martes, 4 de octubre de 2016

Abuso Sexual: Efectos y Consecuencias

Objetivo: Proporcionar hechos sobre el abuso sexual es una de las maneras de concientizar sobre el abuso sexual. La concientización de los hechos es una de las varias medidas preventivas que se pueden tomar para ayudarlo a tomar las mejores decisiones para mantenerlo seguro a usted y a alguna otra persona que conozca.
Nota: No todos los niños que son abusados sexualmente manifiestan síntomas. Algunos estiman que hasta un 40% de los niños abusados sexualmente no manifiestan síntomas. Sin embargo, otros experimentan consecuencias graves y duraderas. Con frecuencia, las revelaciones se presentan de manera gradual y se pueden dar a través de una serie de señales. Con frecuencia, la revelación del abuso sexual es tardía. Los niños suelen evitar decirlo debido a que tienen miedo de una reacción negativa por parte de sus padres o de su abusador. Como tal, las revelaciones no suelen darse sino hasta la adultez. “Es fácil pasar por alto las señales de revelación de abuso. Como consecuencia, es posible que un niño no reciba la ayuda necesaria”. Históricamente, los profesionales han defendido la idea de que con frecuencia los niños develan hechos falsos de abuso. Sin embargo, las investigaciones actuales no cuentan con evidencia sistemática de que sean comunes las acusaciones falsas. Además, son poco comunes las retractaciones de abuso. Otro estudio ha encontrado en 310 niñas con diagnostico confirmado de abuso sexual, demostró que el 66% presentaba aspecto normal, sin signos de lesiones previas y sólo el 34% hallazgos anormales.

El diagnóstico no es nada fácil y como suele pasar desapercibido durante mucho tiempo deja marcas emocionales, que cuanto más antiguas, más difícil son de tratar. La confirmación diagnóstica es difícil y se basa en el relato del niño, sus juegos, la historia clínica, el examen físico/psicológico y los exámenes complementarios. Sin embargo, pocas son las veces que se encuentran signos físicos de certeza como los relacionados con enfermedades venéreas, desgarros en zona genital o embarazo.

La sospecha llega al consultorio por la demanda familiar (en general la madre) o por sospecha de un profesional (médicos, maestros) ante signos indirectos (masturbación compulsiva, lesiones genitales, vulvovaginitis reiteradas, trastornos de sueño, enuresis, encopresis, agresiones o retraimiento etc).

El ámbito más frecuente donde se produce el abuso es el ámbito familiar, lo que hace su abordaje más problemático. Cuánto más cercano a la familia es el acto de abuso más difícil es trabajar, teniendo en cuenta, además, que en el caso de niños pequeños o personas con discapacidad, la información solo llega a través de terceros.

Efectos y Consecuencias

Las principales consecuencias psicológicas encontradas se agrupan en cinco categorías: problemas emocionales, problemas de relación, problemas funcionales, problemas de adaptación y problemas sexuales.
En las primeras sesiones registramos los síntomas que experimentaron durante su niñez y adolescencia, cuando sufrieron los abusos sexuales, síntomas que coinciden con la sintomatología propia de un estrés postraumático. Miedo, problemas para dormir, pesadillas, confusión, sentimientos de culpa, vergüenza, ira junto con la incapacidad de manejar estas emociones. Los peores efectos se presentan cuando es el padre el abusador, porque en ese caso la niña además pierde la confianza en el ser que debe protegerla y que representa su seguridad. Estas niñas se quedan indefensas frente al mundo masculino porque mezclan el sexo con el afecto, con el cuidado, el poder y el cariño. Y todo esto en secreto. Un estudio reciente demostró que las niñas que sufren de abuso sexual podrían tener problemas de alcoholismo en la adultez.

Es frecuente que los preescolares se vuelvan a orinar en la cama en las noches después de haber logrado el control esfinteriano, se muestren hiperactivos, presenten alteraciones en el ritmo de sueño, manifiesten temores y fobias intensas, exhiban conductas compulsivas y padezcan trastornos de aprendizaje y profundos sentimientos de desesperanza y tristeza. Demuestren explícitamente evidencias de sexualización precoz que incluyen juegos sexuales tempranos acompañados de un grado de curiosidad sobre lo sexual inusual para la edad. Pueden protagonizar episodios de coerción sexual con niños más pequeños o más retraídos.

