jueves, 10 de marzo de 2016

Prevención del Suicidio por la OMS

Debido a que es un problema grave de Salud Pública, el suicidio requiere nuestra atención, pero desgraciadamente su prevención y control no son tarea fácil. La investigación más reciente señala que la prevención del suicidio si bien es posible, comprende una serie de actividades que van desde la provisión de las mejores condiciones posibles para la educación de los jóvenes y los niños, el tratamiento eficaz de los trastornos mentales, hasta el control medioambiental de los factores de riesgo.
Los suicidios se cobran un costo alto. Más de 800 000 personas mueren cada año por suicidio, y esta es la segunda causa principal de muerte entre personas de 15 a 29 años de edad. Hay indicios de que, por cada adulto que se suicidó, posiblemente más de otros 20 intentaron suicidarse. Los suicidios son prevenibles. Para que las respuestas nacionales sean eficaces, se necesita una estrategia integral multisectorial de prevención.

La depresión constituye el problema de salud mental más prevalente en la población activa. Inmersos en esta situación de crisis económica, la prevalencia del estrés laboral, los problemas de depresión y los suicidios están experimentando además un notable aumento, considero crucial importancia que los líderes políticos evalúen el impacto de las políticas y legislaciones vigentes en aras de desarrollar nuevas medidas que garanticen la salud y el bienestar psicológico de los trabajadores. Se trata de una medida que no sólo repercute positivamente en la población, sino en la productividad y el crecimiento económico de los países.

Se ha alertado que el suicidio (en el que la depresión supone uno de los factores de riesgo más importantes) constituye una de las tres causas principales de muerte entre las personas de 15 a 44 años y dado que se espera que su incidencia se dispare en los próximos años, la OMS ha señalado que resulta de interés prioritario que los gobiernos desarrollen estrategias nacionales que contemplen específicamente la prevención del suicidio. Con esta finalidad, la OMS ha publicado un informe, titulado Public health action for the prevention of suicide (Medidas de salud pública para la prevención del suicidio), donde se detallan paso a paso los pilares para la elaboración de estrategias nacionales de prevención del suicidio, entre los que se incluyen:

La identificación de las partes interesadas. La OMS señala la necesidad de que la prevención del suicidio se aborde desde una aproximación multi-sectorial, incluyendo no sólo al sector sanitario, sino también a representantes de otros sectores de la sociedad, como el educativo, el jurídico, el político o el social. A este respecto, los expertos consideran que un buen abordaje de la prevención del suicidio debe dirigirse a los responsables de las políticas sanitarias, al conjunto del personal médico, a los técnicos de emergencias, a los profesionales de la salud mental (psicólogos clínicos, psiquiatras) al profesorado, a las autoridades jurídicas y políticas, a las fuerzas y cuerpos de seguridad, bomberos, etc.

La realización de un informe de evaluación de la situación. Para una adecuada comprensión del impacto del suicidio, es fundamental que los gobiernos elaboren informes donde se evalúe la incidencia de este problema, así como los factores socio-demográficos asociados a la población en riesgo, los métodos utilizados y los motivos que han impulsado a las personas a cometer el acto suicida.

La evaluación de los recursos disponibles y de los necesarios, para poder establecer un plan de acción.

El establecimiento de un compromiso político. De acuerdo a los expertos de la OMS, conseguir el compromiso de los líderes políticos es un paso imprescindible para que las estrategias de prevención del suicidio reciban la financiación adecuada.

La lucha contra el estigma asociado al suicidio. Los gobiernos deben contemplar la necesidad de establecer acciones eficaces para luchar contra el estigma, ya que se sabe que muchas personas que han realizado algún intento fallido de suicidio presentan serias dificultades para acudir a los servicios de ayuda.

El aumento de la concienciación pública.

