miércoles, 6 de enero de 2021

Intervención: Ayuda a un ser Querido a Superar una Adicción

Una intervención puede motivar a alguien a buscar ayuda para tratar el abuso de alcohol o drogas, la alimentación compulsiva u otros comportamientos adictivos. Descubre cómo hacerla y cómo lograr que tenga éxito.

Es difícil ayudar a un ser querido que tiene problemas con algún tipo de adicción. Algunas veces, una conversación directa y sincera puede abrir el camino hacia la recuperación. Pero cuando se trata de una adicción, la persona que tiene el problema suele tener dificultades para verlo o aceptarlo. En general, se necesita un enfoque más específico. Podría ser necesario aunar esfuerzos con otras personas y tomar medidas a través de una intervención formal.

Algunos ejemplos de adicciones que podrían necesitar una intervención son:

  • Alcoholismo
  • Abuso de drogas recetadas
  • Abuso de drogas ilegales
  • Alimentación compulsiva
  • Ludopatía

Las personas que sufren una adicción en general niegan la situación y no desean buscar tratamiento. Es posible que no reconozcan los efectos negativos que sus comportamientos tienen para ellos y para los demás. En una intervención, se le presenta a tu ser querido una oportunidad estructurada para hacer cambios antes de que todo empeore, lo que puede motivar a esa persona a buscar o aceptar ayuda.

¿Qué es una intervención?

Una intervención es un proceso cuidadosamente planificado que pueden llevar a cabo familiares y amigos, con el asesoramiento de un médico o un profesional, como un asesor autorizado en alcohol y drogas, o que puede dirigir un profesional de intervención (intervencionista). En ocasiones, involucra a un integrante de la comunidad religiosa de tu ser querido o a otras personas que se preocupan por el problema de adicción de la persona en cuestión.

Durante la intervención, estas personas se reúnen para confrontar a tu ser querido sobre las consecuencias de la adicción y pedirle que acepte el tratamiento. 

La intervención:

  1. Proporciona ejemplos específicos de conductas destructivas, al igual que la repercusión que tienen en la persona con la adicción y sus familiares y amigos
  2. Ofrece un plan de tratamiento preestablecido, con pasos, objetivos y pautas claros
  3. Detalla qué hará cada persona si tu ser querido se niega a aceptar el tratamiento

¿Cómo funciona una intervención?

Una intervención, generalmente, comprende los siguientes pasos:

  1. Elabora un plan. Un familiar o un amigo propone una intervención y forma un grupo de planificación. Es mejor consultar a un consejero profesional calificado, un profesional especializado en adicciones, un psicólogo, a un asesor de salud mental, un trabajador social o un intervencionista para que te ayude a organizar una intervención eficaz. Una intervención es una situación con una alta carga emocional y con el potencial de generar ira, resentimiento o una sensación de traición.
  2. Infórmate. Los miembros del grupo se informan sobre la dimensión del problema de tu ser querido e investigan sobre la afección y los programas de tratamiento. El grupo puede comenzar con arreglos para inscribir a tu ser querido en un programa de tratamiento específico.
  3. Forma el equipo de intervención. El grupo de planificación forma el equipo que participará personalmente en la intervención. Los miembros del equipo fijan una fecha y un lugar, y trabajan juntos para presentar un mensaje coherente y ensayado, así como un plan estructurado. Por lo general, los miembros del equipo que no son familiares ayudan a que la discusión se mantenga enfocada en los hechos del problema y en las soluciones compartidas en lugar de en respuestas emocionales intensas. No dejes que tu ser querido sepa lo que están haciendo hasta el día de la intervención.
  4. Decide las consecuencias específicas. Si tu ser querido no acepta el tratamiento, cada persona del equipo debe decidir qué medida tomará. Por ejemplo, puedes decidir pedirle a tu ser querido que se mude de tu casa.
  5. Haz notas sobre lo que dirás. Cada miembro del equipo describe incidentes específicos en los que la adicción causó inconvenientes, como problemas emocionales o económicos. Analiza el daño que causó el comportamiento de tu ser querido al mismo tiempo que expresas preocupación y expectativas respecto al hecho de que puede cambiar. Tu ser querido no puede discutir sobre hechos ni sobre tu respuesta emocional ante el problema. Por ejemplo, comienza diciendo lo siguiente: «Me molestó y me hizo daño que bebieras...».
  6. Haz la reunión de intervención. Se le pide a tu ser querido con una adicción que vaya al sitio de la intervención sin decirle el motivo. Luego, los miembros del equipo se turnan para expresar sus preocupaciones y sentimientos. Se le presenta una opción de tratamiento a tu ser querido y se le pide que la acepte en ese momento. Cada miembro del equipo dirá qué cambios específicos hará si tu ser querido no acepta el plan. No amenaces con una consecuencia, a menos que estés listo para llevarla a cabo.
  7. Haz un seguimiento. Involucrar al cónyuge, a los familiares o a otros es fundamental para ayudar a alguien que tiene una adicción a seguir el tratamiento y a evitar recaídas. Esto puede comprender cambiar patrones de la vida diaria para que sea más fácil evitar los comportamientos destructivos, ofrecerse a participar en la terapia de tu ser querido, buscar tu propio terapeuta y tu propio apoyo de recuperación, y saber qué hacer en caso de una recaída.
  8. Una intervención exitosa debe estar planeada cuidadosamente para que tenga los efectos previstos. Una intervención mal planificada puede empeorar la situación: tu ser querido puede sentirse atacado y puede aislarse o volverse más reticente al tratamiento.
  9. Consulta a un profesional especializado en adicciones. Puedes consultar a un profesional especializado en adicciones, como un consejero habilitado especializado en el consumo de alcohol y drogas, un trabajador social, un psicólogo, un psiquiatra o un intervencionista, para que te ayude a organizar una intervención eficaz. Un profesional especializado en adicciones tendrá en cuenta las circunstancias específicas que atraviesa tu ser querido, te sugerirá el mejor enfoque y te orientará sobre el tipo de tratamiento y plan de seguimiento que probablemente funcione mejor.

Muchas veces, las intervenciones se llevan a cabo sin la participación de un profesional de intervención, pero es preferible contar con la ayuda de un especialista. A veces, la intervención se hace en el consultorio del profesional. Puede ser de especial importancia pedirle al profesional que esté presente en la intervención en sí, para ayudarte a no perder el rumbo, si tu ser querido:

  • Tiene antecedentes de enfermedad mental grave
  • Tienes antecedentes de violencia
  • Ha manifestado conductas suicidas o ha hablado sobre el suicidio recientemente
  • Puede estar tomando varias sustancias que alteren el estado de ánimo

Es muy importante consultar a un profesional de intervención si sospechas que tu ser querido podría reaccionar de manera violenta o autodestructiva.

¿Quiénes deben formar parte del equipo de intervención?

