El cannabis es la
sustancia ilegal más consumida en nuestro país, la que ha experimentado un
crecimiento mayor en los últimos años y una de las sustancias psicoactivas más
empleadas, después del alcohol. Los trastornos por abuso de drogas constituyen
en la actualidad uno de los problemas de salud pública más importantes y tanto
su consumo como los problemas derivados del mismo son un tema de atención y
preocupación prioritario.
Muchas personas creen equivocadamente que la marihuana es una “droga segura” y que no es adictiva.
En promedio, los adultos que buscan tratamiento para algún trastorno relacionado con el uso de marihuana, han usado marihuana casi a diario por más de diez años y han intentado dejarla más de seis veces. Las personas con un trastorno por uso de marihuana, especialmente los adolescentes, usualmente sufren también de otros trastornos psiquiátricos (comorbilidad). Pueden tener un problema de abuso o adicción a otras sustancias, como a la cocaína o el alcohol.
En promedio, los adultos que buscan tratamiento para algún trastorno relacionado con el uso de marihuana, han usado marihuana casi a diario por más de diez años y han intentado dejarla más de seis veces. Las personas con un trastorno por uso de marihuana, especialmente los adolescentes, usualmente sufren también de otros trastornos psiquiátricos (comorbilidad). Pueden tener un problema de abuso o adicción a otras sustancias, como a la cocaína o el alcohol.
Estudios de imágenes
diagnósticas en personas adolescentes muestran que al compararlos con aquellos
que no usan marihuana, los consumidores empedernidos de marihuana manifiestan
una conectividad neural atrofiada en ciertas regiones específicas del cerebro
involucradas en una amplia gama de funciones ejecutivas del cerebro como
memorizar, aprender y el auto control. Los estudiantes que fuman marihuana
tienen resultados académicos más bajos que los estudiantes que no fuman, y con una
probabilidad más alta de desarrollar una dependencia a la droga más tarde en
sus vidas, a usar otras drogas y a tratar de suicidarse, como consecuencias
desfavorables en el trabajo, tales como un riesgo más alto de sufrir lesiones y
accidentes. Fumar marihuana puede ocasionar hipotensión ortostática (vértigo o
mareo al ponerse de pie), posiblemente aumentando el peligro de desmayarse o
caerse. También puede afectar la
capacidad de defensa del sistema respiratorio, incrementando de esta forma la
probabilidad de que la persona adquiera infecciones respiratorias, incluyendo
neumonía, como el riesgo de que una persona sufra de un ataque al corazón
durante la primera hora después de haber fumado marihuana es casi 5 veces más
alto que el riesgo usual. Esta observación puede ser en parte explicada por el
efecto que la marihuana tiene al aumentar la presión arterial (en algunos
casos) y el ritmo cardíaco y al disminuir la capacidad de que la sangre pueda
transportar oxígeno. Algunos estudios
han demostrado una conexión clara entre el uso de la marihuana durante la
adolescencia y un incremento en el riesgo de desarrollar una forma agresiva de
cáncer de testículo (tumor de células germinativas que no es seminomatoso) que
predominantemente ataca a los muchachos jóvenes.
Varios estudios han
encontrado una conexión entre el uso de marihuana y un riesgo más alto de
enfermedades mentales, incluyendo psicosis (esquizofrenia), depresión, ansiedad,
los pensamientos suicidas en adolescentes y los trastornos de personalidad. La
cantidad de droga que se consume, la edad a la que se comenzó a usarla y la
vulnerabilidad genética han sido todos identificados como factores influyentes
en esta relación. La evidencia científica más sólida que hay hasta el momento
concierne a la conexión que existe entre el uso de marihuana y los desórdenes
psicóticos en aquellos con una predisposición genética u otra vulnerabilidad.
Tratamiento
El tratamiento de las
dependencias supone contar con un diagnóstico, ya sea de abuso o de dependencia
de sustancias.
El tratamiento más
efectivo para la adicción a la marihuana es un enfoque integral que aborde no
sólo los efectos físicos de la adicción a la marihuana sino también los efectos
psicológicos. Proponer un abordaje terapéutico
que incluye orientación y terapia, tanto individual como de grupo, así como
para su familia y el entorno más próximo. Una vez finalizada la fase de desintoxicación
de marihuana, la terapia individual y de grupo se puede usar para ayudar al
adicto a dejar de consumir marihuana con éxito. A los pacientes se les enseña a
reconocer los factores de recaída como parte del tratamientos de adicción a la
marihuana. Una vez que los factores de recaída han sido identificados, el
adicto puede aprender estrategias efectivas de lidiar con ellos, como la
detección de otras adicciones y trastornos psiquiátricos. Se recomienda acudir
a un médico o un centro especializado en donde pueden proporcionarte algún
tratamiento farmacológico para evitar los síntomas de la abstinencia física.
Tratamiento psicológico
- Inicialmente, busca apoyar la mantención de la abstinencia a través de:
- Ayudar al paciente a centrarse en lograr y mantener su abstinencia.
- Entrenar en estrategias de enfrentamiento de situaciones de alto riesgo.
- Cambio de actividades reforzadoras o placenteras.
- Favorecer el manejo de emociones negativas.
