martes, 30 de abril de 2024

Depresión: Apoyar a un Familiar o a un Amigo

Ayuda a un familiar o a un amigo que esté afrontando depresión a que obtenga tratamiento y halle recursos.

Ayudar a una persona que tenga depresión puede ser un desafío. Si alguien que conoces tiene depresión, podrías sentirte desesperado y no saber qué hacer. Infórmate sobre cómo ayudarlo y comprenderlo, y ayúdalo a recibir los recursos que necesita.

Mientras más sepas sobre la depresión, cómo afecta a las personas y cómo se puede tratar, más preparado estarás para ayudar a alguien que te necesita.

Esto es lo que puedes hacer:

Aprende acerca de los síntomas de la depresión

Los síntomas de depresión varían según la persona. Estos son algunos de los síntomas:

  • Sentimientos de tristeza, ganas de llorar, vacío o desesperanza.
  • Arrebatos de enojo, irritabilidad o frustración, incluso por asuntos poco importantes.
  • Pérdida de interés o placer por la mayoría o todas las actividades habituales como las relaciones sexuales, los pasatiempos y los deportes.
  • Dormir demasiado o muy poco.
  • Cansancio y falta de energía, por lo que incluso las tareas pequeñas requieren mucho esfuerzo.
  • Falta de apetito y pérdida de peso, o aumento del apetito y de peso.
  • Problemas físicos sin causa aparente, como dolor de espalda o de cabeza.
  • Ansiedad, inquietud o nerviosismo.
  • Lentitud al razonar, hablar o mover el cuerpo.
  • Sentimientos de inutilidad o culpa, insistencia en fracasos anteriores o sentimiento de culpabilidad por situaciones de las que no eres responsable.
  • Problemas para pensar, concentrarte, tomar decisiones y recordar cosas.
  • Hablar frecuentemente sobre no querer vivir, pensamientos suicidas, intentos de suicidio o suicidio.

En el caso de muchas personas con depresión, los síntomas pueden interferir con las actividades laborales o escolares diarias. La depresión también puede afectar las actividades sociales y los vínculos con los demás. Otras personas pueden sentirse infelices o tristes en general sin saber por qué. Los niños y adolescentes podrían exhibir la depresión mediante el malhumor en lugar de la tristeza.

Alienta a las personas a buscar ayuda

Las personas con depresión pueden no saber o negarse a admitir que están deprimidas. Tal vez desconocen los síntomas de la depresión y piensan que sus sentimientos son normales.

Con frecuencia, sienten vergüenza de su depresión y creen, de manera errónea, que deberían poder superarla solo con fuerza de voluntad. Sin embargo, es poco probable que la depresión mejore sin tratamiento, y podría incluso empeorar. Con el tratamiento correcto, puede mejorar.

Esto es lo que puedes hacer para ayudar:

  • Habla con la persona sobre lo que viste y por qué te preocupa.
  • Explícale que la depresión es una enfermedad, no un defecto o una debilidad personal, y que suele mejorar con tratamiento.
  • Aconséjale que busque ayuda profesional. Un proveedor de atención médica es un buen punto de partida. También puedes consultar a un proveedor de atención para la salud mental, como un psicólogo o consejero matriculado.
  • Ofrece tu ayuda para preparar una lista de preguntas para hacer durante la primera cita con el proveedor de atención médica o para la salud mental.
  • Exprésale tu predisposición para ayudarla al programar citas, acompañarla a ellas y asistir a sesiones de terapia familiar.

Si la depresión de la persona es grave o podría poner en riesgo su vida, comunícate con el proveedor de atención médica o para la salud mental, o con los servicios médicos de urgencia.

Busca los signos de advertencia que indican que la depresión empeora

Las personas pueden pasar por la depresión de diferentes maneras. Al observar a una persona, puedes aprender cómo la afecta la depresión. Aprende qué hacer cuando empeora.

Ten en cuenta los siguientes aspectos:

  1. ¿Cuáles son los signos típicos de la depresión?
  2. ¿Qué comportamientos o lenguaje observas cuando la depresión empeora?
  3. ¿Qué comportamientos o lenguaje observas cuando la persona está bien?
  4. ¿Qué desencadena una depresión más grave?
  5. ¿Qué actividades ayudan más cuando la depresión empeora?

La depresión que empeora debe tratarse lo antes posible. Alienta a la persona con depresión a consultar con un proveedor de atención médica o un proveedor de atención para la salud mental a fin de crear un plan que le indique qué hacer cuando los síntomas llegan a determinado punto, por ejemplo a quién contactar. En algunos casos, es posible que el proveedor de atención médica necesite ajustar o cambiar los medicamentos, o recomendar tratamientos adicionales.

Conoce los riesgos de suicidio

Las personas con depresión corren mayor riesgo de suicidarse. Si una persona tiene una depresión grave, podría tener pensamientos suicidas en algún momento. Toma con mucha seriedad todas las señales de conducta suicida y actúa de inmediato.

Toma medidas si es necesario:

  • Hazle saber a la persona que estás preocupado. Pregúntale si tiene pensamientos suicidas o si tiene un plan para suicidarse. Tener un plan significa que es más probable que intente suicidarse.
  • Busca ayuda. Comunícate con el proveedor de atención médica, el proveedor de atención para la salud mental u otro profesional de atención médica de la persona. Habla con otros miembros de la familia o amigos cercanos sobre lo que está sucediendo.
  • Llama a la línea directa para prevención del suicidio. Pide consejos y averigua qué recursos hay disponibles en tu zona. O bien, alienta a la persona a llamar a la línea directa para hablar con un consejero. En la Línea Directa de Prevención del Suicidio y Crisis la llamada es gratuita.
  • Asegúrate de que la persona está a salvo. En lo posible, quita cualquier objeto que podría usar para intentar suicidarse. Por ejemplo, puedes guardar bajo llave o deshacerte de las armas de fuego, otro tipo de armas y medicamentos.
  • Llama de inmediato al 911 o al número local de emergencias si una persona podría hacerse daño o intentar suicidarse. Asegúrate de que la persona esté acompañada en todo momento.

