martes, 8 de diciembre de 2015

Perfil Psicológico del Secuestrador

Tratar de comprender el perfil psicológico de un secuestrador supone hacer abstracción momentánea de las razones y justificaciones que el plagiario tiene para explicar su conducta. Los secuestradores dan cuenta de su comportamiento aduciendo razones políticas, venganzas y por una situación económica precaria. Razones que independiente de su validez esconden también un modo de ser con ciertas características.
Los factores que determinan la personalidad del secuestrador se forman y consolidan a través de la vida. Se trata de experiencias primarias internalizadas, propias e intransferibles que determinan el comportamiento general del secuestrador y explicarían, en parte, su tendencia a la trasgresión de las normas sociales que regulan la comunidad donde habitan. Estas experiencias primarias son de carácter inconsciente, lo cual indica que el plagiario no puede recordarlas. Posiblemente las sienten como una compulsión a obrar y las justifiquen con razones válidas para sí mismos que si hace conscientes.

Por extraño que parezca, no son muy diferentes al ciudadano promedio del país. Su edad oscila entre los 22 y los 35 años pero en general los secuestradores no rebasan los 31 años, son personas que están casadas y además tiene alrededor de tres hijos. Con antecedentes delictivos principalmente en los delitos patrimoniales. Proviene de una familia disfuncional, muchas veces es adicto a las drogas. Su ocupación más frecuente es la de comerciante informal o chofer y sueña con integrarse a un sector socioeconómico superior al que pertenece. Es el "genoma" del secuestrador.

Llama la atención en énfasis que hacen en calificar siempre a los secuestradores como inmaduros y limitados en su capacidad de discernimiento y toma de decisiones y en considerar que tienen una pobre preparación intelectual.  También hay delincuentes comunes por ausencia de rasgos definidos, más se caracterizan por la indisciplina, en consumo de drogas, las discusiones permanentes y por la violencia física y psicológica que ejercen contra los secuestrados, originada en el mero placer sádico de hacerlo. El secuestrador se caracteriza por su capacidad calculadora, no son tan agresivos como los homicidas, pueden estallar, pero no perder el control. Por su parte, las mujeres homicidas son más emocionales, pero también más explosivas. “Agreden de manera exagerada porque tienen ese potencial, pueden ser más verbales, pero también muy impulsivas. Tienen alteraciones cognitivas intensas, de reacción extrema, después de que aguantaron muchos años de agresiones”.

El secuestrador tiene rasgos sociopáticos, son impersonales, no se conectan fácilmente con los otros y siempre buscan su beneficio.  Además de recibir dinero o de explotar de alguna manera a sus víctimas, estos delincuentes suelen elegir dicha forma de extorsión porque les hace sentir poder: controlar a otras personas es algo que casi siempre anhelan. En la mayoría de los casos, los captores disfrutan de la influencia física y psicológica que ejercen sobre el retenido o su círculo cercano, dándoles una sensación de dominio sobre el entorno.

La personalidad de los secuestradores se asocia con la falta de empatía, es decir la incapacidad de ponerse en el lugar del otro. En general son delincuentes que han sufrido cierto tipo de abuso en algún momento de su vida, buscando con este comportamiento recuperar el control alguna vez perdido.

Los secuestradores intelectuales presentan rasgos narcisistas predominantes. Los que se encuentran limitados para formarse juicios objetivos sobre la realidad de su entorno, viven una vida de fantasías exaltadas,  sienten un deseo intenso de ser admirados y universalmente amados, sueñan con ser el centro de adoración de los demás y ver al mundo entero rendido a sus pies por hazañas grandiosas que construyen en sus ensueños. Creen que la comunidad se va a poner en pie de guerra para respaldarlos en sus demandas y, necesariamente, sufren una desilusión cuando sus perentorios llamados no producen la respuesta esperada. Estas fantasías grandilocuentes hacen que en la vida cotidiana sean torpes y estén orientados más bien hacia el fracaso.

Otro motivo que puede llevar a este acto criminal es el placer de engañar al mundo exterior: los secuestradores son personas que suelen aparentar llevar una vida normal, siendo agradables con su entorno. Este peligroso disfraz les permite salirse con la suya, sin recibir ningún tipo de sospechas.
Los secuestradores se caracterizan por su frialdad, alta peligrosidad, insensibilidad, agresividad, egocentrismo, indiferencia afectiva y la manifestación de conductas antisociales. Al disponer totalmente de la libertad, la integridad y la vida misma de la víctima, el delincuente exhibe violencia, con objeto de demostrar su fuerza y su decisión de destruir, frente a la desprotección de la víctima. Son personas capaces de ejecutar a sus víctimas sin ningún -o muy pocos- reatos de conciencia. Con su actitud buscan deshumanizar psicológicamente a los secuestrados, y distanciarse de los afectos y penalidades inherentes a la situación de cautiverio. Pero lo anterior no implica que desdeñen las necesidades del secuestrado. Por el contrario, este tipo de secuestrador es un maestro de la introspección psicológica, captan intuitivamente todas aquellas debilidades del secuestrado que pueden utilizar a su favor, y que les garantiza su control y la obtención del beneficio del rescate. Los afectos del secuestrado, su angustia, sus súplicas, los ruegos de los familiares, son contemplados por estos secuestradores, pero de un modo alejado e impreciso, sus propias emociones están ligadas al cálculo racional que hace para garantizar el éxito del plagio. Después que el secuestrado ha concluido,  el plagiado deja de existir en su memoria, no queda perturbado por la acción que llevó a cabo, ni por la posible secuela que la experiencia haya dejado en la persona liberada. El secuestrador deliberado presenta bastantes elementos de psicopatología, particularmente la falta de afecto y un desconocimiento de que la reciprocidad es necesaria en las relaciones con los demás.

