Aquellos que
“necesitan” ser amados, pocas veces encuentran lo que buscan.
Pocas fuentes de
sufrimiento son tan desgastantes como amar desde la necesidad y la carencia,
desde la obsesiva esperanza de recibir siempre algo a cambio, aunque sean las
sobras… Aquellos que buscan ser amados por encima de todo, o dispuestos a
sacrificar todo, son también los que siempre se conformarán con menos de lo que
merecen, los que buscarán afecto en los lugares equivocados.
No puedo vivir sin ti”, “Lo hago todo por ti”, “Eres mi vida
entera”, “Si te vas, me muero”. “Si
la pierdo, mi vida no tendrá sentido” Son las frases más románticas que se nos
ocurren, pero si pensamos bien en el contenido de estas frases, nos damos
cuenta de que estamos transmitiendo un amor enfermizo.
Cabe decir que de poco
sirve que le contestemos a esa persona “Siempre puedes
tener a alguien que te quiera: ese alguien eres tú”, porque no sirve, porque
hay quien no sabe muy bien cómo se hace eso de amarse a uno mismo cuando el vacío
es tan grande y la necesidad apremia, ciega y desespera. Porque pesa más la
carencia que la paciencia de sentarse con esa persona que se refleja en el
espejo para hablar con ella y convencerla de que nada tiene sentido si no
existe el amor propio.
Sin duda una de
nuestras mayores cuentas pendientes en el aspecto psicológico y afectivo, el
hacer ver a muchas personas, sobre todo a nuestros adolescentes, que el amor no
puede existir desde la necesidad. “Él te quiero porque te necesito” hunde sus
raíces en el mismísimo miedo, y eso no es lícito ni saludable. Porque el buen
amor es la expresión misma de la libertad, de la realización personal y el
bienestar.
Todos sabemos que
necesitar ser amados veta nuestro crecimiento personal, que nos hace cautivos
de las personas equivocadas, de esas a quienes nos aferramos esperando que sean
nuestra salvación, que den sentido a cada uno de los vacíos que orlan nuestro
corazón y nuestros sentidos. Necesitar
no es bueno. Necesitar es depender y todas las dependencias o adicciones con
las que te vinculas son dañinas. Sin embargo… ¿por qué
llegan a cronificarse estas conductas? ¿Por qué aun teniéndolo claro hay quien
sigue alimentando su necesidad de ser amado? Estas serían alguna de las razones.
- Quienes necesitan de forma obsesiva ser amados no cuentan, por lo general, con un modelo de referencia en el que basarse. Es común que las dinámicas familiares en las que creciera la persona necesitada de afecto se basaran en un estilo de apego equivocado. Se le educó en un amor que, lejos de nutrir fortalezas y autoestimas, ocasionó serias carencias.
- Las personas que necesitan más amor se conforman con mucho menos. Esto hace que lleguen a aceptar cualquier cosa que les llegue, sin evaluarla, sin poner filtros. Se ajustarán a la fuerza a esa relación como la pieza cuadrada de un puzzle que busca encajar en un hueco triangular. Harán a su vez casi cualquier cosa para ser dignos, para recibir afecto, atención y consideración… Sin embargo, al no lograrlo, sus vacíos se harán más grandes y su necesidad de ser amados se intensificará.
- Viven en la contradicción continua. Este hecho es sin duda muy llamativo a la vez que destructivo para la persona que lo sufre. Tal y como hemos señalado, todos sabemos que la necesidad obsesiva y constante de ser queridos y reconocidos no es saludable. Sin embargo, hay quien no puede evitarlo, hay quien con el corazón roto y la dignidad por los suelos reincide en una nueva relación de la misma talla, forma y color porque es lo único que conoce, porque sigue primando en exceso la necesidad de recibir desde fuera lo que falta, en lugar de nutrirse desde dentro.
La importancia de
“dejar de necesitar”
Todos nosotros tenemos
“necesidades” o aspiraciones importantes: un buen trabajo, una casa más grande
y hasta un poco más de suerte en esto de la vida… Sin embargo, son
“necesidades” livianas, vacuas y anecdóticas que en raras ocasiones generan
dependencia o adquieren profundidad. Somos conscientes de que nuestro día a día
iría un poco mejor si lográramos esas aspiraciones, pero no nos obsesionan: las
entendemos más como deseos que como necesidades.