Durante la pubertad, la mayoría padecen muchas de estas secuelas: dolor de estómago, problemas de concentración, dolor de cabeza, trastornos en el sueño, fuertes molestias en el ciclo menstrual… junto con una pobre autoestima, odio a su propio cuerpo, depresión, fobias, ansiedad, comportamientos auto-agresivos y autodestructivos, llegando a mutilarse con cortaduras, quemaduras o golpes. Podemos encontrar intensos deseos autodestructivos y una búsqueda desenfrenada de castigo.

Cuando la sintomatología es más mitigada, persiste el retraimiento, la sobreadaptación y la depresión acompañada de una inhibición sexual llamativa. Las jóvenes niegan cualquier interés relacionado con los órganos sexuales, eluden y se ponen ansiosas cuando se enfrentan con temas sexuales. Las conductas hipersexualizadas constituyen uno de los indicadores más ligados al abuso.

Y cuando se hacen adultas, estas mujeres generalmente presentan un cuadro de estrés postraumático crónico. El miedo y la desconfianza persisten y el hecho puede reaparecer en pesadillas y escenas intrusivas de recuerdo. Una teoría es que las mujeres que fueron víctimas de abuso sexual desarrollan trastornos alimenticios como una forma de expresar el estrés generado por el abuso, mientras que otra teoría sugiere que el abuso infantil puede aumentar los niveles de las hormonas del estrés y esto causa posteriormente el aumento de peso y la resistencia a la insulina (que es lo que genera la diabetes). Se confirma una probabilidad cuatro veces mayor de desarrollar trastornos de personalidad en estas víctimas que en población general.

Muchas de ellas tratan de protegerse de estos síntomas dolorosos apartándose de las relaciones sexuales. Padecen depresión crónica y a veces se ven impulsadas a buscar alivio en todo tipo de adicciones (pastillas, alcohol…), episodios de automutilación y tentativas de suicidio. También presentan sentimientos negativos acerca de sí mismas, del sexo y de los varones, sentimientos generalizados de ansiedad y desconfianza, dificultades para establecer relaciones sociales, y cuando lo hacen, presentan una tendencia a mantener relaciones insanas, con malos tratos y problemas sexuales. (Los varones que han sido víctimas tienden a ser abusadores y maltratadores, mientras que las mujeres tienden a ser maltratadas y nuevamente abusadas). Las mujeres que han sido víctimas de abusos sexuales suelen tener además mala salud o problemas psicosomáticos derivados de su actitud negativa hacia el propio cuerpo.

Recibir ayuda profesional y apoyo del entorno también ayuda a superar la experiencia vivida, evitando incluso consecuencias negativas para el futuro.

