jueves, 11 de enero de 2018

La Marihuana y el Mito del “está todo bien”

Aun cuando las drogas han estado presente en todas las culturas, y en todas las épocas, hoy cada vez son más las personas que las usan, y cada vez son mayores las facilidades para conseguirlas.  Frente al aumento de la tolerancia que la sociedad tiene frente al consumo, ¿cómo es posible que una sustancia tan nociva como la marihuana genere tanta enajenación humana y a la vez su ingesta tenga un incremento tan significativo en estos tiempos?
Este fenómeno se podría explicar a través de algunos "mitos" que conviven sigilosamente en el saber popular y que se alejan de la realidad, generando paradigmas sociales con consecuencias inciertas.

Según estudios de la ONU, en nuestro país se incrementó 10 veces el consumo de drogas en los últimos 10 años. También es recurrente escuchar en los medios masivos de comunicación situaciones inherentes a la ingesta de sustancias, donde su posición al respecto pareciera que se va tornando cada vez más laxa, tanto en la percepción del incremento de esta enfermedad como la de sus políticas sanitarias para contrarrestarlas.

La adicción la marihuana se caracteriza por generar problemas físicos, psicológicos, sociales y financieros. Es una enfermedad que tiene su origen en el cerebro y se determina por su cronicidad y sus reiteradas recaídas. En un principio los usuarios creen divertirse y con el tiempo no pueden estar si no la consumen. Hasta incluso llegan a rendirle culto.

Frente a este problema, el contexto tampoco ayuda, de hecho se observa a través de los medios y el merchandising popular (en revistas, remeras, libros, etc.) una cultura del consumo de cannabis, legitimando sus estados tóxicos, al vincularlos con sensaciones de "felicidad", "sabiduría", "creatividad" y "espiritualidad", entre otros atributos.

Es sabido que el narcotráfico internacional es una de las empresas más importantes y grandes del mundo, y como toda organización con fines de lucro, tiene especialistas en marketing y publicidad abocados a que el negocio les resulte rentable. Ellos están detrás de aquellos formadores de opinión, de jueces, periodistas y políticos para legitimar el consumo y minimizar sus consecuencias, gestando así representaciones mentales a través de algunos mitos, que se reconocen a través de algunas afirmaciones tales como "la marihuana  es menos adictiva que el alcohol", "el que se drogas más, se divierte más", "los intelectuales, y artistas consumen marihuana como fuente de inspiración", "la marihuana es más inofensiva que el cigarrillo o el alcohol ", "fumar hace que uno la tenga más clara", algunos van más allá y le atribuyen propiedades "místicas” y hasta "terapéuticas" (basándose en sus efectos anestésicos, como si no pudiera ser sustituida por centenares de medicamentos con mejores propiedades y con menores riesgos).

A los que están detrás de la empresa les importa poco la vida de los usuarios. Entre esta población, muchos de ellos son jóvenes, (el 13 % de estudiantes secundarios reconocen haber ingerido drogas) y es muy común escuchar que tras consumirla se la pasa mejor: se creen libres y son muy pocos los que consideran este estado como engañoso. En absoluto registran el riesgo de contraer una adicción o volverse poli consumidores -de cocaína, psicofármacos, entre otros- y en su lugar tienden a sostener otro mito: el "de poder controlar el consumo".

De hecho existen estadísticas nacionales realizadas a una población de drogodependientes internados en comunidades terapéuticas donde reconocen en un 60% que la drogas de inicio a su carrera adictiva fueron la marihuana y el alcohol.

En general, la población de consumidores de cannabis y los adolescentes de esta generación, suelen confundir estos "mitos" con las consecuencias reales. Actualmente pareciera que se difunden más "los beneficios" y escasamente se habla sus riesgos y de cómo afecta el ulterior desarrollo de su calidad de vida. Entre sus posibles consecuencias están:
  • Alteraciones psicológicas: desgano, falta de voluntad para sostener responsabilidades, estados de ánimos falsos (la persona se cree contenta pero en el fondo siente un profundo dolor),falta de tolerancia a la frustración, deterioro de la subjetividad, irritabilidad, falta de afecto en las relaciones interpersonales, crisis de angustia similares a los ataques de pánico, adicción, trastorno de ansiedad (como ideas obsesivas compulsivas, fobia social, cuadros de ansiedad generalizada o crisis de angustia).
  • Afección de las funciones cognitivas: daño cerebral, pérdida de la atención y concentración, deterioro en la inteligencia y distorsión de los procesos lógicos del pensamiento.
  • Disfunción del estado clínico orgánico: puede provocar cáncer pulmonar, afecta las vías respiratorias, y cardiovasculares, afecciones cardíacas (por lo que está altamente contraindicado el consumo a quienes practican algún tipo de deporte) y disfunción sexual
  • Trastornos psiquiátricos: su toxicidad puede desenmascarar una vulnerabilidad genética, que deriva en trastornos psiquiátricos por una predisposición hereditaria, también el usuario puede experimentar ideación paranoide que va desde la suspicacia a francos delirios de persecución y alucinaciones.
  • Alteración de conductas alimenticias: provoca trastornos en la alimentación, lo cual induce a otros problemas relacionados.
  • Exposición a conductas de riesgo: su afección en los procesos de atención y concentración genera exposición a situaciones de riesgo, pudiendo atentar contra la propia vida como a la de terceros, sin que haya una intencionalidad manifiesta. Por esta razón su consumo compulsivo suele denominarse "para-suicidio" o "para-homicidio", definición asociada a los accidentes de tránsito (presente en 40 % de los casos) o accidentes laborales (en un 37%).
Estas consecuencias no solo alcanzan al consumidor, sino también a quienes lo rodean. Un factor social asociado a esta realidad capaz de incidir en generaciones futuras se vincula a que la edad promedio de comienzo de consumo en nuestro país es a los 14 años, en plena etapa pubertad y de desarrollo psicofísico. Esta ingesta, si no es detectada a tiempo por su entorno y no cuenta con un tratamiento específico inmediato, conlleva secuelas muy nocivas tanto para su ulterior desarrollo, como para la sociedad en la que interactúa.




