1.- Ama y apasiónate por tu
trabajo.
2.- Comprende que la
infancia y la relación con los padres mucho en la vida adulta, tanto en tus
consultantes como en ti mismo.
3.- No endioses teorías ni
autores: que la prioridad sea siempre el encuentro humano y auténtico con el
otro en su singularidad irrepetible.
4.- Asúmete frente al otro como persona, como otro ser humano vivo y
sintiente.
5.- Escucha de manera empática
y habla de manera acogedora.
6.- Valora el sentido común
y la simpleza como los tesoros más
profundos.
7.- Asimila que ninguna técnica
puede reemplazar tu naturalidad y autenticidad como terapeuta.
8.- Contempla las
situaciones difíciles o angustiantes desde una perspectiva optimista y
esperanzadora, sin por ello negar el dolor.
9.- Aceptas que tienes derecho
a estar mal, a enojarte y a salirte de lo políticamente correcto.
10.- Descubre que no hay
mejor escuela que la propia terapia personal.