¿Alguna vez te has preguntado si conoces a algún psicópata?
Probablemente que tu respuesta sea: “Sólo por la televisión.” Y lo más seguro además
es que estés equivocado. Un psicópata no tiene por qué presentar siempre este tipo de
imagen que nos proporciona el cine o la literatura, no necesariamente tiene que
ser un asesino despiadado, ni tiene que presentar conductas violentas de manera
continua. Por el contrario, puede mostrar una conducta seductora y encantadora
si fuese útil para su objetivo. Y en un grado extremo son personas capaces de
actos delictivos y graves agresiones sin que muestren un sentimiento de culpa.
Estos podrían ser
algunos síntomas y rasgos típicos del perfil de un psicópata:
- Muestra impasividad, e incluso frialdad, y falta de empatía con los sentimientos de los otros.
- Manipulador, con cierto encanto personal, capaz de conseguir lo que quiera de los demás.
- En su grado extremo se muestra eminentemente transgresor de las normas sociales de convivencia, caracterizado por su conducta criminal y su crueldad.
- Falta de culpa y de remordimiento en aquello que hace, a sabiendas del daño que pueda estar causando.
- Tienen una capacidad de juicio claro, distinguiendo entre el bien y el mal, con una inteligencia normal e incluso a veces superior a la media.
- Con incapacidad para formar relaciones personales o sociales sanas, estables y duraderas.
- Ausencia de alucinaciones o delirios, o de estado de irritabilidad o ansiedad que puedan conducir su comportamiento.
- Pensamiento y conducta guiados por el raciocinio y el pragmatismo, con un escaso papel otorgado a los sentimientos, imbuido de lo que algunos autores han denominado narcisismo social.
- No suelen sentir miedo ni responden temor al castigo de sus actos.
- No tienen en consideración la opinión de los demás, y no sufren tensión por la desaprobación social por sus actos.
- Son personas aparentemente controladas, que tratan de llevar una vida normal, ocultando sus verdaderas tensiones e intenciones.
- Son personas que no huyen de las situaciones de estrés y de riesgo, sino que lo buscan, por ejemplo practicando deportes extremos como forma de liberar sus tensiones internas.
- En algunos casos pueden mostrarse irritables e irascibles, pudiendo desencadenarse una situación de violencia física o verbal sin que haya motivo aparente para ello.
- Los psicópatas son personas que, además, suelen mostrar conductas adictivas, ya sea en el ámbito comportamental como en el caso de la cleptomanía o del consumo de sustancias ilegales.
- Los psicópatas no tienen las emociones básicas tales como el amor, la calidez, cercanía genuina o incluso la responsabilidad
Nota: Es importante
aclarar que, a diferencia de otros trastornos y características psicológicas,
no existe un comportamiento único definido en una persona a partir del cual se
pueda distinguir de forma inequívoca a un psicópata de una persona normal.
El perfil psicológico de un psicópata se caracteriza por un déficit en el control de impulsos, ausencia de sentimientos de culpa o vergüenza y problemas de adaptación a las normas sociales y morales.
La característica principal de estas personas es que tienen anestesia afectiva y como rasgos básicos: un desorden de la personalidad, una condición crónica, persistente y ego-sintónica (no hay conciencia de enfermedad). Los individuos psicopáticos o psicópatas aceptan su modo de ser como natural y apropiado. El psicópata no es psicótico ni neurótico. Por ejemplo, sabemos poco, en términos de éxito terapéutico, de la importancia de trabajar con psicópatas «neuróticos» o secundarios, en lugar de los psicópatas «puros» o primarios.
Las
personas con trastorno psicopático, o psicópatas, suelen estar caracterizadas
por tener un marcado comportamiento antisocial, una empatía y remordimientos
reducidos, y un carácter desinhibido. Este carácter psicopático puede hallarse
en diferentes dimensiones de la personalidad, en diferentes combinaciones en el
conjunto de la población. La definición exacta de la psicopatía ha ido variando
sustancialmente a lo largo de los años y sigue siendo una materia bajo
investigación. Algunas definiciones que continúan siendo usadas en la
actualidad son parcialmente complementarias y a veces son contradictorias.
Los psicópatas tienden
a crear códigos propios de comportamiento, por lo cual sólo sienten culpa al
infringir sus propios reglamentos y no los códigos sociales comunes. Suelen
tener un amplio repertorio de conductas, activando unas u otras, dependiendo
del entorno en el que se encuentren, tienen conocimiento de los usos sociales,
por lo que su comportamiento es adaptativo y pasa inadvertido para la mayoría
de las personas. Afín a todo lo antedicho es la personalidad sádico narcisista.
Psicopatía no es
sinónimo de criminalidad, pero sí aumenta las probabilidades de transgresión de
reglas y leyes sociales, debido a sus características de insensibilidad,
impulsividad, falta de inhibición comportamental, egocentrismo,
irresponsabilidad y falta de culpa o remordimientos. Los psicópatas no son
asesinos (algunos pueden ser perfectos asesinos), tienen otras formas más
sutiles de hacer daño, son personas que
viven en el mundo, principalmente en las esferas de la política y los negocios.
