También llamado delirio de negación o delirio nihilista, es una enfermedad
mental relacionada con la hipocondría. El afectado por el síndrome de Cotard
cree estar muerto (tanto figurada como literalmente), estar sufriendo la putrefacción
de los órganos o simplemente no existir. En algunos casos el paciente se cree
incapaz de morir. Es una rara patología psiquiátrica. Más raramente, puede
incluir ideas delirantes de inmortalidad.
Jules Cotard, un
neurólogo francés, le dio nombre a este trastorno que fue descrito por primera
vez por él y que nombró como “le délire de négation” (“el delirio de negación”)
en una conferencia en París en 1880.
En dicha conferencia,
Cotard describió el caso de una paciente, a la que dio el apodo de Mademoiselle
X una mujer de 43 años, que negaba la existencia de Dios y el diablo, así como
de diversas partes de su cuerpo y de la necesidad de nutrirse. Más adelante,
creía que estaba eternamente condenada y que ya no podría morir de una muerte
natural.
“Afirma
que no tiene cerebro, ni nervios, ni pecho, ni estómago, ni intestinos; que
sólo posee la piel y los huesos de un cuerpo en descomposición. No tiene alma,
para ella Dios no existe y el Diablo tampoco. Dice que no tiene necesidad de
comer para vivir y que no puede morir naturalmente. Sólo dejará de existir
eternamente si es quemada. El fuego será su única salvación.”.
Los pacientes llegan a
creer que sus órganos internos han paralizado toda función, que sus intestinos
no funcionan, que su corazón no late, que no tienen nervios, ni sangre ni
cerebro e incluso que se están pudriendo, llegando a presentar algunas alucinaciones
olfativas que confirman su delirio (olores desagradables, como a carne en
putrefacción), inclusive pueden llegar a decir que tienen gusanos deslizándose
sobre su piel.
En sus formas más
complejas el paciente llega a defender la idea de que en realidad él mismo está
muerto e incluso que han fallecido personas allegadas a él. Junto con esta
creencia de muerte el paciente mantiene una idea de inmortalidad, como si se
hubiera convertido en un "alma en pena".
Cotard afirma que los
pacientes que padecen esta enfermedad, no creen que vayan a morir..."ya están
muertos”.
Principales
síntomas del Síndrome de Cotard:
- Depresión
- Pensamientos suicidas
- Creencia que no existe su cuerpo. Es un delirio el paciente cree estar viviendo algo de forma real cuando solo se da en su imaginación
- Creencia que se están quedando sin sangre.
- Pensamientos negativos
- Creencia que ya están muertos- Con delirios olfativos ellos incluso huelen que se están pudriendo
- Creencia que los gusanos están bajo su piel
- Creencia que son inmortales
- Creencia que se están descomponiendo
- Creencia que no tienen órganos internos.
- Analgesia o ausencia de dolor
- Automutilaciones
Aunque
es un delirio típico de las depresiones más graves (psicóticas o delirantes) se
puede ver en otras enfermedades mentales severas (demencia con síntomas
psicóticos, esquizofrenia, psicosis debidas a enfermedades médicas o a
tóxicos).
Caso 1: Entrevista con
un Muerto
El doctor Steven
Laureys está en su despacho de la Universidad de Lieja, en Bélgica, cuando
recibe una llamada de su secretaria. "Es realmente importante que venga a
hablar con este paciente", le dice muy agitada. "Me está diciendo que
está muerto". El paciente se llama Graham, tiene 48 años y un buen día de
2004 se levantó de la cama con la convicción de que había fallecido. Unos meses
antes había intentado suicidarse por electrocución, metiendo un cable de la luz
en la bañera, y el episodio le provocó una depresión que desembocó a este síndrome.
"Es
difícil de explicar", asegura. "Me siento como si mi cerebro ya no existiera. Les insistía a los
médicos que las pastillas no iban a funcionar porque yo ya no tenía cerebro. Me
lo freí en la bañera". Su estado alcanzó tal extremo que Graham salió
un día de su casa y se dirigió al cementerio para quedarse. "Solo sentía que debía estar
allí", explica. "Era lo más cerca que podía estar de la muerte".
