martes, 27 de marzo de 2012

La Mujer Maltratada.

Para las mujeres que "Aman sufriendo".
La mujer maltratada se aísla, no sólo de amigos y conocidos, sino incluso de su familia. El problema es que no comprendemos realmente a la mujer maltratada, no llegamos al fondo de todas las cosas, e ignoramos (o pretendemos ignorar) que ella sufre maltrato (sea físico o verbal). El maltrato se esconde de mil maneras… 

Muchas mujeres aun hoy, en pleno siglo XXI, viven en cautiverio, sin que lo notemos. Ni nos damos cuenta porque su cárcel ha sido astutamente construida por el déspota de su esposo, le ha encarcelado sus sentimientos, su autoestima, su fe en si misma y muchas veces, hasta su deseo de vivir. Pero vive, se aferra a la esperanza de que su maltratador un día cambie, aunque muy en el fondo sabe que eso no pasará.

Mientras tanto se resigna, añorando los recuerdos de tiempos pasados en los que podía llamar y hablar con el mundo exterior sin que nadie le controlase con quien, qué y cuando. Cuando te encuentras con la mujer maltratada, ella te regala un tímido saludo, un saludo lleno de temor, mientras te dice que todo está bien. No te puede decir la verdad, no se atreve, porque aunque su carcelero no esté presente en ese momento, está presente en su vida, en todo lo que hace, y siente sus cadenas aun cuando no está presente. Su carcelero sabe controlarla, incluso cuando no está con ella.


La mujer maltratada quiere, desea, y necesita la comunicación con su familia y amistades. Pero él, su maltratador, quien al principio es sutil y grosero más tarde, se ha encargado de retirarle a sus amigas, siempre tiene algo que criticar de sus amistades, de su familia… y cada vez aleja más a la mujer de toda persona que tan difícil para la mujer maltratada que Dios le ayude si intenta la comunicación a espaldas del cobarde que la hace temblar, porque si la descubre “desobedeciendo su órdenes” le espera una gran gama de insultos, humillaciones, y hasta golpes por atreverse a intentar tener una amiga, o compartir algo con una vieja amistad, de las pocas que le quedan a la mujer maltratada, porque la mujer maltratada siempre acaba aislada.

El maltratador no conoce límites, y ella no sabe ponerlos. La palabra “basta” no figura en su vocabulario, le han quitado alevosamente el derecho de hablar, de pedir, de exigir, y ni tan siquiera tiene libertad para dialogar. Calladamente se somete a todo lo que él diga. La mujer maltratada sabe que necesita ayuda, pero no puede pedir ayuda. Él la manipula para que quede entre sus redes, “nadie te va a creer”, “tienes que hacer lo que yo diga porque si te dejo nadie más se fijará en ti”, “si me das problemas vas a sufrir”, “tu familia sufrirá mucho si me das guerra, te arrepentirás toda la vida”, “nadie más te querrá, estás fea y gorda…”

Uno de los factores más dañinos es el miedo a empezar de nuevo. ¿Cómo y con qué va a empezar? Si el maltratador le ha quitado todo, los hijos visten, comen, y van a la escuela con lo que él paga…Ella no tiene dinero porque él se encargó desde un principio en hacerle creer y demostrarle que no necesitaba trabajar. Se encargó de que no pudiese ser independiente y muy por el contrario, que siempre dependiese de él.

 “No tienes necesidad de trabajar, porque para eso estoy yo” y así es, ante los ojos de todos, es el mejor proveedor, es amoroso y dedicado a su familia, ¿pero quien recuerda que ella puso su amor, su vida y su patrimonio en las manos de su esposo? Quien más debía recordarlo es él, y lo ha olvidado, o pretende olvidarlo. ¿Y qué más da, si después de todo lo material no tiene la mayor importancia? Ella soñó con el amor, la unión, el respeto mutuo… y no lo tiene.

Como familiares y como amigos, pensamos erróneamente que si ella así es feliz. Y si ella está feliz con su situación, no hay motivo para intervenir. Damos por sentado que “eso es lo que ella escogió” que si no fuera feliz ya lo habría dejado, damos por sentado que las excusas que ella utiliza son ciertas, le creemos que “ese ojo morado fue un accidente” esos raspones en las piernas fueron por una “caída” después de todo, son las físicas las que podemos ver , son las físicas las que se pueden disimular… ¿Pero y las heridas emocionales? Esas heridas que no se ven pero que hacen más daño porque son dichas a cada momento, cada día y todos los días, por su esposo, el hombre que la ama, el buen proveedor, el buen padre y amigo, el profesional que sale todos los días a la oficina, clínica, o bufete de abogados a brindar la mejor de su sonrisas, la mejor de sus actuaciones, a lo mejor defendiendo a alguna mujer victima de maltrato.

 ¿Qué podemos hacer?