Un equipo de intervención suele constar de cuatro a seis personas importantes en la vida de tu ser querido; personas que ama, quiere, respeta, o en quienes confía. Por ejemplo, puede constar de un mejor amigo, familiares adultos o un miembro de la comunidad religiosa de tu ser querido. El profesional de intervención puede ayudarte a determinar los miembros adecuados del equipo.

No incluyas a personas que:

  • No le agraden a tu ser querido
  • Tengan un problema de salud mental o de abuso de sustancias no tratado
  • Puedan ser incapaces de limitar lo que dicen a lo que se acordó en la reunión de planificación
  • Puedan sabotear la intervención

Si piensas que es importante contar con la presencia de alguien, pero te preocupa que pueda causar inconvenientes durante la intervención, considera la posibilidad de que escriba una carta breve que otra persona pueda leer en la intervención.

¿Cómo encuentras un programa de tratamiento para ofrecer en la intervención?

Una evaluación por parte de un profesional especializado en adicciones ayuda a determinar la dimensión del problema e identifica opciones de tratamiento adecuadas.

Las opciones de tratamiento pueden variar en cuanto a la intensidad y el alcance y tener lugar en una variedad de entornos. Las opciones pueden comprender: intervención temprana breve, tratamiento ambulatorio o programas de tratamiento de día. Para los problemas más graves, es posible que se necesite el ingreso a un programa estructurado, un centro de tratamiento o un hospital.

El tratamiento puede comprender: terapia, educación, servicios vocacionales, servicios familiares y entrenamiento para las habilidades de la vida. Si se necesita un programa de tratamiento, puede ser útil comenzar con los arreglos con antelación. Investiga un poco y ten presente lo siguiente:

  1. Pregunta a un profesional especializado en adicciones, un médico o un profesional de salud mental de confianza acerca del mejor enfoque de tratamiento para tu ser querido y pídeles recomendaciones sobre programas.
  2. Comunícate con organizaciones nacionales, grupos de apoyo en línea de confianza o clínicas locales para obtener información sobre programas de tratamiento o asesoramiento.
  3. Averigua si tu plan del seguro de salud cubrirá el tratamiento que estás considerando.
  4. Averigua los pasos que se requieren para el ingreso, como una cita médica de evaluación, la pre-certificación del seguro y si hay una lista de espera.
  5. Desconfía de los centros de tratamiento que prometen soluciones rápidas, y evita los programas que usan tratamientos o métodos poco frecuentes que parezcan potencialmente perjudiciales.

Si el programa requiere viajar, haz los arreglos con antelación; considera tener una valija preparada para tu ser querido. También puede ser adecuado pedir a tu ser querido que busque apoyo de algún grupo, como Alcohólicos Anónimos.

¿Cómo puedes ayudar a garantizar que la intervención sea exitosa?

Ten presente que la adicción de tu ser querido involucra emociones intensas. El proceso de organizar la intervención y la intervención en sí misma pueden provocar conflictos, ira y resentimiento, incluso entre familiares y amigos que saben que tu ser querido necesita de su ayuda. Para ayudar a organizar una intervención exitosa:

  1. No hagas la intervención de improviso. Planificar una intervención eficaz puede llevar varias semanas. No obstante, tampoco debe ser demasiado complicada, porque puede resultar difícil hacer que todos la cumplan.
  2. Planifica el horario de la intervención. Asegúrate de elegir un día y un horario en el que sea menos probable que tu ser querido esté bajo la influencia del alcohol o de las drogas.
  3. Haz la tarea. Investiga el problema de adicción o de abuso de sustancias de tu ser querido para que puedas comprenderlo bien.
  4. Designa una sola persona que actúe como intermediario. Tener un punto de contacto para todos los miembros del equipo los ayudará a comunicarse y a mantener los objetivos.
  5. Comparte información. Asegúrate de que cada miembro del equipo tenga la misma información sobre la adicción de tu ser querido y sobre la intervención, de modo que todos estén en la misma sintonía. Lleven a cabo reuniones o llamadas en conferencia para compartir actualizaciones y acordar presentarse como un equipo unido.
  6. Ensayen una intervención de práctica. Aquí podrán decidir quién hablará y cuándo, cómo estarán sentados y demás detalles, de modo que no haya titubeos durante la intervención verdadera con tu ser querido.
  7. Anticípate a las objeciones de tu ser querido. Ten preparadas respuestas tranquilas y racionales para cada razón que tu ser querido pueda dar con el fin de evitar el tratamiento o la responsabilidad por su comportamiento. Ofrece ayuda para que sea más fácil involucrarse en el tratamiento, como organizar el cuidado de niños o asistir a sesiones de terapia con tu ser querido.
  8. Evita la confrontación. Trata a tu ser querido con amor, respeto, apoyo y preocupación, no con ira. Sé sincero, pero no uses la intervención como un foro para hacer ataques hostiles. Evita los insultos y hablar con enfado o con acusaciones.
  9. Mantén el plan durante la intervención. Desviarse del plan puede rápidamente descarrilar una intervención, evitar un resultado beneficioso para tu ser querido y empeorar las tensiones familiares. Prepárate para permanecer tranquilo ante las acusaciones, la angustia o la ira de tu ser querido; ese enojo, a menudo, tiene como objetivo desviar o malograr la conversación.
  10. Pídele que tome una decisión de inmediato. No le des a tu ser querido tiempo para pensar si desea aceptar o no la oferta de tratamiento, incluso si pide un par de días para pensarlo. Hacerlo le permitirá a tu ser querido continuar negando un problema, esconderse o darse un atracón peligroso. Prepárate para que, si acepta cumplir con el plan, tu ser querido sea evaluado de inmediato a fin de iniciar el tratamiento.

Si tu ser querido se niega a ayudar

Lamentablemente, no todas las intervenciones son exitosas. En algunos casos, es posible que tu ser querido que tiene una adicción se niegue a recibir tratamiento. Es posible que estalle con ira o insista en que no necesita ayuda, o que tenga resentimiento y te acuse de traición o de ser hipócrita. Prepárate emocionalmente para estas situaciones y conserva la esperanza de lograr un cambio positivo. Si tu ser querido no acepta el tratamiento, prepárate para el seguimiento de los cambios que presentaste.

En general, los niños, las parejas, los hermanos y los padres sufren maltrato, violencia, amenazas y conmoción emocional debido a problemas de alcohol o drogas. No puedes controlar el comportamiento de tu ser querido que tiene una adicción. Sin embargo, tienes la capacidad de retirarte, y de retirar a los niños presentes, de una situación destructiva.

Incluso si una intervención no funciona, tú y el resto de las personas involucradas en la vida de tu ser querido pueden hacer cambios útiles. Pídeles a las demás personas involucradas que eviten permitir el ciclo destructivo de comportamiento y tomen medidas activas para instar un cambio positivo.