Son manipuladores (tienden a dar vuelta la situación), mentirosos, promiscuos, impulsivos. Necesitan ser activos, tendencia a la hiperagresividad, ausencia de remordimiento, no aprenden de las experiencias pasadas, son refractarios al castigo (no escarmientan), no hay afectos, tienen incapacidad de amar, tienen poco poder de atención y concentración. La mayoría de los secuestradores tenían hiperconservada la esfera intelectual: “Memoria, Percepción y Juicio de la realidad”.

Comúnmente eran individuos orientados en tiempo y espacio, con un excelente funcionamiento de las facultades mentales. Por lo general desde los quince años en adelante presentaban antecedentes de características antisociales (robos, huidas, deserción escolar, etc.).

La característica principal del secuestrador es su amoralidad. La personalidad es anómala porque posee una desarmonía intrapsíquicacongénita, posee un inestable equilibrio psíquico sin perder el contacto con la realidad, posee episódicamente reacciones desequilibradas, afectivas, caracterológicas y temperamentales; esto lleva ineludiblemente a un desajuste social. Su conducta violenta no procede de una crisis sino que sus planes tienen un arreglo perfecto y no duda en usar los medios más brutales.

Generalmente acude a la mentira y él mismo las cree. Es teatral, falso y carente de una auténtica afectividad. Muchos secuestradores se caracterizaba por el contraste entre sus súbitos arranques de ira y sus restantes comportamientos, más bien tranquilo y lento.

Los secuestradores que están relacionados con la delincuencia organizada prefieren a los comerciantes y estudiantes como víctimas.

Existen en el país tres tipos de secuestros: los de alto impacto, los vinculados a la delincuencia organizada y los coyunturales o exprés.

Los de alto impacto son ejecutados por grupos armados de corte radical, para obtener recursos económicos y financiar proyectos político-ideológicos y de desestabilización. Estos plagios se ejecutan con un alto grado de sofisticación tanto en la planeación como en los procesos de cautiverio y negociación. Los montos cobrados por rescate son millonarios y exigidos siempre en dólares. Hace ya casi un lustro que no se sabe de un secuestro de este tipo en el país.

Los secuestros vinculados con la delincuencia organizada son perpetrados por bandas de delincuentes para obtener recursos económicos. Las bandas están integradas por ex convictos y delincuentes, que han evolucionado a secuestradores partiendo de delitos menores. Así como por policías y ex policías de corporaciones federales, estatales y municipales.

Los exprés y coyunturales son aquellos que están relacionados con el robo y la extorsión, así como con venganzas personales y de tipo pasional.

En su evolución criminal, el primer nivel que escalan en la pirámide de la delincuencia es el del robo a transeúntes. El siguiente paso hacia arriba es el robo a casa habitación. Después se dedican al robo de vehículos y de carga para más adelante dedicarse al robo de transportes de valores y bancos.

Después de esta última actividad se asocian con secuestradores, ex convictos, policías o ex policías y forman parte de alguna banda de plagiarios. Algunos de ellos terminan por formar y dirigir sus propias organizaciones.

En cada uno de los niveles de su evolución criminal, los delincuentes van adquiriendo la necesidad de ejercer mayores niveles de violencia y de utilizar armas más poderosas, por lo que su nivel de peligrosidad va creciendo. Muchas veces esta carrera delincuencial es impulsada por el consumo de drogas.

La conducta delictiva “no es por generación espontánea”, sino que surge por diversos factores asociados a la situación sociodemográfica, lo mismo que los motivos de incidencia y reincidencia.

Al cruzar variables como edad, sexo y escolaridad, determinaron que existe una tendencia mayor a delinquir en la etapa productiva, es decir, entre los 18 y 40 años de edad, y si un preso se adapta al medio penitenciario y adopta conductas para sobrevivir, entonces está lejos de la readaptación social.


domingo, 6 de diciembre de 2015

TDA-H Abordaje Psicológico

El tratamiento psicológico tiene como objetivo ayudar a pacientes y familia a manejar los síntomas del trastorno y el impacto que éstos puedan tener en su vida diaria.

En niños y adolescentes con TDAH con repercusión moderada o grave en su vida diaria, se recomienda el tratamiento combinado, que incluye tratamiento psicológico conductual, farmacológico e intervención psicopedagógica.

La combinación de tratamientos farmacológicos y psicológicos tiene la potencialidad de que ejerce efectos inmediatos en los síntomas del TDAH mediante la utilización de la medicación, así como efectos de larga duración gracias al desarrollo de estrategias y habilidades cognitivas y de comportamiento proporcionadas por el tratamiento psicológico.

La intervención psicológica se debe realizar en el paciente y su entorno familiar. En función de las necesidades del paciente y las condiciones individuales se creará un plan de tratamiento personalizado. Es una terapia para ayudar a los niños y adolescentes a desarrollar sus capacidades cognitivas.

La terapia psicológica, resulta imprescindible de cara a aportar las estrategias conductuales y cognitivas necesarias para su correcto abordaje por parte de la familia, del entorno escolar y del propio niño.

