Hablar sobre el duelo es algo difícil y personal, mas aun
hay fases y pautas que nos ayudaran a poder sobre llevar esta condición. Puedes
ver también mi blog sobre el Proceso del duelo y el manejo del duelo
Todos
tenemos la necesidad de amar y ser amados. Una relación con otras personas
genera una cercanía emocional y afectiva llamada apego y cuando nos desapegamos
de las personas, los objetos y las ideas, esto produce dolor. La pérdida, puede ser esperada, deseada o
repentina.
¿Qué
es el duelo?
El
duelo es la aflicción, el dolor o la tristeza que sentimos cuando enfrentamos la pérdida de un ser
querido (muerte, separación o divorcio), una condición geográfica o social
(quedarse sin empleo, cambiarse de lugar de residencia o jubilarse), una condición biológica (no poder tener más
hijos o la pérdida de alguna parte de nuestro cuerpo o incluso el paso de la
infancia a la adolescencia).
Todos
los seres vivos pasamos por una serie de etapas naturales o ciclos que tarde o
temprano vivimos en carne propia: nacer, crecer, reproducirse y morir. Y cada una de ellas trae una serie de
conductas y estados emocionales asociados a cada una de las fases del ciclo de
la vida.
¿Qué
siente una persona que está pasando por un duelo?
Las
personas que están pasando por un proceso de duelo viven diferentes
alteraciones físicas y psicológicas:
Síntomas
emocionales
- Tristeza, melancolía o preocupación prolongada a lo largo del día
- Sentimientos de apatía, inutilidad o culpa
- Confusión o nerviosismo
- Estrés o estrés postraumático
- Pérdida de interés en las actividades que se disfrutaban
- Problemas de concentración u olvidos al tomar decisiones
- Irritabilidad, enojo y agresividad
- Pensamientos de muerte o suicidas
- Sensación de estar o sentirse vacío
- Síntomas físicos
- Dolores de cabeza, espalda y cuello
- Problemas digestivos (estreñimiento, diarrea, inflamación intestinal)
- Fatiga o cansancio
- Trastornos del sueño (insomnio, sueño excesivo o terrores nocturnos/pesadillas
- Vértigo (sentir mareo y que las cosas nos dan vueltas)
- Cambios de peso y apetito
En ocasiones puedes sentir que necesitas ayuda
y en otras que tú mismo puedes superar esto.
Sin embargo, todas estas reacciones son comunes cuando estas pasando por
una etapa de duelo. En
general la forma como nos afecta una pérdida tiene que ver con nuestra propia
personalidad y con el tipo de relación afectiva que teníamos con la persona que
se fue de forma física (muerte de un ser querido) o emocional (separación o
divorcio).
Analizar
el contexto de la pérdida
No
todos los duelos son iguales y cada persona va a sentir de forma diferente el
impacto de la pérdida. Por ejemplo, si
una persona pasaba por una grave y terrible enfermedad, la muerte del ser
querido puede significar dolor y alivio al mismo tiempo para los
dolientes. Sin embargo, cuando la muerte
o separación llega de manera inesperada, independientemente de la edad de la
persona, produce un gran dolor. Una
pérdida por lo tanto puede ser: esperada, deseada o repentina, y ello también
va a causar un impacto distinto al doliente.
¿Por
qué ante la pérdida de una persona amada hay tantas versiones de la realidad?
“No
vemos las cosas como son, sino como somos”. Es bastante común que cuando una
persona se va, cada uno de quienes le conoció tenga muy distintos puntos de
vista sobre sus experiencias en común, los cuales están mediados por diferentes
mecanismos de defensa.
Estas
historias no reflejan la verdad, sino nuestra interpretación sobre ella.
“Era
tan bueno (idealización)”, “no se fue, vive en nuestros corazones (negación),
tuvo sus tropiezos pero en el fondo era realmente buena persona (transformación
de lo contrario), “nunca le pude decir lo tanto que le amaba (represión)”. Y ello nos pone frente una lucha con el
pasado. Decidimos: huir del pasado, vivir en el pasado o enfrentar el pasado.
Etapas
del duelo
La
médica psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross creo toda una obra sobre la muerte y el acto de morir en donde
describe diferentes fases del enfermo según va llegando su muerte, se conoce
con el nombre de modelo Kübler-Ross:
negación, ira, regateo, depresión y aceptación. De ese modelo inicial, se han derivado
múltiples propuestas para describir y enfrentar el duelo. Algunos otros autores
sintetizan estas etapas del proceso en las siguientes fases:
- Negación: la cual consiste en no creer la consumación del evento. En ocasiones se confunde con un mal sueño o una pesadilla, con la ilusión de que las cosas son temporales y van a mejorar.
- Frustración: acompañado de sentimientos o acciones agresivas hacia el otro, o hacia uno mismo, o hacia quién perceptualmente propicio la disolución del vínculo. Este estado sentimental, en ocasiones va acompañado de la pérdida del sentido espiritual o la “fe”, del propio sistema de creencias.
- Sustitución: en esta etapa el doliente es capaz de ir adquiriendo nuevas habilidades sociales y ello le prepara para la siguiente fase.
- Aceptación o resolución del conflicto: es donde se aprende a vivir la pérdida con gratitud.
¿Cuándo un duelo si está superado y cuando no?
Un
duelo no esta superado cuando las personas expresan su relación con la persona
que se fue y está cargada de dolor, llanto, tristeza, odio, indiferencia,
impotencia, depresión y más. Si un duelo aún se vive con dolor, simplemente
sigue atorado. Una persona puede pasar incluso “toda la vida” sin superarlo. Un
duelo superado se vive con gratitud a pesar de la gran relación afectiva que se
pudo haber tenido con la persona que se fue.
El
trabajo del duelo constituye un proceso que debe ser llevado a cabo de manera
exitosa por aquellas personas golpeadas por un acontecimiento vivido así como
traumatico. Cada individuo de acuerdo a la magnitud de la situación y a la
fortaleza de las herramientas con que cuenta, ademas del apoyo de otros,
llevara acabo el proceso de manera particular. Su terminación permite aquellos
afectados llevar una vida normal, reconstruyendo su cotidianidad y utilizando
esas energías ahora liberada del objeto perdido en una fortaleza para ayudar
con su experiencia a otros que estén pasando por situaciones semejantes,
también para emprender nuevo retos, nuevas relación y sueños.
“Los
hombres tienen miedo de la muerte, como los niños temen ir por la oscuridad”.