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miércoles, 23 de diciembre de 2020

Gaslighting

 En el terreno de la violencia psicológica, lo sutil puede llegar a ser mucho más dañino que lo evidente.

Una forma de manipulación utilizada para hacer que la víctima dude de su propio criterio.

 ¿En qué consiste el Gaslighting?

"Gaslighting" es un patrón de abuso emocional en la que la víctima es manipulada para que llegue a dudar de su propia percepción, juicio o memoria. Esto hace que la persona se sienta ansiosa, confundida o incluso depresiva.

¿Cómo saber si eres víctima de abuso emocional?

La particularidad de este tipo de abuso es que no existe violencia física. De hecho, el acosador suele ser particularmente cuidadoso y próximo para ganarse la confianza de la víctima.

  • Se cuestiona lo que piensa o lo que hace todo el tiempo.
  • Se siente confundida y desorientada. Impotencia por no recordar detalles.
  • Está nerviosa e incómoda cuando se encuentra con el acosador y no sabe concretamente por qué.
  • Se critica a sí misma por exagerar la situación, por ser demasiado sensible.
  • Se disculpa constantemente.
  • Es incapaz de tomar decisiones. No confía en su propio juicio, así que elige creer el del acusador.
  • Exculpa al acusador si alguien cercano lo critica o lo cuestiona.
  • Sentimiento de incapacidad. Intenta estar a la altura de las expectativas del otro, pero nunca lo consigue. Se siente menospreciada.
  • Miedo a expresar las propias emociones, por lo que tiende a callar.
  • Se siente culpable por no ser feliz como antes y por causar preocupaciones al acosador.
  • Piensa que está perdiendo la cabeza de forma irreversible.

 ¿Cómo actúa el abusador?

Este tipo de agresor se muestra como una persona cercana y encantadora con la víctima a la que suele alabar y le hace creer que la única persona que le entiende y cuida es el propio agresor. El abusador suele recurrir a la mentira y niega cosas que ha dicho o hecho, aunque existan pruebas para mantener su papel. En ocasiones puede tender a atacar las cosas que aprecia la víctima y a minimizar sus sentimientos.

La manipulación no se produce de un día para el otro. Existen ciertas fases para ir debilitando a la víctima:

  1. Desconfianza: en esta fase inicial la víctima aún cree en su propia percepción y creencias, y aunque le gustaría tener la aprobación del abusador, no genera un desequilibrio entre las partes.
  2. Defensa: la víctima empieza a sentir que debe protegerse y confronta con el acosador intentando justificar que se equivoca, se resiste y lo intenta rebatir. En esta fase se eternizan las discusiones sin llegar a conclusiones. La necesidad de aprobación aumenta.
  3. Depresión: la autoestima y la autonomía de la víctima en esta fase ya está muy afectada. Comienza a dudar de todo y teme cometer un error por miedo a la crítica. Intenta justificar que el abusador tiene razón, pensando que de esta manera conseguirá su amor y aprobación. Se siente hundida y desconectada.

Estas son 10 señales para saber si estamos siendo "Gaslighteados" (información recogida de psicóloga Robin Stern, autora del libro The gaslighting effect).

  1. Te cuestionas tus ideas o acciones constantemente.
  2. Te preguntas si eres demasiado sensible muchas veces al día.
  3. Siempre te estás disculpando: a tu padres, a la pareja, al jefe.
  4. Te preguntas por qué no eres feliz, si aparentemente están pasando tantas cosas buenas en tu vida.
  5. Constantemente ofreces excusas a tus familiares o amigos por el comportamiento de tu pareja.
  6. Te ves a ti mismo reteniendo u ocultando información para no tener que explicar o dar excusas a parejas o amigos.
  7. Empiezas a mentir para evitar que te cambien de realidad.
  8. Te cuesta tomar decisiones, incluso aquellas simples.
  9. Sientes que no puedes hacer nada bien.
  10. Te preguntas si estás siendo lo suficientemente buena hija/amiga/empleada/novio/a constantemente.

Consecuencias

Las principales consecuencias de la manipulación emocional sutil conocida como Gaslighting (hacer luz de gas) sobre las víctimas son varias, entre ellas destaca el malestar psicológico que le provoca, con un cuadro que puede ir desde ansiedad o estrés a un fuerte sentimiento de culpabilidad, que atormenta a la persona que sufre el Gaslighting y que en la mayoría de las ocasiones termina derivando en una depresión. Todo ello destruye su autoestima y hace que pierda confianza en sí misma.

Son pocas las veces en las que las propias víctimas son conscientes de su situación, es por ello que suelen ser las personas de su entorno las que dan la voz de alarma y en muchas ocasiones intentan que abran los ojos para acabar con esta tortura emocional, no obstante, el mundo de mentiras y manipulación que ha creado el verdugo suele ser muy consistente y no resulta fácil convencer a los afectados de que tomen las riendas de sus vidas.

¿Qué puedes hacer?

Por muy sutil que sea este tipo de manipulación, no estamos indefensos ante él. Existen maneras de afrontar este tipo de ataques, a no ser que ya exista un fuerte precedente de abusos y no podamos afrontar la situación manteniendo un mínimo de serenidad.

Para actuar ante casos de Gaslighting, puedes seguir estas pautas:

1. Confía en tu intuición

Si sientes que algo no está bien, ponle atención a eso y examina qué partes no cuadran. A la hora de analizar las propias vivencias, nuestra experiencia cuenta más que la del resto. Además, la comunicación no es un juego en el que hay que esforzarse por entender todo lo que dicen los demás. En una pareja, si no se ha comprendido un mensaje, la responsabilidad muchas veces es compartida (siempre que le hayamos prestado atención).

2. No busques la aprobación

Resiste la tentación de convencer al otro para obtener aprobación, en vez de eso puedes decir "Estamos en desacuerdo" o "Pensé en lo que me dijiste pero no lo siento verdad para mi" o "Escucho lo que dices, pero mi realidad es muy distinta a la tuya". Eres perfectamente libre de poner fin a una conversación. Esto solo es recomendable en casos de Gaslighting, ya que en cualquier otro contexto, como en una discusión en la que los argumentos de la otra persona son sólidos, puede convertirse en una excusa para no admitir que no tienes razón y, en definitiva, en una herramienta de la disonancia cognitiva.

3. Recuerda tu soberanía sobre los propios pensamientos

Recuerda que las emociones no son ni buenas ni malas, y nadie te puede decir si lo que sientes es cierto o no. Si tú dices "eso me hizo sentir criticado" o "me sentí triste por lo que hiciste" no lo estás sometiendo a debate. A fin de cuentas, si sientes que te humillan o te dañan psicológicamente, solo tú sientes eso; lo que experimentas no está sujeto a discusión. No te disculpes por sentir, lo que sí debes evitar es agredir, manipular o actuar de forma dañina.