Focos de intervención:
  • Cambiar los precedentes y las consecuencias de los comportamientos inapropiados para modificar éstos.
  • Establecer reglas claras y consistentes, lo que brinda la oportunidad de predicción de consecuentes, dando lugar a la corrección oportuna.
  • Incrementar las oportunidades de éxito en sus actividades y disminuir las situaciones de fracaso.
  • Darle valor y utilidad a las recompensas extrínsecas e intrínsecas.
  • Desarrollar el autoconocimiento: Conocer más sobre el propio desarrollo y los aspectos de la persona.
  • Abordar los aspectos problemáticos y que generan malestar en la persona.
  • Descubrir las potencialidades y posibilidades de la persona.
  • Desarrollar competencias a través de métodos de entrenamiento.
  • Identificar aquellos factores (internos y externos) que me generan malestar y aprender a evitarlos y/o afrontarlos.
TERAPIA CONDUCTUAL

Analiza la conducta e identifica los factores que hacen que la conducta sea inadecuada, se determinan las conductas que se desea cambiar y se establecen unos objetivos. A partir de ahí se organiza un plan para ir modificando el comportamiento que se quiere eliminar.

La terapia de modificación de conducta, se basa en los condicionamientos operantes, el uso de reforzadores y castigos y favorece la extinción de conductas disruptivas y la implantación y aparición de conductas positivas. Aspectos que trabaja:
  • Normas y limites
  • Entrenamientos en hábitos positivos
  • Modificación de conductas disruptivas y problemas de conducta
  • Entrenamiento en conductas positiva
Técnicas para incrementar las conductas:

Reforzamiento positivo: consiste en presentar inmediatamente después de la conducta adecuada un estímulo (alabanza, premio) que hace que aumente la probabilidad que se repita dicha conducta. El estímulo que se presenta después de la conducta es el refuerzo positivo.
Reforzamiento negativo: una conducta ha sido reforzada negativamente si se incrementa o mantiene porque elimina un estímulo aversivo. Ejemplo, “Mientras no acabes la tarea (conducta deseada) no saldremos al parque (estímulo aversivo)”.

Técnicas para reducir/eliminar las conductas:

Extinción: consiste en ignorar (no mirar, no escuchar, no hablar) el comportamiento inadecuado para evitar que este incremente por la atención (negativa, pero atención) que le ofrecemos al niño. Se han de explicar las condiciones de la extinción al niño antes de aplicarla y mantener el procedimiento el tiempo suficiente (al inicio suele aumentar el comportamiento inadecuado). La extinción no puede utilizarse si la conducta perturbadora es peligrosa.
Tiempo fuera: consiste en aislar al niño inmediatamente después de realizar la conducta perturbadora a un lugar aburrido (no lúdico) durante un periodopreestablecido de tiempo (aproximadamente un minuto por año del niño). La técnica puede aplicarse hasta los 6-8 años de edad del niño.
Coste de respuesta: consiste en retirar una cantidad específica de reforzadores (privilegios, premios) obtenidos previamente. Ejemplo: reducir tiempo de actividades lúdicas (televisión, video-juegos, ordenador) por el comportamiento inadecuado.

Castigo: técnicamente consiste en proporcionar un estímulo aversivo (realizar trabajos molestos o monótonos) después de la conducta inadecuada con el objetivo de eliminarla. El castigo físico no debe utilizarse ya que no enseña la conducta adecuada, crea tolerancia (mayor castigo para obtener el mismo resultado), pérdida de la autoestima del niño y agresividad contra la persona que lo aplica. La recompensa es mucho más eficaz que el castigo.
Extinción: Es el modelo más utilizado para reducir una conducta. Se trata de disminuir la respuesta reforzada a un comportamiento indeseado, para lo cual es fundamental determinar qué es lo que está reforzando ese comportamiento, para dejar de reforzarlo.
Sobrecorrección: Se aplica cuando hay un comportamiento negativo y se le pide que rectifique lo que ha hecho mal y restaurar el daño que ha hecho. En el caso de la sobrecorreción de práctica positiva, la persona que ha hecho algo mal, debe repetir una conducta positiva que se le indique.

TERAPIA COGNITIVA

La cognición está compuesta de procesos como el aprendizaje, la atención, la memoria, la toma de decisiones… Y la terapia cognitiva lo que pretende es identificar cuáles de estos procesos están creando problemas, y trabaja para cambiarlos por otros más adecuados.

El enfoque terapéutico cognitivo-conductual ha demostrado ser la herramienta más eficaz de que disponemos para reducir los comportamientos perturbadores de los/as niños/as con Trastorno por déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y aumentar los comportamientos auto controlados. Para su aplicación, es imprescindible la implicación de las personas responsables de la educación del niño/a, pues son ellos/as quienes aplican las pautas en casa. Aspectos que trabaja:
  • Desarrollo y orientación personal
  • Resolución de conflictos
  • Entrenamiento en auto-instrucciones
  • Organización y planificación de la conducta en función de objetivos y metas.
  • Autorregulación emocional
  • Entrenamiento en habilidades y estrategias internas
  • Autoinstrucciones
Es una técnica de cambio de comportamiento en el que se modifican los pensamientos, sustituyéndolos por otros que pueden ser más útiles y efectivos para alcanzar los objetivos o metas que se proponga el paciente. Estas autoinstrucciones se las da el paciente a sí mismo, para dirigir de esta forma su forma de actuar: “Voy a escuchar al profesor”, “Tengo que cruzar la calle con cuidado”…

Técnicas de autocontrol:

Gran parte de los problemas de autocontrol se pueden corregir aprendiendo a moderarse para reducir comportamientos impulsivos que son inmediatamente gratificantes, pero que a medio plazo no son beneficiosos.

