viernes, 7 de febrero de 2014

Indicadores, Prevención e Intervención en las Conductas Suicidas.

El acto de quitarse la vida tiene significados distintos.
Dependiendo del contexto, el hecho de provocarse la muerte puede representar un pecado, un delito, una solución a los problemas, un acto heroico, una forma honorable de morir, un acto cobarde o un sinónimo de impotencia.

Sin embargo, solo se considera suicidio cuando el motivo es morir sin más. Por ello, los hombres bomba y los mártires no se consideran suicidas, dado que actúan en nombre de una creencia.

Tampoco son suicidas los que se sacrifican por otros en casos de emergencia, ni los soldados que mueren en una guerra, ni cuando la muerte es causada por una sobredosis accidental de drogas o medicamentos.

Las señales suicidas que requieren de una atención psicológica inmediata son: la ideación suicida, la tentativa, el suicidio frustrado y los suicidios parciales.

La ideación suicida significa tener pensamientos de muerte.

La tentativa o gesto suicida, se caracteriza por la impulsividad y el uso de métodos letales, sin fines reales de quitarse la vida.

En un caso así, no existe la voluntad de morir, más bien es una forma de pedir ayuda o un intento para lograr un beneficio secundario.

El suicidio frustrado es haber intentado quitarse la vida y no haberlo logrado. El suicidio parcial representa las auto-mutilaciones o la citofobia (no comer).

En otros casos, las personas pueden tener ideas suicidas y no lo han manifestado ni se lo han contado a nadie. Se entregan al alcoholismo y a las toxicomanías, practican conductas de alto riesgo, quizás aleatorias que consisten en actos casi suicidas que dependen de la suerte.

En otras circunstancias, el suicidio puede ser inducido por un trastorno mental, siendo principalmente la enfermedad lo que provoca el suicidio y no la lógica del individuo.

Las características de personalidad juegan un papel importante en el comportamiento suicida. Se ha comprobado, que la gente con tendencias suicidas, tiene dificultades para resolver problemas, su pensamiento es dicotómico (todo o nada) y son poco flexibles.

Exhiben un bajo umbral para el dolor, tienen una red social limitada y experimentan un estrés intenso constantemente.

Bajo esta perspectiva, el comportamiento suicida es visto como un comportamiento aprendido, enfocado a la resolución de problemas y empleado cuando el individuo siente que no tiene otra opción.

Algunos de los factores de riesgo que se observan en la conducta suicida son: enfermedades mentales, aislamiento, agresividad, impulsividad, un comportamiento suicida familiar, un intento suicida previo, la ruina financiera y las adicciones.

INDICADORES DE RIESGO

Los indicadores de riesgo pueden ser conscientes o inconscientes y, en muchas ocasiones, es una señal de una persona que no es capaz de expresar lo mal que se siente o una petición de ayuda.

Aunque no indican necesariamente el suicidio, es conveniente tener en cuenta los indicadores de riesgo siguientes:
  • Verbalizar frases que indican un acto suicida como: "prefiero estar muerto” "cuando me muera me echaréis de menos".
  • Escribir notas sobre el suicidio o la muerte (que se pueden clasificar como 1. notas de disculpa, 2. basadas en enfermedades incurables, 3. acusatorias, 4. con instrucciones y 5. una mezcla de todas ellas.
  • Hacer testamento o donar o tirar pertenencias importantes.
  • Pasar bruscamente de un estado de ánimo a otro diferente
  • Realizar conductas erráticas, sin objetivo alguno.
  • Visitar a amigos y familiares en plan de despedidas.
  • Acumular fármacos.
  • Hablar sobre el suicidio, incluso bromeando.
  • Sufrir una depresión mayor.
  • Cambiar de hábitos alimenticios y del sueño.
  • Perder el interés en las actividades habituales.
  • Abandonar a los amigos y a la familia.
  • Aumentar el consumo de alcohol y de drogas.
  • Provocar situaciones de riesgo innecesarias.
  • Sufrir un aumento de molestias físicas frecuentemente asociadas a conflictos emocionales.
  • Tener un comportamiento temerario.
  • Poner orden en los asuntos y regalar posesiones de valor.
  • Tener un cambio radical en el comportamiento, en la actitud o en la apariencia del aspecto físico.
  • Sufrir una pérdida importante o cambio de vida.
  • Haber sufrido abuso sexual o maltrato físico.
  • Tener una historia familiar de suicidio o violencia.
  • Haber fallecido un amigo íntimo o un miembro de la familia.
  • Haberse divorciado o separado recientemente.
  • Tener fracaso escolar.
  • Haber perdido el trabajo o problemas laborales.
  • Tener procesos legales inminentes.
  • Haber estado encarcelado recientemente o haber sido excarcelado recientemente.
  • Provocar conflictos y peleas.
  • Infringir la ley.
  • Autolesionarse.
  • Haber tenido una conducta previa de suicidio.
  • Tener problemas en la esfera sexual.
  • Tener escaso o nulo apoyo de la familia y amigos.
  • Sentirse marginado.
  • Tener sentimientos de culpabilidad.
  • Ser rígido, con pensamiento obsesivo, con poca capacidad de resolución de problemas y un autoconcepto negativo
  • Tener sentimientos de inutilidad y de pérdida de autoestima.
  • Expresar sentimientos de desesperanza.
Además toda persona ante de realizar un acto suicida evidencia una serie de síntomas que constituyen el síndrome presuicidal), que consiste en un retraimiento de los sentimientos y el intelecto, inhibición de la agresividad, la cual ya no es dirigida hacia otras personas sino hacía sí y la existencia de fantasías suicidas