Fuente: De la red. 

sábado, 30 de diciembre de 2017

Fagofobia: Miedo a Tragar o Atragantarse.

La fagofobia es el nombre que se da al rechazo a la comida debido al pánico a ahogarse o asfixiarse cuando se tragan los alimentos. También provocando ansiedad aguda en los pacientes cuando están comiendo o tomando medicamentos orales.
Las víctimas de fagofobia experimentan dificultades al comer y frecuentemente se niegan a comer, especialmente en público.

Dependiendo de la gravedad e intensidad de la fobia, los pacientes podrían mostrar signos típicos de ansiedad al comer, incluyendo:
  • Frecuencia cardíaca rápida
  • Respiración rápida
  • Sudoración
  • Sequedad en la boca
  • Náuseas
Nota: No todos los que padecen la fagofobia la sufren con la misma intensidad. En algunos de los casos más extremos se pueden producir vómitos, lo que retroalimenta el miedo.

Las personas fagofóbicas son propensas a tener bajo peso y desnutrición. Si bien es cierto, en algunos casos, se confunde el diagnóstico con la anorexia nerviosa. En los casos más graves la persona come sólo alimentos blandos y líquidos.

También es común que tengan problemas para respirar, sobre todo cuando se acerca la hora de la comida. Asimismo, pueden aparecer mareos, náuseas, sudoración excesiva, palpitaciones y temblores. En algunos casos, la perspectiva de que tendrán que tragar puede provocar incluso un ataque de pánico.

Causas

Familiares, amigos e incluso los enfermos podrían atribuir la fobia a un trastorno alimenticio. Muchas personas confunden el miedo a tragar con trastornos de la alimentación. En los casos de fagofobia, la desnutrición es consecuencia de tener miedo a comer.

A veces, el temor proviene de un incidente traumático. Las víctimas pueden haber experimentado un caso de asfixia o vómito, cuyo recuerdo ha alimentado el temor hasta convertirse en la fobia actual o haber padecido una esofagitis o faringitis dolorosa. Muchos de estos eventos provienen de traumas de la infancia, pues éstos son los recuerdos que persisten con más claridad, aunque también puede ser originado por traumas adultos. En la mayoría de los casos, el afectado teme la repetición del incidente y esa experiencia provoca miedo, terror o pánico.

Otras causas que se han determinado son la intimidación que puedan sufrir los niños a la hora de comer debido a la actitud violenta de los padres. También los abusos sexuales infantiles pueden ser una causa de fagofobia.

Las personas más ansiosas por naturaleza son más vulnerables a fobias como esta. El miedo a tragar puede también ser el resultado de abuso infantil o intimidación. La alimentación forzada o ansiedad e insistencia de los padres sobre temas de alimentación puede contribuir a que la fobia crezca.

Tratamiento

Las personas que sufren estos síntomas u otros similares deben consultar con un profesional médico que identifique y diagnostique correctamente su condición y les dé los mejores consejos para tratarlos.

La terapia física, terapia psicológica para ayudar a manejar la ansiedad, el miedo o el pánico que pueda sufrir el niño/adulto y la medicación pueden ser usadas ​​para tratar la fagofobia.

Posible modelo de intervención a seguir: En primer lugar es muy importante realizar una fase educativa en la que los padres y sobre todo el niño/adulto entiendan por qué se produce un atragantamiento, y el funcionamiento del problema en la actualidad. Además es importante enseñarle técnicas para reducir los niveles de ansiedad (Respiración diafragmática y relajación muscular de Koepen). Y la base del tratamiento es la exposición gradual a los estímulos temidos (que consiste en irle exponiendo gradualmente a ingerir alimentos de distintas texturas hasta llegar a una alimentación normal). Y a la vez de la exposición es importante enseñar técnicas distractoras para detener los pensamientos automáticos negativos que llevan al aumento de ansiedad e intentar reestructurar cognitivamente los pensamientos que surgen ante la idea de un futuro atragantamiento y las consecuencias de este. Y por último, como en todo tratamiento con niños es muy importante reforzar continuamente al niño/adulto e ir dando pautas a la familia, y al terminar el tratamiento es muy positivo darle pautas a la familia y al niño/adulto para prevenir posibles recaídas.