4. Sé consciente de tus valores

¿Por qué valores quieres ser que te recuerden? Crea una lista de valores personales. Por ejemplo, "pasar tiempo de calidad con mis seres queridos", "cumplir las promesas", "ser generoso/compasivo", "decir la verdad ", "viajar", "tener la mente abierta", "mantener la espiritualidad". Eso te ayudará a mantenerte centrado y saber también qué valoras de los demás. De algún modo, los valores actúan como la columna vertebral de nuestro comportamiento. Pase lo que pase, lo que digan o hagan los demás o no nos debe obligar a ir en contra de ellos. El momento en el que alguien nos presione para violar estos principios básicos, sabremos que se nos está intentando manipular.

5. Mantén tus límites personales

Si alguien los traspasa, hazlo saber y plantea una consecuencia. Por ejemplo, si te gritan o abusan verbalmente de ti, puedes decir "no me siento cómodo con lo que dijiste, me parece una falta de respeto y no lo pienso dejar pasar". Mantente firme. Si se repite, hazlo saber de nuevo y dependiendo de la relación, busca un diálogo sincero en donde ambos se comprometan a no volverlo a hacer o aléjate. Si la persona no se hace responsable de sus faltas y continúa "gaslighteándote" pregúntate si deseas continuar la relación o la frecuencia de las visitas en caso de familiares o amigos. Trabajar la propia asertividad es indispensable para hacer valer los propios intereses con dignidad.

Conoce cómo terminar con esta relación tóxica.

  • Pon atención en las señales de alerta. Es importante coger a tiempo el problema.
  • Confía en tu propio criterio, en tus valores y en tus creencias.
  • Pon contexto: no se puede perder la cabeza sólo cuando estamos con una persona concreta y funcionar bien con el resto.
  • Mantén tus decisiones: no cambies de opinión sólo porque alguien te lo diga.
  • Respeta tus emociones: nadie te puede decir cómo te has de sentir. No te juzgues desde la perspectiva del otro, sino desde tus propios parámetros.
  • Cultiva tu asertividad.
  • Rodéate de personas que te hagan sentir bien, no mal. Comunícate.
  • Crea tus propios espacios. Dedica tiempo a tu evolución y a tu crecimiento personal.
  • No esperes la aprobación del acosador. No intentes llegar a acuerdos ni que se reconozca tu posición cuando haya manipulación de por medio, es una batalla perdida.
  • Cuestiónate la necesidad de mantener en tu vida al acosador. Busca alternativas.

Lo que debes saber

  1. La particularidad de este tipo de abuso es que no existe violencia física. De hecho, el acosador suele ser particularmente cuidadoso y próximo para ganarse la confianza de la víctima.
  2. El abusador intenta poner a su merced a la víctima mellando su confianza y sentido de realidad.
  3. La manipulación no se produce de un día para el otro. Existen ciertas fases para ir debilitando a la víctima: desconfianza, defensa y depresión.

Cómo romper con el Gaslighting y evitar sus efectos emocionales

Lo primero y más necesario es darse cuenta de estar sufriendo este tipo de abuso por parte de la pareja, padres o hijos o compañeros de trabajo, y en base a eso, apoyarse en amigos y familiares para liberarse y dejar atrás cuanto antes esa relación tóxica. Si no se consigue de forma tajante, la mejor opción es acudir a un profesional, como un psicoterapeuta, que sabrá cómo abordar el problema con las técnicas adecuadas.

En todo caso, para prevenir el gaslighting y sus consecuencias ten en cuenta estos consejos básicos:

  • Confía en ti y en tu memoria: nadie puede conocer tu realidad y tus sentimientos mejor que tú.
  • Evita perseguir la aprobación de los demás: respeta las opiniones pero ten la tuya propia, lo luches por hacer cambiar de opinión al resto de personas.
  • Rodéate de gente que te haga sentir bien: te ayudarán a ver la vida de otra forma y mejorarás tu estado de ánimo, dejando atrás los efectos negativos de la luz de gas.
  • No dejes que superen tus límites: no permitas que te griten o que te hagan sentir mal.
  • Aléjate de las personas tóxicas: no aportan nada bueno en tu vida y solo te hacen entrar en un bucle de desconcierto y sufrimiento. Por difícil que sea, mira las cosas desde un punto objetivo y toma las decisiones correctas.




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martes, 15 de diciembre de 2020

Las 30 Señales de Maltrato Psicológico en una Relación de Pareja

En ocasiones puede ser difícil identificar qué conductas constituyen un abuso psicológico.

El maltrato psicológico es un tipo de abuso que se caracteriza por la presencia de acciones y comportamientos que pueden acabar creando un trauma emocional en la víctima. A pesar de no ser tan visible como el maltrato físico, sus consecuencias no son por ello menos reales: entre los efectos más habituales se encuentran la ansiedad, la depresión crónica, o el trastorno de estrés postraumático. 

Uno de los ámbitos en los que es más común que se produzcan casos de maltrato psicológico es el de la pareja. A pesar de que la violencia física está mucho más visibilizada en este área, lo cierto es que la mayoría de los casos de maltrato se producen sin que existan agresiones físicas de por medio. Muchos de los casos de maltrato en la pareja se producen debido a una serie de creencias irracionales sobre las parejas y el amor. Esto suele provocar comportamientos que acaban provocando problemas psicológicos en las víctimas, como por ejemplo insultos, conductas de control, menosprecios, constantes faltas de respeto, insultos, conductas de control.

En mis consultas, cuando observo indicios de que se pueda estar dando una situación de maltrato psicológico y emocional, suelo usar una serie de preguntas que hago que se lleven a casa como tarea.

Las 30 señales de que tu pareja puede estar maltratándote psicológicamente

Este es un breve listado de tipos de comportamiento que sirven para identificar los casos de maltrato psicológico en una pareja. Están planteados en forma de preguntas para que sean más accesibles y fáciles de relacionar con las vivencias de cada persona.

