Convivir
con el trastorno bipolar puede ser realmente difícil. Aunque hay algunas
actitudes y conductas que pueden ayudar tanto al enfermo como a quienes les
rodean.
Recomendaciones
generales
- Conocer la enfermedad: Leer libros, consultar en Internet, contactar con asociaciones y educarse (aprender conceptos, tipos diferentes de tratamientos, ir a grupos de ayuda, psicoterapias...).
- Se debe distinguir entre varias fases del trastorno: En las crisis de manía e hipomanía se tiene poca colaboración; en la depresión normalmente sí que se colabora; y en la fase de eutimia prácticamente no hay síntomas.
- Se debe identificar las señales de alarma de inicio de una descompensación, los denominados pródromos o síntomas iniciales, antes de que estos sean más graves y puedan darse situaciones de riesgo. Actuar con serenidad y sentido común. No culpabilizar a nadie de la situación.
- En momentos de eutimia, planificar estrategias conjuntas, entre afectado, familiares, amigos y psiquiatra para afrontar futuros episodios agudos, incluso aprobar por compromiso mutuo una futura hospitalización. Se ha de tener en casa una copia del informe psiquiátrico actualizado.
- Frente a la existencia de situaciones que sugieran un trastorno bipolar, se ha de consultar con un médico especialista que realice un diagnóstico por medio de una entrevista clínica. Si ya se tiene, y dudamos sobre la efectividad del actual tratamiento, podemos consultar con nuestro médico o hacer otra consulta médica.
- Si existen síntomas depresivos o eufóricos se tendrá que evitar tomar decisiones transcendentes, al menos hasta que se estabilice el ánimo del paciente.
- Frente a un episodio grave, contactar con su psiquiatra, llamar al teléfono de emergencia o llevar al afectado a urgencias psiquiátricas.
- Prohibir el consumo de alcohol o drogas. Hablar abiertamente con ellos del tema.
- Crear un ambiente familiar relajado. No consentir comportamientos agresivos (disminuir las situaciones de riesgo y controlar los objetos de riesgo). No admitir comportamientos egocentristas.
- Mantener una red social de familiares, amigos y asociaciones, para tener ayuda frente un episodio de crisis.
- No se han de confundir los síntomas con actitudes voluntarias.
- Vigilar la interacción con otros medicamentos, y vigilar los cambios estacionales.
- Controlar la medicación. No automedicar al afectado. No permitir que deje de tomar la medicación, intentar convencerle de que es una forma de evitar el ingreso hospitalario o tener una crisis más grave.
- No sobreproteger ni fiscalizar la conducta del afectado.
En
episodios maníacos-hipomaníacos
- Evitar discusiones que incrementen la irritabilidad. Mantener interacción no hostil: gesticulación y tono de voz adecuados, tratar de calmarlo. No llevar la contraria a los planes o ideas propias del paciente ya que normalmente se enfadarán y no entrarán en razón. Tampoco se han de fomentar sus delirios.
- En conversaciones fuera de lo corriente - normal cambiar de tema, no responder, u ofrecer versiones alternativas al discurso alterado.
- Minimizar situaciones de riesgo como compras, inversiones...Controlar los gastos, tarjetas de crédito, talonarios. En algunas situaciones excepcionales se puede considerar una incapacidad legal del afectado. La incapacidad se declara cuando una persona sufre una enfermedad que le impide gobernarse a sí mismo.
- Recordar que cuando más grande es la euforia, más dura es la caída.
Se sugiere en Fase de Manía:
- En fase de manía es habitual que la persona con trastorno bipolar fantasee con nuevos proyectos, a menudo descabellados. En estos casos, lejos de alimentar estas ideas, es importante que como familiar le recuerdes que esto es un síntoma del trastorno bipolar y que es fundamental que hable sobre ello con su psiquiatra. En ningún caso entres a discutir sobre estas nuevas empresas con él.
- Restringe su acceso al dinero, sobre todo a las tarjetas de crédito. Es bastante habitual que durante la fase de manía la persona gaste dinero en exceso, por lo que, para evitar problemas mayores, evita que pueda dilapidar el dinero en estos momentos críticos.
- Sabemos que convivir con una persona en fase de manía puede hacer perder los nervios hasta al más calmado. Sin embargo, es importante que evites a toda costa las discusiones que pudiesen incrementar su irritabilidad. Mantén una actitud no hostil y trata de calmarlo cuando se encuentre muy alterado.
- Aprende a identificar las señales de alarma que avisan de una descompensación. Si observas que duerme poco, fuma compulsivamente, se salta comidas cuando jamás lo hace, hace muchas llamadas al día o sale sin parar, probablemente esté entrando en una fase de manía. A ti te costará mucho menos que a él reconocer cualquier comportamiento fuera de lo normal.
- Aunque ni mucho menos debes convertirte en una especie de policía que vigila constantemente sus pasos, es aconsejable que te mantengas al tanto de si toma la medicación. No permitas que deje de hacerlo y convéncele de que el abandono del tratamiento puede derivar en un ingreso hospitalario.
- Si la situación se torna demasiado grave, no dudes en llamar al teléfono de emergencia 911 o acudir con él a Urgencias. No esperes a su próxima cita con el psiquiatra/psicólogo clinico: existen momentos en los que se debe actuar de inmediato.
- Controlar las ideas suicidas. Hacerle notar que su vida es importante para usted. Crear turnos de vigilancia, en caso necesario.
- No dejar la medicación al alcance del afectado. Ayudar a preparar dosis de medicamentos.
- Mejorar y controlar los hábitos saludables: dormir menos de 9 horas, alimentación, higiene personal...
- Intentar continuar con la rutina habitual.
- Animarlos a practicar ejercicio físico, a realizar actividades gratificantes de relajación o distracción.
- Tratar de hacer tareas con él, para que recupere la confianza.
- Posponer situaciones estresantes.
- Impedir la recriminación y autocrítica.
- A un enfermo depresivo no hace falta intentar consolarlo del motivo de su depresión ya que este no es el motivo “real”.
- La ayuda más valiosa es recordar que todo desaparecerá espontáneamente cuando pase el episodio.
- Paciencia, ayuda, y comprensión sinceros, sin insistir ni agobiar.
Conclusión
Participe
en su tratamiento, haga preguntas, tome las ideas de suicidio en serio, sea
consciente de los síntomas iniciales, cree apoyo, dése importancia a sí mismo, tome el
medicamento para el trastorno bipolar regularmente (aunque se sienta mejor),
guarde sus citas, sea optimista, mantenerse al margen de relaciones tóxicas, establezca
metas personales, aprender formas de relajarse y manejar el estrés, hacer
ejercicio con regularidad, encontrar alternativas y hábitos saludables, alejarse
del alcohol, el tabaco y otras drogas, dormir lo suficiente, planificación
económica, aprenda sobre el trastorno bipolar y como se recuperan las personas
con esta enfermedad. Recuerda la importancia de ser feliz, de compartir con los
otros y de controlar tus emociones. Cuanto más sepa sobre su enfermedad, mejor
preparado estará para controlarla.
Estas
y otras estrategias similares, pueden ayudar a prevenir que episodios menores se conviertan
en episodios graves de manía o depresión, ayudando en consecuencia a convivir
con el trastorno sin demasiados sobresaltos.
“La lucha para aprender a vivir mejor con el trastorno bipolar”
http://www.guiasalud.es/GPC/GPC_510_Trastorno_Bipolar_compl.pdf
https://www.personasque.es/trastorno-bipolar/experiencias/41-consejos-para-familiares-y-amigos-de-afectados-con-trastorno-bipolar
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