También pequeñas ayudas también pueden ser beneficiosas. Como ejemplo, se puede usar agua para facilitar la ingesta de alimentos. Con esta pequeña ayuda, el individuo puede experimentar niveles reducidos de ansiedad y será capaz de comer sin incidentes. Los pasos que habría que dar para ir superando la fagofobia deben ser progresivos, ejemplo: comenzando por servir purés muy líquidos y poco a poco, de forma gradual espesarlos más hasta llegar a los alimentos sólidos. También de forma gradual ir añadiendo tropiezos de carne o pescado. Una vez que se hayan introducido de forma satisfactoria los alimentos sólidos, estos también de forma gradual se irán sirviendo desde las formas más blandas, como verduras hervidas, huevos pasados por agua, pescado hervido o carnes blancas a alimentos más preparados.

Algunas personas con fagofobia han conseguido, con técnicas de respiración, concienciación reducir su ansiedad a niveles manejables durante las comidas.

Se sugiere: Será muy positivo que junto a la terapia psicológica y la introducción de alimentos, se enseñe una educación nutricional al pequeño para que asimile y entienda la necesidad de la ingesta de alimentos.

Cuándo consultar a un médico

Se recomienda consultar con un profesional a cualquier persona que considere su fobia como algo severo. Los temores como la fagofobia pueden ser diagnosticados, tratados y, en algunos casos, curados. Sin un diagnóstico adecuado, sin embargo, el tratamiento no puede comenzar, y si lo hace es muy probable que la condición no mejore.

Conclusión

La fagofobia es el miedo irracional a ahogarse al ingerir alimentos, bebidas o pastillas. Las personas que sufren este problema sienten como si su garganta se hubiera estrechado, lo que les lleva a pensar que la comida no podrá pasar, lo que se traduce en el miedo a que la comida se les quede atravesada en el esófago o incluso pase al aparato respiratorio y les produzca la muerte por asfixia. Como resultado, la mayoría de los fagofóbicos mastican de manera excesiva los alimentos y en los casos más extremos, se limitan a ingerir alimentos fáciles de tragar como las sopas, los purés o los zumos.

El miedo permanente a atragantarse provoca severas dificultades para alimentarse. Obviamente, en este punto aparecen complicaciones médicas relacionadas con el déficit de proteínas, vitaminas o minerales.

Hoy en día, si es necesario y gracias a los avances en el diagnóstico por imagen, casi todo lo que se debe hacer para determinar la razón del problema es escanear el área con la aparatología adecuada.




Fuente:
Çiyiltepe, M; Türkbay, T (2006). “Phagophobia: A case report”. The Turkish Journal of Pediatrics

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Cómo Reducir el Estrés en Navidad

En Navidades los niveles de estrés suelen dispararse. 
"Es la época más maravillosa del año", solemos decir, pero las Navidades también representan un momento en que los niveles de estrés se ponen por las nubes. Para ayudarte a lidiar mejor con esta feliz pero estresante época del año, hemos reunido algunos consejos importantes para que te olvides del estrés y que estos días sean más agradables.

Compras de última hora, compromisos con amigos y familiares, organización del banquete navideño... No hay duda: para muchas personas, el estrés se acentúa en la época navideña. Según recientes estudios, el 44% de la población afirma que es una época que le produce más nerviosismo. Por actividades, los acontecimientos relacionados con el período navideño que más estrés y ansiedad generan son las compras (76%), los compromisos sociales (67%), el exceso en los gastos (65%), y el cansancio general y “saturación” (60%).

Para muchos de nosotros, la Navidad puede ser una fuente importante de estrés, presión y conflicto. Algunas personas pueden sentirse abrumadas por los excesos y las expectativas y acaban deprimiéndose durante las vacaciones. La falta de tiempo y dinero y la presión de hacer regalos por doquier, a menudo pueden contribuir al estrés durante la temporada de vacaciones. La mayoría de nosotros conoce los efectos adversos que el estrés puede tener en nuestro cuerpo. Ya sabemos que puede afectar a nuestros pensamientos, sentimientos y conductas, y puede provocar hipertensión arterial, enfermedades cardíacas, diabetes y obesidad, si no se controla. De hecho, muchos estudios han demostrado que se produce un aumento de la incidencia de ataques cardíacos y muertes relacionadas con el corazón durante la temporada festiva, lo que puede deberse al estrés, consumo excesivo de alcohol, una dieta rica en grasas o una combinación de los tres factores. Por tanto, es de suma importancia que le pongamos remedio al estrés de las vacaciones navideñas cuanto antes.

