jueves, 1 de febrero de 2018

Codependencia: Características

¿Qué es codependencia?. Es un estado emocional, psicológico y conductual que se desarrolla como resultado de que un individuo haya estado expuesto prolongadamente a y haya practicado, una series de reglas opresivas, reglas que previenen la abierta expresión de sentimientos al igual que la discusión de problemas personales e interpersonales.
Originalmente se usó para describir a las personas cuyas vidas se veían afectadas como resultado de su relación cercana con alguien que tiene una dependencia química.
La codependencia es una condición psicológica en la cual alguien manifiesta una excesiva, y a menudo inapropiada, preocupación por las dificultades de alguien más.

Características de la persona codependiente:

El codependiente suele olvidarse de sí mismo para centrarse en los problemas del otro (su pareja, un familiar, un amigo, etc), es por eso que es muy común que se relacione con gente "problemática", justamente para poder rescatarla y crear de este modo un lazo que los una. Así es como el codependiente, al preocuparse por el otro, olvida sus propias necesidades y cuando la otra persona no responde como el codependiente espera, éste se frustra, se deprime e intenta controlarlo aún más. Con su constante ayuda, el codependiente busca generar, en el otro, la necesidad de su presencia y al sentirse necesitado cree que de este modo nunca lo van a abandonar.

Es muy común que en una relación, el codependiente no pueda poner límites y sencillamente todo lo perdone, a pesar de que la otra persona llegue a herirlo de manera deliberada, esto es simplemente porque el codependiente confunde la "obsesión" y "adicción" que siente por el otro con un inmenso amor que todo lo puede. Por ende, el codependiente es incapaz de alejarse por sí mismo de una relación enfermiza, por más insana que ésta sea, y es muy común que lleguen a pensar que más allá de esa persona se acaba el mundo, hasta que reconocen su condición psicológica y el codependiente decide hacer algo para cambiar la manera en que vive y así, terminar con la codependencia o no volver a generar su codependencia en otras personas o en futuras relaciones.

Algunos síntomas de la codependencia son: conducta controladora, desconfianza, perfeccionismo, evitar hablar de los sentimientos, problemas de intimidad, comportamiento protector, hipervigilancia o malestar físico debido a estrés  A menudo la codependencia va acompañada por depresión, ya que el codependiente sucumbe ante sentimientos de frustración o tristeza extrema por su incapacidad de realizar cambios en la vida de la otra persona (o personas) y puede llegar también a producir ataques de pánico en quienes lo padecen.

Los codependientes tienden a:

