lunes, 15 de junio de 2015

Construir y Potenciar una Relación de Pareja

Una pareja sana es aquella que puede ejercer una comunicación efectiva, clara y congruente. Es decir, ambos integrantes pueden expresarse libremente, manifestar sus pensamientos y emociones, sintiéndose poco juzgado por el otro. Asimismo,  esta comunicación tiene como objetivo principal llegar a acuerdos y por lo tanto, a un nuevo equilibrio.
Del mismo modo, el respeto al espacio de la otra persona, ya sea laboral, escolar, religioso, familiar o personal, es de vital importancia. La pareja no es sinónimo de fusión, por lo que es necesario que cada uno cuente con un espacio para poder realizarse y desarrollarse como persona.

Siguiendo a Judith S. Wallerstein se incluyen en este artículo las funciones psicológicas que hay que cumplir para incrementar la posibilidad de éxito en las relaciones de pareja. La base son las investigaciones que ha seguido la autora citada.

Su propuesta es potenciar la estructura interna de la pareja basada en la pasión, la intimidad y el compromiso junto con su papel que tiene en la sociedad como entidad única y diferenciada.
Actuación en el amor

La teoría triangular del amor incluye la pasión, la intimidad y el compromiso. Para potenciar y conseguir una relación de pareja plena hay que actuar en las tres vertientes.

Incrementar  la pasión. Para lo que es preciso:

Conservar las imágenes románticas, idealizadas iniciales que se han tenido del otro, y que hicieron que te enamoraras de él, ayuda a enfrentar las realidades y cambios que imprime el tiempo tanto en el cuerpo con los achaques normales de la edad, como con las manías y costumbres que se van desarrollando o perdiendo con la rutina de la convivencia .

Mantener la admiración por la pareja.

Establecer una relación sexual rica y placentera y protegerse de las interferencias que pueden surgir debidas a las obligaciones laborales y familiares. La rutina es el peor de los enemigos del deseo y el disfrute sexual. Es preciso innovar y para ello la imaginación, la fantasía y el humor son medios extraordinarios.

Preservar e incrementar la intimidad:

Construir un fuerte compañerismo basado en la intimidad y la identidad, que permita al mismo tiempo poner límites al otro para proteger la autonomía de los dos.

Usar el humor y la risa para poner las cosas en perspectiva y evitar el aburrimiento y el aislamiento.

Las tareas propias del cuidado de los niños son muy absorbentes. Hay que tener en cuenta como se incrementan debido a las crecientes exigencias laborales, que llevan cada día más tiempo. El peligro reside en perder relación entre los dos, pasando a tenerla siempre mediada por los hijos. En esas circunstancias, es preciso dedicar un tiempo y un espacio a la relación. Es necesario proteger la intimidad propia, la del otro y por supuesto como pareja.

Mantener y ampliar el compromiso en la pareja.

Mantener el vínculo de la pareja en la adversidad. La pareja tiene que ser un paraíso en el que los componentes son capaces de expresar sus diferencias, enfados y conflictos. De forma que cuando las cosas van mal fuera, uno pueda llegar a casa y tener un oasis de tranquilidad, de apoyo y comprensión. Por supuesto, no exentas de discrepancia. Establecer medios de comunicación segura, que permitan manifestar la propia opinión, sin que el otro se sienta ofendido o rechazado es un elemento importante para incrementar la aceptación mutua.

Cuidarse y confortarse mutuamente, satisfaciendo las necesidades de dependencia de cada uno y ofreciendo  apoyo y ánimo constante. Como se ha dicho, es importante en la adversidad, pero se trata de hacerlo de forma cotidiana.

Atención a las inevitables crisis vitales que pasamos en la vida. Se ha mencionado el nacimiento de los hijos, o las adversidades; pero las crisis nos acompañan en nuestro desarrollo personal con el transcurso del tiempo. El nacimiento del los hijos, o la falta de hijos, los ascensos en el trabajo, los cambios hormonales como la menopausia, el abandono del hogar por los hijos, la jubilación, etc. Son crisis que ponen en cuestión y modifican la relación en la pareja, que se debe ajustar a las nuevas circunstancias. Saber y comprender que se está en una de esas crisis ayuda. Potenciar la comunicación y el apoyo mutuo asegura la superación de estos cambios.

La costumbre nos hace ver las cosas de forma distorsionada. Cuando tenemos algo y estamos acostumbrados a ello, percibimos principalmente los defectos y lo que le falta, pero cuando lo perdemos, minimizamos los problemas y echamos de menos todo lo que realmente nos aportaba. Por eso, un buen ejercicio para fortalecer la pareja es imaginarse de vez en cuando lo que perderíamos si no estuviese con nosotros.


Finalmente, el amor, la confianza, la comunicación, el respeto mutuo, el apoyo y la comprensión, serán las bases para construir y potenciar una sana relación de pareja, así como también la capacidad de ambos para llegar a acuerdos y solucionar problemas. 

Cuando las peleas se incrementan y hay una incapacidad para regresar al equilibrio, quizá sea momento de dialogar o de buscar apoyo de un profesional, pues este tipo de situaciones pudieran ser provocados por  problemas personales (pasados o presentes) que dificultan la comunicación o resentimientos que se han acumulado dentro de la pareja.

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