Para realizar un programa de autocontrol, se pueden seguir los siguientes pasos:
  • Detectar cual es el problema y establecer los objetivos que se quieren conseguir.
  • Comprometerse a modificar su propia conducta.
  • Registrar los datos e identificar las causas del problema.
  • Diseñar y aplicar un programa de tratamiento del problema.
  • Prevenir la recaída y lograr que la mejora perdure.
Técnicas de inhibición de respuesta:

Básicamente este entrenamiento consiste en “párate y piensa”, que consiste en realizar un entrenamiento ante una señal visual de stop para inhibir una respuesta y tomar decisiones.

Pararse: De esta forma se inhibe la respuesta que inicialmente íbamos a tener. En ese momento hay que analizar qué es lo que ha ocurrido y tomar consciencia de la situación.
No actuar: Entrenar así la capacidad de demora, controlando el impulso y recapacitando sobre la respuesta adecuada que se debe dar.
Pensar: Pensar en cómo se puede solucionar el problema y las alternativas posibles, y las consecuencias que pueden tener cada una de ellas.
Planificar: Decidir cuál de las alternativas es la mejor y decidir cómo se debe actuar.
Actuar: Es importante mantener la atención frente a la distracción o la tentación de hacer algo.
Autoevaluación: Esta etapa es fundamental para seguir aprendiendo y también para valorar cómo hemos gestionado la situación.

La TCC  también se recomienda como tratamiento inicial cuando se den las  situaciones siguientes:
  • TDAH leve
  • Impacto mínimo del TDAH en la vida del niño
  • Los padres y los profesores discrepan mucho sobre la frecuencia de los síntomas.
  • Los padres rechazan el tratamiento con medicación.
  • En los niños que sean menores de 5 años.
La intervención psicológica en los niños y adolescentes TDAH debe incluir dominios en los que el afectado manifiesta algún problema como cognitivo, emocional, comportamental:

Abordaje psicoeducacional:

La Psicoeducación consiste en un abordaje que enseña al afectado y su familia en qué consiste el trastorno de TDAH, qué características tiene y qué se puede hacer para mejorarlo.

Aspectos que trabaja:
  • Explicación del TDAH al afectado
  • Posibles problemas o riesgos asociados al trastorno
  • Las diferentes vías de intervención y tratamiento que existen
  • Aceptación activa del diagnóstico por parte del afectado
  • Acuerdos de compromiso y cumplimiento terapéutico
ENTRENAMIENTO EN HABILIDADES SOCIALES:

El área social es una de las áreas donde mayores dificultades tienen los niños y adolescentes con TDAH. La adquisición de pautas, estrategias y habilidades para relacionarse de manera adecuada mediante un proceso de entrenamiento favorecerá la interacción social de los afectados con TDAH con sus iguales y evitará problemas de rechazo social, asilamiento y baja autoestima. Aspectos que trabaja:
  • Autoestima, comunicación emocional
  • Entrenamiento asertivo
  • Reglas de sociabilización
  • Entrenamiento en conductas prosociales
  • Habilidades de competencia social
¿Qué son habilidades sociales?

Sonreír – Saludar – Hacer favores – Cortesía – Ayudar – Cooperar – Compartir – Unirse al juego – Iniciar, mantener y terminar conversaciones – Expresar y recibir emociones – Saber defender derechos y opiniones asertivamente – Identificar y solucionar problemas.

TÉCNICAS DE RELAJACIÓN Y CONTROL DEL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD:

Las técnicas de relajación y trabajo corporal ayudan a controlar y canalizar el exceso de actividad, los estados de agitación, nerviosismo y ansiedad y favorecen las emociones positivas y  mejoran la comunicación y el ambiente familiar.

También favorecer la práctica de actividades físicas o culturales, o de tipo social, ayudan a mejorar la autoestima de estos niños y a desarrollar y potenciar otras capacidades y habilidades que presentan. Aspectos que trabaja:
  • Relajación y respiración
  • Expresión corporal
  • Realización de actividades externas como actividades deportivas, hobbies, actividades socio-culturales
  • Psicomotricidad
El lenguaje interno o las autoinstrucciones son las que facilitan esta interiorización de las reglas e instrucciones, ya que fomentan el pensamiento organizado y reflexivo. Los procedimientos autoinstruccionales y las técnicas de resolución de problemas tienen como objetivo que el sujeto interiorice pautas de actuación generalizables a distintas situaciones con el fin de alcanzar los objetivos propuestos.

ENTRENAMIENTO PARA PADRES

El entrenamiento para padres y las intervenciones a nivel familiar han demostrado ser efectivas en muchas ocasiones. Las sugerencias que se hacen a continuación sólo pretenden establecer un marco de trabajo que sirva de guía para trabajar la relación paternofilial mediante una mejor comunicación y atención al desarrollo del niño con TDAH.