1). Baja Auto estima
  • Buscar desesperadamente amor y aprobación.
  • Culparse y criticarse por todo, aún por su manera de pensar, de sentir, de verse, de actuar y de comportarse.
  • Rechazar cumplidos o halagos y deprimirse por la falta de ellos (privación de caricias).
  • Sentirse diferentes del resto del mundo.
  • Temer al rechazo.
  • Victimizarse.
  • Les cuesta trabajo tomar decisiones.
  • Esperar la perfección de sí mismos y se culpabilizan y avergüenzan de ser lo que son.
  • Consideran que sus vidas no valen la pena por eso tratan de ayudar a otros a vivir su vida y obtienen sentimientos artificiales de autoestima ayudando a los demás.
  • Desean que otros los estimen y los amen.
  • Se conforman con sentir que los necesitan.
  • Provenir de familias atribuladas, represoras o disfuncionales.
  • Sentirse diferentes que el resto del mundo.
2). Represión
  • Empujan sus pensamientos y sentimientos fuera de su conciencia a causa del miedo y la culpa.
  • Se atemorizan de ser como son.
  • Parecen rígidos y controlados.
3). Obsesión
  • Sentirse muy ansiosos por los problemas y por la gente.
  • Pensar y hablar mucho acerca de otras personas.
  • Vigilar a la gente.
  • Tratar de sorprender a la gente en malas acciones.
  • Sentirse incapaz de dejar de hablar, de pensar y de preocuparse acerca de otras personas o de problemas.
  • Abandonar su rutina por estar tan afectados por alguien o por algo.
  • Enfocar toda su energía en otras personas y problemas.
4). Control
  • Han vivido en situaciones y con personas que estaban fuera de control causando a los codependientes penas y desengaños.
  • Tienen miedo de permitir que los demás sean como son y no dejan que las cosas sucedan de manera natural.
  • No pueden manejar el miedo que experimentan frente a la pérdida de control. Piensan que ellos saben cómo deben ser las cosas y cómo debe comportarse la gente.
  • Tratan de controlar los sucesos y a la gente por medio de su desamparo, de sentimientos de culpa, de coerción, amenazas, manipulación, dominio o de dar consejos.
  • Aunque eventualmente fracasan en sus intentos, intentan provocar la ira de los demás, sienten frustración y enojo; se sienten controlados por los eventos y por las personas.
5). Negación
  • Ignorar o minimizar los problemas.
  • Fantasear sobre cómo las cosas mejorará mágicamente.
  • Confundirse, deprimirse o enfermarse. Acudir con doctores o tomar tranquilizantes.
  • Volverse fanáticos del trabajo.
  • Gastar dinero en forma compulsiva, comer en exceso.
  • Negar lo que sucede, ver como los problemas empeora.
  •  Creer en mentiras y mentirse a sí mismos.
  • Sentir que se están volviendo locos, creer en mentiras, mentirse así mismo.
6). Dependencia
  • No se sienten felices, contentos ni en paz consigo mismos.
  •  Buscan la felicidad fuera de sí mismos.
  • Se pegan a cualquier cosa o persona que ellos piensen que les pueda brindar felicidad y se sienten amenazados por la pérdida de aquellos.
  • A menudo buscan amor de gente que es incapaz de amar.
  • Creen que los demás nunca están cuando ellos los necesitan.
  • Relacionan el amor con el dolor.
  • Más que amar a las personas, las necesitan
  • No se toman el tiempo para juzgar si otras personas les convienen.
  • Tampoco investigan si ellos aman a otras personas o si estas les caen bien.
  • Centran sus vidas alrededor de otras personas.
  • Concentran todos sus sentimientos de bienestar de sus relaciones en los demás. Pierden interes en sus propias vidas cuando aman.
  • Dudan en su capacidad de cuidarse a sí mismos.
  • Toleran el abuso para sentir que la gente aún los ama.
  • Se sienten atrapados en las relaciones.
  • No sintieron amor ni aprobación por parte de sus padres.
  • No se aman así mismo.
  • Se preguntan si alguna vez encontraran el amor.
7).  Comunicación Débil
  • No dicen lo que sienten, no sienten lo que dicen, no saben lo que sienten
  • Piden lo que desean y necesitan de manera indirecta, suspirando por ejemplo
  • No están seguros de saber cuál es el camino correcto
  • Hablan demasiado a fin de no comunicar lo importante
  • Evitan hablar sobre sí mismos, de sus problemas, sentimientos y pensamiento
  • Dicen que tienen la culpa de todo o bien, dicen no tener culpa de nada
  • Creen que sus opiniones no importan
  • Mienten para protegerse a sí mismos
  • Se les dificulta expresar sus emociones de manera honesta, abierta y apropiada
  • Creen que la mayor parte de lo que tienen que decir es irrelevante
  • Comienzan a hablar con cinismo, de manera auto-degradante u hostil.
8). Limites Débiles
  • Dicen no tolerar ciertas conductas en los demás y poco a poco incrementan su tolerancia hasta que permiten y hacen cosas que habían dicho que jamás harían Permiten que otros los lastimen y se preguntan por qué se sienten lastimados.
  • Se quejan, culpan y tratan de controlar al tiempo que siguen actuando igual.
  • Amenazan, sobornan, culpan, aconsejan, ejercen coerción.
  • No saben ni dicen lo que sienten ni siente lo que dicen.
  • Finalmente se enojan y se vuelven completamente intolerantes.
9). Falta de confianza
  • No tienen confianza en sí mismos, no confían en sus sentimientos.
  • No confían en sus decisiones, no confían en los demás.
  • Tratan de confiar en gente poco digna de confianza.
  • Piensan que Dios los ha abandonado, pierden la fe y la confianza en Dios.
10). Ira
  • Se sienten asustados, heridos y enojados y reprimen estos sentimientos.
  • Viven con gente atemorizada, herida y llena de ira.
  • Tienen miedo de su propia ira y de la ira de otras personas.
  • Piensan que otras personas los hacen sentirse enojados.
  • Se sienten controlados por el enojo de otras personas.
  • Lloran mucho, se deprimen, comen en exceso, se enferman, hacen cosas malvadas y sucias para vengarse, actúan de manera hostil o tienen estallidos violentos.
  • Sienten cantidades crecientes de ira, resentimiento y amargura.
  • Se sienten más seguros con su ira que con sus sentimientos heridos.
  • Se avergüenzan por sentirse enojados.
11). Problemas sexuales
  • Tienen relaciones sexuales cuando preferirían que los abrazaran, los protegieran y los hicieran sentirse amados.
  • No disfrutan del sexo porque están muy enojados con la pareja, tienen miedo de perder el control, tiene miedo de pedir lo que necesitan en la cama.
  • Se alejan emocionalmente de la pareja.
  • Reducen el sexo a un acto técnico.
  • Pierden interés por el sexo o sienten repugnancia a la intimidad.
  • Inventan razones para abstenerse de él.
  • Fantasean o tienen un romance extramarital.
  • Tienen fuertes fantasías sexuales con otras personas.
  • Consideran o tiene un affaiere extra conyugal.
12). La codependencia es progresiva En las etapas tardías de la codependencia, los codependientes pueden:
  • Sentirse aletargados.
  • Deprimirse, retirarse y aislarse.
  • Experimentar una pérdida total de la rutina diaria y de la estructura.
  • Abusan de sus hijos o son negligentes con ellos y con otras responsabilidades están desesperanzados.
  • Planean escapar de una relación que sienten como una trampa para ellos.
  • Piensan en el suicidio.
  • Son violentos.
  • Sufren enfermedades emocionales, mentales o físicas de gravedad.
  • Experimentan trastornos en la alimentación (comer en exceso o demasiado poco).
  • Se vuelven adictos al alcohol y otras drogas.
Los codependientes suele ser extremadamente responsables o irresponsables, volverse mártires  sacrificando su felicidad por causas que no lo requieran, se le es difícil cercarse a la gente, como divertirse y ser espontáneos suelen responder pasivamente o agresivamente, son vacilantes en sus decisiones y emociones, cuando sienten algo lo reprimen o exageran, son fieles a sus compulsiones aunque les hiera, se avergüenzan de sus problemas familiares, personales o de sus relaciones, se sienten confundidos por la naturaleza del problema, etc..

