Posibles procesos para superar el duelo en la experiencia de un fallecimiento por COVID-19.
Fase 1. Negación
Puedes no creerte que
la pérdida es real. La situación extraordinaria de confinamiento y no poder ver
a la persona que se ha ido puede agudizar la intensidad de esta fase.
Fase 2. Ira
Cuando conectas con la
pérdida que has sufrido puede que sientas enfado o ira: ¿Por qué me ha ocurrido
esto a mi? ¿Por qué no he podido acompañarle? ¿Cómo ha podido estar solo? No le
protegí lo suficiente… Puede que sientas que necesitas dirigir tu ira hacia lo
que te rodea o hacia ti mismo con conductas destructivas. El confinamiento
puede aumentar la intensidad de la ira.
Fase 3. Negociación –
Pacto
En esta fase se afronta
la culpa que ha podido generarse y se produce una reconciliación con aquellos
hacia los cuales se dirigió la ira. Ahora no se les percibe como culpables, la
culpa se desvanece y da paso al compromiso, a la búsqueda de metas centradas en
el desarrollo personal: Quiero donar dinero para la investigación. A partir de
ahora apoyaré más la Sanidad. Quiero hacerme voluntaria.
Fase 4. Tristeza
Puedes sentir emociones
de tristeza, vacío o intenso dolor, unidos a pensamientos que te conectan con
la pérdida: No sé si podré vivir sin ella… Es habitual rememorar en tu cabeza
momentos o frases de esa persona y que aparezca un sentimiento de vacío ante la
idea de que no regresará.
Fase 5. Aceptación
Se reconoce la pérdida
y la situación de dolor, así como las repercusiones que conlleva, sin buscar
culpables ni adoptar una posición de derrota.
Cómo superar el duelo:
Las emociones que surgen
Si eres una de las
personas que has perdido a alguien… ¿Has podido identificar tus emociones en
estos momentos? ¿Te has parado a pensar qué sientes?
Probablemente no, el estado de shock en el que te encuentras dificulta observarte a nivel emocional y entender qué sucede. Es normal. Todo lo que sientes, todas las reacciones a nivel emocional y fisiológico que experimentas son normales.
Estás viviendo una
situación extraordinaria y no tenemos referentes anteriores con los que
comparar, y por ello pueden asomar emociones que antes no habías experimentado
o quizás no en la misma intensidad.
Es importante que te
permitas sentir lo que surja para poder afrontarlas de una manera adecuada
Para ayudarte en la
identificación y expresión de tus emociones y reacciones, vamos a detenernos en
las más características en estos procesos de pérdida, más aún cuando se trata
de superar el duelo en el contexto del Coronavirus.
Miedo
Podemos sentir el
cuerpo tembloroso y rígido, experimentar sensación de ahogo o mareo, temblores,
inquietud e incluso bloqueo. Esta situación la llevas experimentando desde el
principio de la crisis sanitaria y una pérdida de una persona querida agudiza
las sensaciones de miedo, ya que tras la noticia de la pérdida lo que eran
inicialmente alertas y posibilidades se han convertido en realidad.
Enfado
Quizás te están
viniendo a la cabeza este tipo de pensamientos: no he podido despedirme, no me
permitieron estar a su lado en el hospital, no le pude hacer una despedida con
todos los que le queríamos… Unido al enfado, pueden surgir emociones como la
impotencia, sentir que no pudiste hacer nada por evitar el desenlace. La
frustración, porque las circunstancias te limitaron para hacer las cosas como
te hubiera gustado. La injusticia, porque esto te esté sucediendo a ti o por el
final que ha tenido tu ser querido.
Tristeza
Me siento vacía. Siento
que he perdido una parte de mi. Estos son algunos de los pensamientos que
pueden estar presentes ante la pérdida. Cada uno de nosotros y nosotras
experimentamos la tristeza de manera diferente, algunos con llanto, otras con
búsqueda de soledad, otras con una elevada necesidad de sentirse bajo el calor
de los suyos. La tristeza es la expresión del dolor ante una pérdida
significativa, puede incluso considerase como una forma de rendir tributo a
alguien que se quiso y que fue importante en tu vida.
Culpa
Esta emoción puede
aparecer en mensajes como: ¿Por qué no lo traje a casa? ¿Cómo no lo cuide más?
¡Tenía que haber ido a comprobar que estaba bien!…
Mensajes en los que te
culpabilizas por lo sucedido en un intento por creer que pudiste haber evitado
su muerte, en un intento por controlar la situación. Pero la realidad es que
hiciste lo que pudiste y lo que supiste y que el final no dependía de ti.