- Mejorar relaciones interpersonales y su red de apoyo social.
- Prevenir recaídas.
Terapia
cognitiva-conductual: Psicoterapia que le enseña a las personas
estrategias para identificar y corregir comportamientos problemáticos con el
fin de mejorar el control personal, parar el uso de la droga y corregir otros
problemas que usualmente ocurren a la vez con estos. En las sesiones se ayuda a resolver sus sentimientos sobre el
cambio, identificar objetivos a corto plazo y escuchar/seguir indicaciones, a la
persona se le enseña a modificar pensamientos y a practicar métodos de mejora y
regresar para las revisiones de su progreso. Aprenden a prepararse para dejar
la marihuana, lidiando con las ansias de drogas y cómo evitar los
desencadenantes ante el riesgo de recaídas. También técnicas de manejo de contingencias y terapia
de estímulo de la motivación, utilizando también técnicas que se utilizan para
eliminar dependencias a otras sustancias y el tabaco. En el caso del abuso de
sustancias, la aplicación de estrategias de "intervención mínima",
como educación sobre reducción o suspensión del consumo, técnicas de
autocontrol y apoyo familiar pueden ser suficientes para lograr una mejoría. También
ejercicios de respiración profunda, técnicas de relajación y motivación
positiva se encuentran entre los enfoques para superar la adicción a la marihuana.
Los pacientes deben ser
entrenados en desarrollar respuestas de manejo de situaciones de alto riesgo,
autoconocimiento y cambio a un estilo de vida sin drogas, hechos centrales para
este proceso. Deben entrenarse también en conocer las consecuencias de una
recaída al violar la abstinencia, ya que ésta genera culpa, la que los lleva a
seguir usando la sustancia para olvidar. Debido a esto, los pacientes deben ser
preparados para afrontar estas situaciones, para decidir adecuadamente qué
hacer en el momento preciso. También es importante reconocer el camino que
lleva a una recaída y como practicar técnicas alternativas que ayuden a
evitarla.
Tratamiento Farmacológico
En el caso de la marihuana, no se ha demostrado que un tratamiento farmacológico específico que mejore un síndrome de privación severo o prolongue la abstinencia. Sin embargo, puede resultar importante tratar adecuadamente trastornos psiquiátricos subyacentes o las complicaciones del uso de esta droga. El uso de fármaco debe ser supervisado, siendo útil para el síndrome de privación, o reducir el craving, o urgencia por usar drogas.
En el caso de la marihuana, no se ha demostrado que un tratamiento farmacológico específico que mejore un síndrome de privación severo o prolongue la abstinencia. Sin embargo, puede resultar importante tratar adecuadamente trastornos psiquiátricos subyacentes o las complicaciones del uso de esta droga. El uso de fármaco debe ser supervisado, siendo útil para el síndrome de privación, o reducir el craving, o urgencia por usar drogas.
- Para la abstinencia normalmente no requiere tratamiento.
- Benzodiacepinas (poco tiempo) para cuadros de crisis de ansiedad, agitación o despersonalización.
- Antidepresivos (por su efecto ansiolítico y para el humor depresivo). Los síntomas depresivos suelen desaparecen espontáneamente con la abstinencia.
- En ocasiones antipsicóticos, si se presentan cuadros psicóticos y para cubrir posibles problemas.
El tratamiento de recuperación para quienes han sido
adictos a la marihuana puede incluir un programa de 12 pasos o una
recomendación para entrar en una casa de vida sobria. Cualquier problema
psiquiátrica debe ser controlada, y los medicamentos o la terapia apropiada
debe ser empleada para evitar una recaída.
Los centros de rehabilitación de drogas que ofrecen programas para el abuso de drogas son capaces de proporcionar ayuda y apoyo a los adictos a la marihuana. Estos centros pueden ayudar al adicto a pasar con facilidad los síntomas.
Los centros de rehabilitación de drogas que ofrecen programas para el abuso de drogas son capaces de proporcionar ayuda y apoyo a los adictos a la marihuana. Estos centros pueden ayudar al adicto a pasar con facilidad los síntomas.
Actualmente, la marihuana es ampliamente consumida y causa serios problemas en una minoría de quienes la usan. Sin embargo, dado el gran número de personas que consumen cannabis, ésta minoría relativa se convierte en una población sustancial de consumidores en problemas. Ante esta realidad, los clínicos necesitan herramientas con las cuales tratar los trastornos por el consumo. Existen varias psicoterapias que han probado su efectividad para el tratamiento de los trastornos relacionados al consumo de la marihuana. Del otro lado, ninguna medicación ha sido reportada como efectiva en el tratamiento de éste mal. Sin embargo los hallazgos recientes sobre cómo funciona el sistema de canabinoides muestran ser prometedores para el desarrollo de medicamentos que ayuden a aliviar los síntomas del síndrome de abstinencia, bloqueen los efectos de intoxicación aguda (como la euforia) de la marihuana y prevengan las recaídas.
Vivir es explorar con toda la capacidad que tenemos. Si disminuyes tus capacidades, disminuyes tus sensaciones, tus posibilidades de conocer la verdad. El cerebro encierra los secretos de la vida toda; no lo destruyas, no te empobrezcas.
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