendo ya presidente, recibió en la Casa Blanca a un grupo de líderes negros y tuvo el cuajo de decirles estas palabras: “Incluso cuando dejéis de ser esclavos, estaréis lejos de ser iguales a los blancos. Es mejor para vosotros vivir separados“. Alguna vez le llamaron un “racista en recuperación” que utilizaba la palabra racista y le gustaban los espectáculos de teatro musical donde actores blancos se pintaban las caras de negro.

Algunos historiadores dicen que Lincoln esperaba terminar lentamente con la esclavitud sin dividir a la nación. Públicamente habló sobre detener la expansión de la esclavitud. “Era un gradualista” “Intentaba prevenir una revolución sangrienta. No podía”. En cuanto a los verdaderos sentimientos de Lincoln sobre los negros, ese tema podría estar siempre sujeto a discusión.

Hay unanimidad entre los historiadores al considerar que Lincoln sufrió de depresión.

“Soy actualmente el más miserable de los hombres vivos. Si lo que siento se distribuyera por igual a toda la familia humana, no existiría un solo rostro alegre sobre la tierra. No sé si alguna vez estaré mejor, tengo el horrible presentimiento de que jamás lo estaré. No puedo seguir viviendo así, creo que debo morir o mejorar”.

En su juventud llegó a ser vigilado por sus vecinos que temían que pudiese llegar a suicidarse tras el fallecimiento de su primera novia. Se afirma que la muerte de la madre de Lincoln fue la causa y el comienzo de la batalla de por vida de Lincoln con melancolía. Un niño pequeño, el futuro presidente tuvo que soportar el dolor y la tristeza de perder un hermano recién nacido, una hermana, un tío y una tía. Estas muertes se convirtió en incrustado en la psique de Lincoln de la joven, resultando en una serie de profunda tristeza.  La tendencia melancólica de su personalidad le acompañó toda la vida, incluidos sus años en la Casa Blanca, cuando a nivel personal tuvo que afrontar la muerte de su hijo William (previamente había fallecido el primogénito Edward con sólo tres años). Además de las enfermedades conocidas, como la viruela y el estreñimiento, y cáncer.

“La melancolía de Lincoln: cómo la depresión desafió a un presidente y le impulsó hacia la grandeza” En el siglo XIX, el concepto de melancolía (depresión) no tenía las mismas implicaciones que hoy en día. En la actualidad Lincoln no sería apto para el puesto y probablemente estaría de baja. Los fármacos de la época fueron sus compañeros habituales. Tendría un diagnostico actual de Depresión mayor, el consumía opiáceos y extracto de zarzaparrilla, entre otras muchas sustancias. No obstante, Lincoln estaba convencido de que su melancolía era consecuencia inexorable de su constitución y que, por eso, sufría más que los demás. Trataba de mantenerse ocupado para distraerse, de manera que el trabajo se convirtió en su refugio. Y para liberar su melancolía leía, recitaba y componía poesía. En esos días, no hubo psiquiatras, antidepresivos, psicoterapia y terapia de grupo disponibles como hoy en día.

Pero a medida que iba avanzando la vida, este republicano, contrario a la esclavitud y defensor de la unión federal, fue domando la enfermedad. Sus esfuerzos para mantenerse vivo le obligaron a desarrollar ciertas aptitudes. Trabajó para mejorar y para llegar a un exhaustivo autoconocimiento, cultivó su disciplina y otras estrategias que, en definitiva, conformaron su personalidad.

Aunque este presidente tenía muchas razones para estar triste, se dice que padecía alguna variación del Síndrome de Marfán, de origen genético conocido bajo el nombre de “MEN 2B” (Multiple Endocrine Neoplasia 2B o Neoplasia Endocrina Múltiple 2B). Una condición que podría ser responsable de su alta estatura y quizás también de sus enfermedades y comportamientos extraordinarios. Aun que las personas con síndrome de Marfan presentan subluxación o luxación de cristalino, condición que precise frecuentemente correcciones ópticas que nunca fueron necesarias en Lincoln. Además, fue golpeado en su juventud en la frente por un caballo, trauma que le generó inconciencia, pero que nunca se asoció con lesiones oculares aparentes.