“En el proceso de duelo
las emociones y los sentimientos tienen importantes funciones y deben ser
entendidos como señales de nuestros esfuerzos por atribuir significado a la
experiencia de la pérdida.”
Cómo superar el duelo:
Afrontar el dolor: ¿Qué hacer y qué no hacer?
La pérdida de nuestros
seres queridos es algo para lo que no estamos preparados, y menos cuando la
pérdida es tan inesperada y en unas condiciones tan difíciles y extraordinarias
como en la epidemia de Coronavirus COVID-19. Ninguna persona estaba preparada
para algo así.
Pero nos gustaría
ayudarte a reflexionar. Sugerirte opciones para afrontar el dolor. Aclarar
algunas dudas para identificar mejor lo que conviene o no en estos momentos tan
complejos.
Voy a responder a 6 preguntas sobre cómo superar
el duelo
1. ¿Afrontar el duelo
en soledad o en compañía?
Combina y equilibra
ambos
Esta combinación de
soledad y compañía tiene sentido, compaginar tiempos de intimidad contigo y de
comunicación con los demás, va a ser saludable.
Escucha tu dolor y trata de abrirte a los momentos de dolor íntimo y solitario. Pero no te aísles. Es sano que tu sufrimiento sea acompañado de otras personas que, también, sufren con él.
Junto a momentos de
soledad, ten otros en los que compartas tu vivencia, con los medios que tengas a
tu alcance, si no conviven otras personas contigo, a través de llamadas, video
llamadas, grupos de Whatsapp… realiza reuniones virtuales, ceremonias de
despedida, homenajes y recuerdos…
Evita en la medida de
lo posible un aislamiento total, cortar el contacto con tus personas allegadas.
Tampoco lo contrario: no tener ningún momento íntimo y privado en el que te
pares a pensar y sentir sobre lo sucedido.
2. ¿Pensar o no pensar?
Pensar, a medida que lo
vayas pudiendo hacer. Date un respiro mental cuando sientas que lo necesitas
La ausencia física de
la persona que se va es algo en lo que pensarás toda la vida. De distinta forma
seguirá estando en ti. Por ello, cuando tu mente y tu cuerpo te hagan
preguntas, te traigan imágenes o recuerdos, no cierres la puerta. Eso sería un
desgaste enorme improductivo y aún más doloroso.
Entiende que es normal
que necesites pensar en lo sucedido y en cómo ha sucedido. Y a la vez, si
sientes que algunos días, esas preguntas o esas imágenes te invaden de forma
continua, permítete compartirlas, contándoselas a alguien, escribiéndolas,
dibujándolas o expresándolas y plasmándolas en la forma en que lo necesites.
Tras ello, quizás te convenga tener momentos de descanso o distracción.
Sí es sano que pienses
y no tengas miedo a lo que traiga tu mente en estos momentos. Con el tiempo
irás entendiendo el significado de cada imagen, de cada pensamiento, dándole
sentido a lo que hoy no parece tenerlo. Con el tiempo, poco a poco. Y si lo que
piensas te hace más daño, trata de sostener ese dolor y pensar que no todo lo
que piensas y llega a tu mente en estos momentos tan duros es completamente
cierto: Es cierto que no pudiste abrazarle, ¿pero no te sentía al lado aunque
estuvieras físicamente lejos? ¿Cuánto amor sí pudiste darle todo el tiempo que
estuvisteis juntos?
Evita no pensar o
distraerte continuamente como si no hubiera pasado.
De igual forma, si
sientes una continua invasión de pensamientos, haz lo posible por ir teniendo
momentos del día en los que, aunque cueste y puede que no le encuentres
sentido, te centres en rutinas, autocuidados y actividades cotidianas.
3. ¿Escribir o sólo
pensar?
Escribir
Siempre que puedas,
expresa, dale forma a tus pensamientos, escríbelos. Te ayudará a procesarlos
mejor, ordenarlos y observar cómo tu vivencia va cambiando con los días.
Escribe sobre lo que necesites: sobre cómo fue tu vida con esa persona, sobre lo que te gustaría haberle dicho o decirle en este momento, lo que crees que te respondería. Puedes escribir pidiendo perdón si lo necesitas, o dándole las gracias.
