miércoles, 1 de noviembre de 2017

Amar con Desapego

Aquellos que “necesitan” ser amados, pocas veces encuentran lo que buscan.
Pocas fuentes de sufrimiento son tan desgastantes como amar desde la necesidad y la carencia, desde la obsesiva esperanza de recibir siempre algo a cambio, aunque sean las sobras… Aquellos que buscan ser amados por encima de todo, o dispuestos a sacrificar todo, son también los que siempre se conformarán con menos de lo que merecen, los que buscarán afecto en los lugares equivocados.

No puedo vivir  sin ti”, “Lo hago todo por ti”, “Eres mi vida entera”, “Si te vas, me muero”. “Si la pierdo, mi vida no tendrá sentido” Son las frases más románticas que se nos ocurren, pero si pensamos bien en el contenido de estas frases, nos damos cuenta de que estamos transmitiendo un amor enfermizo.

Cabe decir que de poco sirve que le contestemos a esa persona “Siempre puedes tener a alguien que te quiera: ese alguien eres tú”, porque no sirve, porque hay quien no sabe muy bien cómo se hace eso de amarse a uno mismo cuando el vacío es tan grande y la necesidad apremia, ciega y desespera. Porque pesa más la carencia que la paciencia de sentarse con esa persona que se refleja en el espejo para hablar con ella y convencerla de que nada tiene sentido si no existe el amor propio. 

Sin duda una de nuestras mayores cuentas pendientes en el aspecto psicológico y afectivo, el hacer ver a muchas personas, sobre todo a nuestros adolescentes, que el amor no puede existir desde la necesidad. “Él te quiero porque te necesito” hunde sus raíces en el mismísimo miedo, y eso no es lícito ni saludable. Porque el buen amor es la expresión misma de la libertad, de la realización personal y el bienestar.

Todos sabemos que necesitar ser amados veta nuestro crecimiento personal, que nos hace cautivos de las personas equivocadas, de esas a quienes nos aferramos esperando que sean nuestra salvación, que den sentido a cada uno de los vacíos que orlan nuestro corazón y nuestros sentidos. Necesitar no es bueno. Necesitar es depender y todas las dependencias o adicciones con las que te vinculas son dañinas. Sin embargo… ¿por qué llegan a cronificarse estas conductas? ¿Por qué aun teniéndolo claro hay quien sigue alimentando su necesidad de ser amado? Estas serían alguna de las razones.
  1. Quienes necesitan de forma obsesiva ser amados no cuentan, por lo general, con un modelo de referencia en el que basarse. Es común que las dinámicas familiares en las que creciera la persona necesitada de afecto se basaran en un estilo de apego equivocado. Se le educó en un amor que, lejos de nutrir fortalezas y autoestimas, ocasionó serias carencias.
  2. Las personas que necesitan más amor se conforman con mucho menos. Esto hace que lleguen a aceptar cualquier cosa que les llegue, sin evaluarla, sin poner filtros. Se ajustarán a la fuerza a esa relación como la pieza cuadrada de un puzzle que busca encajar en un hueco triangular. Harán a su vez casi cualquier cosa para ser dignos, para recibir afecto, atención y consideración… Sin embargo, al no lograrlo, sus vacíos se harán más grandes y su necesidad de ser amados se intensificará.
  3. Viven en la contradicción continua. Este hecho es sin duda muy llamativo a la vez que destructivo para la persona que lo sufre. Tal y como hemos señalado, todos sabemos que la necesidad obsesiva y constante de ser queridos y reconocidos no es saludable. Sin embargo, hay quien no puede evitarlo, hay quien con el corazón roto y la dignidad por los suelos reincide en una nueva relación de la misma talla, forma y color porque es lo único que conoce, porque sigue primando en exceso la necesidad de recibir desde fuera lo que falta, en lugar de nutrirse desde dentro.
La importancia de “dejar de necesitar”

Todos nosotros tenemos “necesidades” o aspiraciones importantes: un buen trabajo, una casa más grande y hasta un poco más de suerte en esto de la vida… Sin embargo, son “necesidades” livianas, vacuas y anecdóticas que en raras ocasiones generan dependencia o adquieren profundidad. Somos conscientes de que nuestro día a día iría un poco mejor si lográramos esas aspiraciones, pero no nos obsesionan: las entendemos más como deseos que como necesidades.