Presta atención a cualquier signo de advertencia de suicidio

  • Infórmate y mantente alerta para detectar las señales de advertencia del suicidio o los pensamientos suicidas:
  • Hablar sobre el suicidio, por ejemplo, decir cosas como “Voy a matarme”, “Quisiera estar muerto” o “Desearía no haber nacido”.
  • Obtener los medios para intentar suicidarse, por ejemplo, comprar un arma o almacenar pastillas.
  • Evitar el contacto social y querer estar solo.
  • Tener cambios de humor, como euforia un día y desazón profunda e irritabilidad al día siguiente.
  • Perderse en los pensamientos sobre la muerte, el morir o la violencia.
  • Sentirse atrapado o sin esperanzas a causa de alguna situación.
  • Aumentar el consumo de alcohol o sustancias adictivas.
  • Cambiar la rutina normal, incluidos los hábitos de alimentación y sueño.
  • Hacer actividades riesgosas o autodestructivas, como consumir drogas ilícitas o conducir de manera imprudente.
  • Regalar pertenencias o poner en orden los asuntos cuando no hay motivos para hacerlo.
  • Despedirse de las personas como si no las fuera a ver de nuevo.
  • Tener cambios en la personalidad o ponerse demasiado ansioso o triste, en especial con algunas de las señales de advertencia mencionadas.

Demuestra tu apoyo

Recuerda que la depresión no es culpa de nadie. No puedes solucionar la depresión de una persona, pero tu apoyo y comprensión pueden ayudarla.

Puedes hacer lo siguiente:

  • Alienta a la persona a seguir el tratamiento. Si alguien está realizando un tratamiento para la depresión, ayúdalo a recordar que debe tomar los medicamentos recetados y asistir a las citas médicas.
  • Mantente dispuesto a escuchar. Hazle saber que te interesa cómo se siente. Cuando quiera hablar contigo, escucha con atención. Pero no des consejos ni opiniones, y no lo juzgues. La atención y la comprensión pueden ser herramientas muy beneficiosas para la recuperación.
  • Proporciona un refuerzo positivo. Algunas personas con depresión se juzgan con dureza y ven defectos en todo lo que hacen. Recuérdales sus virtudes y lo importante que son para ti y para los demás.
  • Ofrece tu ayuda. Es posible que una persona tenga dificultad para realizar algunas tareas correctamente. Propone tareas específicas que estés dispuesto a realizar. Además, pregunta si puedes hacerte cargo de alguna tarea en particular.
  • Ayuda a reducir el estrés en su vida. Elaborar una rutina habitual podría ayudar a una persona con depresión a sentir que tiene las cosas bajo control. Pregúntale si puedes hacer un cronograma de comidas, medicamentos, actividad física, contacto social y horas de dormir, y ayúdala a organizar las tareas del hogar.
  • Busca apoyo de organizaciones que pueden ayudar. Muchas organizaciones cuentan con grupos de apoyo y ofrecen asesoramiento y otros servicios para la depresión. Por ejemplo, la Alianza Nacional sobre las Enfermedades Mentales, los programas de asistencia para empleados y muchas organizaciones religiosas ofrecen ayuda para las preocupaciones relacionadas con la salud mental.
  • Si son creyentes de alguna religión, aliéntalos a participar de manera activa en las actividades relacionadas con ella. Para muchas personas, las creencias religiosas forman una parte importante de la recuperación de la depresión, ya sea que pertenezcan una comunidad religiosa organizada o que tengan creencias y realicen actividades espirituales personales.
  • Alienta a la persona a tomar medidas de cuidado personal. Esto incluye comer sano, dormir las horas apropiadas y hacer actividad física.
  • Hagan planes juntos. Invita a la persona a caminar, ver una película o realizar contigo una actividad o pasatiempo que solía disfrutar. Procura no obligarla a que haga algo.

Cuídate

Para evitar el agotamiento:

  • Pide ayuda. Cuidar de alguien con depresión no es sencillo. Pide a familiares o amigos que te ayuden. Diles lo que necesitas.
  • Toma medidas para mantenerte saludable. Tómate tiempo para ti. Haz cosas que disfrutas, realiza actividad física, reúnete con amigos y renueva tu espíritu.
  • Sé paciente. Los síntomas de la depresión mejoran con el tratamiento, pero puede llevar tiempo. Es posible que debas probar más de un tipo de medicamento o enfoque de tratamiento para encontrar el mejor para ti. Para algunas personas, los síntomas mejoran rápidamente después de comenzar el tratamiento. Para otras, puede llevar más tiempo.
Mayo Clinic

jueves, 25 de abril de 2024

Ausentismo en Pacientes en Consulta Psicológica

Todos los psicólogos nos hemos encontrado que, aún delante de nuestras muchas sugerencias de las posibles consecuencias, una cierta parte de nuestros pacientes abandonan la psicoterapia antes de que esta haya llegado, efectivamente a término. Es aquello que, en otras ramas de las ciencias de la salud, llamarían una “alta voluntaria”. Y aunque es bien cierto que, muchos de ellos, acaban retomando de nuevo la terapia, también lo es que se han dado pasos hacia atrás en el camino avanzado.
Entre estos últimos se encuentran los adolescentes, falta de adherencia al tratamiento, los pacientes con bajo nivel educativo, por mecanismo de defensa y los que dicen “las pastillas” les funcionan muy bien o no les funcionan para nada. Por tanto, cargan de “poder” al tratamiento psiquiátrico y desnudan a la psicoterapia del mismo ya que se habrán visto abocados a hacerla por orden psiquiátrica o por insistencia familiar.

En contra de lo que se pueda pensar muchas veces, abandonan el tratamiento pacientes que presentan psicopatologías severas o incluso, sintomatología severa de una psicopatología que, en principio, tendría fácil solución. El abandono supone el agravamiento de dichas patologías y no somos conscientes del daño que nos estamos infringiendo pero la familia tampoco es especialmente insistente.

