lunes, 17 de diciembre de 2012

¿Aprender a Vivir Duele?

Aprender a vivir en ocasiones duele, ese inmenso dolor cuando los golpes de la vida te sacuden, cuando ves que sólo te tienes a ti mismo para seguir luchando, para levantarte día a día y regalarle una sonrisa a esas personas que incondicionalmente allí están, para regalar al mundo un ¡si se puede! Y regalarse a uno mismo la fuerza interior que nos lleva a la felicidad.
Es cierto aprender duele y a pesar de que sientes que te arrancan algo de tu interior, algo de tu alma, esas experiencias que te hacen sentir que explotarás por dentro y no quedará nada de ti.

Es increíble que cuando se aprende de ese dolor, el sentimiento de plenitud es aún mayor.

Los golpes llegan a ti como el mar arrasa con las rocas y debo aceptarlo muchas veces he querido ser como esa roca, que aunque tiene múltiples heridas que el mar ha provocado sigue allí, sin destruirse porque el material con el que está hecha es tan resistente a cualquier ola.

Ser como rocas que no sienten tan sólo resisten, pero regreso y digo soy un humano. Dios o la vida....nos dio la capacidad del dolor, del sentir y del vivir esos golpes, porque es precisamente lo que construye el amor a la vida.

¿A poco creías que el amor a la vida es sólo cuando el dolor se esconde y sólo ves alegría?
¿La maravilla del amor está también en el dolor?

No pretendas ser como esa roca que pareciera que no le afectan los golpes de la vida, no eres esa roca. El intentar serlo es como dejar de lado el ser humano que realmente eres, es dejar de lado la sensibilidad, el dolor y sobre todo el amor.

Vive cada golpe, es cierto a nadie le gustan, nunca estamos preparados cuando llegan, pero cuando pasan dejan en ti los mayores aprendizajes de tu vida, que no sólo te hacen mejor persona sino que te dan la madurez y fortaleza para seguir tu camino. (Lidu, poemas del alma)

En este pasar efímero, quizás furtivo e incierto de la vida, hay momentos de toda índole. ¿Por qué la vida ha de ser tan compleja? ¿Por qué la existencia del ser humano no sé basa en un trayecto de superación "simple" en vez de ser un camino cuesta arriba?, con tantos obstáculos que apenas te quedan fuerzas para el siguiente y sufrir tanto se hace el motivo de planteamientos existenciales tan profundos y a veces tan escabrosos.

Nuestro dolor no viene de las cosas vividas, sino de las cosas que fueron soñadas y que no se cumplieron, olvidamos lo que fue disfrutado y comenzamos a sufrir por nuestras proyecciones irrealizadas.


“Cada día que vivo, me convenzo más de que el desperdicio de la vida.

Está en el amor que no damos, en las fuerzas que no usamos,
En la prudencia egoísta que nada arriesga y que, esquivándose del sufrimiento,
Hace perder también la felicidad”.


La vida no es larga ni corta, la vida no es bonita ni fea...La vida es simplemente vida.



En la interminable paradoja ¿Amar es sufrir? ¿Si no duele no estoy vivo? El dolor es inevitable. El sufrimiento es opcional.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Perfil del Perverso

Debido a la variada utilización popular y profesional, el término perversión presenta interminables dificultades. En particular porque se lo relacionó (erróneamente) con supuestas "desviaciones" sexuales. Concepción desechada en la actualidad. En este sentido la psiquiatría y psicología adoptaron para las situaciones relacionadas con lo sexual "disfunciones" o directamente "parafilias". 
Y se observa que en los manuales de diagnóstico de los trastornos mentales (DSM-IV y CIE 10) se desecha la denominación de perversión; este mal uso o abuso del termino perversión, provocó que poco se investigara sobre esta patología, que se la asocie exageradamente a la delincuencia y que termine, quizás, formando parte más del mundo legal que del discurso psicopatológico. Otro fuerte punto a favor de esta falta de investigación clínica deviene de la misma sintomatología de la perversión, que, por no provocar en la mayoría de los casos ningún síntoma egodistónico, no se presenta en el sujeto la necesidad de buscar ningún tipo de tratamiento, ya que nada de lo que le ocurre (en este sentido) le produce padecimiento. Una persona perversa esta acosado por pensamientos obsesivos destructivos, al creer que los actos humanos no son sinceros. 

La mente perversa es una condición anormal de la personalidad cuyo rasgo dominante es la continua agresividad y destructividad hacia otras personas, a través de pensamientos y actos malignos.Y se observa que en los manuales de diagnóstico de los trastornos mentales (DSM-IV y CIE 10) se desecha la denominación de perversión; este mal uso o abuso del termino perversión, provocó que poco se investigara sobre esta patología, que se la asocie exageradamente a la delincuencia y que termine, quizás, formando parte más del mundo legal que del discurso psicopatológico. Otro fuerte punto a favor de esta falta de investigación clínica deviene de la misma sintomatología de la perversión, que, por no provocar en la mayoría de los casos ningún síntoma egodistónico, no se presenta en el sujeto la necesidad de buscar ningún tipo de tratamiento, ya que nada de lo que le ocurre (en este sentido) le produce padecimiento.Una persona perversa esta acosado por pensamientos obsesivos destructivos, al creer que los actos humanos no son sinceros. La mente perversa es una condición anormal de la personalidad cuyo rasgo dominante es la continua agresividad y destructividad hacia otras personas, a través de pensamientos y actos malignos.

La conducta perversa es congénita pero “la frustración por la falta de afecto en la infancia es el caldo de cultivo para el desarrollo de una mente perversa”, dice la psicoanalista Karen Horney, en su libro La personalidad neurótica de nuestro tiempo.La persona se siente herida aunque no sabe la razón ni pretende conocerla; crea a su alrededor un ambiente de desconfianza y hostilidad pues considera que los actos humanos no son sinceros, al tiempo que proyecta una personalidad conflictiva.

1. El perverso siempre tiene una serie de fantasías conscientes, sabe que va a cometer el acto sexual previamente, en una determinada escenografía que se denomina escenario. Ese escenario es imprescindible para que él pueda desarrollar su actividad sexual perversa. Si no se da, no la desarrolla. Siempre está presente la connotación de obscenidad, siempre se trata de dañar, humillar, hacer daño, destruir al objeto sexual.
2. Ese deseo de hacer daño al objeto sexual tiene una intención de venganza; lo somete a una serie de humillaciones que son la venganza de las que él ha sufrido, real o imaginariamente, particularmente durante su infancia y adolescencia.3. Necesita la sensación de superioridad, triunfo, dominación. Necesita colocar a su víctima en situación de sumisión, temor,.
4. El sujeto perverso está reviviendo un traumatismo sexual infantil, porque ha sido humillado en su sexo o en su identidad sexual. Consiste en revivir esa experiencia pero invirtiendo los papeles, pasa de víctima a vengador. Identificación con el agresor para evitar la identificación con la víctima (temor).
5. Al perverso le gusta correr ciertos riesgos; situarse en el límite de desafío a la ley ("me van a pillar", "me pueden pillar").
6. Tendencia a deshumanizar al objeto; considerar a su víctima sexual como sin sentimientos, sin dignidad, de usar y tirar.
7. El perverso teme la ley; le gusta rozarla, pero la teme, así que se cuida de reconocer estos comportamientos porque sabe que de ello depende la sanción.En su vida habitual, el perverso puede tener diferentes tipos de personalidad:

