El fenómeno del excibicionismo virtual (EV), que consiste en realizar autorretratos o
vídeos digitales de desnudos espontáneos en solitario o en compañía para luego
distribuirlos de forma anónima en alguna red virtual, es una tendencia
creciente directamente relacionada con la facilidad actual que tienen los
preadolescentes (menores de 13 años de edad) para recolectar y compartir
información digital.
Vemos como para los adolescentes la sobreexposición de sus vidas es crucial, surgiendo un concepto que hemos denominado como “exhibicionismo virtual”, el cual no sólo va ligado a la exposición del cuerpo, sino también a mostrar al otro la propia cotidianidad de forma constante y excesiva.
Los adolescentes muestran su cuerpo a través de fotografías publicadas en la red, principalmente en Facebook, destacando los atributos que ellos consideran más atractivos, promoviendo muchas veces una imagen erótica exacerbada de si mismos. Es así como sus cuerpos parecieran promocionarse como objetos.
Existe una postura positiva frente “al mostrarse”, para ellos es elemental tener la posibilidad de que otras personas puedan observarlos, por ello están dispuestos a promocionar su mejor faceta a través de la imagen o aparentar ser como desean verse y ser!.
Desde los adolescentes podemos definir a Facebook como un lugar donde el exhibicionismo no tiene cargas sociales negativas ¿o donde se esconde esas cuestiones perversas de nuestra mente?
Las corrientes teóricas actuales divergen en cuanto al valor significativo que puede tener este tipo de actividades. Para algunos representa una clara manifestación auto-agresiva como síntoma reactivo a antecedentes de abuso físico o sexual; para otros, son agresiones proactivas resultantes de la necesidad de exaltación narcisista; para unos terceros, simplemente son la versión generacional de los juegos exploratorios de pares de la era anterior a los sistemas de comunicación virtual.
Si nos decantamos por pensar que
consistentemente las tres explicaciones son plausibles, debemos recurrir a la
literatura científica actual para dilucidar las herramientas diagnósticas con
las que contamos para responder de forma profesional, ética y con evidencias,
cuando en el servicio de psicología recibimos padres de familia con dudas
respecto a actividades de sus hijos preadolescentes como las que ilustra la
imagen de arriba.
¿Se puede establecer una correlación del EV con alguna manifestación clínica en población preadolescente?
Prevalencia actual de actividades exploratorias con pares
Los estudios más recientes no revelan
variación entre las tendencias reportadas en literatura clásica y las
observadas en nuestras actuales. En general, las actividades exploratorias con
pares pueden distinguirse en 3 grupos:
1.- mostración + caricia de
los pechos (mujeres)
2.- mostración genital (ambos sexos)
3.- mostración + caricia a genitales (ambos sexos).
2.- mostración genital (ambos sexos)
3.- mostración + caricia a genitales (ambos sexos).
Sin embargo, estas
actividades no suelen presentarse de forma aislada, y a los doce años, el 18%
de las pre-adolescentes han reportado caricias en los pechos con sus pares, 44%
de la población (sin variación significativa entre sexos) han reportado
mostración genital a sus pares y sólo el 19% de la población han tenido
caricias a genitales con sus pares.
Presencia del EV en la
actualidad
La EV es una variación indirecta de los dos
primeros grupos de actividad exploratoria con pares. Su estudio es apenas
reciente y pocos datos de su prevalencia pueden analizarse con suficiente
confiabilidad. Sin embargo, se estima que su posibilidad de ocurrencia es
directamente proporcional a la facilidad que los preadolescentes tienen para
disponer de los recursos virtuales idóneos. Es decir, el hecho de que un
preadolescente cuente con una cámara digital antes de los 12 años hace que sus
actividades exploratorias con pares involucren el uso de la cámara digital con
la misma posibilidad que con el cuarto de los baños de la escuela.
Correlaciones entre el
desarrollo pre-adolescente y el EV
El EV se
ha visto fuertemente estudiado en casos de pre-adolescentes agresivos. El EV se
observa como una necesidad de exaltar el narcisismo pre-adolescente de forma
proactiva. Esta lectura del EV es válida cuando viene acompañada de otras
manifestaciones de narcisismo proactivo como puede ser la vanidad,
autoritarismo o la explosividad. El EV en este caso suele ser un evento
espontáneo, realizado en grupo o en parejas, que suele repetirse a modo de
juego entre las amistades del pre-adolescente. El EV puede convertirse incluso
en un ritual de aceptación en el grupo o en la relación de pares.
Por otro lado y en fuerte contraste, el EV
puede entenderse como una reacción agresiva o auto-agresiva cuando se
manifiesta de forma repetitiva, en solitario y de forma anónima. Un EV de
estas características puede ser sintomático de un manejo inadecuado de la
ansiedad proveniente de situaciones relacionales u otro tipo de acercamientos
inadecuados con la intimidad del pre-adolescente. En estos casos, el EV puede servir al
pre-adolescente como una forma de controlar la ansiedad, o como una provocación
dirigida a un tercero perpetrador de una agresión.
Conclusiones
El presente articulo sistemático es un intento
parcial por dilucidar la significancia clínica del EV en el entorno actual. El
fácil alcance que los pre-adolescentes tienen para utilizar recursos digitales
como teléfonos celulares con cámara, cámaras web, vídeo-grabado digital y el
uso de internet, hacen que estas nuevas tecnologías se incorporen a las
actividades de exploración de la sexualidad por pares que suele presentarse
antes de la sexualización del cuerpo propio.
En este blog he dado cuenta que la demostración genital es
un actividad recurrente en el 44% de los pre-adolescentes, y que una adecuada
recolección de información clínica nos permite ponderar esta actividad como normal,
o como manifestación sintomática.
Será una actividad normal, cuando se realice
con las mismas características de la exploración sexual por pares: en pareja o
grupo, de forma espontánea, sin involucramiento del sexo opuesto y a manera de
código de identidad con el grupo o el par.
Será una actividad sintomática, reactiva y
agresiva cuando se utilice como una forma inadecuada de canalizar la ansiedad o
propiciar provocación, con actividades de EV caracterizados por realizarse en
solitario, con distribución anónima o a desconocidos y de forma recurrente o
compulsiva.
Ante la falta de mayor
evidencia para cuantificar las correlaciones establecidas por la literatura
actual, el psicólogo deberá recolectar los antecedentes clínicos de
cada caso individual para evitar desestimar una manifestación de EV como una
actividad “normal” cuando no lo sea.
Interesante psic yo soy asi solo para mi pareja
ResponderEliminarsaludos
genial, me ha servido mucho este tema para entender un poco mas mis hijos, esta es una investigación que le han puesto a mi hija preadolescente en el cole y de paso pues me he sentado con ella a leer. me gusto mucho!
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