Nota: No necesariamente se acude a consulta por una patología, sino como una forma de desarrollo personal. En el diván pueden tratarse "pequeños dolores" que a pesar de no ser "devastadores" merecen un lugar. Para evitar procesos a medias, aprenda a elegir un psicólogo, cómo funciona la terapia, el tiempo que dura y lo que debe y no debe ocurrir durante la psicoterapia.

Algunas consideraciones sobre los motivos más comunes de abandono de la terapia psicológica por parte de los pacientes
  1. La demanda ya no les preocupa. Cuando hablamos de demanda, en psicología, nos referimos al motivo que lleva a un paciente a la consulta de un psicólogo. Puede ocurrir que dicho motivo, al llegar a la consulta, ocupe una posición central en la vida del paciente pero al transcurrir el tiempo se adopta una nueva percepción que permite minimizar o relativizar el problema, dejando de ser central y por tanto, de preocuparnos. Sin embargo, ello no significa que este absolutamente resuelto.
  2. El paciente se ha desmotivado. En psicoterapia, existen distintas corrientes. Normalmente, cada uno de nosotros estamos adscritos a una de ellas. Sin embargo, diseñar un tratamiento significa tener en cuenta las peculiaridades de cada paciente, su carácter, el objeto de su demanda, si ya venía motivado de casa o no…”lo que no se puede es aplicar un mismo traje para todos los pacientes que entren en nuestra consulta porque a unos les quedará corto, a otros largo, otros lo romperán, a otros les irá holgado” y estos acabarán sintiendo que la  terapia “no sirve para nada” o “no me hace nada” o “no noto nada diferente”, se desmotivarán y acabarán abandonando.
  3. Expectativas demasiado elevadas respecto a resultados inmediatos. Otras veces, se abandona porque el paciente, al inicio del tratamiento, tiene unas expectativas demasiado altas respecto a la resolución casi inmediata de su problema. Aunque a estos pacientes se les avisa, al inicio, de que la psicoterapia es un proceso muy eficaz, por otra parte, depende de lo que presente el paciente, podría ser lenta ya que necesita su tiempo para poner en orden el revuelto armario emocional que lleva a consulta, de hecho, esta es una de las funciones más importantes del psicoterapeuta durante las primeras sesiones: nivelar las expectativas hasta un nivel razonable para no acabar provocándose el abandono por no haber satisfecho la idea con que el paciente llegaba a consulta y que forman parte de ese “pensamiento mágico” del que ya hemos hablado, el simple hecho de sentarse en el sofá del terapeuta o de traspasar su puerta ya remedia su problema.
  4. Desconocer el número de sesiones que precisará el paciente durante la terapia. Se ha observado que se consigue una mejor alianza terapéutica cuando desde el inicio el paciente tiene una idea aproximada de cuántas sesiones necesitará para cumplimentar su tratamiento. También es cierto que, a excepción de en determinados casos, en pacientes de corte psiquiátricos o en las terapias de parejas, es difícil dar un número exacto de sesiones ya que pueden producirse muchos factores inesperados a lo largo del tratamiento, tanto por parte del paciente como del psicólogo, o puede ocurrir que el paciente no responda al tratamiento, con lo cual volveríamos a encontrarnos que el paciente abandonaría, no por incumplimiento, sino por desmotivación o, especialmente, por expectativas no cumplidas. Por tanto, mantener un objetivo en el tiempo, aunque aproximado, ayuda a que el paciente sea fiel a la psicoterapia y también, con las tareas de casa.
  5. Falta de rapport con el psicólogo. En psicoterapia, la calidad de la relación que se establece entre el paciente y el psicoterapeuta es básica, ya que si el paciente percibe que no existe una conexión con el psicólogo, que no le comprende o que minimiza sus problemas, el tratamiento fracasará por abandono del paciente.
  6. Incumplimiento de las tareas para casa. La psicoterapia cognitivo-conductual, en el espacio intersesiones se basa en “tareas para casa”  que los pacientes deben realizar fuera de la consulta. Sin embargo, muchos de ellos creen que el tratamiento, acaba cuando finaliza la sesión y no vuelven a pensar en él hasta la siguiente sesión ya sea por pereza, por considerar que los ejercicios no son necesarios o que “no servirán para nada”. Esto implica que el tratamiento se retrasará, las expectativas de las que antes hablábamos no se cumplirán, y como resultado, aparecerá la frustración y la desmotivación que produce el abandono.
  7. Actitudes inadecuadas del psicólogo. Frecuentemente, los pacientes que interrumpen su tratamiento repentinamente hacen responsable al psicólogo del abandono, lo cual no significa que siempre sea así pero sí que es cierto que,  en algunos casos, determinadas actitudes sí pueden acabar intencionadamente con la psicoterapia. La mayoría de dichos pacientes afirman que han existido problemas como falta de competencia profesional, la personalidad del terapeuta  o la contradicción entre su discurso y los valores del paciente.
  8. Negación a profundizar en algunos temas. (cuando la negación es prolongada) Cuando un paciente acude a la consulta de un  psicólogo, normalmente lo hace con una demanda, es decir, con un problema que pretende solucionar. Pero, generalmente, este problema es sólo un síntoma de un conflicto más profundo. Por ello, y a pesar de que el paciente piensa en tratar su tema de demanda e, incluso, muchas veces, dice “pero eso ya lo tengo superado, y no quiero hablar de ello”, lo que nos está diciendo el síntoma es que, en realidad, no está tan superado como cree y por tanto, es necesario hablar de ello. Y aquí empieza uno de los puntos de conflicto, tenemos un paciente que se niega a hablar de algo necesario, un psicólogo que necesita que el paciente exprese sus emociones y se libere, para poder continuar y la psicoterapia que queda frenada, no avanza, generando frustración, tanto en el psicólogo como en el paciente, quien prefiere abandonar la psicoterapia.
  9. Negación al cambio. En contra de lo que pueda parecer, muchos pacientes abandonan la terapia justo cuando empiezan a mejorar porque creen que ya no la necesitan con lo cual hay una elevadísima probabilidad de recaída. Esto se debe a que suele existir una cierta negación al cambio, de la misma manera que existe negación a profundizar en el síntoma. No podemos olvidar que cualquier tipo de patología que se ha arrastrado durante un cierto tiempo, la llegamos a interiorizar y es entonces cuando el cambio puede asustar de la misma manera que asusta todo aquello que no controlamos, que sea novedoso, aunque este es un proceso que se da a nivel inconsciente.
  10. Consejo de otro profesional de una corriente teórica distinta. Algunos pacientes no se contentan con el criterio de un profesional sino que busca opiniones de diferentes profesionales. Es el caso de los pacientes que abandonan la terapia para iniciar otra pero ¡sorpresa! De una corriente teórica distinta, de hecho, son pacientes que van de un psicólogo a otro en la búsqueda de que confirmen sus creencias o sus opiniones y que el psicólogo puede ya intuir, más o menos, que se producirá un abandono cuando una de sus primeras frases es “eres la tercera psicóloga que tengo. A las otras dos, las dejé… ya te contaré”
Conclusión