Prueba estas estrategias navideñas para eliminar el estrés y aliviar la tensión y ayudar a que el estrés desaparezca.

Limita el gasto

Los problemas económicos son una de las principales causas de estrés durante la temporada navideña, según una encuesta realizada por la Asociación Americana de Psicología (APA). Datos recientes recopilados en la encuesta anual Stress in America de la APA confirman este extremo e informan de que el 62% de nosotros nos sentimos estresados a causa del dinero.

Evita el estrés por el dinero

La compra de obsequios, las salidas y los viajes pueden generar una carga, incluso para los compradores más entusiastas que suelen actuar de esta forma todo el año. Sin embargo, existen algunos pasos que podemos seguir para limitar el estrés económico.
Establece un presupuesto

En primer lugar, asegúrate de que tomas en cuenta todos tus gastos habituales para no quedarte corto con las facturas, como el alquiler o el pago de la luz. Planifica cualquier otro gasto durante las vacaciones, incluidas las fiestas que puedas realizar o las visitas a amigos o familiares. Una vez que todos estos elementos han sido restados del presupuesto, puedes calcular qué cantidad puedes gastar en regalos. Ser organizado y realista acerca del presupuesto nos ayudará no gastar de más.

Toma una decisión cada vez

No olvides separar las decisiones relacionadas con los gastos. Tratar de tomar demasiadas decisiones a la vez puede ser abrumador, lo que puede llevar al agotamiento tanto de nuestra fuerza de voluntad como a un mayor riesgo de gasto excesivo.

Evita las tentaciones

A menudo es imposible alejarse de las tiendas (y sus atractivos descuentos) y los centros comerciales por completo durante la temporada festiva, pero limitar el tiempo que pasas en estos lugares también puede ayudarte a controlar tus gastos. Controla los gastos impulsivos llevando solo el efectivo que puedes necesitar para las compras, dejando todas las tarjetas de crédito y débito en casa.

Gestiona las expectativas

Todo el mundo tiene una idea en sus cabezas de unas vacaciones perfectas, pero cuando la realidad no alcanza la visión, el estrés puede alcanzarnos. Intenta manejar tus expectativas de una forma realista.

Problemas de dinero y estrés

A veces, durante los momentos económicos difíciles, las personas recurren al tabaquismo, el alcohol, los juegos de azar o comer en exceso para tratar de aliviar el estrés. Estos comportamientos pueden llevar a discusiones y conflictos entre pareja y familias. Busca ayuda de un profesional si descubres que estos comportamientos te están causando problemas. Hay que tener en cuenta lo que es importante. El gasto excesivo puede ensombrecer el verdadero sentimiento de la Navidad. Las relaciones con amigos y familiares son más importantes que los objetos materiales.

Sé realista

Sentido común ante todo. A pesar de los grandes planes, ningún evento funciona a la perfección, y esto también es cierto para las celebraciones navideñas. En lugar de acumular estrés en el camino de cualquier percance que pueda ocurrir, vea estas calamidades en miniatura como una oportunidad para ejercer flexibilidad y resistencia. Cenar con 30 minutos de retraso, ensuciarse con comida el atuendo festivo o tener un árbol torcido no arruinará este día. En cambio, creará buenos recuerdos que podrás recordar en los años venideros.

Tómate tu tiempo

Llevar el mundo sobre tus hombros y tratar de lograr todo solo durante las vacaciones puede hacer mella en tu mente y tu cuerpo. Pide ayuda para llevar a cabos algunos de las tareas de esta época del año y tómate también un tiempo de descanso. No estar estresado te beneficiará a ti y al resto de tu familia. Concéntrate en hacer algo que te resulte relajante para recargar energías, como leer un libro, ver una película navideña, escuchar música o hacer cita para un masaje.

Evita comer en exceso

La Navidad es la temporada de la indulgencia, y ya sea una fiesta o una cena familiar, estamos rodeados de comidas extravagantes y bebidas alcohólicas. Hay mucho y muy variado. Aunque muchos de nosotros solo ganamos medio kilogramo extra durante el período de vacaciones, esos gramos pueden acumularse en los próximos años y contribuir a la obesidad en etapas posteriores de la vida, según los Institutos Nacionales de Salud (NIH).

Estrés y apetito

El estrés excesivo aumenta el apetito y también los antojos de alimentos azucarados y grasos. Además, el consumo crónico de alcohol puede exacerbar aún más el estrés al elevar los niveles de la hormona del estrés, el cortisol. Los nutriólogos recomiendan que las familias intenten mantener hábitos alimenticios saludables durante las vacaciones para evitar el aumento de peso y el estrés. Disfruta de las delicias de temporada, pero trata de controlar el tamaño de las porciones. Un día de indulgencia no conducirá a un aumento de peso significativo, siempre y cuando planee retomar el rumbo con opciones de alimentos saludables y hacer ejercicio al día siguiente.