En lo que respecta a la elaboración de estrategias de prevención del suicidio a escala individual, la OMS subraya la necesidad de la identificación y el tratamiento de los trastornos mentales en la población, así como la puesta en marcha de programas de intervención específicos para personas que han realizado algún intento suicida o se encuentran en situación de riesgo. Según la OMS, una adecuada estrategia nacional de prevención del suicidio debe basarse en la integración de los servicios de salud mental en la Atención Primaria, el aumento de los recursos de salud mental y la mejora de la formación del personal de Atención Primaria en la identificación de los colectivos en situación de riesgo, entre los que se incluyen las personas que presentan depresión, problemas de abuso de drogas y alcohol, trastorno bipolar, psicosis, epilepsia, demencia moderada o dolor crónico, así como los niños y adolescentes con problemas de conducta.

¿Cómo se puede prevenir el suicidio?

R: No se pueden prevenir todos los suicidios, pero sí la mayoría. Tanto a nivel comunitario como nacional, se pueden tomar varias medidas para reducir el riesgo, entre ellas las siguientes:
  • Reducir el acceso a los medios para suicidarse (pesticidas, medicamentos, armas de fuego, etc.);
  • Tratar a las personas con trastornos mentales, y en particular a quienes padecen depresión, alcoholismo o esquizofrenia;
  • Seguimiento de los pacientes que han cometido intentos de suicidio;
  • Fomentar un tratamiento responsable del tema en los medios de comunicación;
  • Formar a los profesionales de la atención primaria de salud.
A un nivel más personal, es importante saber que sólo un escaso número de suicidios se producen sin aviso. La mayoría de los suicidas dan avisos evidentes de sus intenciones. Por consiguiente, deben tomarse en serio todas las amenazas de autolesión. Además, la mayoría de las personas que intentan suicidarse son ambivalentes y no buscan exclusivamente la muerte.

Muchos suicidios se producen en una fase de mejoría, cuando la persona tiene la energía y la voluntad para convertir sus pensamientos desesperados en una acción destructiva. No obstante, una persona que alguna vez haya tratado de suicidarse no tiene por qué estar necesariamente siempre en riesgo. Los pensamientos suicidas pueden reaparecer, pero no son permanentes y en muchos casos no vuelven a reproducirse.

Intervenciones Eficaces

Las estrategias que contemplan la restricción del acceso a métodos comunes de suicidio, por ejemplo armas de fuego y sustancias tóxicas como plaguicidas, han demostrado ser eficaces para reducir las tasas de suicidio, no obstante lo cual se deben adoptar enfoques multisectoriales con muchos niveles de intervención y actividades.

Los datos disponibles demuestran de forma contundente que la prevención y el tratamiento adecuados de la depresión y del abuso de alcohol y de sustancias reducen las tasas de suicidio, al igual que el contacto de seguimiento con quienes han intentado suicidarse.

Desafíos y Obstáculos

A nivel mundial, la prevención del suicidio es una necesidad que no se ha abordado de forma adecuada debido básicamente a la falta de sensibilización sobre la importancia de ese problema y al tabú que lo rodea e impide que se hable abiertamente de ello. De hecho, solo unos cuantos países han incluido la prevención del suicidio entre sus prioridades.

La fiabilidad de los sistemas de certificación y notificación de los suicidios requiere importantes mejoras.

Es evidente que la prevención del suicidio requiere también la intervención de sectores distintos del de la salud y exige un enfoque innovador, integral y multisectorial, con la participación tanto del sector de la salud como de otros sectores, como por ejemplo los de la educación, el mundo laboral, la policía, la justicia, la religión, el derecho, la política y los medios de comunicación.

Prevención del suicidio: Instrumentos dirigidos a grupos específicos sociales y profesionales particularmente relevantes para la prevención del suicidio.

www.who.int/mental_health/publications/suicide_prevention/es/

La difusión apropiada de la información y una campaña de sensibilización del problema son elementos esenciales para el éxito de los programas de prevención. Estos documentos han sido preparados como parte de la iniciativa mundial de la OMS para la prevención del suicidio (SUPRE).