La obsesión relacionada con “encontrar” un amor por “dejar” que sea el amor quien nos encuentre a nosotros. Permitamos que sea el destino, la casualidad o la propia vida quienes nos acerquen hacia esa persona especial, mientras nosotros no dejamos de cuidar de nuestro jardín interior. Buscando o encontrando cierto placer en esa soledad, sin apegarnos a un ideal imposible, sin poner ante otros un cuento vacío esperando ser nutridos con lo que quieran ofrecernos….Cuidemos por tanto de nuestro amor propio alimentando nuestras propias cuotas de reconocimiento y cariño. Esas que cuando están cubiertas impiden que nos maltratemos o que nos maltraten, impidiendo que tengamos que entregar nuestra dignidad para conseguir sentirnos queridos.

La valentía de decir “no te necesito, te prefiero” (Máxima)

El hecho de preferirte es que puedo llegar a quererte y valorarte inmensamente más que si te necesito, porque eso significa que no necesito complementos para tapar mis carencias o mis defectos. Nadie en la vida tiene la responsabilidad de completar lo que me falta.

Con esto quiero decir que la única persona a la que necesitamos para vivir es a nosotros mismos. Y yo, en pleno derecho de usar mi libertad emocional, te elijo a ti para estar a mi lado y disfrutar el uno del otro. Desde ya me libero del efecto estrangulador de mis pensamientos y necesidades, trabajaré porque mis decisiones me hagan sentir bien acerca de mi vida.  

Repite: Dejar de esclavizarme y de atarme a mi pasado emocional. No permitiré que los demás definan quien soy. ¡¡Te quiero pero no te necesito!!. 

Nota: El desapego no es romper los vínculos emocionales, es reforzarlos con mayor equilibrio

Ser dueño de uno mismo (Máxima)

Desprenderme de los parches y los vendajes que tapan mis heridas me ayudará crear un lazo profundo y auténtico contigo. Porque si no amas con libertad es preferible no amar, pues la dependencia emocional destruye.
  • Elijo el amor y sigo siendo dueña de mí misma. Porque el sentimiento de amor más fuerte que existe es el amor hacia uno mismo.
  • Yo soy Yo y Tú eres Tú. Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas y tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Conclusión

Nos hicieron creer que solo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos y los que escapan de ella están condenados a la marginalidad. 

Hay que entender que para amar de manera saludable, aunque suene retórico, uno tiene que comenzar por amarse a sí mismo y saber que la felicidad no depende de alguien o de algo externo. La felicidad está dentro de nosotros. Hay que tener la capacidad de estar con alguien, sin sufrir por ese alguien y tener una cierta predisposición a la renuncia, sabiendo que si las cosas se acaban, se acaban y por eso la vida no se detiene. Estar conscientes de que nada es para siempre, no solo ayuda a tener una relación sana con la pareja, sino que hará que sea mucho más fácil renunciar a ella, si en algún momento se convierte en una relación tóxica.

Pero, ¡cuidado! El desapego tampoco significa indiferencia. La idea de no apegarse no significa no tener relaciones, sino tenerlas sin preocupación. Es no tener miedo de dar cariño: me vinculo sin miedo a perderte. Me vinculo sin identificarme totalmente contigo. Te cuido, pero no soy obsesivo.  Etc. Recuerda: “te amo, pero no te necesito”. Nota: lo que es verdadero (afectivamente sano) jamás termina.

Amar y relacionarse con los otros desde una actitud de desapego es hacerlo con respeto y libertad. Toma conciencia de que nada es eterno, que las pérdidas forman parte de la vida.

“Así que lo mejor es que cada uno plante su jardín y decore su propia alma antes de tener que esperar a que alguien nos traiga flores” Borges




Referencias:
*Compilador de la red.
*Libro ‘Desapegarse sin Anestesia’ W. R
*Escritos/ Valeria Sabater