Abraham era un hombre más bien “de gustos diferentes“, «la debilidad de las violetas de mayo» porque tuvo bastantes relaciones con mujeres en su juventud  y de hecho él mismo le confesó a su amigo el abogado William Herndon que había contraído la sífilis a los veintiséis años con una prostituta. Las “tendencias homosexuales de Lincoln” añadiendo que las continuas depresiones del presidente se debían seguramente a su pulsión por “salir del armario”. Se sabe también que con su joven y atlético amigo Joshua Speed compartió cama durante cuatro años y que cuando él marchó para contraer matrimonio Lincoln quedó tan destrozado que cayó en una depresión muy profunda que hizo que sus amigos le tuvieran que retirar todos los objetos cortantes de su habitación. Luego continuó mandando cartas a su amigo Speed durante mucho tiempo que siempre terminaban con un: “Siempre Tuyo“. Después, siendo ya presidente, se encaprichó de otro hombre llamado Elmer Ellsworth, que era un gallardo militar al que mataron prematuramente Lincoln decidió consolarse durmiendo con uno de sus guardaespaldas, llamado David Derickson en un refugio presidencial situado a las afueras de Washington y que fuera su compañero íntimo con quien compartía lecho durante las frecuentes ausencias de su esposa. Aunque se casó en 1842 con Mary Todd y con ella tuvo cuatro hijos, de los que solamente quedó uno vivo.

Algunos señalan que es posible pero altamente improbable que Lincoln fuera "predominantemente homosexual" o aunque los libros no proporcionan una imagen conclusiva, muchos aspectos de su vida, como su tristeza, soledad y naturaleza reservada ganan claridad en el supuesto de un Lincoln homosexual. 

La realidad es que a Lincoln podría aplicársele aquella frase que citó Cicerón en sus “Filípicas” que decía: “Cualquiera puede errar, pero sólo el necio persevera en su falta”. Está bien que se lo elogie como defensor de la libertad política y la tolerancia. Pero que no nos lo sigan vendiendo como héroe de la igualdad racial. No hay duda de que hizo algunas cosas asombrosas en su único mandato como presidente, pero es una pena que tuviera que contrarrestarlos con algunos errores verdaderamente atroces. Lincoln era abolicionista, pero racista, quien le tocó contradecir, como guerrero y político pragmático, sus execrables convicciones.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Sufrir no es tu destino, es tu decisión

Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: La última de las libertades humanas - la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino - para decidir su propio camino”. Viktor Frankl.
¿Quién te hace sufrir? ¿Quién te rompe el corazón? ¿Quién te lastima? ¿Quién te roba la felicidad o te quita la tranquilidad? ¿Quién controla tu vida?.
¿Tus padres? ¿Tu pareja? ¿Un antiguo amor? ¿Tu suegra? ¿Tu jefe? ¿Esa sociedad que nos atrapa y estruja en su máquina de moler conciencias? ¿Esa pareja que nos cela sin motivos y que resquebraja nuestra auto seguridad y viola nuestra intimidad?.
Estoy seguro que podrías armar toda una lista de sospechosos o culpables. Probablemente sea lo más fácil. De hecho sólo es cuestión de pensar un poco e ir nombrando a todas aquellas personas que no te han dado lo que te mereces, te han tratado mal o simplemente se han ido de tu vida, dejándote un profundo dolor que hasta el día de hoy no entiendes.
Pero ¿sabes? No necesitas buscar nombres. La respuesta es más sencilla de lo que parece y es que nadie te hace sufrir, te rompe el corazón, te daña o te quita la paz. Nadie tiene la capacidad al menos que tú le permitas, le abras la puerta y le entregues el control de tu vida.
Todo lo que te sucede tiene una sola fuente: tú mismo/a. No mires hacia los lados buscando al culpable, mírate al espejo de tu vida y lo tendrás al frente de ti. 