  1. ¿Controla el dinero que gastas? ¿tienes que pedirle el dinero a tu pareja? ¿pides permiso a la hora de comprar algo, ya sea para ti o para la casa?
  2. ¿Te dice cómo tienes que vestirte? ¿si vas de alguna manera que no le gusta se enfada contigo por ello y decides cambiarte de ropa? ¿Hay prendas que ya no te pones porque sabes que a no le gusta que vayas así y vas a tener problemas por ello?
  3. ¿Se enfada si inviertes más tiempo en tus amistades o familiares del que considera necesario?
  4. ¿Mantienes relaciones sexuales aunque no te apetezcan porque si no, se enfada?
  5. Contabiliza las veces que haces cosas que no te apetecen o con las que no estás de acuerdo para evitar una discusión.
  6. ¿Controla tu móvil y tus redes sociales?
  7. ¿Tienes que informarle de tus horarios?
  8. ¿Le quita importancia a tus logros personales o profesionales?
  9. Cuando haces algo por tu pareja, ¿te lo agradece o te hace sentir que es tu obligación?
  10. ¿Organiza tu tiempo libre? ¿Sientes que en los ratos de ocio tienes que consultarle en que invertir tu tiempo?
  11. ¿Cuándo tienes algún problema lo minimiza con comentarios del tipo: eso no es nada, te quejas de vicio, etc.?
  12. ¿Cuándo se ha dado una discusión, en la mayoría de las ocasiones cedes tú aún teniendo la razón porque podría pasarse días sin hablarte y haciéndote el vacío?
  13. ¿Si tiene un problema fuera del ámbito de la pareja, te hace sentir responsable de ello?
  14. ¿Te hace sentir que no sabrías seguir adelante si no estuvieras a su lado?
  15. ¿Te sientes culpable cuando enfermas?
  16. Si estas en público, ¿temes decir lo que opinas por si acaso te trae consecuencias con tu pareja?
  17. ¿Usa el  chantaje emocional a menudo para lograr sus objetivos?
  18. ¿Te recuerda una y mil veces los errores que has cometido?
  19. ¿Has dejado de contar tus problemas de pareja a tu entorno porque sabes que si se enterase se enfadaría?
  20. ¿Temes como decirle algunas cosas porque sabes que su reacción puede ser desproporcionada?
  21. ¿Notas que cuando un mismo hecho lo realiza otra persona lo valora más positivamente que si eres tú quien lo realiza?
  22. ¿Te sientes incómodo/a si te mira alguien del sexo opuesto por si acaso tu pareja se diera cuenta y pudiera ser motivo de otra discusión?
  23. ¿Sientes que necesitas su aprobación en cada cosa que haces, o incluso piensas?
  24. ¿La manera en la que se dirige a ti ha cambiado transformándose en imperativa?
  25. ¿Sientes que no puedes ser tú mismo/a cuando estás con tu pareja?
  26.  Ligada a la anterior, ¿sientes que aún sin que esté, cuando quieres ser tú mismo/a piensas en que tal vez le moleste y dejas de hacer las cosas que querías?
  27. ¿Te trata como si fuera tu padre/madre en lugar de tu pareja?
  28.  ¿Las decisiones importantes las toma sin tener en cuenta tu opinión?
  29.  ¿Te hace dudar de tus capacidades?
  30.  ¿Sientes miedo?

 Consecuencias del maltrato emocional y psicológico

Una vez realizada la tarea, y una vez en consulta, valoro con las víctimas las consecuencias de este maltrato psicológico, que suelen ser estas:

  • Malestar físico
  • Baja autoestima
  • Pérdida de relaciones sociales llevando en muchas ocasiones al aislamiento
  • Sensación de haber dejado de ser la persona que era
  • Estrés
  • Ansiedad
  • Estado de ánimo deprimido
  • Alteraciones de los patrones de sueño
  • Problemas en la alimentación
  • Adicción a distintos tipos de sustancias (en las que cabe destacar las benzodiacepinas y el alcohol)
  • Dejadez y descuido en el aspecto físico
  • Irritabilidad
  • Apatía
  • Sentimientos de impotencia e inutilidad
  • Indecisión
  • Inseguridad
  • Dependencia emocional
  • Ataques de ira dirigidos a otras personas
  • Inapetencia sexual
  • Sentimientos de vergüenza y culpa
  • Sensación de debilidad
  • Dificultad en la toma de decisiones
  • Culpabilidad
  • Mecanismos de afrontamiento basados en la huida
  • Sentimientos de inferioridad

A su vez, estos efectos del maltrato psicológico hacen que el clima dentro de la relación de pareja siga empeorando aún más, lo cual acarrea consecuencias graves para la víctima.

El primer paso para hacer frente al maltrato psicológico es saber identificar sus señales, algo difícil ya que son dinámicas no se producen de un día para otro y son señales sutiles de las que apenas nos damos cuenta. 



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miércoles, 2 de diciembre de 2020

Yo Puedo con Todo

 El bienestar emocional como objetivo

El mundo de hoy se mueve a una rapidez que demanda cada vez más eficacia y resultados. El día a día se convierte en una carrera de fondo donde conjugar velocidad y aciertos es cada vez más difícil. Esto genera que nos falte tiempo para todo pero, además, que nos veamos presionados para realizar las cosas a la “perfección” para que estén a la altura de las exigencias.

Sin embargo, la perfección no siempre es perfecta, pues en ocasiones, y en contra de lo que se pueda pensar, conlleva muchos más inconvenientes que ventajas para nuestra salud física y mental, y nos aleja del bienestar.

Las personas perfeccionistas que demanda la sociedad suelen ser rígidas en su pensamiento, muy críticas consigo mismas, disciplinadas e incansables en la consecución de metas y responsabilidades. De cara a otros, son las típicas que “pueden hacerlo todo” y bien hecho: madrugan para ir al gimnasio, llevan una dieta balanceada, son profesionales exitosos, atienden a las necesidades de su familia y se ocupan de apoyar a padres, familiares u otras personas que les soliciten ayudan. Guraieb (2016) llama a las mujeres con estas características, “mujeres orquesta” porque están en todo, por todo y para todo. Aunque a nivel laboral un perfil así resulta valorado y atractivo, a nivel personal el “yo puedo con todo” genera dos grandes problemas: la ansiedad y el sufrimiento.

El perfeccionismo está muy relacionado con una falta de confianza y seguridad, por lo que, en exceso, suele dar lugar a comportamientos demasiados inflexibles, sobre exigentes y/o controladores. Sienten una gran presión que les produce mucho sufrimiento: nunca están conformes con el resultado de sus acciones y rechazan cualquier error o imperfección, relacionándolo con una falta de valía personal.

Un estudio realizado por la Universidad de Brock, en Ontario, examinó la relación entre salud física y perfeccionismo en 492 personas, de entre 24 y 35 años de edad. Los resultados concluyeron que las personas perfeccionistas son más propensas a sentirse mal y a quejarse de falta de sueño, cefaleas, dolores de espalda, trastornos digestivos, dermatitis y fatigas que aquellas que no lo son. Además de que son personas que temen mucho un fracaso.

Además de los síntomas físicos, a nivel emocional, los comportamientos perfeccionistas  pueden generar tensión y ansiedad, sobre todo en personas inseguras en las que el temor al rechazo les hace actuar en función de cómo creen que les gustaría a los demás y no de cómo realmente son. De forma que cuando no consiguen esa aceptación que les gustaría, pueden sentir mucha insatisfacción y frustración, pudiendo desembocar en estados depresivos (Miralles, 2014).