Sal a caminar

El antídoto para el estrés de las vacaciones podría ser tan simple como dar un paseo por el barrio cada día. Muchos estudios han demostrado que la actividad física reorganiza el cerebro de tal manera que reduce su respuesta al estrés.

Cuida tu estado de ánimo

El ejercicio regular puede ayudar a disminuir la tensión y aumentar y estabilizar el estado de ánimo. Además, el ejercicio produce endorfinas, sustancias químicas analgésicas naturales que se liberan en el cerebro, que mejoran la capacidad para dormir y reducir el estrés. Muchos estudios han expuesto también que si logramos convencer al resto de la familia para abandonar el sofá y salir a caminar, nuestros niveles de estrés se reducirán aún más. Entrenar en grupo reduce los niveles de estrés en un 26% y mejora la calidad de vida física, mental y emocional.

Diviértete

Olvida todos lo que queda por hacer en la lista de tareas y otorgate permiso para divertirte. La risa es una herramienta estupenda en la lucha contra el estrés: mejora el estado de ánimo, estimula el corazón, los pulmones y los músculos, y también libera endorfinas. La risa también aumenta la circulación, ayuda a los músculos a relajarse y disminuye los síntomas físicos asociados con el estrés. Sea en la forma que sea, asegúrate de incluir humor navideño, risas y carcajadas. Incluso esperar un evento divertido aumenta las hormonas que inducen la relajación y disminuyen las hormonas del estrés.

Encuentra formas positivas de reducir el estrés

Encontrar maneras positivas y saludables de controlar el estrés podría reducir muchas de las consecuencias adversas para la salud relacionadas precisamente con el estrés. La clave está en localizar las técnicas para combatir el estrés que funcionen mejor para cada uno y lograr unas navidades fantásticas e inolvidables.

Conclusión 

Para evitar, en la medida de lo posible, estos problemas, toma nota de una serie de consejos orientados a  evitar los estados de estrés y ansiedad.

Controla el bolsillo
  • Calcula un presupuesto realista de ingresos y gastos y ajústate a ese presupuesto.
  • Evita el exceso de gasto en regalos. Una buena opción es utilizar fórmulas como el “amigo invisible”. Calcula un coste limitado por persona.
  • Como se suele decir, la Navidad es de los niños, así que compra regalos preferentemente a los más pequeños.
  • Optimiza tus compras: es recomendable preparar siempre una lista de la compra, comprar por Internet y comprar temprano por la mañana, evitando así las horas punta.
  • En la organización de comidas/eventos es conveniente implicar a los niños, familiares, amigos…en las tareas de organización y ejecución. Simplifica los menús. También puedes probar a utilizar los servicios de compra y supermercado on-line para tu comida.
Desde el punto de vista emocional
  • Ajusta tus expectativas y no esperes “milagros”.
  • Relativiza, es sólo un día, un acontecimiento.
  • Prioriza, distingue entre lo que depende de ti y lo que no, acéptalo y recuerda que todo pasa.
  • En las reuniones familiares, evita temas comprometidos o que generen discusión.
  • Aprende a decir no. No tienes por qué acudir a todos los eventos.
  • Huye del perfeccionismo.
  • Planifica actividades de distracción.
  • Dedica tiempo al descanso y resérvate espacios propios, concédete un descanso, un tiempo de relajación.
En forma y con salud.
  • Busca la moderación y el equilibrio.
  • Duerme suficientemente.
  • Haz ejercicio, aunque sólo sea dar un paseo.
  • Cuida la espalda –esta es una de las épocas del año con más lesiones debido a las posturas incorrectas o a coger objetos pesados.
  • Equilibra tu dieta con ensaladas y verduras, toma fruta entre horas, intentando comer menos grasas. Evita los procesos de “comida sin fin”.
  • Busca actividades distintas en los días de celebración.
  • Practica la relajación. Dedícale un tiempo a realizar ejercicios de respiración.
No dejes que la Navidad te estrese, sigue estos sencillos pero efectivos consejos para evitar el estrés y verás cómo tus festividades serán mucho más alegres y fáciles.


lunes, 18 de diciembre de 2017

Confidencialidad del Psicólogo

La psicología como ciencia ha mantenido una máxima en cuanto a la defensa y la lucha por el estricto cumplimiento del principio de confidencialidad, influenciada por su objeto de estudio. Al constituir el sujeto y su conciencia el cuerpo de trabajo del psicólogo, la responsabilidad que demanda entonces su labor reviste una mayor complejidad e importancia.
Uno de los aspectos de la psicoterapia que generan más recelo es el tema de la confidencialidad. ¿Puede el psicólogo explicar a tercera persona lo que le cuenta el paciente? salvo en un caso excepcional, la respuesta es un rotundo “no”. Y no, Detrás de la profesión hay un código ético de obligado cumplimiento por una serie de motivos muy importantes.

Al iniciarse una psicoterapia es sumamente importante que el psicólogo garantice, como deber orientado a hacer el bien, la confidencialidad de los antecedentes y datos ofrecidos por el paciente. Deberá preocuparse de manejarlos mediante procedimientos y métodos que los resguarden del conocimiento de personas no autorizadas y registrarlos de una forma tal que impida el acceso y el conocimiento de terceros a esa información para evitar un posible daño personal.

¿Es confidencial lo que se le cuenta al psicólogo?

En el transcurso de una serie de sesiones de psicoterapia, es inevitable que se hable sobre temas delicados: experiencias traumáticas, conflictos familiares, sentimientos que so se comprenden o que están socialmente mal visto, etc. Entretanto la intimidad constituye el conjunto de pensamientos, percepciones, decisiones, comportamientos, conductas y actitudes. La ideología, la religión o las creencias, las tendencias personales que afectan a la vida sexual, determinados problemas de salud que deseamos mantener en total secreto. En la intimidad no existen fronteras definidas y cuenta con diferentes significados para distintas personas. Es algo que forma parte del motivo por el cual la terapia tiene razón de ser, incluso los trastornos con unos efectos más limitados, como ciertas fobias específicas, dan pie a momentos que no explicaríamos a cualquier persona y que nos interesa que no salgan a la luz. Ahora bien, estos son los motivos por los pacientes les interesa que haya una rígida disciplina de confidencialidad en lo relativo a lo que ocurre en la consulta del psicólogo.

Su existencia ya de por sí justificarían que el profesional sintiese la obligación moral de no contar nada al resto de personas, ya que a pesar de que está ofreciendo un servicio, no deja de empatizar en ningún momento. Ahora bien, este no es el único motivo por el que los psicólogos se auto-imponen la obligación de hacer que la información no salga de su consulta. La otra mitad de esta obligación es de tipo deontológico y profesional, no individual, sino colectivo.

El principio de confidencialidad en terapia

Estas sesiones existen porque en ellas se crea un vínculo terapéutico basado en la confianza. Buena parte del valor añadido de esta clase de servicios consiste en disponer de un lugar en el que pueden expresarse todos los motivos de miedo, vergüenza y angustias, para a partir de esa información, trabajar para solucionar la situación. Es por eso, que si no se respetase de antemano la estabilidad de esta dinámica de relación entre el profesional y el paciente, el trabajo de los psicólogos perdería el fundamento en el que se basa. No solo implicaría perder pacientes, sino que además se extendería una visión de la psicología según la cual tiene sentido tratar de engañar al terapeuta u ocultarle cosas, mostrándole sola esa información que se considera poco comprometida. En algo así, unos pocos casos de terapeutas que esparciesen datos, causarían un daño muy serio sobre el conjunto de la profesión. Pero la confidencialidad no se limita a aquello que el paciente explica en las sesiones. Los psicoterapeutas también tratan como confidencial datos concretos y documentación vinculada a sus clientes y pacientes, todo aquello que se considere información sensible. Las personas no tienen por qué saber siquiera el nombre de las personas con las que se trabaja para mejorar su bienestar.

Por otro lado, respetar la privacidad de la información que dan los clientes es una manera de demostrar que no se juzga a la persona la que se le ofrece el servicio. ¿Por qué iba un terapeuta a revelar información confidencial, si no? O porque los temas tratados le parecen lo suficientemente vanales como para contarlos, o porque le hacen gracia ciertas anécdotas, o porque respeta al cliente lo suficientemente poco como para dar información privada a quien la pide. En cualquier caso estas situaciones serían síntomas de que no hay un compromiso con la propia carrera profesional.

¿En qué casos se rompe la confidencialidad?

El código ético de los psicólogos establece que la prioridad es el bienestar de los pacientes y de las personas de su entorno. Así pues, la única situación en la que un psicólogo debe ser capaz de revelar a terceros información privada de los pacientes, es si tienen evidencias sólidas de que o se va a dañar directamente a alguien, o la vida de alguien corre peligro. Es decir, un contexto en la que aquello que se trata de mejorar corre un peligro que está fuera del alcance de la intervención del terapeuta. Ejemplo:

*En el caso de riesgo de suicidio, el problema a tratar puede estar relacionado con esto, de modo que la confidencialidad se romperá si se estima que hay un peligro inmediato y concreto.
*Violentar el principio de confidencialidad en una psicoterapia para pacientes adictos trae consigo consecuencias adversas y contrarias al objetivo de la terapia de rehabilitar y reinsertar al paciente en su medio social. Los resultados pueden venir desde la desacreditación total o parcial del psicoterapeuta, así como de la institución que presta el servicio.
*Otra de las secuelas que se deriva de la falta o pérdida de confianza en el profesional (psicoterapeuta) se centra en el conflicto que presentará el paciente a partir de ese momento para integrarse nuevamente a un tratamiento.
*Para la sociedad también hay efectos negativos devenidos de la transgresión de este principio ético de la psicoterapia que en ocasiones es subvalorado.