PREVENCIÓN E INTERVENCIÓN EN LA CONDUCTA SUICIDA

La multi-causalidad del fenómeno del acto suicida sugiere que las estrategias de prevención deben ser también múltiples y deben aplicarse en conjunto para lograr efectividad. No hay una solución unívoca en la prevención del suicidio y el mejor abordaje es un enfoque multidisciplinario, y a la vez desde un plano individual y de salud pública.

El enfoque de la prevención del suicidio a nivel individual enfatiza el diagnóstico, el tratamiento y seguimiento del trastorno mental (depresión, esquizofrenia, drogodependencia y estrés).

El enfoque de salud pública cuenta con estrategias para la prevención del suicidio:
  • Realizar campañas de salud mental, revisiones en los colegios, diagnóstico precoz del abuso de drogas, de la depresión y del estrés.
  •  Realizar programas específicos de prevención del suicidio y evitar la estigmatización de la conducta suicida.
  •  Controlar el acceso a los medios para cometer suicidio. Existe evidencia que el control de la posesión de armas disminuye la tasa de suicidio, así como el control del uso de medicamentos y pesticidas. Otras medidas pueden incluir el cercado de puentes de gran altura y de ventanas en edificios altos.
  •  Apoyo a los medios de comunicación para que la información se adecue a la prevención: Formación de periodistas en el manejo de la información sobre la conducta suicida, ya que los medios de comunicación pueden jugar un papel proactivo en ayuda a prevenir el suicidio.
La prevención del acto suicida comprende una serie de actividades que van desde la provisión de las mejores condiciones posibles para la educación de niños y jóvenes, el tratamiento eficaz de las enfermedades mentales y el control de los factores de riesgo.

Aunque se han identificado factores de riesgo de la persona con alto riesgo de suicidio, no hay una medida definitiva para prevenir el suicidio y muy pocas personas con estos factores cometerán suicidio.

PSICOTERAPIA

La psicoterapia ayuda a distinguir a los pacientes que presentan pensamientos suicidas, de aquellos cuyas tentativas no representan un peligro real.

Dependiendo del caso, podemos utilizar diferentes enfoques psicoterapéuticos. La psicoterapia individual se orienta a que el paciente reconozca los eventos que lo impulsan a practicar esta conducta y, sobre todo,  a que aprenda a utilizar nuevas estrategias para solucionar problemas. La familia del paciente también requiere de un acompañamiento terapéutico, además de que es fundamental su apoyo para la toma de acciones preventivas que se determinen durante el proceso terapéutico.

Ante un evento suicida, consumado o frustrado, tanto los familiares como la pareja y el sobreviviente, quedan con un severo daño psicológico.

lunes, 3 de febrero de 2014

Si No Puedes Volar

"Si no puedes volar, entonces corre, si no puedes correr entonces camina, si no puedes caminar entonces arrástrate, pero hagas lo hagas no dejes de avanzar." Martin Luther King

No desistas, no te rindas, sigue adelante.

Cuando tengas ganas de renunciar recuerda las cosas que te hicieron llegar hasta el punto donde te encuentras. Nunca abandones un sueño sin darte la oportunidad a ti mismo de que se convierta en realidad, si de verdad quieres lograr algo lo lograrás, en mayor o menor medida.

La vida te regala buenos y malos momentos. Los buenos hablan por sí solos, pero los malos son lecciones. Son enseñanzas para un momento que todavía no sabes que llegará. De hecho, no sabes si llegará o no.

No decaigas por lo que la gente te diga, por lo que te ofrezca o te dejen de ofrecer, por las críticas, las enemistadas o las personas que tratan de hacerte la vida imposible. Dedica tu tiempo a los que te lo dedican. Seas quien seas o seas quien quieras ser, la gente te va a juzgar. No importa lo que hagas, por lo tanto no te preocupes, mantente firme, ten claro tu camino y tu meta.

Esfuérzate por conocer gente cada día, cada semana, por conocer culturas, por conocer palabras. Por conocer miradas que te hablen y sonrisas que te iluminen día a día. Sé humilde e intenta sacar siempre el lado positivo de las situaciones. Con humor, pero sin maldad. Busca tu felicidad sin hacer daño a nadie y comete errores, todos los que quieras y puedas.


Recuerda que todos en este mundo tenemos algo especial y que tarde o temprano siempre nos llega la oportunidad de demostrarlo. Y si no, demuéstratelo a ti mismo. Que nada existe mejor que sentirse feliz con uno y aceptar las cosas buenas y las cosas malas, que probablemente muchas de las veces se inviertan.