 En el entrenamiento para padres se trabaja sobre los siguientes puntos:

Identificar las situaciones que generan problemas específicos y los problemas de comportamiento que generan. Así como los elementos que precipitan las conductas disruptivas. Es importante registrar la evolución constantemente.
  • Analizar las consecuencias positivas y negativas de los comportamientos apropiados y no apropiados con los padres.
  • En el caso de que en la relación padre-hijo se produzcan muchos roces y pocas interacciones positivas, se trabaja para reforzar las habilidades de los padres durante las sesiones para el mejor manejo de las situaciones.
  • Enseñar a los padres métodos de comunicación efectiva para establecer normas y llevar el mando (establecer contacto visual, dando órdenes de una en una, dando órdenes en un contexto positivo…).
  • Establecer consecuencias negativas apropiadas para cada problema de comportamiento específico. Las consecuencias deben estar estrechamente relacionadas con el problema en sí.
  • Utilizar sistemas de economía de fichas para los problemas de conducta constantes. Los padres pueden así aprender a penalizar y recompensar conductas negativas y positivas.
  • En el caso de problemas de conducta más graves, se enseña a emplear técnicas de tiempo fuera. Es importante comprender bien cómo funciona y cómo debe emplearse para que no se convierta en un castigo sin aprendizaje.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DEL TDAH

Se trata comúnmente con fármacos estimulantes, tales como:
  • El metilfenidato (Ritalin, Metadate, Concerta, Daytrana)
  • La anfetamina (Adderall)
  • La dextroanfetamina (Dexedrine, Dextrostat)
¿Cómo se inicia el tratamiento farmacológico?

Una vez elegido el fármaco, se empieza con dosis bajas y se incrementará la dosis cada 1 o 3 semanas en función de la respuesta del paciente y de la aparición de efectos secundarios. El médico será el responsable de evaluar la eficacia y la tolerabilidad del fármaco mediante visitas periódicas, mucho más frecuentes al inicio del tratamiento y más distanciadas en el tiempo (cada 3-6 meses) tras ajustar la dosis del fármaco de forma adecuada.

Aunque el tratamiento es individualizado, las pautas generales para cada fármaco son:
  • Metilfenidato de liberación inmediata, en 2-3 dosis al día.
  • Metilfenidato de liberación prolongada, una dosis por la mañana.
  • Atomoxetina, se recomienda administrar en dosis única por la mañana. Si existen problemas de tolerancia, administrar por la noche o repartir la dosis entre la mañana y la noche.
En algunas ocasiones, si la mejoría no es sufi ciente o existen otros trastornos asociados, será necesario aumentar la dosis hasta la máxima recomendada o combinar distintos tipos de fármacos.

Bibliográfia 

Orjales, I. y Polaino-Lorente, A. (2001), Programas de Intervención Cognitivo-conductual para
niños con Déficit de Atención con Hiperactividad. CEPE.
Polaino, A.; Avila, C.; Cabanyes, J.; García Villamisar, D.; Orjales, I. y Moreno, C . (1997).
Mental Health Medications
tdahytu.es/tratamiento-psicologico

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Errores que comenten los Padres sobre el Abuso Sexual Infantil

En este blog les comparto un artículo sobre Starishevsky autora del libro “My Body Belongs to Me”.
Jill Starishevsky es un asistente del fiscal de la ciudad de Nueva York, donde ha procesado cientos de delincuentes sexuales y dedicado su carrera a la búsqueda de justicia para las víctimas de abuso infantil y delitos sexuales. 

El abuso sexual es uno de esos temas que como padres no deseamos tener que enfrentar. Sin embargo es precisamente hablar sobre este tema con toda naturalidad lo que educará y probablemente resguardará a tu niño de otros que quieran hacerle daño cuando tú no estés para defenderlo. Dice que el primer paso para resguardar la salud sexual de tu niño es que los padres rompan con sus propios tabús sobre el hablar de sexualidad a sus niños y den el paso de conversar con ellos sobre el abuso sexual como una extensión del tema.

En su libro "Mi cuerpo me pertenece", uno de los pocos libros que trata el tema del abuso sexual, pero adaptado para una audiencia de niños entre los 3 a 8 años de edad, Jill presenta una de las primeras herramienta para prevenir el abuso sexual, es decir enseñarles a los niños desde temprana edad que su cuerpo es suyo.

El planteamiento de Jill y otros expertos sobre el abuso sexual es una reflexión al cuestionar cómo los padres pretenden que los niños compartan y comuniquen las agresiones que han vivido, si no son los padres los primeros en hablar con ellos sobre el tema llanamente. Para iniciar la reflexión de por qué debes hablarle a tu niño sobre el abuso sexual desde temprana edad, Jill ofrece los 10 principales argumentos que los padres usan para convencerse a sí mismos que no deben abordar el tema con sus hijos.

Los 10 errores según Jill Starishevsky que comenten los padres sobre el abuso sexual:

1. Rara vez son los niños víctimas de abuso sexual. Según cifras del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos, 1 de 4 niñas y 1 de cada 6 niños habrán padecido de abuso sexual al cumplir los 18 años de edad. Estas son cifras alarmantes y devastadoras. Solamente las cifras debería motivar a cualquier padre a aplicar estrategias de prevención en su hogar.

2. Este tipo de cosas no pasa donde yo vivo. El abuso sexual no discrimina porque no tiene fronteras socioeconómicas. No le importa si eres negro, blanco, Latino, rico o pobre, o qué religión prácticas, según lo establece las cifras del Website del Departamento de Justicia Dru Sjodin National Sex Offender Public Website  que ofrece la ubicación de los agresores sexuales a nivel nacional.