La obligación de denunciar

El Código Penal establece que quien tenga conocimiento de delitos contra la vida y la integridad debido a su profesión tiene la obligación de denunciar. Del mismo Código se sostiene que aquellos que se enteran de un delito tienen la obligación de denunciarlo. Se explica que se encuentran exceptuados de hacer la denuncia si las personas confidentes se encuentran protegidas por el secreto profesional. Esta polaridad de los códigos devuelve la capacidad de decidir en el psicólogo, quien deberá evaluar de qué tipo de delito se trata y si dicho delito amerita o no la excepción al secreto profesional. Retomando los desarrollos de Gutiérrez (1994; 2003) y de Gutiérrez y Salomone (1997), el psicólogo no se encuentra frente a dos obligaciones contradictorias. Tiene una sola obligación y ésta se encuentra en la necesidad de respetar a los principios éticos, que deberán servirle de brújula a la hora de direccionar el tratamiento. Los principios éticos que tienen como fundamento el estatuto simbólico del ser humano.

Conclusión

El uso de información privada tiene un papel importante en todas las actividades científicas y de formación del psicólogo. A la confidencialidad se le debe brindar la máxima prioridad y autodeterminación posible: antes de utilizar la información personal o de su identificación con fines didácticos, los psicólogos deben obtener el consentimiento de la persona o una identidad en clave de la información. La confidencialidad no es solo un asunto de revelación de información. Este término designa la cualidad de los datos e informaciones reservados o secretos. Entre otros aspectos, se aplica a los datos del individuo que no deben o no pueden ser difundidos en público o transmitidos a terceros sin la aprobación del interesado. De esta manera el psicoterapeuta tiene la libertad y el deber de calificar como confidencial cualquier documento o información que, a su juicio, influya directa o indirectamente en el adecuado funcionamiento y futuro restablecimiento del paciente en psicoterapia.

En la psicoterapia, la dignidad del paciente y el éxito de la terapia en forma general se garantizará en la medida en que el terapeuta sea capaz de lograr mediante una labor éticamente profesional, que el paciente se sienta en un ambiente favorable para depositar los aspectos de su intimidad que lo puedan ayudar a la resolución futura y al menor corto plazo posible de su conflicto. Debido a la diversidad de personalidades, resulta complejo el trabajo terapéutico del psicólogo. El mismo demanda de un elevado nivel de preparación profesional no solo en las habilidades que posea para preparar la terapia, sino también de un compromiso ético que le brinde la posibilidad al paciente de depositar absoluta confianza en él.

La confidencialidad constituye un aspecto vital en cualquier ámbito en el que las relaciones humanas vayan a desarrollarse, pero adquiere importancia cuando es tratada en el abordaje tanto psicoterapéutico como asistencial de las adicciones. Los principios de intimidad y confidencialidad son necesarios, pero no suficientes para preservar la integridad del paciente. Es indispensable que la entereza moral del psicólogo respete los matices y las sutilezas del derecho del paciente a la confidencialidad.

La práctica clínica en psicología se encuentra exigida de una ética acorde, que contemple, por un lado, la deontología profesional, el campo normativo y por otro, que atienda a la singularidad en situación de un sujeto dividido. La perspectiva es que el psicólogo se encuentra exigido a "responder" en lo jurídico, en lo deontológico y en lo clínico.


Fuente: Compilador de la red.

martes, 5 de diciembre de 2017

Secretos y Reglas Básicas para Tener una Relación Estable y Feliz

En este artículo te voy a enseñar 4 secretos y 3 reglas básicas para que tu relación se salve de estas terribles estadísticas y disfrutes del amor plenamente.
El amor de pareja es un pilar fundamental de nuestra vida, tener a nuestro lado a una persona que te amé, te respete, te valore y se interese por ti es uno de los regalos más maravillosos de la vida.

Secretos Para Tener Una Relación De Pareja Estable Y Feliz

Secreto #1: La Comunicación Inversa.

Todo el mundo dice que para tener una relación de pareja estable y feliz debe existir una buena comunicación, en cierto sentido está bien, sin embargo comentemos un error cuando confundimos la comunicación con hablar a cada momento, decirle todo lo que nos ha pasado durante el día y cosas por el estilo.

Hacer esto es un error porque la otra persona se sentirá agotada y su interés disminuirá poco a poco. El secreto es tener una comunicación inversa, esto quiere decir que en vez de tu hablar sobre ti, tienes que tener un interés sincero por tu pareja y por lo que tiene que decir o comunicarte.

Cuando te interesas de forma sincera por tu pareja, la comunicación fluirá en perfecta armonía y ambos se sentirán bien.

Secreto #2: Expresa Como Te Hace Sentir.