Llegar a pensar con ese nivel de conciencia puede ser un gran reto, pero no es tan complicado como parece. Se vuelve mucho más sencillo cuando comprendemos que lo que está en juego es nuestra propia felicidad. Y definitivamente el peor lugar para colocarla es en la mente del otro, en sus pensamientos, comentarios o decisiones.
Cada día estoy más convencido de que el hombre sufre no por lo que le pasa, sino por lo que interpreta. Muchas veces sufrimos por tratar de darle respuesta a preguntas que taladran nuestra mente como: ¿Por qué no me llamó? ¿No piensa buscarme? ¿Por qué no me dijo lo que yo quería escuchar? ¿Por qué hizo lo que más me molesta? ¿Por qué se me quedó viendo feo? etc...
No se sufre por la acción de la otra persona, sino por lo que sentimos, pensamos e interpretamos de lo que hizo, por consecuencia directa de haberle dado el control a alguien ajeno a nosotros.
Si lo quisieras ver de forma más gráfica, es como si nos estuviéramos haciendo vudú voluntariamente, clavándonos las agujas cada vez que un tercero hace o deja de hacer algo que nos incomoda. Lo más curioso e injusto del asunto es que la gran mayoría de las personas que nos “lastimaron”, siguen sus vidas como si nada hubiera pasado, algunas inclusive ni se llegan a enterar de todo el teatro que estás viviendo en tu mente.
¿Realmente esa será la auténtica felicidad? ¿No será un martirio constante que alguien se la pase decidiendo nuestro estado de ánimo y bienestar? Querer obligar a otra persona a sentir lo que no siente ¿no será un calvario?
No podemos pasarnos la vida cediendo el poder a alguien más, porque terminamos dependiendo de elecciones de otros, convertidos en marionetas de sus pensamientos y acciones.
“Mi amor, me haces tan feliz”, “Sin ti me muero”, “No puedo pasar la vida sin ti”, son completamente irreales y falsas. No porque esté en contra del amor, al contrario, me considero una persona bastante apasionada y romántica, pero si te pusiste el sayo de cordero de sacrificio y te quedó gustando, te encanta sufrir. Si eso es lo que elijes como vida, entonces… ¡sufre!.
Definitivamente nadie puede decidir por nosotros. Nadie puede obligarnos a sentir o a hacer algo que no queremos, tenemos que vivir en libertad. No podemos estar donde no nos necesiten ni donde no quieran nuestra compañía. No podemos entregar el control de nuestra existencia, para que otros escriban nuestra historia. Tal vez tampoco no podamos controlar lo que pasa, pero sí decidir cómo reaccionar e interpretar (confrontar) aquello que nos sucede, sanamente, de las causas y las fuentes de tu sufrimiento. 

En la pareja, si uno de los miembros de una relación ya no siente amor y sólo da indiferencia, la otra parte tiende a deprimirse y a suplicar amor cuando su autoestima es baja, lo cual es un grave error. Las personas con alta autoestima están más preparadas para el desamor y la separación, aunque duela. saben que su mejor refugio es ellos mismos y manejan el tema con inteligencia y cabeza fría, saben cuándo hay que luchar y cuando hay que decir "no más""Cuando ya no te aman, cuando tu pareja solo te da indiferencia, siempre te tendrás a ti mismo, el último resguardo de dignidad".  W. R  

Nadie más es responsable de cómo te sientes, sólo tú y nadie más que tú. Tú eres el infierno y el cielo también.
La siguiente vez que pienses que alguien te lastima, te hace sufrir o controla tu vida, recuerda: No es él, no es ella…ERES TÚ quien lo permite y está en tus manos volver a recuperar el control. El que sufre es por que así lo decide.