3. Nunca dejamos a nuestro niño con personas extrañas. La triste realidad es que el 93% de los casos abuso sexual ocurren bajo el cuidado o cuando están con alguien que conoce al niño o es de confianza de los padres, según cifras del Departamento de Justicia. Incluso si el niño nunca está con personas extrañas, él o ella puede ser víctima de un vecino, un entrenador de algún deporte, alguien en la iglesia, un miembro de la familia, e incluso un maestro o maestra.

4. Mi niño no tiene suficiente edad para hablar sobre este tema. Puedes iniciar una conversación sobre el abuso sexual con tu niño a los 3 años de edad, al comenzar a enseñarle sobre su cuerpo y sus partes privadas, pero la Academia Americana de Pediatría  incluso recomienda comenzar a hablarle de sus genitales a los niños, con su respectiva terminología de la anatomía del cuerpo a partir de los 18 meses de edad. Puedes iniciar la conversación con la pregunta: ¿sabías que tus parte privadas están cubiertas por tu traje de baño y son privadas y nadie debe verlas o tocarlas? Dile que le debe decir a mamá, papá o a un maestro si alguien lo toca en sus partes privadas. Explíquele cuales son las excepciones a la regla, tales como cuando se le está enseñando usar el baño, cuando se asea, o durante las visitas médicas.

5. No quiero asustar a mi niño. Cuando se maneja de forma apropiada, los niños no sienten miedo con la información y por el contrario se sienten en control y en dominio de sus cuerpos, lo confirma el Dr. Robert D. Sege, miembro del comité de la Asociación Americana de Pediatría sobre Abuso Infantil y Negligencia. Los padres normalmente no se abstienen de enseñarles a sus niños sobre las normas de tránsito, por el simple hecho que sus niños vayan a tener miedo de cruzar la calle. Nos corresponde como padres también afrontar el tema de cómo resguardar el cuerpo.

6. Yo sabría si algo le pasa a mi niño. La realidad es que el abuso sexual es difícil de detectar porque frecuentemente, no hay señales físicas del abuso, según lo confirma la Red Nacional para el Estrés Traumático Infantil. Sin embargo, las señales emocionales y de comportamiento que acompañan al abuso también pueden confundirse con otros factores que alteran la conducta de tu niño.

7. Mi niño me diría si algo le pasa. La mayoría de los niños no dicen o informan inmediatamente cuando han sufrido del abuso sexual. Es probable que el agresor lo haya convencido que no le diga a nadie porque nadie le creerá, que la gente dirá que es su culpa, que su confesión ocasionará gran daño y tristeza a la familia y le insistirá que el abuso es "su pequeño secreto", así lo confirma la Dra. Esther Deblinger, miembro de la Red y directora adjunta del Instituto de Educación y Servicios de Investigación sobre el Abuso Sexual de la Red Nacional para el Estrés Traumático Infantil.

8. Yo nunca dejo a mi niño solo con adultos. Otros niños pueden abusar sexualmente de otros menores. La misma lección que puede salvaguardar a tu niño de agresores adultos, lo puede hacer de agresores infantiles. Enséñale a tu niño lo que es un contacto apropiado y qué es un contacto inapropiado, ambas conceptos e ideas planteadas por Childhelp.org, organización defensora de los niños abusados. Enséñale a tu niño cuáles son los nombres correctos de sus genitales y que puede hablar contigo si cualquier persona los toca de una manera que los hace sentir incómodos.

9. No quiero sembrarle ideas innecesarias sobre el tema a mi niño. No existe ningunos datos que indiquen que hablarle a un niño sobre qué es el abuso sexual lo haga más propenso a inventar que ellos hayan sido agredidos sexualmente. "Es cierto que los niños mienten, pero rara vez mienten sobre ser víctimas de abuso. Todos los seres humanos pueden hacerlo y mienten, pero es difícil que los niños mientan sobre el sexo porque ellos no pueden mentir de algo que no tienen conocimiento…los niños no aprenden sobre el sexo oral en Sesame Street" Victor Vieth, director del Centro Nacional de Entrenamiento para la Protección de Niños, en la Universidad Estatal de Winona.

10. Nunca le va a pasar a mi niño. Según las estadísticas oficiales, le puede pasar a cualquiera, así lo confirma StopitNow.org con sus testimoniales de los niños que han sobrevivido el abuso sexual. Padres educados, que son afectuosos con sus niños me han dicho, ningún padre cuyo niño haya sido abusado sexualmente pensó que le pasaría a ellos. Nadie desea pensar que esta agresión le puede pasar a su niño. Es importante reconocer que hay formas de prevenirlo. Toma la decisión de hablar sobre el abuso sexual con tu niño.

martes, 1 de diciembre de 2015

Pesadillas y Terrores Nocturnos en el Niño

Normalmente se engloban dentro de los trastornos del sueño, en la Parasomnias. Se denominan a aquellos trastornos del sueño caracterizados por acontecimientos o conductas anormales asociadas al sueño, a sus fases específicas o a los momentos de transición sueño-vigilia.
Normalmente no constituyen trastornos importantes pero si pueden ser objetos para asesoramiento e intervención psicológica por los efectos secundarios que suelen producir en el niño como: Miedo al dormirse, a conciliar el sueño solo, a la noche, irritabilidad, ansiedad, etc...

El niño que no quiere acostarse.