También puedes escribir cada día un relato de cómo vas sintiendo su ausencia física, o sobre los recuerdos que te van viniendo de lo compartido. Te puede ayudar a ir asimilando, aceptando y digiriendo lo sucedido.
Escribe sobre lo que necesitas y siente lo que ello te genere.
No ayuda el tratar de
evitar expresar el dolor. “El duelo suprimido sofoca. Hace estragos dentro del
pecho y está forzado a multiplicar su fuerza” (Ovidio).
4. ¿Guardar silencio o
hablar de la pérdida?
Hablar de la pérdida “No hay duelo que no hable”
No tengas dudas, habla
de ello cuanto necesites, de la persona fallecida, de cómo has vivido y estás
viviendo su pérdida. Según tu estado emocional sentirás que necesitas hablar
con una u otra persona. Hazte caso.
Sí, es bueno que hables
con quién lo necesites, cuánto necesites y cómo lo necesites, dentro de las
posibilidades de confinamiento (aprovecha también la tecnología: video
llamadas, WhatsApp…)
No te obligues a hablar
con personas con las que no lo deseas en este momento. Cada persona tenemos
nuestro ritmo en digerir la pérdida y más aún en las circunstancias en que se
están dando estás pérdidas. Cualquier ritmo es válido, nadie debe forzar a
nadie a hablar sobre lo que la otra persona no desee, ni forzar a silenciar lo
que la otra necesite hablar.
Pasado un tiempo,
cuando ya hayas expresado tu dolor, hayas compartido tus sentimientos, tus
miedos, tus recuerdos, intenta retomar otros temas de conversación, volver a
conectarte con tu día a día, con temas cotidianos, con ilusiones,
motivaciones…, que aunque te parezcan superficiales y que no te interesen en
este momento, quizás hagan tu malestar más llevadero.
5. Rituales de
despedida: ¿Sí o no?
Sí
Los rituales de despedida nos ayudan a expresar nuestros sentimientos, a poner un poco de orden a nivel emocional y nos ayudan a tomar consciencia del proceso del duelo, a conectar con nuestro dolor, a integrar lo que ha sucedido.
En tiempo de
confinamiento estos rituales de despedida serán diferentes a lo que estamos acostumbrados,
ya que serán más personales, más íntimos.
Te animamos a fomentar
tu despedida –por ejemplo con un homenaje–, siempre que no lo hayas hecho ya o
tengas la percepción de no haber dicho todo lo que querías, o te ha quedado
algo pendiente. Prepara un escrito para el momento en el que puedas reunir a
tus seres queridos, grabar un vídeo y compartirlo, escribir una carta, poemas,
mensajes, cuyo contenido sea algo que le diríamos a esa persona, como si
estuviera aquí. Expresa tus sentimientos a través de un diario, del dibujo,
crear un álbum, construir una caja de recuerdos. Puedes crear un rincón del
recuerdo, con una fotografía, un objeto simbólico, decorarlo como te guste y
cada vez que lo desees ir a ese espacio para estar en silencio, hablarle, recordar
momentos positivos, ver sus fotografías.
Puedes preparar
rituales de despedida sociales –encender velas en tu balcón, por ejemplo–.
Preparar la ceremonia o ritual que te hubiera gustado realizar, con la idea de
aplazarlo un tiempo o bien realizar una ceremonia o encuentro virtual
–aprovechando la tecnología online–. Compartir acciones en tus redes sociales,
crear un blog a modo de homenaje, un escrito, un montaje de fotografías, un
video… Así, podrás conectar con tus contactos y les brindarás la oportunidad de
poder expresarte sus condolencias y apoyo.
Si no quieres, no te
obligues, respeta tu espacio, tus tiempos, quizás no te apetezca compartirlo
socialmente, igual prefieres hacerlo sólo para ti, o quizás has valorado que no
es aún el momento. No tienes la necesidad. Tú decides, es tu derecho.
6 ¿Reprimir emociones o
validar emociones?
Valida lo que sientes
Tu duelo te traerá
emociones con las que te será difícil convivir. No puedes elegir lo que sientes
ante la pérdida, simplemente, recuerda que aquello que sientes o que aún no
sientes es una reacción normal de tu cuerpo y de tu mente, que hacen lo posible
por ir digiriendo el dolor.
“Todos pueden controlar
un duelo excepto el que lo tiene”
Simplemente, acepta y
da validez a lo que vayas sintiendo, normaliza tu sentir, permítetelo, no te
culpes por experimentarlo. Tienes derecho a sentir miedo, enfado, rabia…
Red