Una de las desventajas de la práctica privada, es la necesidad de atender y cumplir con los tiempos. Nos lamentamos por los espacios vacíos en nuestros horarios cuando los pacientes no se presentan o no llaman con antelación para notificarnos que no va a venir. Hacen perder una cita que otro paciente habría ocupado felizmente o por atención urgencia. Por supuesto, pasan cosas en la vida y una cita se pierde o se olvida. Como miembro de la especie humana, me puede pasar alguna vez. Sin embargo, muchos de los pacientes que se ausentan se habían puesto en contacto directamente un día antes o con nuestro personal para solicitar, confirmar su turno de atención, y siempre en la primera cita se hace un contrato verbal para prevenir estas situaciones adonde la ausencia es inexcusable. Como también es una obligación del profesional no retener "en vano" al paciente. Evitar el riesgo de la iatrogenia y malas praxis “ante todo, no hacer daño” en el ejercicio profesional del psicólogo.

El mayor riesgo del abandono terapéutico y/o la inasistencia, es el fortalecimiento del síntoma.

En mi actual mundo profesional, no asistir a su cita, es un vacío, qué significa inevitablemente tiempo e ingresos perdidos y la imposibilidad de atender a alguien más. Cuando un paciente pierde su cita psicológica programada, afecta algo más que su salud, afecta a la rentabilidad de un especialista. 

"Nuestra ética está en no hacer uso de ese poder nada más que para ayudarle y no permitir que nos entrone en un lugar del cual no nos pueda mover nunca y nos necesite para siempre".


miércoles, 24 de abril de 2024

Depresión de Alto Funcionamiento

Quizás nunca hayas oído hablar de la depresión de alto funcionamiento. Este tipo de depresión está muy presente entre nosotros. Y es que de entre todos los tipos de depresión, es justo esta la que se sale de los estándares esperados de dicha enfermedad mental.

T D P

Se puede tener una vida perfecta en apariencia, pero no plena. Porque se puede disfrutar de muchas actividades y aficiones, pero que no te acaben de llenar. A pesar de esa apariencia externa, hay algo dentro de ti que no te permite ilusionarte, motivarte y, en definitiva, ser feliz.

Es por ello que me gustaría explicarte qué es la depresión de alto funcionamiento para que, si te sientes identificado con sus síntomas, ofrecerte la mejor ayuda posible para poder superarla.

¿Qué es y qué síntomas presenta la depresión de alto funcionamiento? ¿Crees que padeces depresión de alto funcionamiento? Permite que te ayude:

¿Qué es y qué síntomas presenta la depresión de alto funcionamiento?

También conocida como depresión de alta funcionalidad o distimia, te permite vivir tus rutinas diarias, tu trabajo, eventos familiares y aficiones con total normalidad, pero en el fondo te sientes desmotivado, desilusionado y cada vez te cuesta más disfrutar de los placeres de la vida.

Pero a diferencia de otro tipo de depresiones, no te deja postrado en la cama entre tristeza y lágrimas, sino que eres capaz de levantarte de ella cada mañana y cumplir tus obligaciones. Es decir, sigues con normalidad tu vida cuando tienes depresión de alto funcionamiento.

Ahora bien, pese a ser bastante difícil de diagnosticar, hay algunos síntomas que ayudan a tratar de comprender los procesos mentales en cada persona y saber si es posible que esté sufriendo dicho trastorno. Conoce algunos de ellos:

Dificultad para experimentar alegría, ilusión y motivación

Porque lo que antes te llenaba, ya no lo hace. Las aficiones que durante tanto tiempo te han aportado felicidad se sienten grises y aburridas. Te da igual que gane tu equipo favorito, y celebras con indiferencia cualquier éxito personal o de personas cercanas.

Las personas que padecen esta depresión tampoco están muy abiertas a nuevas experiencias, cerrándose en su zona de confort y en ese circuito diario que les aporta seguridad y rutina.

Y quizás sí les interese probar cosas nuevas en el fondo, pero también hay algo dentro de ellas que les retiene a lanzarse.

Lo que podría ser un bajón emocional temporal se convierte en algo a largo plazo que puede durar semanas, meses e incluso años. Esta incapacidad por sentir plenitud no solo afectará a la propia persona, sino a sus relaciones sociales e incluso a los vínculos familiares.

Autocrítica implacable

De cualquier error se forma una montaña, eres capaz de fustigarte durante varios días por esa estupidez que cometiste y te arrepientes de que esa falta de energía no te haya permitido hacer las cosas de manera diferente. Pero aun así, no encuentras fuerzas para ponerle remedio.

La autocrítica se acentúa con la depresión de alto funcionamiento. Y es que pese a poder hacer las cosas perfectas, como siempre, hay pequeños detalles que te rechinan; e incluso puedes creer que tu esfuerzo ha sido insuficiente, pese a que los demás te feliciten por tu trabajo.

Creerás que eres insuficiente, que no eres válido y poco a poco esos pensamientos saboteadores minarán tu autoestima. Dejarás de ser objetivo ante tus propios éxitos y logros para permitir que el sentimiento de frustración siempre esté presente, aunque no hayas cometido ni siquiera un error.