Un niño se resiste a acostarse por diversos motivos. Puede tener miedo de la oscuridad o de no despertarse o se siente inseguro cuando está solo. Indudablemente, le gustaría más jugar o ver la televisión y en realidad, preferiría la compañía y atención de sus padres. Cuando los niños se hacen mayores, su vida social adquiere preponderancia. No obstante, todos los niños deben tener su hora de acostarse y si se quiere paz en casa, los padres no pueden transigir en esta cuestión. Los padres que dicen  ¿no crees que ha llegado el momento de acostarte?, han declinado su responsabilidad y sus hijos no se acostarán a la hora adecuada. Los padres que siempre permiten al niño permanecer levantado «sólo un poco más», tendrán siempre problemas con el momento de acostarse.
Para los padres novatos, seguir los consejos que se explican aquí, puede zanjar los problemas nocturnos antes de que empiecen. Si la hora de acostarse ya es un problema, será necesario planificar nuevas iniciativas para conseguir que el niño duerma. Es importante decidir lo que se hará, que el niño sepa que el cambio es inminente y que el día 1 hay que poner el plan en marcha.


Decidir cuando hay que acostarlo.
Se debe decidir el momento preciso en que el niño debe acostarse y una vez decidido, proceder con firmeza. Esto no significa que los padres deban ser absolutamente rígidos e insistir en que el niño debe estar siempre en la cama a las ocho en punto, aunque justo en aquel momento acabe de llegar papá o esté en casa el tío José. Sin embargo, cuanto más capaces sean los padres de concretar el momento de acostarse, más fácil será conseguir que el niño se duerma a una hora fija.
Importante: No utilice la palabra «oscuro» para indicar el momento de acostarse, porque en verano con la luz de día esto será causa de problemas.
Crear hábitos para acostarlo.
Los niños encuentran seguridad en la rutina. Les gusta la seguridad de lo habitual y es importante disponer de ciertos objetos con los que pueden contar. Por ejemplo, tener su martillo azul en la cama, junto a él, cada noche. Besar a todo el mundo antes de irse a su habitación y después todo el mundo tiene que ir a darle un beso cuando ya está en la cama; a otros les puede gustar colocar todas sus muñecas bajo la manta, junto a ellos.
Tanto los rituales como los detalles reconfortantes de seguridad, tales como mantas viejas o perros de trapo, de los que dependen algunos niños, les sirven para separarse de los seres queridos y pasar del estado de vigilia al de sueño.
Los padres no deben reírse de los hábitos del niño, pero por otra parte, tampoco deben consentir que se vuelvan demasiado pesados. Se ha de limitar el número de juguetes que el niño se lleva a la cama, por ejemplo, se puede llevar un libro y un juguete, que escoja. Algunos niños alargan esto demasiado, lo que comporta quince minutos adicionales para conseguir que, por fin, se vayan a la cama. A los niños siempre les gusta saber lo que ocurrirá un instante después de ahora.
Unos hábitos nocturnos regulares conseguirán que el niño sepa que el momento de acostarse se acerca y que ha llegado el momento de parar.
¿Como afrontar los terrores nocturnos?
Permitir que el niño duerma regularmente en la habitación de los padres puede provocar problemas graves. En muchos casos, los padres lo consideran un hábito difícil de interrumpir cuando se ha iniciado.
Orientaciones para devolver al niño a su cama:
1.- Si el niño va hasta la habitación de sus padres, hay que hacerle volver a su cama y meterlo en ella sin demasiadas contemplaciones. Los padres han de ser firmes.
2.- Se puede utilizar la "táctica de los apretujones", la finalidad es hacer que el niño se sienta incómodo en la cama ajena y que la suya vaya siendo más atractiva. Consiste en empujarle hacia fuera de la cama, dejándole cada vez menos espacio en la cama, apretujarle sin hacerle daño, darle una patada suave.
3.- Utilizar recompensas por el hecho de dormir solo o los progresos hacia esa meta. Asegúrese de expresar lo orgulloso que se está de él y que es un "chico mayor". Préstele una atención especial y sea cariñoso con él durante el día.
4.- Hacer su habitación más atractiva, no significa redecorarla sino cambiar algunos aspectos y que el niño sea participe de ellos.
5.- Establecer un horario regular de sueño.
Los niños con terrores nocturnos
Las pesadillas y los terrores nocturnos son dos cosas distintas. Al contrario que las pesadillas, los terrores nocturnos no son sueños que produzcan miedo ni el resultado de la actividad del sueño. En su lugar, se cree que reflejan etapas inmaduras del sueño, en las que el niño tiene dificultad para hacer la transición del sueño profundo al sueño más superficial.
Aunque el niño con terrores nocturnos no los recuerde, estos episodios nocturnos pueden ser sumamente preocupantes para los padres. Muchos niños sollozan o gritan, se agitan o corren por toda la casa con los ojos abiertos, pero sin ver y sus oídos parecen no percibir las palabras tranquilizadoras de los padres.
Poco es lo que se puede hacer para ayudar al niño durante un terror nocturno. Se debe simplemente esperar a que cese y recordar que no ha sido causado por las tensiones y que no tendrá efectos traumáticos ni duraderos para el niño.
Tranquilizarle: Abrace al niño, cálmele y pásele una toalla refrescante por la cara. Los padres sentirán que están haciendo algo útil y esto tranquilizará al niño mientras pierde su mirada perdida y empieza a volver a la realidad, preguntándose qué pasa.
Regule los horarios de sueño: Para ayudar al niño a desarrollar un patrón de sueño más maduro. asegúrese de que tiene un horario regular de sueño y que descansa lo suficiente.
Consulte a un profesional: A pesar de que los terrores nocturnos no son en general significativos existe sin embargo la posibilidad de que sean síntomas de alteraciones neurológicas. Para verificar este extremo, al mismo tiempo que las pesadillas muy molestas, habría que comentarlo con el médico. Si los terrores se producen con mucha frecuencia, el médico puede sugerir aliviarlos con una medicación cuidadosamente controlada.
Los niños que tienen pesadillas
Las pesadillas, al contrario que los terrores nocturnos, pueden ser aterradoras para el niño y también para los padres y son resultado de sentimientos de inseguridad, ansiedades, miedos o preocupaciones. Son reacciones de miedos comunes y normales a los sueños desagradables que se inician normalmente a los tres años de edad, teniendo su punto máximo a las edades de cuatro y seis años.
Las niñas son susceptibles de padecerlas más tarde que los niños. Un 28% de los niños con edades comprendidas entre los seis y doce años, tenían pesadillas. Alrededor de los diez años, la frecuencia de estos sueños desagradables se incrementa otra vez, para remitir más tarde. Las pesadillas difieren de los terrores nocturnos en otros aspectos: mientras que el niño transpira, grita y respira agitadamente al experimentar una pesadilla puede ser despertado rápidamente y se acordará del sueño o de partes del sueño.
Los sueños pueden estar inducidos por enfermedades y por el dolor, sobre excitación, miedo v ansiedad, programas violentos de televisión o por amenazas enfermizas por parte de los padres. Aunque el niño puede no ser capaz de indicar exactamente qué le está afectando, pueden sacarse algunas claves a partir de su comportamiento conversando con él. Cualquiera que sea la causa, los niños inseguros, preocupados o con ansiedad tienen más probabilidades de tener pesadillas.
Tranquilícele y dé le seguridad: Lo que los padres pueden hacer por un niño que sufre pesadillas es despertarle, tranquilizarle y darle seguridad, decirle que todo va bien, que no ocurre nada. Acariciarle y mecerle, pero no dar demasiada importancia a la pesadilla, puesto que de otro modo podría aprender a utilizarla como mecanismo para atraer la atención. No es importante, en este momento, comentar el contenido del sueño.
Evite la excitación excesiva: Los niños deben tener un periodo de calma y relajación antes de acostarse, no permitirles que vean programas de televisión violentos o de terror, no contarles historias de miedo ni permitir que realicen actividades físicas violentas. Las experiencias de muchos padres sugieren que es de gran ayuda limitar la TV.
Comente problemas, miedos y acontecimientos que produzcan tensión: Use la conversación y los sueños como datos de cualquier problema que esté sufriendo el niño. Háblele durante el día de sus pesadillas, e intente aliviar sus miedos e inquietudes. Sea previsor y prepare al niño con antelación para acontecimientos que sean susceptibles dc causarle tensión, tales como la vuelta a la escuela después de las vacaciones o el salir de viaje. Los miedos en los niños son muchas veces causados por la falta de información.
Tome medidas para las pesadillas repetitivas: Si el niño tiene el mismo sueño una y otra vez, puede estar seguro de que siente ansiedad por algo. Anímale a que hable de su sueño y lo represente despierto, pero con un final feliz.
Prepare una estrategia nocturna: El saberse defendidos de la pesadilla ayuda normalmente a los niños más mayores. Proporciona seguridad el dejar la luz encendida por las noches. Algunos niños pueden luchar mejor contra sus pesadillas rezando una oración determinada cada noche pidiendo protección contra los monstruos; abrazar y dormir con el peluche favorito, etc.
Diferencias entre Pesadilla y Terror Nocturno

