Se entiende que la
relación médico-paciente es, por definición, una relación fiduciaria. Esto
significa que el paciente, en estado de necesidad y para ser ayudado, entrega
su confianza al profesional. Este tiene entonces la obligación de responder a
tal donación con corrección técnica y ética, evitando abusar del poder que en
él ha sido delegado.
En los últimos años, en
el ámbito de la psicología clínica se está produciendo un notable aumento de la
conciencia pública respecto a los derechos de los usuarios, exigiéndose cada
vez más una práctica profesional de calidad en la que confluya un comportamiento
ético y una actuación eficiente. Sin embargo, no se ha producido un desarrollo
paralelo de normas y directrices que orienten a los psicólogos en su práctica
profesional y tampoco en los actuales planes de estudio de la licenciatura de
Psicología se han abordado estos temas con la suficiente profundidad.
Ante el
psiquiatra/psicólogo clínico, la paciente solo debería desnudar su mente...
Pero las recientes denuncias han desvelado casos de abusos de poder y mala
praxis.
“la transgresión es
fugaz: tan pronto como se realiza, expira y nos enfrenta con una frontera
vedada y destruida”
Freud decía que los
psicoterapeutas son como químicos que trabajan con sustancias altamente
inflamables Ese material explosivo es la psique de la persona con fragilidad
emocional que llega pidiendo ayuda a una consulta. "El paciente convierte
a su terapeuta en una figura de autoridad y conocimiento -dice mi colega
Mariela Michelena y se coloca a sí mismo en una posición infantil y regresiva.
Por ello, cualquier abuso por parte del terapeuta se puede considerar al nivel
de la pederastia, ya que no es una relación entre adultos, sino jerárquica. Constituye
un auténtico abuso de poder".
La comparación entre
pederastia y violación de los límites en la relación entre terapeuta y paciente
no es exagerada.
Algunos psiquiatras
dicen que "los casos de transgresión relacionados con conductas eróticas
suceden, pero no son abundantes".
Asegura que el que un paciente acuse a su psicoterapeuta ocurre en todas
las sociedades psicoanalíticas del mundo.
Los límites en
psicoterapia incluyen varias áreas críticas, que el profesional debe
constantemente vigilar: Roles, horarios, lugar del tratamiento, honorarios,
recepción de regalos y solicitud de servicios, vestuario, lenguaje verbal y no
verbal, revelaciones personales del terapeuta y contacto físico.
Breves ejemplos de transgresión
en terapia:
- Erosión gradual de la neutralidad terapéutica.
- Violación de límites "entre la silla y la puerta".
- Socialización de la terapia.
- El paciente es tratado como "especial".
- Revelación de información confidencial acerca de otros pacientes.
- Contacto físico (tocar, abrazar, besar).
- El terapeuta asume control sobre el paciente.
- Contactos extra terapéuticos.
- Sesiones terapéuticas prolongadas.
- Sesiones terapéuticas programadas al final del día.
- El terapeuta libera al paciente del pago de honorarios.
- Citas.
- Relación sexual.
Las estadísticas
actuales (según una encuesta que realiza la revista Medscape sobre ética
(Medscape Ethics Survey) nos dice que: La mayoría de los médicos, el 68%, se
posicionaron totalmente en contra de mantener una relación con un paciente
actual, catalogándolo como una práctica sin ética, y muchos se opusieron a las
relaciones íntimas de un médico con su ex-paciente sin importar cuánto tiempo
haya pasado, una postura que refleja la opinión de un servidor y de la mayoría
de las sociedades de especialidades. Y sin embargo, la encuesta revela que el
número de médicos que piensa lo contrario está en aumento, ya que en la misma
encuesta, realizada en 2010, el número de médicos en contra ascendía a 83%.
Mientras que sólo el 1% de los médicos, en ambas encuestas, cree que mantener
relaciones sexuales con un paciente es algo permisible, sólo el 12% de los
participantes en la encuesta de 2010 le parecía correcto salir con un paciente
actual; en la encuesta más reciente, hasta un 22% de los participantes cree que
este tema ya no es tabú.
Y es que en el ámbito
del diván se puede colar el deseo sexual en ambos sentidos. Según los estudios
de López Gómez, no es raro que el paciente manifieste deseos o fantasías
eróticas durante una terapia. La película de David Cronenberg 'Un método
peligroso' tiene como protagonista a Carl Jung, discípulo de Freud. El
psicoanalista practica su primera terapia a una mujer, Sabina Spielrein,
internada en su hospital por desequilibrios psíquicos, en 1904. Spielrein, que
se acaba convirtiendo, a su vez, en psicoanalista, no es solo su paciente sino
también su amante.
La observación de estas
incursiones eróticas, de hecho, llevó a Freud a describir los conceptos de
transferencia y contratransferencia [la transferencia es el traslado a la
situación presente de afectos u hostilidades que corresponden a vivencias del
pasado, con lo que la persona revive, en sus vínculos nuevos, sus antiguos
sentimientos o deseos infantiles reprimidos. Mientras la contratransferencia es
el conjunto de las reacciones inconscientes del analista frente a su paciente].
No hay duda es de que
la psicosexualidad está presente en cualquier consulta porque suele ser una de
las mayores fuentes de angustia para los pacientes. No obstante, como advierte
López Gómez esta atención es siempre desde la palabra y "no pone en
peligro los límites de la relación terapeuta-paciente". Como decía el
sonado Psiquiatra sevillano acusado de veintiséis mujeres y 2 hombres que
denuncian agresiones y abusos sexuales “¿El sexo es más fuente de placer,
estrés o de melancolía? “Permite vivir, sobrevivir y pervivir. La humanidad
existe gracias al sexo. De no ser por el sexo esta entrevista no se habría
celebrado”. A continuación, negó que hubiera recetado sexo como medicina.
En un tratamiento todo
pasa por la palabra, no existe ninguna
psicoterapia que permita tocar a los pacientes. Eso sería un aprovechamiento perverso
de la situación de poder. Y lo mismo sucede en otros enfoques. La mayoría de
los psiquiatras o colegas míos crean una distancia física necesaria para la
profesionalidad y la escucha. Como también no se niegan la existencia de esos oscuros
pseudo-profesionista aplicando mala praxis.
En efecto, todo
profesional de la salud mental sabe o supone que una vez que haya un "amor" contacto más allá entre
un médico/psicoterapeuta y una paciente, a partir de ese momento, tiene que
dejar de ser su psiquiatra o psicólogo. Sera esta una relación afectivamente
saludable y consiente? Más allá de los riesgos psíquicos y legales que con
lleva si se continua con el tratamiento.
Se debe entender y llevar acabo que la relación es
terapéutica y esta es una relación profesional, no una relación de amistad.
Dicho de otra manera, es la relación entre un profesional de la Salud Mental y
una persona que, en un momento dado de su vida, busca ayuda, para solucionar un
problema en concreto, un conflicto familiar o, únicamente, aumentar su
bienestar emocional.
Por tanto, delimitar
correctamente el rol del terapeuta y el del paciente a lo largo de la relación
terapéutica, permitirá eliminar futuros problemas y malentendidos. Por tanto, y
en todo momento, aun habiendo finalizado la terapia, nuestro rol siempre será
el mismo, el de profesional centrado en el trabajo y la cooperación, nunca el
de amigo, amante, pareja ni familiar. Como psicólogos profesionales debemos
actuar de forma que seamos percibidos por los pacientes como fiables, de confianza y consistentes.
La actividad sexual con
un paciente actual o con un ex paciente es antiética. También se considera
antiético el establecimiento de relaciones románticas y sexuales entre el
médico y los familiares de sus pacientes, habitualmente con sus padres o
cónyuges. Estas relaciones interfieren o interrumpen el tratamiento, traicionan
y hacen perder la confianza del paciente, crean problemas con el respeto a la
confidencialidad y han mostrado traer muy negativas consecuencias para el
profesional, el paciente y la familia.
El rol del terapeuta
incluye los aspectos estructurales de la terapia además del contenido, y es
responsabilidad del psiquiatra/psicólogo clínico mantener la distancia profesional en la
relación. Es inevitable que el paciente resienta los límites impuestos y precisamente, las conductas y emociones que revelan esa protesta son un
contenido de análisis importante en las terapias dinámicas. Pero la
transgresión es sólo responsabilidad culpable del terapeuta.
Se sugiere revisar
la guía ética profesional del psicólogo clínico.
Nuestra finalidad es “curar cuando se puede, aliviar casi siempre, un campo complejo, una ética común”.
Nuestra finalidad es “curar cuando se puede, aliviar casi siempre, un campo complejo, una ética común”.