En síntesis, la codependencia es una dependencia de los demás: de sus estados de ánimo, de su conducta, de su enfermedad o bienestar y de su amor. Es una dependencia paradójica, parece que los demás dependen de los codependientes pero en realidad ellos son los dependientes. Parecen fuertes pero se sienten desamparados. Parecen controladores pero en realidad ellos son los controlados por ellos mismos.

"Cada persona es responsable de sí misma"


lunes, 29 de enero de 2018

Ludopatía: Adicción al Juego

El juego patológico es un trastorno del control de los impulsos cuya característica esencial es un comportamiento de juego, desadaptativo y persistente, que altera la continuidad de la vida personal, familiar o profesional. Consiste en un trastorno en el que la persona se ve obligada, por una urgencia psicológicamente incontrolable, a jugar y apostar, de forma persistente y progresiva.
“el ludópata es como un drogodependiente que necesita el juego y hace lo que sea por jugar, es decir, convierte el juego en una primera necesidad urgente”.

El ludópata presenta los mismos rasgos que un adicto:
  • Repetición de una conducta o acción que resulta placentera y aumento de su frecuencia para obtener los efectos deseados. Diferentes sustancias químicas, como la dopamina y las endorfinas, actúan como estimulantes y refuerzan las conductas patológicas.
  • Pérdida de control de la persona derivada del fallo de los mecanismos cerebrales de inhibición de la conducta .
  • Aparición del síndrome de abstinencia si se interrumpe el hábito.
Síntomas