Expresar tus sentimientos es un pilar fundamental para mantener una relación.
Cada actitud, cada comportamiento, cada acción, cada gesto de nuestra pareja nos hace sentir de cierta forma, teniendo esto en cuenta es muy importante que, cuando tu pareja te haga sentir feliz, dile lo muy feliz que te hace sentir y al contrario también, cuando te haga sentir mal, comunícaselo siempre de forma sincera y tranquila.

En este sentido recuerda que tu único trabajo es decirle como te hace sentir, nada más. Nunca esperes una respuesta o que haga algo al respecto, porque si lo haces y no es lo que esperas será muy frustrante para ti.

Por ejemplo: Si tu pareja en una reunión se comporto de una forma que te hizo sentir mal, luego en casa o al día siguiente habla con el o ella, explícale que su comportamiento te hizo sentir mal y esperas que no se vuelva a repetir; luego inmediatamente cambia la conversación.

De esta forma haces que tu pareja se quede con la idea en la mente y haga las mejoras necesarias para que no vuelva a ocurrir.

Secreto #3: Sonreír.

¿Cuándo fue la ultima vez que sonreíste con tu pareja? La sonrisa es la expresión de bienestar y felicidad y esto es lo que quieres en tu relación ¿verdad?

Vean una película de risa, cuéntese chistes, tómense las cosas con humor, busquen algún motivo para sonreír. El sentido del humor sin duda es la gasolina que impulsa una relación feliz y duradera.

Recuerda mantener un equilibrio. Tomarse las cosas muy enserio y tomarse las cosas con mucha gracia en ambos casos es un error. Lo importante es que cada día por lo menos compartan unas risas.

Secreto #4 Tóquense A Diario.

El contacto físico en una pareja es muy importante. Cuando hablo de “tóquense a diario” quiero decir que todos los días por lo menos abraza a tu pareja de forma sincera, dale un beso, agárrale la mano, ponle la mano en el hombro o espalda.

Un abrazo, un beso una palmadita en la espalda, son gestos que nutren y unen a una pareja. Si desarrollas este hábito positivo en tu relación verás cómo mejora y crece con el tiempo.

Tres reglas básicas para estar en pareja

Es necesario tener muy claras tres pautas básicas para entender la efectividad. Son muy obvias, pero demasiado a menudo nosotros nos encontramos en consulta con personas que las obvian.

Regla número 1. El propio bienestar y/o felicidad dependen de uno mismo.

Esta regla permite romper con la lacra de la dependencia emocional. Las pautas esenciales para sintetizar esta regla son las siguientes:
  • No dejar en manos de otra persona la decisión de lo que a uno le hace feliz.
  • No cargar con la responsabilidad de tener que decidir sobre la felicidad de otro.
  • Yo estoy bien. Tú estás bien. Estamos bien... y juntos.
Regla número 2. El objetivo de estar en pareja es el bienestar afectivo de ambos.

La gente debe saber que vivir juntos no es indicativo de estabilidad emocional ni de calidad en la relación. La convivencia no necesita de urgencia, sino de intimidad psicológica y compatibilidad.

Por todo esto, antes de irnos a vivir con una pareja conviene, hacer lo siguiente:
  • Darse tiempo para conocerse más a fondo.
  • Saber si somos compatibles en la convivencia.
  • Saber qué lugar ocupan las familias de origen, los ex, los amigos, las aficiones o el trabajo en su nueva vida.
  • Trazar proyectos comunes o metas consensuadas.
Y es el de querer tener hijos?.

Estas serían las pautas esenciales para sintetizar esta regla:
  • Para que exista una intimidad afectiva de calidad debe haber un espacio de bienestar en el que cada uno se encargue de su propia felicidad.
  • Ambos miembros de la pareja han de saber pronunciarse experiencias felices mutuamente.
  • En este contexto, los objetivos que se propongan podrán desarrollarse con las ventajas del terreno fértil en el que cualquier cosa que se plante crecerá fuerte.
Regla número 3: El amor no tiene nada que ver con el sufrimiento y el dolor.

Esto lo tenemos que borrar de nuestro cerebro. No juguemos con fuego. No hay que confundir el dolor sano producido por la introducción de cambios saludables en nuestras vidas, con el dolor provocado por un daño inesperado, intencionado, y destructivo que es, precisamente, lo antagónico de lo que debe producir una relación amorosa.

Estas son las pautas esenciales para sintetizar esta regla:
  • La aparición del dolor nos está indicando que es el momento de hacer cambios.
  • Los cambios pueden ser de lugar, persona o pensamiento.
  • No estar atentos a esta señal y continuar haciendo lo mismo de igual manera trae consigo el sufrimiento y la aparición de heridas profundas que, cuando sean atendidas, necesitarán con probabilidad una intervención profesional.
  • La buena noticia es que tiene tratamiento y que se puede curar. Simplemente, hay que escucharlo.
Habla con tu pareja sobre estos secretos y poco a poco ponlos en práctica en tu relación :)



Fuentes:

Libro: Amor del bueno por mi colega Mila Cahue (JdeJ Editores)
Diego Lossada, Web: Autoayuda práctica.