La obsesión relacionada
con “encontrar” un amor por “dejar” que sea el amor quien nos encuentre a
nosotros. Permitamos que sea el destino, la casualidad o la propia vida quienes
nos acerquen hacia esa persona especial, mientras nosotros no dejamos de cuidar
de nuestro jardín interior. Buscando o encontrando cierto placer en esa
soledad, sin apegarnos a un ideal imposible, sin poner ante otros un cuento
vacío esperando ser nutridos con lo que quieran ofrecernos….Cuidemos por tanto
de nuestro amor propio alimentando nuestras propias cuotas de reconocimiento y
cariño. Esas que cuando están cubiertas impiden que nos maltratemos o que nos
maltraten, impidiendo que tengamos que entregar nuestra dignidad para conseguir
sentirnos queridos.
La valentía de decir
“no te necesito, te prefiero” (Máxima)
El hecho de preferirte
es que puedo llegar a quererte y valorarte inmensamente más que si te necesito,
porque eso significa que no necesito complementos para tapar mis carencias o
mis defectos. Nadie en la vida tiene la responsabilidad de completar lo que me
falta.
Con esto quiero decir
que la única persona a la que necesitamos para vivir es a nosotros mismos. Y
yo, en pleno derecho de usar mi libertad emocional, te elijo a ti para estar a
mi lado y disfrutar el uno del otro. Desde ya me libero del efecto
estrangulador de mis pensamientos y necesidades, trabajaré porque mis
decisiones me hagan sentir bien acerca de mi vida.
Repite: Dejar de
esclavizarme y de atarme a mi pasado emocional. No permitiré que los demás
definan quien soy. ¡¡Te quiero pero no te necesito!!.
Nota: El desapego no es romper los vínculos emocionales, es reforzarlos con mayor equilibrio
Ser dueño de uno mismo
(Máxima)
Desprenderme de los
parches y los vendajes que tapan mis heridas me ayudará crear un lazo profundo
y auténtico contigo. Porque si no amas con libertad es preferible no amar, pues
la dependencia emocional destruye.
- Elijo el amor y sigo siendo dueña de mí misma. Porque el sentimiento de amor más fuerte que existe es el amor hacia uno mismo.
- Yo soy Yo y Tú eres Tú. Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas y tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Conclusión
Nos hicieron creer que
solo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos y los que escapan de
ella están condenados a la marginalidad.
Hay que entender que
para amar de manera saludable, aunque suene retórico, uno tiene que comenzar
por amarse a sí mismo y saber que la felicidad no depende de alguien o de algo
externo. La felicidad está dentro de nosotros. Hay que tener la capacidad de
estar con alguien, sin sufrir por ese alguien y tener una cierta predisposición
a la renuncia, sabiendo que si las cosas se acaban, se acaban y por eso la vida
no se detiene. Estar
conscientes de que nada es para siempre, no solo ayuda a tener una relación
sana con la pareja, sino que hará que sea mucho más fácil renunciar a ella, si
en algún momento se convierte en una relación tóxica.
Pero, ¡cuidado! El
desapego tampoco significa indiferencia. La idea de no apegarse no significa no
tener relaciones, sino tenerlas sin preocupación. Es no tener miedo de dar
cariño: me vinculo sin miedo a perderte. Me vinculo sin identificarme
totalmente contigo. Te cuido, pero no soy obsesivo. Etc. Recuerda: “te amo, pero no
te necesito”. Nota: lo que es
verdadero (afectivamente sano) jamás termina.
Amar y relacionarse con
los otros desde una actitud de desapego es hacerlo con respeto y libertad. Toma conciencia de que nada es eterno, que las
pérdidas forman parte de la vida.
“Así que lo mejor es
que cada uno plante su jardín y decore su propia alma antes de tener que esperar
a que alguien nos traiga flores” Borges
Referencias:
*Compilador
de la red.
*Libro
‘Desapegarse sin Anestesia’ W. R
*Escritos/ Valeria Sabater