La ludopatía se manifiesta a través de las consecuencias que derivan del juego patológico. Según Saiz, se hace visible a raíz de los cambios que el juego produce en los hábitos y conducta de los jugadores, que comienzan un período de autodestrucción. Los signos que pueden indicar un caso de ludopatía son:
  • Abandono de la vida laboral y social: Según explica Saiz, el juego empieza a ocupar un lugar preponderante en la vida de los individuos, que comienzan a despreocuparse de su vida laboral y de sus relaciones sociales. La pasividad repentina y la conducta excesivamente reservada, asociadas a factores como que la persona acuda de forma frecuente al casino o que esté constantemente apostando en internet, pueden indicar un caso de juego patológico.
  • Problemas económicos: Gastos imprevistos, préstamos, falta de dinero, etcétera. Todo esto hace que el individuo pueda recurrir a la mentira para eludir responsabilidades y ocultar las consecuencias derivadas de su ludopatía.
  • Trastornos de ansiedad y depresión: El ludópata tiene necesidad de seguir apostando, a pesar del daño que le hace. Su mente está preocupada por las apuestas, en obtener fórmulas para ganar y en conseguir dinero para apostar. Todo esto, unido al hecho de que en muchas ocasiones el ludópata no tiene acceso al juego, puede provocar trastornos de ansiedad. Por otro lado, el conjunto de problemas económicos, mentiras acumuladas, deterioro de las relaciones sociales y familiares y el resto de situaciones conflictivas que conlleva el juego patológico pueden conducir a una depresión.
  • Cambios en la personalidad: Los problemas derivados de la ludopatía y la necesidad constante de jugar pueden producir cambios en la conducta, como irritabilidad, falta de comunicación o, incluso, agresividad.
El juego está fuera de control si:
  • Está afectando a sus relaciones, sus finanzas o su vida laboral
  • Usted está dedicando cada vez más tiempo y energía a actividades de juegos de azar
  • Usted ha intentado, sin éxito, para detener o reducir en su juego
  • Intenta ocultar su juego de los profesionales de familiares o de salud
  • Usted recurre al robo o fraude para conseguir dinero del juego
  • Usted le pide a otros a que saquen de los problemas financieros porque has apostó dinero.
Factores de riesgo

El juego compulsivo afecta a hombres y mujeres y a través de líneas culturales y socio-económicos. Aunque la mayoría de las personas que juegan a las cartas o apuesta nunca desarrollan problemas con el juego, algunos factores se asocian más a menudo con los jugadores compulsivos. Las personas que parecen apostar compulsivamente a menudo tienen problemas de abuso de sustancias, el estado de ánimo y los trastornos de la personalidad, así como el déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Muchos jugadores compulsivos abusan del alcohol, y muchos jugadores compulsivos experimentan depresión mayor.

Problemas psicológicos y sociales

Las personas que estén pasando por momentos de inestabilidad psicológica o que tenga problemas personales y sociales representan un grupo de riesgo importante a la hora de desarrollar ludopatía. El juego puede servir de escape para huir de la realidad y acabar convirtiéndose en un hábito patológico necesario.

La influencia de la familia: Si sus padres tuvieron un problema con el juego, hay mayor probabilidad de que usted también lo hará.

Perfil de ludopatía en hombres y mujeres

En el caso de las mujeres, la edad media es de 46-55 años. En cambio, en los  hombres es de 31-45 años. La mayoría de ellos son solteros, a diferencia que las mujeres, que en su mayoría con casadas.

También difieren variables psicopatológicas: en la mayoría de mujeres también está presente la depresión; en el caso de los hombres, el abuso de drogas/alcohol.

Si los hombres encuentran en esta adicción una forma de liberar tensiones con un hábito que implica cierto riesgo, las mujeres lo ven más como una evasión a los problemas cotidianos. Pero en ambos casos, el perfil es el de una persona cercana a un estado depresivo, con ansiedad, tristeza y envuelta en una situación familiar problemática.

Actualmente estamos viendo un cambio brusco de tendencia, con la entrada del juego online, lo que ha traído consigo un perfil diferente de jugador, más joven e internauta, con estudios universitarios, con más recursos, y con una evolución mucho más corta en su desarrollo del trastorno.