Las cosas pequeñas se magnifican

Esas situaciones cotidianas que antes pasabas por alto, ahora se convierten en otro granito de arena en tu zapato. Gestos, palabras, ruidos e incluso actitudes que podrían ser inofensivas ahora te hacen sentir irritado y molesto.

La depresión de alto funcionamiento reduce el límite de tolerancia ante estas situaciones, haciéndote más sensible a que te generen malestar y, en definitiva, que se te vaya acumulando negatividad en tu interior que estallará tarde o temprano.

Utilización de estrategias propias de afrontamiento

Los síntomas a veces persisten tanto que el propio afectado por la depresión trata de buscar una solución. Es por ello que de forma inconsciente acude a las estrategias de afrontamiento, centrándose primero en el problema, luego en las emociones y por último, la evitación.

Centrarse en el problema suelen utilizarse cuando la situación aún es controlable y se puede remediar, modificando el origen del problema para que este no afecte a la persona. Pero si se vuelve incontrolable y no se puede solucionar, emergen las emociones y se debe lidiar con ellas, por ejemplo, cuando las cosas pequeñas se magnifican.

Por último, las estrategias de evitación se utilizan para evadirse del problema, para darle una patada a la pelota y esperar que en el futuro se solucione. La distracción en otras tareas ayuda a tomar distancia, evitar el estrés de afrontar la situación de frente y crea un hábito que no facilitará la resolución de los problemas.

¿Crees que padeces depresión de alto funcionamiento?

Muchas personas que sufren este tipo de depresión necesitan ayuda y nunca acaban por conseguirla, ya sea porque creen que sus síntomas no son tan graves o porque ni siquiera saben que padecen esta enfermedad.

No es fácil superar sus síntomas, sobre todo cuando han arraigado durante mucho tiempo sin tratarlos. Es por ello que muchas personas que necesitan ayuda para vencer a la depresión de alto funcionamiento se resisten a cambios que rompen su normalidad creada a través de años de rutina.

Si crees que sufres depresión con alta funcionalidad, no te quedes con la duda: acude a un profesional que te ayude a despejar cualquier incógnita, diagnosticarte de forma adecuada y comenzar a trabajar para vivir con más ilusión, motivación y felicidad.


Iratxe López, Doctora en Psicología y Psicóloga Clínica.


lunes, 22 de abril de 2024

TDAH y Problemas del Sueño

El TDAH y los problemas del sueño: por eso siempre estás tan cansado

¿TDAH te cansa? Los trastornos del sueño causados por el TDAH se han pasado por alto por varias razones. Pero estudios recientes confirman que los síntomas del TDAH no desaparecen por la noche. Aquí, comprenderás el vínculo entre el TDAH y el sueño y sus manifestaciones más comunes.

Además, obtendrás un plan para curar tu sueño, permanecer dormido más tiempo y así despertarte más saludable.

TDAH y problemas del sueño

Muchos adultos con TDAH rara vez duermen fácilmente, rara vez duermen profundamente toda la noche y luego rara vez se despiertan sintiéndose renovados.

Más a menudo, la inquietud y el letargo físico y mental del TDAH perturba los patrones de sueño de una persona, y el agotamiento resultante daña la salud y el tratamiento en general.  Esto es ampliamente aceptado como cierto. Pero, como ocurre con la mayor parte de nuestro conocimiento sobre el TDAH en adultos, estamos ahora comenzando a comprender el vínculo más fuerte entre el TDAH y el sueño, que crea dificultades.

¡¡Así como los síntomas del TDAH no desaparecen en la adolescencia, tampoco desaparece por la noche!! En algunas personas continúa perjudicando el funcionamiento de la vida las 24 horas del día.

En los primeros intentos por definir el síndrome, los trastornos del sueño se consideraron como un criterio para el TDAH, pero se eliminaron de la lista de síntomas porque se pensó que la evidencia de ellos era demasiado inespecífica.

A medida que la investigación se ha expandido para incluir a adultos con TDAH, las causas y los efectos de los trastornos del sueño se han vuelto más claros. Por ahora, los problemas del sueño tienden a pasarse por alto o a considerarse como problemas coexistentes con una relación poco clara con el TDAH en sí. A veces los trastornos del sueño se han atribuido incorrectamente a los medicamentos estimulantes que a menudo son los primeros que se utilizan para tratar el TDAH.

 Muchos adultos con TDAH saben que la conexión entre su condición y los problemas del sueño es real: cuando quieren dormir, están despiertos; cuando quieren estar despiertos, están dormidos.

 Los cuatro trastornos del sueño más comunes asociados con el TDAH

Dificultad para conciliar el sueño con TDAH: Aproximadamente tres cuartas partes de todos los adultos con TDAH informan que no pueden «apagar su mente para poder dormirse por la noche». Muchos se describen a sí mismos como «noctámbulos» que obtienen una explosión de energía cuando se pone el sol.

Sueño inquieto: Cuando las personas con TDAH finalmente se duermen, su sueño es inquieto. Dan vueltas y vueltas. Se despiertan ante cualquier ruido en la casa. Son tan irregulares que a veces  los compañeros de cama a menudo optan por dormir en otra. El sueño no es refrescante y se despiertan casi tan cansados como cuando se acostaron.

Despertarse por la noche

Los adultos con TDAH informan que se despiertan múltiples veces. Luego caen en un sueño a medianoche, del cual tienen una dificultad extrema para despertarse. Las personas con esta dificultad suelen ser irritables, incluso combativas cuando se las despierta antes de estar listas. Muchos de ellos dicen que no están completamente alerta hasta el mediodía.

Sueño intrusivo con TDAH

Paul Wender, MD, un veterano investigador del TDAH, relaciona el TDAH con el desempeño basado en intereses. Mientras las personas con TDAH estaban interesadas o desafiadas por lo que estaban haciendo, no demostraron síntomas del trastorno. (Este fenómeno es llamado hiperconcentración por algunos y a menudo se considera un patrón de TDAH). Si, por otro lado, un individuo con TDAH pierde interés en una actividad, su sistema nervioso se desconecta en busca de algo más interesante. A veces, esta desconexión es tan brusca que induce una somnolencia extrema repentina, incluso hasta el punto de quedarse dormido.