Este rasgo de personalidad no está considerado en los manuales (DSM-V o CIE-10) como una patología como tal, por tanto no hay estadísticas exactas. Pero si la persona no trata de solucionar este comportamiento, podría llegar a sufrir un trastorno obsesivo compulsivo o un trastorno anancástico de la personalidad. En este caso, la estadística marca una prevalencia aproximada del 2.3% de la población. Las personas demasiado perfeccionistas podrían llegar a tener el temido trastorno obsesivo-compulsivo, que les marcará cada vez más apartados de su vida y tendrán que ir a un facultativo para poder disminuir los síntomas de ansiedad y malestar.

No obstante, nuestro trabajo como psicólogos es educar al paciente para que entienda que aunque su mente le dice que “tiene y puede con todo”, nuestro cerebro está programado de un modo que impone límites. Y nadie puede superar dichas limitaciones.

Pero, sobre todo desde la terapia se plantea la necesidad de trabajar, además de técnicas de relajación y reestructuración cognitiva para pensamientos inflexibles; la autoestima, el autoconocimiento y la autorregulación conductual y emocional del paciente. Esto, con la finalidad de que se permitan el derecho a equivocarse, puesto que al hacerlo se observa que no ocurre nada tan grave y, además, incide positivamente en la memoria, tal como lo ha afirmado Andrée Ann Cyr, una joven colega psicóloga de la Universidad de Toronto, quien publicó en 2012 una investigación en la que comprobó que es más fácil aprender si la información no se ofrece muy claramente y hay que hacer un esfuerzo por adquirirla, aunque de paso suponga cometer errores. Además, la autora ha concluido que esa forma de incrementar los conocimientos, es precisamente el mejor entrenamiento para el cerebro de las personas mayores.

La formación en psicoterapia del bienestar emocional en psicólogos es indispensable para ofrecer psicoterapia a la sociedad del siglo XXI, obsesionada con la perfección, el éxito y la satisfacción inmediata. La insatisfacción vital, tan común en nuestros días, también es fruto del “yo puedo con todo”.

 

Autor: Tatiana Lopera, Psicología Clínica bienestar, emociones.


lunes, 30 de noviembre de 2020

Terapia Familiar

 Ninguna familia es perfecta, y sin embargo esto no es del todo malo. Como dice Tolstoi, "todas las familias dichosas se parecen, pero cada familia infeliz es desdichada a su manera"

Si bien es frecuente que las familias se enfrenten a innumerables problemas que se acumulan, y que causan estrés, tensión e incluso trastornos en sus integrantes, estas dificultades y estos problemas son también grandes oportunidades de crecimiento. Los problemas frecuentes en una familia son: peleas entre hermanos, problemas de adolescente, diferencia de opiniones y desacuerdos en la pareja, pérdida de la tranquilidad debido a conflictos entre padres, problemas de educación, problemas financieros, pérdida de trabajo, divorcio, adicción enfermedad mental o física, etc. Afortunadamente,  los problema de familia tienen solución.

Terapia familiar: La terapia de familia en una forma de psicoterapia que ayuda a las familias en sus dificultades derivadas de las diferencias entre cada uno de los miembros. La terapia provee recursos a las personas en relaciones cercanas para ayudarse entre sí. Permite a los miembros de la familia expresar y explorar pensamientos difíciles y emociones en un ambiente seguro, entender las experiencias y puntos de vista de cada uno, apreciar las necesidades del otro, construir en cimientos más firmes y hacer cambios útiles en sus relaciones y sus vidas.

¿Qué es la terapia familiar?

La terapia de familia en una forma de psicoterapia que ayuda a las familias en sus dificultades derivadas de las diferencias entre cada uno de los miembros. La Psicoterapia provee recursos a las personas en relaciones cercanas para ayudarse entre sí. Permite a los miembros de la familia expresar y explorar pensamientos difíciles y emociones en un ambiente seguro, entender las experiencias y puntos de vista de cada uno, apreciar las necesidades del otro, y construir en cimientos más firmes y hacer cambios útiles en sus relaciones y sus vidas.

¿Cuáles son los objetivos de la terapia de familia?

Las sesiones de terapia familiar tienen como objetivo corregir cierta dinámica familiar que se ha convertido en la fuente de las dificultades, modificando las interacciones entre los miembros de la familia que agravan o perpetúan el problema. Es decir, a diferencia de la terapia individual, no se trata de cambios de cada uno de los individuos (estos son secundarios) sino de cambios en el sistema familiar de interacción.

"El paciente es la familia y la interacción de sus miembros, y el miembro individual es más bien el síntoma de un sistema enfermo"

En terapia familiar se trabaja con problemas en los que no necesariamente está presente alguna patología, como son la depresión o el alcoholismo en uno de los miembros. Se trata más bien de patrones de relaciones disfuncionales y carencias en los vínculos emocionales que ocasionan un malestar general o la sensación de que la familia se desintegra gradualmente (desinterés, poca o nula convivencia o discusiones constantes).

Motivos frecuentes de consulta de terapia de familia:

  • Problemas en la comunicación familiar
  • Dificultades en el comportamiento de los niños o los adolescentes
  • Problemas de salud mental
  • Problemas de pareja (aprender a separar lo que son los problemas de pareja y los problemas de familia)
  • Enfermedades y hándicap en la familia
  • Separación, divorcio y vida con padres putativos (familia adoptiva)
  • Anorexia, bulimia y otros desórdenes alimenticios
  • Violencia doméstica
  • Uso inadecuado de drogas o alcohol
  • Efectos de trauma
  • Dificultades relacionadas con el envejecimiento
  • Abortos
  • Duelo y pérdida (muertes, "nido vacío")
  • Dificultad en toma de decisiones importantes
  • Conflictos con familia política y familiares.
  • Desacuerdos respecto a problemas de dinero.
  • Elección de la carrera de los hijos
  • Problemas de la adolescencia.
  • Peleas entre hermanos.
  • Problemas financieros.
  • Divorcio e hijos.
  • Adicción o alcoholismo de uno de los padres.
  • Padres abusivos.
  • Padres sobreprotectores.
  • Padres que discuten constantemente.

¿En qué momento se debe recurrir a ella?

La terapia familiar comúnmente es proporcionada por un psicólogo, un asistente social clínico o un terapeuta acreditado por alguna institución especializada. Este tipo de terapia suele ser a corto plazo. Asimismo, puede involucrar a todos los miembros de la familia o bien solamente a quienes pueden ir o tienen la voluntad de participar.

Algunos de los motivos principales por los que es recomendable que una familia acuda a terapia son los siguientes:

  1. Cuando existen relaciones conflictivas dentro del núcleo familiar, ya sea entre la pareja, los hijos u otros miembros de la familia. Los principales detonantes suelen ser problemas matrimoniales, dificultades económicas o conflictos entre padres e hijos.
  2. Cuando alguno de los miembros presenta una enfermedad mental o una adicción. Estos casos suelen requerir terapia adicional o tratamiento de rehabilitación.
  3. Cuando toda la familia o alguno de sus miembros experimentó o fue testigo de un hecho traumatizante, como puede ser un accidente, un desastre natural o un caso de violencia.
  4. Cuando la familia acaba de sufrir el fallecimiento de uno de sus integrantes.
  5. Cuando se experimenta un periodo de incertidumbre o de estrés, como puede ser el haberse cambiado de residencia, especialmente si se cambió de país o estado.

En ocasiones, también las crisis esperadas del desarrollo usual de una vida de familia puede complicarse y ocasionar deterioro en las relaciones familiares. La terapia familiar puede ser de gran ayuda. Estas etapas críticas son: el matrimonio o unión, el embarazo y la acomodación para ser tres, el nacimiento del primer hijo, la escolaridad de los hijos, la pubertad y la adolescencia de los hijos, la salida de los hijos de la casa, el llamado nido vacío, el retiro laboral, la vejez, la viudez y la muerte. Otras crisis, que si bien no se suceden a otros los sistemas familiares, puede desestabilizar el seno familiar: como por ejemplo un secuestro, un periodo de desempleo, una muerte imprevista, un cambio de ciudad o país, etc. Consulta a un psicólogo familiar si tienes alguna duda, o bien conoce más sobre la terapia especializada en la familia.

¿Para quién es indicada la terapia familiar?

Toda familia puede beneficiarse de la terapia familiar. No siempre es fácil saber si lo más conveniente es una orientación para padres, terapia para toda la familia, o bien con ciertos miembros de la familia, o bien solo un par de los integrantes. En algunas ocasiones, incluso, si bien se trata de un problema que sufre un solo miembro de la familia (alcoholismo), la intervención en familia puede beneficiar mucho a la persona afectada, además de ayudar a los familiares a entender cómo relacionarse de la mejor manera con la persona alcohólica. Si tienes dudas sobre este tipo de decisiones, no dudes en consultarnos al respecto y con gusto te orientaremos: consulta aquí. No dudes en ponerte en contacto conmigo.

Las familias son mucho más que grupos de individuos. Las familias tienen sus propias metas y aspiraciones. También es el lugar donde cada niño y adulto debe sentir que él o ella son especiales y son estimulados para logar sus propios sueños, es un lugar donde la individualidad de cada uno puede florecer.


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sábado, 28 de noviembre de 2020

Esquizofrenia


Diagnóstico

El diagnóstico de la esquizofrenia implica descartar otros trastornos de salud mental y determinar que los síntomas no se deben al abuso de sustancias, medicamentos o afecciones. Para determinar un diagnóstico de esquizofrenia, puede hacerse lo siguiente:

  • Exploración física. Se puede realizar para descartar otros problemas que podrían estar causando los síntomas y para detectar cualquier complicación relacionada.
  • Análisis y pruebas de detección. Pueden incluirse pruebas que permitan descartar afecciones con síntomas similares, y para detectar el consumo de alcohol y drogas. El médico también puede indicarte estudios por imágenes, como una resonancia magnética o una tomografía computada.
  • Evaluación psiquiátrica. Un médico o profesional en salud mental controla el estado mental por medio de la observación de la apariencia y el comportamiento, y la indagación sobre pensamientos, estados de ánimo, delirios, alucinaciones, consumo de sustancias y posibilidad de violencia o suicidio. También se conversa sobre los antecedentes personales y familiares.
  • Criterios de diagnóstico para la esquizofrenia. El médico o profesional en salud mental puede aplicar los criterios establecidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), publicado por la American Psychiatric Association (Asociación Estadounidense de Psiquiatría).

Tratamiento

La esquizofrenia requiere tratamiento de por vida, incluso si los síntomas desaparecen. El tratamiento con medicamentos y terapia psicosocial puede ayudar a controlar la enfermedad. En algunos casos, puede ser necesaria una internación. Por lo general, un psiquiatra con experiencia en esquizofrenia guía el tratamiento. El equipo de tratamiento también puede incluir un psicólogo, un asistente social, personal de enfermería psiquiátrica y, posiblemente, un encargado del caso para coordinar la atención. El abordaje de equipo completo puede estar disponible en clínicas con pericia en el tratamiento de la esquizofrenia.

Medicamentos

Los medicamentos son la base del tratamiento de la esquizofrenia; los antipsicóticos son los que se recetan con más frecuencia. Estos medicamentos controlan los síntomas al actuar sobre la dopamina, un neurotransmisor cerebral.

El objetivo del tratamiento con antipsicóticos es controlar los signos y síntomas de manera eficaz con la dosis más baja posible. El psiquiatra puede probar diferentes medicamentos, distintas dosis o combinaciones con el correr del tiempo a fin de lograr el resultado deseado. Otros medicamentos, como los antidepresivos y los ansiolíticos, también pueden resultar útiles. Pueden pasar varias semanas hasta observar la mejora de los síntomas.

Es posible que las personas que sufren de esquizofrenia se nieguen a tomar los medicamentos para tratar esta enfermedad, ya que pueden provocar efectos secundarios graves. La voluntad de cooperar con el tratamiento puede incidir en el medicamento que se receta. Por ejemplo, alguien que se resiste a tomar medicamentos constantemente quizás necesite inyecciones en lugar de comprimidos.

Pregúntale al médico sobre los beneficios y los efectos secundarios de todos los medicamentos que te receten.

Antipsicóticos de segunda generación

Estos nuevos medicamentos de segunda generación son generalmente preferidos porque presentan un menor riesgo de efectos secundarios graves que los antipsicóticos de primera generación. Los antipsicóticos de segunda generación incluyen:

  • Aripiprazol (Abilify)
  • Asenapina (Saphris)
  • Brexpiprazol (Rexulti)
  • Cariprazina (Vraylar)
  • Clozapina (Clozaril, Versacloz)
  • Iloperidona (Fanapt)
  • Lurasidona (Latuda)
  • Olanzapina (Zyprexa)
  • Paliperidona (Invega)
  • Quetiapina (Seroquel)
  • Risperidona (Risperdal)
  • Ziprasidona (Geodon)

Antipsicóticos de primera generación

Estos antipsicóticos de primera generación tienen efectos secundarios frecuentes y potencialmente significativos, entre ellos, la posibilidad de desarrollar un trastorno del movimiento (discinesia tardía), que puede o no ser reversible. Los antipsicóticos de primera generación incluyen los siguientes:

  • Clorpromazina
  • Flufenazina
  • Haloperidol
  • Perfenazina

Estos antipsicóticos suelen ser más económicos que los antipsicóticos de segunda generación, en especial, las versiones genéricas, lo que puede ser un factor de decisión importante cuando se necesita un tratamiento a largo plazo.

Antipsicóticos inyectables de acción prolongada

Algunos antipsicóticos pueden administrarse por inyección intramuscular o subcutánea. Normalmente se administran cada dos o cuatro semanas, de acuerdo con el medicamento. Pídele a tu médico más información sobre los medicamentos inyectables. Estos pueden ser una opción si alguien prefiere tomar menos pastillas, y puede ayudar con el cumplimiento.

