Advierto de la extrema dureza de algunas de las
declaraciones que pueden leerse en este artículo, sino está seguro, pulse el botón
de atrás de su navegador, ya que puede “herir susceptibilidades”.
Jeffrey fue un asesino en serie responsable por la muerte de 17 hombres entre 1978 y 1991.
Es conocido no sólo por la cantidad de personas que asesinó, sino también por
practicar la necrofilia y el canibalismo. Le gustaba desmembrar el cuerpo de
sus víctimas y conservaba sobre todo los torsos (por los que sentía adoración)
y las cabezas. A algunas de sus víctimas les realizó perforaciones en el cráneo
para inyectarles ácido en el cerebro.
Biografía
En su infancia sufrió
las constantes peleas de sus padres, Lionel Dahmer y Joyce Flint, algo que lo
marcó de por vida.
Tras reiteradas
mudanzas, en 1967 la familia compra una casa en Bath, Ohio, donde Jeffrey pasa
el resto de su infancia y adolescencia. Cuando iba de pesca con su padre le
gustaba abrir en canal a los peces y ver como morían. Con 10 años empezó a
torturar a todo tipo de animales que cazaba en el bosque cercano a su casa. Una
vez muertos coleccionaba sus huesos. Tenía en formol varios tipos de insectos.
Dahmer comenzó a ser
cada vez más introvertido, aunque realizaba algunas actividades en la
secundaria, como trabajar en el periódico y jugar al tenis, era considerado por
sus compañeros como alguien "raro", extravagante y que tenía
problemas con el alcohol y la marihuana. Antes de cumplir 18 años sus padres se
divorcian, y su padre vuelve a casarse meses después. Su padre y su nueva esposa
lo convencen para ir a la universidad, y en otoño de 1978 ingresa en la Ohio
State University, pero debido a sus problemas de alcohol la abandona en el
siguiente semestre.
En 1979 su padre lo
convence para entrar al ejército y es enviado a Alemania, en donde permanece
pocos años hasta que es dado de baja por su alcoholismo. Luego de vivir un
tiempo en Florida, vuelve a su casa en Ohio.
El 25 de septiembre de
1988 se mudó a un departamento en Milwaukee. Al otro día le ofreció 50 dólares
a un chico laosiano de 13 años para posar para unas fotografías, pero lo drogó
y abusó de él. Los padres realizaron la denuncia y el 30 de enero de 1989 fue
encontrado culpable, pero sólo permaneció en la cárcel 10 meses antes de ser
liberado.
El 22 de julio de 1991
fue arrestado en su casa por dos policías. Fue enjuiciado el 22 de febrero de
1992, el jurado no aceptó la supuesta demencia de Dahmer y lo condenó a 957
años en prisión.
Los psiquiatras que lo
atendieron le dijeron que estaba enfermo, por lo que se declaró culpable con
atenuante de enajenación mental, para ser condenado a una cárcel especial para
enfermos mentales, pero el atenuante fue finalmente rechazado. En principio se
había declarado inocente, pero cambió su declaración por la gran cantidad de
pruebas encontradas en su contra.
Fue enviado al Columbia
Correctional Institute en Portage, donde para su seguridad no tenía contacto
con los presos comunes. Pero pidió a las autoridades tener más contacto con los
otros presos, por lo que comenzó a comer con ellos y a realizar algunas tareas
de limpieza.
El 28 de noviembre de 1994 realiza tareas de limpieza con
Christopher Scarver, un esquizofrénico de raza negra y Jesse Anderson, que
había asesinado a su esposa y culpado a un hombre negro. Dahmer era acusado de
tener motivos raciales en sus homicidios, algo que él desmentía. La combinación
de presos era muy peligrosa, los guardias encontraron a Dahmer muerto y a
Anderson mortalmente herido.
Los médicos extrajeron
el cerebro de Jeffrey para estudiarlo, meses después los padres apelaron por la
posición del cerebro. Llegando incluso a enfrentarse a tribunales. La madre
deseaba venderlo a un instituto de investigación mental y su padre sólo deseaba
enterrarlo lejos de todo el mundo.
Crímenes
En junio de 1978,
cuando tenía 18 años, encontró a Steven Hicks haciendo autoestop, y lo llevó a
su casa. Dahmer era homosexual y tenía la fantasía de recoger a un
autoestopista y acostarse con él. Una vez en su casa, se dio cuenta de que
Hicks no era homosexual, y cuando éste quiso irse, Dahmer no pudo soportarlo y
lo golpeó en la cabeza para luego estrangularlo con una pesa. Luego lo
desmembró y lo puso en bolsas de plástico, y las metió en su coche con
intención de tirarlas por un barranco. A medio camino la policía lo detuvo por
conducir demasiado a la izquierda. Le preguntaron por las bolsas que llevaba en
el asiento trasero y Dahmer contestó que era basura. Le creyeron y como pasó el test de alcoholemia, le
pusieron una multa por conducir fuera de su carril y le dejaron ir. Volvió a su
casa con los restos del cadáver y los escondió en una tubería de su casa. Luego
de abandonar la universidad y volver del ejército desenterró los restos,
destruyó los huesos y los esparció en la maleza.
Tras su primer
asesinato se sintió culpable y asustado, intentó reprimir sus deseos sexuales-homicidas
acudiendo a la iglesia, dejando el alcohol y manteniéndose en estado de
celibato. Vivió así un tiempo, lo que explica que pasaran casi diez años hasta
su siguiente crimen. Pero con el tiempo pensó que podía intentar satisfacer
algunos de sus deseos sin hacerle daño a nadie, volvió a beber y empezó a
frecuentar lugares de ambiente gay.
En 1986 fue detenido
por exhibicionismo público, poco antes había querido desenterrar a un joven
muerto hacía unos días, para disfrutar de su cuerpo.
En septiembre de 1987,
conoció a Steven Toumi en un bar gay. Allí bebieron mucho y fueron a su
habitación de hotel. Dahmer no recuerda cómo lo asesinó, sólo que cuando
despertó a la mañana descubrió que estaba muerto. Para deshacerse del cadáver,
compró una maleta, en la que lo metió, y lo llevó al sótano de la casa de su
abuela. Allí tuvo sexo con el cadáver, lo desmembró y lo tiró a la basura. Se
quedó con la cabeza, a la cual hirvió y blanqueo, para después exponerla como
trofeo en su habitación.
Algunos meses después
conoció a su próxima víctima, Jamie Doxtator. Era un joven de catorce
años que rondaba las puertas de los bares para homosexuales en busca de alguien
para tener relaciones. De esta forma también conoció a Richard Guerrero en
marzo de 1988.
Mientras era procesado
por abuso de menores en 1989, Dahmer conoció a Anthony Sears en un bar. Le
ofreció dinero para sacarle unas fotografías y lo llevó a la casa de su abuela
donde lo estranguló, tuvo sexo con su cadáver y lo desmembró. Él quería que sus
amantes se quedaran en la casa y ante la negativa de éstos los mataba.
Luego de cumplir su
condena por abuso y de mudarse a su departamento en Milwaukee, Dahmer asesinó
doce personas más hasta julio de 1991.
Su táctica era siempre
similar, los invitaba a ver pornografía o a sacarse unas fotos, les ponía una
droga en la bebida, los estrangulaba y tenía sexo y se masturbaba encima del
cuerpo. Luego tomaba fotografías del cuerpo y de cada etapa del
desmembramiento. Solía utilizar ácidos para deshacer la carne y los huesos,
pero solía conservar la cabeza y los genitales como trofeo. Otra de su
característica era comerse a parte de sus víctimas, le daba la sensación de que
empezaban a formar parte de él.
En mayo de 1991, llevó
a Konerak Sinthasomphone, hermano del joven por el que fue procesado por abuso,
a su departamento. Allí lo drogó y le realizó unas trepanaciones en el cráneo
para inyectarle ácido en el cerebro. Dahmer quería tener control sobre sus
víctimas, y su intención al realizar las trepanaciones era convertirlos en una
especie de "zombies". El joven consiguió escapar cuando Dahmer salió
a tomarse una cerveza a un bar, y al correr desnudo por las calles los vecinos
alertaron a la policía. Cuando se dio cuenta de que se había escapado, lo
persiguió, y tuvo que enfrentarse a la policía y a una multitud de curiosos. El
muchacho no podía hablar porque estaba aturdido por el ácido que Dahmer le
había inyectado. Dahmer argumentó que el joven era su amante de 19 años que
estaba alcoholizado. Los policías los acompañaron hasta el departamento y
creyeron su historia. Si hubiesen revisado el apartamento habrían encontrado un
cadáver en una de las habitaciones, además de miles de pruebas de otros
asesinatos. Sinthasomphone fue estrangulado ese día. La policía creyó a Jeffrey
y depositaron al moribundo joven en una silla. Ni siquiera registraron ni
vieron el santuario macabro que tenía en la casa y salieron corriendo ante el
hedor que desprendía el interior. Posteriormente dijo que se aficionó a crear
un zombie porque quería un amante silencioso, que hiciera todo lo que él le
pedía y que se quedara haciéndole compañía.
El 22 de julio de 1991,
Tracy Edwards, su última víctima, consiguió escapar esposado. La policía lo vio
y esta vez decidieron investigar. Fueron al apartamento del hombre que lo había
esposado y al revisar la habitación descubren varias fotografías de cadáveres,
restos humanos y una cabeza en el congelador. Dahmer intentó huir, pero fue
detenido. Edwards además fue identificado al salir a explicar su caso en
televisión como acusado de una violación a una chica poco tiempo antes.
En su casa se
encontraron las paredes llenas de sangre, cuerpos mutilados, siete cráneos y
demás huesos. Días después vecinos de Dahmer dispararon a las puertas de su
casa ante el horror que causó sus crímenes. Al principio
Dahmer intento negar sus crímenes pero el cúmulo de pruebas encontradas le hizo
cambiar de ideas y facilito una detallada descripción de los asesinatos. No
solo confeso los crímenes sino también una series de prácticas que incluían necrofilia,
canibalismo y prolongadas torturas como preludio a los asesinatos.
El juicio comenzó el 27
de enero de 1992. Desde principio quedo claro que lo impulsaba un trastorno
mental, a pesar que siempre quiso disimularlo.
Los medios hicieron del
juicio un verdadero circo, bautizaron a Jeffrey como “el carnicero de Milwaukee”.
Una legión de fans comenzó a elaborar pinturas con su rostro, cómics, camisetas,
caricaturas y hasta canciones dedicadas al asesino. Revista, periódicos y
noticieros lo lanzaron al estrellato, empezó a recibir cartas de fans y muchos
seguidores lo convirtieron en su ídolo sangriento.
Todos los presentes del
juicio pudieron darse cuenta como sus compulsiones y fantasías se habían apoderado
de su mente llevando a cometer asesinatos tras asesinatos.
A demás de inspirar
ensayos, poemas, escritos, pinturas, discos, documentales, película e imitadores,
Dahmer termino siendo conocido no solo
por la cantidad de personas que asesino, sino por las prácticas de canibalismo
y necrofilia y por su manía de efectuar perforaciones en el cráneo para
inyectar agua hirviendo o ácido en el cerebro. Por su gusto en desmembrar el cuerpo de sus víctimas y conservar sobre
todo los torsos (por lo que sentía adoración) y las cabezas, lo catapulto a la
fama de los asesinos seriales.