Los niños y las niñas que son abusados sexualmente pueden demostrar síntomas similares a la depresión, la ansiedad severa y el nerviosismo. Por ejemplo:
  • Síntomas físicos o enfermedades que no pueden diagnosticar o que no tienen una razón orgánica-
  • Problemas al defecar, como ensuciarse o tener incontinencia.
  • Juegos sexuales persistentes e inadecuados con niños de la misma edad, con juguetes o con sus propios cuerpos, o conductas sexualmente agresivas hacia los demás
  • Trastornos alimenticios, como dejar de comer o comer mal.
  • Dolores de cabeza o de estómago recurrentes
  • Amnesia, no recuerda eventos específicos, periodos largo de tiempo o parte de la vida.
  • Dificultad para caminar o para sentarse (por problemas rectales o genitales, como dolor al orinar o al defecar, picazón o secreción vaginal)
  • Pesadillas, problemas para dormir y problemas orinándose en la cama
  • Miedos excesivos (Miedo, ansiedad, terror y fobia )
  • Disminución en el rendimiento escolar
  • No querer participar en las actividades normales, como por ejemplo: negarse a participar en juegos deportivos o en cambiarse de ropa en el gimnasio
  • Hipervigilancia, la persona está siempre alerta, no puede dormir o relajarse o Intromisión de  imágenes del abuso en estado de vigilia.
  • Dificultad para confiar en otros, en especial hacia figuras significativas. No tienen sistema de apoyo.
  • Tener conocimientos acerca de la sexualidad que no son comunes para su edad
  • Comportamientos auto agresivo, hay mutilación con cortaduras, quemaduras o golpes y realizando intentos de suicidio.
  • Disminución brusca del rendimiento escolar
  • Quedar embaraza o contraer una enfermedad venérea (de transmisión sexual), particularmente si tiene menos de catorce años
  • Conductas regresivas
  • Disociación
  • Retraimiento;
  • Depresión clínica
  • Ideación suicida
  • Temor exacerbado hacia los hombres o conductas seductoras con los hombres ( (en los casos que la víctima es una niña y el perpetrador, un hombre).
  • Escaparse de su casa
  • Decir que fue abusada sexualmente por uno de sus padres o por un cuidador adulto
  • Odio al propio cuerpo, se siente sucia.
  • Desvalorización personal, pobre autoestima.
  • Enojo, Furia y rabia. La persona que ha sido abusada tiene muchas razones para sentir rabia y enojo. Ha sido herida y maltratada. Estos sentimientos son generalizados pero son conductas agresivas con tendencia a externalizar el conflicto.
  • El diagnóstico Probablemente, a estas alturas, queda pocas dudas de que el abuso sexual infantil constituye uno de los traumas psíquicos más intensos y de que sus consecuencias son sumamente destructivas para la estructuración de la personalidad.
Si crees que tu hija(o) fue abusada sexualmente es importante que busques ayuda, Medica. Psicológica, de Seguridad y legal.

“Es necesario crear políticas que terminen con este flagelo que tanto lastima a la sociedad; es un tema complejo, en la mayoría de las veces no se denuncia por temor, en otras por desconfianza en las instituciones, se pueden prevenir los ataques sexuales con programas educativos, en los cuales demos herramientas a nuestro menores para su defensa”

Compilador 

lunes, 3 de octubre de 2016

Robin Williams: Dx Demencia de Cuerpos de Levy

Es una demencia degenerativa. Los cuerpos de Lewy son pequeños depósitos de proteínas que se encuentran en las neuronas. Su presencia en el cerebro interrumpe la acción de los mensajeros químicos (neurotransmisores) y se altera la función normal del cerebro.

La autopsia descubrió que el actor padecía la demencia de cuerpos de Lewy.

Suele comenzar con problemas para dormir. Luego vienen las alucinaciones, los delirios y la dificultad para reconocer rostros familiares. A veces hay mareos y problemas de equilibrio. De forma lenta pero constante, el paciente comienza a perder la cabeza. Su capacidad de atención se reduce, su capacidad para resolver problemas se disuelve. La paranoia, la depresión y la ansiedad pueden terminar de destruir a un cerebro ya frágil.

Esa es la demencia de cuerpos de Lewy (DCL), una enfermedad debilitante y con frecuencia mortal. Entre sus víctimas estuvo el actor y comediante Robin Williams, según su viuda, y fue esta enfermedad la que lo llevó a suicidarse.

Aunque se especulaba que Williams se había suicidado a causa de la depresión, su autopsia reveló cantidades anormales de proteínas en el cerebro del actor, un signo claro de la DCL.

A Williams se le había diagnosticado el mal de Parkinson en el período anterior a su muerte, pero el diagnóstico no explicaba su completo rango de síntomas: ataques de ansiedad, alucinaciones extrañas y la sensación de que estaba enloqueciendo. Como otros pacientes con DCL, Williams sabía que algo andaba mal, aunque no supiera qué. Y eso es parte de lo que hace que la enfermedad sea tan difícil de soportar.

Estos síntomas son causados por los grupos de proteínas llamados cuerpos de Lewy, como los que se encontraron en el cerebro de Williams. Aunque los neurólogos saben de ellos desde hace más de un siglo, en gran medida sigue siendo un misterio. Dichos cuerpos están hechos en su mayoría de una proteína llamada alfa-sicluneína, que se acumula al final de las neuronas, donde se realiza la sinapsis, la conexión que transmite señales entre neuronas.