 En nuestro papel de familia, amigas (os) o conocidas (os) de una mujer maltratada, debemos poner atención a las primeras señales de abuso, hablar con el maltratador, hacerle ver su error, buscar ayuda profesional, y apoyo legal, como familiares y amigos jugamos un rol importante para hacer que el abuso y el maltrato paren, hablemos con la mujer abusada, hagámosle ver que no es normal ni lógico sufrir a manos de un déspota, dictador y machista.

¿Harías algo para ayudar a una mujer del maltrato a manos de su esposo, novio o amante?. 

El Perdonar.

LO QUE NO SIGNIFICA PERDONAR
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-No implica olvidar lo ocurrido.

-No es empequeñecer lo sucedido.

-No es excusar un comportamiento.

-No es justificar un acontecimiento.

-No es aceptar lo ocurrido con resignación.

-No es negar el dolor.

-No significa que estés de acuerdo con lo que pasó.

-Tampoco significa que lo apruebes.

-No es dejar de darle importancia a lo sucedido.

-No es darle la razón a quién te lastimó.

-No implica hacerse amigo íntimo de nuestro agresor, ni siquiera reconciliarnos con él.

-No perdonas para que el agresor cambie o modifique su conducta.

-No perdonas porque tienes expectativas de que haciéndolo algo suceda en el exterior. No lo haces para que te pidan perdón o acepten su error.

-No lo haces para esperar un resarcimiento o una retribución o compensación, ni que tu agresor o agresores paguen por tu dolor. Lo ocurrido, el pasado no puede modificarse y es perder muchas energías empeñarse en algo tan imposible como cambiar el pasado. Nada podrá borrar lo mal que te sentiste o la tristeza que padeciste, pero ya pasó y si sigues vivo puedes pasar página y no revivir el dolor una y otra vez, pues actualmente ya no está, sólo vive en tu recuerdo. Es normal sufrir a veces, es parte de la vida.

LO QUE SIGNIFICA PERDONAR:

-Liberarse de ataduras.

-Hacerse un favor a uno mismo.Lo haces para ti. Perdonar a quien sienta realmente bien es a ti.

-Significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que te causan dolor y rabia.

-Es algo que haces tú contigo mismo y no con el agresor, no es lo importante que él se entere o no de tu proceso interior de liberación de emociones negativas.

-Significa que aceptas lo que pasó, que dejas de perder energías negando lo que ocurrió o deseando que no hubiera ocurrido o imaginando que debía haber sido de otra o de otras miles de maneras.

-Significa que te desatas definitivamente de esa persona o situación pues lo que te mantenía atado a ello era únicamente tu resentimiento. Tu versión de no aceptar lo sucedido es lo que le daba fuerza al tema y en tu mano está quitársela y en ningún otro sitio. Puedes liberarte del odio y el rencor siempre y cuando así lo desees, aunque no pasa nada si tú decides seguir sufriendo por el asunto eternamente o temporalmente un poco más, es tu decisión y nadie puede hacer nada. Sólo si estas dispuesto a pasar página puedes hacer algo pues ahora eres tú el que se mantiene encadenado a través de la frustración o la rabia y sólo está en tu mano, soltarlas.

-Perdonas para dejar de vivir en el pasado, para continuar con tu estupendo presente sin llevar colgando en tu espalda pesados ladrillos que te acaben volviendo Infeliz.

-Perdonas porque eres fuerte, valiente y lo suficientemente inteligente como para elegir como quieres vivir, ligero y alegre, aprendiendo de los malos momentos, que son los que te hacen capaz de apreciar los buenos, porque ¿cómo sabrías cuando eres feliz si nunca te sintieras desgraciado? Los polos opuestos son complementarios y no pasa nada por sufrir, ello no implica que haya nada malo en tí, ni es humillante, sino al contrario, es lo normal que haya dolor en ocasiones y es inútil y absurdo pretender pasar por la vida sin padecer injusticias o dificultades. Pero es poco práctico quedarse estancado en ellas por propia voluntad.

-Perdonar es como todo cuestión de práctica, las primeras veces cuesta mucho, es difícil, muy difícil, pero no hay nada imposible si uno se lo propone. Y desarrollar la habilidad de perdonar te va a ser muy útil a lo largo de toda tu vida y con el tiempo puedes llegar a hacerlo con una facilidad pasmosa, la práctica hace maravillas, ya sabes. Cuando lo consigas las primeras veces, quedarás tan fascinado del alivio que se produce que dificilmente se te olvidará perdonar y por añadidura empezarás a sentirte ciertamente invulnerable, consciente de que en realidad nadie puede dañarte si tu no le dejas, que eras tú quién lo permitía.

-Perdonar es demostrarte a ti mismo que eres capaz de renovarte a diario, que estás trabajando en tu capacidad de adaptación que es algo básico para que puedas prolongar tu bienestar en las distintas etapas de tu vida. Que eres capaz de superar las circunstancias negativas que te pueda tocar vivir.

-Es mirar los hechos tal y como sucedieron, con objetividad y sin estar cegado por las emociones y luego dejarlos marchar, dejándolos en el pasado que es su auténtico lugar.