viernes, 17 de agosto de 2018

Fobia Escolar

¿Rechazo a ir al cole u otros problemas?
Es importante llevar a cabo una adecuado diagnóstico diferencial de la fobia escolar con el fin de no confundirla con otros problemas emocionales y conductuales con los que puede compartir algunas manifestaciones en común:
  • Problemas para ir al colegio, que supone ausencias prolongadas del medio escolar (el niño se queda en casa). Estas ausencias son consentidas por los padres.
  • Intenso malestar emocional: temor intenso, irritabilidad o un exceso de quejas físicas (vómitos, dolor de cabeza, dolor de tripa) ante la situación de tener que ir al colegio.
Como podemos observar a la vista de estos criterios, la fobia escolar dista mucho de la mera pereza o conducta negativa del niño a la hora de ir a la escuela, si bien, como veremos a continuación existen otros trastornos de los que es importante diferenciarla:
  1. Trastorno por ansiedad de separación: el miedo aparece no sólo ante la situación de ir al colegio, sino ante cualquier circunstancia que implique separarse de las figuras de apego. Suele aparecer antes que la fobia escolar.
  2. Absentismo escolar: el niño con absentismo escolar no se queda en casa con el consentimiento de los padres. Este problema conductual suele asociarse con otras conductas disóciales como robar, mentir, etcétera.
  3. Fobia social: puede encontrarse en la base de la ansiedad o el miedo de ir a la escuela, pero el malestar de la fobia social va más allá que el mero hecho de ir al cole, puesto que el niño lo pasa mal en cualquier circunstancia social fuera y dentro del colegio.
  4. Depresión infantil: el niño deprimido no sólo pierde el interés por la escuela, sino también por actividades fuera de ésta (actividades familiares, jugar con amigos, etcétera).
  5. Otros trastornos psiquiátricos graves: a diferencia de en la fobia escolar, los niños con trastornos mentales graves presentan alucinaciones o delirios.
* La actitud de los padres es fundamental a la hora de detectar y abordar un problema de fobia social. Por un lado no se debe permitir que el niño no vaya a la escuela. Sin embargo, una actitud rígida e impositiva al respecto puede sensibilizar aún más al menor. Es por ello que los padres deben mostrar una actitud comprensiva y de aceptación de lo que al niño le ocurre, pero de “no aprobación” de su comportamiento resultante: no ir a clase.

Volver al cole es la terapia más eficaz pues, como en el resto de las fobias, es muy importante ayudar al niño a enfrentarse a su miedo. A la exposición se pueden añadir otras técnicas como la relajación previa en casa para que el niño vaya menos activado, o la visualización emotiva de imágenes agradable. Un colega especializado es quien entrena a los padres en la aplicación de estas técnicas.
El papel que juega el colegio, sus profesores, en la fobia escolar es también fundamental a la hora de detectarla, pero mucho más aún a la hora de eliminarla. La actitud de los docentes debe ser tolerante y comprensiva a la vez que firme respecto a la importancia de acudir al cole todos los días.

* La escuela no debe sobreproteger al alumno con fobia escolar, pero sí facilitarle las cosas en la medida de lo posible, colaborando con los padres y un psicólogo especialista. Especialmente si el problema del niño radica en algún aspecto que provenga del colegio, éste deberá hacerse cargo de abordarlo de forma inmediata con el fin de poder facilitar el bienestar del alumno en su aula.  Por otro lado, es importante que los profesores empleen el refuerzo positivo ante la conducta del niño a venir a clase; esto es, nunca hay que ridiculizarle, sino animarle por haber venido, elogiando sus logros y avances en este terreno de una forma sutil, para que no se sienta distinto a sus compañeros.

* El tratamiento depende de las causas, las cuales pueden ser difíciles de determinar. Muchos niños pueden haber comenzado a evitar la escuela por una razón es específica. Antes de cualquier tratamiento psicológico, es recomendable acudir al pediatra para que descarte que dichos síntomas no estén relacionados con algún problema fisiológico. Cuando se ha descartado la existencia de problemas de salud, será el psicólogo el encargado de diagnosticar y tratar la fobia escolar.

Es importante para superar la fobia ponerse en manos de un profesional en psicología clínica y o psicopedagogo lo más rápido posible una vez que sean detectados algunos de los síntomas, ya que cuanto antes se traten, antes desaparecen.