PESADILLAS TERRORES NOCTURNOS
Normalmente el niño se despierta durante el episodio y recuerda el contenido del sueño. A pesar de que puede incorporarse de la cama e incluso llorar o gritar, resulta muy difícil despertarle. No recordará nada.
Los contenidos del sueño recordados son muy elaborados. Contenidos inexistentes o muy vagos del episodio.
Durante los episodios no suelen aparecer movimientos ni vocalizaciones ya que no existe tono muscular. En el caso de que aparezca alguna palabra o grito indica el final de la pesadilla. Pueden aparecer verbalizaciones y/o vocalizaciones por la presencia de tono muscular.
Al despertarse: sensación de miedo y ansiedad asociadas al recuerdo de las imagenes oníricas. Se experimenta una intensa ansiedad con gran activación autonómica.
Aparecen en la fase de sueño REM. Aparecen en el sueño No REM.
Suelen darse en la segunda mitad de la noche. Se dan en la primera mitad de la noche.
Inicio entre los 3 y 6 años. Inicio entre los 4 y 12 años.
Suelen remitir a medida que el niño se hace mayor. Suelen desaparecer con el tiempo y normalmente no precisan tratamiento farmacológico.
Cada individuo, incluyendo los niños, tiene temores que tienden a manifestarse de noche. Los padres deben animar al niño para que hable de sus problemas y preocupaciones, a fin de poderlos solucionar, ayudándolos a que se duerma.
En situaciones mas severas en el niño, por trastornos del estado del animo, enfermedad mental, neurológica, conductas desafiante, negativista, perturbadoras, agresivas y maltrato infantil consultar inmediatamente con un profesional.