Todos hemos visto «intrusión de ondas theta», en el estudiante en la parte de atrás del salón de clases que repentinamente se estrella contra el pupitre, después de «quedarse dormido». Probablemente era alguien con TDAH que estaba perdiendo el conocimiento debido al aburrimiento en lugar de quedarse dormido.

¿Por qué las personas con TDAH tienen problemas para dormir?

Thomas Brown, PhD., un investigador senior en el mundo del TDAH y desarrollador de las escalas  Brown, fue uno de los primeros en prestar seria atención al problema del sueño en niños y adolescentes con TDAH. Él ve las alteraciones del sueño como indicativas de problemas de activación y del estado de alerta en el propio TDAH.

Dos de los cinco grupos de síntomas que surgen de las escalas de Brown, implican activación y excitación:

  • Organización y activación para iniciar actividades laborales.
  • Mantener el estado de alerta, la energía y el esfuerzo.

Brown ve los problemas del sueño como un deterioro de la capacidad para mantener y regular la excitación y el estado de alerta. Recomienda un enfoque doble que enfatiza una mejor higiene del sueño y la supresión de estados de excitación no deseados e inconvenientes mediante el uso de medicamentos con propiedades sedantes.

Otra explicación, la más simple, es que los trastornos del sueño son manifestaciones directas del propio TDAH que siguen actuando incluso mientras dormimos. Al menos el 75 por ciento de los adultos de ambos sexos informan que sus mentes se mueven sin descanso de una preocupación a otra durante varias horas hasta que finalmente se duermen. Incluso entonces, dan vueltas y vueltas, se despiertan con frecuencia y, a veces, apenas duermen.

El hecho de que el 80 por ciento de los adultos con TDAH finalmente caigan en “el sueño que es como caerse muerto” ha llevado a los investigadores a buscar explicaciones. Ninguna teoría por sí sola explica el grave deterioro de la capacidad de despertarse a sí mismo por si solos.

Algunos pacientes con TDAH informan que duermen bien cuando van de campamento o están al aire libre durante períodos prolongados.

Falta de un reloj circadiano

Otra hipótesis es que la falta de un reloj circadiano preciso también puede explicar la dificultad que tienen muchas personas con TDAH para juzgar el paso del tiempo. Sus relojes internos no están «configurados». En consecuencia, solo experimentan dos momentos: «ahora» y «ahora no». Muchos pacientes adultos no usan relojes. Experimentan el tiempo como un concepto abstracto, importante para otras personas, pero que no comprenden. Se necesitarán muchos más estudios para establecer los vínculos entre los ritmos circadianos y el TDAH.

Cómo dormir con TDAH

No importa cómo el especialista explique los problemas del sueño, el remedio generalmente implica algo llamado «higiene del sueño», que considera todas las cosas que fomentan el inicio y el mantenimiento del sueño.

Este conjunto de condiciones está altamente individualizado. Algunas personas necesitan silencio absoluto. Otros necesitan ruido blanco, como un ventilador o una radio, para enmascarar los distractores para dormir. Algunas personas necesitan un refrigerio antes de acostarse, mientras que otras no pueden comer nada justo antes de acostarse.

Algunas reglas de higiene del sueño son universales:

  • Usa la cama solo para dormir o para tener relaciones sexuales, no como un lugar para enfrentar problemas o discutir.
  • Establece una rutina para la hora de dormir y para la hora de acostarse y cúmplase rigurosamente.
  • Evita las siestas durante el día.
  • Métete en la cama para dormir
  • Evita la cafeína a altas horas de la noche.
  • Evita consumir líquidos poco antes de acostarse

Muchas personas con TDAH están en su mejor momento por la noche. Son más enérgicos, piensan con más claridad y son más estables después de que se pone el sol. La casa está en silencio y las distracciones son bajas. Este es su momento más productivo.

Lamentablemente, tienen trabajos y familias a los que deben asistir a la mañana siguiente, tareas que se complican por la falta de sueño.

Atención.Org  

lunes, 15 de abril de 2024

5 Trastornos de la Personalidad Más Comunes

Entre los tipos de trastornos de personalidad nos encontramos con algunos que son más comunes que otros, se dan más frecuentemente en la población y por supuesto son más conocidos. Quienes los padecen a veces ni se dan cuenta porque les parece algo natural, pero suelen tener problemas en su forma de relacionarse y percibir las situaciones. A continuación, veremos un listado de los 5 más frecuentes en la población.


Es importante identificar el trastorno de personalidad, y el diagnóstico solo lo puede hacer un profesional especializado, como es el psicólogo. Un trastorno de personalidad supone muchas limitaciones en la vida diaria, ya que entorpece las relaciones sociales, los estudios, el trabajo, vida familiar, etc. Estas son las características de los tipos de trastorno de personalidad más comunes.

1. Trastorno narcisista de la personalidad

Seguro que más de una persona se puede ver reflejada en él o recuerda a alguien con este tipo de comportamiento en su entorno más próximo. La persona que tiene este trastorno de personalidad tiene la creencia arraigada de que está por encima de los demás, por lo tanto, carece de empatía y no tiene en cuenta ni los sentimientos ni necesidades de los demás. Se muestran arrogantes y tienden a exagerar sus logros y talentos. Tienen fantasías de éxito y poder.

2. Trastorno límite de la personalidad

El trastorno límite de la personalidad (TLP) es uno de los tipos de trastornos de la personalidad más inestable y complejos. La persona que lo padece a menudo tiene problemas para relacionarse con los demás, suelen tener altibajos frecuentes sobre su afecto y autoimagen. Aunque lo más destacable es su dificultad para controlar los impulsos. En los últimos años, se ha podido comprobar en las unidades de salud mental que es uno de los trastornos más frecuentes. Muchas personas presentan este cuadro clínico, considerado como uno de los más graves, debido al riesgo que hay de sufrir autolesiones y tentativas de suicidio.