El rol de la alfa-sinucleína en el cerebro es confuso, pero en circunstancias normales su presencia es algo positivo y trae problemas cuando se acumula en los cuerpos de Lewy, algo que no tiene tratamiento.

Las personas afectadas presentan demencia, es decir deterioro cognitivo suficientemente importante como para interferir en actividades cotidianas. En estadíos iniciales la afectación de la memoria puede no ser muy prominente, aunque habitualmente lo es a medida que avanza la enfermedad. Suele destacar la afectación de la atención, funciones ejecutivas y el manejo visuoespacial. El curso de la demencia es progresivo, aunque suele haber fluctuaciones e inicialmente presentan dificultades para realizar actividades complejas. Poco a poco, habitualmente a lo largo de años, existe un empeoramiento y en estadíos severos son totalmente dependientes para realizar actividades básicas de la vida diaria.

A su vez, los doctores no suelen determinar la presencia de los cuerpos de Lewy hasta que el paciente muere y el cerebro puede ser examinado. Por eso suele ser diagnosticada como Parkinson, enfermedad de Alzheimer u otro tipo de demencia, porque la enfermedad de Parkinson y Alzheimer causan síntomas similares. Los científicos creen que la demencia con cuerpos de Lewy puede estar relacionada con estas enfermedades o que algunas veces ocurren al mismo tiempo.

Mientras los doctores sufren para diagnosticarla, los cuerpos de Lewy destruyen lentamente el cerebro del paciente. Cuando un área del cerebro se apaga, surge el síntoma correspondiente, relacionado con el movimiento, el lenguaje o la memoria según de qué lugar se trate. Los cuerpos de Lewy también son responsables del mal de Parkinson, aunque esta enfermedad puede padecerse al mismo tiempo.

El error en el diagnóstico también puede hacer que la DCL sea más difícil de sobrellevar. En primer lugar, los medicamentos prescriptos para el Alzheimer y el Parkinson pueden no tener efecto con los síntomas de la DCL o incluso exacerbarlos. Las personas con Enfermedad de Lewy son muy sensibles a los efectos colaterales provocados por ciertos medicamentos como los antipsicóticos o neurolépticos: estas medicaciones pueden empeorar el parkinsonismo, el estado cognitivo, aumentar las alucinaciones.

Los pacientes con DCL suelen morir en un plazo de cinco a siete años luego del comienzo de los síntomas, aunque pueden vivir tanto como dos décadas o deteriorarse en tan poco tiempo como dos años.

La demencia con cuerpos de Lewy suele comenzar entre los 50 y los 85 años de edad. En la actualidad no existe un tratamiento curativo ni que modifique el curso de la enfermedad, pero sí existen tratamientos farmacológicos y no farmacológicos que pueden mejorar la calidad de vida del paciente. Por supuesto, lo ideal es comenzar con ellos lo antes posible y, por tanto, un diagnóstico precoz es importante.

Los inhibidores de la acetilcolinesterasa son la primera elección en el tratamiento farmacológico con un efecto positivo sobre los trastonos cognitivos y psiquiátricos. La memantina también puede lograr una mejoría en estos síntomas. Por su parte el uso de levodopa puede generar una mejoría en la función motora. En esta patología es de particular importancia evitar fármacos bloqueantes dopaminérgicos (ej: haloperidol o risperidona), ya que los pacientes son particularmente sensibles a los efectos adversos extrapiramidales de estas medicaciones. En el caso de ser necesario el uso de medicaciones antipsicóticas debe utilizarse quetiapina o clozapina.

El tratamiento no farmacológico es de suma importancia y debe ser integral: terapia ocupacional, rehabilitación cognitiva, fonoaudiología y otras terapias (ej: musicoterapia, kinesiología y psicoeducación a los familiares y cuidadores). También la actividad física regular podría reportar beneficios en la evolución del cuadro.

Convivir con un paciente con demencia es una tarea que puede resultar agotadora física y psicológicamente. En la demencia con cuerpos de Lewy puede ser especialmente complicado dado que se suman con frecuencia dificultades importantes de movilidad y trastornos de conducta.

Al igual que en otras demencias existen estudios de investigación en marcha.


Fuente: The Washington Post. NIH: Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares