jueves, 1 de octubre de 2015

Trastorno Identidad Disociativa: Síntomas

El trastorno de identidad disociativo o de personalidad múltiple es el trastorno caracterizado por la existencia de dos o más identidades o estados de la personalidad que controlan el comportamiento del individuo de modo alternante. Es una situación grave, crónica y potencialmente invalidante o mortal.
Síntomas

El TID se manifiesta a través de numerosos síntomas: La característica común de las diferentes formas de manifestarse es que existen 2 o más identidades o personalidades diferentes en una persona. En un trastorno de identidad disociativo aparecen de media entre 8 y 10 identidades parciales. De estas, al menos 2 asumen en reiteradas ocasiones el control del comportamiento.

La persona que asume la gran parte de la vida cotidiana en un trastorno de identidad disociativo se denomina host y las personalidades parciales alters.

Los síntomas pueden ser similares a los de la ansiedad, de las alteraciones de la personalidad, de la esquizofrenia y de los trastornos afectivos o de la epilepsia. La mayoría de las personas sufre síntomas de depresión, ansiedad (dificultad para respirar, pulso acelerado, palpitaciones), fobias, ataques de pánico, disfunciones sexuales, alteraciones del apetito, estrés postraumático y síntomas que simulan los de las enfermedades físicas. Pueden estar preocupadas por el suicidio y son frecuentes los intentos, así como los episodios de automutilación. Muchas personas con trastorno de identidad disociativo abusan del alcohol o de las drogas en algún momento de su vida.

El cambio de personalidades y la ausencia de consciencia del propio comportamiento en las otras personalidades hacen a menudo caótica la vida de una persona con este trastorno. Como las personalidades con frecuencia interactúan entre ellas, la persona dice oír conversaciones internas y las voces de otras personalidades. 

El trastorno de identidad disociativo con lleva vacíos de memoria (amnesia) El host solo es consciente en parte de las otras personalidades, de manera que tampoco recuerda sus actos. Muchos afectados no saben, en ocasiones, cómo han llegado al lugar en que se encuentran, quien es la persona a la que han saludado o quien ha escrito la lista de la compra que hay en su mesa.

Las diferentes identidades características de un trastorno de identidad disociativo se diferencian, casi siempre, con claridad. Tienen nombres, gustos y comportamientos diferentes. También muestran diferencias psicológicas. Así, por ejemplo, una personalidad parcial puede ser alérgica a una sustancia y la otra no. Las particularidades del carácter de los alters son, a menudo, opuestas a las del host. La medida en que las diferentes identidades cooperan mutuamente en un trastorno de identidad disociativo (es decir, tienen acceso mutuo a los recuerdos y acciones y pueden coordinar el cambio de las personalidades parciales) es diferente en cada afectado.

Las personas con TID frecuentemente oyen hablar a otros de lo que ellas han hecho pero que no recuerdan. Otras pueden mencionar cambios en su comportamiento que ellas tampoco recuerdan. Pueden descubrir objetos, productos o manuscritos con los que no contaban o que no reconocen. A menudo se refieren a sí mismas como “nosotros”, “él” o “ella”. Mientras que, en general, las personas no pueden recordar mucho acerca de sus primeros cinco años de vida, la persona con un trastorno de identidad disociativo no recuerda tampoco lo ocurrido entre sus 6 y 11 años.

Dado que el trastorno de identidad disociativo tiende a parecerse a otras alteraciones psíquicas, es típico que los pacientes refieran haber sido diagnosticados de tres o más cuadros psiquiátricos distintos y de haber seguido un tratamiento anterior sin éxito. Como grupo, estos pacientes están muy preocupados acerca de temas como el control, tanto el propio como el control sobre los demás.

Hay varios signos característicos del trastorno de la personalidad disociativo:
  1. Síntomas diferentes que ocurren en distintos momentos.
  2. Una capacidad fluctuante para asumir sus funciones, desde la eficacia en el trabajo y en la casa hasta la inhabilidad.
  3. Intensos dolores de cabeza y otros síntomas físicos.
  4. Distorsiones y errores en el tiempo y amnesia.
  5. Despersonalización y desrealización (sentimiento de estar separado de uno mismo y experimentar su medio como irreal).
Otros síntomas incluyen intentos de suicidio y lesiones, tales como cortes y quemaduras, infligidas por la misma persona. Muchos de los afectados del trastorno de personalidades múltiples manifiestan también indicios del trastorno de estrés postraumático, afección mental que sufren los que han sobrevivido a un suceso aterrador. Suelen tener pesadillas y se asustan fácilmente, tienen angustia, toxicomanía, trastornos alimentarios. Además, es común que estos pacientes puedan desarrollar depresión y cambios de humor o comportamiento psicótico y tendencias suicidas en casos severos.

La mayoría de los pacientes con trastornos disociativos expresan solamente un subgrupo de sus síntomas que predominan en su estado actual. Sin embargo, generalmente  son  capaces  de  describir todo  el síndrome en  una evaluación psiquiátrica  completa.  La  conciencia acerca  de  posibles  tipos de aplicaciones en  un escenario  clínico  puede  ayudar  a  los  clínicos a captar  el posible diagnóstico.  Sin  embargo,  la  expresión  parcial  del  síndrome  puede llevar fácilmente al   clínico   a   un   diagnóstico   alternativo   dependiendo   de   la preponderancia de un grupo de síntomas como depresión  doble, trastorno conversivo, características del trastorno límite, psicosis disociativa aguda, trastorno bipolar del  estado  de  ánimo (no es común la comorbilidad), dependencia de sustancia, disfunción sexual, intentos suicidad repetitivos, automutilación, fuga disociativa, posesión, crisis disociativa no psicótica, TOC, TDAH, TEP, y esquizofrenia.

En general los pacientes a veces presentan un importante conjunto de síntomas que pueden recordar a otros trastornos neurológicos y psiquiátricos.