El caso llegó hasta
Adam Zeman, de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido, y Steven Laureys,
de Lieja, quienes le sometieron a una prueba de imagen cerebral para ver qué
estaba pasando en su cabeza. El concreto, realizaron una tomografía por emisión
de positrones (PET) y lo que descubrieron les dejó impresionados: la actividad
metabólica de su corteza cerebral se parecía más al de una persona en estado vegetativo
o anestesiada que al de una persona despierta.
"Nuestros
datos", escriben en el estudio publicado en la revista Cortex,
"sugieren que la profunda alteración del pensamiento y la experiencia,
expresados en el síndrome de Cotard, refleja una profunda alteración en las
regiones cerebrales responsables del 'núcleo de la conciencia. Su
hipótesis, a falta de más estudios sobre el fenómeno, es que la reducción del
metabolismo produjo en Graham esa experiencia alterada del mundo, en la que él
creía no existir.
Graham se ha recuperado
gracias a la psicoterapia y la medicación y ha dejado de sufrir el síndrome.
"Ya no siento que mi cerebro está muerto", confiesa. "Las cosas
se ponen un poco extrañas algunas veces".
De acuerdo con un
trabajo publicado en la Revista Mental Nº2: Un caso de síndrome de Cotard, se
desconoce el nombre de la paciente, estos son algunos pensamientos publicados:
- "Mis piernas y mis manos se volvieron de vidrio. Las lastimo y no siento dolor. No soy ni hombre, ni mujer, no hay más sexo para mí. El mundo exterior es completamente diferente de antes. De hecho estoy ya muerta, no tengo más necesidad de comer. Para mi no hay más necesidades, ni voluntad, ni sentimientos. Estoy muerta, mientras le hablo, las piernas, las manos y el cuerpo entero están por desaparecer, sólo queda la boca que habla".
- "Por más que reconozca su presencia, no tengo nada que decirle, soy incapaz de pensar. No tengo información para darle"
- "Me vuelvo inmensa, enorme, sin medida y después me retraigo de golpe hasta casi nada, como si estuviera en el otro mundo"
- "Todo es culpa mía, es por mi culpa que resultan todos los daños"
- "No puedo morir, soy eterna, en tanto que muerta viva"
- "Para mí no hay más necesidades, ni voluntad, ni sentimientos. Estoy muerto"
José Ramón en su
libro La nariz de Charles Darwin:
Las personas con el
síndrome de Cotard experimentan algunos cambios cerebrales y mentales
llamativos: tienen una atrofia cerebral marcada en el lóbulo frontal medial, se
desconectan visualmente, no tienen memoria emocional de los objetos ni del
mundo que les rodea. Se piensa que en el síndrome de Cotard intervienen
distintos componentes cerebrales. Además de la corteza cerebral, estaría la
amígdala, relacionada con las respuestas emocionales, con las secreciones hormonales,
con las reacciones del sistema nervioso autónomo asociadas con el miedo o con
el llamado “arousal”, un término inglés de difícil traducción y que implicaría
alerta, excitación, interés.
Recientemente, el
neurólogo Steven Laureys, de la Universidad de Lieja, en Bélgica, comentó sobre
un paciente con este síndrome: “He estado analizando las lecturas PET durante
15 años y nunca he visto a nadie que estuviera de pie, interactuando con la
gente, con un resultado de exploración tan anormal. Su función cerebral se
asemeja a la de una persona durante la anestesia o el sueño. Ver este patrón en
alguien que está despierto es bastante único”.
Científicamente aún se
siguen estudiando sus causas, aunque la neurología actualmente establece al mal
funcionamiento de la amígdala u otras estructuras límbicas del cerebro
–aquellas encargadas de las respuestas emocionales– como las razonas más
probables. De todas maneras, no deja de ser una enfermedad inusual.
Antes que Cotard lo
describiera ya se habían encontrado
casos clínicos similares aunque no descritos con tanto detalle.
Se desconoce con
certeza qué provoca el síndrome de Cotard, aunque aparece relacionado con la
depresión y con la esquizofrenia. Habitualmente aparece de forma repentina. Se
han descrito diversos niveles del síndrome de Cotard, desde síndrome parcial a
síndrome completo.
¿Tiene cura? Con
tratamiento psiquiátrico y medicamentos antidepresivos, antipsicóticos y
terapia
electro convulsiva, se logran disminuir los síntomas.
Así que la próxima vez
que te quieras parecer a un Zombi, piénsalo dos veces.
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