El caso del psicoanálisis se convierte en una lectura particular, porque desde la perspectiva del psicoanálisis, la perversión se aleja de las parafilias y toma valor como una de las tres grandes estructuras nosográficas: psicosis, neurosis y perversión.
  1. Perversión egosintónica: está contento de serlo, alardea de su conducta perversa (salvo bajo amenaza legal). Es frecuente que sintonice con otros perversos y actúen conjuntamente. No sienten angustia, ni ansiedad, ni sufrimiento por su perversión. Burlan la ley siempre que pueden. Suelen ser muy transgresores con las leyes estéticas, suelen ser muy creativos. Sus propuestas (literarias...) son revolucionarias en cuanto a estética, proponen rebeliones artísticas (Ej: sus propios excrementos embalados). Los perversos llevan una vida compatible con su vida sexual, sin incurrir en la ley (Ej: Dalí). Aquel con personalidad perversa no suele ir nunca al psicólogo, sólo se sabe de ellos en peritajes psiquiátricos (se dice lo que interesa). Hay muchas maneras de practicar la perversión: intimidad, clubs, turismo sexual.
  1. Personalidades perversas con estructura neurótica: son personalidades que sufren, tienen un conflicto con su perversión, les angustia, deprime,... Alternan periodos sin actividad perversa con periodos de actividad perversa repetitiva generalmente. Esta actividad esporádica de la que se avergüenzan, es oculta y secreta. Realizan las llamadas perversiones ecotistémicas: con llevan culpa.
  1. Personalidades psicóticas: Son sujetos que habitualmente no son perversos, pero cuando se agudiza su brote psicótico hay perversión. En este caso sería más correcto hablar de desviación que de perversión. Habitualmente tienen una personalidad escindida, de doble personalidad como puede recordarnos el film "Seven". El psicótico con actividades perversas no tiene fantasías perversas conscientes, simplemente las realiza. Es el único caso de perverso que sería considerado enfermo y no criminal en un procedimiento judicial.
EL Diagnóstico de un Perverso: La conducta de un perverso hace parte de las personalidades psicopáticas y se expresa desde la niñez hasta la edad adulta, tanto en el ámbito familiar, escolar, laboral como en las relaciones pasionales.
  • Los rasgos comunes de un perverso son la constante impulsividad, agresividad, inmoralidad, egoísmo, búsqueda de la perfección, inadaptabilidad, intolerancia, irrespeto hacia los otros y una mala comunicación.
  • El carácter maligno de los perversos es permanente y es alimentado por el círculo vicioso de la inestabilidad, el resentimiento social o afectivo, el odio, el fracaso económico o profesional.
  • La persona maligna tiende a herir y lesionar al individuo en sus afectos, sus principios éticos mientras satisfacen sus deseos y necesidades a expensas de los otros, aunque no se percate de ello. Algunos psiquiatras suelen asociar el aislamiento emocional del trastrono esquizoide con el aumento de la malignidad.
“El mal que provoca un perverso es indiscriminado, pero prefieren a las personas cercanas, como familiares o parejas sentimentales”, explica el psicoanalista Paul-Claude Recamier, creador del término Perverso narcisista.

Cura para la Mente Perversa

Si nos basamos en la teoría de Marie-France, el acompañamiento terapéutico debe estar sostenido, principalmente y como es sabido, por una institución o un terapeuta que dirija la cura, sobre todo al enfrentar esta patología ya que conlleva un mayor riesgo al profesional que realice dicho acompañamiento. Además, sabiendo que no hay vuelta atrás en un perverso, dicho de otro modo, que no está contemplada la cura, lo importante es poder desprenderse de las culpas que el perverso va a depositarnos al estilo de chivo expiatorio.Dado que la mente perversa es congénita, el tratamiento está dirigido a concientizar a la persona que padece una patología, y al uso de la psicoterapia y, en algunos casos, los medicamentos.“Si la persona tiene voluntad y reconoce sus defectos, puede apaciguar un poco la impulsividad y la agresividad”, dice Claude Recamier. También resulta beneficioso la educación de las emociones con orientación profesional. "Una de las cosas que hay que desterrar de la mente de un perverso es la malignidad y el deseo de humillar y hacer sufrir, “pero parecen que no están dispuestas a renunciar a estos sentimientos”, dice Karen Horney. Recientemente se ha descubierto en imágenes diagnósticas del cerebro, que los perversos patológicos tienen algunas zonas defectuosas relacionadas con las emociones, por lo que se han propuesto medicamentos antisicóticos y antidepresivos.

La psiquiatra francesa Marie France Hirigoyen describe con maestría las mecánicas perversas en distintos ámbitos personales y sociales en un libro titulado El acoso moral: 

“…El perverso no es un enfermo. El perverso se ha forjado, con probabilidad, en la infancia, cuando no pudo realizarse. Creó férreas defensas contra los demás para protegerse y así una actitud que podía haber sido simplemente defensiva y aceptable se convierte con el paso de los años en una personalidad incapaz de amar y convencido de que el mundo entero es malvado. Insensibles, sin afectos: ésa es su fuerza. Así no sufren”. En la mayoría de los casos el origen de la tolerancia de la víctima o de la agresión del perverso se halla en una lealtad familiar que consiste en reproducir lo que uno de los padres ha vivido: “Agreden para salir de la condición de víctima que padecieron en la infancia, cuando tuvieron que separar las partes sanas de las partes heridas. Ahora siguen funcionando de forma fragmentada, dividiendo su mundo en bueno y malo. Temen la omnipotencia que imaginan en los demás porque se sienten profundamente impotentes. Por ello necesitan protegerse hasta destruir”.