3. Trastorno de la personalidad obsesivo compulsivo

Las personas que padecen este trastorno tienen una preocupación exagerada de las normas, el orden y los detalles en general. Sufren una gran angustia cuando no consiguen la perfección en lo que desean hacer. Suelen tener deseos de controlar a las personas, situaciones y circunstancias que les rodea. A menudo son rigurosos y obstinados. Se muestran estrictos y tienen un fuerte control sobre sus gastos y el dinero.

4. Trastorno de la personalidad dependiente

Entre los tipos de trastornos de personalidad este el que más suele encontrarse en relaciones de pareja. La persona que lo sufre necesite constantemente a alguien que le cuide, generando así una dependencia hacia la otra persona. Su conducta suele ser sumisa y apegada. De esa manera, tienen dificultad para expresar cuando no están de acuerdo con algo. Y acaban tolerando tratos que resultan abusivos. En cuanto terminan una relación tienen la fuerte necesidad de estar en otra, ya que les resulta muy incómodo estar solos.

5. Trastorno de personalidad por evitación

Se trata de personas con una timidez que llega a resultar extrema. Tienen mucha sensibilidad hacia las críticas y el rechazo, por lo que sus relaciones sociales se encuentran bastante limitadas. Tienen mucho miedo a hacer el ridículo y a la desaprobación, a menudo se sienten avergonzados. Procuran así evitar trabajos y situaciones que requieran de un contacto interpersonal

Estos son algunos de los tipos de trastornos de la personalidad más comunes. Estos trastornos suelen alterar significativamente la vida de la persona afectada, así como también se ven afectadas las personas de su entorno preocupadas por lo que sucede. Ante estas circunstancias lo recomendable es acudir a un psicólogo especializado, ya que será el profesional que diagnostique el trastorno y que ayude a la persona a disminuir sus limitaciones y sufrimiento de la vida cotidiana.


Red

miércoles, 10 de abril de 2024

Trastorno del Estrés Agudo y Postraumático en Niños y Adolescentes

Los trastornos de estrés agudo y postraumático son reacciones a hechos traumáticos abrumadores que incluyen recuerdos repetitivos e intrusivos sobre el hecho, así como embotamiento emocional y aumento de la tensión o el estado de alerta. Los niños tienden a evitar aquellas situaciones que les recuerden el evento.

  1. El trastorno se desarrolla después de que el niño haya presenciado o experimentado un acto de violencia, como el ataque de un perro, un tiroteo en la escuela, un accidente o un desastre natural.
  2. El niño no solo revive el suceso, sino que también puede sentirse paralizado a nivel emocional, extremadamente tenso y nervioso.
  3. El diagnóstico se basa en los síntomas que aparecen después de un acontecimiento traumático.
  4. El tratamiento consiste en psicoterapia, terapia conductual y fármacos.

El trastorno por estrés agudo suele empezar inmediatamente después del acontecimiento traumático y dura entre 3 días y 1 mes.

El trastorno de estrés postraumático puede ser una continuación del trastorno por estrés agudo o no desarrollarse hasta 6 meses después del evento.

Los trastornos de estrés pueden aparecer después de que el niño presencie o experimente un suceso que ha amenazado su vida o su salud, o las de otras personas. Durante el suceso, habitualmente siente miedo intenso, desamparo u horror. Estos sucesos incluyen actos de violencia como el maltrato infantil, tiroteos en las escuelas, accidentes de tráfico, ataques de perros, lesiones (en especial quemaduras), incendios, guerras, desastres naturales (como huracanes, tornados o terremotos) y muertes. En los niños pequeños, la violencia doméstica es la causa más frecuente. No todos los niños que experimentan un suceso traumático desarrollan el trastorno.

Los niños no tienen que experimentar directamente el evento traumático. Pueden desarrollar un trastorno de estrés si son testigos de un evento traumático que ocurre a otros (incluso si lo observan a través de la exposición a los medios) o se enteran de que le sucedió a un familiar cercano.

Existen ciertos factores que pueden determinar que el niño desarrolle o no un trastorno de estrés postraumático y, si éste se desarrolla, pueden determinar su pronóstico. Estos factores de riesgo incluyen:

  • La gravedad del acontecimiento traumático
  • Si se produjeron lesiones físicas durante el acontecimiento
  • El carácter del niño
  • El estatus social y económico de la familia
  • Si el niño ha experimentado anteriormente la adversidad (como el abuso sexual)
  • El buen funcionamiento de la familia
  • Si el niño tiene familiares con trastornos de salud mental
  • Si el niño tiene apoyo familiar y social

Síntomas

Los síntomas del trastorno de estrés agudo y el trastorno de estrés postraumático son similares e incluyen varios tipos diferentes de síntomas.

  • Reexperimentación del acontecimiento traumático (síntomas de intrusión)

El niño puede revivir el acontecimiento traumático mientras está despierto (escena retrospectiva o flash-back) o en sueños (pesadillas). Las escenas retrospectivas (flash-back) suelen desencadenarse por algo asociado con el suceso original. Por ejemplo, ver un perro puede desencadenar una escena retrospectiva en un niño que fue atacado por un perro. Durante la escena retrospectiva, el niño se muestra aterrorizado y desconectado del entorno. Puede perder temporalmente el contacto con la realidad e intenta frenéticamente esconderse o huir, actuando como si estuviera en peligro.

De forma menos radical, el niño revive a veces el suceso en forma de pensamientos, imágenes mentales o recuerdos que son, sin embargo, muy angustiosos. Frecuentemente, los niños pequeños pueden recrear el acontecimiento durante el juego.

  • Evitar recordatorios (síntomas de evitación)

Los niños pueden evitar constantemente todo aquello que les recuerde el trauma, ya sean actividades, situaciones o personas. Incluso pueden intentar evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático. Normalmente fracasa en sus intentos de dejar de recordar el suceso.