Los medicamentos comunes que están disponibles en forma de inyección incluyen:

  • Aripiprazol (Abilify Maintena, Aristada)
  • Decanoato de flufenazina
  • Decanoato de haloperidol
  • Paliperidona (Invega Sustenna, Invega Trinza)
  • Risperidona (Risperdal Consta, Perseris)

Intervenciones psicosociales

Una vez que la psicosis retrocede, además de continuar con los medicamentos, las intervenciones psicológicas y sociales (psicosociales) son importantes. Estas pueden incluir:

  1. Terapia individual. La psicoterapia puede ayudar a normalizar los patrones de pensamiento. Además, aprender a lidiar con el estrés e identificar los primeros signos de advertencia de una recaída puede ayudar a que las personas con esquizofrenia manejen su enfermedad.
  2. Capacitación en habilidades sociales. Esto se centra en mejorar la comunicación y las interacciones sociales y en mejorar la capacidad para participar en las actividades diarias.
  3. Terapia familiar. Esto proporciona apoyo y educación a las familias que se enfrentan a la esquizofrenia.
  4. Rehabilitación vocacional y apoyo para conseguir trabajo. Esto se enfoca en ayudar a que las personas con esquizofrenia se preparen para tener un trabajo, lo encuentren y lo conserven.

La mayoría de los individuos con esquizofrenia necesitan algún tipo de apoyo para la vida diaria. Muchas comunidades tienen programas para ayudar a las personas con esquizofrenia con trabajos, viviendas, grupos de autoayuda y situaciones de crisis. Un administrador de casos o alguien del equipo de tratamiento puede ayudar a encontrar recursos. Con el tratamiento adecuado, la mayoría de las personas con esquizofrenia pueden controlar su enfermedad.

Hospitalización

Durante los períodos de crisis o de síntomas graves, es posible que se requiera hospitalizar al paciente para garantizar seguridad, alimentación correcta, horas de sueño adecuadas e higiene básica.

Terapia electroconvulsiva

En el caso de los adultos con esquizofrenia que no responden a la terapia con medicamentos, se puede considerar la terapia electroconvulsiva. La terapia electroconvulsiva puede ser útil para alguien que también tiene depresión.

Estrategias de afrontamiento y apoyo

Hacer frente a un trastorno mental tan grave como la esquizofrenia puede ser un desafío, tanto para la persona que padece la afección como para sus amigos y familiares. Aquí hay algunas formas de afrontarlo:

  1. Infórmate sobre la esquizofrenia. La información sobre el trastorno puede ayudar a la persona con esquizofrenia a comprender la importancia de seguir el plan de tratamiento. La información puede ayudar a que los amigos y la familia comprendan el trastorno y sean más compasivos con la persona que lo padece.
  2. Permanecer enfocado en los objetivos. El manejo de la esquizofrenia es un proceso continuo. Tener en cuenta los objetivos del tratamiento puede ayudar a la persona con esquizofrenia a mantenerse motivada. Ayuda a tu ser querido a recordar que debe asumir la responsabilidad de controlar el trastorno y trabajar para alcanzar sus objetivos.
  3. Evita el consumo de alcohol y drogas. El consumo de alcohol, nicotina o drogas recreativas puede dificultar el tratamiento de la esquizofrenia. Si tu ser querido es adicto, dejar el hábito puede ser un verdadero desafío. Obtén asesoramiento del equipo de atención médica sobre la mejor manera de abordar este tema.
  4. Pregunta por la ayuda de los servicios sociales. Estos servicios pueden ayudar con la vivienda, el transporte y otras actividades diarias a precios asequibles.
  5. Aprende a relajarte y a manejar el estrés. La persona con esquizofrenia y sus seres queridos pueden beneficiarse de técnicas de reducción del estrés como la meditación, el yoga o el tai chi.
  6. Únete a un grupo de apoyo. Los grupos de apoyo para las personas con esquizofrenia pueden ayudarlas a llegar a otras personas que se enfrentan a retos similares. Los grupos de apoyo también pueden ayudar a familiares y amigos a sobrellevar la situación.

Preparación para la consulta

Si estás buscando ayuda para alguien con esquizofrenia, puedes comenzar por consultar con su médico de cabecera o profesional de atención médica. Sin embargo, en ciertos casos cuando llamas para programar una consulta, puede que te deriven inmediatamente a un psiquiatra.

Qué puedes hacer

Como preparación para la consulta, haz una lista que incluya lo siguiente:

  • Cualquier síntoma que tu ser querido haya tenido, incluso los que puedan parecer no tener relación con el motivo por el cual programaste la consulta
  • Tu información personal más importante, incluidos factores causantes de mucho estrés o cambios recientes en tu vida
  • Los medicamentos, vitaminas, suplementos a base de hierbas o de otra clase que tome, incluidas las dosis

Preguntas para hacer al médico

Acompaña a tu ser querido a la consulta. Obtener la información de primera mano te ayudará a saber a qué te enfrentas y qué necesitas hacer por tu ser querido.

Para la esquizofrenia, algunas preguntas básicas para hacer al médico pueden ser las siguientes:

  • ¿Qué es lo que probablemente cause los síntomas o la afección?
  • ¿Hay otras causas que puedan estar causando los síntomas o la afección?
  • ¿Qué tipo de pruebas se necesitan?
  • ¿Esta afección suele ser temporal o de por vida?
  • ¿Cuál es el mejor tratamiento?
  • ¿Cuáles son las alternativas al enfoque principal que sugiere?
  • ¿Cuál es la mejor manera de ayudar y apoyar?
  • ¿Tienes folletos u otro material impreso que me pueda llevar?
  • ¿Qué sitios web me recomienda?

No dudes en realizar cualquier otra pregunta durante tu consulta.

Qué esperar del médico

Es probable que el médico te haga varias preguntas. Anticipar algunas de estas preguntas puede ayudar a que la conversación sea productiva. Entre las preguntas, se pueden incluir las siguientes:

  • ¿Cuáles son los síntomas de tu ser querido y cuándo los notaste por primera vez?
  • ¿Tienes algún familiar al que le hayan diagnosticado esquizofrenia?
  • ¿Los síntomas han sido continuos u ocasionales?
  • ¿Tu ser querido habló sobre el suicidio?
  • ¿Cómo se desempeña tu ser querido en la vida cotidiana, come con regularidad, va a trabajar o a la escuela, se baña con regularidad?
  • ¿A tu ser querido le han diagnosticado otras afecciones médicas?
  • ¿Qué medicamentos está tomando actualmente tu ser querido?

 El médico o profesional de la salud mental te hará preguntas adicionales según tus respuestas, síntomas y necesidades.


Clínica Mayo