Durante miles de años
se ha establecido una importante relación entre el hombre y el perro. Para
quienes ya compartimos la vida con estos caninos, no nos hace falta comprender el bienestar que los perros proveen a nuestra vida, y el dolor que nos produce su partida. Pero, a veces
esto se hace difícil de explicar a quienes no lo han experimentado.
Está más que comprobado
que la muerte de un perro se vive igual o en menor grado que la muerte de un
familiar, sin embargo, muchos adoptantes se sienten solos durante el
duelo porque mucha gente, entre ellos, familiares y amigos, no comprenden ese
dolor.
Debes saber que tienes
todo el derecho del mundo a llorar tras la pérdida. No te dejes
cohibir por lo que diga el resto del mundo y mucho menos te avergüences.
¿Cuántas veces hemos escuchado la frase “solo es un perro”? Pues bien, ese
perro ha podido regalarte más felicidad y amor incondicional que muchas de las
personas que te rodean. ¿Sabías que hay personas que necesitan
asistencia psicológica tras la muerte de su mascota?.
Muchas personas se
sorprenden ante las emociones que afloran tras la muerte de su fiel compañero, y me refiero a nuestro perro. Ya que nuestro
perro era parte de nuestra vida, de nuestra rutina y de nuestro hogar. Además
del amor que llegamos a sentir por él, era familia, amigo y compañero. No
debemos avergonzarnos de sentir dolor y de llorar por un ser que nos ha
acompañado tanto tiempo y a lo largo de su vida. Probablemente el perro ha
vivido una gran parte de su vida con nosotros. Lo hemos visto crecer y hacerse
adulto e incluso anciano. Es normal sentirse en duelo.
La pérdida de nuestro
perro es un momento difícil, sin duda, pero debemos entender que, con
el paso del tiempo, los recuerdos se convierten en algo agradable y se disipa
el dolor. El tiempo que nos ha regalado nuestro canino, es algo que valoraremos aún
más y debemos tener presente que siempre ha sido y será un miembro querido y
recordado de la familia.
No adoptes a un perro
para sustituir a otro. Adóptalo cuando realmente estés preparado. Hazte la idea
de que ningún perro será igual al que acabas de perder. Desafortunadamente,
muchos adoptantes creen eso y acaban abandonando al pobre perrito. ¡Cada perro
es único y tiene su propia personalidad! Si crees que no logras superar su
muerte, no dudes en acudir a un colega. No sientas vergüenza, no serás ni la
primera persona ni la última en requerir la ayuda de un especialista.
Lean esto:
"Humano, veo que
estas llorando porque llegó mi momento de partir. No llores por favor, quiero
explicarte algunas cosas. Tu estas triste porque me he ido, y yo estoy feliz
porque te conocí. ¿Cuántos como yo mueren a diario sin haber conocido a alguien
especial? Los animales a veces pasamos tanto tiempo solos a nuestra suerte!
Sólo conocemos el frío, la sed, el peligro, el hambre. Tenemos que preocuparnos
por como conseguiremos algo para comer y dónde pasaremos la noche resguardados.
Vemos muchas caras todos los días que pasan sin mirarnos, y a veces es mejor
que ni nos miren antes de que se den cuenta que estamos ahí y nos maltraten. A
veces tenemos la enorme suerte que entre tantas personas pasa un ángel y nos
recoge. A veces los ángeles vienen en grupo y están organizados, a veces hay
otros ángeles lejos que mandan ayuda para nosotros. Y ahí todo cambia. Si hace
falta nos llevan con otro tipo de ángeles que saben mucho y nos dan remedios
para que nos curemos. Eligen una palabra rara que la pronuncian cada vez que
nos ven, “nombre” creo que le dicen y ahí nos sentimos especiales, dejamos de
ser anónimos, de ser uno más de tantos. Y conocemos lo que es una casa! Tienes
idea de lo importante que es eso para nosotros? Ya no tenemos que tener miedo
nunca más, no más hambre ni frío ni dolor ni peligro. Si te pudieras dar cuenta
de lo felices que nos pone eso. Para nosotros cualquier casa es un palacio! Ya
no nos preocupa si va a llover, si pasa un auto muy ligero o si alguien nos
hará daño. Y principalmente ya no estamos solos porque a ningún animal le gusta
la soledad, qué más se puede pedir?
Sé que te entristece mi
partida pero me tenía que ir ya. Quiero pedirte que no te culpes por nada, te
escuché sollozar que tendrías que haber hecho algo más por mí. No digas eso,
hiciste mucho por mí! Sin ti no hubiese conocido todo lo lindo que hoy me llevo
conmigo. Debes saber que nosotros los animales vivimos el presente intensamente
y que somos muy sabios: disfrutamos cada pequeña cosa de cada día y olvidamos
lo malo del pasado rápidamente. Nuestras vidas empiezan cuando conocemos el
amor, el mismo amor que tu me has dado, mi ángel sin alas y de dos patas. Debes
saber que aun cuando encuentras un animal que está muy grave y que solo le
queda poco tiempo en este mundo, le prestas un servicio enorme al acompañarlo
en su transición final. Como te dije antes, a ninguno de nosotros nos gusta
estar solos y menos cuando nos damos cuenta que ya nos estamos por ir. Quizás
para ti no sea importante, pero que uno de ustedes esté al lado nuestro
acariciándonos y sosteniendo nuestra patita nos ayuda a irnos en paz.
No llores más por
favor. Yo me voy feliz. Me llevo el recuerdo del nombre que me pusiste, del
calor de tu hogar que durante este tiempo se transformó en el mío. Me llevo el
sonido de tu voz hablándome aunque no entendiese siempre lo que me decías. Me
llevo en el corazón cada caricia que me diste. Todo lo que hiciste por mí fue
muy valioso y te lo agradezco infinitamente, no sé cómo decírtelo por que no
hablo tu idioma pero seguramente en mis ojos has visto mi gratitud.
Voy a pedirte solo dos
favores. Lávate la cara y empieza a sonreír. Recuerda lo lindo que hemos vivido
juntos en este tiempo, recuerda las travesuras que hacía para alegrarte. Revive
como yo todo lo bueno de este tiempo compartido. Y no digas que ya no adoptarás
otro animal porque has sufrido tanto con mi partida. Sin ti no hubiese vivido
lo lindo que viví. Por favor, no hagas eso! Hay tantos como yo esperando a
alguien como tú. Bríndales lo que me has dado por favor, ellos lo necesitan al
igual que yo lo necesité. No te guardes el amor que tienes para dar por miedo a
sufrir. Sigue mi consejo y atesora lo bueno que compartes con cada uno de
nosotros reconociendo que eres un ángel para nosotros los animales y que sin
gente como tú nuestras vidas serían más difíciles de lo que a veces son. Sigue con
tu noble tarea que ahora me toca a mí ser tu ángel. Te estaré acompañando en tu
camino y ayudándote a ayudar a otros como yo. Hablaré con otros animalitos que
estén aquí conmigo, les contaré todo lo que has hecho por mí y te señalaré y
diré orgulloso “esa es mi familia”. Mi primera tarea ahora es ayudarte desde
aquí a que no estés más triste. Esta noche cuando mires el cielo y veas una
estrella parpadear quiero que sepas que soy yo guiñándote un ojo, avisándote
que llegué bien y diciéndote gracias por el amor que me has dado. Me despido
por ahora no diciéndote “adiós” sino hasta luego. Hay un cielo especial para
gente como tú, el mismo cielo a donde vamos nosotros y la vida nos premia
volviéndonos a encontrar allí. Te estaré esperando!".
Para mis queridos perritos que ya han partido, gracias por tantas alegrías compartidas...