Ciertas características de la personalidad

El jugador patológico como dependiente emocional del juego, con pérdida de control y su correspondiente afectación negativa en su vida cotidiana. Esta dependencia puede estar generada por la falsa expectativa de ganar para recuperar lo perdido; distorsión cognitiva o pensamiento erróneo que mantiene la espiral del juego. Las mentiras y el ocultamiento del juego es otra gran característica observable en este trastorno. Al ser altamente competitivo, un adicto al trabajo, inquieto o aburrido fácilmente podrían aumentar su riesgo.

Complicaciones

El juego compulsivo puede tener consecuencias profundas y duraderas para su vida, incluyendo:
  • Problemas de pareja
  • Problemas financieros, incluyendo la quiebra
  • Problemas legales o encarcelamiento
  • Pérdida del empleo o el estigma profesional
  • Desarrollo de los problemas asociados, como el alcohol o abuso de drogas
  • Suicidio
Mirada desde el psicoanálisis

El ludópata no juega para ganar sino para perder. El juego no termina para él hasta que ha perdido. La pérdida nos constituye como sujetos psíquicos y toda pérdida implica siempre una ganancia ¿Qué? Ese amor mitificado al que todo el mundo recurre cuando la realidad se desvanece, con el juego busca calmar la angustia que le provoca todo aquello cuanto le rodea.

Como decía Freud: Lo que verdaderamente le importa al jugador es jugar, ubicando una “adicción original” en el onanismo y dice que las otras que se presentan como “tentación irrefrenable”  revelan a si mismo su origen en la masturbación. (Análisis de Dostoivski) el jugador empedernido termina arruinado. Freud analiza allí, tanto como el sentimiento de culpa del sujeto como la satisfacción de la necesidad del castigo

“El jugador adicto al juego de azar busca desesperadamente ‘recuperar’ un goce, repite su necesidad de gozar”.
Tratamiento

La terapia farmacológica es de gran utilidad, ya que los medicamentos ayudan a frenar los impulsos y a manejar los sistemas de regulación de la conducta. Se pueden administrar fármacos inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina, empleados también en el tratamiento de la depresión. También se utiliza la naltrexona, un fármaco que frena la impulsividad.

Es necesario que los fármacos se acompañen de psicoterapia individual, cuyo objetivo es reforzar las conductas positivas y suprimir las negativas.

El tratamiento de la ludopatía puede ser un reto. Eso es en parte porque la mayoría de la gente tiene dificultades para admitir que tienen un problema. Sin embargo, un componente importante del tratamiento que se trabaja es en el reconocimiento de que 'es' un jugador compulsivo. Si su familia o su jefe, amigo le presiona para ir a terapia, usted puede resistirse al tratamiento. Pero el tratamiento de un problema de juego puede ayudarle a recuperar una sensación de control y tal vez incluso ayudar a sanar las relaciones dañadas o las finanzas. Ya que a partir de reconocer la situación y querer cambiarla, existen diferentes tipos de terapia donde la implicación familiar y del entorno desempeñan un papel crucial. 

Una de las claves para tratar la ludopatía es establecer un control externo. Además, muchas veces el juego sustituye carencias, por lo que hay que intentar reforzar ciertos factores, como las habilidades sociales o la autoestima, para darle al individuo ese pilar que le falta y que, de alguna manera, encuentra en el juego.

El tratamiento para la ludopatía compulsiva implica tres enfoques principales:
  1. Psicoterapia: tratamientos psicológicos, como la terapia conductual o terapia cognitivo-conductual, pueden ser beneficiosos para la ludopatía compulsiva. La terapia de comportamiento utiliza la exposición sistemática de la conducta que desea que desaprender La terapia cognitiva conductual se centra en la identificación de las creencias malsanas, irracionales y negativos y reemplazarlos con los positivos, saludables.
  2. Medicamentos: Los antidepresivos y estabilizadores del estado de ánimo pueden ayudar a los problemas que a menudo acompañan a la ludopatía – como la depresión, el trastorno obsesivo compulsivo o ADHD – pero no necesariamente en sí el juego compulsivo. Los medicamentos llamados antagonistas de los narcóticos, que se han mostrado útiles en el tratamiento de abuso de sustancias, pueden ayudar a tratar la ludopatía.
  3. Grupos de autoayuda: Algunas personas encuentran los grupos de autoayuda, como Jugadores Anónimos, una parte útil del tratamiento.
Incluso con tratamiento, es posible volver a los juegos de azar, especialmente si usted pasa tiempo con la gente que juega o en entornos de juego. Si usted siente que usted comenzará a jugar de nuevo, póngase en contacto con su proveedor de atención médica o patrocinar de inmediato para evitar una recaída total.