Lo más peligroso de los psicópatas es que no les importa hacer sufrir a los
otros con tal de lograr sus objetivos, son
“depredadores sociales”, ya que son capaces de adoptar cualquier conducta o
realizar cualquier cosa con tal de lograr sus objetivos.
No existe evidencia
real sobre las posibles causas como el trastorno de personalidad antisocial o
limite, episodio maníaco, trastorno narcisista, más allá de un Dx diferencial. Sin embargo, se cree que factores genéticos y
ambientales, como el maltrato infantil o el abuso infantil contribuyen a su
desarrollo. Las personas de padres antisociales o alcohólicos corren mayor
riesgo. Las personas que tienen por costumbre maltratar a los animales durante
la infancia suelen estar ligadas al desarrollo de la personalidad antisocial.
Tratamiento
Algunas consideraciones…
Estas personas no
suelen concurrir al tratamiento por voluntad propia, sí los familiares o personas
del entorno que lo padecen y que son los que pueden lograr beneficiarse,
solicitando ayuda terapéutica. Uno de sus rasgos característicos es que suele
conocer bien cómo manipular a los demás, y conseguir de estos lo que quiera,
por ello el psicópata requiere de entrenamiento en el ámbito afectivo, en donde
aprenda a ponerse en la situación del otro, para que entienda lo que siente,
desarrollando así habilidades emocionales y de empatía; igualmente se les
entrena para establecer y mantener relaciones sociales sanas y duraderas.
Este entrenamiento
consiste en que la persona realice diversos ejercicios de role-play, donde va
adoptando distintos papeles sociales, para que vaya teniendo experiencias
positivas sobre otras formas de relacionarse, lo que le ayudará en un futuro a
tener más opciones para conseguir un comportamiento adaptado a los estándares
sociales. Igualmente las técnicas de relajación y visualización positiva les
ayudan a controlar la tensión interna que les guía hacia la búsqueda de la
satisfacción de sus impulsos más inmediatos.
Con respecto a la
conducta inadecuada, lo más difícil es que dejen de vulnerar las leyes, ya que
los psicópatas son plenamente conscientes de cuándo transgreden las normas
sociales, y a pesar de ello lo hacen, tratando eso sí, de que no les cojan,
dando la mayor apariencia de normalidad para disimular el delito; es por ello
que es tan difícil detectarlo, y los beneficios que le proporciona hacen que
sea casi imposible cambiarle.
En realidad, ha habido
poco interés en desarrollar programas de tratamiento para las personas
diagnosticadas de psicopatías o de Trastorno Antisocial de la Personalidad, en
parte por la creencia compartida de que se trata de personas “incurables” o no
tratables.
A nivel farmacológico,
a pesar de los intentos por descubrir un tratamiento adecuado para la
psicopatía, no existe un medicamento específico para ello, ya que no padece
delirios, alucinaciones, ni estados de ansiedad o agresividad que lo motiven, por
lo que no se pueden combatir síntomas, ó si existen algunos que pueden tratar los
síntomas asociados. Por ejemplo, es posible que los antidepresivos, los
antipsicóticos y los estabilizadores del ánimo puedan ayudar a manejar la
irritabilidad, la agresión y la impulsividad asociada con el trastorno.
Mientras más se conoce del sustrato neurológico de la psicopatía, los
prospectos para una farmacoterapia eficaz mejoran. Suele pasar que la privación
de libertad la forma en que la sociedad ha resuelto este problema social en los
casos más graves; es decir, al sacar al psicópata de las calles, evita que haga
daño a nadie más, aunque la realidad nos dice que casi nunca se produce su
reinserción. Ver el tratamiento penitenciario actual.
Una de las mayores
dificultades para conseguir alcanzar unas metas satisfactorias en este
tratamiento es la falta de implicación de la persona psicópata, ya que se trata
de un comportamiento voluntario y consciente, y que le suele reportar
beneficios, ya sea de autocomplacencia o sociales, por lo que difícilmente
querrá cambiar y seguir el tratamiento para la psicopatía, siendo éste más
eficaz si se empieza a edades tempranas.
Los psicoterapeutas
deberíamos de ajustar las estrategias de intervención de acuerdo con el nivel de preparación
(disposición) del delincuente. Un adecuado entrenamiento de nosotros los profesionales, la supervisión y apoyo facilitará que sepamos lidiar con aquellos
comportamientos disruptivos de los psicópatas que interfieren con el
tratamiento. Su resocialización es algo difícil, aunque se están empezando a
poner en práctica ciertos programas que muestran algo de eficacia en la
reducción de la reincidencia. Estos programas se aplican en centros
específicos, con un entorno muy estructurado y especializado. Un progreso real en el
desarrollo de la personalidad, una maduración significativa en la esfera afectiva,
cognitiva y conductual del sujeto. La mera instrucción no es educación, y con
los psicópatas esto puede constituir un error de consecuencias fatales.
Fuentes:
Antisocial Personality Disorder: A Practicioner´s
Guide to Comparative Treatment.
WedConsultas.
Diagnostic Statistic Manual of Mental Disorders – V
Treatment of psychopathy: A review of empirical
fidings.
http://www.psicothema.com/PDF/3489.pdf
tratamiento del psicópata