  • Efectos negativos sobre el pensamiento y el estado de ánimo

Es frecuente sentirse paralizado emocionalmente o separado del propio cuerpo. El niño afectado pierde el interés en sus actividades normales, se aísla de otras personas y se preocupa por la muerte a una edad temprana.

El niño se siente culpable, por ejemplo, porque sobrevivió cuando otros no lo hicieron o por no haber podido hacer nada para impedir o detener el suceso. No pueden recordar detalles importantes del evento o los pueden recordar de manera incorrecta. Puede, por ejemplo, pensar que fue su culpa.

  • Cambios en las reacciones y el estado de alerta

Los niños afectados pueden mostrarse excesivamente pendientes de cualquier señal de peligro. Se siente extremadamente tenso (hiperactivación), es incapaz de relajarse y se sobresalta fácilmente.

Les cuesta controlar sus reacciones, lo que da lugar a una conducta imprudente o a arranques de ira. Pueden tener dificultad para relajarse, para dormir o para concentrarse.

  • Síntomas disociativos

Los niños se sienten separados de su cuerpo como en un sueño. También sienten que el mundo es irreal.

Diagnóstico

  • Historia de un evento traumático
  • Una visita al médico o a un especialista en salud del comportamiento
  • A veces, cuestionarios sobre los síntomas

El diagnóstico de un trastorno de estrés está basado en el relato de un suceso traumático aterrador seguido por los síntomas característicos.

Para diagnosticar trastornos de estrés agudo y trastornos por estrés postraumático, los síntomas deben causar angustia sustancial o evitar que el niño realice sus actividades con normalidad. El diagnóstico por estrés agudo se establece si los síntomas duran entre 3 días y 1 mes. El trastorno por estrés postraumático se diagnostica cuando los síntomas duran más de 1 mes.

Tratamiento

  • Psicoterapia
  • Terapia conductual
  • A veces medicaciones

La psicoterapia de apoyo es beneficiosa. La terapia centrada en el trauma es un enfoque terapéutico específico que reconoce y enfatiza la comprensión de cómo una experiencia traumática afecta el bienestar mental, conductual, emocional, físico y espiritual del niño. Los terapeutas tranquilizan al niño sobre la legitimidad de su respuesta y le animan a enfrentarse a sus recuerdos (como una forma de terapia de exposición). La terapia de exposición, un tipo de terapia conductual, se usa para desensibilizar sistemáticamente a los niños de situaciones que les hacen revivir el suceso.

Los niños con trastorno por estrés agudo suelen evolucionar mejor que los que sufren trastorno por estrés postraumático, pero en ambos casos mejoran si se instaura un tratamiento temprano.

Un tipo de antidepresivos llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) pueden ser eficaces para aliviar algunos síntomas


Fuente: Manual MSD. Por Josephine Elia , MD, Sidney Kimmel Medical College of Thomas Jefferson University


lunes, 1 de abril de 2024

Claves para Detectar un Perfil Narcisista

Cuando ciertas personas entran en las vidas de otros, pueden traer consigo una carga abrumadora de malestar y, a la larga, causar estragos en su salud mental y emocional.

Estos individuos, independientemente de su género, aunque suele darse con más frecuencia en hombres, ejercen un impacto significativo que va más allá de lo superficial. Su presencia se convierte en un desafío constante, dejando un rastro de destrucción a su paso.

En la convivencia con personas de ciertos perfiles, es común identificar una serie de características que se repiten de forma consistente. Estos rasgos permiten a las personas reconocer patrones de comportamiento y anticipar posibles conflictos o problemas interpersonales.

Las personas con este perfil suelen traer consigo una carga considerable de malestar y destrucción a nuestras vidas cuando se cruzan en nuestro camino. Estos individuos están dañados y tienen problemas de autoestima arraigados, los cuales se originan en experiencias traumáticas durante su infancia. Sin embargo, advierto que «adentrarse en comprender las razones detrás de su comportamiento puede resultar una tarea infructuosa». Y lo fundamental es reconocer los signos de este perfil para poder alejarse de manera oportuna.

Como identificar a un perfil narcisista

  1. Provocan celos infundados: adoptan comportamientos ambiguos que generan celos en la otra persona. Cuando se expresan estos celos, son desestimados como producto de la inseguridad de quien los experimenta.
  2. Fomentan la inseguridad: generan constantemente en la otra persona la sensación de que pueden reemplazarla con facilidad, lo que lleva a una obsesión por complacer y evitar el abandono.
  3. Minimizan las emociones: desacreditan las emociones de la otra persona, haciéndole creer que es demasiado sensible o que exagera situaciones insignificantes.
  4. Infravaloran constantemente: hacen sentir a la persona que es menos inteligente o capaz de lo que realmente es, con el fin de elevar su propio ego.
  5. Distorsionan la realidad: manipulan la percepción de la realidad para que la víctima cuestione su propio juicio y autoestima.
  6. Recomiendan ayuda profesional: sugieren que la otra persona tiene problemas de autoestima o emocionales y necesitan ayuda profesional para solucionarlos.
  7. Contradicen su comportamiento: alternan entre halagos y críticas, generando confusión y dependencia emocional en la víctima.
  8. Cuestionan la cordura: hacen que la persona se sienta loca o irracional, llevándola a dudar de sus propias percepciones y quejas.
  9. Crean una dependencia emocional: no establecen un vínculo emocional sólido, pero hacen que la otra persona se vuelva dependiente de ellos, temiendo su abandono si no cumplen con sus expectativas.

Cuando nos encontramos con alguien que presenta estas características, es fundamental tomar medidas para proteger la salud mental y emocional.

La recomendación es alejarse lo más rápido posible de esa situación, sin mirar atrás. Es importante buscar apoyo en los seres queridos, explicarles cómo nos sentimos y lo que estamos experimentando. Y si es necesario, buscar ayuda terapéutica lo antes posible. Abrirse y compartir con otros lo que se está viviendo puede ser un paso crucial hacia la recuperación y el bienestar de uno.



Por: Sara Duque. Articulo en The Objetive.  Psic. Silvia Congost