En terapia: Se utilizan diferentes técnicas como la desensibilización automática y la relajación que se dirigen a controlar la ansiedad generada por la abstinencia de jugar. Técnicas de terapia cognitiva como el registro de pensamientos automáticos repetitivos o distorsionados, la toma de conciencia del problema, o la solución de problemas. Y se considera muy efectiva la terapia de grupo, ya que ayuda el compartir dificultades, favorecer la comunicación y encontrar estrategias de solución de problemas.

En psicoanálisis: la ludopatía requiere una escucha de los procesos inconscientes, que permita leer a quién y para qué entrega el sujeto toda su vida.

Nota: Siendo el juego una conducta social normalizada, en el jugador patológico o ludópata aumenta tanto en frecuencia de episodios, implicada en juegos del azar, destruyendo su vida familiar y laboral.

DSM

Por otro lado, con respecto al DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los Trastornos Mentales), éste aparece por primera vez en el DSM-III, situándolo en la categoría Trastorno del control de los impulsos no clasificado en otros apartados. Posteriormente con la publicación del DSM-IV pasa a ser clasificado como Trastorno del control de los impulsos. Actualmente, el DSM-5 lo clasifica como una conducta adictiva en el apartado Trastorno adictivo no relacionado con sustancias.

¿Cómo afrontar una adicción de juego patológico?
  • Si existen indicios razonables de juego patológico, en caso de sospecha, acudir a profesionales especializados en adicciones.
  • Es difícil que un ludópata pueda dejar de jugar sin recibir ayuda, por mucha fuerza de voluntad que tenga o declare tener.
  • Muy pocas veces la ludopatía tiene una sola causa o circunstancia que la genere, por lo que requiere de la intervención de especialistas.
  • Es frecuente que el ludópata tenga ciertas características de personalidad inmadura, miedos, sentimientos de inferioridad y falta de responsabilidad.
  • La familia debe entender que se trata de una enfermedad y asumir la responsabilidad de acompañar y ayudar al paciente en el proceso de tratamiento.
  • Es importante tener en cuenta que ninguna persona se vuelve jugador patológico o compulsivo desde un inicio, y que es un hecho que nadie comienza a jugar con la intención de convertirse en un adicto.
De volverse un jugador patológico, al igual que la adicción a las drogas, la ludopatía se genera de una manera progresiva.

“Las personas ludópatas manifiestan efectivamente un sufrimiento profundo”

Prevención

Una de las claves para prevenir la ludopatía es encontrar el límite entre el juego sano como actividad de ocio y el juego patológico o perjudicial, para ello son necesarias la información y la comunicación. Encontrar alternativas de ocio y mantener una vida ocupada también pueden ser una forma de prevención. Pero si usted tiene factores de riesgo de la ludopatía, evite los juegos de azar en cualquier forma, la gente que juega y los lugares donde se produce el juego pueden ayudar. Recibir tratamiento al primer síntoma de un problema puede ayudar a prevenir un problema de juego empeore. Más vale prevenir que lamentar, con responsabilidad.

El curso de la ludopatía tiende a cronificarse, por lo que es difícil que remita, es decir, que la persona deje de jugar, si no es con intervención psicológica. Al igual que en otros trastornos de adicción sin sustancia (comida, internet, trabajo), la persona tiene la falsa creencia de controlar su problema, y poder dejarlo sin necesidad de ayuda.

Además en general los estudios sugieren que las personas que buscan ayuda tienen una mayor variedad e intensidad de problemas psicológicos que aquellos que no buscan ayuda.

EL JUEGO SE HA CONVERTIDO EN UNA PATOLOGÍA CADA VEZ MÁS FRECUENTE ENTRE LA POBLACIÓN MUNDIAL






Fuentes: